Luis Alberto Bustamante Robin; Jose Guillermo Gonzalez Cornejo; Jennifer Angelica Ponce Ponce; Francia Carolina Vera Valdes; Carolina Ivonne Reyes Candia; Mario Alberto Correa Manríquez; Enrique Alejandro Valenzuela Erazo; Gardo Francisco Valencia Avaria; Alvaro Gonzalo Andaur Medina; Carla Veronica Barrientos Melendez; Luis Alberto Cortes Aguilera; Ricardo Adolfo Price Toro; Julio César Gil Saladrina; Ivette Renee Mourguet Besoain; Marcelo Andres Oyarse Reyes; Franco Gonzalez Fortunatti; Patricio Ernesto Hernández Jara; Demetrio Protopsaltis Palma; Katherine Alejandra Del Carmen Lafoy Guzmán
|
Pagina del Talmud.
Primera página del "Tratado Berajot", el primero que se halla en el Talmud. Nótese que el texto original figura en el centro de la página, mientras que las notas e interpretaciones subsecuentes son dispuestas alrededor del mismo.
- Sidur Tefilá, un Sidur, (libro de rezos).
- Séfer ha-Mitzvot un libro sobre los mandamientos (ahora perdido).
- Hilkhot Lulav una obra polémica contra los judíos caraítas (ahora perdida).
- Meguilat Setarim: una colección de notas relativas a decisiones legales, explicaciones y midrashim, principalmente un libro de anotaciones para uso privado del autor, fue publicado por sus alumnos, posiblemente después de su defunción.
- Séfer Maasiot: una colección de cuentos formada por 60 leyendas, basadas en los Midrashim, la Baraita, y los dos Talmuds.
Junto con la parte jurídica, de interpretación práctica de la Misnah, o sea la Halacá, se enlaza a veces con motivos bastante fútiles la parte puramente homilética de exornación literaria, legendaria o doctrinaria; es la parte llamada hagadá; ella debió de ser tomada de obra especiales o recogida de boca de predicadores o narradores. Leyendo el Talmud de Babilonia, dice Chirini, se siente uno indicado a suponer que no ha sido sacado de las escuelas, sino de los talleres de todo genero. Sus redactores son taberneros, carboneros, herreros, etc., que no solamente han incluido en él los idiotismos y los proverbios del pueblo, sino que ha llevado allí muchos cuentos y tradiciones populares. Algunos tratados han parecido particularmente propicios para el desarrollo de la Hagadá, v. gr.: el de Beracot (bendiciones), Taamit (Ayuno) y Aboda Zara (Idolatría). Los autores talmúdicos que se distinguieron en la parte hagádica son Rabi Johanán, en el Talmudpalestinense, y Rabi y Rabi Juda, en el Babilónico. En el contenido literario de En el contenido doctrinal, teológico y filosófico de La leyenda, tomado como objeto los tiempos primitivos, adorno con sus imaginación las vidas de los patriarcas, de los héroes y de los profetas; mostró preferencia marcada por Adam, Abraham, Moisés, David y Salomón. Los doctores del Talmud, en sus enseñanzas publicas, se servían a menudo de En efecto, las generaciones sucesivas hicieron del Talmud su principal, su único alimento espiritual. Durante más de Diez siglos, la única realidad para los judíos del Talmud y no creían como verdadero sino lo que llevara su sanción, y aun la misma Biblia fue postergada al lado del Talmud. Bien es cierto que en el siglo VIII tuvo un cisma en el seno de Se puede decir que el Talmud ha sido el educador de la nación judía, pues a pesar de las humillaciones y ultrajes que ella ha debido parecer, nunca en peores tiempos dejo el estudio de dicho libro y él vino a ser la enseña que daba unión de los judíos dispersos por los diversos países y mantenía el espíritu del judaísmo. Dentro de la literatura rabínica el Talmud tenía que ser el objeto al cual convergió una gran actividad literaria; los grandes maestros judíos medievales hicieron sistematizaciones, explicaciones, recensiones, etc., de dicho libro. Entre los célebres comentarios están el de Rabi Issac Alfesí, de Rachi, el de Rabi Natán, que tiene forma de diccionario; el de Maimónides, que goza de fama universal; el de Rabi Jacob, que sirvió de base al ritual israelita; en fin, el de el de Josef Caso en el siglo XVI. |
Itsukushima Shrine. |
Historia de nacimiento del Talmud. La destrucción del segundo templo de Jerusalén conllevó la necesidad de salvaguardar las costumbres y leyes judías para poder ser transmitidas a las siguientes generaciones, así como la de transferir los símbolos del templo a otros aspectos de la vida judía. Yohannan ben Zakkai, fundador de una academia de estudios judíos en Yavneh (Jamnia), comenzó a desarrollar un sistema de leyes y costumbres mediante la discusión sobre la tradición judía y su adaptación a las nuevas circunstancias. Fruto de este trabajo compilador y reformulador fue un amplio corpus de leyes orales sobre múltiples aspectos religiosos y seculares, que fue codificado hacia el año 200 d.C. por el rabí Judá el príncipe en el Mishná. Éste, traducido como "Aquello que se enseña", se divide en seis ordenaciones y 63 tratados. Con el tiempo los mismos textos del Mishná comenzaron a ser discutidos por los rabinos, siendo estas opiniones vertidas en el Talmud (estudio) de Jerusalén (h. 400 d.C.) y el de Babilonia (h. 500 d.C.). Este último acabó por convertirse en el más aceptado. Ambos textos se basan en el mismo Mishná, aunque mantienen opiniones diversas sobre el relato de los debates o Gemara. Los años han hecho que el Talmud haya obtenido el grado de texto sagrado, con un rango que para algunas corrientes es similar al de la Biblia. Las adiciones (Tosafot), comentarios y anotaciones han continuado hasta recientemente. |
El Talmud Tradición oral Los rabinos de la era apostólica afirmaban que la tradición oral judía era del mismo origen divino que la revelación escrita de la Torah. Esta tradición fue transmitida a las generaciones sucesivas hasta que a comienzos del siglo III d.C., aproximadamente, llegó a su forma escrita como la Mishnah y se convirtió en la norma de conducta para los judíos ortodoxos. La tradición judía aún florecía en forma oral cuando se escribió el Nuevo Testamento, y se ocupaba principalmente de la exégesis de las Escrituras hebreas, la cual se conocía como Midrash. Esta exégesis no tenía un enfoque lingüístico o histórico en el sentido moderno, sino era más bien una búsqueda de nuevo conocimiento, y el texto bíblico sólo se usaba para dar orientación e inspiración. Esta exégesis se basaba en deducciones lógicas, en combinaciones de pasajes relacionados entre sí e interpretaciones alegóricas. El Midrash que trata de temas históricos o dogmáticos recibe el nombre de Haggadá (“expresión”), o Midrash haggádico, y la parte que trata de asuntos legales se llama Halaká (literalmente “camino”, es decir, “una norma” o “una regla”) o Midrash halákico. El término Haggadá se refiere a materiales no bíblicos y a la exégesis de los temas poéticos, históricos y otros asuntos no legales de la Biblia hebrea. Era la forma corriente que se usaba en la sinagoga para explicar la Biblia por medio de símbolos, alegorías, fábulas y parábolas. La Haggadá no estaba sujeta a reglas estrictas de exégesis y permitía el uso de casi cualquier recurso que dejara en el oyente una impresión duradera. La voluminosa y legendaria literatura judía del medioevo es principalmente el resultado de la exégesis haggádica de la Biblia. Sin embargo, sólo una pequeña parte del Talmud debe su origen a la Haggadá. El término Halaká se refiere a los reglamentos religiosos basados principalmente en las secciones legales de la Biblia. La Haggadá era el sistema de exégesis que se usaba principalmente en los servicios de las sinagogas, en tanto que la Halaká se estudiaba en las escuelas religiosas más avanzadas. Si era posible hacerlo, se le daba una base de las Escrituras a los reglamentos halákicos; pero muchas reglas para las cuales no había base bíblica eran defendidas apoyándose en la pretensión de que habían sido entregadas a Moisés en el Sinaí sólo en forma oral. La Halaká fue codificada sistemáticamente, y la máxima ambición de cada judío erudito en la ley (los “escribas” del Nuevo Testamento) era aprender y entender todas las reglas halákicas relacionadas con la vida religiosa y secular de un judío escrupuloso. Los maestros supremos de la Halaká fueron Hillel el Anciano (murió c. 20 d. C.) y Shammai. Ambos elaboraron sus enseñanzas en las últimas décadas del siglo I a. C., y sus seguidores formaron escuelas separadas. Hillel era famoso por la dulzura de su carácter, que se manifestaba en reglamentos más liberales que los enunciados por Shammai. Si bien concordaba con Shammai en que la letra de la Torah debía cumplirse literalmente, la interpretaba de tal manera que sólo debían cumplirse los requerimientos mínimos de la ley; en cambio Shammai era estricto y exigía a sus seguidores los requerimientos máximos de la ley. Para los no judíos con frecuencia deben haber parecido artificiales las diferencias entre las escuelas de Hillel y de Shammai. La naturaleza de los puntos de vista halákicos y las diferencias entre Hillel y Shammai se ilustran con el siguiente ejemplo: Shammai dictaminaba que no era permitido vender cosa alguna a un gentil o ayudarlo a cargar su bestia si iba a viajar con esa carga en sábado; Hillel no veía ningún mal en permitir esto (Mishnah Shabbat 1. 5). ¹ Un ejemplo bastante extremo de la minuciosidad de Shammai, era su insistencia en que cuando se buscaban aves para sacrificar en un día de fiesta, no se podía mover una escalera de un palomar a otro, sino sólo de una abertura a otra del mismo palomar; en cambio Hillel permitía ambas cosas (Mishnah Betzah 1. 2).² Sin embargo, hay unos pocos casos en los cuales las reglas de Hillel parecen más estrictas que las de Shammai. Por ejemplo, permitía que se comiera un huevo puesto en sábado; pero Hillel lo prohibía argumentando que las restricciones para preparar alimento en sábado se aplicaban no sólo a los hombres sino también a las gallinas (Mishnah Eduyoth 4. 1).³ Después de que Tito destruyó a Jerusalén, se fundó una academia de conocimientos judaicos en Jamnia, al sur de Jope. Aquí también se reorganizó el sanedrín. El primer director de este centro de sabiduría judaica fue el rabino Johanán ben Zakkai. El fue quien logró conservar la tradición judaica para la posteridad, haciéndola – después de las Escrituras hebreas – el centro de todo el pensamiento y la vida de los judíos ortodoxos. El más famoso de sus sucesores fue el rabino Akiba (c. 50 d. C. – c. 132), uno de los principales pensadores judíos de todos los tiempos. De acuerdo con las opiniones de los rabinos, Akiba logró una comprensión más profunda y más penetrante de la ley que Moisés mismo. Los primeros años de la vida de Akiba están velados por la oscuridad, pero se sabe que era de origen humilde y que no comenzó sus estudios hasta que fue un hombre maduro. Como aprendió a leer y a escribir siendo adulto, mantuvo un respeto temeroso y místico hacia la escritura. Esa reverencia se manifestó en una exégesis que daba sentido no sólo a las frases y las palabras, sino también a las letras y a las partes de éstas. Consideraba que su principal tarea era la de hallar una base bíblica real o supuesta para cada halaká mediante una deducción lógica, con lo cual logró dar un orden sistemático a la gran masa de material halákico. Así creó la primera recopilación completa de la Mishnah. Aunque ese material todavía no había sido registrado por escrito, es posible que algunas pequeñas recopilaciones halákicas fueran escritas bajo su dirección. El rabí Akiba es, además, importante porque fue uno de los líderes del Concilio de Jamnia (c. 90 d. C.), donde se tomaron importantes decisiones acerca del canon y del texto hebreo de la Biblia, y también porque apoyó al revolucionario Barcoquebas como al Mesías prometido, durante la guerra que comenzó en 132 d. C. Es evidente que fue hecho prisionero por los romanos aun antes de que estallara la guerra. Murió como mártir, al final de la guerra. El más ilustre de los discípulos de Akiba fue el rabino Meïr, que continuó y completó el sistema legal de su maestro. Su importancia es evidente por el hecho de que en la Mishnah es citado más que cualquiera de sus predecesores. Pirkei Avot (en hebreo: פרקי אבות) es un tratado del orden de Neziqín de la Mishná y el Talmud, que se traduce como "el tratado de los padres", es una recopilación de las enseñanzas éticas de los rabinos del período de la Mishná. Por sus contenidos se conoce también como "Ética de los Padres". Las enseñanzas de Pirkei Avot aparecen en el penúltimo tratado del orden de Nezikín de la Mishná y el Talmud. El Pirkei Avot es el único tratado que trata sólo sobre principios éticos y morales, en el tratado hay muy poca o ninguna mención de la ley religiosa. |
Pirkei Avot En el sentido talmúdico, la palabra avot, que significa padres, se refiere a categorías principales o fundamentales. Así, los principios fundamentales que prohíben el trabajo en el día del Sabbat se llaman avot melacha. Perakim, o en su forma conjuntiva pirkei, significa capítulos. Por lo que Pirkei Avot significa Capítulos de los Principios Fundamentales. Así también el título hace alusión al objetivo de aprender de las conductas y actitudes de nuestros padres y maestros, y seguir en su correcto camino. El reconocimiento de las máximas éticas como Principios Fundamentales puede derivar de la alta consideración en la que la Torah y el Talmud tienen a tal sabiduría. Ama al prójimo como a ti mismo dice la Biblia (Levítico 19,18), un mandato que Akiva ben Joseph en el Génesis Rabbah 24,7 considera un importante principio de la Torah. En Shabbos 31.ª, Hillel dice "Eso que es malo para ti, no se lo hagas a tu amigo: Esto es toda la Torah, el resto es comentario, ve ahora y apréndelo." La atribución de los libros de la Sabiduría Bíblica al Rey Salomón muestra también la gran importancia que los judíos de este período conferían a la transmisión del modo de vida ético. Estructura de la obra El tratado se compone de seis capítulos. Comienza con una orden de transmisión de la Tradición Oral: Moisés recibe la Torah en el Monte Sinaí y luego la transmite a través de varias generaciones hasta que finalmente llega a la Gran Asamblea, es decir, a los Rabinos (Avot 1,1). En él se conservan las palabras atribuidas a Simón el Justo, en el 200 a.C, hasta Judah haNasi , en el año 200 d.C., redactor de la Mishná. Estos capítulos tratan sobre la recta conducta ética y social, al igual que de la importancia del estudio de la Torah. Los dos primeros capítulos se desarrollan en orden cronológico, centrándose el segundo en los discípulos de Yochanan Ben Zakkai. Los capítulos tres y cuatro contienen varios dichos atribuidos sin ningún orden aparente. El capítulo cinco consiste en un conjunto de dichos anónimos estructurados en series numéricas, muchas de ellas sin ninguna conexión con la ética. Los últimos cuatro párrafos de este capítulo vuelven al formato de los aforismos morales atribuidos a rabinos concretos. Para el uso litúrgico y en la mayor parte de las ediciones impresas del Avot, se incluye un sexto capítulo, Kinyan Torah, dedicado a la Adquisición de la Torah. Se añade porque su contenido y estilo son similares al tratado original de Avot, aunque se centre más en el estudio de la Torah que en el comportamiento ético, y para que se pueda recitar el Sabbat, cuando se celebre la entrega de la Torah. Principios éticos El número de comentarios escritos en el Pirkei Avot demuestra que contiene mucho más contenido y estructura de la que puede ser resumida, pero aquí se recogen algunos de los principios éticos generales que se encuentran en el obra: Muestra bondad a los demás. Respeta al otro. Respétate a ti mismo. Respeta a Dios. Busca la paz. Sé prudente. Sé humilde. Combina el estudio de la Torah con el trabajo. Ten cuidado con lo que dices. No busques recompensas. No te apresures en juzgar a alguien. Sé justo y toma decisiones en consecuencia. El tiempo de actuar es ahora. El castigo iguala al pecado. Busca un temperamento constante. |
Diccionario de Autoridades - Tomo V (1737)
Rabino. (RAE) De rabí.
RABINO. Antes de entrar de lleno en el establecimiento del significado del término rabino, se hace necesario conocer su origen etimológico. En este sentido, podemos decir que es una palabra que viene del hebreo “rabbi”, que significa “maestro”, y esa, a su vez, deriva de otra de la misma lengua: “rab”, que es sinónimo de “destacado”. Los rabinos son los líderes de la colectividad judía. Se trata de maestros que, gracias a sus estudios, se encargan de la interpretación de los textos considerados sagrados por esta comunidad. Un rabino, por lo tanto, es una autoridad judía. Para poder estar al frente de una sinagoga, los rabinos deben cursar diferentes estudios, rendir exámenes y hablar hebreo, en otros requisitos. Entre las responsabilidades del rabino, se encuentra enseñar la Torá, algo que resulta equivalente a difundir los principios del judaísmo. Este trabajo sólo puede ser desarrollado por un especialista en la filosofía y en los textos judíos, ya que los rabinos no pueden valerse de otra fuente más allá de la Torá para divulgar la doctrina. El conocimiento profundo de los textos sagrados judíos es imprescindible no sólo para la enseñanza y difusión desde lo literal: el rabino debe estar en condiciones de aplicar aquellos textos milenarios en el día de hoy, encontrando en las palabras de la Torá la solución de problemas actuales. Un rabino, por otra parte, debe llevar una vida acorde a la totalidad de las reglas que forman parte de la ley judía. Su existencia, por lo tanto, tiene que estar guiada por aquel código. Aunque no existen requisitos de edad o estado civil para convertirse en rabino, suele preferirse a los hombres casados. Por tanto, podemos establecer que actualmente el rabino es una autoridad dentro del judaísmo que se caracteriza por acometer las siguientes acciones: -Establecer la ley judía que debe seguirse dentro de la comunidad a la que pertenece, pues es la máxima autoridad religiosa en la misma. -Debe enseñar y explicar lo que es el cumplimiento de los preceptos establecidos. -Debe estar siempre al servicio de las personas que reclamen su consejo, su consuelo o su ayuda, especialmente de los necesitados y los enfermos, por ejemplo. -Debe predicar con el ejemplo a la hora de cumplir con el camino que se marca en lo que es la Torá. -Asimismo no hay que pasar por alto que, en la actualidad, el rabino además se encarga de coordinar las diferentes áreas que vienen a darle forma a la comunidad en cuestión a la que pertenece. -Debe trabajar para que todos los integrantes de la comunidad participen en la vida de la misma y porque nadie se sienta aislado. -Se encarga de mantener unida a la citada comunidad. Todo esto hace que no sólo sea el guía espiritual sino también el maestro, el juez e incluso el director. Los rabinos, en definitiva, son guías espirituales, maestros y consejeros de los integrantes de la comunidad judía. Se encargan de enseñar los preceptos de la religión a los fieles y de brindar recomendaciones y asistencia. Formación. Los rabinos ortodoxos son entrenados en una Escuela Talmúdica, un ieshivá o un seminario rabínico ortodoxo. Los rabinos del judaísmo liberal se forman en sus propios seminarios rabínicos. |
Halajá (en hebreo: הֲלָכָה) es el cuerpo colectivo de reglas religiosas judías, extraídas de la Torá Escrita y Oral. Incluye los 613 mitzvot ("mandamientos"), la subsecuente ley rabínica y talmúdica, y las costumbres y tradiciones compiladas en el Shulján Aruj ("La Mesa Servida", pero más comúnmente conocido como "El Código de Ley Judía"). Tradicionalmente, el judaísmo no distingue en sus leyes entre la vida religiosa y la no-religiosa; la tradición judía religiosa no distingue claramente entre las identidades religiosas nacionales, raciales o étnicas. La Halajá guía no solo las creencias y las prácticas religiosas, sino los numerosos aspectos de la vida cotidiana. La Halajá es a menudo traducida como "La Ley Judía", cuando una traducción más literal sería "la forma de comportarse" o "la forma de caminar ". La palabra deriva de la raíz que significa "comportarse" (también "ir" o "caminar"). Históricamente, en la diáspora judía, la Halajá ha servido a muchas comunidades judías como una vía legal obligatoria, tanto civil como religiosa, dado que no hay diferencia en el judaísmo rabínico. Desde la Ilustración, la Emancipación Judía y la Haskalá, muchos han llegado a ver la Halajá como menos vinculante en la vida cotidiana, dado que depende de la interpretación rabínica, en contraposición a las palabras puras escritas registradas en la Biblia hebrea. Bajo la ley israelí contemporánea, sin embargo, algunas áreas de la ley que concierne a la familia y al estatus personal, están bajo la autoridad de las Cortes Rabínicas, por lo tanto, son tratadas de acuerdo a la Halajá. Algunas diferencias en la misma Halajá son encontradas entre los judíos Asquenazíes, Mizrajíes, Sefardíes, Yemeníes o de otros tipos, que históricamente han vivido en comunidades aisladas, como en Etiopía, reflejando la diversidad histórica y geográfica de las diferentes comunidades judías de la Diáspora. Divisiones de la Halajá Las reglas de la Halajá se pueden dividir en: Leyes bíblicas o "DeOraita", que aparecen explícitamente en el Pentateuco. Leyes "divinas" o "Halaja LeMoshe Misinai", que, aunque no figuran en el texto bíblico, fueron tradicionalmente dadas por Dios a Moisés. Leyes rabínicas o "DeRabanan", que son prácticas instituidas por los rabinos del Talmud. Costumbres Desarrollo La Halajá consta originalmente del contenido legal del Talmud, y en específico de las opiniones normativas que dirigen la práctica del judaísmo ortodoxo. Algunos talmudistas (llamados Poskim) escribieron textos en los cuales se copian las secciones legales normativas del Talmud. Entre estos figuran el Hilchot HaRif, del rabino Isaac Alfasi (1013-1103), y el comentario del rabino Asher ben Jehiel (1259-1321). El libro Séfer Mitzvot Gadol, del rabino Moisés ben Jacob de Coucy, nacido en el Reino de Francia, así como el Sefer Ha-Chinuch, que contiene los 613 mandamientos (mitzvot) en el orden en el que aparecen en la Torá. El primer texto en organizar la Halajá por temas y no por su orden en el Talmud fue el del rabino Moshé ben Maimón Maimónides, autor del Yad haJazaka o Mishné Torá. Posteriormente se escribió el Arba Turim, del rabino Jacob ben Asher (1270-1340), que no solo divide el contenido por temas, sino que, a diferencia del Yad Hajazaka, incluye opiniones no normativas. El rabino Joseph Caro (de Safed, Israel) escribió en el siglo XVI un comentario sobre el Arba Turim llamado Beit Yossef, y tomando como punto de partida ese libro, escribió un código legal normativo llamado Shulján Aruj. Este libro incluye asimismo, en todas sus ediciones modernas, los comentarios del rabino Moisés Isserles (de Cracovia, Polonia), que reflejan las costumbres y las prácticas asquenazíes. Con base en el Shuljan Aruj se han escrito otros códigos legales, entre ellos el Chayei Adam, el Kitzur Shulján Aruj, y la Mishna Berura, del rabino Israel Meir Kegan, seguidos por los judíos haredíes, y el Shulján Aruj HaRav, del Rebe y fundador de la dinastía jasídica Jabad-Lubavitch, Schneur Zalman de Liadí, seguido por los judíos jasídicos. El judaísmo conservador cumple con la Guide to Jewish Religious Law and Practice, (en español: La guía para la ley y la práctica de la religión judía), del rabino Isaac Klein. Responsa La responsa rabínica son las respuestas a consultas legales que les mandan sus seguidores. Algunas de éstas se publicaron en la época medieval, y otras se siguen publicando hasta el día de hoy. Algunas de las responsas modernas aplican los principios del Shulján Aruj a temas actuales tales como: tratamientos médicos, nuevas tecnologías, etcétera. Entre estas últimas figuran Igrot Moshe, del Rabino Moshé Feinstein (1895-1986), Tzitz Eliezer, del Rabino Eliezer Waldenberg, así como el Yalkut Yosef, del Rabino Ovadia Yosef, dirigida al público sefardí. El judaísmo conservador a su vez ha publicado responsas sobre temas de actualidad, aunque éstas no son seguidas por los judíos ortodoxos. Alcance de la Halajá La Halajá es una guía detallada de los numerosos aspectos de la vida humana, corporal y espiritual. Sus leyes, pautas y opiniones, cubren un vasto rango de situaciones y principios, en el intento de comprender todo lo que está implicado en el repetido mandamiento: "Sé santo, como yo tu Dios soy santo" de la Torá. La Halajá enseña al judío como debe vivir y seguir por el buen camino. |
SHULJÁN ARUJ es el nombre por el que se conoce a la más importante recopilación de normas de conducta contenidas en la religión judía. No es un código en el sentido moderno de la palabra. Tampoco es una mera acumulación de leyes y preceptos sin orden ni método. Su autor, Iosef Karo, quiso agrupar, en un solo ordenamiento, las reglas a las que el individuo judío debe ajustar sus actos. Creó, para ello, un texto de notable prolijidad que llegó a tener vigencia positiva. Iosef Karo nació en Toledo, en 1488, cuatro años antes de la expulsión de los judíos de España por los Reyes Católicos. Al dictarse el infame decreto, el padre de Iosef, Efraím, rabino y jurisconsulto, partió con los suyos hacia Lisboa y, luego, hacia Constantinopla, donde residieron hasta alrededor de 1518. Tras diversas migraciones, Iosef Karo se radicó, en 1536, en Safed, en Eretz Israel, donde se ordenó como rabino y ejerció la docencia. Falleció en 1575, a los 87 años. Iosef Karo es el más notable de los Jurisconsultos judíos en los últimos cuatro siglos. Prueba de ello son los títulos que mereció: Marán -nuestro maestro- y, sencillamente, "El Autor", denominación con la que se quiere aludir al comentarista por excelencia. Su erudición tenía fama y mantuvo relaciones y correspondencia con autoridades de la época, como Salomón Moljo, Itsjak Lurie, Salomón Alkabets y otros. Su producción bibliográfica, es amplia. En ella se destaca su obra capital, Bet losef (La escuela de losef), comentario sobre los cuatro Turim de Rabí Jacob ben Axen o Jacob Bal Haturim. La experiencia personal de Iosef Karo, al verse llamado a ocupar el cargo de jefe espiritual de su grey, por fallecimiento del rabino David Berab, lo impulsó a tratar de condensar las reglas de derecho que debía aplicar e interpretar en un código o guía de fácil manejo y consulta. Así nació, en 1557, sobre la base de Bet Iosef, el SHULJAN ARUJ, cuyo título -SHULJÁN ARUJ significa, en hebreo, "mesa preparada"- traduce Ia intención del codificador. Iosef Karo es autor también de otros trabajos, entre los que deben ser mencionados especialmente sus comentarios sobre Maimónides. La primera edición del SHULJÁN ARUJ vio la luz en Kfar Biria, en la Galilea Superior. La obra volvió a imprimirse en Venecia y, en 1869, apareció en Argelia una versión francesa de la misma, cuyos autores eran un rabino de Orán, de apellido Charleville, y un magistrado de Mostaganen, E. Santayra. El texto aceptado como auténtico por las autoridades religiosas judías es el que contiene los agregados de Rabí Moshé Iserlis (Rama), quien complementó la recopilación de Iosef Karo con los ritos y costumbres de las juderías de la Europa oriental. El SHULJÁN ARUJ se compone de cuatro partes, siguiendo un orden análogo al de los Turim, de Rabí Jacob:
Se han compuesto varios resúmenes del SHULJÁN ARUJ. Entre ellos cabe mencionar Jaie Adam (La Vida del Hombre) (que sintetiza el Oraj jaim), Jojmat Adam (La Sabiduría del Hombre (compendio de Ioré Deá) y Kitsur Shulján Aruj (Resumen del Shulján Aruj). |
Yeshivá Mir (Jerusalén) La Yeshiva Mir (en hebreo: ישיבת מיר ירושלים), es una yeshivá judía ortodoxa, situada en Jerusalén, la capital del Estado de Israel. Con más de 8.500 estudiantes solteros y casados,1es la mayor yeshivá del mundo.234La mayoría de los estudiantes proceden de los Estados Unidos de América, y de Israel, muchos otros son originarios de varios países del Mundo como: el Reino Unido, Bélgica, Francia, México, Suiza, Argentina, Australia y Canadá. Historia Fundación de la yeshivá La yeshivá fue fundada en la pequeña ciudad bielorrusa de Mir,5situada en la actual Bielorrusia en 1817 (entonces Mir formaba parte del Imperio Ruso)6por el Rabino Shmuel Tiktinsky. Después de su muerte, su hijo mayor, el Rabino Avraham Tiktinsky, fue nombrado director de la yeshivá (Rosh yeshiva). Después de varios años, el Rabino Avraham murió y su hermano menor, el Rabino Chaim Leib Tiktinsky, le sucedió. El Rabino Chaim Leib permaneció como Rosh yeshiva durante muchas décadas. Le sucedió su hijo, el Rabino Avrohom Tiktinsky, quien llevó al Rabino Eliyahu Boruch Kamai a la yeshivá. En el año 1903, la hija del Rabino Kamai se casó con el Rabino Eliezer Yehuda Finkel (también llamado Rabi Leizer Yudel), el hijo del Rabino Nosson Tzvi Finkel (el Alter de Slabodka), quién con el tiempo se convirtió en el director de la Yeshivá Mir. La yeshivá permaneció en ese lugar hasta 1914. Con el estallido de la Primera Guerra Mundial, la yeshivá se trasladó a Poltava, Ucrania. Segunda Guerra Mundial En 1921, la yeshivá regresó a sus instalaciones originales en Mir, donde permaneció hasta que la Alemania nazi invadió Polonia en 1939, marcando el comienzo del Holocausto judío. Aunque muchos de los estudiantes nacidos en el extranjero se marcharon cuando el Ejército soviético invadió Polonia por el este, la yeshivá siguió funcionando, aunque a una escala reducida, hasta que el Ejército nazi alemán que se acercaba, hizo que los líderes de la yeshivá trasladaran a toda la comunidad a la ciudad de Keidan, situada en Lituania. En esa misma época, el Rabino Eliezer Yehuda Finkel, viajó a Palestina para obtener visas para sus estudiantes y restablecer la yeshivá en Eretz Israel, pero estos planes fueron interrumpidos por el estallido de la Segunda Guerra Mundial. En 1944, el Rabino Finkel abrió una sucursal de la yeshivá en la ciudad santa de Jerusalén con solo diez estudiantes, entre ellos el Rabino Yudel Shapiro (quién más tarde sería el director del colegio Chazon Ish), el Rabino Chaim Brim, (quién más tarde sería el Rosh yeshiva de Rizhn-Boyan) y el Rabino Chaim Greineman. Mientras los ejércitos nazis seguían avanzando hacia el este, los estudiantes de la yeshivá huyeron a la República de China, a la ciudad costera de Shanghái, que entonces estaba controlada por el Imperio de Japón, y permanecieron allí hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. La historia de la huida al Lejano Oriente de la Yeshivá Mir, junto con miles de otros refugiados judíos durante la Segunda Guerra Mundial, gracias en gran parte a los visados expedidos por el cónsul general japonés en Lituania, Chiune Sugihara, ha sido objeto de varios libros y películas. Después de la guerra Después de la guerra, la mayoría de los refugiados judíos del Gueto de Shanghái, partieron hacia Palestina y los Estados Unidos de América. Entre ellos había supervivientes de la Yeshivá Mir, muchos de los cuales se reincorporaron a la yeshivá más tarde en Jerusalén. Cuando el Rabino Finkel murió el 19 de julio de 1965, su hijo, el Rabino Beinish Finkel y su cuñado, el Rabino Chaim Leib Shmuelevitz se convirtieron en los directores de la yeshivá. El Rabino Chaim era considerado el director principal de la yeshivá, y cuando este murió, su yerno, el Rabino Nachum Partzovitz lo reemplazó. El Rabino Beinish Finkel se convirtió en el Rosh yeshiva, después de la muerte del Rabino Nachum. Con la muerte del Rabino Beinish Finkel en 1990, las riendas de la yeshivá fueron tomadas por los yernos del Rabino Beinish Finkel, con el director de la yeshivá, el Rabino Nosson Tzvi Finkel, al mando. Después de la repentina muerte del Rabino Nosson Tzvi Finkel, el 8 de noviembre del año 2011, su hijo mayor, el Rabino Eliezer Yehuda Finkel, fue nombrado su sucesor. Bajo la dirección del Rabino Nosson Tzvi Finkel, la inscripción en la yeshivá creció en número hasta llegar a miles de nuevos estudiantes. El gran número de estudiantes matriculados en la yeshivá se dividió en varios grupos de aprendizaje llamados "javurás". Cada javurá consiste en el mismo tipo de estudiante, por ejemplo: americano, europeo, israelí, jasídico y no jasídico. Estas javurás están ubicadas en las áreas que han sido designadas, dentro de las varias salas de estudio de la yeshivá y en el comedor. Cada javurá está subdividida en una clase, llamada en hebreo "shiur", con un profesor, llamado "maguid shiur", que enseña a un promedio de 40 a 60 estudiantes. El grupo de estudio más grande de la yeshivá, es el del Rabino Asher Arieli, que imparte lecciones (shiurim) en yidis a aproximadamente 700 estudiantes del Talmud de Babilonia. Mir tiene una rama en Modin Ilit, que está orientada principalmente hacia los estudiantes israelíes, y que también incluye un colegio. La Yeshivá Mir en Modin Ilit, fue dirigida por el Rabino Aryeh Finkel, el nieto del Rabino Eliezer Yehuda Finkel, hasta su muerte, que tuvo lugar el 9 de agosto de 2016. Su hijo mayor, el Rabino Binyomin Finkel, se hizo cargo de la dirección de la yeshivá. |
“Después de todo, estas son personas con antecedentes genéticos similares y que viven en el mismo lugar, no dos conjuntos diferentes de personas en extremos opuestos de la tierra. Queríamos explorar las posibles causas”.
un gran libro de conocimiento de la sabiduría humana
ResponderEliminar