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domingo, 31 de diciembre de 2017

487.-Tradición Turco-Persa.-a

Luis Alberto Bustamante Robin; Jose Guillermo Gonzalez Cornejo; Jennifer Angelica Ponce Ponce; Francia Carolina Vera Valdes;  Carolina Ivonne Reyes Candia; Mario Alberto  Correa Manríquez; Enrique Alejandro Valenzuela Erazo; Gardo Francisco Valencia Avaria; Alvaro Gonzalo  Andaur Medina; Carla Veronica Barrientos Melendez;  Luis Alberto Cortes Aguilera; Ricardo Adolfo  Price Toro;  Julio César  Gil Saladrina; Ivette Renee Mourguet Besoain; Marcelo Andres Oyarse Reyes; Franco Gonzalez Fortunatti; Patricio Ernesto Hernández Jara;  Demetrio Protopsaltis Palma;

Introducción.

Ilustración de la Rosaleda de los Piadosos de Jami, fechada en 1553. La imagen combina la poesía persa y la miniatura persa en una sola, como es norma en muchas obras de literatura persa.

Una sociedad persianada o apersianizada es una sociedad que está basada o fuertemente influenciada por el idioma, cultura, literatura, arte y/o identidad persas.
El término "persianada" (del inglés "persianate") es un neologismo en inglés atribuido al historiador Marshall Hodgson.​ En su libro de 1974, The Venture of Islam: The expansion of Islam in the Middle Periods (La aventura del Islam: la expansión del Islam en los períodos medios), lo definió así: 
"El ascenso del persa tuvo consecuencias más que puramente literarias: sirvió para llevar una nueva orientación cultural general dentro del mundo islámico.... La mayoría de los idiomas más locales de alta cultura que surgieron después entre los musulmanes ... dependieron total o parcialmente del persa respecto a su principal inspiración literaria. Podemos llamar a todas estas tradiciones culturales, transmitidas en persa o reflejando la inspiración persa, 'Persianadas' por extensión."
El término designa a las etnias persas, pero también a sociedades que pueden no haber sido étnicamente persas, pero cuyas actividades culturales lingüísticas, materiales o artísticas fueron influenciadas o se basaron en la cultura persa. Ejemplos de sociedades persianadas previas al siglo XIX fueron las dinastías selyúcida,​ timúrida,​mogol​ y otomana. 


Historia

La cultura persianada floreció durante casi catorce siglos. Era una mezcla de las culturas persa e islámica que eventualmente pasó por un proceso de persianización y se convirtió en la cultura dominante de las clases gobernantes y de élite del Gran Irán, Asia Menor y el Sur de Asia.
Cuando los pueblos del Gran Irán fueron conquistados por fuerzas islámicas en los siglos VII y VIII, se convirtieron en parte de un imperio mucho más grande que cualquier otro imperio anterior bajo el dominio persa.​ Si bien la conquista islámica llevó a la arabización del idioma y la cultura en los antiguos territorios bizantinos, no ocurrió así en Persia. En cambio, la nueva cultura islámica que evolucionó allí se basó en gran medida en las tradiciones persas preislámicas de la región,​ así como en las costumbres islámicas que fueron introducidas en la región por los conquistadores árabes.
La cultura persianada, especialmente entre las clases de élite, se extendió por los territorios musulmanes en el occidente, centro y sur de Asia, si bien poblaciones de esta vasta región tenían lealtades (sectarias, locales, tribales y étnicas) conflictivas y hablaban muchos idiomas diferentes. Fue difundida por poetas, artistas, arquitectos, artesanos, juristas y académicos, que mantuvieron relaciones con sus pares en las lejanas ciudades del mundo persianado, desde Anatolia hasta la India.

La cultura persianada involucró modos de conciencia, ethos y prácticas religiosas que han persistido en el mundo iraní en contra de constructos culturales hegemónicos musulmanes árabes (sunitas). Esto formó una estructura calcificada persianada de pensamiento y experiencia de lo sagrado, arraigada durante generaciones, que más tarde informó la historia, la memoria histórica y la identidad entre los leales a los alides (los descendientes de Alí y sus seguidores) y grupos heterodoxos que autoridades con orientadas por la sharia etiquetaron como ghulāt. 
En cierto modo, además de invertir en la noción de heteroglosia, la cultura persianada encarna el pasado iraní y las formas en que este pasado se mezcló con el presente islámico o se transmutó. El cambio histórico ocurrió en gran medida en un modelo binario: una lucha entre los paisajes religiosos de la antigüedad iraní tardía y un paradigma monoteísta brindado por la nueva religión, el islam.

Esta dualidad se expresa simbólicamente en la tradición chií según la cual Husáin ibn Ali, el tercer imán chiita, se habría casado con Shahrbanu,​ hija de Yazdegerd III, el último rey sasánida de Irán. Tal genealogía convierte a los imanes posteriores, descendientes de Husáin y Shahrbanu, en los herederos tanto del profeta islámico Mahoma como de los reyes sasánidas pre-islámicos.

Orígenes

Tras la conquista árabe musulmana de Irán, el pahlavi, el idioma del Irán preislámico, se siguió usando ampliamente hasta bien entrado el segundo siglo islámico (siglo VIII) como un medio de administración en las tierras orientales del Califato.
 A pesar de la islamización de los asuntos públicos, los iranios mantuvieron gran parte de su perspectiva y estilo de vida preislámicos, ajustados para adaptarse a las demandas del Islam. Hacia finales del siglo VII, la población empezó a quejarse del costo de mantener a los califas árabes, los omeyas, y en el siglo VIII, un levantamiento general iranio, liderado por Abu Muslim Jorasani, llevó al trono califal a otra familia árabe, los abasíes.
Bajo los abasíes, la capital se trasladó de Siria a Irak, que había formado parte del Imperio sasánida y aún se consideraba parte del dominio cultural iranio. La cultura persa y las costumbres de los visires persas barmáquidas se convirtieron en el estilo de la élite gobernante. Desde el punto de vista político, los abasíes pronto empezaron a perder su control sobre los iranios. Los gobernadores de Jorasán, los tahiríes, si bien nombrados por el califa, eran efectivamente independientes. Cuando los saffaríes persas de Sistán liberaron las tierras orientales, los búyidas, los ziyáridas y los samánidas en el occidente de Irán, Mazandaran y el nororiente respectivamente, declararon su independencia. 
La separación de los territorios orientales de Bagdad se expresó en una cultura persianada distintiva que se volvió dominante en el occidente, centro y sur de Asia, y fue la fuente de innovaciones en el resto del mundo islámico.
 La cultura persianada estuvo marcada por el uso del idioma nuevo persa como medio de administración y discurso intelectual, por el ascenso de turcos persianizados al control militar, por la nueva importancia política de ulamas no árabes y por el desarrollo de una sociedad islámica étnicamente compuesta.

El pahlavi era la lengua franca del Imperio Sasánida antes de la invasión árabe, pero hacia finales del siglo VII y comienzos del VIII, el idioma árabe se convirtió en un medio de expresión literaria. En el siglo IX, un idioma neopersa surgió como el idioma administrativo y literario. Las dinastías tahiríes y saffaríes siguieron utilizando el persa como idioma informal, aunque para ellos el árabe era "el idioma para escribir cualquier cosa que valiera la pena, desde la poesía hasta la ciencia," pero los samánidas hicieron del persa un idioma de aprendizaje y discurso formal. El idioma que apareció en los siglos IX y X era una nueva forma de persa, derivada del persa medio de la época preislámica, pero enriquecido ampliamente por el vocabulario árabe y escrito en alfabeto árabe.
El idioma persa, según Marshall Hodgson en su The Venture of Islam,​ iba a constituir el principal modelo para el ascenso de otras lenguas al nivel literario. Como fue el caso del turco, la mayoría de las lenguas más locales de alta cultura que surgieron luego entre los musulmanes fueron fuertemente influenciadas por el persa (siendo el urdu un excelente ejemplo). Se puede llamar a estas tradiciones, transmitidas en persa o reflejando inspiración persa, 'persianadas' por extensión. Este parece​ ser el origen del término Persianado.

Expansión

La dinastía irania de los samánidas empezó a escribir sus asuntos judiciales tanto en persa como en árabe, y la primera gran poesía en persa nuevo fue escrita para la corte samánida. Los samánidas favorecieron la traducción de obras religiosas del árabe al persa. Además, las autoridades cultas del Islam, los ulama, comenzaron a usar la lengua franca persa en público. El mayor logro literario en el idioma neopersa temprano fue el Shahnameh (Libro de Reyes), presentado por su autor Ferdousí a la corte de Mahmud de Gazni (998-1030). Esto constituyó una suerte de resurrección nacionalista irania: Ferdousí consolidó el sentimiento nacionalista persa invocando imágenes heroicas persas preislámicas y consagró en forma literaria las historias populares más preciadas. 
El Shahnameh de Ferdousí disfrutó de un estatus especial en la cultura cortesana irania como narrativa tanto histórica como mítica. El poderoso efecto que llegó a tener este texto en los poetas de este período se debe en parte al valor que se le atribuyó como fuerza legitimadora, en especial para nuevos gobernantes en el mundo islámico oriental:

En la tradición persianada, el Shahnameh se consideraba más que literatura. Era también un tratado político, en tanto abordaba concepciones hondamente arraigadas sobre el honor, la moral y la legitimidad. Sus versiones ilustradas se consideraban deseables como expresión de las aspiraciones y políticas de las élites gobernantes en el mundo iranio.
La cultura persianada que surgió bajo los samánidas en el Gran Jorasán, en el noreste de Persia y las tierras fronterizas de Turquestán expuso a los turcos a la cultura persianada.​La incorporación de los turcos al cuerpo principal de la civilización islámica del Medio Oriente, que fue seguida por los gaznávidas, comenzó pues en Jorasán:
 "Los habitantes de Jorasán no solo no sucumbieron al idioma de los invasores nómadas, sino que les impusieron a estos su propia lengua. La región pudo incluso asimilar a los turcos gaznávidas y selyúcidas (siglos XI y XII), a los timúridas (siglos XIV y XV) y a los kayar (siglos XIX y XX).

Los gaznávidas, rivales y futuros sucesores de los samánidas, gobernaron sobre los extremos al sureste de los territorios de los samánidas desde la ciudad de Gazni. Académicos y artistas persas acudieron en masa a su corte, y los gaznávidas se convirtieron en mecenas de la cultura persianada. Los gaznávidas llevaron consigo la cultura persianada mientras subyugaban el occidente y el sur de Asia. Además de Ferdousí, Rumi, Avicena, Al-Biruni, Onsorí Baljí, Farroji Sistaní, Sanai Gaznavi y Abu Sahl Testari fueron algunos de los grandes científicos y poetas iranios del período bajo el patrocinio de los gaznávidas.
La cultura persianada fue llevada por sucesivas dinastías hacia Asia occidental y meridional, en particular por los persianizados selyúcidas (1040-1118) y sus estados sucesores, que gobernaron Irán, Siria y Anatolia hasta el siglo XIII, y por los gaznávidas, que en el mismo período dominaron el Gran Jorasán y partes de la India. Estas dos dinastías juntas llevaron los centros del mundo islámico hacia el oriente. Las instituciones estabilizaron la sociedad islámica en una forma que habría de persistir, al menos en Asia occidental, hasta el siglo XX.
Los gaznávidas trasladaron su capital de Gazni a Lahore en Pakistán moderno, ciudad a la que convirtieron en otro centro de cultura islámica. Bajo su mecenazgo, poetas y académicos de Kasgar, Bujará, Samarcanda, Bagdad, Nishapur, Amol y Gazni se congregaron en Lahore. Así, la lengua persa y la cultura persianada se introdujeron profundamente en la India​ y se expandieron hasta el siglo XIII. 
Los selyúcidas obtuvieron una victoria decisiva sobre los gaznávidas y se extendieron hasta Jorasán; llevaron la cultura persianada hacia el oeste hasta Persia occidental, Irak, Anatolia y Siria. El Irán mismo, junto con Asia Central, se convirtió en el corazón de la lengua y cultura persas.

Mientras los selyúcidas llegaban a dominar el Asia occidental, sus cortes se persianizaron hacia el occidente incluso hasta el mar Mediterráneo. Bajo su gobierno, muchas artes tradicionales iranias preislámicas, como la arquitectura sasánida, resucitaron y grandes académicos iraníes recibieron patrocinio. A la vez, las instituciones religiosas islámicas se hicieron más organizadas y la ortodoxia sunita se hizo más codificada.
El jurista y teólogo persa Al-Ghazali fue uno de los académicos de la corte selyúcida en proponer una síntesis del sufismo y la sharia, que se convirtió en la base de una teología islámica más rica. Formulando el concepto sunita de la división entre autoridades temporales y religiosas, ofreció una base teológica para la existencia del sultanato, una oficina temporal junto al califato, que para la época era simplemente una oficina religiosa. El principal medio institucional para establecer un consenso de los ulama sobre estos asuntos dogmáticos fueron los Nezamiyeh, (más conocidos como las madrasas), así llamados en honor a su su fundador, Nizam al-Mulk, un visir persa de los sultanes selyúcidas. Estas escuelas se convirtieron en el medio de unir a los ulemas sunitas, quienes legitimaron el gobierno de los sultanes. En tanto las burocracias estaban integradas por egresados de las madrasas, tanto los ulama como las burocracias estaban bajo la influencia de estimados profesores de estas escuelas.

El impacto del Shahnameh y la afirmación de la cultura persianada.

Como resultado del impacto de la literatura persa, así como con el ánimo de adelantar ambiciones políticas, se hizo costumbre entre los gobernantes en las tierras persianadas no solo encargar copias del Shahnameh, sino también hacer escribir sus propias epopeyas, lo que permitió a los poetas de la corte intentar alcanzar el nivel de Ferdousí:

Así pues, como con cualquier otro escrito histórico, el Shahnameh puede evaluarse como fuente histórica en dos niveles: en primer lugar, por su contribución al acervo de conocimientos fácticos básicos de un período, y en segundo lugar, por la luz que arroja, intencionadamente o no, sobre el pensamiento y la política contemporáneos.

Los poetas iranios y persianados recibieron el Shahnameh y se inspiraron en él. Murtazavi clasifica en tres categorías tales obras: poetas que tomaron material no cubierto en la epopeya, poetas que elogiaron a sus mecenas y antepasados en forma de masnaví a cambio de recompensas monetarias, y poetas que escribieron poemas para gobernantes que se veían a sí mismos como héroes en el Shahnameh,​ haciendo eco de la tendencia samánida previa de patrocinar al Shahnameh para obtener textos legitimizantes.
En primer lugar, poetas persas intentaron extender la cronología hasta un período posterior, tales como el Zafarnama del historiador del ilkanato Hamdallah Mustawfi (fallecido en 1334 o 1335), que trata de la historia de Irán desde la conquista árabe hasta los mongoles y es más extenso que la obra de Ferdousí.
El valor literario de estas obras debe considerarse de manera individual, como advierte Rypka: 
"No es posible valorar todas estas numerosas epopeyas de manera muy positiva, por no hablar de aquellas obras que eran sustancialmente (o literalmente) copias de Ferdousí. No obstante, hay excepciones, como el Zafar-Nameh de Hamda'llah Mustawfi, una continuación valiosa históricamente del Shah-nama"​ o el Shahanshahnamah (o Changiznamah) de Ahmad Tabrizi en 1337-1338, que es una historia de la mongoles escrita para Abu Sa'id.

En segundo lugar, los poetas versificaban la historia de un gobernante contemporáneo a cambio de recompensas, por ejemplo el Ghazannameh, escrito entre 1361 y 1362 por Nur al-Din ibn Shams al-Din. 
En tercer lugar, héroes que no eran tratados en el Shahnameh o aquellos que tenían papeles menores en él se convirtieron en sujetos de sus propias epopeyas, como es el caso en el Garshāspnāmeh de Asadi Tusi, del siglo XI. Esta tradición, principalmente timúrida, dio como resultado la creación de epopeyas de conquista islámicas, como las discute Marjan Molé. 
Safa: millí (nacionales, las inspiradas en la epopeya de Ferdousí), tarijí (históricas, las escritas en imitación del Iskandarnamah de Nizami) y diní para las obras religiosas.​ La otra fuente de inspiración de la cultura persianada fue otro poeta persa, Nezamí, uno de los escritores más admirados, ilustrados e imitados de masnavíes románticos.
Junto con las obras de Ferdousí y Nezamí, el jamseh de Amir Jusraw Dehlavi llegó a gozar de un tremendo prestigio, y se reprodujeron múltiples copias en las cortes persianizadas. Seyller ha recopilado un catálogo útil de todas las copias conocidas de este texto.

Diferenciación.

En el siglo XVI, la cultura persianada se diferenció claramente del mundo árabe hacia el occidente, esta zona de separación situada a lo largo del Éufrates. Socialmente, el mundo persaianado se caracterizó por un sistema de estatus de élite definido etnológicamente: los gobernantes y sus tropas eran de origen no iranio, pero los cuadros administrativos y los literatos eran iranios. Los asuntos culturales estaban marcados por un patrón característico de uso de la lengua: El neopersa era la lengua de los asuntos de estado, la erudición y la literatura, y el árabe la lengua de la religión.

Los safávidas y la resurrección de la iranidad en Asia Occidental.

La dinastía safávida ascendió al predominio en Irán en el siglo XVI—la primera dinastía nativa irania desde los búyidas. Los safávidas, de ascendencia mixta kurda, túrquica, georgiana, circasiana y griega póntica, se trasladaron a la región de Ardebil en el siglo XI. Reafirmaron la identidad persa en muchas partes de Asia occidental y central, estableciendo un estado persa independiente ​ y patrocinando la cultura persa.​ Convirtieron a Irán en el bastión espiritual del chiismo contra los ataques del islam sunita ortodoxo, y en un depósito de las tradiciones culturales persas y la conciencia de la identidad persa.

El fundador de la dinastía, el shah Ismail, adoptó el título de emperador persa Pādišah-ī Īrān, con la noción implícita de un estado iranio extendiéndose desde Afganistán hasta el Éufrates y el Cáucaso norte, y desde el Oxus hasta los territorios sureños del Golfo Pérsico.
 Los sucesores del shah Ismail fueron más allá y adoptaron el título de Shāhanshāh (lit. rey de reyes). Los reyes safávidas se consideraban a sí mismos, como lo hicieron sus predecesores los emperadores sasánidas, los judāygān (la sombra de Dios en la tierra). Revivieron la arquitectura sasánida, construyeron grandes mezquitas y elegantes jardines charbagh, coleccionaron libros (un gobernante safávida tuvo una biblioteca de 3.000 volúmenes) y patrocinaron a "Hombres de la pluma." 
Los safávidas introdujeron el chiismo en Persia para distinguir a la sociedad persa de los otomanos, sus archirrivales sunitas en el occidente.

Otomanos.

A comienzos del siglo XIV, los otomanos alcanzaron el predominio en Asia Menor. Los otomanos patrocinaron la literatura persa durante cinco siglos y medio y atrajeron a un gran número de escritores y artistas, especialmente en el siglo XVI.​ Uno de los poetas persas más reconocidos en la corte otomana fue Fethullah Arifi Çelebi, también pintor e historiador, y autor del Süleymanname (o Suleyman-nama), una biografía de Solimán el Magnífico.​ 
Hacia finales del siglo XVII, abandonaron el persa como lengua de la corte y administrativa, usando el turco en su lugar, decisión que conmocionó a los mogoles altamente persianizados en la India. El sultán otomano Solimán escribió un diwan completo en lengua persa.​ De acuerdo con Hodgson:

El auge del persa (la lengua) tuvo algo más que consecuencias puramente literarias: sirvió para traer una nueva orientación cultural general dentro de la islamidad. A partir de entonces, mientras el árabe se mantuvo como lengua principal de las disciplinas religiosas e incluso, en gran medida, de las ciencias naturales y la filosofía, el persa se convirtió, en una parte cada vez más grande de la islamidad, en la lengua de la cultura educada; invadió incluso el ámbito de la erudición con efectos cada vez mayores. Fue el principal modelo para el auge de otras lenguas. Poco a poco surgió una tercera lengua "clásica," el turco, cuya literatura se basaba en la tradición persa.

Vale la pena citar con más detalle la evaluación que hace Toynbee sobre el rol de la lengua persa, como se describe en su Estudio de la historia:

En el mundo iranio, antes de que empezara a sucumbir al proceso de occidentalización, la lengua neopersa, que se había plasmado literariamente en portentosas obras de arte... se impuso como lingua franca; y en su momento más amplio, hacia el final de los siglos XVI y XVII de la era cristiana, su alcance en esta función se extendió sin interrupción por toda la faz de Europa sudoriental y Asia sudoccidental, desde el bajalato otomano de Buda, que se había erigido sobre las ruinas del reino cristiano occidental de Hungría tras la victoria otomana en Mohácz en 1526, hasta los "estados sucesores" musulmanes que se crearon, tras la victoria de los príncipes musulmanes del Decán en Talikota en 1565, sobre los restos del masacrado imperio hindú de vijayanagara. Para este vasto imperio cultural, la lengua neopersa estaba en deuda con los brazos de constructores de imperio de habla turca, criados en la tradición irania y, por lo tanto, cautivados por el hechizo de la literatura neopersa, cuyo destino militar y político había sido proporcionar un estado universal para la cristiandad ortodoxa en la forma del Imperio otomano y otro para el mundo hindú en la forma del Raj mogol timúrida. Estos dos estados universales de construcción irania sobre terreno cristiano ortodoxo y sobre terreno hindú fueron debidamente anexados, de acuerdo con las afinidades culturales propias de sus constructores, al dominio original de la lengua neopersa en las tierras natales de la civilización iraní en la meseta iraní y en la cuenca de los ríos Oxus y Jaxartes. Y en el apogeo de los regímenes mogol, safávida y otomano, el neopersa fue patrocinado como la lengua de literae humaniores por parte del elemento gobernante sobre la totalidad de este enorme reino, mientras que se empleaba también como lengua oficial de la administración en aquellos dos tercios de su reino que se encontraban dentro de las fronteras safávida y mogol.


E. J. W. Gibb es el autor de la obra estándar sobre historia de la poesía otomana, A Literary History of Ottoman Poetry (en seis volúmenes), cuyo nombre ha perdurado en una importante serie de publicaciones de textos árabes, persas y turcos, la llamada Gibb Memorial Series.
​ Gibb clasifica la poesía otomana entre la de "vieja escuela", desde el siglo XIV hasta aproximadamente mediados del siglo XIX, tiempo durante el cual la influencia persa fue dominante, y de "escuela moderna," que se originó como resultado del impacto occidental. De acuerdo con Gibb: los turcos se apropiaron de manera muy temprana de todo el sistema literario persa hasta en sus más mínimos detalles, y de la misma manera incondicional y sincera en que ya habían aceptado el islam.

Los selyúcidas habían, en palabras del mismo autor:

alcanzado un grado de cultura muy considerable, gracias enteramente a la tutela persa. Hacia mediados del siglo XI, [los selyúcidas] habían invadido Persia, cuando, como a menudo sucedía, los conquistadores bárbaros adoptaron la cultura de sus súbditos civilizados. Rápidamente, los turcos selyúcidas impulsaron su conquista hacia el occidente, llevando siempre consigo la cultura persa... [d]e forma que, cuando unos ciento cincuenta años más tarde el hijo de Solimán [el líder de los otomanos]... incursionó en Asia Menor, [los otomanos] descubrieron que, aunque el turco selyúcida era el lenguaje cotidiano del pueblo, el persa era la lengua de la corte, mientras que la literatura y la cultura persas reinaban de forma suprema. Es a los selyúcidas, con los que se fusionaron de esta manera, a quienes los otomanos, propiamente dichos, les deben su educación literaria; ésta, por tanto, era necesariamente persa, ya que los selyúcidas no conocían ninguna otra. Los turcos no se contentaron con aprender de los persas cómo expresar el pensamiento, sino que acudieron a ellos para aprender qué pensar y de qué manera. 
En cuestiones prácticas, en los asuntos de la vida cotidiana y en los asuntos de gobierno, preferían sus propias ideas, pero en la esfera de la ciencia y la literatura iban a la escuela con el persa, con la intención no solo de adquirir este método, sino de adentrarse en su espíritu, pensar sus pensamientos y sentir sus sentimientos. Y en tal escuela continuaron en tanto hubiera un maestro que les enseñara, pues el paso dado así al principio se convirtió en una práctica, se convirtió en la norma de los poetas turcos mirar siempre hacia Persia en busca de orientación y seguir cualquier moda que allí pudiera prevalecer. De este modo, durante siglos la poesía otomana siguió reflejando como en un cristal las diversas fases por las que pasó la de Persia... 
Los primeros poetas otomanos, y sus sucesores a lo largo de muchas generaciones, se esforzaron con todas sus fuerzas por escribir lo que llega a poco más que poesía persa en palabras turcas. Sin embargo, ese no era su objetivo consciente; no soñaban con el sentimiento nacional en la poesía; la poesía era para ellos una e indivisible, y la lengua en la que se escribía un mero accidente sin importancia.

Cultura persianada del sur de Asia.

En general, desde sus primeros días, la cultura persa fue llevada al subcontinente (o sur de Asia) por varias dinastías persianizadas turcas y afganas. La sociedad del sur de Asia se enriqueció con la afluencia de académicos, historiadores, arquitectos, músicos y otros especialistas de habla persa e islámicos de alta cultura persianada que huían de la devastación mongola. 
Los sultanes de Delhi, que eran de origen turco-afgano, modelaban su estilo de vida de acuerdo con las altas clases persas. Patrocinaron la literatura y la música persas, pero se hicieron particularmente notables por su arquitectura, en tanto sus constructores se basaban en la arquitectura irano-islámica, combinándola con tradiciones indias para producir una profusión de mezquitas, palacios y tumbas sin igual en ningún otro país islámico.
 El pensamiento especulativo de la época en la corte mogol, como en otras cortes persianadas, se inclinaba hacia la dimensión gnóstica ecléctica del islam sufí, teniendo similitudes con el vedantismo hindú, el movimiento indígena bhakti y la teosofía popular.

Los mogoles, que eran de ascendencia turcomongola, fortalecieron la cultura indo-persa en el sur de Asia. Durante siglos, académicos-funcionarios iranios habían emigrado a la región, en donde su conocimento de la cultura y administración persianadas les aseguraba un servicio de honor dentro del imperio mogol. Redes de maestros educados y madrasas enseñaron a generaciones de jóvenes del sur de Asia el idioma y la literatura persa, además de los valores y las ciencias islámicos. 
Además, instituciones educativas como Farangi Mahall o el Delhi College desarrollaron planes de estudios innovadores e integrados para modernizar a los sudasiáticos de habla persa.Cultivaron el arte persa, atrayendo a sus cortes a artistas y arquitectos de Bujará, Tabriz, Herat, Shiraz y otras ciudades del Gran Irán. El Taj Mahal y su charbagh fueron encargados por el emperador mogol Sha Jahan para su novia irania, Mumtaz Mahal.

Poetas iraníes, como Sa'di, Hafez, Rumi o Nezamí, que fueron grandes maestros del misticismo sufí del mundo persianado, eran los favoritos de los mogoles. Sus obras se encontraban en las bibliotecas mogoles y se contaban entre las posesiones más preciadas de los emperadores, que se regalaban unos a otros; Akbar y Jahangir los citaban a menudo, lo que implica que en gran medida los habían absorbido. Una nota autografiada de Jahangir y Sha Jahan en una copia del Gulestān de Sa'di muestra que era para ellos su posesión más preciada.
 El Sha Jahan hizo un regalo de un Gulestān a Jahanara Begum, un incidente que ella registra con su firma., El Sha Jahan también consideró la misma obra lo suficientemente digna como para ser enviada de regalo al rey de Inglaterra en 1628, copia que actualmente se encuentra en la Biblioteca Chester Beatty de Dublín. El emperador a menudo sacaba augurios de una copia del diván de Hafez perteneciente a su abuelo, Humayun. Se tiene registro de uno de esos incidentes con su propia letra en los márgenes de una copia del diwan, que se encuentra actualmente en la Biblioteca Oriental Khuda Bakhsh en Patna.
​ Los poetas cortesanos Naziri, 'Urfi, Faizi, Khan-i Khanan, Zuhuri, Sanai, Qodsi, Talib-i Amuli y Abu Talib Kalim fueron todos maestros imbuidos de un espíritu sufí similar, siguiendo así las normas de cualquier corte persianada. 

La tendencia hacia el misticismo sufí a través de la cultura persianada en los círculos de la corte mogol también está atestiguada por el inventario de libros que se conservaban en la biblioteca de Akbar, y su historiador, Abu'l Fazl, los menciona especialmente en el Ā'in-ī Akbarī. Algunos de los libros que eran leídos continuamente al emperador incluyen los masnavis de Nizami, las obras de Amir Jusrow, Sharaf Manayri y Jami, el Masnavi i-manavi de Rumi, el Jām-i Jam de Awhadi Maraghai, el Hakika o Sanā 'i, el Qabusnameh de Keikavus, Gulestān y Būstān de Sa'di, y los diwans de Khaqani y Anvari.

Esta simetría intelectual se mantuvo hasta finales del siglo XIX, cuando un periódico persa, Miftah al-Zafar (1897), hizo campaña a favor de la formación de la Anjuman-i Ma'arif, una academia dedicada al fortalecimiento de la lengua persa como idioma científico.

Medios de la cultura persianada

Poesía persa (poesía sufí)

Desde aproximadamente el siglo XII, la poesía lírica persa se enriqueció con una espiritualidad y una profundidad devocional que no se encuentran en obras anteriores. Tal desarrollo se debió a la difusión generalizada de la experiencia mística dentro del islam.
 El sufismo se desarrolló en todas las tierras musulmanas, incluyendo la esfera de influencia cultural persa. Como contrapeso a la rigidez de la teología y la ley islámicas formales, el misticismo islámico buscaba acercarse a lo divino por medio de actos de devoción y amor en lugar de meros rituales y observancia. 
Siendo el amor de Dios el centro de los sentimientos religiosos sufíes, era natural que lo expresaran en términos líricos, y los sufíes persas, a menudo de excepcional sensibilidad y llenos de brío poético, no dudaron en hacerlo. 
Abu Sa'id de Mehna, un famoso sufí del siglo XI, usó con frecuencia sus propios cuartetos de amor (así como otros) para expresar sus anhelos espirituales, y con poetas místicos como Attar o Iraqi, el misticismo se convirtió en un tema legítimo e incluso popular de poemas líricos entre las sociedades persianadas.
 Además, a medida que las órdenes y los centros sufíes (Khaneghah) se extendían por las sociedades persas, el pensamiento poético místico persa se convirtió gradualmente en una parte tan importante de la cultura común que incluso poetas que no compartían las experiencias sufíes se aventuraron a expresar ideas e imágenes místicas en sus obras.

Conclusión

En tanto la amplia región cultural se mantuvo políticamente dividida, los agudos antagonismos entre imperios estimularon la aparición de variaciones de cultura persianada. Después del año 1500, la cultura irania desarrolló características distintivas propias, con la interposición de una fuerte cultura preislámica y una cultura islámica chiita. La antigua relación cultural de Irán con el sur de Irak (Sumeria/Babilonia) se mantuvo fuerte y perduró con todo y la pérdida de Mesopotamia ante los otomanos. 
Su antigua relación cultural e histórica con el Cáucaso perdura hasta la actualidad, como se puede apreciar en Azerbaiyán, Armenia, el este de Georgia y partes del Cáucaso septentrional, incluso tras la pérdida de estas regiones ante la Rusia imperial tras las Guerras Ruso-Persas en el curso del siglo XIX. La cultura de los pueblos del Mediterráneo oriental en Anatolia, Siria y Egipto se desarrolló de manera algo independiente; India desarrolló un estilo sudasiático vibrante y completamente distinto, con escaso o ningún remanente de la cultura indo-persa, otrora patrocinada por los mogoles.
Itsukushima Shrine.

  Shāhnāmé.



Shāhnāmé, o Shāhnāma (en persa: شاهنامه; otras denominaciones también usadas son Shahnama, Shahnameh, Shahname, Shah-Nama, etc.), El Libro de los Reyes o La Épica de los Reyes, es una gran obra poética escrita por el poeta persa (iraní) Ferdousí hacia el 1000 y es la epopeya nacional del mundo de habla persa. El Shāhnāmeh cuenta la historia y mitología de Irán desde la creación del mundo hasta la conquista de Irán por las fuerzas islámicas en el siglo VII.
Además de su importancia literaria, el Shâhnameh, que fue escrito en persa, ha sido clave para revivir la lengua persa luego de la influencia ejercida por el árabe. Esta obra voluminosa, es considerada por los hablantes de persa como una obra maestra de la literatura, que también recoge la historia de Irán, sus valores culturales, sus religiones ancestrales (zoroastrismo), y un sentido profundo de patria. Ferdousí concluye el Shâhnameh en un momento en el cual la independencia nacional había sido amenazada. Si bien existen varios héroes y heroínas memorables de características clásicas en esta obra, el gran héroe es Irán.
Ibn al-Athir la ha llamado el «Corán persa», a pesar de que este título no es de uso corriente entre los hablantes de lengua persa, pero en alguna medida ilustra la importancia que este libro representa para todos los hablantes de lengua persa, incluyendo Afganistán y Tayikistán, para otros hablantes de persa de Asia Central, Pakistán y hasta en China, la India, y a los iraníes que viven fuera de su país desde la revolución de 1979.
Este libro es también importante para los 200 000 zoroastrianos que quedan en el mundo, porque el Shâhnameh permite relacionar los comienzos del zoroastrismo con la derrota del último rey zoroastriano a manos de los invasores árabes.

Fuentes

Shâhnameh.
Existe cierta controversia entre los estudiosos con respecto a las fuentes del Shâhnameh. La épica de Ferdousí probablemente está basada en una versión en prosa la cual muy posiblemente fuera un compilado de viejas historias iraníes, hechos históricos y leyendas. Sin embargo, sin lugar a dudas hay una fuerte impronta e influencia de la literatura oral, lo cual se manifiesta en el estilo del Shahnameh que presenta características tanto de la literatura escrita como oral. Algunos de los personajes de la Épica son de origen indo-iraní, y existen referencias a ellos en fuentes tan antiguas como el antiguo Avesta y aun en el Rig Vedá hindú. El Shâhnameh fue escrito en persa medio (Pahlavi), que en esa época estaba en remisión.

El Shâhnameh de Ferdousí, un poema épico con más de 60 000 pareados, se basa principalmente en una obra en prosa del mismo nombre compilada por el poeta en sus primeros años en Tus la zona de la cual era nativo. Este Shâhnameh en prosa a su vez era en gran medida una traducción de una obra en Pahlavi, una compilación de la historia de los reyes y héroes de Irán desde tiempos míticos hasta el reinado de Khosro II (Cosroes II) (590-628), pero también contiene material adicional que continúa la historia con la caída de los Sasánidos a manos de los árabes a mediados del siglo VII. El primero en comenzar la versificación de esta crónica de la Persia legendaria y pre islámica fue Daqīqī-e Balkhī, un poeta de la corte de los Samánidas, quién solo pudo completar unos 1000 versos antes de morir. Estos versos, que contenían el surgimiento del profeta Zoroastro, fueron posteriormente incorporados por Ferdousí, con el debido reconocimiento, en su propio poema.

La obra
El Shâhnameh relata la historia de Irán, comenzando con la creación del mundo y la introducción de las artes de la civilización (el fuego, el cocinar, la metalurgia, la ley) a los Arios - pueblos iranios y concluye con la conquista de Persia por los árabes. La obra no es estrictamente cronológica, aunque existe un cierto flujo de acontecimientos a través del tiempo. Algunos de los personajes viven por cientos de años (al igual que algunos de los personajes de la Biblia), pero la mayoría viven vidas de duración normal. Hay muchos shāhs que aparecen y se eclipsan, al igual que héroes y villanos, que también transcurren por los relatos. Las únicas imágenes que subsisten a lo largo de la obra son las del Gran Irán, y una sucesión de amaneceres y puestas de sol, ninguna de las cuales es exactamente igual a la otra, y que ilustran el paso del tiempo.

El Padre Tiempo, una imagen símil a Saturno, es un recordatorio de la tragedia de la muerte y la pérdida, a la que le sucede un nuevo amanecer, trayendo consigo la esperanza de un nuevo día. En el primer ciclo de la creación, la maldad es externa (el demonio). En el segundo ciclo, se observa el comienzo del odio familiar, el mal comportamiento, y la maldad penetrando la naturaleza humana. Los dos hijos mayores del Shāh Fereydūn siente avaricia y envidia hacia su hermano más joven el cual es inocente y, pensando que su padre lo favorece a él, lo matan. El hijo del príncipe asesinado venga la muerte de su padre, y todos se ven inmersos en un sangriento ciclo de muerte y venganza.

En el tercer ciclo, se presentan una serie de shahs con debilidades y fallas. Hay una historia como la de Fedra en la mitología griega del Shāh Kay Kāūs, su esposa Sūdāba, y su pasión y rechazo por su hijastro, Sīyāvash.

En el próximo ciclo, todos los personajes son egoístas y malvados. Esta épica es la más oscura de todas las épicas, mucha de la cual posee algún tipo de resolución y catarsis. Este tono parecería ser reflexivo de dos temas: la conquista de Persia por los árabes, y los últimos días del zoroastrismo persa. La religión antigua está plagada de herejías, y de alguna forma la visión optimista de Zoroastro sobre la habilidad del hombre para elegir le ha dado la espalda a la vida y al mundo. Aquí hay abundancia de mala suerte y malhadado destino.

Es en la caracterización de las numerosas figuras de la obra, tanto masculinas como femeninas, donde se manifiesta la visión de Zoroastro sobre la condición humana. Zoroastro enfatiza el libre albedrío de los humanos. Todos los personajes de Ferdousí son complejos. Ninguno es un arquetipo o una marioneta. Los mejores personajes poseen fallas, y los peores tienen destellos de humanidad.


El Shâhnameh y su impacto en la Persia moderna


Con posterioridad al Shâhnameh de Ferdousí, aparecieron a través de los siglos un cierto número de obras de naturaleza similar dentro de la órbita de influencia de la lengua persa. Sin excepción, todas esta obras se basan en el estilo y método del Shâhnameh de Ferdousí, pero ninguna logró alcanzar el mismo nivel de fama y popularidad.

Algunos expertos creen que la principal razón por la que hoy el Idioma persa es más o menos el mismo lenguaje que el de la época de Ferdousí hace 1000 años se debe a la existencia de obras como el Shâhnameh de Ferdousí el cual ha ejercido una influencia cultural y lingüística profunda y duradera. En otra palabras, el Shâhnameh en sí mismo se ha convertido en uno de las principales pilares del lenguaje persa moderno. El estudio de la obra maestra de Ferdousí se convirtió en un requisito para alcanzar maestría en el dominio de la lengua persa por parte de los poetas que le sucedieron, lo cual queda demostrado por las numerosas referencias que hacen al Shâhnameh en sus obras.

El Shâhnameh contiene 62 historias, 990 capítulos, con un total de 60 000 versos acoplados, por lo que su extensión es siete veces mayor que la de la Ilíada de Homero, y aproximadamente doce veces el tamaño del poema alemán Cantar de los nibelungos. Existen varias traducciones al inglés, casi todas resumidas. En 1925, los hermanos Arthur y Edmond Warner publicaron la obra completa en nueve volúmenes.

Sinopsis
El Shâhnameh es un gran monumento de poesía e historia, siendo principalmente el relato poético de lo que Ferdousí, sus contemporáneos, y sus predecesores consideraban el relato de la historia antigua de Irán. Muchos de estos relatos ya existían en prosa, por ejemplo el Shâhnameh de Abu Mansur Abd-al-Razaq. Solo una pequeña proporción de la obra de Ferdousí, en distintas secciones del Shâhnameh, es completamente de su autoría. Además de las descripciones detalladas de varias escenas y fenómenos, esta obra expresa sus reflexiones sobre la vida, sus creencias religiosas y éticas y su admiración por la virtud, su alabanza a sus patrones, y las referencias que utilizó. El resto de la obra se divide en tres partes sucesivas: la edad mítica, la edad heroica, y la edad histórica.

La edad mítica
Luego de un comienzo de invocación a Dios y a la Sabiduría, el Shâhnameh brinda una descripción de la creación del mundo y del hombre según las creencias de los Sasánidas. Esta introducción continúa con la historia del primer hombre, Keyumars, quien también fue el primer rey luego de un período de deambular por la montaña. Su nieto Hushang, hijo de Sīyāmak, descubre el fuego por accidente y establece la fiesta de Sadeh en su honor. En esta sección se presentan las historias de Tahmuras, Jamshid, Zahhāk, Kawa o Kaveh, Fereydūn y sus tres hijos Salm, Tur, y Iraj, y su nieto Manuchehr. Esta sección del Shâhnameh es relativamente breve, con un total de 2100 versos lo que representa el cuatro por ciento de todo el libro, y narra los eventos con la simplicidad y maestría de una obra histórica. Naturalmente, la fuerza y belleza de la poesía de Ferdousí han contribuido en gran medida a realzar el relato de este período haciéndolo atractivo y lleno de vida.

La edad heroica
Casi dos tercios del Shâhnameh están dedicados a la "Edad de los héroes", la cual abarca desde el reinado de Manuchehr hasta la conquista de Alejandro Magno (Sekandar). La principal característica de este período es el rol destacado que desempeñan los héroes Sagzi (Saka) o Sistānī que forman la columna vertebral del Imperio persa. Garshāsp es mencionado brevemente junto con su hijo Narimān, Sām el hijo de este último, es un paladín de Manuchehr durante su reinado en Sistān. Sus sucesores fueron sus hijos Zāl y Rostam, los más bravos de los bravos, y después Farāmarz.
El Shâhnameh describe con maestría y precisión la sociedad feudal en la que vivían con boato. En efecto, las descripciones de los maestros son tan vívidas que el lector se siente partícipe u observador cercano de los eventos. El tono es épico y enérgico, mientras que el lenguaje es extremadamente rico y variado.
Entre las historias que se relatan en esta sección se encuentra el romance de Zal y Rudāba, las siete etapas (o trabajos) de Rostam, Rostam y Sohrāb, Sīyāvash y Sudāba, Rostam y Akvān Dīv, el romance de Bižan y Manīža, las guerras contra Afrāsīyāb, el relato de Daqiqi de la historia de Goshtāsp y Arjāsp, y Rostam y Esfandyār.
Es de destacar que la leyenda de Rostam y Sohrāb que se presenta en el Shâhnameh, comienza como es costumbre con un detallado preludio lírico. Aquí Ferdousí se encuentra en la cúspide de su poder poético y muestra todo su potencial como un consumado maestro en el arte de narrar historias. Los cerca de mil versos de esta tragedia conforman uno de los cuentos más emotivos de la literatura mundial.

La edad histórica

Una breve mención a la Dinastía arsácida de Partia le sigue a la historia de Alejandro y precede a la de Ardashir I, el fundador de la Dinastía Sasánida. Luego, la historia Sasánida es descrita con gran precisión. La caída de los Sasánidas y la conquista de Irán por los árabes son relatadas en forma romántica, y con un lenguaje sumamente poético. Aquí, el lector puede fácilmente ver a Ferdousí en persona lamentándose por la catástrofe, y sobre lo que el llama la llegada del "ejército de las tinieblas".

Según Ferdousí, la edición final del Shâhnameh contenía unos sesenta mil distiches. Pero esto es solo un número aproximado; la mayoría de los manuscritos confiables que han llegado hasta nuestros días han permitido preservar unos cincuenta mil distiches. Nezami-e Aruzi indica que la edición final del Shâhnameh enviada a la corte del Sultán Mahmud de Ghazni fue armada en siete volúmenes.

El mensaje del Shâhnameh

El estilo de Ferdousí es el de un poeta consumado. Su lenguaje épico es rico, emotivo y suntuoso. Los toques personales que posee el Shâhnameh evitan que se convierta en un árido relato de narrativas históricas. Ninguna historia ha sido leída con tanta avidez, creída con tanto convencimiento, y tan ardientemente atesorada en Irán, como el Shâhnameh de Ferdousí. Si hay una historia que ha influido sobre sus lectores, es el Shâhnameh y en la forma más refinada posible. Ferdousí ha triunfado, allí donde tantos líderes militares y religiosos tayikos han fallado.

De hecho, Ferdousí está tan seguro de la inmortalidad y trascendencia de su obra maestra, que él lo expresa en estos versos:

بناهاى آباد گردد خراب
ز باران و از تابش آفتاب
پى افكندم از نظم كاخي بلند
كه از باد و باران نيابد گزند
نميرم از اين پس كه من زنده‌ام
كه تخم سخن را پراكنده‌ام

Banāhāye ābād gardad kharāb
ze bārānō az tābeshē āftāb

pay afkandam az nazm kākhī boland
ke az bādō bārān nayābad gazand

nemiram az īn pas ke man zendeh'am
ke tokhme sokhan rā man parākandeh'am

"Las edificaciones de la ciudad se deterioran
a causa de la lluvia y la luz del Sol."

"Estoy agradecido a este gran palacio del verso [El Shahnameh]
Ya que no puede ser vencido por el viento ni la lluvia"

"Yo no partiré cuando concluya mi vida,
Permaneceré en la semilla de la lengua persa"

Ferdousí no espera que su lector pase sobre los eventos históricos de forma indiferente, en cambio le pide a su lector que considere los temas con cuidado, para así comprender las causas del ascenso y caída de los hombres y las naciones; y aprender del pasado para poder mejorar el presente, y poder formular mejor el futuro. Ferdousí enfatiza su visión que dado lo transitorio de la vida en este mundo, y como todos estamos solo de paso, debemos ser sabios y evitar la crueldad, la mentira, la avaricia, y otros males tradicionales; en cambio debemos luchar por la justicia, el honor, la verdad, el orden, y otras virtudes tradicionales.

El mensaje que transmite el Shâhnameh de Ferdousí es la idea que la historia del Imperio sasánida era un todo inmutable y completo: comenzó con Keyumars, el primer hombre, y terminó con su sucesor número cincuenta, Yazdegerd III, seis mil años de historia de Irán. La tarea de Ferdousí fue evitar que esta historia perdiera su conexión con las futuras generaciones de iraníes.

Influencia cultural

La dinastía Shirvanshah adoptó muchos de sus nombres del Shāhnāmé. La relación entre Shirwanshah y su hijo, Manuchihr, se menciona en el capítulo ocho de Leili o Majnoon de Nizami. Nizami aconseja al hijo del rey que lea el Shāhnāmé y recuerde los dichos significativos de los sabios.

De hecho, a pesar de todas las afirmaciones en contrario, no hay duda de que la influencia persa fue primordial entre los selyúcidas de Anatolia. Esto se revela claramente por el hecho de que los sultanes que ascendieron al trono después de Ghiyath al-Din Kai-Khusraw I asumieron títulos tomados de la antigua mitología persa, como Kay Khosrow, Kay Kāvus y Kay Kobad; y que Ala 'al-Din Kai-Qubad I tenía algunos pasajes del Shāhnāmé inscritos en las paredes de Konya y Sivas. Cuando tomamos en consideración la vida doméstica en las cortes de Konya y la sinceridad del favor y el apego de los gobernantes a los poetas persas y la literatura persa, entonces este hecho (es decir, la importancia de la influencia persa) es innegable.
Shah Ismail I (fallecido en 1524), el fundador de la dinastía Safavida de Irán, también fue profundamente influenciado por la tradición literaria persa, particularmente por el Shāhnāmé, lo que probablemente explica el hecho de que nombró a todos sus hijos con los personajes de la obra. Dickson y Welch sugieren que el Shāhnāmaye Shāhī de Ismail fue pensado como un regalo para el joven Tahmāsp.​ Después de derrotar a los uzbekos de Muhammad Shaybāni, Ismāil le pidió a Hatefī, un famoso poeta de la actual provincia de Ġawr, que escribiera una epopeya al estilo del Shāhnāmé sobre sus victorias y su dinastía recién establecida. Aunque la epopeya quedó inconclusa, fue un ejemplo de masnaví en el estilo heroico del Shāhnāmé escrito más tarde para los reyes safávidas.

La influencia del Shāhnāmé se ha extendido más allá de la esfera persa. La profesora Victoria Arakelova de la Universidad de Ereván afirma:
Durante los diez siglos transcurridos desde que Ferdousí compuso su obra monumental, las leyendas heroicas y las historias del Shāhnāmé han seguido siendo la principal fuente de narración para los pueblos de esta región: persas, pashtunes, kurdos, guranos, talishis, armenios, georgianos, pueblos del norte del Cáucaso, etc.


Ediciones académicas.


Se han preparado ediciones académicas del Shāhnāmé. En 1808 Mathew Lumsden (1777-1835) emprendió el trabajo de una edición del poema. El primero de los ocho volúmenes previstos se publicó en Calcuta en 1811. Pero Lumsden no terminó más volúmenes. En 1829 Turner Macan publicó la primera edición completa del poema. Se basó en una comparación de 17 copias manuscritas.
Entre 1838 y 1878, apareció en París una edición del erudito francés Julius von Mohl, que se basó en una comparación de 30 manuscritos. Después de la muerte de Mohl en 1876, el último de sus siete volúmenes fue completado por Charles Barbier de Meynard, sucesor de Mohl en la cátedra de persa del College de France.
Ambas ediciones carecían de aparatos críticos y se basaban en manuscritos secundarios fechados después del siglo xv, mucho más tarde que la obra original. Entre 1877 y 1884, el erudito alemán Johann August Vullers preparó un texto sintetizado de las ediciones de Macan y Mohl bajo el título Firdusii liber regum, pero solo se publicaron tres de sus nueve volúmenes esperados. La edición de Vullers fue posteriormente completada en Teherán por los eruditos iraníes S. Nafisi, Iqbal y M. Minowi para el jubileo milenario de Ferdousí, celebrado entre 1934 y 1936.
La primera edición crítica moderna del Shāhnāmé fue preparada por un equipo ruso dirigido por E. E. Bertels, utilizando los manuscritos más antiguos conocidos en ese momento, que datan de los siglos xiii y xiv, con una gran dependencia del manuscrito de 1276 del Museo Británico y el de 1333, el Manuscrito de Leningrado, el último de los cuales ahora se ha considerado un manuscrito secundario. Además, otros dos manuscritos utilizados en esta edición han sido degradados. Fue publicado en Moscú por el Instituto de Estudios Orientales de la Academia de Ciencias de la URSS en nueve volúmenes entre 1960 y 1971.
Durante muchos años, la edición de Moscú fue el texto estándar. En 1977, se redescubrió en Florencia un manuscrito de principios de 1217. El manuscrito de Florencia de 1217 es una de las primeras copias conocidas del Shāhnāmé, anterior a la invasiones y la posterior destrucción de importantes bibliotecas y colecciones de manuscritos. 
Utilizándolo como texto principal, Djalal Khaleghi-Motlagh comenzó la preparación de una nueva edición crítica en 1990. El número de manuscritos que se consultaron durante la preparación de la edición de Khaleghi-Motlagh va más allá de cualquier intento por parte del equipo de Moscú. El aparato crítico es extenso y se registraron un gran número de variantes para muchas partes del poema.
 El último volumen se publicó en 2008, completando la empresa de ocho volúmenes. Según Dick Davis, profesor de persa en la Universidad Estatal de Ohio, es "con mucho la mejor edición disponible del Shāhnāmé, y seguramente seguirá siéndolo durante mucho tiempo".


Hakim Abol-Qasem Ferdousí-e Tusí (en persa, حکیم ابوالقاسم فردوسی توسی‎​), normalmente abreviado en Ferdowsi, Ferdousí o Firdawsi (Tus, 935-Mazandarán, 1020), es probablemente el poeta persa más reconocido. Es universalmente conocido por ser el autor del inmortal Shāhnāmé o Libro de los Reyes, epopeya nacional de Persia, hoy Irán, y la mayor epopeya jamás escrita por un solo autor. Es considerado el escritor más importante de la lengua persa y uno de los más célebres de la literatura universal. Se le ha dado el sobrenombre de «El Señor de la Palabra».

Pertenecía a una familia de ricos nobles terratenientes (dehqan). Casi toda su vida permaneció en la región del Gran Jorasán, que abarcaba las tres provincias orientales del Irán actual, llegando por el norte a Samarcanda y Bujará (Uzbekistán actual), parte de Tayikistán y la parte oeste de Afganistán. Así pues, se movió en el interior de su extensa provincia viajando entre Balj, Gazni y los territorios situados al norte del río Oxus.

Mantuvo la pureza de la lengua persa en la cual escribió sus obras y aunque se islamizó, no arabizó sus costumbres ni su lengua: los dehqans en particular guardaban más estrechamente que el pueblo las antiguas tradiciones orales, los mitos y leyendas persas antiguos. Ferdousí supo aprovechar esta circunstancia para elaborar su epopeya y elaborar un monumento literario con lo que vio que se estaba empezando a perder. Aprovechó el trabajo de los poetas épicos de la generación anterior, como el del bardo de la corte samaní y poeta zoroastriano Daqiqi, autor de una obra inacabada, y la prosiguió, de forma que esos mil versos más o menos quedaron incorporados a su gran epopeya Shāhnāmé, que cuenta con 60 000 y es la epopeya más larga de la literatura tras el Mahabharata.

El trabajo de recuperar todo el pasado, historia, mitos y leyendas de Irán en esta gigantesca epopeya le absorbió durante treinta años y tanto que descuidó sus quehaceres como terrateniente y se vio abocado a vender muchas de sus tierras. Cuando el Shahnamé estuvo terminado hacia 1010, la dinastía samánida había sido derrocada por la gaznavida, que nada tenía que ver ni en origen ni en lengua con la anterior. Los gaznavíes eran un pueblo túrquico de Asia Central y de habla y cultura túrquica, y, cuando Ferdousí apareció en la corte del gran sultán Mahmud de Gazni no fue bien recibido, ya que alababa a una dinastía que no era la suya y del pasado, algo políticamente incorrecto. 
El héroe del poema Rostam es persa, noble; el sultán era de origen humilde y no se podía identificar con él, con su linaje, con sus costumbres, con su lengua; además, los turanios (turcos de Asia Central) quedaban en mal lugar en la obra, y aunque el sultán le prometió a Ferdousí un dinar de oro por cada verso (60 000), al pagar le dio un dírham de plata por cada verso; ofendido el poeta, salió del palacio y según la leyenda dio todo el dinero a un vendedor ambulante. 
Para colmo el sultán era suní y Ferdousí chiita; el poeta dedicó al sultán versos burlescos sobre su origen humilde de hijo de cocinero de la corte samaní. Temeroso de que se enterara, huyó a Herat y unos meses después a Tus, y de allí a Mazandarán. En esta última provincia fue donde encontró a un mecenas en el rey local de la región, Shariyar, que sí era persa, aunque le pidió que destruyera sus versos satíricos contra el sultán. Se desconoce la fecha exacta de su muerte, que pudo acontecer entre 1020 y 1025

sábado, 30 de diciembre de 2017

486.-Biografia y frases de José Martí.-a

Monumento a Marti


José Martí Pérez (La Habana, 28 de enero de 1853-Dos Ríos, 19 de mayo de 1895) fue un poeta y político cubano. Político republicano democrático, ensayista, periodista y filósofo, fue fundador del Partido Revolucionario Cubano y organizador de la Guerra de Independencia de Cuba, durante la que murió en combate. Se le ha considerado el iniciador del modernismo literario en Hispanoamérica.

Biografía.

Nació en La Habana el 28 de enero de 1853.  Su padre era Mariano Martí, natural de la ciudad española de Valencia, y la madre Leonor Pérez Cabrera, de Santa Cruz de Tenerife, en las islas Canarias. Pasó una breve parte de su infancia en Valencia (de los 4 a los 6 años) antes de que la familia regresara a Cuba.
En 1866 se matriculó en el Instituto de Segunda Enseñanza de La Habana. Ingresó también en la clase de Dibujo Elemental en la Escuela Profesional de Pintura y Escultura de La Habana.

El joven Martí pronto se sintió atraído por las ideas revolucionarias de muchos cubanos, y tras el inicio de la Guerra de los Diez Años (1868-1878), inició su actividad revolucionaria: publicó la gacetilla El Diablo Cojuelo, y poco después una revista, La Patria Libre, que contenía su poema dramático Abdala. A los diecisiete años José Martí fue condenado a seis años de cárcel por su pertenencia a grupos independentistas; realizó trabajos forzados en el penal hasta que su mal estado de salud le valió el indulto.
Deportado a España, en este país publicó su primera obra de importancia, el drama La adúltera. Inició en Madrid estudios de derecho y se licenció en derecho y filosofía y letras por la Universidad de Zaragoza. Durante sus años en España surgió en él un profundo afecto por el país, aunque nunca perdonó su política colonial. En su obra La República Española ante la Revolución Cubana reclamaba a la metrópoli que hiciera un acto de contrición y reconociese los errores cometidos en Cuba.

Tras viajar durante tres años por Europa y América, José Martí acabó por instalarse en México. Allí se casó con la cubana Carmen Zayas-Bazán y, poco después, gracias a la paz de Zanjón, que daba por concluida la Guerra de los Diez Años, se trasladó a Cuba. Deportado de nuevo por las autoridades cubanas, temerosas ante su pasado revolucionario, se afincó en Nueva York y se dedicó por completo a la actividad política y literaria.
Desde su residencia en el exilio, José Martí se afanó en la organización de un nuevo proceso revolucionario en Cuba, y en 1892 fundó el Partido Revolucionario Cubano y la revista Patria. Se convirtió entonces en el máximo adalid de la lucha por la independencia de su país.
Dos años más tarde, tras entrevistarse con el generalísimo Máximo Gómez, se incorporó a una nueva intentona que daría lugar a la definitiva Guerra de la Independencia (1895-1898). Pese al embargo de sus barcos por parte de las autoridades estadounidenses, pudo partir al frente de un pequeño contingente hacia Cuba, pero fue abatido por las tropas realistas en 1895; contaba cuarenta y dos años. Junto a Simón Bolívar y José de San Martín, José Martí es considerado uno de los principales protagonistas del proceso de emancipación de Hispanoamérica.

La poesía de José Martí.

Además de destacado ideólogo y político, José Martí fue uno de los más grandes poetas hispanoamericanos y la figura más destacada de la etapa de transición al Modernismo, que en América supuso la llegada de nuevos ideales artísticos. Como poeta se le conoce por Versos libres (1878-1882, publicados póstumamente); Ismaelillo (1882), obra que puede considerarse un adelanto de los presupuestos modernistas por el dominio de la forma sobre el contenido; y Versos sencillos (1891), un poemario decididamente modernista en el que predominan los apuntes autobiográficos y el carácter popular.
Escritos en su mayor parte en 1882, los poemas de Versos libres no vieron la luz hasta su publicación póstuma en 1913, muchos años después de su muerte. El propio Martí calificó esos versos de "endecasílabos hirsutos, nacidos de grandes miedos, o de grandes esperanzas, o de indómito amor de libertad, o de amor doloroso a la hermosura".
El tono fuerte y áspero de este volumen, por el que Martí proclamaba su propia preferencia, impresionó vivamente a Miguel de Unamuno, cuyos juicios serían el punto de partida de la valoración de la obra. Su fuerza vibratoria, tanto formal como en los contenidos, se hace evidente en composiciones como "Poética", "Mi poesía" o "Cuentan que antaño", en las que se sirvió de un lenguaje vigoroso y oscuro, por momentos incluso pasional.

La poesía de José Martí se funda en una visión dualista de la humanidad: realidad e idealismo, espíritu y materia, verdad y falsedad, conciencia e inconsciencia, luz y oscuridad. Los poemas de Ismaelillo (1882), libro dedicado a su hijo, son un ejemplo de ello: la debilidad y la inocencia del niño son su fuerza.
En Versos sencillos (1891), José Martí expresa el sentimiento que le despierta la alegría de la naturaleza y el mal de la civilización. El sufrimiento y el temor al paso del tiempo también fueron elementos frecuentes en su lírica, donde se advierte un acercamiento al romanticismo que muchos críticos han considerado superior al de otros de sus contemporáneos. En A mis hermanos muertos el 27 de noviembre (1872), publicado durante su destierro en España, Martí dedica sus versos a los estudiantes muertos en una masacre acaecida en aquella fecha.

Obra en prosa.

Su única novela, Amistad funesta, también llamada Lucía Jérez y firmada con el pseudónimo de Adelaida Ral, fue publicada por entregas en el diario El Latino-Americano entre mayo y septiembre de 1885; aunque en su argumento predomina el tema amoroso, en esta obra de final trágico también aparecen elementos sociales. Entre sus obras dramáticas destacan Abdala (1869), drama simbólico en un acto y en octosílabos, La Adúltera (1873) y Amor con amor se paga (1875), también en verso y estrenado en México.
La prosa de Martí se vio influida por la obra del norteamericano Ralph Waldo Emerson, para quien la palabra debía ser tan elocuente como poética e intensa dentro de un discurso sencillo y conciso. Era consciente, como acaso sólo lo fueron los modernistas inmediatamente posteriores a él, de todas las posibilidades del lenguaje, y consideraba que sus recursos estaban íntimamente ligados a las cualidades humanas del pueblo, que en última instancia era quien los inventaba.
Tanto la prosa como la poesía de Martí resultan inseparables de su biografía; él mismo declaró que eran parte indiscutible de su máxima preocupación, que no era otra que la política. Personalidad optimista, sus opiniones sobre el hombre, la poesía o la sociedad son aspectos que aparecen en sus obras al servicio de unas concepciones que tenían siempre al ser humano como centro. A largo plazo su objetivo era la mejora de la humanidad, pero a corto plazo lo era la liberación de Cuba, a la que dedicó todos sus esfuerzos.

Por ello, su producción en prosa fue en su mayor parte funcional, como sus ensayos sobre Simón Bolívar, José de San Martín o el general José Antonio Páez, en relación a los héroes del pasado, y sobre el general Máximo Gómez, Walt Whitman o Ralph Waldo Emerson entre los contemporáneos; en tales textos, que constituyeron lo mejor de su prosa, exaltó las cualidades de personajes que admiraba. Dentro de la primera edición de sus obras completas, el volumen titulado Norteamericanos reunió póstumamente sus estudios sobre figuras del norte; otros dos volúmenes, bajo el título Nuestra América, contienen los trabajos de Martí consagrados a estudiar aspectos de la vida, la cultura y la historia de la América hispana. En ellos expresó su mensaje americanista y resumió su precursora teoría de la debilidad de las naciones hispánicas, en las que existía un enorme abismo entre las clases dirigentes e intelectuales y el pueblo.
Cronista y crítico excepcional, hizo de muchos de sus textos auténticos ensayos, algunos de carácter revolucionario como El presidio político en Cuba (1871), reflejo de gran fuerza lírica de su condena a trabajos forzados en el que denuncia las penurias que sufrían los independentistas. Cabe destacar también La República Española ante la Revolución Cubana (1873) y Cuba y los Estados Unidos (1889), refutación de los ataques de la prensa norteamericana a los patriotas cubanos, así como El Manifiesto de Montecristi o su Diario de campaña.
También fundó una revista para niños, La Edad de Oro (1889), publicada en Nueva York y en la que aparecieron los cuentos Bebé y el señor Don Pomposo, Nené traviesa y La muñeca negra. Íntegramente redactada por Martí, esta publicación muestra una serie de aspectos de su personalidad y constituye también una demostración de cómo supo anticiparse a muchas conquistas de la pedagogía moderna: una vez más, puso de relieve en esos escritos su preocupación por las normas de justicia y dignidad humanas, que debían cultivarse en el niño desde su más tierna edad.

José Martí colaboró a lo largo de su vida en innumerables publicaciones de distintos países, como La Revista Venezolana, La Opinión Nacional de Caracas, La Nación de Buenos Aires o la Revista Universal de México

Sus Obras completas (que en la edición de 1963-1965 constan de veinticinco volúmenes) incluyen asimismo un nutrido epistolario (sus cartas, también reveladoras de su singular personalidad, han merecido excepcionales comentarios) y numerosos discursos, muchos de ellos dedicados a enardecer el sentimiento patriótico de los cubanos que radicaban como él en la emigración, llamándolos al esfuerzo común gracias al cual se lograría la independencia de la patria.

Visión política.

Su visión política era un liberal clásico y demócrata. Además, su obra política y de propaganda muestra estas tres prioridades: la unidad de todos los cubanos como nación en el proyecto cívico republicano de postguerra; la terminación del dominio colonial español; y evitar expansiones estadounidenses y españolas. Es casi unánime la información sobre su gran capacidad de trabajo y frugalidad, lo que, siendo evidente, junto a su palabra persuasiva, le valió reconocimiento por la mayoría de sus compatriotas.

Pensamiento religioso.

José Martí no asume una posición antirreligiosa, sino que hace críticas a las religiones establecidas, por sus desviaciones, por el abandono en un momento de su desarrollo histórico de los principios que la originaron y de los fundamentos de la religiosidad.

Un pueblo irreligioso morirá, porque nada en él alimenta la virtud. Las injusticias humanas disgustan de ella; es necesario que la justicia celeste la garantice.

Habiendo recibido Martí una educación religiosa fue capaz de darse cuenta y profundizar en las diferencias estimadas por las distintas religiones, logró demostrar a través de su propia experiencia lo necesario de la conciencia, la razón y la voluntad, elementos que relaciona con claridad en la actuación del hombre en la vida, la que siempre concebía relacionada con la honradez, la justicia y los sentimientos humanos. Las convicciones religiosas las veía con agrado cuando estaban en defensa de los aspectos expresados anteriormente, todo lo que fomentara su limitación y desarrollo constituían un elemento de freno al pensamiento sano y creador del hombre.

Pensamiento pedagógico.

Martí concibe el modelo educativo con una función social transformadora de las condiciones socioculturales y económicas de la población en general. ial. Estos procesos requieren ser tomados en cuenta en las modalidades educativas formal o no formal.

Influencia de Martí

Su influencia en los cubanos es grande. En general es considerado por sus compatriotas como el principal modelador de la nacionalidad cubana tal como la conocemos hoy. Su prestigio se refleja en los títulos que popularmente se le conceden. «El apóstol de la independencia», «el maestro», «héroe nacional», son los más usados.
José Martí es considerado además el precursor del modernismo en Latinoamérica, un movimiento literario que explotaría en la región con Rubén Darío. Esto se observa especialmente en el prólogo que escribe en sus Versos libres, donde defiende el valor de la originalidad de la poesía nacida de las entrañas ("Éstos son mis versos. Son como son. A nadie los pedí prestados.") frente al metodismo de los poetas anteriores.
 

Retrato 

Este articulo  tiene 425 frases de José Julián Martí Pérez

Es la hora del recuento y de la marcha unida y hemos de andar, en cuadro apretado, como la plata en las raíces de los Andes.
El amor, Madre, a la Patria, no es el amor ridículo a la tierra, ni a la hierba que pisan nuestras plantas 
Hay tres cosas que cada persona debería hacer durante su vida: plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro 
Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedra.
...amor cuerdo, no es amor...

Ayudar al que lo necesita no sólo es parte del deber, sino de la felicidad 
Buscamos la solidaridad no como un fin sino como un medio encaminado a lograr que nuestra América cumpla su misión universal.
El único autógrafo digno de un hombre es el que deja escrito con sus obras. 
El que tiene un derecho no obtiene el de violar el ajeno para mantener el suyo. 
El arma es para herir, y la palabra para curar las heridas. 
Para la patria nos levantamos. Es un crimen levantarse sobre ella. 
Sin sonrisa de mujer no hay gloria completa de hombre. 

Hacer es la mejor manera de decir. 
Haga hombres, quien quiera hacer pueblos.
Haga cada uno su parte de deber, y nada podrá vencernos.
Debe de andar triste por dentro el corazón de quien ayuda a oprimir a los hombres. 

El vanidoso mira a su nombre; y el hombre honrado a la patria. 
Hay que prever, y marchar con el mundo. La gloria no es de los que van para atrás, sino para adelante.
Hay un solo niño bello en el mundo y cada madre lo tiene. 
La fama es un mito inútil 
La gratitud, como ciertas flores, no se da en la altura y mejor reverdece en la tierra buena de los humildes.

La ignorancia mata a los pueblos, y es preciso matar a la ignorancia. 
La libertad no puede ser fecunda para los pueblos que tienen la frente manchada de sangre. 
El dar la vida sólo constituye un derecho cuando se la da desinteresadamente. 
La libertad es el derecho que tienen las personas de actuar libremente, pensar y hablar sin hipocresía. 

La muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida. 
La madre del decoro, la savia de la libertad, el mantenimiento de la República y el remedio de sus males es, sobre todo lo demás, la propagación de la cultura.
Se hacen versos de la grandeza, pero sólo del sentimiento se hace poesía. 
(...) la sociedad es un libro muy delicado, no hay que lastimar sus hojas al estudiarlo.
Hay un cúmulo de verdades esenciales que caben en el ala de un colibrí, y son, sin embargo, la clave de la paz pública, la elevación espiritual y la grandeza patria. 

La palabra no es para encubrir la verdad, sino para decirla. 
Pueblo que se somete, perece. 
Al poder se sube casi siempre de rodillas. Los que suben de pie son los que tienen derecho a él. 
(...) lo que importa no es el número de armas en la mano, sino el número de estrellas en la frente. 
Al poder se sube casi siempre de rodillas. Los que suben de pie son los que tienen derecho a él. 
A mayor atrevimiento, mayor honra. A la larga todo el pueblo saca ventaja, por la fama que asegura y respeto que inspira, de haber sido heroico... así como queda para befa y mote cuando tarda en serlo. 

Si de algo serví antes de ahora, ya no me acuerdo: lo que yo quiero es servir más.
Al placer se despiertan los hombres solos. Al deber ha de haber quien les toque en la puerta todos los días. 
Las etapas de los pueblos no se cuentan por sus épocas de sometimiento infructuoso, sino por sus instantes de rebelión.
No yerra quien intenta componer un pueblo en la hora en que aun se lo puede; sino el que no lo intenta. 
Resolver el problema después de conocer sus elementos, es más fácil que resolver el problema sin conocerlos. [...] Conocer es resolver. 
Sólo perdura y es para bien, la riqueza que se crea, y la libertad que se conquista con las propias manos.
Ser culto es el único modo de ser libre. 

Un pueblo que entra en revolución no sale de ella hasta que no se extingue o la corona. 
Dennos al menos para resucitar todo el tiempo que nos dieron para morir. ¡Pero no necesitamos tanto! 
El abono puede traerse de otra parte, pero el cultivo ha de ser de acuerdo al suelo
Patria es humanidad, es aquella porción de la humanidad que vemos mas cerca, y en que nos tocó nacer.
Un hombre que oculta lo que piensa, o no se atreve a decir lo que piensa, no es un hombre honrado.

Los hombres van en dos bandos: los que aman y fundan, los que odian y deshacen. 
El amor, Madre, a la Patria, no es el amor ridículo a la tierra, ni a la hierba que pisan nuestras plantas.

No hay más que un modo de vivir después de muerto. Haber sido un hombre de su tiempo o un hombre de todos los tiempos. 
La felicidad tiene garantía sólida en el concepto de independencia y dignidad humano. 
Patria es humanidad. 
Los hombres son como los astros, que unos dan luz de sí y otros brillan con la que reciben. 
Los bárbaros que todo lo confían a la fuerza y a la violencia nada construyen, porque sus simientes son de odio. 

Todo hombre verdadero debe sentir en su mejilla el golpe dado a cualquier mejilla de otro hombre. 
Todo está dicho ya; pero las cosas, cada vez que son sinceras, son nuevas. 
Toda la Gloria del Mundo cabe en un grano de maíz. 
Saber leer es saber andar. Saber escribir es saber ascender. 
El vino, de plátano; y si sale agrio, ¡es nuestro vino! 
La crítica es el ejercicio del criterio: destruye los ídolos falsos, pero conserva en todo su fulgor a los dioses verdaderos. 
Toda la vida es deber. 

Ver con calma un crimen es cometerlo.
(...) ¡la mordaza que se pone en la boca ajena se vuelve esposas para las propias manos!
Vale más un minuto de pie que una vida de rodillas.
En revolución, los métodos han de ser callados; y los fines, públicos. 
Para los niños trabajamos, porque ellos son los que saben querer, porque ellos son la esperanza del mundo. 
Toda madre debiera llamarse Maravilla.

La Patria es ara, no pedestal. 
Los hombres necesitan quien les mueva a menudo la compasión en el pecho y las lágrimas en los ojos; y les haga el supremo bien de sentirse generosos. 
El primer deber de un hombre de estos días, es ser un hombre de su tiempo. 
De América soy hijo y a ella me debo. 
Dígase Hombre y ya se han dicho todos los derechos. 
Jamás sin dolor profundo produjo el hombre obras verdaderamente bellas. 


Estatua de José Martí en el Parque Central

 

Pero mientras haya obra que hacer; un hombre entero no tiene derecho a reposar. Preste cada hombre sin que nadie lo regañe el servicio que lleve en sí. 
En los pueblos libres, el derecho ha de ser claro. En los pueblos dueños de sí mismos, el derecho ha de ser popular.
Tengo bajo el cielo vasto un mundo nuevo.

Hemos de poner la justicia tan alta como las palmas. 
¡Y entre pueblos hermanos, todas las flores deben abrirse el día del abrazo primero del amor! 
Tengo fe en el mejoramiento humano, en la vida futura, en la utilidad de la virtud... 
El hombre que clama vale más que el que suplica (...) Y los derechos se toman, no se mendigan. 

Debe hacerse en cada momento lo que en cada momento es necesario. 
Ahora todos los pueblos del mundo se conocen mejor y se visitan... 
El lenguaje común tiene de base el estudio del mundo, legado de padres a hijos, en máximas finas, y la impresión pueril primera.
La patria necesita sacrificios. Es ara y no pedestal. Se le sirve, pero no se la toma para servirse de ella.
(...) cuando se tiene los ojos fijos en los alto, ni zarzas ni guijarros distraen al viajero de su camino; los ideales enérgicos y consagraciones fervientes no se merman en un ánimo sincero por las contrariedades de la vida.
Vivi en el monstruo, y le conozco las entrañas.

Yo sé desaparecer, pero no desaparecerá mi pensamiento.
Para mí la Patria nunca será triunfo, sino agonía y deber. 
Quien piensa en sí no ama a la Patria. 
¡Grande es la palabra cuando cabalga en la razón! Penetra entonces más que la más larga espada. 
El lenguaje es humo cuando no sirve de vestido al sentimiento generoso o a la idea eterna. 
El deber de un hombre está allí donde es más útil. 

Hombre es más que blanco, más que mulato, más que negro.
Todo lo que divide a los hombres es un pecado contra la humanidad.  
¡A la obra, todos a la vez, y tendremos casa limpia!
A la raíz va el hombre verdadero. Radical no es más que eso: el que va a las raíces. 
Independencia es una cosa, y revolución es otra.

No se llame hombre quien no ayude a la seguridad y dicha de los demás hombres.
El mundo entero va ahora como moviéndose en la mar, con todos los pueblos humanos a bordo, y del barco del mundo, la torre es el mástil! Los vientos se echan sobre la torre, como para derribar a la que los desafía, y huyen por el espacio azul, vencidos y despedazados.
Pero los pueblos de ahora crecen más de prisa, porque se juntan con los pueblos más viejos, y aprenden con ellos lo que no saben; no como antes, que tenían que ír poco a poco descubriéndolo todo ellos mismos.

La libertad es la tiranía del deber 
...pongamos alrededor de la estrella, en la bandera nueva, esta fórmula del amor triunfante. Con todos y para el bien de todos. 
El pueblo más feliz es el que tenga mejor educados a sus hijos, en la instrucción del pensamiento, y en la dirección de los sentimientos. 
(...) los pueblos todos de la Tierra se juntan, en clarísimo espacio, por todas partes matizado -como por lenguas de gozo- de banderas, a celebrar la unión de los mares. 

Por toda nuestra América empieza a mostrarse el deseo -como si ya hubiese comenzado a cuajar el alma continental- de conocer, por sus raíces y desarrollo, la composición de los pueblos americanos.
Todos los pueblos tienen algo inmenso y majestuoso y de común, más vasto que el cielo, más grande que la tierra, más luminosos que las estrellas, más ancho que el mar: el espíritu humano. 
(...) la creación de un archipiélago libre donde las naciones respetuosas derramen las riquezas que a su paso han de crear sobre el crucero del mundo.

Así, en el goce continuo de aquel mundo ordenado y hermoso, nace, a despecho de las turbulencias de la vida, la felicidad que hace al hombre bueno. 
Los pueblos, hombres magnificados, como los hombres tienen su edad de predominio de imaginación, y de predominio de razón. 
En todo gran escritor hay un gran pintor, un gran escultor y un gran músico. 
Tengo fe en el mejoramiento humano, en la vida futura, en la utilidad de la virtud.
Ahora todos los pueblos del mundo se conocen mejor y se visitan. 
En los pueblos libres, el derecho ha de ser claro. En los pueblos dueños de sí mismos, el derecho ha de ser popular. 

Los pueblos no se unen sino con lazos de fraternidad y amor. 
La mesa del mundo está en los Andes. 
Tengo bajo el cielo vasto un mundo nuevo.
Es la nueva poesía, que anuncia el mundo nuevo. 
Escasos. Como los montes, son los hombres que saben mirar desde ellos, y sienten con entrañas de nación, o de humanidad.

Todo hombre tiene un poco de león y quiere para si en la vida la parte del león, que se queja de la opresión ajena pero apenas puede oprimir, oprime. Clama contra monopolio ajeno, pero apenas puede monopolizar, monopoliza. No en balde cuando el libro de los hebreos quería dar un nombre a un varón admirable, lo llamaba un justo. No desearlo todo para si quitarse algo de si para que toquen igual parte, todos, es valor que parece heroico. A juzgar por el escaso número de los que dan prueba de el. 

O la república tiene por base el carácter entero de cada uno de sus hijos, el hábito de trabajar con sus manos y pensar por sí propio, el ejercicio integro de sí y el respeto, como de honor de familia, al ejercicio integro de los demás, la pasión, en fin por el decoro del hombre, o la república no vale una lagrima de nuestras mujeres ni una sola gota de sangre de nuestro bravos. 

La política es el arte de inventar un recurso a cada nuevo recurso de los contrarios, de convertir los reveses en fortuna; de adecuarse al momento presente, sin que la adecuación cueste el sacrificio, o la merma del ideal que se persigue; de cejar para tomar empuje; de caer sobre el enemigo, antes de que tenga sus ejércitos en fila y su batalla preparada. 

El amor es superior a la amistad en que crea hijos. La amistad es superior al amor en que no crea deseos, ni la fatiga de haberlos satisfecho, ni el dolor de abandonar el templo de los deseos saciados por los deseos nuevos. 
Los que no tienen el valor de sacrificarse han de tener a lo menos el pudor de callar ante los que se sacrifican, o de elevarse en la inercia inevitable o en la flojedad, por la admiración sincera de la virtud que no alcanza. Debe ser penoso inspirar desprecio a los hombres desinteresados y viriles.

(...) Para estudiar las posibilidades de la vida futura de los hombres, es necesario dominar el conocimiento de las realidades de su vida pasada (...) no se puede predecir como progresará el hombre, sin conocer como ha progresado.
La Tierra tiene sus cráteres; la especie humana, sus oradores. 
La palabra hablada, además, funde a los hombres mejor que la palabra escrita. 

La razón es nuestro escudo.
No hay como pensar firmemente para hablar elocuentemente. 
Lo que esté definido en el juicio, será de seguro bien puesto en los labios. 
El espíritu humano es la única Retórica que debe estudiar el orador. 
¿Debemos los hombres juiciosos contentarse con grandeza formal, externa y aparente de los sistemas, o estudiarlos sinceramente en su agencia, funciones y resultados?
Unos tienen ojos para los lunares, y cuando ven cosa bella, airados de que lo sea, buscan coléricos la mancha o defecto y gozan cuando la hallan –que son las almas ruines. 

Hombre es el que le sale al frente al problema, y no deja que otros le ganen el suelo en que ha de vivir y la libertad de que ha de aprovechar. Hombre es quien estudia las raíces de las cosas. 
El lodo resbala sobre el mármol: el diente resbala sobre el mármol: las estatuas de polvo se caen solas por tierra. Guiar es prever. El débil se aturde por lo superficial: el fuerte le ve las entrañas al enemigo y da sobre ellas. De canijos o necios es ver venir la dificultad y no prepararse para ella. 
Surgen los estadistas naturales del estudio directo de la naturaleza (...) Los oradores comienzan a ser sobrios. 
La manera de decir realza el valor de lo que se dice. 

Buscamos la solidaridad no como un fin sino como un medio encaminado a lograr que nuestra América cumpla su misión universal. 
Es que cuando ya nos ahoga, se hace preciso cortar el lazo que no sabe aflojarnos a tiempo. 
La libertad es el derecho que todo hombre tiene a ser honrado, y a pensar y a hablar sin hipocresía. 
(...) de mudo no peca el pueblo americano, que de la Naturaleza misma tiene la elocuencia.
Peleamos en Cuba para asegurar, con la nuestra, la independencia hispanoamericana. 

Los fuertes, prevén, los hombres de segunda mano esperan la tormenta con los brazos en cruz.
En la cruz murió el hombre un día: pero se ha de aprender a morir en la cruz todos los días.
Lo que está definido en el juicio, será de seguro bien puesto en los labios.
Las naturalezas americanas, necesitan de que lo que se presente a su razón tenga algún carácter imaginativo; gustan de una locución vivaz y accidentada; han menester que cierta forma brillante envuelta lo que es en su esencia árido y grave. No es que las inteligencias americanas rechacen la profundidad: es que necesitan ir por un camino brillante hacia ella. 

¿Y por qué no se ha de usar de la tribuna para decir en ella una verdad útil, aunque no sea estrechamente pertinente al objeto del debate? 
Del peso de la idea requiebran las frases.
El arte de escribir ¿nos es deducir? La verba mata sin duda la elocuencia. Hay tanto que decir, que hade decirse en el menor número de palabra posibles: eso sí, que cada palabra lleve ala y color. 
La oratoria es don del clima en América (...) La tribuna necesita el torrente; toda la luz del fuego sacro; y todas las potencias de la revolución. En el cielo la tempestad es más elocuente que el arco iris: en la tierra el mar es más vigoroso que el arroyo.

Yo voy sembrándote por doquier que voy, para que te sea amiga la vida. Tu cada vez que veas la noche oscura o el sol nublado piensa en mi. 
Es la hora del recuento y de la marcha unida y hemos de andar, en cuadro apretado, como la plata en las raíces de los Andes. 
Sigo mi labor, más pura. Madre mía, que un niño recién nacido, limpia con una estrella, sin mancha de ambición, de intriga o de odio. 
La capacidad de ser héroe se mide por el respeto que se tributa a los que lo han sido. 

Donde escribió, grabó. Donde censuró, curó. Lo que imitó, realizó. Desconfió de sí mismo y amó puramente. He ahí un epitafio. 
La oratoria debe ser: ora acre; como la voz de la sátira; ora patética, como el dolor; detonar como el truno, sacudirse como los esclavos, transmitir e insuflar su propio espíritu, y ser, ya medio alígera de fuego, ya desmayada voz de llanto. 
La intuición se ha convertido en inteligencia; los hijos de la revolución se han hecho hombres. 

Orador, arrastro; poeta, sedujo. 
Para rendir tributo, ninguna voz es débil; para ensalzar a la patria, entre hombres fuertes y leales, son oportunos todos los momentos. 
Como la lava, salen del alma las palabras que en ella se crían; salen del alma con fuego y dolor. Horas después, aún chispea el discurso y resplandece, y se le puede tomar vivo, en los surcos que abrió. 
¡Muerte! ¡Muerte generoso! ¡Muerte amiga...! ¡Seno colosal donde todos los sublimes misterios se elaboran; miedo de los débiles; placer de los valerosos; satisfacción de mis deseos; paso oscuro de los restantes lances de la vida; madre inmensa! 

son las lidias de los Parlamentos con simulacros de batallas, y boxeo con guantes, en que, a la par que se hace vacilar y bambolear al adversario, se le da cortésmente, por miedo de que, montado en ira, desnude la mano, y dé con ella recio, y porque en esta mezcla de creencias que lleva a los hombres a comenzar en sus adversarios, o a parar en ellos, todo hombre sabe que golpea un tanto de sí (...), y da suavemente. 
La paciencia es la dote de los fuertes. 
Las esferas no vienen hacia nosotros, es preciso ir a las esferas. 
A fuerza de igual en el mérito hay que hacer desaparecer la desigualdad en el tamaño.


retrato

Sólo se empieza a poseer la vida cuando vaciamos sin reparo y sin tasa, en bien de los demás la nuestra. 
El justo de la tierra no comprende la injusticia en quien ha de encaminarlo y dirigirlo.
El primer trabajo del hombre es reconquistarse, urge devolver los hombres a si mismos. 
El tesón y la unidad de una obra sólo son inteligibles para quienes sean capaces de ella. Es el estigma de la pequeñez ajena. 
Cuando se sirve bien a la Patria se tiene en todas partes muchos amigos viejos.
Trae cada raza al mundo su mandato, y hay que dejar la vía libre a cada raza.
Los flojos respeten, los grandes adelante; esta es una tarea para grandes. 

Todo está dicho ya pero las cosas, cada vez que son sinceras son nuevas. 
No dudes hombre joven. No niegues hombre terco. Estudia y luego cree. 
Jamás sin dolor profundo produjo el hombre obras verdaderamente bellas. 
Ayudar al que lo necesita no sólo es parte del deber, sino de la felicidad. 
Nadie tiene derecho a dormir tranquilo mientras haya un hombre infeliz. 
Sobre la tierra no hay más que un poder supremo, la inteligencia humana. 

La urbanidad de la forma no se excluye la vehemencia en las convicciones. 
Corresponde a los más bravos el derecho a llevar la bandera al combate. 
Quien ha sabido preservar su decoro sabe lo que vale el ajeno, y lo respeta. 

La muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida. 
No ¡La vida humana no es toda la vida! La tumba es vía y no término. 
No hay más que una gloria cierta: y es la del alma que está contenta de sí. 
Si se es honrado y se nace pobre, no hay tiempo para ser sabio. Y ser rico. 
Para mí la crítica no ha sido nunca más que el mero ejercicio del criterio. 

El Partido existe, seguro de su razón, como el alma visible de Cuba. 
El mejor ciudadano es el que cultiva una extensión mayor de tierra. 
No mata el no aprender, sino el no sentir orgullo que se ha aprendido. 
El respeto a la libertad y al pensamiento ajenos (...) es en mi fanatismo. 
Se sale de la tierra tan contento cuando se ha hecho una obra grande. 

El hombre no ha de descansar hasta que entienda todo lo que ve. 
La idea se abre paso y deja en el ara de la Patria un libro inmortal. 
El derecho mismo, ejercitado por gentes incultas, se parece al crimen. 
Amigo es como ser de nuestro ser, como continuación de sí mismo. 
Los grandes derechos no se compran con lágrimas, sino con sangre. 

El hombre ama verdaderamente o ama preferentemente lo que cree. 
Los amigos exagerados son los mayores enemigos.
Ya no se perderá el tiempo en ensayar; se empleará en vencer.
El primer peldaño es nuestra unión sólida. 
En tiempos científicos sólo deben existir universidades científicas. 

Que se marque al que no ame, para que la pena lo convierta. 
La pobreza pasa, lo que no pasa es la deshonra. 
Sin sonrisa de mujer no hay gloria completa de hombre. 
El gran arte de enseñar es saber fingir lo que no se enseña.
Los libros sirven para cerrar las heridas que las armas abren. 

Todo debe sacrificarlo a su país un patriota sincero. 
Saber lo que fue, porque lo que fue está en lo que es. 
Ustedes ven sólo la atmósfera; nosotros vemos el subsuelo.
Se afirma el pueblo que afirma a sus héroes.
Amo y venero cuanto sacrificio respetable se hace ante mí. 

La dificultad es grande y los que han de vencerla también. 
La palabra no es para encubrir la verdad, sino para decirla. 
No graba cincel alguno como la muerte los dolores en el alma.
No ha de temerse la sinceridad, sólo es tremendo lo oculto
Culminan las montañas en pico y los pueblos en hombres.
Nuestra Grecia es preferible a la Grecia que no es nuestra.

Pero la noción del bien flota sobre todo, y no naufraga jamás. 
La educación empieza con la vida, y no acaba sino con la muerte.
Saber leer es saber andar. Saber escribir es saber ascender. 
Lo justo, a veces, por el modo de defenderlo, parece injusto. 
Yo soy como las abejas, que trabajan mucho más en verano. 

Para mi la patria, no será nunca triunfo, sino agonía y deber.
Sobre cada hombre debe pesar la carga de todo el universo. 
Es necesario elevarse como los montes para ser vistos de lejos.
Para rendir tributo, ninguna voz es débil.
Una escuela es una fragua de espíritus

La victoria está hecha de cesiones. 
Reproducir no es crear y crear es el deber del hombre. 
Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedra.
Para ir delante de los demás, se necesita ver más que ellos. 
Hay que equilibrar el comercio, para asegurar la libertad

Perdonar es vencer. 
Pensar es servir.
El que nada quiere para si dirá siempre la verdad. 
De una patria, como de una madre, nacen los hombres.
El hombre cree en el trabajo que sale de sus manos. 

El que sabe desdeñar su vida, sabrá siempre honrarla. 
Siglos tarda en crearse lo que ha de durar siglos. 
Honrar a la patria es una manera de pelear por ella. 
La sangre de los buenos, no se vierte nunca en vano.
El pueblo que quiere ser libre, sea libre en negocios.

Ha de ser limpia la casa, y la conducta.
Todo el que deja hacer lo que es capaz de hacer, peca.
Todas las grandes ideas tienen su gran Nazareno
Toda la Gloria del Mundo cabe en un grano de maíz.
Los apasionados son los primogénitos del mundo. 

Lo que es está en lo que fue. 
En los cubanos puede más la virtud que la fatiga. 
Los apasionados son los primogénitos del mundo.
La mujer de instinto divisa la verdad y la presiente.
Esparcir el amor por la belleza en mejorar hombres. 

Enseñar, es lo mas bello y honroso del mundo.
Un grano de poesía sazona un siglo. 
El mundo es fuerte y bello por los amigos. 
Todo es gozo cuando se pelea por la luz del mundo. 
A las estrellas no se sube por caminos llanos. 

El silencio es el pudor de los grandes caracteres. 
Juntarse: esta es la palabra del mundo. 
Del pecho más oscuro saldrá a triunfar la gloria.
Amar no es más que el modo de crecer.
Aplazar no es nunca decidir

Dondequiera que el hombre se afirma, el sol brilla. 
El deber ha de cumplirse sencilla y naturalmente. 
El dolor es la sal de la gloria.
El hombre sincero tiene derecho al error. 
El pueblo que vende manda, el que compra sirve..

Enseñar, es lo mas bello y honroso del mundo. 
Es profanación el vergonzoso olvido de los muertos.
Este es tiempo virtuoso y hay que fundirse en él.
Gobernar no es más que prever.
Hombres recogerá quien siembre escuelas. 
La belleza en lo que nos rodea ayuda a la vida. 

La grandeza está en la verdad y la verdad en la virtud. 
La honra puede ser mancillada 
La justicia puede ser vendida 
La práctica sesuda se impone a la teoría ligera. 
La vida es aun un torneo. 
Sin alteza de ideas nadie aspire al respeto común.

Sufrir es más que gozar: es verdaderamente vivir.
Toda muerte es principio de una vida. 
Todo puede ser desgarrado.
Sólo quien sabe de periodismo, y de lo costoso del desinterés, puede estimar de veras la energía, la tenacidad, los sacrificios, la prudencia, la fuerza de carácter que revela la aparición de un diario honrado y libre. 

Con los pobres de la tierra quiero yo mi suerte echar 
Yo soy un hombre sincero. 
¡La esclavitud de los hombres es la gran pena del mundo! 
¡Yo soy bueno, y como bueno moriré de cara al sol! 

El estudiantado es el baluarte de la libertad y su ejército más firme. 
(...) cuando no hubiera hombres se levantarían las piedras para luchar por la libertad de nuestra patria. 
Azuzar es el oficio del demagogo y el del patriota es precaver. 
Oh, que dulce es morir cuando se muere luchando audaz por defender la patria! 
Patria es comunidad de intereses, unidad de tradiciones, unidad de fines, fusión dulcísima y consoladora de amores y esperanzas.



Poseer inteligencia no es más que el deber de emplearla honestamente. 
La hermosura es un derecho natural. 
Amar: he aquí la crítica. 
Por el amor se ve. Con el amor se ve. El amor es quien ve. Espíritu sin amor, no puede ver. 
La generosidad congrega a los hombres, y la aspereza los aparta.

Un canto hermoso es una buena acción. 
Creo que la crítica es el examen; sin que obligue a la severidad no a la censura.
Un objeto bello me conforta como un bálsamo. 
El elogio oportuno fomenta el mérito; y la falta de elogio oportuno lo desanima. 
Ser culto es el único modo de ser libre.

Sólo el corazón heroico puede prescindir de la aprobación humana; y la falta de aprobación mina el mismo corazón heroico.
La adulación es vil, y es necesaria la alabanza. 
La música es la más bella forma de lo bello.
La música es el hombre escapando de sí mismo.

La prensa no es aprobación bondadosa o ira insultante; es proposición, estudio, examen y consejo. 
El periodista ha de saber, desde la nube hasta el microbio. 
El espíritus presiente; las ciencias ratifican. 
El mundo nuevo requiere la escuela nueva.
Un pueblo instruido ama el trabajo y sabe sacar provecho de él.

Un pueblo virtuoso vivirá más feliz y más rico que otro lleno de vicios, y se defenderá mejor de todo ataque. 
Al venir a la tierra, todo hombre tiene derecho a que se le eduque, y después, en pago, el deber de contribuir a la educación de los demás.
Puesto que a vivir viene el hombre, la educación ha de prepararlo para la vida. 
En la escuela se ha de aprender el manejo de las fuerzas con que en la vida se ha de luchar.
Divorciar al hombre de la tierra, es un atentado monstruoso. 
El hombre crece con el trabajo que sale de sus manos. 

Educar es depositar en cada hombre toda la obra humana que le ha antecedido: es hacer a cada hombre resultado del mundo viviente, hasta el día en que vive: es ponerlo a nivel de su tiempo, para que flote sobre él, y no dejarlo debajo de su tiempo, con lo que no podrá salir a flote; es prepara al hombre para la vida. 

Preservad la imaginación, hermana del corazón, fuente amplia y dichosa.
Los pueblos que perduran son los pueblos imaginativos. 
La imaginación ofrece a la razón, en sus horas de duda, las soluciones que ésta en vano sin ayuda busca.
Nada sugiere tanta y tan hermosa Literatura como un párrafo de ciencia. 
Donde yo encuentro poesía mayor es en los libros de ciencia. 

Nada son los partidos políticos si no representan condiciones sociales. 
A nuestros niños los hemos de criar para hombre de su tiempo, y hombres de América. 
El que ajuste su pensamiento a su forma, como una hoja de espada a la vaina, ése tiene estilo. 
El escritor ha de pintar, como el pintor.
Un hombre que se cultiva, y se levanta por sí propio, es el más alto de los reyes. 

El sacrificio oportuno es preferible a la aniquilación definitiva. 
Fortalecer y agrandar vías es la faena del que escribe.
El gobierno ha de nacer del país. El espíritu del gobierno ha de ser el del país. La forma de gobierno ha de avenirse a la constitución propia del país. 
¡Lo que importa es fundar un pueblo libre, sin enojarse con las zarzas del camino!
Una idea enérgica, flameada a tiempo ante el mundo, para, como la bandera mística del juicio final, a un escuadrón de acorazados.

El mundo es equilibrio, y hay que poner en paz a tiempo las dos piezas de la balanza. 
La independencia de un pueblo consiste en el respeto que los poderes públicos demuestren a cada uno de sus hijos. 
El pueblo, la masa adolorida, es el verdadero jefe de las revoluciones.
El espíritu humano es la única retórica que debe estudiar el orador. 
Orador sin instrucción es palmera sin aire. 
Las palabras deshonran cuando no llevan detrás un corazón limpio y entero. Las palabras están de más cuando no fundan... 
La fuerza de la oratoria, como la fuerza heroica, está esparcida acá y allá por los pechos de los hombres..

Sólo las virtudes producen en los pueblos un bienestar constante y serio. 
¡Se sale de la tierra tan contento cuando se ha hecho una obra grande!
La Tierra tiene sus cráteres; la especie humana, sus oradores. Nacen de un gran dolor, de un gran peligro o de una gran infamia. 
El lenguaje ha de ser matemático, geométrico, escultórico. La idea ha de encajar exactamente en la frase, tan exactamente que no pueda quitarse nada de la frase sin quitar eso mismo de la idea. 

¿Qué es el arte, sino el modo más corto de llegar al triunfo de la verdad? 
La verdad quiere arte.
¡Oh, oratoria, león encendido! 
Las universidades parecen inútiles, pero de allí salen los mártires y los apóstoles. 


Estatua 

Brazos de hermano se ha de tender a los hombres activos y sinceros, que son la única crítica eficaz y la única honrosa en las sociedades que padecen de escasez de verdad y de energía.
Se ha de tener fe en lo mejor del hombre y desconfiar de lo peor de él. Hay que dar ocasión a lo mejor para que se revele y prevalezca sobre lo peor. 
En pie, con los ojos alegres de los trabajadores, se saludan, de un pueblo a otro, los hombres nuevos americanos.

No hay más que dos clases entre los hombres: la de los buenos y la de los malos.
Enoja, oír hablar de clases. Reconocer que existen es contribuir a ellas. Negarse a reconocerlo, es ayudar a destruirlas
Y mientras unos se preparan para deslumbrar, para dividir, para intrigar, para llevarse el tajo con el pico del águila ladrona, otros se disponen a merecer el comercio apetecido, con la honradez del trato y el respeto a la libertad ajena.
La única verdad de esta vida, y la única fuerza, es el amor. El patriotismo no es más que amor. La amistad no es más que amor

Por lo noble se ha de juzgar una aspiración: y no por esta o aquella verruga que le ponga la pasión humana. 
Sólo lo genuino es fructífero. Sólo lo directo es poderoso.
La tumba es vía y no término. La mente no podría concebir los que no fuera capaz de realizar; la existencia no puede ser juguete abominable de un loco maligno. (...) La vida humana sería una invención repugnante y bárbara, si estuviera limitada a la vida en la tierra. 
No hay letras, que son expresión, hasta que no hay esencia que expresar en ellas. Ni habrá literatura hispanoamericana, hasta que no haya Hispanoamérica. 

Basta, para ser grande, intentar lo grande. 
Estrategia es política. 
La masa inculta es perezosa, y tímida en las cosas de la inteligencia, y quiere que la gobiernen bien; pero si el gobierno le lastima, se lo sacude, y gobierna ella.
Los pueblos han de tener una picota para quien azuza a odios inútiles; y otro para quien no les dice a tiempo la verdad. 
Injértese en nuestras repúblicas el mundo; pero el tronco ha de ser el de nuestras repúblicas. 

Los pueblos han de vivir criticándose, porque la crítica es salud; pero con un solo pecho y una sola mente.
No hay odio de razas, porque no hay razas.
La libertad, para ser viable, tiene que ser sincera y plena. 
Los pueblos que no se conocen, han de darse prisa para conocerse, como quienes van a pelear juntos.
¡Los árboles se han de poner en fila, para que no pase el gigante de las siete leguas!

Si la república no abre los brazos a todos, y adelanta con todos, muere la república.
Peca contra la humanidad, el que fomente y propague la opresión y el odio de las razas. 
No hay casa en tierra ajena 
Emplearse en lo esteril cuando se puede hacer lo util; ocuparse en lo facil cuando se tienen brios para intentar lo dificil, es despojar de dignidad al talento. 




Juntos pues, de una vez y para siempre. El tiempo falta, el deber es mucho, son hábiles y vigilantes los egoístas y ambiciosos, pues vigilemos nosotros y digamos a la Patria que ya nos unimos y estamos decididos a salvarla. 
Otros lamenten la muerte necesaria: yo creo en ella como la almohada, y la levadura, y el triunfo de la vida. 
La mañana después de la tormenta, por la cuenca del árbol desraigado echa la tierra fuente de frescura, y es más alegre el verde de los árboles, y el aire está como lleno de banderas, y el cielo es un dosel de gloria azul, y se inundan los pechos de los hombres de una titánica alegría. 

La palabra viril no se complace en descripciones espantosas. 
¡Ni es de cubanos, ni lo será jamás, meterse en la sangre hasta la cintura, y avivar con un haz de niños muertos, los crímenes del mundo: ni es de cubanos vivir, como el chacal en la jaula, dándole vueltas al odio! 
Las tumbas tienen por lenguaje las flores de resurrección que nacen sobre las sepulturas. 
A la muerte se la ha de cortejar, con la virtud y el trabajo cordial, como a una amiga hermosa. El que ha visto estallar una flor, ha visto la muerte. 
En la muerte halla el poeta su poesía y el apóstol la libertad. 

Con qué derecho ha de pedir simpatía para sí quien niega las suyas a los otros? 
La palabra ha caído en descrédito, porque los débiles, los vanos y los ambiciosos han abusado de ella. 
La libertad es fruta dulcísima: es la fruta del árbol del trabajo. 
¡Lo que importa no es que nosotros triunfemos, sino que nuestra patria sea feliz!

Crimen es la inteligencia cuando, con cada uso de ella, con la palabra privada como con la palabra pública, con la carta como con el discurso, con el acto como con el consejo, no se emplea sin rezagos de interés propio ni pujos de autoridad confesos u ocultos. 
¡Maldita sea la inteligencia que incapacita a la otra de hacer cundir la obra del corazón! 

He visto, con lágrimas en mis ojos, pasar ante mí la procesión sublime de los ancianos que van por la tierra, con la cabeza descubierta y las barbas al pecho, buscando en vano con el báculo roto la sepultura de sus hijos. 
Todo debe esperarse de un pueblo donde la mujer es virtuosa y el hombre es honesto. 
Un país agrícola necesita una educación agrícola. 
La felicidad es el premio de los que fundan, no de los que se destruyen. 

Cuando el pueblo en que se ha nacido no está al nivel de la época en que se vive; es preciso ser a la vez el hombre de su época y el de su pueblo: pero hay que ser ante todo el hombre de su pueblo. 
Un apetito insaciable de gloria conduce a los hombres al sacrificio y a la muerte; pero un instinto innato los impulsa al ahorro y a la vida.
La libertad no es una bandera a cuya sombra los vencedores devoran a los vencidos y los abaten con su rencor infatigable
La libertad es una loca robusta, que tiene padre, el más dulce de los padres, el amor; y una madre, la más rica de las madres, la paz.

...los brazos de las madres son cestos floridos. 
El alma emana, igual y eterna, de los cuerpos diversos en forma y en color. 
El gobierno no es más que el equilibrio de los elementos naturales del país.
Los que no tienen fe en su tierra, son hombres de siete meses. 
Los hombres naturales han vencido a los letrados artificiales. 
Los hombres naturales han vencido a los letrados artificiales. 

Gobernante, en un pueblo nuevo, quiere decir creador. 
En pueblos compuestos de elementos cultos e incultos, los incultos gobernarán, por su hábito de agredir y resolver las dudas con su mano, allí donde los cultos no aprendan el arte del gobierno. 
En la carrera de la política habría de negarse la entrada a los que desconocen los rudimentos de la política. 
En el periódico, en la cátedra, en la academia, debe llevarse adelante el estudio de los factores reales del país. 
Conocer el país, y gobernarlo conforme al conocimiento, es el único modo de librarlo de tiranías. 

Los políticos nacionales han de reemplazar a los políticos exóticos. 
Viene el hombre natural, indignado y fuerte, y derriba la justicia acumulada en los libros, porque no se la administra en acuerdo con las necesidades patentes del país. 
Las repúblicas han purgado en las tiranías su incapacidad para conocer los elementos verdaderos del país, derivar de ellos la forma de gobierno, y de gobernar con ellos. 
Los jóvenes de América se ponen la camisa al codo, hunden las manos en la masa, y la levantan con la levadura de su sudor. Entienden que se imita demasiado, y que la salvación está en crear. Crear, es la palabra de pase de esta generación.

La política es un arte muy delicado y complejo. 
La patria es dicha de todos, y dolor de todos, y cielo para todos, y no feudo ni capellanía de nadie.
La caridad es nuestro corazón. 
El que tacha a los demás de no fundar, ha de fundar. 
De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento. 

No se puede hacer grandes cosas sin grandes amigos. 
Toca a la prensa encaminar, explicar, enseñar, guiar, dirigir. 
Lo que el enemigo ha de oír, no es más que la propia voz de ataque. 
Nada hay que cautive tanto el ánimo como una convicción noblemente tenida, honradamente dicha, libre y concienzudamente expuesta. 
Las causas no necesitan solamente razón: necesitan razón y cortesía, derecho y mesura.
El trabajo es el sol y el aire de la libertad. 

No se ha de permitir el embellecimiento del delito, porque es como convidar a cometerlo. 
La más humilde compañía es honra suficiente, cuando con ella se sirve el deber difícil por otros desamparados.
¡Para los hijos, que nos vuelven locos y ambiciosos, y nos ponen en el corazón la embriaguez del vino, y en las manos el arma de los conquistadores!¡Para ellos, oh, para ellos, todo nos parece poco! 
Los libros consuelan, calman, preparan, enriquecen y redimen.

 



Retrato de josé marti en moneda de 5 peso cubanos 

(1853-1895), político, filósofo, escritor, pensador y periodista destacado del siglo XIX, de nacionalidad cubana. Formó parte de la creación del partido revolucionario de  Cuba, en su lucha por la independencia del mismo país.
-Un hombre lleno de egoísmo, es un hombre delincuente.
-El hombre ama la libertad, aunque no sepa su amor por ella. Su vida es impulsada por la misma y se aleja de donde la libertad no existe.
-El solo principio de las profundidades de una cueva, con seguridad llega a ser más poderoso que todo un ejército.

-La felicidad si existe en la tierra y se obtiene por el ejercicio sensato de la razón y la serenidad, el conocimiento de la armonía plena del universo, y la práctica frecuente de la generosidad.
-Aquel que recibe dinero con el fin de administrarlo en beneficio de su dueño, y lo usa para su propio interés o contra los deseos de su legítimo dueño, es un ladrón.
-La votación es el beneficio más delicado que cualquier otro, ya que se pone en juego no solo los intereses del votante, también esta implicada su vida, honor y futuro.
-Solamente aquellas personas que difunden la traición, el odio y la muerte, por rencor a la prosperidad y la paz de otros, no merecen compasión.

-Algunos hombres muy famosos, aquellos de mucha conversación y pocos hechos, pronto desaparecen. La acción es la dignidad de la grandeza.
-La Libertad es el derecho que tiene todo hombre a ser honesto, a pensar y hablar sin temor a ser juzgado y sin hipocresías.
-El encanto no es más que un  producto de todo lo inesperado.
-Usar solo para nuestro único y exclusivo beneficio lo que no nos pertenece, es totalmente un robo.
-Aquel hombre que vive en desgracia y sin libertad, siente como si su vestidura estuviese llena de barro de las calles.

-Los hombres son como las estrellas, algunos generan su propia luz, mientras los demás solo reflejan el brillo que reciben. Una completa constelación.
-Hay que encender el horno para que todos puedan hornear pan.
-Aunque no lo parezca, al beber también encontramos la felicidad.
-Un ambicioso apetito de gloria lleva únicamente al sacrificio y a la muerte, pero el instinto innato, conlleva a la autopreservación y a la vida.
-Es deber del hombre, levantar al hombre.
-Es todo un pecado, no hacer lo que realmente uno es capaz de hacer.
-Aquel que podría haber sido toda una antorcha, y se inclina a ser solamente una cadena, es un desertor.

-La fuerza de la pasión debe estar equilibrada con la fuerza del interés.
-Los hombres que entran en acción, sobre todo aquellos cuyas acciones están basadas en el amor, llegan a vivir para siempre.
-El talento es un don que trae consigo la obligación de servir a las demás personas, y no a nosotros mismos.
-El que usa el poder que le debe a los votantes a través de la injusticia y en contra de ellos, es un completo ladrón.

-Muchos se acuestan con sus amantes, yo me acuerdo con mis brillantes ideas.
-Quien no ve las cosas tal y como son en su totalidad, no debe ser llamado radical.
-Las colinas mas altas culminan en sus picos, las naciones culminan en sus hombres.
-Es necesario comenzar a hacer de la virtud una moda.
-Solo algunas líneas de poesía son suficientes para suavizar todo un siglo.

-Tanto de día como de noche acostumbro a soñar con los ojos abiertos.
-Todo es hermosos y constante, así debe ser siempre la vida.
-Los libros nos consuelan, nos apaciguan, nos preparan, nos enriquecen la vida.
-Un amor sensato, no es amor.
-La educación es libertad.

-Viví dentro del monstruo y le conozco hasta más allá de sus entrañas.
-La verdad solamente despierta una vez, y nunca muere.
-Vengo de muchísimas partes, y sé que hacia todas las partes del mundo voy.
-Un alma buena en la Tierra, sufre mucho.

-Los pueblos del mundo, tienen los gobernantes que se merecen.
-Mientras más profunda sea mi herida, más hermoso sonara mi cantar.
-La vida en la Tierra es un mortal combate mano a mano, entre la ley del amor y la ley del odio.

-El deber de todos los hombres es estar allí en donde se es más útil.
-Solamente la tiranía teme la completa radicación de la libertad.
-Las personas solamente pueden llegar a ser libres, si son verdaderamente educadas.



Sobre José Martí

José Martí (1853 - 1895) fue un orador, escritor, periodista y poeta cubano, que en su corta vida dejo una extensa obra literaria. Es el Héroe Nacional de Cuba.
Tuvo facilidad innata para la oratoria con la que cautivaba y seducía, para la poesía y la prosa y poseía un amplio conocimiento y facilidad para comunicarse, que demostró en sus años de periodista.
Su extensa obra literaria del genero modernista, se encuentra agrupada en tres libros de poesía (Ismaelillo, Versos Libres y Versos Sencillos), la revista la Edad de Oro escrita para los niños, sus cartas dirigidas a varios personajes y amistades, multitud de artículos sobre ciencia, economía y educación y temas de interés general que escribió para varios periódicos de la época, además discursos, apuntes, ensayos, una novela y varias obras de teatro.

Pensamientos de José Martí sobre el amor

♡ El amor cuerdo, no es amor...
♡ Por el amor se ve. Con el amor se ve. El amor es quien ve. Espíritu sin amor, no puede ver.
♡ La capacidad de amar, es la única que hace al hombre grande y feliz.
♡ La única verdad de esta vida, y la única fuerza, es el AMOR. El patriotismo no es más que amor. La amistad no es más que amor.
♡ La única ley de la autoridad, es el amor.
♡ Un grano de poesía sazona un siglo.
♡ La música es la más bella forma de lo bello, pero sólo el amor engendra melodías...
♡ Sin sonrisa de mujer no hay gloria completa de hombre.
♡ Cada beso, es un huésped del corazón.
♡ Hay un solo niño bello en el mundo y cada madre lo tiene.

Citas de José Martí sobre la amistad

❀ Para todas las penas, la AMISTAD es remedio seguro.
❀ La amistad es tan hermosa como el amor: es el amor mismo...
❀ Triste cosa es no tener amigos, pero más triste es no tener enemigos, porque quien enemigos no tenga, es señal de que no tiene: ni talento que le haga sombra, ni bienes que se le codicien, ni carácter que impresione, ni valor temido, ni honra de la que se murmure, ni ninguna otra cosa buena que se le envidie.
 La amistad es tan hermosa como el amor: es el amor mismo... Frase de José Martí sobre la amistad
❀ Después del amor de una mujer, no hay nada más hermoso que la amistad.
❀ El mejor hermano es el vecino más cercano.
❀ Los amigos exagerados son los mayores enemigos.
❀ No se puede hacer grandes cosas sin grandes amigos.

Reflexiones de José Martí sobre la vida y nuestra actitud

- La vida es un asalto. Y se puede dormir; pero sobre la trinchera.
- Ayudar al que lo necesita no sólo es parte del deber, sino de la felicidad.
- Perder una batalla no es más que la obligación de ganar otra.
- Hacer es la mejor manera de decir.
- Toda la Gloria del Mundo cabe en un grano de maíz.
- La muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida.
- Perdonar es vencer.
- A las estrellas no se sube por caminos llanos.
- Si se es honrado y se nace pobre, no hay tiempo para ser sabio. Y ser rico.
- Para los niños trabajamos, porque ellos son los que saben querer, porque ellos son la esperanza del mundo.

Reflexión de José Martí sobre los niños

- El que nada quiere para si, dirá siempre la verdad.
- Las cosas buenas se deben hacer sin llamar al universo, para que lo vea a uno pasar. Se es bueno porque sí y porque allá adentro se siente como un gusto cuando se ha hecho un bien o se ha dicho algo útil a los demás. Eso es mejor que ser príncipe: SER ÚTIL.
- Se necesita ahora más que nunca, templos de amor y humanidad que desaten todo lo que hay en el hombre de generoso y sujeten todo lo que hay en él, de crudo y vil.
- Hay tres cosas que cada persona debería hacer durante su vida: plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro.
- Los que no tienen el valor de sacrificarse, han de tener al menos, el valor de callar ante los que se sacrifican.
- Cuando se tiene los ojos fijos en lo alto, ni zarzas ni guijarros distraen al viajero de su camino.
- La vida es como el pan, que agrada al sabor después de hecho, pero se hace con levadura agria.
- El que tiene un derecho no obtiene el de violar el ajeno, para mantener el suyo.
- La gratitud como ciertas flores, no se dan en las alturas, mejor reverdecen en la tierra fértil de los humildes.

Pensamientos de José Martí sobre la elegancia y el buen gusto

Es hermoso asomarse a un colgadizo y ver vivir el mundo; verlo nacer, crecer, cambiar, mejorar y aprender en esa majestad continua el gusto, de la verdad y el desdén de la riqueza y la soberbia a que se sacrifica; y lo sacrifica todo la gente inferior e inútil.
Es como la elegancia mi María que está en el buen gusto y no en el costo.
La elegancia del vestido está en la altivez y la fortaleza del alma.
Un alma honrada inteligente y libre da al cuerpo más elegancia y poderío a la mujer, que las modas más ricas de las tiendas.
Mucha tienda poca alma.
Quien tiene mucho adentro, necesita poco afuera. Quien lleva mucho afuera tiene poco adentro y quiere disimular lo poco.
Quien siente su belleza, la belleza interior, no busca afuera belleza prestada, se sabe hermosa y la belleza echa luz.
Quien conoce la belleza no pondrá en un jarrón de China un jazmín; pondrá el jazmín solo y ligero en un cristal de agua clara.
Esa es la elegancia verdadera: que el vaso no sea más que la flor.

Martí y la Niña de Guatemala.

María García Granados y Saborío, hija del general Miguel García Granados y sobrina de la hermana del general, la periodista y poetisa María Josefa García Granados​ se enamoró de Martí cuando este llegó a Guatemala, y su temprana muerte dio origen a la leyenda de La Niña de Guatemala.
El 10 de mayo de 1878 murió la guatemalteca María García Granados y Saborío, lo que daría lugar a una triste leyenda inspirada por los amores frustrados entre Martí y María. Martí dejó su tristeza plasmada en el poema IX de sus Versos Sencillos.
Además de los versos de Martí de 1891, existen documentos que han contribuido a esclarecer parcialmente el episodio:

Otros dos poemas, que le dedicara Martí a María antes de su fallecimiento
Algunos testimonios de amigos comunes
Un pequeño mensaje que María le hiciera llegar al cubano al regresar él casado, procedente de México
Una carta en que Martí la recordaba dolorosamente, dirigida a su amigo Manuel Mercado
Un personaje de su única novela.
Sobre María, Martí escribió:

Guatemala, 1877
Si en la fiesta teatral —corrido el velo—
Desciende la revuelta escalinata,
Su pie semeja cisne pequeñuelo
Que el seno muestra de luciente plata.
[…]
Quisiera el bardo, cuando al sol la mece,
Colgarle al cuello esclavo los amores;
¡Si se yergue de súbito, parece
Que la tierra se va a cubrir de flores!

¡Oh! Cada vez que a la mujer hermosa
Con fraternal amor habla el proscripto,
Duerme soñando en la palmera airosa,
Novia del Sol en el ardiente Egipto.
Y en un segundo poema de mayo de 1877:
Amo el bello desorden, muy más bello
Desde que tú, la espléndida María,
Tendiste en tus espaldas el cabello,
¡Como una palma al destocarse haría!

Desempolvo el laúd, beso tu mano
Y a ti va alegre mi canción de hermano.
¡Cuán otro el canto fuera
Si en hebras de tu trenza se tañera!

 Tomado de: Martínez, M.B. Viejos datos reverdecen la leyenda: Martí y la Niña.

La historia se inicia cuando Martí, con solo veinticuatro años, llegó a Guatemala procedente de México. En el país azteca había tenido éxito profesional como periodista y escritor y se había reencontrado con su familia tras su deportación política a España (1871-1875). En Guatemala conoce a la actriz dramática Eloísa Agüero y, finalmente, se compromete en matrimonio con su futura esposa, Carmen. En realidad, arribaba a tierra centroamericana tras su decepción política frente al gobierno autoritario de Porfirio Díaz, aunque luego terminaría decepcionándole también el gobierno de Justo Rufino Barrios. Al llegar a Guatemala no deja de manifestar una visión crítica respecto a la inferiorización de que ha sido objeto la mujer en ese país: en un artículo denominado «Los códigos nuevos», publicado en El Progreso, el 22 de abril de 1877 realiza una reflexión a pedido de Joaquín Macal, ministro de Relaciones Exteriores de Guatemala:
 «¿Cuál es el primero de los lastres coloniales de la legislación depuesta que menciona? El poder omnímodo del señor bestial sobre la esposa venerable. Da la patria potestad a la mujer, la capacita para atestiguar y, obligándola a la observancia de la ley, completa su persona jurídica. ¿La que nos enseña la ley del cielo, no es capaz de conocer la de la tierra?».

Así pues, centró su atención en las damas guatemaltecas de «andar indolente, de miradas castas, vestidas como las mujeres del pueblo, con las trenzas tendidas sobre el manto, que ellas llaman pañolón; la mano ociosa contando a las puntas flotantes del manto los goces infantiles o las primeras penas de su dueña»; y cuando encontró a María García Granados, una dama semejante, pero más cosmopolita e ilustrada, quedó inmediatamente prendado de ella. He aquí algunas descripciones de la señorita García Granados:

M.B. Martínez: «Era una joven interesantísima. Llevé a Martí a un baile de trajes, que se daba en casa de García Granados, a los dos días de haber llegado [por primera vez] a Guatemala; estábamos los dos de pie, en uno de los hermosos salones, viendo desfilar las parejas [cuando vimos venir] del brazo dos hermanas señoritas. Me preguntó Martí, “¿Quién es esa niña vestida de egipcia?” —“Es María, hija de la casa” [le contesté]. La detuve y le presenté a mi amigo y paisano Martí, y se encendió la chispa eléctrica».
José María Izaguirre la describió así:
 «Era alta, esbelta y airosa: su cabello negro como el ébano, abundante, crespo y suave como la seda; su rostro, sin ser soberanamente bello, era dulce y simpático; sus ojos profundamente negros y melancólicos, velados por pestañas largas, revelaban una exquisita sensibilidad. Su voz era apacible y armoniosa, y sus maneras tan afables, que no era posible tratarla sin amarla. Tocaba el piano admirablemente, y cuando su mano resbalaba con cierto abandono por el teclado, sabía sacar de él notas que parecían salir de su alma y pasaban a impresionar el alma de sus oyentes.»
José María Izaguirre, cubano que quien vivía en Guatemala en ese tiempo y era director del entonces prestigioso Instituto Nacional Central para Varones, nombró a Martí profesor de Literatura y de Ejercicios de Composición. Izaguirre, además de ocuparse de las labores docentes, organizaba veladas artísticas y literarias a las que Martí asistía con frecuencia. Allí fue donde conoció a María el 21 de abril de 1877: una hermosa adolescente, siete años menor que él. El padre de ella, el general Miguel García Granados había sido presidente unos cuantos años antes y gozaba de mucho prestigio en la sociedad guatemalteca del gobierno de Barrios; pronto se hizo amigo del emigrado cubano y lo invitaba a su residencia a jugar al ajedrez con frecuencia, oportunidades en que Martí se encontraba con María.

A fines de 1877, Martí se fue a México y regresó hasta inicios del siguiente año, ya casado con Carmen. Lo que sucedió después de su matrimonio, ha sido comentado con posterioridad también por quienes presenciaron los hechos José María Izaguirre, por ejemplo, se propuso fortalecer el mito de muerte por amor:
 «Cuando Martí regresó con Carmen no fue más a casa del general, pero el sentimiento se había arraigado profundamente en el alma de María, y no era ella del temple de las que olvidan. Su pasión se encerraba en este dilema: verse satisfecha, o morir. No pudiendo verificarse lo primero, le quedaba el otro recurso. En efecto, su naturaleza se resintió del golpe, fue decayendo paulatinamente, un suspiro continuo la consumía y, a pesar de los cuidados de la familia y los esfuerzos de la ciencia, después de estar algunos días en cama sin exhalar una queja, su vida se extinguió como el perfume de un lirio.»

Cuando Martí consiguió publicar los Versos Sencillos, en 1891, Carmen y su hijo habían ido a visitarlo a Nueva York. Poco después, Carmen embarcó hacia La Habana a escondidas, para lo cual solicitó colaboración a las autoridades españolas, produciéndose así la separación irreversible del matrimonio y el alejamiento definitivo de su hijo. Martí entonces le escribió a un amigo
«Y pensar que sacrifiqué a la pobrecita, a María, por Carmen, que ha subido las escaleras del consulado español para pedir protección de mí».

Martí dejó entrever en su poema IX incluso más que una muerte por tristeza: insinúa, alegóricamente, el suicidio de la amante rechazada:

Poema IX
Quiero, a la sombra de un ala,
contar este cuento en flor:
la niña de Guatemala,
la que se murió de amor.

Eran de lirios los ramos;
y las orlas de reseda
y de jazmín; la enterramos
en una caja de seda...

Ella dio al desmemoriado
una almohadilla de olor;
él volvió, volvió casado;
ella se murió de amor.

Iban cargándola en andas
obispos y embajadores;
detrás iba el pueblo en tandas,
todo cargado de flores...

Ella, por volverlo a ver,
salió a verlo al mirador;

él volvió con su mujer,
ella se murió de amor.

Como de bronce candente,
al beso de despedida,
era su frente -¡la frente
que más he amado en mi vida!...

Se entró de tarde en el río,
la sacó muerta el doctor;
dicen que murió de frío,
yo sé que murió de amor.

Allí, en la bóveda helada,
la pusieron en dos bancos:
besé su mano afilada,
besé sus zapatos blancos.

Callado, al oscurecer,
me llamó el enterrador;
nunca más he vuelto a ver
a la que murió de amor.

 

Tomado de:
Poemas de José Martí

Aunque persiste la leyenda creada como consecuencia de una interpretación demasiado recta del poema, no existen evidencias documentales de suficiente peso capaces de acreditar que María García Granados atentara contra su vida o, incluso, falleciera producto de un estado psicológico depresivo. Una entrevista con un descendiente de los García Granados, da luz sobre la versión familiar, transmitida por tradición oral: se dice que María, aunque acatarrada, aceptó ir a nadar con su prima, lo que era actividad habitual para ellas, quizá para distraerse de la tristeza en que se hallaba sumida tras el regreso de Martí, ya casado con Carmen. Después del paseo, María empeoró y murió a causa de una enfermedad de las vías respiratorias que, según aseguraba la familia del informante, ya padecía.
No debe dejarse de señalar que todo parece indicar que María no respondía al patrón de muchacha tímida y vulnerable; publicaciones guatemaltecas de la época hablan de su participación relativamente activa como música y cantante fuera del hogar, en actividades artísticas públicas, organizadas por sociedades e instituciones —coincide incluso con la presencia de Martí, quien interviene en una de ellas como orador. Al parecer, se trataba de una joven popular dentro de la sociedad capitalina de la época; María seguía así los pasos de su tía y abuela María Josefa García Granados, quien había muerto en 1848 y que había sido además de poetisa y periodista, muy influyente en los gobiernos de Guatemala. Tras el fallecimiento de María, aparecieron en la prensa guatemalteca varios poemas en calidad de homenaje póstumo, donde los autores confesaban la admiración que en ellos había despertado.


Itsukushima Shrine.