Luis Alberto Bustamante Robin; Jose Guillermo Gonzalez Cornejo; Jennifer Angelica Ponce Ponce; Francia Carolina Vera Valdes; Carolina Ivonne Reyes Candia; Mario Alberto Correa Manríquez; Enrique Alejandro Valenzuela Erazo; Gardo Francisco Valencia Avaria; Alvaro Gonzalo Andaur Medina; Carla Veronica Barrientos Melendez; Luis Alberto Cortes Aguilera; Ricardo Adolfo Price Toro; Julio César Gil Saladrina; Ivette Renee Mourguet Besoain; Marcelo Andres Oyarse Reyes; Franco Gonzalez Fortunatti; Francia Marisol Candia Troncoso; Maria Francisca Palacio Hermosilla;
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"Hermano soy de los dragones y amigo de las lechuzas"
(Job, 30,29)
"Cuando la filosofía pinta el claroscuro, ya un aspecto de la vida ha envejecido y en la penumbra no se le puede rejuvenecer, sino sólo reconocer: el búho de Minerva inicia su vuelo al caer el crepúsculo."
Hegel
Tyrion, in vino veritas
La sexta temporada de Juego de Tronos en HBo empieza fuerte. Flashbacks, muertes violentas, resurreciones milagrosas, Euron Ojo de Cuervo en escena y Tyrion, sobretodo liberando a los dragones. Tyrión, el filósofo, el alter ego de George R.R. Martin descendiendo a lo más profundo, a lo oscuro, donde se encuentran los dragones, esa voluntad de poder en estado puro, esa sombra reptiliana que anida en lo más profundo de la naturaleza humana. Nuestros antepasados reptiles nos legaron unas estructuras cerebrales primitivas, pero eficaces: el territorialismo, la agresividad descontrolada, el innato sentido de supervivencia. Aunque estos dragones peligrosos deben ser sujetados, domados, enseñados. Algo que Daenerys no ha podido, o sabido hacer. Tyrion nos explica en la escena anterior que los dragones que llevaron a Aegon a conquistar Poniente quedaron reducidos a meros animales domésticos y al final desaparecieron pues fueron encadenados hasta perder su espíritu vital. Martin añora ese tiempo hiperbóreo, esa libertad salvaje. Time of wolves.
Los grandes reptiles desaparecieron a causa de su tamaño, que les hacía depender de los grandes árboles que se agotaron a partir de la supuesta llegada de un meteorito que provocó un cambio climático que agotó las verdes y abundantes malezas. Además explica Carl Sagan en su MARAVILLOSO e imprescindible libro Los dragones del Edén que la incapacidad instintiva para cuidar a las crías de depredadores nocturnos, especialmente los mamíferos de menor tamaño, provocó que los grandes huevos de dinosaurio estuvieran demasiado expuestos a los pequeños depredadores. El tamaño no importa. Y Tyrión lo sabe muy bien. Tyrión que empieza la escena de su diálogo con Varys y Misandei con su magnífico In vino veritas. Tyrión tan dionisíaco como hermético en su discurso sobre Aegon y el destino de los dragones. Tyrion que como un atrevido psicoanalista desciende al inconsciente para liberar ese dragón oculto. Tyrion sabe que para domar a un dragón no se le puede hacer pasar hambre sinó alimentándolo. Veamos de nuevo la escena:
Carl Jung explica que la sombra humana no puede eliminarse sino integrarse en la personalidad formando junto a ese Yo consciente, moral y civilizado, una sola entidad: el SELF (sí mismo). Una unidad que trasciende la dualidad de nuestra consciencia y nos lleva a desarrollar todo nuestro potencial humano. A integrar sin reprimir el cerebro racional o neocórtex, el más reciente a nivel evolutivo, el limbico, propio de los mamíferos, y el reptiliano, el más antiguo. Somos los supervivientes de un combate a muerte entre reptiles y mamíferos que se produjo hace millones de años. A medio camino entre la bestia y el superhombre.
Tyrión recuerda de niño como creía la existencia de los dragones. George R.R. Martin nos invita a soñar, a vivir al vida como un sueño, donde imaginación y realidad són una msima cosa, a buscar dentro de uno mismo ese mundo infinito y fantástico donde todo es posible. Tyrion el filósofa, el enviado de Hermes, el mensajero de los dioses, el niño dorado que vive la vida como un juego, como una danza, travieso y humano, sincero y osado. Tryion ha liberado a los dragones para que Daenerys pueda amarlos a ellos y quién sabe si también a su liberador. La dicotomía entre bella y bestia siempre acompaña a George R. R. Martin...
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