"Todos usamos máscaras, pero llega un momento en el cual no podemos removerlas sin quitar un poco de nuestra propia piel"
F. Nietzsche
Roose Bolton
En el extremo noreste de Poniente, Bolton es sinónimo de crueldad e inmisericordia. Ni tan solo la Casa Clegane —ahora sabemos que Sandor tiene su corazoncito— lleva a cabo acciones tan reprobables como las de los hombres de Fuerte Terror, la sede de un linaje con un hombre desollado como emblema. Simple y llanamente, los Bolton son los malos de la película, y no será porque no haya donde escoger. Tywin y Cersei son crueles, pero refinados, y si Joffrey es malísimo, no parece que ser genético pues Tommen es muy dulce; Petyr es ambicioso pero no es un serial killer; los Greyjoy viven en un medio muy hostil; los Bolton, en cambio…
La dinastía Bolton es célebre por el sadismo con que tratan a sus enemigos. Su actual representante, Roose Bolton, es un hábil guerrero que aparenta ser leal a la Casa Stark. Durante los primeros compases de la Guerra de los Cinco Reyes, el hombre de Fuerte Terror, actúa como fiel banderizo de Robb y permite algunas de sus victorias más resonantes. Pero éste aristócrata empieza a vislumbrar la caída en desgracia de los Stark una vez los Lannister se afianzan en Desembarco del Rey con la victoria de Aguasnegras. Roose Bolton, entonces, da un giro decisivo y trama con los Frey y Lord Tywin la destrucción de Robb Stark, que él mismo consuma en la Boda Roja.
La cota de malla de Roosie
Uno de los frames más
suggerentes de la serie
Lord Bolton ha sido uno de los ocupantes de Harrenhal durante el ciclo de batallas de la Guerra de los Cinco Reyes. Esta fortaleza maldita nos recuerda esa verdad tan antigua y tan turbadora que James George Frazer describió en La Rama Dorada. Los señores sangrientos solo ven periclitar su dominio cuando son sustituidos por alguien peor. Ese alguien peor, en Canción de Hielo y Fuego son los Bolton. Harren el Negro, constructor de Harrenhal, cruel y despiadado, fue aniquilado por los dragones de Aegon el Conquistador. Harrenhal, una vez han muerto los Targaryen, vuelve a ser el escenario de esta ley tan antigua. La fortaleza va cayendo en manos de alguien más cruel y temible que el anterior dominador. Ahí aparece Lord Bolton, con Vargo Hoat haciendo de las suyas. Cuando el norteño se retire para traicionar a Robb Stark llegará Gregor Clegane para vencer y sustituir a Vargo Hoat y a los Titiriteros Sangrientos, a quien aplicará torturas más bestiales aún.
"The Lannister send you regards"
Desconocemos hasta qué punto la actuación del Bastardo de Bolton ha sido con la complicidad paterna, pero se repite el mecanismo de Frazer en lo que cabe a la sustitución de un rey por el otro. La tradición rígida y feudal de los Stark relevada por la sangrienta invasión de los Greyjoy, a la vez relevada por el más sangriento aún dominio de los Bolton. ¿Será la brutal égida de los Bolton sustituida por el holocausto de los Otros si cruzan el muro?
El paroxismo de la bestialidad que impera en Poniente llega con los Bolton. Si con los Greyjoy llegó el terror al Norte cuando Theon ocupó Invernalia y el Foso Caitlin, ahí se superan los límites de la humanidad una vez Ramsay Nieve destroce a los Hombres del Hierro y se convierta en el dominador de la mitad septentrional de los Siete Reinos.
Typical american joke
¿Y Putin que opina de esto?
La práctica más repugnante de los Bolton es desollar a los prisioneros. La mantuvieron durante siglos y el advenimiento de Ramsay parece que da un nuevo impulso a las crueldades más características de Fuerte Terror. «Un un hombre desnudo tiene pocos secretos, pero un hombre desollado no tiene ninguno» es una de las frases de Lord Bolton. Roose Bolton manda con mano de hierro su cortijo del Norte, aunque hasta ahora ha estado condicionado por la tutela de los Stark, señores de la zona, y de los que reinan en Desembarco del Rey. Los Bolton son un contrapunto al dominio paternalista de los lobos de Invernalia: su principio de gobierno es la crueldad. Su ley es el terror, una sublimación sangrienta del Leviatán de Hobbes y del rey de Frazer. Solamente con una imposición brutal y acaso con la aplicación de la violencia se puede garantizar el orden. Y en algún momento, mano de seda. Incorporado en la serie por Michael McElhatton, la viva imagen de esta mano de hierro es el propio Roose, con su piel de blanco nuclear (producto del uso de sanguijuelas) y sus ojos vidriosos, que a algunos fans tanto les recuerda a Vladimir Putin. Ciertamente, dos rostros fríos con ojos de color pálido, que dominan tierras gélidas con métodos autoritarios.
No obstante, Roose Bolton no es un malo unidimensional. Su voluntad de “pacificación” no es abrir las puertas al monopolio de la violencia por parte del poder señorial. Bolton cree firmemente que como señor feudal (con todos los matices para este adjetivo) tiene derecho sobre todo su territorio, pero también el deber de mantenerlo en paz… aunque aplicando los métodos más deleznables. No en vano, su linaje tiene como divisa «nuestras espadas están afiladas» pero Roose recuerda a su hijo la frase «una tierra pacífica, un pueblo tranquilo» y «El poder sabe mejor endulzado por la cortesía». Su sentido del deber es mucho más oscuro que el de Stannis, y quizás es su obligación como señor de Fuerte Terror y su estirpe es la que hace que traicione a Robb Stark puesto que la guerra de este contra los Lannister conducía al Norte a la destrucción. El poder militar y la crueldad, y un ocasional trato afable con los aliados, son los recursos de Lord Bolton, calculador y a veces traicionero. La concomitancia con un monstruo de la Edad Media como Vlad Tepes Drácula no es para nada exagerada. A éste, en Rumanía, se le recuerda aún como cruel, pero eficaz señor de la guerra.
Ramsay Nieve, el bastardo
El propio Roose tiene una carga muy pesada, su bastardo Ramsay Nieve. Fruto de un “pecado original” —la violación de la mujer de un molinero—, Ramsay crece lejos de su padre que renunció a sacrificarlo porque vio en él «sus ojos». Es en Danza de dragones (ojo, SPOILER) cuando vemos la personalidad de Roose Bolton desde un prisma mucho más trágico. Ramsay, que ha deshonrado la estirpe, es el único pariente que le queda vivo. Su único heredero. Roose perdió a su hijo mayor y teme que Ramsay quizá elimine al que está de camino, en el vientre de una Frey. Lord Bolton tiene una obsesión con el parricidio y quiere evitar derramar la sangre de su sangre y de ahí su drama en no poder controlar al Bastardo. Ramsay Nieve —más tarde legitimado— lleva al límite más repugnante la crueldad de que siempre han hecho gala los Bolton. Tanta crueldad, que hasta su padre debe pedirle que se detenga. Su hijo es fruto de su crimen y es su propia maldición.
Elizabeth Bathory
Ramsay —quizá resumen genético y representación metafísica de la maldad de la dinastía— no tiene la sofisticación de su padre. Parece una versión norteña y desbocada de Joffrey, éste sujeto un poco a las convenciones de la corte. El sadismo desaforado de Ramsay podría tener su inspiración el terrible Gilles de Rais (1404-1440), aristócrata francés que después de seguir a Juana de Arco, se encerró en su castillo donde dio rienda suelta a sus tendencias psicóticas, con el asesinato y desmembramiento de centenares de personas, muchos de ellos niños. Un referente para Rais era la crónica de Suetonio Vida de los doce césares, donde se contaban los desmanes de Calígula y Nerón. El asesinato de mujeres jóvenes que practica Ramsay se asemeja quizás más a Elizabeth Báthory, condesa magiar del siglo XVI, que llevó a la muerte a unas 600 chicas con singular sadismo. Joffrey tiene muchos parientes cercanos en la historia real y también en Poniente, un poco más al norte…
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