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Libro de Proverbios, 8 20, de la Biblia. "Yo camino por la senda de la justicia, por los senderos de la equidad."

miércoles, 1 de noviembre de 2017

483.-Diploma de personas premiadas por el premio nobel de Literatura.-a

  

tapa de diploma.

Diplomas del premio nobel de literatura.


Hoy en día cada diploma Nobel es una obra de arte única. El diploma de Literatura está escrito en pergamino, es decir, un tratamiento especial de cuero, utilizando en gran medida la misma técnica que los ilustradores de libros medievales.El encuadernador es  "bookbindery Fälth & Hässler".

Diploma de Gabriela Mistral

Gabriela Mistral, seudónimo de Lucila Godoy Alcayaga​ (Vicuña, 7 de abril de 1889-Nueva York, 10 de enero de 1957)​ fue una poeta, diplomática, profesora y pedagoga chilena. Por su trabajo poético, recibió el premio Nobel de Literatura en 1945. Fue la primera mujer iberoamericana​ y la segunda persona latinoamericana​ en recibir un premio Nobel.
Nacida en una familia de recursos modestos, Mistral se desempeñó como profesora en diversas escuelas y se convirtió en una importante pensadora respecto al rol de la educación pública, llegó a participar en la reforma del sistema educacional mexicano.​ A partir de la década de 1920, Mistral tuvo una vida itinerante al desempeñarse como cónsul y representante en organismos internacionales en América y Europa.
Como poeta, es una de las figuras más relevantes de la literatura chilena y latinoamericana. Entre sus obras destacan Desolación, Tala Lagar.

Diploma de Dario Po
(Italiano)

Dario Fo (Sangiano, 24 de marzo de 1926-Milán, 13 de octubre de 2016) fue un actor y escritor de teatro italiano ganador del Premio Nobel de Literatura de 1997.


Diploma de Octavio Paz

Octavio Irineo Paz Lozano​ (Ciudad de México, 31 de marzo de 1914-Ciudad de México, 19 de abril de 1998) fue un poeta, ensayista y diplomático mexicano. Obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 1990 y el Premio Cervantes en 1981. Se le considera uno de los más influyentes autores del siglo XX y uno de los grandes poetas de todos los tiempos.

Diploma de Pablo Neruda

Pablo Neruda, seudónimo y posterior nombre legal​ de Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto (Parral, 12 de julio de 1904-Santiago, 23 de septiembre de 1973), fue un poeta y político chileno.

Es considerado entre los más destacados e influyentes artistas de su siglo; además de haber sido senador de la república chilena, miembro del Comité Central del Partido Comunista (PC), precandidato a la presidencia de su país y embajador en Francia. Entre sus múltiples reconocimientos, destacan el Premio Nobel de Literatura en 1971 y un doctorado honoris causa por la Universidad de Oxford.
El escritor Gabriel García Márquez se refirió a él como «el más grande poeta del siglo XX en cualquier idioma»​ y el crítico literario Harold Bloom señaló: «ningún poeta del hemisferio occidental de nuestro siglo admite comparación con él»,​ quien lo considera uno de los veintiséis autores centrales del canon de la literatura occidental de todos los tiempos.

Miguel Angel Asturias
Miguel Ángel Asturias Rosales (Ciudad de Guatemala, 19 de octubre de 1899-Madrid, 9 de junio de 1974) fue un escritor, periodista y diplomático guatemalteco que contribuyó al desarrollo de la literatura latinoamericana, influyó en la cultura occidental y, al mismo tiempo, llamó la atención sobre la importancia de las culturas indígenas, especialmente las de su país natal, Guatemala.

Aunque Asturias nació y se crio en Guatemala, vivió una parte importante de su vida adulta en el extranjero.​ Durante su primera estancia en París, en la década de los años 1920, estudió antropología y mitología indígena.​ Algunos científicos lo consideran el primer novelista latinoamericano en mostrar cómo el estudio de la antropología y de la lingüística podía influir en la literatura. En París, Asturias también se asoció con el movimiento surrealista. Se le atribuye la introducción de muchas características del estilo modernista en las letras latinoamericanas.​ Como tal, fue un importante precursor del boom latinoamericano de los años 1960 y 1970. 
En El señor presidente, una de sus novelas más famosas, Asturias describe la vida bajo la dictadura de Manuel Estrada Cabrera, quien gobernó en Guatemala entre 1898 y 1920. Su oposición pública lo llevó al exilio, por lo que tuvo que pasar gran parte de su vida en el extranjero, sobre todo en América del Sur y Europa. La novela Hombres de maíz, que se considera a veces como su obra maestra, es una defensa de la cultura maya. Asturias sintetiza su amplio conocimiento de las creencias mayas con sus convicciones políticas para canalizar ambas hacia una vida de compromiso y solidaridad. Su obra es a menudo identificada con las aspiraciones sociales y morales de la población guatemalteca.
Tras décadas de exilio y marginación, Asturias finalmente obtuvo amplio reconocimiento en los años 1960. En 1965 ganó el Premio Lenin de la Paz de la Unión Soviética. Luego, en 1967, recibió el Premio Nobel de Literatura, convirtiéndose así en el tercer autor americano no estadounidense en recibir este honor —tras Gabriela Mistral en 1945 y Saint-John Perse en 1960— y el segundo hispanoamericano. Asturias pasó sus últimos años en Madrid, donde murió a la edad de 74 años. Fue enterrado en el cementerio de Père Lachaise en París.

Rusia

Aleksandr Isáyevich Solzhenitsyn (en ruso, Алекса́ндр Иса́евич Солжени́цын, romanización Aleksandr Isaevič Solženicyn) (Kislovodsk, Rusia; 11 de diciembre de 1918-Moscú, Rusia; 3 de agosto de 2008) fue un escritor e historiador ruso, Premio Nobel de Literatura en 1970. Crítico del socialismo soviético, contribuyó a dar a conocer el Gulag, el sistema de campos de trabajos forzados de la Unión Soviética en el que él estuvo preso desde 1945 hasta 1956.
Gran parte de sus trabajos fueron censurados por el aparato estatal soviético, pero su obra alcanzó un volumen notable, sobre todo Archipiélago Gulag, Un día en la vida de Iván Denísovich, Agosto de 1914 y Pabellón del cáncer. Solzhenitsyn fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 1970 «por la fuerza ética con la que ha continuado las tradiciones indispensables de la literatura rusa».
​ En 1974 fue expulsado de la Unión Soviética y se le retiró la ciudadanía; la cual le fue restituida en 1990, 16 años después. Tras la disolución de la Unión Soviética en 1994,2​ regresó a Rusia donde permaneció hasta su muerte en 2008.


Toni Morrison - Nobel Diploma


Chloe Ardelia Wofford, conocida por su nombre de pluma Toni Morrison (Lorain, Ohio; 18 de febrero de 1931-Nueva York, 5 de agosto de 2019),​ fue una novelista, ensayista, editora y profesora estadounidense ganadora del Premio Pulitzer en 1988 y del Premio Nobel de Literatura en 1993. En 1960 se convirtió en la primera editora negra de ficción en Random House, en Nueva York. En sus obras, Morrison habla de la vida de la población negra, en especial de las mujeres. Era una combatiente a favor de los derechos civiles y comprometida con la lucha en contra de la discriminación racial.




Diplomas de Premios nobel.

Los laureados reciben un diploma directamente de las manos del rey de Suecia o bien, en el caso del Nobel de la Paz, del presidente del Comité Noruego del Nobel, en presencia del rey de Noruega.​ Cada diploma posee un diseño realizado especialmente por las instituciones que lo otorgan, que contiene una imagen y un texto donde se especifica el nombre de la persona laureada, además de que habitualmente se menciona la razón o razones de la concesión (con excepción del Premio Nobel de la Paz, cuyos diplomas jamás han incluido la justificación)


Władysław Reymont - Premio Nobel de Literatura 1924

El máximo exponente de la novela polaca del siglo XX fue Wladyslaw Reymont. La inclusión de elementos tradicionalistas en sus obras le ha permitido ser recordado como uno de los mejores representantes de Polonia en el mundo



Los críticos de la literatura lo consideran el escritor más relevante de la Joven Polonia. En la historia polaca, es como se le conoce a la época que va desde 1890 hasta la Primera Guerra Mundial.
Otros autores destacados de la Joven Polonia incluyen a Kazimierz Przerwa, Stanislaw Wyspianski y Stefan Zeromski. No obstante, Reymont encabeza la lista de famosos literarios de la época.
Nace en la localidad de Kobiele-Wielkie en el año 1867. En su infancia, su introducción al arte fue dada por su padre, quien tocaba el órgano para la iglesia local.
Debido a los bajos recursos económicos de su familia, Reymont no tuvo la oportunidad de finalizar su educación primaria.
Su juventud y adultez temprana estuvieron llenas de diferentes trabajos. Entre estas, resalta su trabajo como ferroviario, actor e incluso hermano en un monasterio.
A través de sus distintos empleos, Reymont tuvo la oportunidad de viajar por Europa. Esto le permitió conocer diversas realidades, que retrataría mediante sus escritos, inspirados por el movimiento del realismo.
Las obras del autor polaco presentan tópicos variados, la mayoría girando en torno a las clases sociales en la comunidad europea. Su carrera y trayectoria vital son analizados con detalle en esta publicación.

Fascinación por la vida rural

Sus primeras publicaciones consistían en novelas cortas. Las historias que contó en estas obras estaban influenciadas por la crudeza de la vida en el campo. Esto se evidencia en escritos como La perra y La muerte.
Las próximas novelas que publica Reymont se adentran en temáticas más complejas asociadas al mundo artístico. Enfrenta la realidad tras el mundo del teatro, con un enfoque especial al estilo de vida bohemio. 
La particularidad de las temáticas presentes en las obras de este escritor le permitieron adquirir cierta popularidad, en especial en su país natal. Pero no fue sino hasta 1899 que adquiere fama internacional con su siguiente obra.
El éxito llega a su vida a través de la ambiciosa obra La tierra prometida. Siguiendo su fascinación por los estratos sociales, la historia trata acerca de la industrialización de una pequeña localidad y sus consecuencias.
Presenta una amplia gama de personajes con realidades diferentes, desde empresarios hasta obreros, con una crítica del autor hacia los nuevos ricos. 

La obra que lo llevó al Premio Nobel 

Cuando un novelista publica una gran obra, los trabajos siguientes no suelen estar a la par. Pero ese no fue el caso de la próxima novela de Reymont, Los campesinos, que se convirtió en su verdadera obra maestra.
Los campesinos es una tetralogía que continúa siendo la mayor obra naturalista polaca de todos los tiempos. 
Presenta descripciones de la belleza y el horror de la vida primitiva en el campo, con el cambio de estaciones como foco central de las problemáticas que rodean a los protagonistas.
Al igual que en su obra anterior, Wladyslaw Reymont logra proyectar la diferencia del estado social de los dueños de las tierras y los campesinos que laboran en ellas.
Se observa una glorificación de la ideología patriótica, así como también un rol importante de la naturaleza que rodea a los personajes.
Los campesinos es uno de los mayores ejemplares de la vida polaca de la época. En realidad, fue esta obra la que le permitió al autor obtener el prestigioso Premio Nobel de Literatura en 1924.
Un dato curioso es que el polaco Stefan Zeromski fue originalmente considerado para la obtención de este premio. Sin embargo, la Academia Sueca no honró a este escritor debido a su carácter anti-alemán. 




  

Presentación.
Ensayo crítico * de Per Hallström, presidente del Comité Nobel de la Academia Sueca

Esta obra de imaginación polaca tiene su punto de partida en la novela naturalista, especialmente en la forma que ese género recibió de Zola en Francia. Reymont ha reconocido que la idea de su libro fue evocada por La Terre, no por su admiración, sino por la indignación y oposición que provocó. Encontró en él una caracterización convencionalizada, distorsionada y burda de la clase de sociedad en la que había crecido y que amaba con toda la calidez que había atesorado en sus recuerdos de infancia. Conocía a esta clase de la sociedad por abundante experiencia, desde dentro y con plena comprensión; no, como Zola, simplemente a través de apresurados estudios periodísticos realizados de acuerdo con un programa trazado de antemano con resultados preconcebidos; y deseaba describirlo en su realidad, sin ninguna distorsión por teorías. Pero Zola tuvo una influencia decisiva en la obra de un modo muy diferente y más positivo. Chlopi (1904-09) [ Los campesinos], en la forma final en la que lo tenemos, difícilmente sería concebible sin las lecciones que Reymont aprendió del trabajo de Zola en su conjunto: su minuciosa descripción del entorno, sus efectos de masa orquestales, su verismo intransigente y el trabajo armonioso en conjunto. de la naturaleza externa y de la vida humana. Sin embargo , Chlopi , en lugar de convertirse en una novela naturalista, ha adquirido proporciones épicas: ciertamente naturalistas en su método pero épicas en su alcance.

Para nosotros, los modernos, lo que más profundamente caracteriza a un poema narrativo como épico es una cierta plenitud y armonía, una impresión general de descanso, por mucho que los distintos episodios estén cargados de sufrimiento y lucha. No es fácil expresar este efecto de forma conceptual, porque son nuestros sentimientos los que lo perciben. Sus resultados se deben principalmente al hecho de que todos los elementos de lucha y malestar se suavizan gradualmente ante nosotros, como olas que luchan entre sí; los círculos nunca llegan hasta el horizonte tranquilo que delimita el poema; el malestar no plantea dudas ni envía lamentos más allá de ese límite. El mundo que tenemos ante nuestros ojos es definido y es inquebrantable en sus cimientos; pero no es un mundo de coacción y encarcelamiento. Es lo suficientemente amplio como para que los seres humanos se expresen en la acción según la medida de sus poderes. De ahí la armonía del poema. Cualquiera que sea la felicidad registrada, el sufrimiento más irremediable –la disparidad entre la realidad dada y las necesidades ideales– no se encuentra allí, o al menos no llega a la conciencia. La tragedia más permanentemente amarga, aquella que desde dentro destroza al ser, aún no ha sido creada; las figuras que vemos son enteras y simples y se mueven aquello que desde dentro hace añicos un ser, aún no ha sido creado; las figuras que vemos son enteras y simples y se mueven aquello que desde dentro hace añicos un ser, aún no ha sido creado; las figuras que vemos son enteras y simples y se mueven una pieza. Ya sean las figuras grandes o pequeñas, ya sean sus facciones justas o feas, asumen una especie de belleza y monumentalidad plástica.

Esto es lo que ha logrado el escritor polaco en Chlopi ; y el hecho de que lo haya logrado, a pesar de una formación bastante moderna que apenas prometía conducirle a tal objetivo, se debe seguramente al hecho de que el sujeto elegido avanzó por sí solo hacia esta feliz forma. Probablemente él mismo no buscó la forma, como lo demuestra el resto de su producción, muy diferente; pero cuando se le presentó en el curso de su trabajo, lo entendió y siguió sus leyes. Seguramente esto es mérito suficiente y digno de un gran honor.

Sus campesinos polacos poseen en sus condiciones primitivas, y quizás sólo a consecuencia de ellas, la naturaleza simple, el arcaísmo en sus contornos, exigido por el arte épico: un gran valor estético, que, sin embargo, ha obtenido a costa de ser defectuoso en otras maneras. Esta multitud de figuras tiene muy poco de lo que comúnmente se llama carácter. Entre los hombres, sólo unos pocos tienen siquiera la materia prima del carácter en energía y firmeza mental; y su elaboración de este material inspira poco respeto. La hombría, que consiste en la autodisciplina, el sentido de la responsabilidad y la comprensión personal de la idea de derecho, apenas ha alcanzado ningún desarrollo más allá del sentimiento colectivo y vago de las masas. Lo que vemos de la vida de conciencia es el terreno común del pueblo, no el patrimonio tutelado del individuo. En consecuencia, no se debe esperar más de las mujeres: de ahí que en una figura, la duramente probada Hanus, las fuerzas flexibles de su naturaleza se unan en un obstinado sentido del deber.

En realidad, en esta zona baja que rodea el río que fluye lentamente apenas se encuentra una columna vertebral moral. La pasión rebota en las voluntades de los hombres como una tormenta entre los juncos, y se doblegan ante cada soplo de viento, y una chispa lo incendia todo. El sentido de honestidad es incierto, tal vez principalmente porque no ha tenido aire libre para crecer. Desde tiempos inmemoriales, este pueblo ha tenido que protegerse contra la opresión de aquellos que poseían la tierra, todo lo que tenían para subsistir. Y cuando por fin la tierra pasó a ser suya, el regalo vino de amos extranjeros, que les envidiaban un alma propia. La pasividad, el fatalismo y el ingenuo buen humor que en circunstancias similares se desarrollaron en sus hermanos eslavos del este no tuvieron poder en el temperamento polaco. Aquí nos encontramos, en cambio, con un nerviosismo peculiar que no es característico del campesino en ningún otro lugar y que fácilmente se expresa en ira y actos violentos. Todos sus malos tratos no han sido suficientes para aplastar su orgullo, pero ese orgullo está abundantemente mezclado con vanidad; es delicado, falta de equilibrio y no brinda ningún apoyo confiable a la dignidad humana. Sus virtudes tienen tan poca raíz como las de los niños. Consisten en franqueza, en una susceptibilidad fácilmente conmovida, en espíritus inflexibles y vivaces: señalan una superfluidad de dones inagotables; y sobre el conjunto se extiende un encanto inagotable, un cierto glamour de nobleza. Pero, sobre todo, estas personas nos atraen por su intensa vida imaginativa. En su pobreza y fragilidad tienen ventanas abiertas al mundo de los sueños; y allí florece todo lo que hay de tierno, bueno y hermoso en ellos.

La Iglesia les ha conservado esta ciudad de refugio, y a ella están unidos con profundo amor, piedad y reverencia; a través de ella esperan algún día la expiación y la transfiguración; y en un sentido poético ya están participando de estas cosas buenas. Al volver constantemente a este rasgo, Reymont se las ha ingeniado para mantener el aire de belleza en su epopeya.

Sin esfuerzo, ha encontrado el brillo de heroísmo que necesita una epopeya, aunque su temática no le proporcionó figuras heroicas. El heroísmo sólo se encontraba en su primitivamente fuerte y profundo apego a la tierra, que les da y les quita la vida y presta a su lucha y a su amor algo de la grandeza de las fuerzas de la naturaleza. La amplitud y la grandeza épicas también se han logrado mediante el simple toque de genio en la composición de la obra, que se ha presentado en forma de un ciclo de las estaciones. Otoño, invierno, primavera y verano, en partes sinfónicamente equilibradas, dan sus contrastes y su armonía en un poderoso himno a la vida; y cuando el año ha cerrado el círculo de las vicisitudes del destino humano, continúa en nuestra imaginación en constante novedad y constante recurrencia. Los episodios de la acción ricamente desarrollada no ocurren una sola vez: tienen una validez típica. Ya sean idílicos o apasionados, trágicamente salvajes o alegremente divertidos, todos han sido llevados al ritmo de «Trabajos y Días» en una especie de mundo campesino hesódico: tienen en ellos un toque de la eterna juventud de la tierra.

La monotonía que tiende a amenazar la novela campesina por su dispersión de detalles, en general ha sido evitada aquí por la variedad y movilidad del material. La unidad de estilo se ha combinado con un poder poco común y un deleite por el color en la pintura de las distintas partes; y la caracterización de las figuras, en su trabajo dramático, ha recibido la debida atención dentro del marco dado. Todo da la impresión de una realidad fielmente descrita, quizás con una excepción: la protagonista femenina, Jagna, que es tanto un símbolo como un tipo. Pero el símbolo está poéticamente justificado. De hecho, es la poesía de la tierra polaca y de la campesina polaca, toda la magia natural, el funcionamiento ciego de los impulsos naturales, la flexibilidad y la imaginación, el hambre de belleza, y la ausencia de responsabilidad, que florecen y embriagan y son mancilladas y pisoteadas en tiempos de problemas y culpas. Ella es la encarnación de todos los defectos que Reymont ha revelado en su pueblo, a pesar de su amor por ellos; sin embargo, ella también representa todas aquellas cualidades que son ricas y espléndidas en la naturaleza humana. 
La ha convertido en la trágica heroína de su obra; y si, allí como en otros lugares (y tal vez a consecuencia de una debilidad que comparte con los círculos que describe), no ha emitido un juicio claro, no ha permitido ninguna disminución de la tensión trágica. a pesar de su amor por ellos; sin embargo, ella también representa todas aquellas cualidades que son ricas y espléndidas en la naturaleza humana. La ha convertido en la trágica heroína de su obra; y si, allí como en otros lugares (y tal vez a consecuencia de una debilidad que comparte con los círculos que describe), no ha emitido un juicio claro, no ha permitido ninguna disminución de la tensión trágica. a pesar de su amor por ellos; sin embargo, ella también representa todas aquellas cualidades que son ricas y espléndidas en la naturaleza humana. La ha convertido en la trágica heroína de su obra; y si, allí como en otros lugares (y tal vez a consecuencia de una debilidad que comparte con los círculos que describe), no ha emitido un juicio claro, no ha permitido ninguna disminución de la tensión trágica.

En resumen, esta novela épica se caracteriza por un arte tan grandioso, tan seguro, tan poderoso, que podemos predecir un valor y un rango duraderos para ella, no sólo dentro de la literatura polaca sino también dentro de toda esa rama de la escritura imaginativa que Aquí se le ha dado una forma distintiva y monumental.

* Dado que no tuvo lugar ninguna ceremonia oficial, en lugar de un discurso de presentación, el ensayo crítico fue preparado por Per Hallström.



Itsukushima Shrine.


  


Los Libros
El Nobel de Literatura ya no es un premio literario  
 Por Jose Eduardo Mora 
 12 octubre, 2021

La Academia Sueca apuesta cada vez más por lo políticamente correcto, en detrimento de criterios literarios que otrora prevalecían en la escogencia del ganador del premio más importante de las letras universales.
El Premio Nobel de Literatura ya no es estrictamente un reconocimiento literario, sino que más bien es un premio con matices geográficos y políticos, con las contradicciones, polémicas y desencantos que generan los anuncios de la Academia Sueca de la Lengua, cuyos comunicados son en sí mismos un nuevo género literario.
La sorpresa la dio de nuevo el pasado 7 de octubre, al elegir al escritor tanzano Abdulrazak Gurnah, un profesor de literatura de la Universidad de Kent, Inglaterra, cuyos textos, tanto en inglés como los tres de los que se tienen noticia en español, hasta ahora han contado con escasos lectores.

Bob Dylan obtuvo el Premio Nobel en 2016 contra todos los pronósticos.

Aunque el Nobel de Literatura no es un galardón para escritores de un amplio círculo de lectores, sí llama la atención que incluso en la propia lengua que abrazó Gurnah, que es el inglés, su obra haya pasado desapercibida.
Entre las razones que leyó el Presidente del comité que entrega el Nobel, Anders Olsson, para escoger a Gurnah, estuvo el hecho de que sus reflexiones en sus novelas implican un “discernimiento inflexible y compasivo de los efectos del colonialismo y el destino del refugiado en el abismo entre culturas y continentes”.
No se refiere Olsson a las virtudes literarias del galardonado, sino más bien a situaciones políticas, en algunos casos extremas e inaceptables, a que la humanidad ha sometido a una parte de la población mundial, por los efectos de la codicia y la explotación que han impulsado los países occidentales en un continente como el africano.

La Academia Sueca de la Lengua no entregó el Nobel de Literatura en 2018 por los escándalos que relacionaban al esposo de una integrante del comité con el hecho de filtrar los nombres de los ganadores a las casas de apuestas.

Tales prácticas parecen haberse corregido, dado que Gurnah no se encontraba ni siquiera en las listas marginales de los probables ganadores.
Sobre los tejes y manejes que hay detrás de un premio Nobel, hay mucha literatura, así lo contó el autor de novelas populares Irvin Wallace, quien no resistió la tentación de narrar los entretelones en El Premio Nobel, en la que se enfrasca en una investigación de 900 páginas, y en la que revela que en numerosas ocasiones pesan más razones extras para conceder el galardón que las de cada rama de la ciencia o la literatura en cuestión.
Con su capacidad para el suspenso, y su gusto por escribir novelas como si fueran los tiempos rusos de Tolstoi, Wallace se extiende en su propuesta y lleva de la mano al lector para que al final haga un balance de lo que le ha contado, basado en elementos informativos, y no solo ficcionales.
Aunque a ratos, en una novela tan extensa, a Wallace le cuesta sostener la tensión narrativa, quien de verdad quiera enterarse de los hilos invisibles que se mueven cada vez que se va a entregar un Premio Nobel, la novela le entretendrá y de paso le dará valiosa información.

OLVIDO DE LA LITERATURA

Sobre el Premio Nobel de Literatura, que es el galardón más preciado de las letras universales, ha recaído una especie de pensamiento políticamente correcto, porque muchas veces los candidatos no se miden por su altura literaria, sino por sí representan a este o a aquel país.
En las páginas de los periódicos se discute más si la concentración de los Nobel de Literatura ha recaído en las naciones de la Europa central o si hay tantos elegidos de Estados Unidos; mientras que otras naciones, por su posición política o geográfica, no han aparecido en la lista de los seleccionados.
De igual manera, el color de la piel hace rato que empezó a ser un factor relevante a considerar: si es blanco caucásico, si es negro, si es amarillo, o si profesa esta o aquella religión.
Los elementos que recogen el verdadero espíritu del Nobel de Literatura, que implicaban una obra consistente y rica en matices literarios, que convoquen a la belleza y a partir de ellos a la reflexión, han quedado rezagados como aspectos marginales.
Una muestra inequívoca se desprende de las siguientes palabras, incluidas en el artículo “Abdulrazak Gurnah, el Premio Nobel de Literatura, escribe para los desarraigados”, aparecida el 7 de octubre en The New York Times y firmada por Alex Marshall y Alexandra Alter.
En el citado artículo, se puntualiza:
“Gurnah, de 72 años, es el primer escritor negro en recibir el premio desde Toni Morrison en 1993, y algunos analistas consideran que fue seleccionado como una manera de saldar una deuda pendiente desde hace mucho tiempo después de años de una serie de galardonados europeos y estadounidenses. Es el primer africano en ganar el premio en más de una década, precedido por el nigeriano Wole Soyinka en 1986, el egipcio Naguib Mahfouz, quien ganó en 1988, y los sudafricanos Nadine Gordimer en 1991 y John Maxwell Coetzee en 2003. La novelista británica-zimbabuense Doris Lessing recibió el premio en 2007”.

Lo dice The New York Times, no una publicación de las que hoy pululan en Internet y que no responden a ningún criterio informativo previamente cotejado y evaluado por periodistas con oficio.
Y se resalta la fuente porque como se desprende del fragmento citado: se atienden más los elementos extraliterarios que los presentes en los textos, porque en el fondo la esencia del Premio Nobel de Literatura se ha ido diluyendo en lo políticamente correcto, y en un afán que si bien no es enteramente nuevo, es una tendencia que ha cobrado fuerza en las últimas décadas.
Las propias palabras de Olsson echan fuego a la hoguera, al insistir en razonamientos políticos, implícitos en sus afirmaciones, en detrimento de los literarios. Esto se lee en The New York Times:
 “Gurnah ‘es reconocido como uno de los escritores poscoloniales más destacados del mundo”. Gurnah “ha incursionado sistemáticamente y con gran compasión en los efectos del colonialismo en África Oriental y sus efectos en la vida de las personas desarraigadas y emigrantes”. Ni una palabra de la calidad literaria del galardonado.

PROMOCIÓN VERSUS CONSAGRACIÓN

El Premio Nobel de Literatura se debate hoy entre si es un premio de consagración, como lo fue durante mucho tiempo, o si responde a uno de promoción, como parece que ha sucedido en los últimos 20 años, con las excepciones del caso.
Respecto del galardón entregado a Gurnah, el profesor de literatura de la Universidad de Malaga Juan-José Martín González, sostuvo en El País:
“La concesión del Premio Nobel a Abdulrazah Gurnah es una oportunidad para (re)descubrir a un autor que no solamente ha sabido captar las contradicciones de la experiencia migratoria y las identidades híbridas, sino que también nos permite reimaginar un continente africano próspero, multicultural, multilingüe, con sus luces y con sus sombras, pero que no necesitó del tutelaje de Europa para abrirse al mundo”. 
Nada de literatura nuevamente.
Esta línea de la promoción, a Gurnah no le viene mal, de acuerdo con su antigua editora en España, porque sus libros traducidos al castellano, que son tres, han tenido una pobre recepción, al punto de que podría codearse, en cuanto a circulación con un autor costarricense, dado que en estos tiempos las editoriales oficiales hacen tirajes de 300 ejemplares.
Julieta Lunatti, quien hace 20 años en la editorial Poliedro publicó En la orilla, de Gurnah, dijo que esta novela pasó totalmente desapercibida, tanto para los lectores como para los críticos. Un camino similar siguieron Paraíso y Precario silencio, ya publicadas en Alehp.

De quienes se han referido a la obra de Gurnah, Lunatti es de las pocas que ha dado algunas pistas sobre el valor literario del autor premiado.
En la orilla era la sexta novela que escribía entonces Gurnah, una elegía a un mundo donde el imperialismo abrió las fronteras solo para estrechar las limitaciones. Una novela con una temática «universal» y «humanista» sobre dos hombres que llegan a Londres desde Zanzíbar. Con un estilo «muy retenido y al mismo tiempo muy lírico”.

Tanto Poliedro como Aleph son hoy dos editoriales desaparecidas. La primera promocionaba nuevas narrativas y apostaba también por la novela negra. Dejó de publicar en 2011. Aleph tampoco resistió las inclemencias del mercado.

En esta ocasión, la Academia Sueca apostaba por dar una promoción incomparable a Gurnah, quien todavía no tiene editor en el ámbito estadounidense, lo que revela que se dedicaba a escribir sin percatarse de que la gestión editorial era necesaria para trascender las fronteras de su Inglaterra adoptiva.

Un país al que llegó con 18 años, por lo que sus estatus no corre peligro ahora que Boris Johnson firmó el Brexit, que ve con malos ojos a los extranjeros.
La Academia Sueca no deja de sorprender, dado que en 2016, el Premio Nobel de Literatura recayó en Bob Dylan, quien estaba tan sorprendido, que aceptó el reconocimiento a cambio de no estar presente en la ceremonia de entrega del 10 de diciembre de ese año.
Con tan solo dos libros publicados de poesía, Dylan había enrumbado su carrera como autor de canciones y cuando le anunciaron el galardón se dio cuenta de que lo habían metido en un zapato.
En ese entonces, la Academia argumentó que la elección se basa en que Dylan había “creado nuevas expresiones poéticas dentro de la gran tradición de la canción americana”.

La entonces secretaria de la Academia, Sara Danius, hizo la siguiente reflexión sobre el valor de las creaciones de Dylan, quien por demás había estado al lado de los movimientos civiles en Estados Unidos desde muy temprana edad.
Si uno quiere empezar a escuchar o leer a Dylan, debería iniciar con Blonde on Blonde, el disco de 1966 que tiene varios clásicos y es un ejemplo extraordinario de su brillante modelo de rima, de su armado de estribillos y de su pensamiento pictórico”.
Y acto seguido agregó, para explicar los méritos del músico estadounidense: «Puede parecer así, pero si miramos para atrás, bien atrás, uno descubre a los poetas griegos Homero y Safo, que escribieron textos poéticos o piezas que estaban hechas para ser escuchadas, representadas, a veces acompañadas con música. Y aún hoy leemos a Homero y a Safo y los disfrutamos”.

REAFIRMACIÓN

Hubo un tiempo, no muy lejano, en que los criterios para elegir al galardonado, iban más allá de los hilos políticos y personales, y se centraban en el valor de la obra.
Uno de los más celebrados fue el Premio Nobel entregado a Pablo Neruda en 1971, por una creación que había cautivado a propios y extraños, incluso por encima de sus posturas políticas cercanas al comunismo, aspecto que en su tiempo implicaba la descalificación de media parte del mundo occidental, enfrascado ya en la larga y desgastante Guerra Fría.

Con su poesía, no solo reivindicaba la belleza literaria y el poder de las palabras, sino que Neruda también se posicionaba políticamente, como lo hizo en el Canto General, pero siempre a partir de una base literaria.
El Nobel de Literatura para Neruda no fue una promoción o un descubrimiento por parte de la Academia Sueca, sino más bien una consagración que miles de lectores tanto en América Latina como en Europa reclamaban e incluso más allá, porque sus textos habían sido traducidos al menos a 40 idiomas.
Algo similar ocurriría con Octavio Paz, cuyos méritos literarios nadie discutía al momento de recibir el Nobel en 1990. Un año antes lo había recibido Camilo José Cela, con lo que eso significaba para la lengua española, que dos de sus autores fueran destacados de manera consecutiva con dicho galardón.
Paz sostuvo en aquel momento que le sorprendía por la cercanía con el premio a Cela, pero que en su caso las razones de la Academia respondían a criterios estrictamente literarios y no “por sus posiciones políticas”.
Al mismo tiempo, celebraba que una cultura como la mexicana, tan rica en matices literarios, fuera premiada a través suyo.
“Me dieron el premio”, dijo, “por razones legítimas de orden literario, no por mis opiniones políticas.”.

La Academia entonces explicó que Paz tenía una “escritura apasionada y de amplios horizontes, caracterizada por la inteligencia sensorial y la integridad humanística”.

ENGRANDECER AL NOBEL

 Uno de los Premio Nobel más celebrados en el mundo entero fue el de Gabriel García Márquez en 1982. Para entonces, el autor de Cien años de Soledad, era considerado el escritor vivo más importante del mundo, sin importar en la lengua en que se escribiera, porque sus novelas, relatos y reportajes habían impactado con su estilo inconfundible y con una búsqueda de la condición poética sin importar el género en que escribiera.
De hecho, García Márquez destacó siempre que en el dictamen de su galardón se incluyera que se lo entregaban por su obra literaria y periodística, porque para él, el periodismo ya era un género literario.
Así empezaba la declaración de la Academia de por qué García Márquez era merecedor del más importante premio literario del planeta: 
Al conceder el Premio Nobel de Literatura al Novelista Colombiano Gabriel García Márquez, no se puede decir que la Academia Sueca haya descubierto a un escritor desconocido. La publicación de su novela Cien Años de Soledad en 1967 proporcionó a García Márquez un reconocimiento internacional de desacostumbrada magnitud. La novela se tradujo a un gran número de idiomas y se ha editado en millones de ejemplares. Nuevas generaciones de lectores siguen comprándola y leyéndola con un interés que no disminuye. Un éxito de tal calibre, conseguido con un solo libro, podía haber sido fatal para un escritor que no tuviese los recursos de que dispone García Márquez. En todo caso, él ha ido consolidando paulatinamente su reputación de narrador dotado de talento excepcional, dueño de un material, producto de la fantasía y de la experiencia, que puede parecer inagotable”.

Y continuaba así: 
“Su novela El Otoño del Patriarca (1975) puede muy bien medirse por su aliento narrativo y su riqueza épica con la obra mencionada. Las novelas cortas El Coronel No Tiene Quien le Escriba (1961), La Mala Hora (1962), o la publicada el año pasado Crónica de una muerte anunciada completan la imagen de un autor que reúne, en su persona, un talento narrativo desbordante, casi abrumador, y la maestría del artista de la lengua consciente de su técnica, disciplinado y poseedor de un amplio bagaje literario. Un buen número de cuentos publicados en diferentes colecciones o en revistas proporcionan una prueba adicional de la polifacética modulación del talento narrativo de García Márquez. Sus éxitos internacionales han continuado. Cada obra suya nueva es considerada por una crítica y un público expectantes como un acontecimiento de trascendencia internacional, y se traduce y se publica con toda la rapidez posible en numerosos idiomas y grandes tiradas”.

El siguiente párrafo, que para cualquier otro escritor hubiera sido un elemento marginal, para el autor de Noticia de un Secuestro valía su Nobel:
 
“Además de la producción propiamente literaria, García Márquez ha desarrollado una intensa actividad periodística, labor en la que no se limita a tratar temas políticos, sino que toca gran variedad de asuntos de manera ingeniosa y a menudo provocadora”.

Una tarde en Aracataca, Jaime García Márquez, quien por muchos años trabajó en la Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamiericano (FNPI), comentaba ante un grupo de periodistas latinoamericanos cómo para “Gabo”, este era un punto clave de la declaración:

“Además de la producción propiamente literaria, García Márquez ha desarrollado una intensa actividad periodística, labor en la que no se limita a tratar temas políticos, sino que toca gran variedad de asuntos de manera ingeniosa y a menudo provocadora”.

Ricardo Moreno, periodista de El País, que el miércoles 20 de octubre de 1982 se encontraba en la sala de conferencias de la Academia Sueca, cuando se anunció el galardón, lo contó así.

“Cuando, con estricta puntualidad, el secretario permanente y miembro de la Academia sueca, Per Gillensten, anunció ayer ante un centenar de periodistas y figuras del mundo literario, el nombre del colombiano Gabriel García Márquez como el destinatario del premio Nobel de Literatura 1982, un murmullo de aprobación recorrió la sala”.

Los tiempos han cambiado y a veces ni la misma Academia tiene conciencia de a quién premian y por qué, y se debate entre si lo hace por razones literarias, políticas o geográficas: el Premio Nobel de Literatura ya no es un premio estrictamente literario.

Joseph Pulitzer.



(Makó, Hungría, 1847 - Charleston, Estados Unidos, 1911) Magnate de la prensa estadounidense. Emigró en 1864 a Estados Unidos, entonces en plena guerra civil, para enrolarse en el ejército unionista. Al terminar el conflicto se estableció en Saint Louis, donde encontró trabajo como periodista en un diario en alemán, el Westliche Post. En 1878 adquirió el St. Louis Dispatch, el cual, tras refundirse con otra publicación, adoptó el nombre definitivo de St. Louis Post-Dispatch y se convirtió en el de mayor tirada de la ciudad.

Sus ambiciones expansionistas lo condujeron a introducirse en la escena periodística de Nueva York, lo que consiguió mediante la compra del diario matutino The World, al que posteriormente dotaría de una edición vespertina con la cabecera The Evening World. Como director de ambos periódicos, introdujo numerosas innovaciones, como las tiras cómicas, la cobertura permanente de acontecimientos deportivos o suplementos especiales de ocio y moda.

Los contenidos de The World oscilaban entre el más grosero sensacionalismo y el periodismo de investigación, centrado sobre todo en la denuncia de la corrupción política, aunque siempre al servicio de las propias simpatías de Joseph Pulitzer, claramente alineadas con el Partido Demócrata. La feroz competencia entre The World y el Journal de William Randolph Hearst alcanzó su máxima cota en 1898, cuando la descarada campaña de ambos diarios a favor de la guerra contra España originó la acuñación del término «prensa amarilla».

Desde 1890, Joseph Pulitzer había delegado la dirección editorial de sus publicaciones por problemas de salud, aunque continuó supervisando muy estrechamente sus contenidos. En su testamento cedió buena parte de su fortuna a la creación de la Escuela de Periodismo de Columbia y al establecimiento de los galardones anuales a las diferentes labores periodísticas que llevan su nombre, los más prestigiosos entre los que se conceden en el ámbito estadounidense.


Los Premios Pulitzer

Anverso y reverso de la medalla de oro del Premio Pulitzer por Servicio Público, diseñado por Daniel Chester French en 1912.


Los Premios Pulitzer son galardones por logros en el periodismo impreso y en línea, la literatura y la composición musical en los Estados Unidos de América. Fueron establecidos en 1917 según las disposiciones del testamento Siciliano Joseph Pulitzer. La Universidad de Columbia en la ciudad de Nueva York está a cargo de su administración.

Los premios se otorgan cada año en veintidós categorías, incluyendo en ciertas ocasiones un reconocimiento especial adicional.​ En veinte de ellas, los ganadores reciben un certificado y 10 000 dólares en efectivo,​ mientras que el ganador en la categoría de servicio público del concurso de periodismo obtiene una medalla de oro.


Historia


En su testamento, Joseph Pulitzer llamó a la creación de este premio con el objetivo de estimular la excelencia. Pulitzer enumeró en ese texto solo trece premios: cuatro para el periodismo, la literatura y el teatro, más uno para la educación. Sensible a los cambios de su época, Pulitzer previó, no obstante, la constitución de una comisión de vigilancia consultiva con el poder de reemplazar ciertos temas, siempre que la comisión juzgase que sería beneficioso para el público. Pulitzer otorgó a la comisión el derecho de no otorgar un premio si ninguna obra corresponde a los criterios de excelencia del jurado.

Conforme a la voluntad de Pulitzer, es el presidente de la Universidad de Columbia quien anuncia y otorga los premios según recomendación del jurado, pero en realidad, la comisión es independiente y decide sola la atribución.

Los Pulitzer se concedieron por primera vez el 4 de junio de 1917. Desde entonces han sido otorgados por la Universidad de Columbia en colaboración con el Patronato del Premio Pulitzer (Pulitzer Prize Board) cada año, sin interrupción, durante abril.

El premio a la mejor fotografía de prensa se concedió por primera vez en 1942 y, el de la mejor composición musical, en 1943.

Entre 1970 y 1979 se crearon los de ensayo, crítica y ficción literaria.

Solo los reportajes y fotografías de diarios con sede central en los Estados Unidos pueden ser propuestos como candidatos a la categoría de periodismo.

El premio va acompañado de un cheque de 10 000 dólares (USD), excepto el Premio al Servicio Público -el más importante- al que se le otorga la medalla de oro.


Categorías


Definiciones de las categorías de los Premios Pulitzer tal como se presentan en el Plan de Premios de diciembre de 2017:


Servicio Público (Public Service) - Por un ejemplo distinguido de diario con un meritorio y destacado servicio público a través del uso de sus recursos periodísticos, que pueden incluir editoriales, tiras cómicas y fotografías, así como también los artículos y reportajes.

Reportajes de Noticias de Última Hora (Breaking News Reporting) - Para un ejemplo destacado de reportaje de ámbito local sobre noticias de última hora.

Periodismo de Investigación (Investigative Reporting) - Por un ejemplo destacado de reportaje de investigación individual o de un equipo de trabajo, presentado como un artículo aislado o como una serie de artículos.

Reportaje Explicativo (Explanatory Reporting) - Por un ejemplo destacado de reportaje de bien explicado caracterizado por un seguimiento detallado y mantenido sobre una actividad o tema concreto.

Periodismo Local (Local Reporting) - Por un ejemplo destacado de reportaje sobre temas de interés local, en el que se demuestra la originalidad y la pericia de la comunidad, utilizando cualquier herramienta periodística disponible.

Periodismo Nacional (National Reporting) - Por un ejemplo destacado de reportaje sobre asuntos internos de los Estados Unidos.

Periodismo Internacional (International Reporting) - Por un ejemplo distinguido de reportaje sobre asuntos internacionales.

Escritura especial (Feature Writing) - Por la escritura de características distinguidas, que le dan una consideración primordial a la calidad de la escritura, la originalidad y la concisión, usando cualquier herramienta periodística disponible.

Comentarista (Commentary) - Por un comentarista destacado.

Crítica (Criticism) - Por una crítica destacada.

Editorial (Editorial Writing) - Por un editorial destacado, con excelentes textos y sonoridad, estilo claro, propósitos morales, y poder de influencia en la opinión pública.

Caricatura Editorial (Editorial Cartooning) - Por una distinguida caricatura o tira cómica o recopilatorio de tiras publicadas durante el año, caracterizadas por la originalidad, eficacia editorial, calidad de los dibujos, y efectos pictóricos.

Fotografías de Noticias de Última Hora (Breaking News Photography) - Por un ejemplo destacado de fotografías en blanco y negro o color sobre noticias de última hora, que pueden consistir en una o varias fotografías, una secuencia o un álbum.

Fotografía destacada (Feature Photography) - Por un ejemplo distinguido de fotografía en blanco y negro o color, que puede consistir en una fotografía o fotografías, una secuencia o un álbum sobre una temática de fondo.


Existen también seis categorías para las letras:


Biografía o autobiografía (Biography) - Para una distinguida biografía o autobiografía de autor estadounidense.


Ficción (Fiction) - Para una obra de ficción distinguida de un autor estadounidense, preferentemente relacionada con la vida en los Estados Unidos.


Obras de Ámbito General y No Ficción (General Nonfiction) - Para una obra distinguida de no-ficción de un autor estadounidense que no puede concursar en otra categoría.


Historia (History) - Para una obra distinguida sobre la historia de los Estados Unidos.


Poesía (Poetry) - Para un volumen entero que contenga un verso original distinguido de un autor estadounidense.


Drama (Drama) - por una obra distinguida de un dramaturgo estadounidense, preferiblemente original en su fuente y que trata con la vida estadounidense.


En humanística hay dos categorías añadidas:


Teatro


Música (Music)


Ha habido muchas menciones y premios especiales. Además de los premios, cuatro destacados estudiantes de la Pulitzer Graduate School of Journalism, seleccionados por el profesorado, son premiados con becas de viaje.


  


El Premio Pulitzer de Poesía es uno de los siete Premios Pulitzer que se otorgan anualmente en Letras, Teatro y Música. Existe desde 1922 y es otorgado cada año por un jurado especial a un autor estadounidense por una obra original en verso.

Galardonados


En sus primeros 92 años hasta 2013, el Premio Pulitzer de Poesía fue otorgado 92 veces. Dos se dieron en 2008, y ninguno en 1946. Robert Frost ganó el premio en cuatro ocasiones y varios otros lo ganaron más de una vez.


1922: Collected Poems de Edwin Arlington Robinson

1923: The Ballad of the Harp-Weaver: A Few Figs from Thistles: Eight Sonnets in American Poetry, 1922. A Miscellany de Edna St. Vincent Millay

1924: New Hampshire: A Poem with Notes and Grace Notes de Robert Frost

1925: The Man Who Died Twice de Edwin Arlington Robinson

1926: What's O'Clock de Amy Lowell

1927: Fiddler's Farewell de Leonora Speyer

1928: Tristram de Edwin Arlington Robinson

1929: John Brown's Body de Stephen Vincent Benét


1930: Selected Poems de Conrad Aiken

1931: Collected Poems de Robert Frost

1932: The Flowering Stone de George Dillon

1933: Conquistador de Archibald MacLeish

1934: Collected Verse de Robert Hillyer

1935: Bright Ambush de Audrey Wurdermann

1936: Strange Holiness de Robert P.T. Coffin

1937: A Further Range de Robert Frost

1938: Cold Morning Sky de Marya Zaturenska

1939: Selected Poems de John Gould Fletcher


1940: Collected Poems de Mark Van Doren

1941: Sunderland Capture de Leonard Bacon

1942: The Dust Which is God de William Rose Benét

1943: A Witness Tree de Robert Frost

1944: Western Star de Stephen Vincent Benét

1945: V-Letter and Other Poems de Karl Shapiro

1946: Premio no otorgado

1947: Lord Weary's Castle de Robert Lowell

1948: The Age of Anxiety de Wystan Hugh Auden

1949: Terror and Decorum de Peter Viereck


1950: Annie Allen de Gwendolyn Brooks

1951: Complete Poems de Carl Sandburg

1952: Collected Poems de Marianne Moore

1953: Collected Poems 1917-1952 de Archibald MacLeish

1954: The Waking de Theodore Roethke

1955: Collected Poems de Wallace Stevens

1956: Poems: North & South — A Cold Spring de Elizabeth Bishop

1957: Things of This World de Richard Wilbur

1958: Promises: Poems 1954-1956 de Robert Penn Warren

1959: Selected Poems 1928-1958 de Stanley Kunitz


1960: Heart's Neddle de William Snodgrass

1961: Times Three: Selected Verse From Three Decades de Phyllis McGinley

1962: Poems de Alan Dugan

1963: Pictures from Brueghel de William Carlos Williams

1964: At The End Of The Open Road de Louis Simpson

1965: 77 Dream Songs de John Berryman

1966: Selected Poems de Richard Eberhart

1967: Live or Die de Anne Sexton

1968: The Hard Hours de Anthony Hecht

1969: Of Being Numerous de George Oppen


1970: Untitled Subjects de Richard Howard

1971: The Carrier of Ladders de W.S. Merwin

1972: Collected Poems de James Wright

1973: Up Country de Maxine Kumin

1974: The Dolphin de Robert Lowell

1975: Turtle Island de Gary Snyder

1976: Self-portrait in a Convex Mirror de John Ashbery

1977: Divine Comedies de James Merrill

1978: Collected Poems de Howard Nemerov

1979: Now and Then de Robert Penn Warren


2000: Repair de C.K. Williams

2001: Different Hours de Stephen Dunn

2002: Practical Gods de Carl Dennis

2003: Moy Sand and Gravel de Paul Muldoon

2004: Walking to Martha's Vineyard de Franz Wright

2005: Delights & Shadows de Ted Kooser

2006: Late Wife de Claudia Emerson

2007: Native Guard de Natasha Trethewey

2008: Time and Materials de Robert Hass; Failure de Philip Schultz

2009: The Shadow of Sirius de W.S. Merwin


2010: Versed de Rae Armantrout

2011: The Best of It: New and Selected Poems de Kay Ryan

2012: Life on Mars de Tracy K. Smith

2013: Stag's Leap de Sharon Olds

2014: 3 Sections de Vijay Seshadri

2015: Digest de Gregory Pardio

2016: Ozone Journal de Peter Balakian

2017: Olio de Tyehimba Jess

2018: Half-light: Collected Poems 1965-2016 de Frank Bidart

2019: Be With de Forrest Gander


2020: The Tradition de Jericho Brown

2021: Postcolonial Love Poem de Natalie Diaz

2022: frank: sonnets de Diane Seuss



  

El Premio Pulitzer de Historia es una categoría establecida desde 1917​ que reconoce las mejores obras de literatura histórica sobre los Estados Unidos.


Ganadores


1917: With Americans of Past and Present Days por Jean Jules Jusserand

1918: A History of the Civil War, 1861-1865 por James Ford Rhodes

1919: no hubo entrega


1920: The War with Mexico por Justin H. Smith

1921: The Victory at Sea por William Sowden Sims and Burton J. Hendrick

1922: The Founding of New England por James Truslow Adams

1923: The Supreme Court in United States History por Charles Warren

1924: The American Revolution: A Constitutional Interpretation por Charles Howard McIlwain

1925: History of the American Frontier por Frederic L. Paxson

1926: A History of the United States por Edward Channing

1927: Pinckney's Treaty por Samuel Flagg Bemis

1928: Main Currents in American Thought por Vernon Louis Parrington

1929: The Organization and Administration of the Union Army, 1861–1865 por Fred Albert Shannon


1930: The War of Independence por Claude H. Van Tyne

1931: The Coming of the War, 1914 por Bernadotte E. Schmitt

1932: My Experiences in the World War por John J. Pershing

1933: The Significance of Sections in American History por Frederick J. Turner

1934: The People's Choice por Herbert Agar

1935: The Colonial Period of American History por Charles McLean Andrews

1936: A Constitutional History of the United States por Andrew C. McLaughlin

1937: The Flowering of New England, 1815–1865 por Van Wyck Brooks

1938: The Road to Reunion, 1865–1900 por Paul Herman Buck

1939: A History of American Magazines por Frank Luther Mott


1940: Abraham Lincoln: The War Years por Carl Sandburg

1941: The Atlantic Migration, 1607–1860 por Marcus Lee Hansen

1942: Reveille in Washington, 1860–1865 por Margaret Leech

1943: Paul Revere and the World He Lived In por Esther Forbes

1944: The Growth of American Thought por Merle Curti

1945: Unfinished Business por Stephen Bonsal

1946: The Age of Jackson por Arthur M. Schlesinger, Jr.

1947: Scientists Against Time por James Phinney Baxter III

1948: Across the Wide Missouri por Bernard DeVoto

1949: The Disruption of American Democracy por Roy Franklin Nichols


1950: Art and Life in America por Oliver W. Larkin

1951: The Old Northwest, Pioneer Period 1815–1840 por R. Carlyle Buley

1952: The Uprooted por Oscar Handlin

1953: The Era of Good Feelings por George Dangerfield

1954: A Stillness at Appomattox por Bruce Catton

1955: Great River: The Rio Grande in North American History por Paul Horgan

1956: The Age of Reform por Richard Hofstadter

1957: Russia Leaves the War: Soviet-American Relations, 1917–1920 por George F. Kennan

1958: Banks and Politics in America por Bray Hammond

1959: The Republican Era: 1869–1901 por Leonard D. White and Jean Schneider


1960: In the Days of McKinley por Margaret Leech

1961: Between War and Peace: The Potsdam Conference por Herbert Feis

1962: The Triumphant Empire: Thunder-Clouds Gather in the West, 1763–1766 por Lawrence H. Gipson

1963: Washington, Village and Capital, 1800–1878 por Constance McLaughlin Green

1964: Puritan Village: The Formation of a New England Town por Sumner Chilton Powell

1965: The Greenback Era por Irwin Unger

1966: The Life of the Mind in America por Perry Miller

1967: Exploration and Empire: The Explorer and the Scientist in the Winning of the American West por William H. Goetzmann

1968: The Ideological Origins of the American Revolution por Bernard Bailyn

1969: Origins of the Fifth Amendment por Leonard W. Levy


1970: Present at the Creation: My Years in the State Department por Dean Acheson

1971: Roosevelt: The Soldier Of Freedom por James MacGregor Burns

1972: Neither Black nor White por Carl N. Degler

1973: People of Paradox: An Inquiry Concerning the Origins of American Civilization por Michael Kammen

1974: The Americans: The Democratic Experience por Daniel J. Boorstin

1975: Jefferson and His Time por Dumas Malone

1976: Lamy of Santa Fe por Paul Horgan

1977: The Impending Crisis, 1848–1861 por David M. Potter (Completed and edited por Don E. Fehrenbacher)

1978: The Visible Hand: The Managerial Revolution in American Business por Alfred D. Chandler, Jr.

1979: The Dred Scott Case: Its Significance in American Law and Politics por Don E. Fehrenbacher


1980: Been in the Storm So Long por Leon F. Litwack

1981: American Education: The National Experience, 1783–1876 por Lawrence A. Cremin

1982: Mary Chesnut's Civil War por C. Vann Woodward

1983: The Transformation of Virginia, 1740–1790 por Rhys L. Isaac

1984: no award given

1985: Prophets of Regulation por Thomas K. McCraw

1986: ...the Heavens and the Earth: A Political History of the Space Age por Walter A. McDougall

1987: Voyagers to the West: A Passage in the Peopling of America on the Eve of the Revolution por Bernard Bailyn

1988: The Launching of Modern American Science, 1846–1876 por Robert V. Bruce

1989: Battle Cry of Freedom: The Civil War Era por James M. McPherson

1989: Parting the Waters: America in the King Years 1954–1963 por Taylor Branch


1990: In Our Image: America's Empire in the Philippines por Stanley Karnow

1991: A Midwife's Tale por Laurel Thatcher Ulrich

1992: The Fate of Liberty: Abraham Lincoln and Civil Liberties por Mark E. Neely, Jr.

1993: The Radicalism of the American Revolution por Gordon S. Wood

1994: no award given

1995: No Ordinary Time: Franklin and Eleanor Roosevelt: The Home Front in World War II por Doris Kearns Goodwin

1996: William Cooper's Town: Power and Persuasion on the Frontier of the Early American Republic por Alan Taylor

1997: Original Meanings: Politics and Ideas in the Making of the Constitution por Jack N. Rakove

1998: Summer for the Gods: The Scopes Trial and America's Continuing Debate Over Science and Religion por Edward J. Larson

1999: Gotham: A History of New York City to 1898 por Edwin G. Burrows and Mike Wallace


2000: Freedom From Fear: The American People in Depression and War, 1929–1945 por David M. Kennedy

2001: Founding Brothers: The Revolutionary Generation por Joseph J. Ellis

2002: The Metaphysical Club: A Story of Ideas in America por Louis Menand

2003: An Army at Dawn: The War in North Africa 1942–1943 por Rick Atkinson

2004: A Nation Under Our Feet por Steven Hahn

2005: Washington's Crossing por David Hackett Fischer

2006: Polio: An American Story por David Oshinsky

2007: The Race Beat por Gene Roberts and Hank Klibanoff

2008: What Hath God Wrought: the Transformation of America, 1815–1848 por Daniel Walker Howe

2009: The Hemingses of Monticello: An American Family por Annette Gordon-Reed


2010: Lords of Finance: The Bankers Who Broke the World por Liaquat Ahamed

2011: The Fiery Trial: Abraham Lincoln and American Slavery por Eric Foner

2012: Malcolm X: A Life of Reinvention por Manning Marable

2013: Embers of War: The Fall of an Empire and the Making of America’s Vietnam por Fredrik Logevall

2014: The Internal Enemy: Slavery and War in Virginia, 1772-1832 por Alan Taylor (historian)

2015: Encounters at the Heart of the World: A History of the Mandan People por Elizabeth A. Fenn

2016: Custer's Trials: A Life on the Frontier of a New America por T. J. Stiles

2017: Blood in the Water: The Attica Prison Uprising of 1971 and Its Legacy por Heather Ann Thompson

2018: The Gulf: The Making of an American Sea por Jack E. Davis

2019: Frederick Douglass: Prophet of Freedom por David W. Blight

2020: Sweet Taste of Liberty: A True Story of Slavery and Restitution in America, por W. Caleb McDaniel



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