Luis Alberto Bustamante Robin; Jose Guillermo Gonzalez Cornejo; Jennifer Angelica Ponce Ponce; Francia Carolina Vera Valdes; Carolina Ivonne Reyes Candia; Mario Alberto Correa Manríquez; Enrique Alejandro Valenzuela Erazo; Gardo Francisco Valencia Avaria; Alvaro Gonzalo Andaur Medina; Carla Veronica Barrientos Melendez; Luis Alberto Cortes Aguilera; Ricardo Adolfo Price Toro; Julio César Gil Saladrina; Ivette Renee Mourguet Besoain; Marcelo Andres Oyarse Reyes; Franco Gonzalez Fortunatti; Patricio Ernesto Hernández Jara; Demetrio Protopsaltis Palma; Paula Flores Vargas; Katherine Alejandra Del Carmen Lafoy Guzmán;
|
CLÁSICOS JACKSON - VOLUMEN XIX: GRANDES DISCURSOS. SELECCIÓN, ESTUDIO PRELIMINAR Y NOTAS POR MARIANO GÓMEZ. W. M. JACKSON, INC. EDITORES - BUENOS. AIRES - ARGENTINA AÑO 1960, 448 PÁGINAS / PESO: 800 GRAMOS / FORMATO: 14,5 CM x 21 CM La oratoria es considerada un arte complejo, surgido de inexcusables necesidades y particularmente desarrollado durante aquellos periodos ascensionales de la Historia en que, vencida ya la barbarie y abierto el combate contra nuevas servidumbres, los pueblos alcanzan, al par que conciencia de su propio genio, los primeros afanes de dignificación personal y colectiva. |
Dinarco (Δείναρχος, Corinto, ca. 361 a. C. - ca. 291 a. C.) fue el último de los diez oradores áticos, hijo de Sóstrato (o, según la enciclopedia bizantina Suda, de Sócrates). En lo concerniente a los aspectos generales de su vida, dependemos de la obra de Dionisio de Halicarnaso: Sobre Dinarco, cap. 2, 3 y 9. Dinarco nació en Corinto, pero se marchó a Atenas para estudiar retórica con Teofrasto. A partir de 336/365 trabajó siempre con mucho éxito como logógrafo—un escritor de discursos para los tribunales. Al ser extranjero residente en Atenas (meteco), no pudo desarrollar una carrera política ni tampoco le estuvo permitido hablar directamente en los tribunales. Tras la Guerra Lamiaca y con los grandes oradores de la época, Demóstenes e Hipérides, ya fallecidos, Dinarco se quedó solo y ejerció la supremacía en esa actividad tan lucrativa. Durante el gobierno de su amigo y protector Demetrio de Falero, alcanzó su máximo encumbramiento y los años 317-317 fueron los más prósperos de su vida. En la caída de Demetrio Faléreo en (307/306) y la restauración de la democracia por Demetrio Poliorcetes, Dinarco, sospechoso por su riqueza y quizá aún más por su amistad con "los que abolieron la democracia" (FGrH, 328 F 66), fue condenado a muerte y tuvo que exiliarse a Calcis en Eubea. Dionisio conocía 87 de los discursos atribuidos a Dinarco y de 60 de ellos confirmó su autoría. Sólo poseemos tres considerados auténticos por los especialistas: Contra Demóstenes, Contra Aristogitón, y Contra Filocles, todos ellos relacionados con las investigaciones de la desaparición del dinero depositado en Atenas para Hárpalo en (324/323 adC) por el Areópago, el cual después de consultar, informó que nueve hombres habían recibido sobornos de Hárpalo, (el tesorero fugitivo de Alejandro), y designó fiscales para el caso. Dinarco escribió para uno o más de los fiscales los tres discursos antedichos. Tres discursos incluidos en la lista de Dionisio de Halicarnaso se encuentran en el corpus de Demóstenes (Orationes 45, 46 y 58), pero los especialistas no creen que puedan atribuirse a Dinarco. Las simpatías de Dinarco fueron en favor de una oligarquía ateniense bajo control macedonio; pero ello podría recordar que él no era ciudadano ateniense. Esquines y Démades no lo tuvieron como excusa. En el asunto de Hárpalo, Demóstenes era sin duda inocente, y, probablemente, fue otro de los acusados. Sin embargo, Hipérides, el más ardiente patriota, estuvo del mismo lado que Dinarco. Bajo la regencia de su viejo maestro, Demetrio de Falero, Dinarco ejerció gran influencia política. Dinarco señala el declive de la oratoria ática. Demostró ser poco original excepto en una cierta habilidad para el uso de metáforas nueva. Imitó a sus precedesores, sobre todo a Demóstenes (Hermógenes, Id.ii.11 lo llama krítinos Dēmosthénēs, "un Demóstenes de bagatela"), pero no desarrolló un estilo propio. Conocía la técnica de la composición en prosa y dominaba todos los trucos del oficio de orador. Fue competente hasta cierto punto, pero su obra es descuidada y falta de gusto. El orden de sus discursos resulta incoherente. Sus frases son largas y sin forma, de algunas figuras retóricas, e.g. epanalepsis y asíndeton, hace un uso desmesurado, y su invectiva es tan sumamente exagerada que pierde todo su significado. Sobre el 292, gracias a las negociaciones de su amigo Teofrasto, pudo regresar a Atenas. Ya prácticamente ciego, se quedó a vivir en casa de su amigo Próxeno, a quien al poco tiempo denunció para recuperar un dinero que se le había extraviado en la casa, la única vez que Dinarco estuvo en los tribunales. Éste es el último dato de su vida que conocemos. Dinarco murió en Atenas hacia el 291. |
Hipérides. (Υπερείδης, Atenas, c. 389 a. C. - Peloponeso, 322 a. C.): político y orador ateniense, uno de los diez oradores áticos. Discípulo de Platón e Isócrates, según una tradición nunca confirmada, fue un gran orador, político y abogado, que, entre otras muchas actividades, colaboró con Demóstenes en su oposición a la supremacía macedonia. En el 343 a. C. denunció ante el pueblo a Filócrates, responsable de la paz del mismo nombre, por corrupción, pero Filócrates huyó antes del juicio por miedo a la más que probable sentencia desfavorable. Tras la derrota de Atenas en Queronea (338 a. C.), participó en la defensa de la ciudad por medio de su famoso y controvertido decreto por el cual se concedía la libertad a los esclavos y la amnistía a desterrados, así como otra serie de medias de carácter excepcional, encaminadas a enfrentar un eventual ataque de Filipo II, que, no obstante, nunca llegó a producirse. Murió asesinado por orden de Antípatro, regente de Grecia tras la muerte de Alejandro Magno, en castigo a su promoción de la Guerra Lamiaca, con el objeto de librar a Grecia y, especialmente, a su patria Atenas, del dominio macedonio. Como orador fueron famosos sus discursos en memoria de los caídos en la mencionada Guerra Lamiaca (323 a. C.) y en defensa de la hetera Friné, acusada por Eutias, un galán desdeñado por ella, de haber hecho una sacrílega parodia de los misterios de la diosa Deméter, hecho castigado con la muerte; como no conseguía persuadir a los jueces, se cuenta que Hiperides desnudó el busto de la mujer ante ellos. Los jueces, sobrecogidos de temor religioso por el asombroso parecido de la hetera con la diosa Afrodita, decretaron su absolución. |
Demóstenes. (en griego, Δημοσθένης: Dēmosthénēs) fue uno de los oradores más relevantes de la historia y un importante político ateniense. Nació en Atenas, en el año 384 a. C. y falleció en Calauria, en el año 322 a. C. Sus dotes de oratoria constituyen la última expresión significativa de las proezas intelectuales atenienses, y permiten el acceso a los detalles de la política y la cultura de la Antigua Grecia durante el siglo IV a. C. Demóstenes aprendió retórica mediante el estudio de los discursos de oradores anteriores. Pronunció sus primeros discursos judiciales a los veinte años de edad, cuando reclamó a sus tutores que le entregaran la totalidad de su herencia. Durante un tiempo, Demóstenes se ganó la vida como escritor profesional de discursos judiciales y como abogado, redactando textos para su uso en pleitos entre particulares. Demóstenes se interesó por la política durante esa época, y fue en el 354 a. C. cuando dio sus primeros discursos políticos en público. Dedicó sus años de plenitud física e intelectual a oponerse a la expansión del reino de Macedonia. Idealizaba a su ciudad y luchaba por restaurar la supremacía ateniense y motivar a sus compatriotas para oponerse a Filipo II de Macedonia. Buscó preservar la libertad de Atenas y establecer una alianza contra Macedonia en un intento sin éxito de impedir los planes de Filipo de expandir su influencia hacia el sur, conquistando las ciudades-estado griegas. Dos años antes de la muerte de Filipo, Demóstenes tuvo un papel capital en el levantamiento de Atenas y Tebas contra el rey macedonio y su hijo, Alejandro III, en la batalla de Queronea, si bien sus esfuerzos no tuvieron éxito cuando la revuelta se encontró con una enérgica reacción macedonia. Más aún: para prevenir una revuelta similar contra su propio líder, el sucesor de Alejandro, el diádoco Antípatro, envió a sus hombres para que acabaran con Demóstenes. Demóstenes, sin embargo, se suicidó con el fin de evitar caer en manos de Arquias, confidente de Antípatro. El llamado Canon Alejandrino, compilado por Aristófanes de Bizancio y Aristarco de Samotracia, reconoce a Demóstenes como uno de los 10 mayores logógrafos y oradores áticos. Según Longino, Demóstenes "perfeccionó al máximo el tono del discurso idealista, pasional, abundante, preparado, rápido".Cicerón le aclamó como "el orador perfecto" al que no le faltaba nada y Quintiliano le alabó dirigiéndose a él como "lex orandi" ("la norma de la oratoria") y diciendo de él que "inter omnes unus excellat" ("se encuentra solo entre el resto de oradores"). |
Licurgo. (en griego antiguo Λυκοῦργος, Lukoúrgos; 396 a. C.–323 a. C.), fue un orador ático que nació en Atenas alrededor del 396 a. C., y que fue hijo de Licofrón, quien perteneció a la aristocrática familia sacerdotal de los Eteobutadas. No debe confundirse con el legislador espartano, del mismo nombre. En la escena política, jugó un papel tras la derrota ateniense en la Batalla de Queronea (338 a. C.) frente al ejército del rey macedonio Filipo II. Tenía entonces 52 años, y se ignora lo que hizo antes de esta fecha, en la que se le concedió una magistratura durante un periodo de cuatro años. Fue reelegido dos veces: estuvo en total 12 años dirigiendo las finanzas públicas. Se ocupó con un rigor absoluto de éstas, del ejército, y de la construcción de edificios públicos. Atenas le debe, entre otras cosas, el acondicionamiento del gimnasio del Liceo y del Teatro de Dioniso. Intentó exaltar el patriotismo del cuerpo cívico contra Macedonia. |
Esquines. (en griego, Αἰσχίνης) fue un político y orador ateniense nacido en el 389 a. C. y muerto en Samos en el 314 a. C. Fue uno de los diez oradores áticos. Esquines fue un duro rival de Demóstenes, con el que se enfrentó política y judicialmente. Esquines representaba la facción pro-macedonia de Atenas, mientras que Demóstenes reclamaba la guerra contra Filipo. No están claros los datos concernientes a su parentesco y a sus primeros años, aunque parece probable que sus padres, aunque pobres, fuesen respetables. El padre de Esquines fue Atrometos, un profesor de letras de la escuela elemental. Su madre, Glaucotea, asistía en los ritos religiosos de iniciación para los pobres. Después de ayudar a su padre en la escuela, pasó un tiempo como actor, y sirvió en el ejército, en el que se distinguió. También ocupó varios puestos de alguacil en tribunales, y en particular en la Boulé. Entre las campañas en las que participó Esquines, se encuentra la de Fliunte en el Peloponeso (368 a. C.), la batalla de Mantinea del año 362 a. C., y la campaña de Foción en Eubea (349 a. C.). La caída de Olinto (348 a. C.) llevó a Esquines a la arena política, y fue enviado en una embajada para levantar al Peloponeso contra Filipo II de Macedonia. En la primavera del 347 a. C., Esquines se dirigió a la asamblea de los Diez Mil de Megalópolis (Arcadia) instándoles a unirse y defender su independencia ante Filipo. Sin embargo, en el verano del mismo año formó parte de la embajada de paz enviada a Macedonia, momento en el que parece que Filipo logró ponerlo completamente de su parte. Sus dilatorias durante la segunda embajada (346 a. C.), que había sido enviada para ratificar los términos del tratado de paz entre Atenas y Macedonia, hicieron que fuese acusado por Demóstenes y por Timarco de alta traición. Esquines contraatacó acusando a Timarco de haber perdido el derecho de hablar frente al público como consecuencia de sus relaciones en la juventud, que le habían dejado una reputación de prostituto (Timarco había sido el erómeno de muchos hombres en la ciudad portuaria del Pireo). Esquines tuvo éxito: Timarco fue condenado a la atimia y fue destruido políticamente, según Demóstenes. Este comentario fue más tarde interpretado por el Pseudo Plutarco en sus Vidas de los Diez Oradores como que Timarco se había ahorcado tras abandonar la asamblea, si bien ese hecho es discutido por algunos historiadores modernos. Este discurso, Contra Timarco, es considerado muy importante por la gran cantidad de leyes atenienses que cita, y por la luz que arroja sobre la construcción de relaciones homosexuales entre los hombres de esa época. En particular, es un documento muy valioso que muestra la permisividad que existía entre los atenienses a la hora de contemplar las relaciones homosexuales entre hombres adultos y muchachos. Muestra que dichas relaciones eran permitidas siempre y cuando estuviesen basadas en el deseo y en la persuasión, tal y como Esquines describe sus propias relaciones con jóvenes, sus discusiones con ellos y los poemas que les dirige, a la vez que lo utiliza para evitar que dichas relaciones puedan usarse en su contra. Por otra parte, las relaciones que estaban basadas en acuerdos financieros en los que el joven vendía sus favores a cambio de dinero (que era de lo que se acusaba a Timarco), no eran aceptadas y, por el contrario, eran condenadas. Como consecuencia de su exitoso ataque a Timarco, Esquines fue absuelto de los cargos de traición que éste le había imputado. En el 343 a. C., Demóstenes renovó sus ataques contra Esquines en su discurso titulado Sobre la Falsa Embajada. Esquines replicó con otro discurso homónimo y logró una vez más ser absuelto de las acusaciones. En el 339, siendo uno de los delegados atenienses (pylagorae) en la anfictionía, pronunció un discurso que desencadenó la Cuarta guerra sagrada. En un intento de venganza, Esquines buscó imputar la culpa de estos desastres a Demóstenes. En el 336, cuando Ctesifonte propuso que su amigo Demóstenes fuera galardonado con la Corona de Oro por sus distinguidos servicios al estado, fue acusado por Esquines de haber violado la ley al proponer dicha moción. El tema siguió en discusión hasta el 330, momento en que los dos rivales pronunciaron los discursos Contra Ctesifonte y Sobre la Corona. El resultado fue una completa victoria de Demóstenes. Esquines se exilió de forma voluntaria y se fue a vivir a Rodas, en donde abrió una escuela de retórica. Más tarde se mudó a la isla de Samos, donde murió a la edad de setenta y cinco años. Sus tres discursos, que en la antigüedad recibieron el apodo de "las tres gracias", se sitúan al nivel de los de Demóstenes. Focio menciona nueve cartas escritas por Esquines a las que denomina "las nueve musas"; las doce que están publicadas bajo su nombre (Hercher:4 Epistolographi Graeci, París, 1873) no son genuinas. |
Iseo de Atenas. (en griego antiguo Ἰσαῖος, Isaĩos, ca. 420 a. C. - 340 a. C.) fue uno de los diez oradores áticos. Se especializó en escribir discursos para ser leídos frente a los tribunales. En la antigüedad había 64 discursos con su nombre, pero solo unos 50 eran reconocidos como auténticos según Plutarco, y solo se conservan once, aunque se conocen otros fragmentos y los títulos de 56 que se le han atribuido. Los once que se conservan tratan de disputas por herencias, tema que parece que Iseo conocía muy bien. También escribió un libro sobre retórica titulado ἰδίαι τέχναι que se ha perdido, y que citan Plutarco y Dionisio de Halicarnaso. Unos pocos de estos se han conservado hasta nuestros días. Usaba el estilo simple de Lisias, utilizándolo como medio de argumentación en complejas cuestiones de orden jurídico. En tiempos de Dionisio de Halicarnaso ya no se conocía ningún detalle de la vida de Lisias, dado que Hermipo, que había escrito un listado de los discípulos de Isócrates, no lo menciona. |
Isócrates. (griego antiguo Ἰσοκράτης, Isokrátês) (Atenas, 436 a. C. - ibíd. 338 a. C.) fue orador, logógrafo, político y educador griego, creador del concepto de panhelenismo. Nació en el año 436 antes de Cristo, en el demo de Erquía, en el Ática, durante la octogésimosexta Olimpiada, bajo el arcontado de Lisímaco de Mirriunte. Era hijo de Teodoro y Hedito, y tenía dos hermanos, Telesipo y Diomnesto, y una hermana, Ánaco. Su padre poseía esclavos que fabricaban flautas, quizá también otros instrumentos musicales, y este comercio le aseguró una fortuna que le hizo pertenecer a una clase media pudiente; sabemos esto porque poetas cómicos como Aristófanes le recordaron de continuo este humillante oficio. Los tres hermanos recibieron una excelente educación gracias a su desahogada situación económica, que además permitió a Isócrates ser corego. Asistió en Atenas a los debates y discusiones de Sócrates y los cursos de Terámenes y, también, Gorgias, que estuvo en Atenas en 427 a. C. en calidad de embajador tras un viaje a Tesalia. También se cuentan entre sus maestros a Pródico de Ceos y a Tisias de Siracusa. Isócrates se transformó en un seguidor en los aspectos formales de Gorgias y en los ideológicos de Sócrates. Platón lo alabó en su diálogo Fedro. Y como perdió la herencia paterna en la guerra contra Esparta (la guerra del Peloponeso), y dada su sólida formación académica, optó por trabajar en la enseñanza para poder sostenerse económicamente. De este modo, dirigió una escuela de oratoria en la isla de Quíos, y al volver a Atenas, hacia el año 403 a. C., trabajó como logógrafo escribiendo discursos judiciales y políticos por encargo; no inició una carrera política, ya que era tímido, de complexión menuda y débil y con poca voz. Sin embargo, fundó en el año 392 a. C. una importante escuela de oratoria que se hizo muy famosa, no solo por la eficacia de su instrucción, sino también por el hecho (emanado de su formación socrática y platónica) de incluir en su plan de estudios la educación ética del ciudadano, en lo que se distinguió claramente de sus principales competidores, los sofistas, cuya falta de referentes éticos atacó. La finalidad de esta reforma educativa era, en el fondo, propiciar una regeneración política, pues Isócrates perseguía la unificación de Grecia como única forma de evitar la invasión de los persas (es la idea central de su famoso Panegírico, compuesto el año 380 a. C.). El ciclo de estudios de su escuela duraba entre tres y cuatro años y la relación que sostenía con sus estudiantes era íntima y afectuosa, en lo que ayudaba su reducido número (un máximo de nueve) para ejercer una influencia directa en cada uno y dedicar todo el tiempo posible a su formación como hombres políticos. Su propósito era recuperar el esplendor de la cultura griega creando una nueva juventud por medio de la educación (paideía) con la intención de reformar la ciudad-estado por medio de sus futuros líderes. Éstos, como factor multiplicador, actuarían como los guías y educadores del resto de la ciudadanía, pues esa era la única forma de consolidar instituciones fuertes y políticamente tan sanas como los ciudadanos que las formaran; esta fue la semilla del posterior humanismo occidental. De forma más concreta, Isócrates puso sus esperanzas de regeneración al principio en el proyecto político de Filipo II de Macedonia. Su escuela empezaba a ser víctima de su propio éxito. Llegó a contar con cien alumnos que pagaban mil dracmas cada uno; él mismo estaba muy solicitado como orador: Plutarco refiere que, por ejemplo, Nicocles de Chipre le pagó la crecidísima suma de veinte talentos por sus discursos πρὸς Νικοκλέα. De esta forma recuperó su posición económica personal y fue llamado a ejercer la trierarquía (liturgia muy onerosa para quien la ejercía) y al final, aunque se excusó el 355 a. C., tuvo que ocuparla en el 352 a. C. En su discurso περὶ ἀντιδόσεως πρὸς Λυσίμαχον se hace referencia a este hecho. Durante unos años vivió con una hetera ateniense, pero más tarde se casó con Platana (Plathane), viuda del orador Hipias de Elis, y adoptó a su joven hijo Afareo. Según Diógenes Laercio, Aristóteles de Sicilia, un retórico griego, escribió un panegírico sobre él y su obra. Su estilo es fluido, de frase compleja y abundante en antítesis. Educó a los oradores Hipérides, Iseo y Licurgo; sus enseñanzas son también patentes en oradores posteriores como el griego Demóstenes o el romano Cicerón. Se conservan de él 21 discursos y 9 cartas. Los críticos alejandrinos le asignaron el cuarto lugar entre los oradores griegos, aunque fue sin duda alguna el más influyente. Isócrates aborrecía la filosofía platónica diciendo: "Desapruebo la paideía llegada a nuestros días, a saber la geometría, la astronomía y la discusión de cuestiones litigiosas. La joven generación encuentra en esto un gran placer. En los ancianos nadie lo sentirá más que como algo insoportable". Falleció víctima de un ayuno voluntario por la pérdida de la independencia de Grecia tras la Batalla de Queronea, el año 338 a. C.. |
Lisias (Λυσίας, Atenas, 458 - 380 a. C.) fue uno de los diez oradores áticos. A pesar de haber nacido en Atenas, fue meteco y nunca gozó del derecho de ciudadanía ya que su padre, Céfalo, era de Siracusa. En el año 404 a. C., el régimen oligárquico de los Treinta Tiranos privó a Lisias y a su hermano Polemarco de todas sus posesiones. Cuando mataron a este último, Lisias huyó a una población vecina. Regresó a Atenas en el año 403 a. C., tras la derrota de los Treinta Tiranos y el restablecimiento del gobierno democrático. Emprendió entonces acciones legales contra Eratóstenes, el tirano responsable de la muerte de su hermano.Platón alude a Lisias y a su familia en la República y en el Fedro. Lisias se ganó la vida como logógrafo, escribiendo discursos para los litigantes y transformándose en la figura más destacada de la oratoria judicial ática. Su biografía se refleja en la doble vertiente de su obra: por una parte, dedicado a la enseñanza de la retórica y a escribir discursos por encargo; y, por otra, consagrado a la tarea política de la restauración de la democracia en Atenas y a la persecución de los tiranos mediante sus discursos. Llegó a escribir 233 discursos, de los que sólo se ha conservado una treintena. Los más conocidos son Contra Eratóstenes (Κατὰ Ἐρατοσθένους), Defensa en el juicio contra Simón (Πρὸς Σίμωνα ἀπολογία) y Sobre el asesinato de Eratóstenes (Ὑπὲρ τοῦ Ἐρατοσθένους φόνου ἀπολογία). Tenía un talento incomparable para adaptar sus discursos al carácter de sus clientes. Los rasgos más destacados de su estilo, como demuestran las obras que de él se conservan, eran la pureza, la sencillez y la claridad. |
Andócides (Ανδοκίδης, ca. 440-390 a. C.) fue uno de los primeros oradores áticos, miembro de una antigua familia aristocrática ateniense que se hacía descender del dios Hermes. Fue acusado de haber tomado parte en la mutilación de los hermas en 415 y de haber profanado los misterios de Eleusis. |
Antifonte o Antifón. (Atenas o Ramnunte, ca. 480 a. C. - 411 a. C.) fue un orador, filósofo y matemático griego. Hay cierta controversia sobre si este Antifonte (Ἀντιφῶν) del demos ateniense de Ramnunte (Ática) es o no el mismo que "Antifonte el sofista", que vivió en Atenas probablemente en las últimas dos décadas del siglo V a. C. Es el orador ático cuyos discursos son los más antiguos en su género que conservamos. Amiano Marcelino en sus Res gestae lo incluye entre los grandes oradores del ágora y los tribunales y afirma que, según la tradición, «fue el primero que recibió una recompensa por defender una causa». Ganó gran reputación escribiendo discursos por encargo para que los pronunciaran otros (en Atenas se exigía que los litigantes se defendieran en persona), oficio que recibió el nombre de logógrafo (término que significa "compositor en prosa" y que también designaba a los historiadores). Se conservan de él los discursos Contra su madrastra, por envenenamiento, Sobre el asesinato de Herodes y Sobre el coreuta, además de unos modelos retóricos, las tres Tetralogías. Como orador destaca por la sutileza de sus argumentaciones, que descansan en el empleo de evidencias, testimonios y pruebas, a la vez que en los llamados 'argumentos de verosimilitud'. Su lengua literaria, el ático antiguo, integra abundantes poetismos y jonismos. Tampoco carece de fuerza narrativa. Nacido en el seno de una familia aristocrática. Pertenecía a la escuela sofista, manteniendo que todo es uno para el λογος, de tal suerte que nada existe de manera individual para los sentidos ni para el conocimiento humano. El mundo de la verdad lo identificaba con la naturaleza y el mundo de la apariencia (el humano) con lo falso. Fue un gran retórico y escritor de discursos políticos. Antifonte fue contemporáneo de Sócrates, con quien debió tener largas discusiones. Así, naturaleza-verdad-bondad se convierten en la aspiración del hombre. Igualmente, en esa aspiración por la naturaleza, la ley humana puede ser transgredida pues no representa verdad. Defensor de la φυσις physis frente al νομος nomos entre los sofistas, consideró a la ley como una convención humana artificial, muchas veces contraria a la propia naturaleza y perjudicial. Las leyes son mudables, como la voluntad humana, por eso la justicia está sometida a vaivenes. Así la transgresión de la ley humana en secreto no comporta pena. Para algunos se trata de una crítica del formalismo de la ley humana, siempre artificiosa y contraria al buen sentido de la naturaleza. Construir la propia humanidad representará para Antifonte el alcanzar la libertad y la igualdad humanas, superando los apetitos individuales. En su obra La Verdad o Sobre la Verdad dirá: Respetamos y veneramos a los que son de padres nobles, y no respetamos ni veneramos a los que no son de noble casa. En esto nos tratamos unos a otros como bárbaros, puesto que por naturaleza somos todos de igual manera en todo, bárbaros y griegos. En este razonamiento se ha visto el humanismo naturalista de Antifonte. Además de Sobre la verdad, destaca su Tetralogía. |
Biblioteca Personal.
Tengo un libro en mi colección privada .-
Tengo un libro en mi colección privada .-
A Peep at the Barrister’s Profession, 1883.
“Los de afuera no tienen idea del trabajo nervioso que es la conducción de un caso… El camino de un abogado está plagado de trampas y trampas. “
Outsiders have no idea what nervous work the conduct of a case is…The path of a lawyer is beset with snares and pitfalls.“
Traje judicial irlandés, 1500-1925
Irish Judicial Costume, 1500s-1925
Irish Judges of 1865
Jueces irlandeses de 1865
No hay comentarios:
Publicar un comentario