Luis Alberto Bustamante Robin; Jose Guillermo Gonzalez Cornejo; Jennifer Angelica Ponce Ponce; Francia Carolina Vera Valdes; Carolina Ivonne Reyes Candia; Mario Alberto Correa Manríquez; Enrique Alejandro Valenzuela Erazo; Gardo Francisco Valencia Avaria; Alvaro Gonzalo Andaur Medina; Carla Veronica Barrientos Melendez; Luis Alberto Cortes Aguilera; Ricardo Adolfo Price Toro; Julio César Gil Saladrina; Ivette Renee Mourguet Besoain; Marcelo Andres Oyarse Reyes; Franco Gonzalez Fortunatti; Patricio Ernesto Hernández Jara; Demetrio Protopsaltis Palma;
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Cuando una Biblioteca se fusiona con otra. |
Bibliotecarios. |
(Bodleian Library, en su nombre original inglés) es la principal biblioteca de investigación de la Universidad de Oxford. Es una de las bibliotecas más antiguas de Europa, y en Inglaterra sólo la supera en tamaño la Biblioteca Británica. Es una de las cinco bibliotecas de depósito de derechos de autor en el Reino Unido. Historia La Biblioteca Bodleiana (oficialmente Bodley's Library) en Oxford, Inglaterra — conocida de manera informal durante siglos para los eruditos oxonianos como "the Bod" — se inauguró en 1602 con una colección de dos mil libros reunidos por Thomas Bodley (del Merton College de Oxford) para sustituir a la biblioteca que había sido donada a la Divinity School por Hunfredo de Gloucester (hermano de Enrique V de Inglaterra), pero que se había dispersado durante el siglo XVI. En 1610, Bodley llegó a un acuerdo con la Worshipful Company of Stationers and Newspaper Makers de Londres para depositar en la biblioteca una copia de cada libro que registrasen. La colección Bodleiana creció tan rápido que se necesitó una primera ampliación del edificio en 1610-1612, y otra en 1634-1637. Cuando John Selden murió en 1654, legó a la Bodleiana su gran colección de libros y manuscritos. En 1911, el “Copyright Act” mantuvo el acuerdo con los Stationers haciendo que la Bodleiana fuera una de las seis (en aquel entonces) bibliotecas del Reino Unido depositarias de una copia de cada libro con derechos de autor. En 1913 se abrieron dos plantas para almacenaje bajo la Cámara Radcliffe y la Plaza Radcliffe. En los años treinta del siglo XX se abrieron un nuevo y amplio almacén y sala de lectura, el edificio New Bodleian (Nueva Bodleiana). Un túnel bajo la calle Broad conecta la Vieja y la Nueva Bodleiana. Torre de los Cinco Órdenes Una parte de la Biblioteca Bodleiana se contiene en la llamada Torre de los Cinco Órdenes (Tower of the Five Orders). La torre recibe este nombre porque está ornamentada, en sentido ascendente, con columnas de cada uno de los cinco órdenes de la arquitectura clásica: dórico, toscano, jónico, corintio y compuesto. El astrónomo Thomas Hornsby observó el tránsito de Venus desde esta torre en 1769. |
Es una institución cultural del Estado en la ciudad de Nápoles. Abierto al público en 1586, la biblioteca se especializa en la filosofía, la teología cristiana , iglesia cristiana en Europa , historia de la Iglesia , la música sagrada , y la historia de Europa. Desde un punto de vista arquitectónico, es parte del complejo de la iglesia Girolamini . El edificio que lo alberga fue rediseñado en el siglo XVIII por Arcangelo Guglielmelli, cuyo trabajo fue terminado por su hijo en 1727 . Que alberga frescos de Pietro Bardellino (finales del siglo XVIII). Su estado actual, la biblioteca del estado, se adhieren a su estado antiguo, que era, desde el siglo XVII, a la biblioteca para la asistencia pública. Se sabe, sin embargo, que el asiduo dedicado Giambattista Vico. A finales de los años setenta , Gerardo Marotta obtuvo permiso del estado para colocar en los libros de la biblioteca y algunas actividades del ' Instituto Italiano de Estudios Filosóficos , pero el proyecto no se realizó debido al terremoto de 1980 , que también determina el uso de las instalaciones como refugio temporal para los desplazados. Desde entonces comenzó un período de abandono que se ha prolongado durante décadas. La biblioteca Girolami contiene cerca de 159.700 títulos, en su mayoría antiguos, entre ellos 94 incunables, 5.000 XVI , una serie de manuscritos, de los cuales unos 6.500 composiciones relacionadas y obras musicales desde el XVI hasta el siglo XIX. Los activos también incluye la muy rica colección de libros de la colección privada de Giuseppe Valetta (unos 18.000 volúmenes, con ediciones raras de los siglos XVI y XVII: clásicos de la literatura griega y latina , historia y filosofía), una adquisición que los padres del Oratorio sacado adelante Junta de Giambattista Vico. Sólo el filósofo napolitano, que donó las primeras ediciones de todas sus obras en el monasterio, se dedica toda una sala de la biblioteca: el Giambattista Vico . Este entorno es potencialmente abierta al público gracias a la catalogación y restauración de trabajo digital llevado a cabo en los libros en el año 2012. Otra valiosa biblioteca almacenada en él financia el Fondo Gervasio Agostino. ( arqueología , la numismática , la literatura , literatura clásica), el Fondo filipina ( historia de la Iglesia , los escritos sagrados , la teología ) y el Fondo Valeri (940 volúmenes sobre la historia de Nápoles y de " El sur de Italia). |
La Biblioteca Angelica es una biblioteca italiana, situada en Roma, en la Piazza Sant'Agostino, cerca de la Plaza Navona, junto a la Basílica Sant'Agostino en Campo Marzio. Los activos de la biblioteca son alrededor de 2.700 manuscritos en latín, griego y oriental, y 24.000 documentos sueltos. La biblioteca también cuenta con más de 1.100 incunables y cerca de 20.000 cinquecentine, alrededor de 10.000 grabados y mapas. Tiene grandes existencias de libros contemporáneos, por lo que da servicio de préstamo. La biblioteca es, en virtud de la naturaleza de sus libros, un punto de referencia para aquellos que deseen estudiar el pensamiento de San Agustín y la historia de su orden, de la Reforma protestante y la Contrarreforma católica. Historia Inaugurada en 1604, Angelica fue la primera biblioteca pública en Italia, a la que siguió en 1609 la Biblioteca Ambrosiana de Milán. Ambas fueron precedidas por la Biblioteca Bodleiana en Oxford, abierta desde 1602. Fue fundada por el sacrista pontificio y obispo titular de Tagaste Angelo Rocca (1546-1620), de la que tomó su nombre. Este agustino confió la riqueza de su colección personal de libros, "formada durante cuarenta años" al convento San Agustín de Roma. El mismo Rocca ideó las normas de uso y la ordenación de códices y libros, que por entonces "se aproximaban a los veinte mil". Los activos de la biblioteca empezaron a crecer rápidamente gracias a nuevas donaciones: En 1661 Lucas Holst, guardián de la Biblioteca Vaticana, cedió una extensa colección de libros impresos. En 1762 se adquirió la biblioteca del cardenal Domenico Passionei, que había muerto el año anterior. Esta adquisición casi duplicó los fondos de la biblioteca, y determinó en gran parte la orientación científica: el cardenal Passionei, había sido legado papal en diversos países protestantes, y había adquirido un amplio número de textos religiosos polémicos vinculados, entre otras cosas, al entono Jansenista romano. La extensión de la colección requirió mayores necesidades de espacio, por lo que se encargó al arquitecto Luigi Vanvitelli su ampliación, terminada en 1765. En 1873, según lo dispuesto por la ley, promulgada hacía seis años contra la Iglesia, la biblioteca fue adquirida por el recién nacido Estado italiano. El enriquecimiento de la biblioteca continuó en este período: en 1919 se adquirió una importante colección de obras publicadas por Giambattista Bodoni, y al final de siglo hubo una curiosa colección de 954 libros de ópera del siglo XIX perteneciente a Nicolás Santangelo, ex Ministro del Interior del Reino de las Dos Sicilias y apasionado amante de la música. Desde 1940 Angelica es la sede de la Academia de la Arcadia, de la que conserva, entre otras cosas, los libros (alrededor de 4.000 piezas). Desde 1975 depende del Ministerio de Cultura. En el mismo año se adquirió la colección de libros del crítico literario Arnaldo Bocelli. |
La Biblioteca Malatestiana de Cesena, Emilia Romana, Italia, es una biblioteca monástica pública de particular importancia histórica. La biblioteca Malatestiana, fundada a mediados del siglo XV, fue la primera biblioteca pública de Europa abierta a todas las personas, y es el único ejemplo de una biblioteca monástica medieval perfectamente conservada en cuanto a su edificio, mobiliario y códices desde que fuera inaugurada hace más de 550 años. La misma fue encargada por el Señor de Cesena, Malatesta Novello. Las obras fueron dirigidas por Matteo Nuti natural de Fano (un estudioso de Leon Battista Alberti) y se extendieron desde 1447 hasta 1452. La puerta principal es obra de Agostino di Duccio (1418-1481). La magnífica puerta de nogal data de 1454 y fue tallada por Cristoforo da San Giovanni en Persiceto. La UNESCO ha reconocido la importancia cultural de la Biblioteca Malatestiana inscribiéndola, la primera en Italia, en el Registro de la Memoria del Mundo. El 19 de septiembre 2008, el correo italiano emitió un sello dedicado a la biblioteca, sobre el tema de la serie "El patrimonio cultural y artístico italiano". En la actualidad posee casi 250.000 volúmenes, entre ellos 287 incunables, unos 4.000 del siglo XVI, 1753 manuscritos del siglo XVI y el siglo XIX, y más de 17.000 cartas y autógrafos. Historia En torno al año 1440, la Orden Franciscana, que en aquel momento poseía un número de códices superior a la capacidad de su pequeña biblioteca, pidió a Domenico Malatesta, Señor de Cesena, los fondos para la edificación de un nuevo edificio donde albergarlos. El proyecto se le encargó al arquitecto Matteo Nuti, natural de Fano y discípulo de León Battista Alberti. Las obras comenzaron en 1447, y ya en el 1452, el aula ubicada en el brazo oriental del convento de San Francisco podía considerarse acabada. El nuevo studium, necesario para la sistematización de los códices y la realización del portal de la biblioteca por parte del escultor Agostino di Duccio,9 fue abierto al público dos años más tarde, el 15 de agosto de 1454. La Biblioteca Malatestiana era, en ese entonces, la primera biblioteca pública de Italia, propiedad de la Administración Comunal, pero abierta a todos los ciudadanos. No obstante, su custodia estaba a cargo de la Orden Franciscana. Esta doble responsabilidad sobre la biblioteca, ratificada por la presencia de una doble llave para acceder a ella, es considerada por los estudiosos como uno de los aspectos que han otorgado a la Malatestiana su mayor valor: el ser la única biblioteca de tipo humanístico-monacal en el mundo, habiendo mantenido intacta su estructura, su mobiliario y sus códices desde su apertura, es decir, durante más de quinientos años. Tras la muerte de Malatesta Novello, la biblioteca pudo sobrevivir gracias a la amplitud de miras de sus mecenas, quienes aportaban medios económicos. Únicamente durante el periodo napoleónico, entre 1797 y 1814, el complejo fue utilizado como cuartel, con un elevado riesgo de destrucción del patrimonio. Pasada esta etapa, en el monasterio fue dispuesto el primer núcleo de la biblioteca comunal actual y las aulas del Liceo Ginnasio, que en el 2008 fueron transferidas a otra sede. La larga serie de transformaciones que ha experimentado el complejo edilicio a lo largo del tiempo ha contribuido a reforzar su caracterización en el sentido cultural, siendo hoy un hito de la ciudad de Cesena. Desde 1983 se sitúa en la planta baja del edificio la sección moderna de la biblioteca comunitaria. Arquitectura El aspecto exterior de la Biblioteca Malatestiana fue modificado radicalmente tras la construcción de los edificios decimonónicos que sustituyeron la sala principal del monasterio. Sólo desde el Claustro de San Francisco y desde el patio del Palacio Ghini es posible observar, respectivamente, el lado norte y el testero de la nave de la biblioteca. El volumen, de gran sencillez en sus materiales, está construido en ladrillo visto. El testero está ornamentado únicamente con una abertura en forma de rosetón, mientras que los muros laterales están perforados por una serie de pequeñas ventanas de arco apuntado y una cornisa de cerámica. En el interior, después de subir las escaleras que llevan a la primera planta, y de atravesar dos pasillos, se accede al vestíbulo que precede a la sala principal, el ‘’Aula del Nuti’’. Este vestíbulo la separa a su vez de la adyacente Biblioteca Piana, que cuenta con un bastón cedido por el papa Pio VI a su ciudad natal. Compuesta por una única sala de forma rectangular, la arquitectura y el uso para la que fue pensada esta estancia (funcionaba como ‘’studium’’) presagian el Renacimiento italiano. Malatesta Novello asignó al arquitecto Matteo Nuti la tarea de proyectar un edificio adecuado para la conservación de los libros del monasterio. Es esta sala la parte principal del conjunto arquitectónico, el elemento que dio su fama a la Malatestiana. En la portada que abre paso hacia dicha sala se puede leer la siguiente inscripción: « MCCCCLII Matheus Nutius Fanensi ex urbe creatus Dedalus alter opus tantum deduxit ad unguem » Sobre el tímpano se observa un elefante, emblema de la familia Malatesta: Esta frase hace alusión a la familia Da Polenta, enemigos de los Malatesta y Señores de Rávena, una zona con gran abundancia de mosquitos. A los lados del dintel y sobre los capiteles de las pilastras aparecen representados los símbolos heráldicos de la familia: la rejilla, las tres cabezas y el tablero cuadriculado. La puerta, en madera oscura, es obra de Cristoforo da San Giovanni in Persiceto y en ella aparece inscrita la fecha del 15 de agosto de 1454, día solemne y festivo de la ciudad, dado que se celebraba en aquellos días una importante “feria de agosto”. Las tallas, de estilo gótico, repiten motivos de rosetas y figuras helicoidales, dispuestas de forma que evocan el tablero malatestiano. Estos motivos heráldicos se reproducen asimismo en el interior, sobre los capiteles de las columnas de la sala y sobre 58 pupitres, 29 a cada lado. En estos imponentes bancos de madera de pino se conservan los códices. La concepción de este espacio bebe en gran parte de los aportes en cuanto a geometría y proporción de Leon Battista Alberti, artífice del Templo Malatestiano de Rímini, que aparecen tanto en la planta como en el alzado del edificio. Estas características hacen referencia a la nueva cultura arquitectónica del Renacimiento, codificada en el De re aedificatoria, célebre tratado del ya mencionado Alberti. Para aquellos tiempos era innovadora la planta de tres naves, todas abovedadas: la central de cañón y las laterales de arista. La luz entra desde las aberturas de los muros y se distribuye por las naves laterales, mientras que la nave central, flanqueada por veinte elegantes columnas, es iluminada a través del gran óculo del fondo. Esta nave se desarrolla en forma de corredor, una solución racional relativamente habitual en las bibliotecas monásticas de la Italia septentrional. Este esquema, similar al de una basílica, está inspirado a su vez en la biblioteca del convento de San Marco en Florencia, proyectada por Michelozzo en 1444. No obstante, el uso de la bóveda de cañón en la biblioteca florentina parece no formar parte del concepto original de Michelozzo, sino que sería fruto de una reforma tras el terremoto de 1457, inspirada en la propia Biblioteca Malatestiana. La inscripción en el pavimento. Las inscripciones del pavimento hacen nuevamente alusión a Malatesta Novello: « Mal(atesta) Nov(ellus) Pan(dulphi) fil(ius) Mal(atestae) nep(os) dedit» Los colores también juegan papeles determinados en este espacio: el blanco (fe) de las columnas centrales, el rojo (esperanza) del pavimento cerámico y de las semicolumnas y el verde (caridad) del revestimiento de las paredes, recuperado en la restauración de 1920, aluden a los colores del escudo malatestiano. Como otras bibliotecas monásticas de la época, la Malatestiana se ubica en la primera planta para proteger los códices de los ocasionales daños debidos a las inundaciones. La arquitectura de la Malatestiana como modelo La solución de tres naves abovedadas adoptada en Cesena para la Biblioteca Malatestiana y en Florencia para la Biblioteca de San Marco se convierte en un modelo para la construcción de diversas bibliotecas monásticas italianas de renombre. No obstante, muchas de ellas se encuentran hoy en mal estado de conservación. Algunos ejemplos son la biblioteca del convento de Santa Maria delle Grazie en Milán (1469), la biblioteca de San Domenico en Perugia (1474) y la del convento benedictino de San Giovanni en Parma (1523). El éxito de esta estructura continúa hasta las primeras décadas del siglo XVI, cuando los cánones renacentistas evolucionan hacia espacios arquitectónicos más unitarios, renunciando a la división en naves (Biblioteca Laurenciana de Miguel Ángel en Florencia). |
En la sala que se abre frente al Aula del Nuti se encuentra la Biblioteca Piana, ya del Papa Pío VII Chiaramonti (1800-1823). Destinada al uso por parte de los Benedictinos del monasterio de Santa María del Monte por expresa voluntad del papa, y de propiedad de la familia Chiaramonti, en 1941 es vendida al Estado Italiano. Actualmente funciona como depósito anexo a la Biblioteca Malatestiana. Recoge otros 5000 volúmenes impresos que datan del siglo XV al XIX y de un centenar de manuscritos. Entre sus códices más valiosos, destacan un evangeliario del año 1104, un manuscrito jurídico del siglo XIII y un Misal romano de principios del siglo XV. Entre los incunables se encuentra un ejemplar de la ´´Cosmographia´´ de Tolomeo, en el que figura la fecha errónea de 1462 (puesto que en realidad fue impreso en el 1477 o el 1482), con imágenes coloreadas cuya autoría se atribuye a Taddeo Crivelli. Colecciones Pío VII, al igual que Malatesta Novello casi cuatro siglos antes, estaba movido por una fuerte pasión por las letras, las artes, la arqueología y la cultura en el sentido más amplio, además de una mentalidad muy moderna : no olvidemos que, apenas dos años después En su asunción al trono de Pedro (estamos en 1802), compiló el llamado quirógrafo (literalmente, “texto manuscrito”), documento que establecía diversas normas para la protección de los bienes culturales , y confirió a Antonio Canova el nombramiento. de Inspector General de Antigüedades y Bellas Artes del Estado , una especie de versión antigua del actual superintendente . También fue gracias a las medidas de Pío VII que varias obras robadas durante los expolios napoleónicos pudieron ser devueltas. El interés de Pío VII por la arqueología, las ciencias y la moderna disciplina de la museología , que empezaba a tomar forma en esos mismos años, se refleja en la elección de su propia colección de libros. Una colección que también era fruto de una mentalidad moderna: el Papa, por ejemplo, devolvió a sus legítimos propietarios los volúmenes que habían sido sustraídos, bajo el dominio napoleónico, de las bibliotecas del convento y habían sido reunidos en la Biblioteca Vaticana . Y, algo que puede parecer extraño a un amante del arte, Pío VII se preocupaba más por el contenido que por la forma : en otras palabras, no le gustaba coleccionar ricos manuscritos iluminados , sino que concedía sus preferencias a los volúmenes impresos que encontraba más útiles para su estudios. Todo lo contrario del otro Papa de Cesena, Pío VI, que fue un bibliófilo apasionado , siempre atento a las rarezas más finas, y que creó una colección hoy dispersa. No es de extrañar, pues, saber que la Biblioteca Piana alberga hoy casi tres mil obras (en total, unos cinco mil volúmenes impresos ) y apenas un centenar de manuscritos , la mayoría de los cuales, además, proceden de la donación. que data de 1814, de un noble romano, el marqués Giovanni Giacomo Lepri. Así, entre las obras impresas tenemos textos religiosos además de clásicos italianos y latinos, pero también textos de numismática, arte, arqueología, ciencia e incluso obras de historia local (como una Caesenae Chronologia del siglo XVII, “Cronología de Cesena ”, que informa hechos destacados de la historia de la ciudad). No faltaron ediciones importantes en la colección, como una Eneida ilustrada, entre otros, por Vincenzo Camuccini y Antonio Canova, publicada en 1819, y el impresionante Gran Atlas de Joan Blaeu , un atlas geográfico en doce volúmenes publicado en 1667. Entre los manuscritos encontramos códices tan valiosos como un Evangeliario (es decir, un libro que recoge los cuatro evangelios) de 1104, el Misal Romano del siglo XV , las Sentencias de Pedro Lombardo que datan del siglo XIII y un manuscrito con las Reglas. de las monjas agustinas fechadas en 1390. También están presentes una serie de incunables, término utilizado para indicar los primeros libros impresos de la historia, desde la fecha de la invención de la imprenta (1453, año a partir del cual se publicó el primer incunable, una Biblia impreso por Gutenberg en Maguncia) hasta, aproximadamente, 1500: entre ellos se encuentra una Cosmographia de Ptolomeo, probablemente impresa en 1477, e ilustrada con láminas sobre dibujos atribuidos a Taddeo Crivelli. El visitante también encontrará, en el espacio donde hoy se encuentra la Biblioteca Piana, algunos códices de la Malatestiana que se muestran al público : de hecho, los códices conservados en los plutei no se pueden observar de cerca. Así, se exponen códices de los que también nos ha llegado el nombre del amanuense, que no pocas veces puso su firma en las notas explícitas , las últimas notas del manuscrito: podemos así conocer a copistas como Jean d 'Epinal, Juan de Maguncia, Andrea Catrinello y un alemán muy simpático, Mathias Kuler , que termina su códice (que conste, es una obra de Walter Burley, el Comentario a la Física de Aristóteles ) escribiendo “Bonum vinum in taberna, consortia mulierum consumpserunt omnia” (que, traducido, suena más o menos así: “todo lo que he ganado con este trabajo lo he desperdiciado en vino y mujeres”). También es necesario mencionar el ciclo coral del cardenal Bessarione: el coral era un libro importante, también manuscrito, que contenía partituras y textos de los cantos con los que acompañar los servicios litúrgicos en la iglesia. Los que encontramos en Cesena fueron encargados, como se anticipó, por Bessarion , el poderoso cardenal griego que en el Concilio de Ferrara de 1438 estuvo entre los más fervientes defensores de la reconciliación entre las iglesias romana y ortodoxa. Bessarion, entre 1450 y 1455, fue legado papal para Bolonia y Romaña, y fue durante estos años cuando encargó el ciclo de corales que hoy lleva su nombre: se trata de dieciocho volúmenes originalmente destinados al convento de los franciscanos observantes. en Constantinopla, que luego permaneció en Cesena y pasó a formar parte de la colección de la Biblioteca Municipal tras la supresión de las órdenes religiosas bajo el dominio napoleónico. Hoy ocupan un lugar destacado en la sala que alberga la Biblioteca Piana, así como se concede gran importancia a algunas curiosas ediciones que enriquecieron los fondos de la Biblioteca a finales del siglo XIX y principios del XX. Es el caso de una rara edición de bolsillo de Los novios , publicada en Padua en 1902 por Fratelli Salmin, y especialmente de una reproducción de una carta de Galileo Galilei a Cristina de Suecia , publicada también por Fratelli Salmin en 1897: la peculiaridad de este último volumen consiste en que es el libro más pequeño del mundo que se puede leer sin lente . ¡Una rareza, impresa para la Exposición General de Turín de 1898, que mide sólo quince milímetros por nueve! Peculiaridades conservadas en un lugar que pertenece al patrimonio artístico y cultural de una ciudad que ciertamente no es un destino turístico habitual, pero que definitivamente merece una visita para admirar su belleza y comprender el extraordinario cuidado con el que sus ciudadanos la protegen. Pío VI (Cesena, 25 de diciembre de 1717-Valence-sur-Rhône, 29 de agosto de 1799) fue el papa n.º 250 de la Iglesia católica entre 1775 y 1799, y el último que vivió en tiempos del Antiguo Régimen francés. Su pontificado abarca el mismo período que el reinado de Luis XVI de Francia y que el estallido de la Revolución francesa. |
La Biblioteca Ambrosiana es una biblioteca histórica en Milán, que también contiene la galería de arte conocida como Pinacoteca Ambrosiana. La biblioteca, que debe su nombre a Ambrosio, el santo patrón de Milán, fue fundada en 1607 por el cardenal Federico Borromeo, cuyos agentes recorrieron Europa occidental e incluso Grecia y Siria en busca de libros y manuscritos. Algunas adquisiciones importantes de bibliotecas completas fueron los manuscritos del monasterio benedictino de Bobbio (1606), así como los de la biblioteca del Paduano Vincenzo Pinelli, cuyos más de 800 manuscritos llenaron 70 cajas cuando fueron enviados a Milán, e incluían la famosa Ilíada iluminada, la Ilia Picta. Historia Durante las dos estancias del cardenal milanés Borromeo en Roma, en los años 1585-95 y 1597-1601, planeó desarrollar una biblioteca en Milán, que estaría abierta a los eruditos al servicio de la contrarreforma católica para frenar el avance de la reforma protestante. La construcción comenzó en 1603 bajo el diseño y la dirección de Lelio Buzzi y de Francesco Maria Richini. La biblioteca se inauguró el día 8 de diciembre de 1609, lo que la convierte en la quinta biblioteca más antigua de Europa después de la biblioteca Malatestiana (Cesena, 1454), la biblioteca dei Girolamini (Nápoles, 1586), la biblioteca Bodleiana (Oxford, 1602) y de la biblioteca Angelica (Roma, 1604). Contaba con una sala de lectura, la Sala Fredericiana, una imprenta y una escuela para la instrucción en las lenguas clásicas. Al momento de abrir, los fondos constaban de 15 000 manuscritos y el doble de libros impresos, que se almacenaban en arcones a lo largo de las paredes, en lugar de estar encadenadas a las mesas de lectura, una práctica aún presente hoy en la biblioteca Laurenciana de Florencia. Las constantes adquisiciones, aumentadas por legados, requirieron una ampliación del espacio. En 1611 se inició la construcción de un nuevo edificio, terminado en 1618, que incluía también una pinacoteca para albergar principalmente la colección de pinturas y dibujos donadas por el cardenal. En la actualidad hay unos 12 000 dibujos de artistas europeos, desde el siglo XIV al XIX, procedentes de una amplia variedad de dueños y artistas, académicos, coleccionistas, marchantes de arte y arquitectos. En 1625 se abrió la academia Ambrosiana. En la actualidad cuenta con una academia de doctores, similar a los de la biblioteca del Vaticano. Entre sus figuras más prominentes han figurado Giuseppe Ripamonti, Ludovico Antonio Muratori, Giuseppe Antonio Sassi, el cardenal Angelo Mai y, al principio del siglo XX, Antonio Maria Ceriani, Achille Ratti (el futuro papa Pío XI), y Giovanni Mercati. Poco después de la muerte del cardenal la biblioteca adquirió doce manuscritos de Leonardo da Vinci, incluyendo el códice Atlanticus. Los preciados manuscritos, incluyendo los códices de Leonardo, fueron requisados por los franceses durante la ocupación napoleónica, y solamente volvieron en parte después de 1815. Entre los manuscritos está el fragmento Muratoriano, de aproximadamente el 170 d. C., el ejemplo más temprano de un canon bíblico. El edificio fue dañado en la Segunda Guerra Mundial, con la pérdida de los archivos de los libretos de la ópera de la Scala, pero fue restaurado en 1952 y experimentó restauraciones importantes en los años 1990. Fundador. Federico Borromeo (Milán, 18 de agosto de 1564 - 22 de septiembre de 1631) fue un religioso y humanista italiano, que llegó a ser arzobispo de Milán.12 Biografía. Federico Borromeo nació en Milán. Era el segundo hijo de Giulio Cesare Borromeo, conde de Arona, y Margherita Trivulzio. Estudió Teología y Leyes en Pavía y en 1585 marchó a Roma para realizar los estudios superiores. Allí recibió una fuerte influencia de Felipe Neri, el Cardenal Baronius y el Cardenal Belarmino. Fue nombrado cardenal por el papa Sixto V en 1593, con tan solo 23 años, y arzobispo de Milán el 24 de abril de 1595. Durante su vida fue ejemplo de celo, dignidad y virtud religiosa. Siguió un camino similar al de su primo, Carlos Borromeo, promoviendo la disciplina del clero, fundando iglesias y universidades financiadas con sus propios bienes y aplicando con rigor los principios aprobados en el Concilio de Trento. En 1609 fundó la Biblioteca Ambrosiana, y después la Bodleiana en Oxford, la primera biblioteca pública de Europa. Ayudó en la financiación para erigir la famosa estatua del Coloso de San Carlo Borromeo en Arona, apoyó el desarrollo del Sacri Monti de Piamonte y de Lombardía y participó en el embellecimiento de la catedral de Milán donde quería ser enterrado. Son reconocidos sus notables esfuerzos para paliar la hambruna que sufrió Milán entre 1627 y 1628. Falleció en 1631 (después de haber participado en ocho cónclaves). En 1685, los milaneses erigieron una estatua en su honor cerca de la puerta principal de la Biblioteca Ambrosiana. Federico Borromeo aparece caracterizado como un inteligente humanista en la novela Los Novios, de Alessandro Manzoni. |
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