Luis Alberto Bustamante Robin; Jose Guillermo Gonzalez Cornejo; Jennifer Angelica Ponce Ponce; Francia Carolina Vera Valdes; Carolina Ivonne Reyes Candia; Mario Alberto Correa Manríquez; Enrique Alejandro Valenzuela Erazo; Gardo Francisco Valencia Avaria; Alvaro Gonzalo Andaur Medina; Carla Veronica Barrientos Melendez; Luis Alberto Cortes Aguilera; Ricardo Adolfo Price Toro; Julio César Gil Saladrina; Ivette Renee Mourguet Besoain; Marcelo Andres Oyarse Reyes; Franco Gonzalez Fortunatti; Patricio Ernesto Hernández Jara; Demetrio Protopsaltis Palma;
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Universidad católica |
Julio Gastón Retamal Favereau (Constitución, 22 de marzo de 1935) es un historiador y filósofo chileno. Ha sido profesor en varias universidades chilenas y es autor del libro Y después de Occidente, ¿qué?, el que actualmente va en su quinta edición. Es uno de los historiadores más críticos de conceptos historiográficos tradicionales, tales como la Edad Media o el Renacimiento. Retamal postula una nueva visión de la historia de Occidente basada en la valoración del concepto de verdad que ha imperado en las diversas épocas. Biografía Ingresó a estudiar bachillerato a la Universidad de Chile, terminando en 1953. En 1966 obtuvo el título de licenciado en filosofía con mención en historia. Mientras era estudiante, integró el Teatro de Ensayo de la Universidad Católica (TEUC). En 1972 obtuvo un doctorado en filosofía en la Universidad de Oxford. En 1966 fue profesor visitante en la Universidad del Valle, Cali, y en 1977 de la Facultad Libre de Letras de París. Entre agosto de 1973 y agosto de 1976, fue director del Instituto de Historia de la Universidad Católica de Chile. Entre 1976 y 1980, fue agregado cultural en la embajada de Chile en Francia. En 1983 fue nombrado vicerrector académico de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación, cargo que desempeñó hasta 1985. En 1992 fue nombrado miembro de número de la Academia Chilena de la Historia. En 2003 fue nombrado profesor emérito de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Se desempeñó hasta enero de 2017 como profesor de Historia Moderna y Teoría de la Historia en las universidades Adolfo Ibáñez y Gabriela Mistral de las que fue despedido por cuestiones de edad. Obras Y después de Occidente, ¿qué?. Santiago: Editorial Andrés Bello, ISBN 956-13-1821-0 ¿Existe aún Occidente?. Santiago: Editorial Andrés Bello, ISBN 956-13-1960-8 Diplomacia anglo-española durante la contrareforma. Santiago: Universidad Católica de Chile El Renacimiento, una invención historiográfica. Santiago: Universidad Gabriela Mistral, ISBN 956-7407-08-8 Familias fundadoras de Chile 1540-1600. Santiago: Editorial Zig-Zag, ISBN 978-956-12-0749-3 Familias fundadoras de Chile 1601-1655. El segundo contingente. Santiago: Editorial Universidad Católica de Chile, ISBN 956-14-0592-X Familias fundadoras de Chile 1656-1700. El conjunto final. Santiago: Editorial Universidad Católica de Chile, ISBN 956-14-0692-6 |
TRANSCRIPCIÓN DE ENTREVISTA A JULIO RETAMAL FAVEREAU.
Esta entrevista al historiador chileno, Julio Retamal Favereau, fue grabada en Santiago de Chile. Diciembre, 2007. Agradecemos la transcripción de esta entrevista a Javier Valderram. CW: Giuseppe Ungaretti poeta del siglo XX, extraordinario, escribe un desgarrado poema, rezo o anti-rezo, no sé, que se llama “La Piedad”. En ese poema se refiere o conversa con un dios que de alguna manera está ausente dentro de sí mismo, y le dice:
Giuseppe Ungaretti, 1928, y escogí este poema para la conversación de Una Belleza Nueva de hoy, porque creo que de alguna manera Ungaretti ya en 1928, prefigura la situación del hombre de hoy, del hombre post moderno sin certezas, del hombre post moderno que se dirige a un Dios que ya no sabe si realmente existe, del hombre post moderno que ha abandonado todas las certezas todas las autoridades y todas las referencias, del hombre post moderno universo monótono que cree ensanchar sus bienes y que de sus manos y de sus manos afiebradas no brotan más que limites sin fin. Para conversar de la situación de nosotros hoy día en esta no sé si post post modernidad en la que de alguna manera sobre ella aparece una suerte de malestar, que ha sido escrito por distintos autores en Europa, Estados Unidos en el mundo contemporáneo, y contamos con la presencia de Julio Retamal Favereau. Julio Retamal Favereau es Licenciado en Historia en la Universidad de Chile, Doctor en Filosofía en la Universidad Oxford, ha sido vicerrector académico de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación, agregado cultural en la Embajada de Francia, y ha escrito variados libros entre otros… Por eso escogí esta cita de Ungaretti. Sentí, de alguna manera, una suerte de clamor, es un libro de un historiador, hay un análisis de lo que está pasando hoy día en el mundo, pero el libro va tomando fuerza va agarrando el yo, va tomando el control del ensayo, y siento casi un clamor, casi un grito frente a la situación o al panorama del hombre occidental hoy día de nuestra civilización porque yo sentí eso en tú libro. JR: Es efectivo porque yo creo que se han descompuesto como todos los elementos unificadores de la cultura. Se han, no sé si descompuesto, solamente se han magullado, están criticados, están olvidados, están dejados de lado, entonces nosotros nos preguntamos, los que tenemos sobre todo dentro de nosotros la capacidad de ser docentes, cómo procedemos, entonces yo parto el libro diciendo de la crisis de la verdad que trataba en el libro anterior paso a la crisis de la autoridad, y como la palabra autoridad viene de ese verbo latino augěre, que significa crecer, es decir, aquél que goza de la autoridad, es aquél que tiene los medios necesarios como para dirimir un caso, por ejemplo, un juez, por ejemplo, un gobernante, por ejemplo, un profesor, un padre de familia, un sacerdote, un médico, son todas personas que tienen que tomar en momentos determinados decisiones muy concretas y muy precisas y si ellos no han crecido interiormente, si ellos no saben exactamente qué es lo que pretenden no pueden aplicar ninguna fórmula. Me parece lo que le a pasado un poco a la cultura occidental es que se ha olvidado de las fuentes y ha perdido la autoridad, entonces ha quedado dando un poco palos de ciego. CW: La palabra autoridad se ha desprestigiado y ha sido tocada bombardeada por todos lados, es una palabra que casi no se puede decir. Son esas palabras que no caben en lo que se llamaría el pensamiento político correcto, porque ha pasado, que ha pasado, que ha sucedido con este desprecio a la autoridad. JR: Yo creo que tiene que ver con Nietzsche y con la filosofía nihilista básicamente, no sé, esta es una opinión personal por supuesto, pero de la muerte de Dios como que el gran autor desaparece, Dios era el autor no sólo del mundo sino que de todos los principios, de todas las verdades, de todas las creencias y, por lo tanto, el que dirigía la conducta humana, y los hombres basaban su autoridad a su vez en la autoridad de las escrituras o de la revelación. Ahora todo este proceso de la desaparición de Dios progresiva en la cultura occidental durante el siglo XX, a mi juicio, ha llevado a que la autoridad sea confundida con autoritarismo, es decir, tratar de mantener ciertas formas contra viento y marea cuando las formas ya no son útiles, no tienen ninguna eficacia, entonces, ahí ha venido el reemplazo de la autoridad por el poder, y bien sabemos nosotros que el poder es la mera potencia, es decir, dar órdenes porque sí, sin mayor sentido, o bien dirigidas solamente a fines muy inmediatos y muy irrelevantes. CW: Esa crisis de autoridad que parte con la ausencia de Dios, la retirada de Dios del mundo o la muerte para usar la metáfora de Nietzscheana, aunque en realidad viene creo que de John Pool, un escritor alemán romántico. JR: Viene de mucho antes. CW: Se traduce para aterrizarlo en la realidad concreta, para los que nos están escuchando, no solamente la crisis de la autoridad de los jueces, la autoridad política, la autoridad religiosa, sino que la autoridad de los padres y la autoridad de los profesores, el debilitamiento por ejemplo de la figura masculina, la figura del padre. A ver, hablemos un poco de eso. JR: Sí, la figura del padre siempre ha representado la figura de Dios, es como la traslación de Dios a la Tierra, y el padre sobre todo en las culturas antiguas, pensemos en el páter familias de Roma, tenía derecho, incluso, de vida y muerte sobre la familia, sobre el clan completo del cual era el jefe. La figura del padre se ha perdido, además de lo que hemos dicho, por razones más prácticas. Se ha disuelto la familia, se han disuelto los vínculos familiares a un nivel bastante alarmante, diría yo, en nuestra cultura, cosa que no pasa en las otras culturas, y eso mismo ha hecho que la figura del padre desaparezca del hogar, desaparezca del medio en que se desenvuelven los hijos o la mujer. El padre, si no ha desaparecido como marido, ha desaparecido como presencia en el hogar. Está ausente, tiene demasiado trabajo y cree que puede reemplazar eso simplemente atendiendo a todos los pedidos de los hijos y dándoles plata y facilitándoles la vida, pero no ocupándose realmente de ellos. La transmisión de la cultura familiar se ha perdido enormemente con la desaparición del padre y los abuelos, porque hay algo muy formativo antiguamente que era lo que se veía, se oía y se comentaba en familia, entonces, lo que llamamos la cultura general se transmitía a través de la familia, a través de la conversación íntima. De repente alguien decía, fulano llegó de París, uno como niño preguntaba dónde está París, le explicaban que estuve en el Louvre, y qué es el Louvre, entonces iba absorbiendo esa especie de cultura general, esa especie de background, que después le iba a servir para toda la vida, yo veo ahora a los alumnos de pregrado que no lo tienen, no lo tienen no porque no hayan leído, leen poco de acuerdo, pero en fin… algo habrá, sino porque no se los han transmitido conscientemente, porque falla la autoridad que tiene que dar ese tipo de barniz, ese tipo de cultura. CW: El título de tú libro es bastante radical, hay un implícito, a veces se duda que occidente todavía exista, que exista algún occidente. Habría que explicar en primer lugar ¿Qué es occidente? ¿Qué entiendes tú por occidente? Y luego te voy hacer otra pregunta una vez que contestes esa. JR: A ver, Occidente es una cultura que tiene su propio nacimiento, su desarrollo, y que se acerca, a mi juicio, a un ocaso. Se originó alrededor del año mil, basada en el catolicismo que ya estaba decantado, ya no era solamente un cristianismo, ya era un catolicismo bastante especifico basado en la herencia greco-romana en la parte intelectual, y basada en la nueva institucionalidad germánica, y eso se desarrolla pasando por muchas etapas, en lo político, en lo artístico, en lo espiritual, y eso llega hasta nuestros días a un momento de declinación, eso sería mi visión. CW: Occidente no son los griegos JR: No CW: No hay occidente todavía ahí. JR: No, yo creo como lo dice Spengler, fue el primero que tuvo esta idea no yo, verdad. La cultura greco-romana o greco-latina es la cultura clásica, que es uno de nuestros focos alimentadores, es una fuente, pero no es el mismo occidente. CW: Qué es lo que lo define sustancialmente. Si tuviera que llegar a una definición final y tuviera que explicárselo a un no occidental o a un extraterrestre ¿Qué es lo que define ser occidental? ¿Qué es el disco duro de occidente? JR: Buena pregunta y difícil. No va a ser una pregunta fácil de contestar. Yo diría, básicamente, la creencia en un Dios personal que es a la vez trascendente, es un Dios que garantiza la libertad, que garantiza la creatividad, pero que pone a la vez una serie de marcos dentro de los cuales uno tiene que moverse. Ese Dios promete una vida futura y ese Dios da una recompensa a aquellos que se porten bien. Si a eso le agregamos la capacidad analítica que nos viene de los griegos, la capacidad de reflexión, la capacidad de cuestionamiento, la crisis permanente en que vivimos, tenemos un occidente más o menos bien configurado. CW: Ahora, esa crisis permanente es un rasgo que tú señalas en el mismo libro es tan característica nuestra, que incluso puede llevar paradójicamente a la disolución de occidente. Cómo se compensa. Porque todo lo que ha pasado en los últimos siglos es porque alguien ha puesto en cuestión la filosofía anterior, y así ha sido un infinito poner en cuestión lo anterior, cosa que no sucede en el mundo chino, cosa que no sucede en el mundo indio. JR: Así me parece a mi, hay culturas que son muy estáticas como la antigua cultura egipcia, para no nombrar algunas más nuevas y culturas que son muy dinámicas, la greco-romana lo fue y terminó hundiéndose, terminó desapareciendo, entonces, si nosotros somos herederos en gran medida de ella, este aparato crítico nos puede llevar a la desaparición y, de hecho, creo que está todo bastante en crisis. CW: Ahora, la pregunta es la siguiente, todas las civilizaciones desaparecen, han desaparecido los mayas, desaparecieron los griegos. Bueno, a lo mejor occidente tiene que desaparecer, sin embargo, uno siente, leyendo tú libro, que tú quieres todavía pensar que es posible sostener algo que ya está aparentemente en ruinas, entonces, quiero preguntarte eso, por qué sostener a occidente, por qué mejor no dejar que se derrumbe para que aparezca algo nuevo en el horizonte. JR: Bueno, primero, por convicción personal, porque yo creo que estaría traicionando mi vocación y mi oficio si dejara las aulas de lado y dijera no enseño más, por ejemplo, no transmito más la cultura; en segundo lugar, reconozco si bien que occidente está en el ocaso, creo que todavía tiene capacidad de reaccionar, y al final del libro lo muestro con la reacción del Papa actual, con la reacción del presidente de Francia, Sarkozy, con la reacción a Vattimo, con la reacción de algunos ateos no agresivos actuales, que tiene que ver con eso, precisamente. Entonces, yo creo que todavía occidente se mueve, todavía, si bien está bastante limitado o bastante decaído, todavía es capaz de generar algo. CW: Tú nombraste recién a Sarkozy, el Papa, es evidente, cuando nos refiramos al tema de la Iglesia vamos a tocar el tema del Papa Benedicto, y tú citas un discurso, que provocó bastante impacto, y es porque no habíamos escuchado así a un político hablar hace mucho tiempo en occidente. Llama la atención lo que dijo, voy a recitar un párrafo, me gustaría que lo comentaras. Sarkozy, en la campaña, usó este lenguaje que tú mismo clasificas como firme claro y directo, dijo: “No vamos a permitir mercantilizar el mundo, en el que no queda lugar para la cultura, desde 1968 -se está refiriendo a la famosa revuelta estudiantil parisina- no se podía hablar de moral, nos habían impuesto el relativismo, la idea de que todo es igual, lo verdadero y lo falso y lo bello y lo feo, que el alumno vale tanto como el maestro, que la víctima cuenta menos que el delincuente, como si la sociedad fuera siempre culpable y el delincuente inocente, que la autoridad estaba muerta que las buenas maneras se habían terminado, que no había nada sagrado, nada admirable , era el slogan de mayo del ‘68 vivir sin obligaciones y gozar sin trabas, hicieron terminar con la escuela de la excelencia y del civismo. Hemos derrotado, dice Sarkozy, a la frivolidad y la hipocresía de los intelectuales progresistas, y llama a crear una ciudadanía de deberes, primero los deberes luego los derechos” a ver ¿Qué hay de novedoso en el discurso de Sarkozy? JR: Hay mucho, desde luego, centrar todo en la moralidad, puesto que tradicionalmente desde los griegos y pasando por toda la escolástica, y pasando por todo el racionalismo, la autoridad tiene mucho que ver con la razón, y con la manera de cómo el hombre se gobierna a sí mismo racionalmente, no caprichosamente, y el centrarlo en la moralidad implica que la política es parte de la moral como tradicionalmente se dice, es la parte publica de la moral, la economía sería la parte privada de la moral, y eso es reenfocar una sociedad de deberes y no de derechos, porque creo que todos nosotros hemos oído hablar, sin parar últimamente, de derechos humanos, de derechos de las minorías, de derecho de tal o cual índole, y nadie habla de deberes, como si la sociedad estuviera compuesta nada más de obligaciones de dar, y no de obligaciones de hacer, de entregar, entonces, yo creo que esa es la parte más importante, y el hecho de decir, por ejemplo, hemos dejado de lado todas aquellas corrientes que no valoraban el bien, sino que valoraban ambas cosas, bien y mal como al mismo nivel. Eso mismo, yo creo, que es muy importante en el discurso. CW: En el mismo discurso, él habla de una izquierda hipócrita, e incluso, habla de la frivolidad e hipocresía de los intelectuales progresistas. A ver, me gustaría que explicaras esa idea. JR: Yo creo que esa idea deriva del hecho que la cultura en sus formas epigonales más altas, entendamos literatura, pintura, enseñanza universitaria, mucho menos ciencia, arte también, ha sido un poco acaparada por la izquierda en los últimos 70 ó 80 años, y yo creo que fue un llamado que hizo el triunfante Partido Comunista, después de la Segunda Guerra Mundial, triunfante, digo, porque ocupó la mitad de Europa y nos libró a todos de un horror que era el nazismo. A partir de ese momento, ellos hacen un llamado a los intelectuales para que se sumen a esta corriente de izquierda, y van todos, como digo yo, ahí se precipitan unos tras de otros, entonces como que, la derecha queda sin representación en el mundo de la cultura. CW: Pero también como un desprecio de la derecha por la cultura, una suerte de no pensar que es una dimensión importante, donde ella de estar con una voz. JR: Yo creo que no es desprecio, es abandono, dejación, indiferencia. CW: ¿Por qué? JR: Porque no vibran con eso. Yo ahí hablo de varias derechas, una derecha tradicionalista, una derecha conservadora, una derecha nacionalista, que no es derecha a mi juicio, y una derecha económica. Yo creo que lo que ha prevalecido enlos últimos años es esta derecha económica cuyos únicos fines son mejorar las condiciones económicas, ya sea de la persona, del país, del grupo, y nos hemos absorbido tanto en este proceso económico que hemos descuidado los demás. CW: ¿Cuál es la derecha ideal? Si tuvieras que describir una derecha, una derecha posible, como existía un socialismo utópico, una derecha utópica. JR: Yo creo que hay una derecha real, por ejemplo, en Inglaterra, yo creo que el partido conservador inglés representa una derecha aceptable, en la medida que mantiene los principios, mantiene la moral, pero a la vez da libertad para que otros se expresen, no puede ser que un partido… lo que me hace negar que sea derecha nacionalista, que hay una derecha nacionalista en Mussolini, en Hitler, es justamente que no había ninguna libertad para expresarse ni libertad de prensa, ni libertad de asociación sindical, ni libertad de partidos políticos, entonces, eso no es derecha, eso no ha sido nunca la derecha. La derecha es esta otra, mantiene los principios, orienta la sociedad, mantiene la educación de excelencia, mantiene el orden normal, no cree en as utopías, no está buscando los cambios por los cambios, y a la vez deja la libertad de expresión y de movimiento a todos sus participantes. CW: Me llama la atención, Julio, que entre todas las derechas que nombras, pareciera, y me lo vas a explicar tú, no tomas en cuenta una derecha que existió en Chile tal vez, la derecha de los liberales, pero no la derecha de los neoliberales de hoy día, de la que fue el antiguo liberalismo, no tuvo una vida muy larga, pero que fue muy importante y que constituyo un tipo de derecha. JR: Yo no soy especialista en historia de Chile, pero acuérdate que el liberalismo partió como oposición al peluconismo, los pipiolos eran los opositores al peluconismo, los pelucones eran los conservadores, después como se fue corriendo el espectro chileno porque aparecieron más partidos a la izquierda, el partido radical , el partido demócrata a finales del siglo XIX, entonces, el liberalismo terminó ensamblándose con una especie de derecha bastante laxa, con los conservadores, con los montt-varistas etc. Pero yo creo que eso no fue nunca derecha. A mi juicio, eso fue más bien un partido que promovió el cambio. CW: Y que es la característica, así como te pregunté los genes de occidente ¿Qué lo que es la esencia de la derecha? Porque la izquierda sabemos más o menos, e incluso el mundo de la izquierda tiene intelectuales que lo dicen, se publican libros, una pregunta que dijera ¿Por qué tú eres de izquierda? Te va a decir porque es de izquierda, pero que alguien de derecha dijera ¿Por qué soy de derecha? Es una pregunta difícil, parece. JR: Sí, es una pregunta difícil. Yo creo que tiene que ver, primero, con el orden sobre natural, yo creo que la derecha siempre ha creído en aquellos principios fundantes, y sea religiosos, metafísicos, éticos, de cualquier índole, y ha creído también con la mantención de ellos dentro de una cierta estructura, que no debe ser una estructura de plomo, no puede ser una capa de plomo como en algún momento puede haber sido la monarquía absoluta, que se transformó en oprobiosa y oprimente, verdad, pero tiene que ser alguien que mantenga el marco, y ese marco tiene que ver con la trascendencia, primero, tiene que ver con la moral, segundo, y tiene que ver con el orden natural, con las instituciones naturales, entiéndase familia, corporaciones, estado, etc. CW: Julio, vamos a analizar un poco porque esto tiene muchas aristas, el escenario de hoy día. Tú te atreverías a decir que estamos viviendo la post modernidad o el ocaso de la post modernidad ¿Dónde estamos? ¿Terminó la modernidad? ¿En qué estamos hoy día? JR: Lo que sí tengo claro es que la modernidad terminó. CW: ¿Terminó la modernidad? A ver, explica ¿Por qué? JR: Porque la modernidad era el privilegio de la razón, de la ilustración, era el privilegio de la ciencia, era el privilegio de la democracia, era el privilegio del liberalismo, precisamente, era el privilegio del progreso, la creencia en un progreso indefinido, que la humanidad no se iba a detener. Todo eso empezó a hacer crisis a lo largo del siglo XX, con las guerras mundiales, con la guerra fría y con las filosofías que se fueron dando, con el pensamiento que se fue dando a partir de Nietzsche en adelante; entonces, yo creo que esa modernidad ya está superada. Hoy día nadie piensa que la razón sea la esencia ultima del hombre, se han encargado no sólo los filósofos postmodernos, sino que otros también, de decir que en el hombre hay muchos otros elementos: la intuición, la imaginación, la fantasía, la sensibilidad, la poética, etc., la tradición, lo que el hombre sienta hasta el instinto es parte del ser humano; el ser humano no es solamente una res cogitans como decía Descartes, no es solamente una sustancia pensante, tiene mucho más. Acuérdate lo que decía Pascal Cristián, “el corazón tiene razones que el razón no conoce”, bueno y en ese sentido la post modernidad viene a ser el reemplazo de este hombre unilateral, de este hombre enfocado sólo del punto de vista de la razón pura a un hombre mucho más fluctuante, mucho más cambiante, mucho más ágil y más elástico. CW: Ahora, ese hombre así como tú lo describes parece un hombre positivo, debiera ser un escenario positivo el de la post modernidad porque el hombre puramente racionalista sería un hombre reductivo, habría una reducción de la realidad más compleja de lo humano. Sin embargo, tú eres muy crítico de los efectos de esa post modernidad en los distintos ámbitos de la vida ¿Por qué? JR: A ver, porque una cosa es la libertad de movimiento y otra cosa es el libertinaje, entonces, si tú destruyes el marco dentro del cual la libertad se tiene que encausar, tú estás destruyendo, entonces, la posibilidad misma de ser libre, porque ya cuando se llega al libertinaje actual, me refiero, por ejemplo, a la farándula, me refiero a la destrucción de la familia, me refiero a las manifestaciones más vulgares que vemos todo el día, la del deterioro del lenguaje, del deterioro del vestuario, la del deterioro del comportamiento. Todo eso indica ya que el marco referencial se ha destruido, entonces, ya no es simplemente una crisis de una posición o de un enfoque, es como la crisis total. CW: Tú incluso hablas por ahí que es divertido e interesante, criticas la “pantalonización” de la mujer. A ver describe por qué esa fobia a los pantalones de las mujeres. JR: Esa parte puede parecer muy frívola, y en todo caso es jocosa como yo mismo lo digo ahí. Porque yo digo que la mujer tiene que diferenciarse del hombre, no somos new age nosotros, eso de que somos parte de un todo holístico, tú eres hombre yo soy hombre y aquí estamos hombres y mujeres y tienen que diferenciarse, no sólo en la manera de peinarse. Ahora, lo único que va quedando, no sé, la manera de maquillarse, tal vez, porque los hombres también pueden usar el pelo largo, tiene que diferenciarse en todas sus maneras de ser, en maneras de expresar, por eso siempre se vistieron de manera distinta. CW: Hoy día predomina y campea en todas partes la estética de la ambigüedad ¿Qué has pensado sobre eso? JR: Sí, yo he pensado sobre eso, incluso lo digo ahí, que esto podría estar favoreciendo algún cambio de sexualidad que prefiero no explicitar, pero que me parece podría llegar a darse en esta ambigüedad. No sé, exactamente, con esta desaparición de los conceptos que vienen de Grecia tradicionales, la potencia y el acto, la crítica y la analítica, el bien y el mal, el hombre y la mujer, todo eso tiende a fundirse en este todo holístico en que da lo mismo como tú andes vestido, da lo mismo como tú actúes, incluso, se dice que el hombre tiene que cultivar el lado femenino de su personalidad, pero todo eso, a lo mejor muy bien hecho, no en el sentido impuesto pero encausado podría resultar, pero cuando esto se transforma en un libertinaje absoluto es un desastre. CW: En términos huidobrianos, la gran jalea. Tú lanzas una idea que me pareció interesante, hablas de que una de las características de este tiempo es que se ha instalado la desacralización de lo sagrado y la sacralización de lo profano, me gustaría que explicaras eso. JR: Yo creo que lo sagrado no se entiende solamente Dios y la religión, se entiende también todas estas instituciones que tradicionalmente se llaman natural, como puede ser la familia, como pueden ser las corporaciones como puede ser el mismo estado: hay una desacralización en el sentido que nadie le obedece, nadie cree en ellos, la política se ha reducido muchísimo sobre todo entre la juventud, han desaparecido las buenas maneras, ha desaparecido la cultura general, han desaparecido una serie de elementos que mantenían como quien dice el marco, eso sería, por un lado la desacralización; y la sacralización es reemplazar estas cosas, por cosas intocables por tabúes, por elementos que no son sagrados y que han adquirido el carácter de sagrados, por ejemplo, la democracia, tú hoy día puedes hacer una película como se han hecho varias contra Jesucristo, por ejemplo, y no puedes hacer una película contra la democracia, tú no puedes atacar los derechos humanos, estás metido dentro de este molde que te quiere aprisionar de otra manera, entonces, a mi me da un poco de risa cuando me dicen yo soy muy democrático, y yo le digo qué pasa si yo no soy democrático ¿Tú me vas a aceptar? Todo el mundo queda descolocado, entonces, esa sacralización de lo que no es sagrado es tanto más grave en occidente por cuanto occidente como tú bien observabas al comienzo es cambiante todo el tiempo. CW: Es como una nueva beatería y la democracia es como lo políticamente correcto. Ahora, dónde parte esto si uno tuviera que ir a los orígenes. Aquí, en este fascinante libro, que es “Y después de occidente qué” tú divides la historia de occidente en distintas etapas en relación a la crisis de la verdad. Hablas, en primer lugar, la época de la unidad de la verdad, luego, la época de la diversidad de la verdad, la época de la imposibilidad de la verdad, hasta la última época de la verdad indeseable. A ver, si tuvieras que sintetizar qué pasó en el curso del tiempo con la verdad en occidente ¿Qué pasó? JR: Primero, se dividió la verdad entre divina y humana, que fue un paso, y esto me sirve para hacer una reflexión, que, a mi juicio fue… le trajo la parálisis al Islam. Se planteó a partir del siglo XII y XIII la posibilidad que no hubiera una correlación, una conjunción del pensamiento divino y humano, es decir, lo que era verdad en el cielo tenía que ser verdad en la tierra, y viceversa, y de que la fe y la razón convergían en explicar esa verdad, ese problema que se llamó de la doble verdad, el Islam no fue capaz de resolverlo y el que lo plantea primero es Averroes. Averroes sale expulsado de España por los moros, por supuesto, y muere en Marrakech, en el destierro por haber sugerido que puede que lo que el Corán dice no sea todo verdad, y viceversa que haya verdades que no estén en el Corán. Occidente se ve enfrentado, poco después, al mismo problema y ahí debatió mucho Tomás de Aquino con Sigerio Brabante, pero si bien hubo un debate en el debate terminó por prevalecer la idea de que hay una doble verdad, eso la hace Ockham, esa doble verdad es de la fe y la verdad de la razón. CW: Oye, el culpable que viene después seria Guillermo de Ockham, el origen de la post modernidad pero en lo más remoto. JR: Cristian, perdóname, eso lo tratamos en otro programa. CW: Pero volviendo sólo al punto por qué Guillermo de Ockham. JR: Porque cuando este hombre, dice Dios no es razón como dice San Juan, como el logo era Dios y el logo estaba en Dios, no dice, el logos tiene limitante porque la razón tiene reglas, las reglas de la lógica que son del logos, pero Dios no puede tener limitantes, por lo tanto, tiene que ser voluntad, entonces, ese paso de la razón a la voluntad divina es muy importante, porque ahí la fe tiene que quedar reducida a la voluntad y no al estudio racional. CW: En el libro tú terminas con la época de la verdad indeseable, pero hoy día sería, leyendo este otro libro tuyo, existe un occidente casi la verdad indiferente, o la época de la indiferencia la verdad. A ver, qué pasa con la verdad ahora JR: Sí, bueno, la verdad no interesa por lo mismo que hay muchas verdades por lo mismo están todas en conflicto, por lo mismo porque no hay ninguna institución que asegure tener la verdad, salvo el Islam, porque China es una cultura y una civilización sumamente laxa en muchas cosas, salvo en lo político, pero muy abierta en materia de economía como la vemos hoy día y en el pasado en materias de absorción de culturas extranjeras, por ejemplo, el cristianismo, el budismo, el cristianismo, todo eso se Asia central, el Islam también, pero las otras culturas, por ejemplo, la india también son bastante abiertas, entonces, el hecho de haberse abierto demasiado, creo yo, que ha hecho esta especie de jalea. CW: Bueno, este triunfo de la tolerancia, una palabra que se usa mucho hoy en día, de la diversidad, a ver, cómo se podría entender una pluralidad pero que no fuera jalea, donde existieran puntos de vistas diferentes. JR: Bueno, yo hago la diferencia entre tolerancia y pluralismo. La tolerancia es aceptar sinceramente lo que el otro piensa, pero mantener las ideas propias; el pluralismo sería decir: mire, no hay ninguna idea que sobre salga, y, por lo tanto, hoy día yo puedo ser A, mañana puedo creer en B, y pasado mañana puedo creer en C, y me da lo mismo y no me pronuncio y dejo que todo esto trascurra y se esfume, entonces, naturalmente las autoridades, volvemos a lo mismo, que sostienen verdades como puede ser la Iglesia, como puede ser las religiones, como puede ser la filosofía, como puede ser incluso la política, o la economía que tiene sus reglas y sus leyes, se ven sobrepasadas por esta indiferencia, se ven sobrepasadas porque el marco referencial desapareció completamente, a la larga esto puede significar un caos en toda la sociedad, no solamente en el nivel religioso. CW: Tú eres bien critico del Islam, en tú libro me llama la atención, casi como que no haces matices, haces un análisis que prácticamente estaría en el código genético del Islam. El fanatismo que hoy día vemos aparecer y campear, sin embargo, yo acabo de entrevistar en París a un islamista argelino, que es un disidente que publicó un libro que se llama “La enfermedad del Islam” y él dice, los que hoy día están monopolizando el Islam en su rostro más terrorista, Al Quaeda y todo, solamente han hecho un juego sucio, digamos de distorsionar porque la historia, la cultura del Islam tiene momentos de oro, donde pudo darse el pluralismo, donde había una cultura más sofisticada, etcétera, ¿Por qué esta mirada tan crítica? JR: La mirada tan crítica fue porque a raíz de una polémica que se suscitó en la Universidad Adolfo Ibáñez, yo tuve que leerme el Corán, y me encontré que en el Corán en muchos capítulos está muy prescrita que toda disidencia debe ser combatida, y que la suerte de los infieles es la suerte de la condenación, y que si bien no hay que ser agresores en el momento en que uno es agredido, tiene que responder de la manera más brutal del mundo, tiene que golpearlos en el cuello, tiene que golpearlos en las yemas de los dedos, me pareció demasiado chocante. Ahora, leyendo la vida de Mahoma, porque me tuve que informar de todo y los Adid, o sea, los dichos del profeta, se encuentra uno con que Mahoma combatió, lo echaron de La Meca -con guerreros- y de Medina, combatió en la batalla de Podium, y un par de batallas más. Unas las perdió, otras las ganó. Era un hombre que combatió de verdad cuando sale de Medina tiene que aniquilar a la tribu de los Qurayzah, que eran judíos, entonces, ahí uno dice, bueno, desde el origen, a mí juicio, hay un error, un prejuicio, una debilidad, llámalo como quieras, que el Islam es combatiente y Mahoma unifica las tribus de Arabia, y sus sucesores los cuatro califas, sobre todo los tres primeros califas, Abak, Omar y Osman conquistan incluso el imperio bizantino, en gran medida, destruyen el imperio persa, avanzan por el Mediterráneo por la fuerza de las armas. CW: Ahora, frente a este jalea post moderna europea y occidental, el Islam puede aparecer como una alternativa de un mundo donde hay un orden, donde hay respeto, ahí sí que se respeta la autoridad, donde impera la moral, donde no se ha producido esta laxitud decadente, incluso para alguna gente joven estoy pensando, europea, que está hastiado en un mundo donde no hay referencias, podría resultar hasta atractivo el Islam. JR: Sin duda, yo creo que el Islam tiene razón en criticar violentamente a occidente , no sólo por la invasión que occidente a hecho de su ámbito, como pueden ser las guerras de Afganistán o Irak, porque ellos también invadieron mucho el ámbito nuestro, sino por el desprecio que occidente manifiesta frente a Dios, frente a los principios trascendentes y a la moral, y, en ese sentido, tiene toda la razón, digamos, desde mi punto de vista, pero yo no acepto los métodos con que los combate, una cosa es decir, como decimos que se yo algunos, mire hay que respetar esto, y otra cosa es defenderlo y atacarlo a través del terrorismo y de la bomba. Por eso te digo, yo sé que soy tal vez un poco extremista en esa posición, pero esa fue mi convicción después de leer el Corán y los sarit. CW: Tú haces una crítica de errores que ha cometido la Iglesia católica al abrazar instituciones terrenales JR: Por situaciones temporales. CW: Haber ¿Cómo se ha dado la relación entre la Iglesia, y qué ha significado llevar esa mochila para la Iglesia, por situaciones temporales hasta hoy día? JR: Esto ha pasado varias veces, primero, la Iglesia primitiva se albergó a la sombra del imperio romano, y se identificó tanto con el imperio romano, que en un momento dado empezaron a surgir herejías fuera del imperio romano o dentro, y cuando el imperio romano se desploma hay un sacudón tremendo dentro de la Iglesia, se piensa que se puede desplomar ella junto con el imperio romano. Después, se salvó en ese momento bastante in extremis gracias al desorden político que había en Europa con la invasión de los bárbaros, ahí apareció de nuevo como un faro de luz, por último, para guiar a esos pueblos. Después, se identifica mucho con el régimen feudal, y aceptan los obispos que se les den feudos, que se les den castillos, ciudades, etc., bajo su mando; y cuando se desploma el sistema feudal con la reforma y con el cisma de Avignon, la Iglesia católica pasa por una tembladera tremenda de nuevo y viene una reforma religiosa tremenda que la hace reexaminar todo eso tiene que zafarse de todo eso. Enseguida, se casa con el sistema absolutista y tenemos todos estos obispos de cortes, todos perfumados, empelucados, versallescos que dicen, no sé si es verdad, que en Versalles el rey se volvía al altar, el altar allá y el rey acá y el resto de los fieles se volvían hacia el rey, no observaban lo que pasaba en el altar sino lo que estaba pensando Luis XIV. Puede ser una caricatura, pero se casó demasiado con ese régimen, y cuando viene la revolución francesa destruyen la Iglesia católica al punto de prohibirla, arrasar con conventos, de quitarle todos los bienes de expulsar a los curas, etcétera, y después mi crítica es porque el concilio vaticano segundo trató tanto de casar a la iglesia católicas con la democracia. CW: ¿No fue un intento de abrirse a un mundo que se estaba secularizando, un intento de hacer dialogar, de ayornar la Iglesia para no quedara desfasada a la modernidad? JR: Eso fue la intención primera, y eso, sin duda, se cumplió, pero el problema está en que la democracia iba en retirada, el mundo de la modernidad estaba pasando a la post modernidad. CW: O sea, la iglesia llegó tarde. JR: Es lo que digo yo, a última hora, al último carro del tren equivocado. Había aguantado doscientos años sin casarse con la democracia, lo penoso sobre todo en Francia, las luchas entre católicos y laicos fueron tremendas, en España igual, y viene el reventón de la Guerra Civil Española, y viene el reventón de la persecución del cristianismo en los países comunistas orientales, etcétera; y, sin embargo, después de la Segunda Guerra Mundial, viene esta idea que todo tiene que encauzarse hacia la democracia, entonces, viene este concilio y se casa con la democracia, y, en el mismo momento, la democracia está temblando. CW: ¿Y hoy día, qué pasa con la democracia? JR: Yo creo que esta es una situación bastante incómoda, piensa, por ejemplo, lo que pasa en América del Sur, yo no creo que el señor Chávez, el señor Morales, el señor Correa y todos los líderes que son ahora muy distintos, sean democráticos, yo creo que son personalistas, son caudillos, son indigenistas. No quiero darle demasiados epítetos, pero no son democráticos. Por todos lados la democracia está haciendo agua. En Estados Unidos, ha caído en una forma cuasi dictatorial bajo el señor Busch, que se siente como el rey del mundo y que invade los demás países, sobre todo el Islam. Bueno, porque fue atacado también, ya, de acuerdo. En el resto de Europa, hay una indiferencia hacia las instituciones democráticas, por eso es que Sarkozy ha tratado de infundirle una especie de nueva savia, y por eso fue que la elección anterior en Francia se debatió entre Chirac y Le Pen. CW: Ahora, y después de la democracia, qué podría venir después de la democracia si uno pudiera fantasear un poco. A ver, qué te imaginarías tú como sistema político. JR: A ver, aquí entramos a ciencia ficción. Ahora, se supone que yo soy historiador, digo se supone porque es una categoría muy alta, y los historiadores tenemos que ver con el pasado. Pero si tú me dijeras que me proyectara yo te diría que vamos hacia una crisis de caudillismo populista, es lo que me parece a mi observar, y que no va hacer democrático necesariamente, tampoco va a abandonar muchas de las formas democráticas porque es prácticamente imposible, pero ¿Qué podría venir más adelante? ¿Qué choque cultural podría venir a la manera de Huntington? entre la China, el Islam u Occidente., tampoco lo sabemos, yo no me atrevo a hacer ningún avance noticioso. CW: ¿Por qué tú estás a favor del regreso de la misa en latín?, esta medida que tomó el Papa Benedicto, que tú consideras sabia. Me gustaría que explicaras en profundidad eso. JR: Porque es volver a sacralizar el ritual, el ritual se había desacralizado demasiado, se había democratizado. CW: Mucho guitarreo, charango… JR: Mira, sí, el guitarreo por último ya te digo, y como lo digo yo siempre a mis alumnos, en Chile nunca tocan guitarra, ni siquiera para el dieciocho, salvo en las iglesias católicas, son los católicos los únicos que tocan guitarra, ni para el dieciocho, en las fondas se baila pura cumbia. Bueno, claro, me parece a mí que esto es volver a decir, miren señores esto es un deposito, un fide, muy sacro, muy antiguo muy venerable, que tomó formas que vienen del propio Cristo en adelante al siglo IV. La misa ya estaba completamente estructurada, y fue así, entonces, devolvámosle ese carácter sacro, hay un espacio sacro hay una vestimenta sacra, hay un idioma sacro, hay una música. CW: ¿Cómo acercarse?, como lo que a hecho la iglesia ortodoxa. JR: La iglesia ortodoxa nunca varió. Yo acabo de estar en Rusia y Uzbekistán, y te voy a decir que fuimos a un servicio religioso, a un misa ortodoxa, y, por supuesto, no ha cambiado nada… ya sería entrar demasiado en detalle, entonces es eso, yo creo que este Papa se ha dado cuenta y ha dicho un poco lo que dice Vattimo, verdad, vamos de nuevo a la búsqueda de aquello mistérico y de aquello trascendente y no confiable y no entendible por la razón, vamos un poco en busca del misterio, vamos en busca de todo aquello que rodea al hombre que no es puramente analizable. En ese sentido, me gusta. Ahora, cómo esa misa no se va a imponer a todos, sino a lo que la quiere, no me parece que sea grave. CW: Hay un tema que a dividido las aguas y que ha despertado pasiones, incluso ha producidos cambios en la iglesia anglicana, que es el tema del sacerdocio masculino y el sacerdocio femenino. Por qué las mujeres, desde tú punto de vista -lo analizas en el libro- no pueden ser sacerdotes. Esta institución que parece arcaica, insostenible para mucha gente, incluso, para católicos les cuesta argumentar ¿Por qué?, te lo que quiero preguntar a ti ¿Por qué tú estás de acuerdo que se mantenga sólo para los hombres y las mujeres no? JR: Porque habría que partir diciendo que efectivamente la mujer ha ido ocupando todos los puestos del hombre, como decía yo, se puso los pantalones, ahora está en las Fuerzas Armadas, incluso en la marina, ocupa todos los cargos, hasta presidenta de la república, etc., pero hay un punto en el cual no puede actuar porque es el punto del sacrificador, porque la misa ha sido tanto en las iglesias antiguas como en la Iglesia católica, ha sido un sacrificio, una renovación de sacrificio, donde sacrificio significa dar muerte, hay un sacrificador y una víctima. CW: Para dar muerte se supone que es un sacrificio simbólico. JR: No es simbólico, es real. Para el catolicismo y las iglesias antiguas lo que esta después de las palabras de la consagración sobre el altar es el cuerpo de Cristo, ese cuerpo de Cristo que va a morir y va a resucitar, entonces, el sacerdote es un sacrificador. De hecho, sacrificio significa acción sagrada, y sacredote o sacerdote, el actor sagrado, o sea, es dar la muerte aunque sea de manera no simbólica, pero de manera renovada. La mujer está para dar la vida, ese es mi argumento central; la mujer es aquella que concibe en su seno la próxima vida, y la va a tener nueve meses, luego, va a dar a luz un hijo y lo va a criar, lo va a amamantar, le va a enseñar el idioma y le va a enseñar las costumbres, le va a cantar, lo va a acariciar, el padre ya está un poco ajeno, punto uno. Punto dos, la mujer está derramando -es un poco delicado este tema para decirlo en televisión- la mujer está mes a mes derramando su propia sangre para perpetuar la especie, sino se produce la ovulación, no se puede producir la fecundación, de manera que la mujer, sin quererlo, está siendo víctima, ya, y oferente o está ofreciendo su propia sangre en un sacrificio para la perpetuación de la especie, entonces, no me parece lógico que quien derrama la sangre propia tenga que derramar la sangre de otro. CW: Julio, tú haces también un análisis bastante crítico de la civilización técnica, algo que ya había reflexionado Heidegger, Heidegger, tú mismo lo citas, donde él habría reflexionado que es realmente la esencia de lo técnico, tú también te tomas desde ahí y haces un diagnóstico bastante desolador de cómo lo técnico ha ido invadiendo, destruyendo el silencio, ocupando los espacios, cuál es tu mirada de lo técnico y lo técnico hoy en Chile. JR: Que es muy invasor, que es muy invasivo, no sé cómo se dice exactamente. Efectivamente, hoy día estamos rodeados de aparatos técnicos que, además, no comprendemos por qué funcionan, yo no sé cómo esa máquina me está filmando a mí, no conozco los principios electrónicos que están detrás, no podría reducirlo eso a una fórmula. Sólo sé que si prendo un interruptor, la máquina funciona, y si lo vuelvo a tocar, la máquina se para, entonces, estoy usando microondas, celulares, televisiones, computadores, etcétera, y los estoy usando como juguetes, aprendí a maniobrar a manipularlos, pero no tengo idea de cuáles son los principios que están detrás. Entonces, estamos viviendo en un mundo de fantasía que no entendemos, que lo estamos solamente usando. Claro, los pragmáticos y pragmatistas, y todos estos te dirán, pero si lo único que sirve es el valor de uso, “if it’s works is good” si funciona, es bueno, entonces, qué te importa lo que haya detrás, pero a mí sí me importa. Entonces, esta invasión, de algo que no comprendemos se ha producido de tal manera, en tal forma, tan aguda que ha terminado por disrrumpir el ámbito sobre todo de la familia. CW: Haber, ¿Por qué? JR: Porque hoy día cada niño se va a su habitación a chatear en el computador, porque la mamá está contestando el celular, porque el papá está metido en los negocios a través de la casa, entonces, la técnica ha absorbido de tal manera al hombre que los espacios de reposo, de intercambio de comunicación y los espacios comunicación y los espacios de silencio no existen. CW: ¿Qué pasa con el silencio hoy día? JR: Bueno, el silencio es muy importante que exista, y por eso, ponte tú, volviendo a la misa, en la misa antigua todo el canon se reza en voz baja, entonces, hay un silencio muy profundo, puede que sea acompañado por el órgano, pero nada más para que la persona medite en el misterio. Igual pasa en las casas, yo veo que en las casa es una cháchara interminable, y el niño está pendiente del teléfono, del celular, del computador, del televisor, del carrete, de lo que van a hacer en la noche. No tienen minutos de pausa para decir, miren quién soy yo, qué es lo que quiero, a dónde voy. CW: ¿Estamos entrando en un mundo alienado? JR: Yo diría que estamos en un mundo bastante alienado, bastante alienado por la tecnología. Ahora, lo grave es, como Heidegger dice, verdad “como se manifiesta el ser”. CW: Expliquemos mejor eso. JR: Yo no soy heideggeriano, es sumamente difícil, verdad, pero una de las formas más correctas de manifestarse el ser en el siglo XX es la tecnología, que viene a ser, entonces, como la personificación del hombre a través de estos instrumentos que son la tecnología, entonces, lo humano una vez más se desplaza hacia lo tecnológico, ese desplazamiento es lo que a mí me asusta, lo malo va quedando… al punto que se habla de recursos humanos, de capitales humanos y no se habla de seres humanos. CW: Julio, tú también criticas, y esto es otra vertiente, lo que me gusta de ti es que eres muy libre, eres capaz de criticar la técnica, pero también eres capaz de criticar, por ejemplo, la ecología, o el fundamentalismo ecológico, y te lanzas ahí como uno de los elementos propios de esta post modernidad o esta jalea que hemos hablado que es el fundamentalismo ecológico ¿Por qué? JR: Porque el fundamentalismo ecológico supone de que la tierra era un orden perfecto, y de que nosotros vinimos a disrrumpir ese orden, y a mí me parece que es absolutamente ridículo. La tierra, digamos lo que llamamos la tierra en todo su contexto verdad, o sea la naturaleza, las plantas los animales, el cielo, todo lo que comporta el cielo, las estrellas, los astros, las nubes, la lluvia, etcétera, son procesos que son caóticos y que no tienen esa uniformidad causalística que creyó Descartes y Bacon y Leibniz y Newton, que el mundo se movía de manera igual, por lo tanto, si tú alteras ese orden, el mundo va a terminar en un caos. No, el mundo es en sí caótico: los volcanes eructan, vienen glaciaciones, después lo contrario se eleva la temperatura, hay especies que son tremendamente depredadoras, hay momentos en que la selva se incendia sola, y, por lo tanto, no es un orden así en donde no nos podamos mover, una especie de vidriería, no, nosotros tenemos derecho a intervenir la naturaleza, no la destruyamos, de acuerdo. CW: ¿Tienes miedo a una dictadura ecológica? JR: Claro, a una dictadura ecológica que va sumada a otra cosa como el new age, y otras creencias que no tienen mucho que ver con la naturaleza. Sí tienen que ver con lo trascendente o lo interior, entonces, ahí se viene a formar una especie de fundamentalismo bastante peligroso. CW: Para terminar, te voy a hacer la pregunta de Lenin frente a este escenario que tú has descrito en tú libro que estamos comentando “Existe aún Occidente” en donde la verdad, hay una indiferencia a la verdad no solamente es indeseable, la autoridad completamente desprestigiada, lo sagrado prácticamente acorralado, lo profano sacralizado, ¿qué hacer?, la pregunta de Lenin, pero tiene que responderla ahora Julio Retamal. JR: Julio Retamal es bastante categórico en eso, yo digo continuar, perseverar, cada uno tiene una tarea que cumplir, y esa tarea, en el caso mío, se trata de enseñar, de ocupar un lugar en la sociedad, de abrirse, de vivir con libertad dentro del marco, y de vivir con alegría, yo diría que tal vez no lo subrayé suficiente, yo creo que la alegría interior, el reírse uno mismo, para empezar, yo me río a cada rato, en la presentación dije señor, debí haberme vestido con los pantalones abajo, con un jockey vuelto para atrás, con un polerón, etc., no vengo como un caballero un poco otoñal pero todavía no crepuscular, pero hay que saber reírse de sí mismo. Si bien yo soy bastante estricto en las clases, mantengo la disciplina porque mantengo la autoridad, también en la clase se puede hablar, se pueden contar anécdotas, un chiste, y alivianar. Entonces, yo creo que hay que perseverar en lo que cada uno tiene. Tú, en este programa, que es una maravilla por los demás en el oficio que cada uno está haciendo, los gobernantes en su oficio, y no desviarse, pero atención, aquello que para lo cual fueron elegidos, tal vez la dificultad está en decir qué es lo que me corresponde a mí, hasta dónde llega mi libertad, hasta dónde llega mi autoridad porque sino tú te desmadras, te desbandas, entonces, cuando ya se empiezan a ver las componendas, bueno, no entremos en política, se pierde eso. CW: ¿Hay un miedo hacia la autoridad? JR: Yo diría que sí porque se confunde con autoritarismo y porque ha habido muchos grupos ideológicos que han acusado durante los últimos cien años al autoritarismo, al paternalismo, en fin, a todo aquello que pueda oler, según ellos, a estabilidad, y que huele solamente a disciplina, que es distinto. Yo creo que hay que mantener la disciplina dentro de la libertad que uno tiene, la disciplina con uno mismo. CW: Tú hablas de sobrevivir en minorías creativas, que significa eso de crear una especie de isla, ya que el mundo va en una dirección contraria a la que uno puede creer. JR: Mira, esa fue una expresión que usó el Papa Benedicto XVI, dijo, “es muy posible que los cristianos, mejor dicho católicos lleguemos a ser minoría, pero tenemos que ser una minoría creativa” y, digo yo por ahí, no así como en el siglo IV, V, VI se desplomó el imperio romano, y algo se salvó a través de los monjes, yo creo que estas minorías creativas, en el sentido de que asumen, en el sentido de que transmiten, en el sentido de que crean, van ideando cosas, van pensando. La belleza de pensar, una belleza nueva, puede mantener hasta dónde, no lo sé. Te repito, yo no soy la Yolanda Sultana, no tengo la bola de cristal para decir lo que viene, pero sí hasta dónde sea el último respiro de occidente. Habemos algunos que estamos dispuestos a sostenerla. CW: ¿No será el canto del cisne de occidente? JR: Puede que lo sea, y no me asusta. Te voy a decir que sería una manera bastante bonita de morirse, y una visión heroica de morir que satisface la parte cristiana, y, curiosamente, también la parte pagana nietzscheana, el héroe. CW: Julio, yo te quiero agradecer el recorrido por este libro, invitar a nuestros espectadores a leer “Existe aún Occidente” y agradecer tú libertad interior, que es tan escasa en estos tiempos. Muchas gracias por haber estado aquí en Una Belleza Nueva. JR: Muchas gracias a ti, Cristián. |
Julio Retamal: la mujer en la historia. Julio Retamal es historiador y tiene una visión particular de la evolución de la mujer durante el siglo XX. ¿CUÁL DIRÍA USTED QUE ES EL HITO MÁS IMPORTANTE EN EL MOVIMIENTO DE LIBERACIÓN FEMENIA EN CHILE, EN EL SIGLO XX? No sé cuál sería el hito central, pero es obvio que a lo largo del siglo la mujer, por así decirlo, se ha ido independizando, adquiriendo mayor personalidad, una participación mucho mayor en todos los aspecto de la vida social y política. El hito en Europa es la Primera Guerra Mundial, porque hasta ese momento la sociedad ultraburguesa de la Belle Epòque le confería un papel muy secundario a la mujer. Pero durante la guerra, por el mismo hecho de la enorme matanza de gente, hombres, que hubo, la mujer tuvo que asumir una serie de funciones, por ejemplo, en el trabajo. La tendencia venida de Europa hizo que la mujer chilena fuera liberalizando sus costumbres. Primero en el hogar; en seguida dentro de la sociedad, en la educación y finalmente en la política. ¿EN QUÉ SE TRADUJO ESA LIBERIZACIÓN? La mujer, hasta ese momento, era el centro del hogar y no salía casi nada. Ahora la mujer empieza a salir, a participar en la vida comercial y social, no simplemente como la acompañante del hombre, sino que empieza a tomar poco a poco participación y luego comienza a trabajar. Después de la guerra del 14 la mujer entra a las oficinas como secretaria y, a la vez, empieza a entrar a la universidad. Pero el proceso en que la mujer ha alcanzado la igualdad con el hombre, diría que fue después de los años sesenta. ¿CÓMO RECIBIÓ EL MUNDO MASCULINO ESTA INCORPORACIÓN? El hombre se dio cuenta que la mujer era indispensable, por la evolución del pensamiento, por la evolución de las costumbres y de la moral. ¿ESTO SIGNIFICÓ ALGÚN CAMBIO EXTERNO EN LA MUJER DE ESOS AÑOS? Ese período, llamado los locos años del veinte al treinta, la mujer quiere cambiar totalmente su figura materna y decorativa, por una figura ágil, dinámica, igual al hombre. El vestuario femenino se va liberando de todas aquellas trabas que había tenido durante siglos: los moños, los corsé y los rellenos. Empieza a fumar, a trabajar, a conducir automóviles y a salir de noche. Mary Quain fue la que introdujo la minifalda. Eso corresponde a la otra gran década revolucionaria (la del sesenta) en la cual la participación femenina fue muy importante. Desgraciadamente, para mi gusto, junto con la minifalda, se introdujo el pantalón en lo que la mujer dio un paso en falso, porque querer igualarse al hombre y vestirse como él es ir demasiado lejos. Entonces pasamos de una mujer ultra cuidada, refinada, maternal y dueña de casa, a una mujer completamente liberada. Pero más aún, a una mujer que se ha puesto a emular y disputarle al hombre todos los puestos, incluso en el vestuario. ¿PIENSA QUE LA MUJER HA PERDIDO LA FEMINIDAD? Sí, definitivamente. La mujer ha asumido actitudes, vestuarios y posiciones muy similares a las del hombre y creo que no ha salido ganando. ¿DIRÍA QUE LOS GRUPOS FEMINISTAS ESTÁN ASOCIADOS A SECTORES POLÍTICOS LIBERALES O ES UN MOVIMIENTO TRANSVERSAL? Es un movimiento transversal porque habían movimientos muy católicos, del partido Conservador, como pudieron ser las organizaciones de las Hijas de María, las acciones católicas o cosas así. Pero, a la vez, habían clubes bastantes más liberales. El Club de Señoras que fundó Doña Adelia Matte, por allá en los años veinte, era precisamente para liberar a la mujer. Del sesenta en adelante lo que ocurre es que se mezclan elementos, entonces ya no se puede decir que hay apertura sino que simplemente mezcla. EN LOS AÑOS SESENTA HUBO UN GRAN HITO QUE FUE LA APARICIÓN DE LA REVISTA PAULA QUE EN ESE ENTONCES INTRODUJO AL DEBATE UNA SERIE DE TEMAS QUE NO SE DISCUTÍAN, ¿COMO RECUERDA USTED EL IMPACTO QUE PROVOCÓ? Corresponde al gran destape de los años sesenta. Hasta 1960 la sociedad, a pesar de dos guerras mundiales, seguía siendo una sociedad tradicional, patriarcal y básicamente cristiana, y en política, centrista o conservadora. A partir de los años sesenta, con el triunfo de las revoluciones en el mundo, entran en juego nuevos elementos. Entonces el destape, como se dice vulgarmente, esta apertura a temas tabú o prohibidos, lo encabezó en Chile la revista Paula. ¿HASTA QUÉ PUNTO ESTA INCORPORACIÓN DE LA MUJER AL MUNDO DEL TRABAJO DEJÓ EN SEGUNDO LUGAR SU ROL DE MADRE, DE DUEÑA DE CASA? Es lógico que lo perjudica. Si la madre no está presente, entonces tiene que recurrir al jardín infantil o a la nana. La mujer vuelve a la casa a la misma hora que el hombre, entonces, tiene menos control, tutoría y guía sobre su propios hijos. Hoy en día muchas personas piensan que el colegio debería dar lo que la madre no le puede entregar al hijo. Sabemos que eso es imposible. La transmisión de principios y valores, de actitudes, de sentimientos, se los da siempre la madre o la abuela cuando vivía en la casa. Ahora la abuela ya no vive en la casa tampoco. Entonces la presencia femenina ha disminuido, creo que afecta la educación de los niños. ¿CREE QUE INCOMODA AL HOMBRE UNA SITUACIÓN DE IGUALDAD CON LA MUJER? No, para nada, está totalmente aceptada. Tal vez todavía en política es incómodo para algunos. No es que el siglo esté excluyendo en algunos puntos especiales a la mujer, sino que hay algunas cosas que han quedado siempre marginadas para ella. La guerra, por ejemplo. Es cierto que hoy día hay mujeres oficiales, acabamos de ver la primera General en Carabineros. Sin embargo, ahí tengo reparos. Por mucho que sea una guerra computacional, por mucho que sea teledirigida desde no sé dónde, el que la mujer esté enfrentada en una batalla cuerpo a cuerpo me parece chocante, me parece que no es para ella. No veo a una general combatiendo cuerpo a cuerpo a bayoneta o con una daga. El hombre está para eso, por eso tiene esa fuerza mayor. Al final cuando hay que ocupar un territorio, tiene que desembarcar el infante y tomárselo. Puede que hoy en día lo logren, pero no me parece que sería lo más normal. Como sería, por ejemplo, absurdo que un hombre compitiera en un concurso de belleza masculina, también. Creo que esas cosas están determinadas por los sexos, hay cosas que están más adecuada que otras. ¿CUÁL DIRÍA USTED QUE ES EL LEGADO DE ESTOS MOVIMIENTOS FEMINISTAS CON MIRAS AL PRÓXIMO SIGLO? Creo que para las feministas convencidas queda todo pendiente, porque siempre están pidiendo pasado de la raya, siempre quieren más y más. Creo que se ha logrado prácticamente la igualdad en todo, ¿qué más podrían querer? Un matrimonio entre hombres y un matrimonio entre mujeres, adoptar un par de lesbianas o un par de homosexuales... no sé si eso es lo que quiere la mayoría democrática del pueblo. CUANDO SIMÓN DE VUA DECÍA QUE LA LIBERACIÓN DE LA MUJER COMENZABA EN EL VIENTRE, ¿CREE USTED QUE ES APLICABLE ESO HOY EN DÍA? Sí, por todo esto de la universalización del divorcio o de la disolución del vínculo matrimonial y el hecho de que tal cantidad de niños nacen de una madre soltera. Todo eso, ha ido desquiciando el núcleo básico que es la familia, porque la presencia del padre y de la madre son igualmente necesarias en la familia, entendida como un núcleo orgánico, vital, formador, psicológicamente y culturalmente. No que la madre esté dando la papa, no que el padre ponga la plata, sino para convivir con el hijo. Eso hoy día está muy destruido. ¿CREE QUE ES UNA TENDENCIA DEL SIGLO QUE ESTÁ TERMINANDO? Sí, pero me parece que el siglo XXI va ha tener que volver sobre algunos principios y no sería raro que viniese una especie de reacción puritana. No puede una sociedad liberalizarse hacia el infinito, no puede seguirse destruyendo la familia, porque eso no va con la sicología social occidental. RECORDANDO LO QUE FUE LA HISTORIA, ¿EN ALGÚN MINUTO SE LLEGÓ A DISCUTIR SI LAS MUJERES TENÍAN ALMA? Eso es uno de los tantos mitos que se han tejido a lo largo de los siglos. Que un teólogo lo haya pensado en un extravío de conciencia es posible, pero la doctrina oficial de cualquier iglesia cristiana, no sólo de la católica, jamás le ha negado el alma a las mujeres. Lo desmiento categóricamente. ¿Y SU CONDICION DE INFERIORIDAD INTELECTUAL? Ahí sí ha habido discusión. Incluso hasta el día hoy, hay personas que estiman que dado el tamaño del cerebro y dado que las determinadas neuronas o las hormonas del hombre y la mujer son distintas, pudieran afectar su capacidad racional. Personalmente creo que no, que no hay una diferencia en ese sentido. Hemos visto mujeres inteligentísimas en todos los campos. ¿CREE QUE NUESTRA SOCIEDAD ESTARÍA PREPARADA PARA VOTAR POR UNA MUJER PRESIDENTA? Creo que sí. Si surgiera una mujer con un carisma especial, yo no tendría ningún inconveniente en apoyarla. Creo que la mujer debe seguir siendo básicamente femenina, pero eso no quita que pueda seguir un rol de gobernante. Porque ha habido grandes reinas en la historia, algunas muy fuertes: la reina Isabel I de Inglaterra, la reina Isabel La Católica de España. Ha habido mujeres tremendamente enérgicas y muy buenas gobernantes, entonces no se ve por qué no lo pueden hacer hoy día. |
MERCURIO EDITORIAL Jueves 12 de Julio de 2007 Restauración de la misa tradicional católica. Manifestamos nuestra más profunda complacencia y gratitud hacia S.S. Benedicto XVI, quien satisfizo nuestra esperanza, nos confirmó en la fe y nos hizo un acto de enorme caridad. Hace unos días S.S. el Papa Benedicto XVI publicó un "Motu Proprio" titulado "Summorum Pontificum", mediante el cual autoriza el libre uso del misal tradicional, codificado por varios papas, desde Gregorio el Grande hasta Juan XXIII. Cuando Paulo VI promulgó, en 1969, el misal nuevo, fuimos muchos los que pensamos que se podía continuar usando el misal antiguo en forma paralela con el nuevo, ya que aquél no fue jamás abolido ni prohibido: ni por el Concilio Vaticano II ni por el Papa. Sin embargo, en nombre de un supuesto "espíritu del concilio", se impuso la nueva misa de manera obligatoria en todo el mundo. Eso comprendió la celebración en las lenguas vulgares o vernáculas y el volver los altares para que el celebrante mirase al pueblo. Además, se suprimieron ritos y gestos sagrados, se introdujeron músicas y melodías profanas y, con el tiempo, cada celebrante agregó por su cuenta interrupciones, abreviaciones, comentarios, posiciones e innovaciones, hasta el punto de que en ocasiones el fiel no reconocía en la misa la expresión de su carácter sagrado y ceremonial. Como dice el Motu Proprio, los papas han procurado siempre que el culto divino sea de alabanza y gloria del nombre de Dios y, a la vez, que se atenga a las fórmulas consagradas por el magisterio supremo. Cabe señalar que siempre se ha estimado que la misa tiene un cuádruple carácter, a saber: latréutico (de adoración), impetratorio (de súplica), propiciatorio (de satisfacción) y eucarístico (de acción de gracias). Pero, por sobre todo, la misa es la renovación incruenta del sacrificio del Señor que el sacerdote, actuando "in persona Christi", ofrece al Padre en nombre propio, de los presentes y de todos los fieles, vivos y difuntos. A muchos nos pareció que estas características esenciales de toda celebración a menudo se desdibujaban en el nuevo culto y no se expresaban tan clara y reverentemente como en el antiguo. En particular, la supresión del Ofertorio y la cuasi supresión del Canon Romano tradicional -en uso a lo menos desde el siglo IV- nos causaron graves zozobras espirituales. Además, consideramos que se "descentraba" la ceremonia al sacar al Santísimo de su lugar central sobre el altar mayor y el celebrante se volvía al pueblo, que no es el punto de referencia adecuado. En la misa tradicional, sacerdote, acólitos y fieles miran en la misma dirección, ya que el primero conduce a los demás hacia el sacrificio del altar. Esa dirección fue ancestralmente el Oriente, que representaba a Jerusalén, lugar donde vivió, murió y resucitó N.S. Jesucristo. En esto no hacíamos más que actuar como todas las religiones antiguas; por ejemplo, judaísmo e islam, cuyos fieles oran mirando a Jerusalén o La Meca. Y también como todas las iglesias cristianas antiguas: ortodoxos, armenios, coptos, etiópicos, siríacos, etcétera. Incluso la mayoría de las iglesias anglicanas y luteranas no han dado vuelta los altares. Nos parecía también que la mantención de los ritos sagrados, de la lengua sagrada, de la música sagrada, del espacio sagrado (presbiterio), de las vestiduras sagradas, de los silencios sagrados (Canon en voz baja) elevaba más fácilmente al fiel hacia Dios y lo predisponía mejor al milagro de la transubstanciación. En resumen, mantenían mejor la sacralidad, la belleza, la tradición apostólica, el misterio y el respeto, a la vez que lo sacaban del tráfago de la vida actual. No obstante, jamás negamos el valor de la nueva misa y nos mantuvimos en paciente (y a veces, impaciente) esperanza de ver restablecida la liturgia que iluminó a miles de santos, convirtió a millones de fieles y elevó a los místicos al encuentro íntimo con Dios. Así y todo, durante más de 40 años muchos nos miraron con sospecha, molestia y rechazo al interior de la iglesia. Hoy, manifestamos nuestra más profunda complacencia y gratitud hacia S.S. Benedicto XVI, quien satisfizo nuestra esperanza, nos confirmó en la fe y nos hizo un acto de enorme caridad. Somos más numerosos de lo que aparece a primera vista y lo único que deseamos es continuar viviendo nuestro cristianismo dentro de la fidelidad a Cristo, a la Iglesia y a la tradición litúrgica. |
Autor: MAUREEN LENNON ZANINOVIC. Título: JULIO RETAMAL: "La historia debe aspirar a la verdad" Fecha: 22-05-2022 Sector: Cultura Fuente: El Mercurio (El Mercurio - Cuerpo E) Región: Metropolitana de Santiago. JULIO RETAMAL: "La historia debe aspirar a la verdad" El destacado intelectual, historiador y docente publica la novena edición de "Y después de Occidente, ¿qué?”, En esta entrevista reflexiona sobre la cultura, las crisis en e las religiones y el pensamiento y señala que "nunca Occidente ha estado más lejos de la verdad” porque —a su juicio— "la verdad es la base de Dios”. El destacado intelectual, historiador y docente publica la novena edición de "Y después de Occidente, ¿qué?”, En esta entrevista reflexiona sobre la cultura, las crisis en e las religiones y el pensamiento y señala que "nunca Occidente ha estado más lejos de la verdad” porque —a su juicio— "la verdad es la base de Dios”, el historiador Julio Retamal Favereau vive en un amplio departamento en el barrio El Golf, rodeado de cuadros y tapices antiguos, Es en este espacio donde pasa la mayor parte de la jornada, solo con la compañía de una asesora del hogar. Soltero, comenta que estos años de pandemia ha vivido momentos más ermitaños, alejado de las aulas y de las inolvidables tertulias que organiza desde hace décadas en su piso. “He tenido una vida muy solitaria, pero a la vez muy llena de vida social. Por eso hago estas reuniones en mi casa, aunque por el últimamente he podido realizar solo dos. En este departamento caben entre 15 y 20 personas, aunque he tenido hasta 48 invitados. Acá hemos cantado, se han leído y se han representado obras de teatro, se ha tocado mucho piano, guitarra y violín. Se ha recitado a Federico García Lorca y, sobre todo, la poesía mística española y latina que es muy extraordinaria, autores como San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Ávila y Fray Luis de León”, rememora este intelectual con una El autor junto a su libro. "Esto no es un trabajo con citas a pie de TS dirigida hacia un público lector y un ámbito general”, apunta. Está para lograr y definir verdades y atenerse a ellas”. elogiosa carrera docente en numerosos planteles de educación superior, entre otros, las universidades Católica, Gabriela Mistral y Adolfo Ibáñez, al tiempo que fue uno de los iniciadores del legendario grupo teatral ICTUS. El autor de los tres tomos de ” fundadoras” (en coautoría) y miembro de Número de la Academia Chilena de la Histori: gue tremendamente activo. Prueba de ello es que bajo la editorial Arcus publicó la novena edición de uno de sus trabajos clave “Y después de Occidente ¿ qué?”. Se trata de un voluminoso texto, originalmente editado en 1981 con el apoyo de la entonces Escuela de Negocios de Valparaíso, actual Universidad Adolfo Ibáñez, donde analiza y describe la historia de la cultura occidental. Para el, como se lee en este libro, “la cultura es una dimensión específica de lo humano, junto al tiempo, al espacio y al espíritu”. Retamal afirma que lo cultural comienza como un acto de fe, pero siempre desde un asentimiento breve y espontáneo y sostiene que América es “plenamente cristiana porque la civilización la penetró en todas El autor de “Y después de Occidente... ” señala que le interesó profundizar en cómo ha perdurado, a través de los siglos, la Iglesia Católica, sin soslayar las crisis y, en especial, la legada del Concilio Vaticano II “que coincidió con que estábamos en una crisis de todo en Occidente. No solo en religión, en el pensamiento, en la ciencia, también una crisis en el arte y en las costumbres. Todo esto ha sido como una gran revolución”, manifiesta. Julio Retamal continúa con su reflexión y dice”“que el hombre ha perdido la fe porque se la han predicado mal. Eso es lo que creo yo. La cultura occidental se ha ido corriendo absolutamente y la Iglesia ha soportado muchas crisis, que parten en el siglo XIV más o menos y de ahí para adelante, pasando por la reforma protestante, la contrarreforma, el ateísmo y los distintos ataques quela institución ha pasado”, dice. Alejandro San Francisco, académico de las universidades Católica y San Sebastián, profundiza en el contenido y considera que los marcan la etapa de “unidad de la verdad”, cuando le y razón marchan unidas y “la Iglesia Católica es muy relevante y —en palabras de Santo Aquino— “conviene quela Verdad sea el último fin del Universo y que la sabiduría tenga como deber principal su estudio”. “Luego, producto de una compleja evolución religiosa e intelectual, se pasó a la época de la diversidad de la verdad y de la imposibilidad de la verdad, hasta llegar ala verdad indeseable. Esta última queda resumida en una máxima del Premio Nobel Max Born: “La creencia de que solo hay una Verdad y que uno mismo. Posesión de ella me parece que es la más profunda raíz de todo loquees maligno en el mundo”, expresa el historiador. San Francisco añade a “Artes y Letras” que hay que haber escuchado a Julio Retamal Favereau —en sus apasionantes y teatrales conferencias, sus tertulias tan apreciadas y ciertamente en sus clases— para comprender “realmente la pasión con la que aborda la historia occidental, profunda y religiosa en otros tiempos, plana y decadente tiempo después. Una cultura, Occidente, que dio al mundo numerosos sabios, héroes y santos, hizo nacer las universidades, y ha devenido en un apasionado afán coleccionista de bienes materiales”, concluye. Retamal explica que este libro recoge ideas que tenía sueltas y que hace ta años decidió reunirlas en una sola publicación, a través de un lenguaje accesible. “Esto no es un trabajo con citas a pie de página. No es un texto para una persona que pretende ser docta y que le interesa saber sobre un determinado rey, sino que va dirigida hacia un público lector y un ámbito general”. También manifiesta que “nunca Occidente ha estado más lejos de la verdad” porque—a su juicio—la verdad es la base de Dios, “Cristo dijo *Ego sum via veritas et vita” (Yo soy la luz, la verdad y la vida). La verdad es lo que une a Dios con el hombre. Hoy llegamos a un punto en que la diversidad de la razón estan fuerte que terminamos en la imposibilidad de la verdad. Son tantas las posibilidades, son tantas las verdades, son tantas las corrientes y partidos, que no hay unidad”, señala. El historiador concluye que si bien el Islam ha ido ampliando su presencia en el mundo, también está en crisis. “En muchas de las religiones hay corrientes no oficiales que crean grupos, que hacen reformas, que escriben libros, que dictan cursos, pero no sabemos hacia dónde van”, detalla, Retamal considera que, en ese sentido, la historia puede aspirar y “más aún debe aspirar a la verdad porque para eso está. La historia no está para promover causas, no está para examinar el pasado como si fuera un médico o un abogado. No. Está para lograr y definir verdades y atenerse a ellas, Muchos van a preguntar qué es la verdad. El gobernador de Judea Poncio Pilato fue el primero que hizo la inquietud. Es un tema básico, de fondo, tremendamente personal y tremendamente profundo. Si no tenemos verdad, en qué nos basamos”, cierra el autor de “Y después de Occidente, ¿qué?”. Nota: Alejandro San Francisco Reyes, Profesor Asistente Adjunto, Departamento de Fundamentos del Derecho, de la Pontificia Universidad Católica de Chile. |
¿Existe Aún Occidente?
AUTOR: Julio Retamal Favereau
INVESTIGACION Y ENSAYO
Este libro fue concebido como continuación del que, en 1981, el autor tituló Y después de Occidente ¿qué? A su juicio, transcurrido este lapso, el panorama de la cultura occidental no ha hecho más que oscurecerse y le pareció oportuno intentar un análisis lo más omnicomprensivo posible de los principales elementos de nuestra cultura que lo llevan a preguntarse
Existe aún Occidente? Aclara que se trata de su visión personal, que no pretende ser "objetiva" en los viejos términos de la cultura racionalista, y opina que para leer este ensayo sólo se requiere un mínimo de cultura general y de buena voluntad, unida a una cierta dosis de paciencia.
La Verdad, dice, no es ahora más que un recuerdo de épocas superadas; el hombre medio a quien se han dirigido y manipulado las ideologías es el que ha llegado al cambio de milenio en medio de una confusión espiritual e intelectual mayúscula. Observa un desmoronamiento y debilitamiento de los principios y las estructuras occidentales: las creencias, la familia, la justicia, la enseñanza, la patria, el arte, el gobierno se han visto afectados en un sentido profundo e insidioso. No todo se ha derrumbado, piensa.
No todo se halla aún confundido en el magma viscoso de la autocomplacencia y el relativismo moral. Pero la crisis se sigue agravando y en este estudio pretende demostrar algunos aspectos más impactantes de ella.
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