anllela camila hormazabal moya |
Personajes históricos. Margherita Boninsegna , también conocida como Margherita da Trento o Margherita da Arco ( Arco , ... - Biella , mayo de 1307 ), fue la compañera de Fra Dolcino da Novara , jefe del movimiento apostólico después de su muerte en 1300 en la hoguera , por Gherardino Segarelli . Biografía. Conocida como Dolcino en 1303 , Margherita también se convirtió en parte de los Apostólicos, decidiendo seguirlos en sus vagabundeos por el norte de Italia. Convertida en la compañera de Dolcino, lo siguió hasta Piedmont , en los valles de Sesia . Asediado por las tropas del obispo de Vercelli , Margherita, Dolcino y otros Apostólicos resistieron durante más de un año encaramados en las montañas. Capturados, fueron condenados a la hoguera en 1307. La sentencia de Margherita se ejecutó en las orillas del Cervo en Biella , en el islote cerca del actual puente de la Maddalena (junto con Longino Cattaneo de Bérgamo), ante los propios ojos de Dolcino , según la versión del inquisidor Bernardo Gui. Dolcino fue asesinado en Vercelli unos días más tarde, el 1 de junio de 1307, después de una tortura horrible. Dulcino. (1250-1307) (57 años), conocido también como Fray Dulcino o Dulcino de Novara (en italiano Dolcino da Novara), fue un líder religioso italiano, continuador del milenarismo de Gerardo Segarelli y fundador de la secta de los Hermanos Apostólicos (en italiano, Fraticelli Apostolici) o dulcinistas. Predicó la proximidad del fin de los tiempos y el descenso del Espíritu sobre los apostólicos. El papa Clemente V decretó contra él y sus seguidores una cruzada, durante la cual fue capturado, torturado y quemado vivo. No se conoce con exactitud el lugar de nacimiento de Dulcino, cuyo verdadero nombre era al parecer Davide Tornielli. Se cree que nació en la provincia italiana de Novara, perteneciente al Piamonte. Según la inquisición de Bernardo Gui, era hijo ilegítimo de un cura, que huyó a Vercelli tras ser condenado por ladrón, para unirse a la secta de Segarelli, "ese mendigo loco y sodomita", donde se dedicaban a los robos y al sexo libre. Sin embargo, la mayoría de las fuentes coinciden en apuntarlo como hijo de una rica familia, predicador competente y carismático, con buen conocimiento de la Biblia, y que cursó, desde joven, estudios eclesiásticos. A la muerte de Segarelli, Dulcino se convirtió en cabeza de los Hermanos Apostólicos, y en 1303 emigró con sus seguidores a las montañas del Trentino, cerca del Lago de Garda, donde conoció a Margherita di Trento, hija de la condesa Oderica di Arco, que a partir de entonces fue su compañera sentimental. En 1304, los dulcinistas atravesaron las montañas lombardas hasta Valsesia, donde su número se incrementó con siervos que huían de los dominios de los obispos de Novara y Vercelli. La secta fundada por Dulcino contó en su apogeo con un número máximo de entre cinco mil y diez mil seguidores. El papa Clemente V despachó desde Aviñón una cruzada contra los dulcinistas, concediendo a quienes participaran en ella una indulgencia plenaria. Las tropas fueron dirigidas por el obispo de Vercelli, Raniero. < Los dulcinistas se procuraron alimento por medio de pillajes cometidos en las campiñas de Valsesia, mientras se refugiaban en una improvisada fortificación en el monte Rubello, cerca de Biella, soportando la hambruna y las nevadas. Cuando fueron derrotados, durante la Semana Santa del año 1307, la mayoría de los Hermanos Apostólicos fueron pasados por las armas inmediatamente, pero el propio Dulcino, su pareja Margherita y su lugarteniente Longino di Bérgamo fueron capturados para su posterior juicio por la Inquisición. Los dos últimos fueron condenados y quemados en la hoguera en Biella en junio de 1307, y Dulcino fue obligado a presenciar sus suplicios, oportunidad en que mostró una entereza notable, según las memorias de la época. En julio del mismo año Dulcino fue torturado y quemado vivo en Vercelli, sorprendiendo a público y verdugos por su templanza ante los tormentos. Podemos llegar a vislumbrar la popularidad de los herejes a partir de los juicios que la Inquisición aún llevaba adelante hacia 1330, en la región de Trento (norte de Italia), contra aquellos que habían brindado hospitalidad a los apostólicos en el momento en que su líder, Fray Dulcino, treinta años antes, había pasado por la región. En el momento de su llegada se abrieron muchas puertas para brindar refugio a Dulcino y sus seguidores. Nuevamente en 1304, cuando junto al anuncio de la llegada de un reino sagrado de pobreza y amor Fray Dulcino fundó una comunidad entre las montañas de Vercellese (Piamonte), los campesinos de la zona, que ya se habían levantado contra el Obispo de Vercelli, le dieron su apoyo. Durante tres años los dulcinianos resistieron a las cruzadas y al bloqueo que el Obispo dispuso en su contra —hubo mujeres vestidas como hombres luchando junto a ellos. Finalmente, fueron derrotados sólo por el hambre y la aplastante superioridad de las fuerzas que la Iglesia había movilizado. El mismo día en el que las tropas reunidas por el Obispo de Vercelli finalmente vencieron, «más de mil herejes murieron en las llamas o en el río o por la espada, de los modos más crueles». Margherita, la compañera de Dulcino, fue lentamente quemada hasta morir ante sus ojos porque se negó a retractarse. Dulcino fue arrastrado y poco a poco hecho pedazos por los caminos de la montaña, a fin de brindar un ejemplo conveniente a la población local. Las ideas de Dulcino Es difícil distinguir sus verdaderas ideas de las acusaciones que se le dirigieron con motivo de la cruzada ordenada por la Santa Sede, entonces radicada en Aviñón. Anunció un inminente fin de los tiempos, en el cual el orden y la paz serían restablecidos. Criticó a la Iglesia por la acumulación de riquezas y predicó la austeridad. Las bases de sus ideas eran:
Por estas ideas se le ha considerado uno de los reformadores de la iglesia, así como el impulsor de los ideales de la Revolución francesa, e incluso del anarquismo y del socialismo. Según Dulcino, la historia de la humanidad constaba de cuatro períodos:
Dulcino dejó escritas sus ideas en una serie de cartas enviadas a los Apostólicos entre el 1300 y el 1307, de las cuales al menos tres fueron compiladas por Bernardo Gui en su De secta illorum qui dicunt esse de ordine Apostolorum. Dulcino en la literatura. Dante Alighieri nombra a Dulcino en La Divina Comedia (Infierno XXVIII, 55-60), poniendo en boca de Mahoma las siguientes palabras, en las que le recomienda proveerse de víveres y abrigo para evitar su próxima derrota por parte del obispo de Vercelli, al que llama "El novarés": Or di’ a fra Dolcin dunque che s’armi, Tu che forse vedrai lo sole in breve, S’egli non vuol qui tosto seguitarmi, Sì di vivanda, che stretta di neve Non rechi la vittoria al Noarese, Ch’altrimenti acquistar non saria a lieve. Es decir: "Pues dile a Fray Dulcino que se avitualle tú que tal vez pronto verás el sol si no desea unírseme aquí, quemado que se procure víveres, pues las nevadas darán paso a la victoria del novarés que de otro modo no le sería fácil conquistar". Friedrich Nietzsche exaltó la figura de Dulcino como prototipo del Übermensch (superhombre o suprahombre), imaginándolo «dulce y despiadado, por encima de toda miserable moral, el individuo capaz de colocarse más allá del bien y del mal». Umberto Eco menciona a Dulcino frecuentemente en su novela El nombre de la rosa. El diálogo entre el narrador, Adso, y su maestro, Guillermo de Baskerville, cuenta la historia de Dulcino, pero dejando gran parte a la imaginación del lector. Marcel Schwob hace de Dulcino el tema del noveno capítulo de Vidas imaginarias. Fraticelli Con el nombre de fraticelli se nombra a varias sectas de herejes de la Edad Media que aparecieron en los siglos XIV y XV que deben su origen a los franciscanos espirituales que se rebelaron contra las disposiciones y declaraciones del papa Juan XXII referentes a la pobreza franciscana. Hay que distinguirlos de los espirituales, que les precedieron hasta 1318, aunque tuvieran ideas comunes. La diferenciación entre los últimos espirituales, los fraticelli y otros grupos de herejes es difícil, pues se relacionaron, aunque organizativamente no estuvieran conectados entre ellos, con los apostólicos, los miguelistas, los begardos, las beguinas, los dulcinistas, los joaquinitas y los fratres de opinione. Los fraticelli llevaron sus ideas hasta el extremo, especialmente las referentes a la pobreza, la absoluta intangibilidad de la Regla de la primera orden franciscana, siguiendo además las ideas joaquinistas. Por influjo de los neomaniqueos, los fraticelli aceptaron la idea de las dos Iglesias, una espiritual o verdadera y otra carnal (esta sería la católica, jerárquica y jurídica), llegando a negar la validez de los sacramentos, a causa de su elemento material y porque se administraban por clero ilegítimo (autorizado por la jerarquía «romana»). Finalmente, adoptaron o los acusaron de realizar aberraciones morales en materia de castidad. Estos grupos de herejes proclamaban el fin del verdadero pontificado (papado) romano, al considerar a Juan XXII y sus sucesores como herejes. Se difundieron especialmente en Italia, de donde pasaron, perseguidos por la Inquisición, a Cataluña y Grecia. En el siglo XV se aliaron también con los husitas bohemios. Trabajaron y escribieron contra ellos, a menudo por autorización pontificia, Andrea Ricci de Florencia, Juan de Capistrano, Jaime de la Marca, Antonino de Florencia y Giovanni de Celle. Los segarelistas o segarelianos. Los segarelistas o segarelianos, también conocidos como Hermanos Apostólicos fueron los miembros de una secta fundada en el siglo XIII por Gerardo Segarelli que argumentaba que había que darlo todo en caridad, incluso a las mujeres. Gerardo Segarelli era un hombre de muy humilde nacimiento, que no tenía noción alguna de las letras. Quiso ser admitido en la Orden Franciscana y como le rehusaron, se hizo un hábito parecido a aquel con que se acostumbraba a representar a los apóstoles en los cuadros. Vendió una pequeña finca que constituía toda su fortuna y distribuyó su producto entre los pobres. Se propuso vivir como san Francisco e imitar a Jesucristo y para aventajar a dicho santo en la imitación del Señor, se hizo circuncidar, se colocó en una cuna y se hizo amamantar por una mujer. Creencias Reunió pronto una pandilla cuyos miembros se llamaron segarelistas y también apostólicos; eran mendigos y vagabundos que proclamaban que todo había de ser común, incluso las mujeres. Afirmaban que Dios Padre había juzgado el mundo con severidad y justicia, que la gracias y la sabiduría habían caracterizado el reinado de Jesucristo, pero que este reinado había pasado al del Espíritu Santo, que es un reinado de amor y caridad. En este reinado la caridad es la única ley, pero una ley que obliga indispensablemente y no admite la menor excepción. Así, según decían, no puede rehusarse nada de lo que se pide por caridad. A esta sola palabra los sectarios de Segarel daban todo cuanto poseían excepto sus mujeres, por más que enseñasen que hasta ellas eran comunes. Final La Inquisición hizo prender a Segarel y lo quemó, pero su discípulo Dulcino se puso al frente de su secta, que alcanzó una gran difusión durante un tiempo, hasta su ejecución junto a los demás líderes del grupo en 1307. |
Biblioteca personal.
Tengo en mi biblioteca personal esta novela.
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una gran película, basado en libro maravilloso
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