Luis Alberto Bustamante Robin; Jose Guillermo Gonzalez Cornejo; Jennifer Angelica Ponce Ponce; Francia Carolina Vera Valdes; Carolina Ivonne Reyes Candia; Mario Alberto Correa Manríquez; Enrique Alejandro Valenzuela Erazo; Gardo Francisco Valencia Avaria; Alvaro Gonzalo Andaur Medina; Carla Veronica Barrientos Melendez; Luis Alberto Cortes Aguilera; Ricardo Adolfo Price Toro; Julio César Gil Saladrina; Ivette Renee Mourguet Besoain; Marcelo Andres Oyarse Reyes; Franco Gonzalez Fortunatti; Patricio Hernandez Jara
Luis Alberto Bustamante Robin; Jose Guillermo Gonzalez Cornejo; Jennifer Angelica Ponce Ponce; Francia Carolina Vera Valdes; Carolina Ivonne Reyes Candia; Mario Alberto Correa Manríquez; Enrique Alejandro Valenzuela Erazo; Gardo Francisco Valencia Avaria; Alvaro Gonzalo Andaur Medina; Carla Veronica Barrientos Melendez; Luis Alberto Cortes Aguilera; Ricardo Adolfo Price Toro; Julio César Gil Saladrina; Ivette Renee Mourguet Besoain; Marcelo Andres Oyarse Reyes; Franco Gonzalez Fortunatti; Patricio Hernandez Jara
Los secretos que guarda el más antiguo y reconocido librero del país.
Fue noticia por la visita que hace un mes le hizo Pinochet. Pero este librero destaca desde mucho antes por razones literarias. Por su local transitaron Huidobro, Neruda, Parra y De Rokha.
Juan Saade. Desde la década del cuarenta, el librero tuvo la ocurrencia de comprar las bibliotecas privadas de las familias que se trasladaban del centro de Santiago al barrio alto.
Hace exactamente un mes, en una lluviosa tarde de viernes, la modesta librería de Juan Saadé perdió su acostumbrada calma. Sin previo aviso, escoltado por no pocos guardaespaldas, apareció el retirado general Augusto Pinochet preguntando por el dueño de la libreríaLa Oportunidad. No fue, después de todo, una gran sorpresa para el propietario del local de la galería San Diego. Desde los años cincuenta que el militar frecuenta la que hoy es considerada la más antigua librería del país, especializada en textos de colección.
"La primera vez que vino era muy joven y no era conocido. Le interesaba la historia y preguntó si podía pagarme con un cheque a fecha", dice el librero, quien hasta hace un mes había mantenido reserva de esa amistad. Desde el viernes 2 de julio, gracias a la cobertura de los medios, el mundo literario chileno se enteró de que uno de los clientes de Juan Saadé era el controvertido militar. "He tenido bastantes detractores desde que pasó eso", admite el librero. "Pero don Juan: usted sabe que esa es gente que no vale la pena", lo consuela Cecilia, la mujer que lo asiste en el trabajo diario.
Lo extraño a estas alturas no es que Pinochet salga a visitar amigos o que vaya a comprar libros de historia en una galería comercial del centro de Santiago. Lo extraño en este caso es que el librero de Pinochet también haya provisto a poetas como Vicente Huidobro, Pablo de Rokha, Nicanor Parra y Pablo Neruda. Y no sólo eso. Al menos con los dos primeros cultivó una amistad que lo llevó a compartir en varias tertulias literarias. "En esos años yo ganaba plata con la librería, y como era casi el único que tenía recursos, era el que invitaba los tragos", recuerda Saadé.
Juan Saade. Desde la década del cuarenta, el librero tuvo la ocurrencia de comprar las bibliotecas privadas de las familias que se trasladaban del centro de Santiago al barrio alto.
Hace exactamente un mes, en una lluviosa tarde de viernes, la modesta librería de Juan Saadé perdió su acostumbrada calma. Sin previo aviso, escoltado por no pocos guardaespaldas, apareció el retirado general Augusto Pinochet preguntando por el dueño de la librería
"La primera vez que vino era muy joven y no era conocido. Le interesaba la historia y preguntó si podía pagarme con un cheque a fecha", dice el librero, quien hasta hace un mes había mantenido reserva de esa amistad. Desde el viernes 2 de julio, gracias a la cobertura de los medios, el mundo literario chileno se enteró de que uno de los clientes de Juan Saadé era el controvertido militar. "He tenido bastantes detractores desde que pasó eso", admite el librero. "Pero don Juan: usted sabe que esa es gente que no vale la pena", lo consuela Cecilia, la mujer que lo asiste en el trabajo diario.
Lo extraño a estas alturas no es que Pinochet salga a visitar amigos o que vaya a comprar libros de historia en una galería comercial del centro de Santiago. Lo extraño en este caso es que el librero de Pinochet también haya provisto a poetas como Vicente Huidobro, Pablo de Rokha, Nicanor Parra y Pablo Neruda. Y no sólo eso. Al menos con los dos primeros cultivó una amistad que lo llevó a compartir en varias tertulias literarias. "En esos años yo ganaba plata con la librería, y como era casi el único que tenía recursos, era el que invitaba los tragos", recuerda Saadé.
Tesoros de la aristocracia.
Nacido hace 82 años en Constitución, Juan Saadé Ramírez se hizo cargo de La Oportunidad en 1941. El local había sido fundado la década anterior con el nombre de La Ocasión. El entonces joven Saadé, que había adquirido el gusto por la lectura desde que heredó una valiosa biblioteca privada de un tío, le cambió el nombre y se hizo asesorar por un experto. "Se llamaba Tulio Salinas, un tipo muy culto que había sido cura. Un día se enamoró de una mujer y colgó los hábitos".
En ese entonces, recuerda Saadé, las familias más acaudaladas del país comenzaron a trasladarse desde Santiago Centro al barrio alto. Y como las nuevas casas eran más pequeñas que las céntricas mansiones, Saadé y Salinas repararon en que esas familias necesitaban deshacerse de sus bibliotecas privadas. "Íbamos a esas casas y comprábamos verdaderos tesoros a precios muy convenientes. Así fuimos dándole prestigio a la librería".
Según testifica su dueño, uno de los más asiduos a La Oportunidad fue Pablo de Rokha, a través de quien conoció a José y Carlos De Rokha, dos de los hijos del poeta. Del primero recuerda que solía aparecer por su casa pidiendo asilo porque constantemente lo echaban de las viviendas por no pagar arriendo. El segundo, agrega, llegó un día a comprar una edición de las obras completas de Vicente Huidobro. Era para regalársela a una pareja que se casaba esa misma noche. "Esa fue la última vez que lo vi. Al día siguiente de la boda -dice Juan Saadé-, Carlos de Rokha se quitó la vida".
La biblioteca privada de un ex coleccionista.
Juan Saadé, el que hoy es reconocido por sus colegas como el más antiguo y experimentado librero del país, ya perdió la cuenta de la cantidad de libros que posee. A sus 82 años, cuantifica su patrimonio por metro cuadrado. A los dos locales contiguos que tiene en San Diego 119 se suma un departamento repleto de libros que se ubica sobre la galería de calle San Diego. Además, reporta el mismo Saadé, su casa de la comuna de Ñuñoa está atestada de libros sin clasificar. "El otro día mi mujer me amenazó con botármelos todos", dice. "Yo creo que lo va a hacer cuando me muera".
El dueño de La Oportunidad reconoce que fue un entusiasta coleccionista de libros antiguos. De ahí que su casa esté llena de ellos. Pero con el tiempo, y más aún con el declive que experimentó el negocio desde la década del '70, se vio obligado a vender una buena parte de su colección privada. Dice que ya no le interesa seguir guardándose libros, que ya está viejo y que de seguro ninguno de sus tres hijos seguirá con el negocio.
Falleció el 25 de Febrero de año 2006.
Martes 12 de Diciembre de 2006
Aficiones bibliográficas:
El librero que Pinochet nombró ministro
Juan Saadé, experto en historia de Chile, recibió por última vez al general en su local de San Diego, en julio de 2004. Fueron amigos durante 50 años.
VÍCTOR M. MANDUJANO.
La tarde del viernes 2 de julio de 2004, la galería situada a la entrada de la calle San Diego se vio agitada por un inusitado alboroto. Augusto Pinochet en persona, custodiado por sus guardaespaldas, apareció sin aviso en la pequeña librería de viejos "La oportunidad", de su amigo Juan Saadé Ramírez (fallecido en febrero pasado, a los 86 años) para realizar una compra, como lo hizo con regularidad durante 50 años.
En la oportunidad, se llevó una Historia y Geografía Universal y un Diccionario Enciclopédico Planeta en cinco tomos, por $120 mil. El librero le regalo, además, otros volúmenes.
Desde teniente.
Sería su última salida a una actividad pública por voluntad propia. La galería hervía y los detractores del militar lo increpaban sin piedad.
La afición por los libros de historia de Chile (la especialidad de la pequeña librería) le venía a Pinochet desde sus tiempos de teniente, cuando entabló amistad con Saadé y pagó su compra con un cheque a fecha. Al final, los pagos eran en efectivo y los hacía un encargado de su comitiva.
Tranquilo y reservado, Juan Saadé también atendió a poetas como Vicente Huidobro, Pablo de Rokha, Nicanor Parra y Pablo Neruda. Augusto Pinochet no dejó nunca de saludarlo para su santo (ni siquiera cuando estuvo detenido en Londres).
En entrevista publicada en el diario Las Últimas Noticias, el comerciante recuerda: "Antes de 1973 le dio por comprar libros sobre marxismo, porque, según explicaba, al enemigo había que combatirlo conociendo su ideología. Después le vino lo de Napoleón. Yo le decía que era peligroso, porque después, cuando uno está arriba, se cree Napoleón. Le vendí todos los libros sobre Napoleón".
Ídolo y amigo.
A tal grado llegó su amistad, que, según refería el fallecido librero, "el primer decreto que firmó fue nombrándome ministro de Educación. Yo le mandé una nota de agradecimiento, diciéndole que no podía aceptar un puesto así, porque conocía tanto a mi país que tenía claro que nadie salía bien parado de los gobiernos chilenos".
Tras la muerte de Saadé, la pequeña librería de San Diego es atendida por su hija María Elena, quien estuvo presente durante la última visita del general:
"Lo abracé y lo besé. Era mi ídolo. No tanto por el aspecto político, sino por la amistad que tenía con mi padre por más de medio siglo. Conversaban de libros y antes de que él fuera públicamente conocido, lo hacían aquí en la esquina de San Diego con Alonso Ovalle".
-¿La visita de Pinochet a la librería fue perjudicial?
"No pasó nada raro. La librería siguió igual. No era la primera vez que venía. En 2003 también lo hizo, pero le avisaron que venía la prensa y salió rápido".
Con Miss Universo.
JUAN SAADÉ recordaba también que un día Augusto Pinochet le dijo que en la tarde iría a La Moneda Cecilia Bolocco (Miss Universo), y lo invitó a asistir.
"Fui a La Moneda a las seis, con una maleta llena de libros recién llegados. En eso le avisaron que la Bolocco ya estaba en el palacio. Le pedí que no la hiciera esperar. Me miró y exclamó: ¡Qué me importa a mí la Miss Universo, a mí me interesan los libros!".
Comentario Personal.
Durante la década de 90 y la primera década del siglo XXI, visite muchas veces, en mis tiempos libres la galería de libreros de San Diego, conociendo a muchos libreros, y compre muchos libros para formar mi biblioteca personal.Tuve la suerte de conocer al librero don Juan Saade en esta época, converse mucho con él durante semana, teniendo un recuerdo maravilloso de su persona y su manceba de comercio. Le compre michos libros quedaran en mi colección.Descansa en paz.
Martes 12 de Diciembre de 2006
Aficiones bibliográficas:
El librero que Pinochet nombró ministro
Juan Saadé, experto en historia de Chile, recibió por última vez al general en su local de San Diego, en julio de 2004. Fueron amigos durante 50 años.
VÍCTOR M. MANDUJANO.
La tarde del viernes 2 de julio de 2004, la galería situada a la entrada de la calle San Diego se vio agitada por un inusitado alboroto. Augusto Pinochet en persona, custodiado por sus guardaespaldas, apareció sin aviso en la pequeña librería de viejos "La oportunidad", de su amigo Juan Saadé Ramírez (fallecido en febrero pasado, a los 86 años) para realizar una compra, como lo hizo con regularidad durante 50 años.
En la oportunidad, se llevó una Historia y Geografía Universal y un Diccionario Enciclopédico Planeta en cinco tomos, por $120 mil. El librero le regalo, además, otros volúmenes.
Desde teniente.
Sería su última salida a una actividad pública por voluntad propia. La galería hervía y los detractores del militar lo increpaban sin piedad.
La afición por los libros de historia de Chile (la especialidad de la pequeña librería) le venía a Pinochet desde sus tiempos de teniente, cuando entabló amistad con Saadé y pagó su compra con un cheque a fecha. Al final, los pagos eran en efectivo y los hacía un encargado de su comitiva.
Tranquilo y reservado, Juan Saadé también atendió a poetas como Vicente Huidobro, Pablo de Rokha, Nicanor Parra y Pablo Neruda. Augusto Pinochet no dejó nunca de saludarlo para su santo (ni siquiera cuando estuvo detenido en Londres).
En entrevista publicada en el diario Las Últimas Noticias, el comerciante recuerda:
Aficiones bibliográficas:
El librero que Pinochet nombró ministro
Juan Saadé, experto en historia de Chile, recibió por última vez al general en su local de San Diego, en julio de 2004. Fueron amigos durante 50 años.
VÍCTOR M. MANDUJANO.
La tarde del viernes 2 de julio de 2004, la galería situada a la entrada de la calle San Diego se vio agitada por un inusitado alboroto. Augusto Pinochet en persona, custodiado por sus guardaespaldas, apareció sin aviso en la pequeña librería de viejos "La oportunidad", de su amigo Juan Saadé Ramírez (fallecido en febrero pasado, a los 86 años) para realizar una compra, como lo hizo con regularidad durante 50 años.
En la oportunidad, se llevó una Historia y Geografía Universal y un Diccionario Enciclopédico Planeta en cinco tomos, por $120 mil. El librero le regalo, además, otros volúmenes.
Desde teniente.
Sería su última salida a una actividad pública por voluntad propia. La galería hervía y los detractores del militar lo increpaban sin piedad.
La afición por los libros de historia de Chile (la especialidad de la pequeña librería) le venía a Pinochet desde sus tiempos de teniente, cuando entabló amistad con Saadé y pagó su compra con un cheque a fecha. Al final, los pagos eran en efectivo y los hacía un encargado de su comitiva.
Tranquilo y reservado, Juan Saadé también atendió a poetas como Vicente Huidobro, Pablo de Rokha, Nicanor Parra y Pablo Neruda. Augusto Pinochet no dejó nunca de saludarlo para su santo (ni siquiera cuando estuvo detenido en Londres).
En entrevista publicada en el diario Las Últimas Noticias, el comerciante recuerda:
"Antes de 1973 le dio por comprar libros sobre marxismo, porque, según explicaba, al enemigo había que combatirlo conociendo su ideología. Después le vino lo de Napoleón. Yo le decía que era peligroso, porque después, cuando uno está arriba, se cree Napoleón. Le vendí todos los libros sobre Napoleón".
Ídolo y amigo.
A tal grado llegó su amistad, que, según refería el fallecido librero, "el primer decreto que firmó fue nombrándome ministro de Educación. Yo le mandé una nota de agradecimiento, diciéndole que no podía aceptar un puesto así, porque conocía tanto a mi país que tenía claro que nadie salía bien parado de los gobiernos chilenos".
Tras la muerte de Saadé, la pequeña librería de San Diego es atendida por su hija María Elena, quien estuvo presente durante la última visita del general:
"Lo abracé y lo besé. Era mi ídolo. No tanto por el aspecto político, sino por la amistad que tenía con mi padre por más de medio siglo. Conversaban de libros y antes de que él fuera públicamente conocido, lo hacían aquí en la esquina de San Diego con Alonso Ovalle".
-¿La visita de Pinochet a la librería fue perjudicial?
"No pasó nada raro. La librería siguió igual. No era la primera vez que venía. En 2003 también lo hizo, pero le avisaron que venía la prensa y salió rápido".
Con Miss Universo.
JUAN SAADÉ recordaba también que un día Augusto Pinochet le dijo que en la tarde iría a La Moneda Cecilia Bolocco (Miss Universo), y lo invitó a asistir.
"Fui a La Moneda a las seis, con una maleta llena de libros recién llegados. En eso le avisaron que la Bolocco ya estaba en el palacio. Le pedí que no la hiciera esperar. Me miró y exclamó: ¡Qué me importa a mí la Miss Universo, a mí me interesan los libros!".
Comentario Personal.
Durante la década de 90 y la primera década del siglo XXI, visite muchas veces, en mis tiempos libres la galería de libreros de San Diego, conociendo a muchos libreros, y compre muchos libros para formar mi biblioteca personal.
Tuve la suerte de conocer al librero don Juan Saade en esta época, converse mucho con él durante semana, teniendo un recuerdo maravilloso de su persona y su manceba de comercio. Le compre michos libros quedaran en mi colección.
Descansa en paz.
Itsukushima Shrine. |
esta persona fue gran persona, fue un gusto en conocerlo y recordare siempre.
ResponderEliminarEsta gran persona es mi abuelo y es un orgullo ser su nieto.
ResponderEliminarHola Exequiel, soy Rubén Del Rio (hijo) te acuerdas de mi?
EliminarYo guardo un gran recuerdo de tu abuelo y el me dio el gusto por los libros, Saludos
¿Cuál es el origen de esas joyas bibliográficas? ¿Cómo las pudo adquirir un modesto librero de San Diego?
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