María Isidora " Nené " Ignacia Aguirre Tupper.
Con más de treinta obras estrenadas a lo largo de su vida, Isidora Aguirre fue una de las figuras más sobresalientes del teatro chileno del siglo XX. Su proyecto artístico conjugó la popularidad con una profunda preocupación por los temas sociales y la identidad chilena.
(Santiago, 22 de marzo de 1919-ib., 25 de febrero de 2011) fue una escritora chilena, autora principalmente de obras dramáticas de temas sociales que han sido representadas en numerosos países del continente y en Europa. Con más de treinta obras estrenadas a lo largo de su vida, fue una de las figuras más sobresalientes del teatro chileno del siglo XX. Su proyecto artístico conjugó la popularidad con una profunda preocupación por los temas sociales y la identidad chilena.
Biografía.
Hija del Ingeniero Fernando Aguirre Errázuriz y la pintora María Tupper Huneeus (1893-1965), fue alumna del Colegio Jeanne D'Arc de Santiago y después hizo estudios de trabajo social y de literatura, piano, ballet moderno y dibujo (1937-39). Isidora Aguirre vivió una vida intensa, desde muy temprano recibió una educación centrada en las artes. Antes de dedicarse al teatro, trabajó como escritora e ilustradora de libros infantiles y cursó estudios de trabajo social y de dirección cinematográfica.
A los 21 años, en 1940, se casó con Gerardo Carmona, un refugiado de la guerra civil española, vivió cinco años en el campo y, más tarde, se fue con él a París, donde comenzó a ganarse la vida como ilustradora, al tiempo que seguía estudios de teatro y cine. De regreso en Chile, «un encuentro fortuito con el actor y director de teatro Hugo Miller en un trolebús resultó decisivo para definir su vocación y dedicarse por completo a la dramaturgia» y fue así como en 1952 se inscribió en un curso dramaturgia, dictado por él en la Academia Chilena del Ministerio de Educación. «A partir de entonces, su entrega a la actividad teatral la llevaría en muchas ocasiones a dejar de lado, incluso, su vida personal.» Sobre su completa dedicación al teatro, dijo: «Uno siempre tiene que escoger. No es posible estar casada y dedicarse a escribir como yo lo hago. La Pérgola me costó lágrimas. Tenía que pasar días enteros en la biblioteca buscando datos históricos, aunque esperaba a mi hija menor y me habría gustado tejer paletocitos. Pero el teatro me escogió a mí. Para Los papeleros, pasé meses conversando con los que hurgan en los tarros de basura. Y Lautaro me significó llegar, a caballo, a reductos indígenas y vivir allí. ¿Qué marido soporta eso?» Antes de consagrarse al teatro, había comenzado a escribir cuentos infantiles (en 1938 publicó una recopilación de ocho de ellos); también publicó, en 1948, una novela para niños. Isidora Aguirre recuerda así sus primeros ensayos literarios: «Creo que fue a los seis años que escribí un cuento que después empastamos. Se llamaba Los anteojos de Pepito y eran tres páginas con la letra muy grande. No volví a escribir cuentos hasta los quince años, cuando Marta Brunet, amiga de mi madre, me encargó la página infantil de la revista Familia».
Novelista.
Isidora Aguirre también escribió novelas para adultos. La primera, Doy por vivido todo lo soñado, publicada en 1987, es la historia novelada de su madre. La segunda, Carta a Roque Dalton (1990), está dedicada al escritor salvadoreño y al amor que tuvo con él en 1969, cuando ella fue miembro del jurado del Premio Casa de las Américas, que Dalton ganó con su poemario Taberna y otros lugares. Por último, Santiago de diciembre a diciembre es una historia de amor que transcurre en época del gobierno de Salvador Allende y del golpe militar del 11 de septiembre de 1973. Póstumamente, fue publicada una quinta novela de Aguirre, Guerreros del sur, escrita en colaboración con Renato Peruggi y prólogo de Andrea Jeftanovic. El libro está inspirado en Lientur, el toqui que venció a los españoles en la Batalla de Las Cangrejeras el 15 de mayo de 1629.
Dramaturgo.
Con más de treinta obras estrenadas a lo largo de su vida, Isidora Aguirre fue una de las figuras más sobresalientes del teatro chileno del siglo XX. Durante más de cincuenta años su labor artística desarrolló un proyecto artístico que logró conjugar la popularidad con una profunda preocupación por los temas sociales y una constante indagación en la identidad chilena, ya sea reflexionando sobre la actualidad nacional o, bien, revisando su pasado histórico. Sus comienzos en la dramaturgia se remontaron a 1952, época en la que -por influencia de Hugo Miller- produjo sus primeras piezas teatrales, consistentes en comedias ligeras como Carolina y La Dama del Canasto. Sin embargo, con el tiempo, su trabajo evolucionó hacia una obra más profunda y comprometida, que buscaba reflejar y cuestionar la situación social del país, inspirada en los postulados teatrales de Bertolt Brecht. En esta línea de teatro social se inscriben sus obras Población Esperanza -coescrita con el novelista Manuel Rojas-, Los Papeleros, Los que van quedando en el camino y Retablo de Yumbel, todas ellas basadas en hechos reales y escritas a partir de un largo trabajo de investigación. Como gran parte de los dramaturgos chilenos durante las décadas de 1950 y de 1960, su carrera comenzó bajo el alero de los teatros universitarios, instituciones que, a partir de la década de 1940, generaron un cambio tanto cualitativo como cuantitativo en la actividad teatral chilena.
Con la fundación del Teatro Experimental de la Universidad de Chile (TEUCH) en 1941, y el Teatro de Ensayo de la Universidad Católica (TEUC) en 1943, empezó a desarrollarse una práctica teatral profesional caracterizada por un mayor rigor artístico y técnico que el teatro comercial producido con anterioridad, lo que, a su vez, fomentó tanto la producción de obras como la conformación de nuevos grupos teatrales y de un público consumidor de ese tipo de teatro en el país.
En 1955 estrena sus primeras comedias Carolina y La dama del canasto, pero muy pronto se dedicó al «teatro comprometido», corriente a la que pertenece buena parte de su producción. Para realizar la protesta social, experimentó con diversos estilos teatrales: comedia, comedia musical, farsa, obras históricas, obras testimoniales y teatro popular. En 1959, estrenó su primera tragedia, Población Esperanza, de marcado contenido social y escrita conjuntamente con el novelista Manuel Rojas.
La Pérgola de las flores.
Isidora Aguirre alcanzó una fama cercana a la leyenda gracias a su obra La Pérgola de las flores, comedia musical estrenada en 1960, La obra ha tenido innumerables puestas en escena y que fue llevada al cine con el mismo nombre por el director uruguayo-argentino Román Viñoly Barreto en 1965. Este enorme éxito opacó en cierta forma los demás logros de Isidora Aguirre, ya que cultivó todo tipo de estilos, desde la farsa y la comedia, hasta dramas históricos, pasando por una variedad de temas que trascienden la nostalgia costumbrista típica de las obras populares. La dramaturga fue además una importante patrocinadora de la formación de varias generaciones de grupos teatrales, no sólo como profesora, sino también como impulsora del desarrollo de la actividad teatral en provincias.
Obras dramaturgos históricas.
En una línea documental similar, Isidora Aguirre compuso numerosas obras de inspiración histórica y tradicional, como es el caso de La leyenda de las tres pascualas, Diálogos de fin de siglo, Manuel -sobre la legendaria figura de Manuel Rodríguez, estrenada en octubre de 1990- y ¡Lautaro!, uno de sus más grandes éxitos de taquilla. Creó la Obra LAUTARO como un homenaje al pueblo Mapuche en 1982, obra que tuvo más de 300 representaciones y fue financiada en parte por ella con la herencia recibida la vender una casa de su madre. Para crear dicha obra Isidora vivió 3 días en una comunidad araucana del sur de Chile. La obra "Retablo de Yumbel" fue un homenaje a los Detenidos desaparecidos durante la dictadura de Augusto Pinochet, para la creación visitó YUMBEL, cuyo santo San Sebastían la inspiró para escribir la obra. El estreno fue en la ciudad de concepción y coincidió con el atentado al General Pinochet en 1986. Esta obra recibió en 1987 el premio cubano "Casa de las Américas".
Académico.
Fue profesora de Teatro Chileno y de Construcción Dramática en la Universidad de Chile. También enseñó en la Universidad Técnica del Estado y en la Coporación Arrau. Le tocó ser profesora en la UTE (Universidad Técnico del Estado) de Víctor Jara y posteriormente hizo clases en dicha universidad junto a Víctor Jara, con quién dividía su tiempo entre creación y clases.
Traductora.
Isidora Aguirre tradujo varias novelas, tradujo y adapto varias obras de teatro.
Exilio.
Después de que Augusto Pinochet tomara el poder en Chile, Isidora Aguirre, que permaneció en el país, perdió su trabajo universitario, pero en sus viajes por América Latina ejerció la docencia teatral en talleres en Quito, Cali, Bogotá y México.
Familia.
Tuvo dos hijos con su primer marido, Gerardo Carmona, y otros dos con el segundo, con británico Peter Sinclaire, del que también se separó.
Muerte.
Isidora Aguirre Tupper falleció la noche del 25 de febrero de 2011 a causa de una insuficiencia pulmonar. Como comentó su amiga y escritora Virginia Vidal: «A Isidora, Chile la entierra debiéndole el Premio Nacional de Literatura que habría sido menguado reconocimiento a su vasta obra de novelista y dramaturga». Premios y distinciones. Premio de la Crítica y Laurel de Oro por Población Esperanza Premio de la Crítica por La pérgola de las flores Premio Luis Alberto Heiremans de Popularidad Teatral Premio Municipal de Literatura de Santiago 1964 por Los papeleros Premio Municipal de Literatura de Santiago 1971 por Los que van quedando en el camino Premio Eugenio Dittborn por Lautaro Premio Casa de las Américas 1987 por Retablo de Yumbel Premio Mejores Obras Literarias Publicadas 1994 por Los libertadores Bolívar y Miranda Medalla de Santiago por su aporte a la cultura nacional Orden al Mérito Artístico y Cultural Pablo Neruda (2005) Obras (años de estreno) 1938 - Ocho cuentos (infantil), ed. Zig-Zag, Santiago, Chile 1948 - Wai-Kii (novela infantil), ed. Rapa Nui, Santiago, Chile 1955 - Carolina (comedia) - La dama del canasto (comedia)
1956 - Pacto de medianoche (comedia en un acto) - Anacleto Chin-Chin (farsa infantil en un acto) - Entre dos trenes (drama en un acto)
1957 - Dos y dos son cinco (comedia en tres actos) - Las tres Pascualas (drama en tres actos sobre la leyenda penquista de tres mujeres que se suicidan por el mismo hombre) - La micro (monólogo para una mujer, en un acto)
1958 - Las sardinas o la supresión de Amanda (monólogo para hombre en un acto) 1959 - Población Esperanza (tragedia escrita con Manuel Rojas) 1960 - La pérgola de las flores (comedia musical; música y letra de las canciones: Francisco Flores del Campo; dirección de la versión del estreno: Eugenio Guzmán) 1962 - Los papeleros (con canciones de Gustavo Becerra). Premio Municipal 1964 1964 - Don Anacleto Avaro (farsa, publicada en un volumen de teatro escolar) 1965 - La dama del canasto (teatro; con música de Sergio Ortega) 1969 - Los que van quedando en el camino (drama basado en hecho reales; el título proviene de una frase del Che Guevara) 1970 - Quién tuvo la culpa de la muerte de la María González (teatro) 1972- Cabezones de la feria (Teatro Educativo Contingente) - Historia de las JJCC (coreografía de P. Bunster, dirección de Víctor Jara, Estadio Nacional de Chile)
1974- En aquellos locos años veinte (adaptación de La señorita charleston, de Armando Moock - "La Desideria en el cielo (teatro; música de Luis Advis) 1975- La leyenda de las tres Pascualas, (teatro, 2ª versión) 1979 - Amor a la africana (comedia) 1980 - Los juglares (teatro) 1982 - Lautaro. Epopeya del pueblo mapuche (teatro) - Esos padres de la patria: Manuel Rodríguez (teatro; epoppeya musical popular) 1983 - Fuenteovejuna (adaptación de Aguirre de la obra clásica de Lope de Vega) 1984- Mi primo Federico ((pieza cuya acción transcurre en Granada)) 1986- Federico hermano (homenaje a García Lorca, drama poético) 1987 - El retablo de Yumbel (teatro), Premio Casa de las Américas - Doy por vivido todo lo soñado (novela) - El señor presidente (adaptación teatral de la novela de Miguel Ángel Asturias)
1988 - Diálogos de fin de siglo (pieza inspirada en la tragedia del presidente chileno José Manuel Balmaceda) - Tía Irene, yo te amaba (teatro)
1990 - Carta a Roque Dalton (novela) 1993 - Los libertadores Bolívar y Miranda (pieza histórica sobre Simón Bolívar y Francisco de Miranda). 1998 - Santiago de diciembre a diciembre (novela) 1999 - Manuel (pieza basada en la leyenda de Manuel Rodríguez) 2000 - El adelantado don Diego de Almagro (teatro) 2003 - ¡Subiendo..., último hombre! (pieza sobre el cierre de las minas de carbón en Lota) 2007 - Isidora Aguirre: antología esencial. 50 años de dramaturgia, Eds. Frontera Sur 2008 - "balmaceda. dialogos de amor y muerte" (novela) (pieza inspirada en su obra previa "Diálogos de fin de siglo" y la tragedia del presidente chileno José Manuel Balmaceda) Santiago: Uqbar Editores 2011 - Guerreros del sur (novela), con prólogo de Andrea Jeftanovic, Santiago: Uqbar Editores |
Obras (años de estreno) 1938 - Ocho cuentos (infantil), ed. Zig-Zag, Santiago, Chile 1948 - Wai-Kii (novela infantil), ed. Rapa Nui, Santiago, Chile 1955 - Carolina (comedia) - La dama del canasto (comedia) 1956 - Pacto de medianoche (comedia en un acto) - Anacleto Chin-Chin (farsa infantil en un acto) - Entre dos trenes (drama en un acto) 1957 - Dos y dos son cinco (comedia en tres actos) - Las tres Pascualas (drama en tres actos sobre la leyenda penquista de tres mujeres que se suicidan por el mismo hombre) - La micro (monólogo para una mujer, en un acto) 1958 - Las sardinas o la supresión de Amanda (monólogo para hombre en un acto) 1959 - Población Esperanza (tragedia escrita con Manuel Rojas) 1960 - La pérgola de las flores (comedia musical; música y letra de las canciones: Francisco Flores del Campo; dirección de la versión del estreno: Eugenio Guzmán) 1962 - Los papeleros (con canciones de Gustavo Becerra). Premio Municipal 1964 1964 - Don Anacleto Avaro (farsa, publicada en un volumen de teatro escolar) 1965 - La dama del canasto (teatro; con música de Sergio Ortega) 1969 - Los que van quedando en el camino (drama basado en hecho reales; el título proviene de una frase del Che Guevara) 1970 - Quién tuvo la culpa de la muerte de la María González (teatro) 1972- Cabezones de la feria (Teatro Educativo Contingente) - Historia de las JJCC (coreografía de P. Bunster, dirección de Víctor Jara, Estadio Nacional de Chile) 1974- En aquellos locos años veinte (adaptación de La señorita charleston, de Armando Moock]] - "La Desideria en el cielo (teatro; música de Luis Advis) 1975- La leyenda de las tres Pascualas, (teatro, 2ª versión) 1979 - Amor a la africana (comedia) 1980 - Los juglares (teatro) 1982 - Lautaro. Epopeya del pueblo mapuche (teatro) - Esos padres de la patria: Manuel Rodríguez (teatro; epoppeya musical popular) 1983 - Fuenteovejuna (adaptación de Aguirre de la obra clásica de Lope de Vega) 1984- Mi primo Federico ((pieza cuya acción transcurre en Granada)) 1986- Federico hermano (homenaje a García Lorca, drama poético) 1987 - El retablo de Yumbel (teatro), Premio Casa de las Américas - Doy por vivido todo lo soñado (novela) - El señor presidente (adaptación teatral de la novela de Miguel Ángel Asturias) 1988 - Diálogos de fin de siglo (pieza inspirada en la tragedia del presidente chileno José Manuel Balmaceda) - Tía Irene, yo te amaba (teatro) 1990 - Carta a Roque Dalton (novela) 1993 - Los libertadores Bolívar y Miranda (pieza histórica sobre Simón Bolívar y Francisco de Miranda). 1998 - Santiago de diciembre a diciembre (novela) 1999 - Manuel (pieza basada en la leyenda de Manuel Rodríguez) 2000 - El adelantado don Diego de Almagro (teatro) 2003 - ¡Subiendo..., último hombre! (pieza sobre el cierre de las minas de carbón en Lota) 2007 - Isidora Aguirre: antología esencial. 50 años de dramaturgia, Eds. Frontera Sur 2008 - "balmaceda. dialogos de amor y muerte" (novela) (pieza inspirada en su obra previa "Diálogos de fin de siglo" y la tragedia del presidente chileno José Manuel Balmaceda) Santiago: Uqbar Editores 2011 - Guerreros del sur (novela), con prólogo de Andrea Jeftanovic, Santiago: Uqbar Editores |
Muere Isidora Aguirre, gran dramaturga chilena y autora de La Pérgola de las Flores
La Tercera.
26 FEB 2011
La escritora falleció ayer en la tarde a los 92 años. Nunca le otorgaron el Premio Nacional de Artes de la Representación.
Aunque medía sólo un metro y medio, la estatura artística de la dramaturga Isidora Aguirre no alcanzó a ser reconocida con el Premio Nacional de las Artes de la Representación. Después de varias postulaciones frustradas al principal galardón del teatro local, la escritora falleció ayer a los 92 años en la Clínica Santa María.
Isidora Aguirre comenzó su carrera literaria como autora e ilustradora de libros para niños. Luego de estudiar cine en Francia, debutó en la dramaturgia en 1955. Sus primeras obras, Carolina -estrenada en el Teatro Antonio Varas- y Pacto de medianoche eran comedias en un acto en las que ya se vislumbraba un asomo de crítica al poder.
Enterado de su muerte, el actor de La pérgola de las flores y Premio Nacional de Artes de la Representación Ramón Núñez señaló:
"Es de las tres dramaturgas más importantes de la historia de Chile junto a María Asunción Requena y Gabriela Roesque".
También se refiere a su personalidad:
"Ella era además una mujer muy entretenida, muy simpática, divertida y contradictoria, porque al mismo tiempo era muy religiosa y muy comunista. Eso, la contradicción humana, la hacía aún más interesante".
Por su parte el director teatral Luis Barrales recordaba con cierto pesar:
"Tengo las obras completas y justo ahora me había prometido leerlas. Yo solía hablar bastante con Juan Radrigán sobre ella. El me decía algo bastante interesante: que Isidora Aguirre había hecho lo de Bertolt Brecht antes de Brecht"
El actor y director Alfredo Castro apunta a que
"lamentablemente para muchos sólo era conocida por ser la creadora de La pérgola de las flores. Pero sucede que tiene una obra inmensa".
Y agrega:
"Era una mujer activa, inteligente, sagaz y con mucho sentido del humor".
Su pieza más famosa, la comedia musical La pérgola de las flores, se presentó por primera vez en 1960 en el Teatro de Ensayo de la Universidad Católica. Estuvo tres años en cartelera con gran éxito, que incluyó giras por España y América Latina y se convirtió en un clásico de las tablas. Sin embargo, la dramaturga se demoró cuatro años en ser convencida de escribirla. No le interesaba el tema ni el género. Sólo la petición directa del destacado director Eugenio Dittborn la persuadió. En 1996, el director Andrés Pérez realizó en la Estación Mapocho una versión donde el texto adquiría un cariz político, más cercano a la sensibilidad de la autora. Hasta hoy ostenta el récord de ser la obra chilena más vista de la historia, con un público calculado en un millón de personas.
22 ago 2023
Paradójicamente el sostenido triunfo de La pérgola... puso en un segundo plano el resto de su valiosa dramaturgia. Aunque menos conocidas a nivel masivo, sus otras obras abordan casi exclusivamente temas sociales, históricos y políticos.
Influida por el teatro de Bertolt Brecht, en la pieza Los papeleros retrató la situación marginal de personajes que recogen papel de la basura. Población Esperanza, que transcurre en un barrio marginal muy pobre, fue escrita en conjunto con el novelista Manuel Rojas en 1959, y en Los que van quedando en el camino registró el levantamiento y la masacre de campesinos ocurrida en el poblado sureño de Ranquil en 1934. El montaje debutó en la sala Antonio Varas en 1969, dirigido por Eugenio Guzmán, con música incidental de Luis Advis, y Carmen Bunster y Nelson Villagra en el elenco.
Su metodología de trabajo se caracterizó por visitas a terreno. Para escribir Los papeleros fue una vez por semana a un basural de Santiago y para Los que van quedando en el camino viajó dos veces a Lonquimay y entrevistó a sobrevivientes y descendientes de las víctimas.
En el caso de La pérgola... investigó los archivos de la Municipalidad de Santiago sobre el caso real de 1929, año en el que transcurre la obra. Como era una comedia musical, la trama debía terminar con un final feliz. Revisando archivos, la autora descubrió un dato que le ayudaría a ese happy ending: las floristas de Santiago lograron una prórroga de 15 años antes de que su pérgola fuera demolida para ensanchar la Alameda. Así se decidió ambientar la historia 14 años antes de su ocaso, ocurrido en 1944, cuando las vendedoras fueron desalojadas por la fuerza pública para derribar el lugar. Para los personajes populares, la autora contaba que se inspiró en trabajadoras de la Vega Central y de la nueva Pérgola de las Flores, ubicada a un costado del río Mapocho. Para los roles aristocráticos se fijó en su entorno familiar, de donde rescató modismos de clase alta de la época, como "picho caluga". En el caso del personaje de Carmela, Aguirre evocó una imagen de infancia. Una huasita con chupalla y canasto, recién llegada del campo, detenida en una calle sin atreverse a cruzar el tráfico. "Atemorizada, daba unos pasos, retrocedía y volvía atrás a la vereda. Me acerqué a ella, la tomé del brazo y la ayudé a cruzar", recordaba la escritora en una entrevista con La Tercera en junio de 2009.
Durante la última campaña presidencial de Salvador Allende el propio candidato le pidió que montara sus obras en las poblaciones antes de sus discursos. Ya en la Unidad Popular, el gobierno le encargó que las hiciera por todo Chile. El elenco usaba fogatas como iluminación y caballos verdaderos en lugar de decorados. La escritora siempre recordaba que los campesinos iban de un lugar a otro para repetirse la obra y que los actores viajaban en bus, vestidos de campesinos cordilleranos.
A partir de los años 80, Isidora Aguirre también abordó la novela, con Doy por vivido todo lo soñado. Entre sus galardones destaca el Premio Casa de las Américas en 1969 por Los que van quedando en el camino y el Premio Eugenio Dittborn en 1982 por su obra Lautaro.
Don Anacleto el avaro.
Libreto
La acción tiene lugar en la casa de don Anacleto. Hay una ventana al fondo. La entrada es por un costado. Se escuchan afuera pregones del manicero y del que vende mote con huesillos, y una melodía del organillero. Don Anacleto lee el diario en un sillón.
Acto único.
1.- Anacleto: ¡Mariquita! ¡Mariquita!
2.- Mariquita: (Entrando) ¿don Anacleto?
3.- Anacleto: Dale un peso al organillero y compra maní.
4.- Mariquita: ¡No nos queda ni un solo peso, don Anacleto!
5.- Anacleto: Bueno. ¡Sigue con tus quehaceres, entonces!
Sale Mariquita. Se escuchan golpes en la puerta.
6.- Anacleto: ¡Mariquita! (Ella entra), asómate a ver quién está golpeando.
7.- Mariquita: (Mirando Por la ventana) ¡Ave María! ¡Es un señor desconocido, vestido de negro de abajo arriba!
8.- Anacleto: Abre la puerta.
9.- Mariquita: (Lo hace. Entra el Notario, ella va hacia Anacleto y dice). ¡Le abrí!
10.- Anacleto: Pregúntale quién es.
11.- Mariquita: (Al Notario). Pregunta don Anacleto que, quién es.
12.- Notario: (Carraspea). Soy el honorable Notario de este pueblo.
(Ella se desplaza rápidamente con pasitos cortos de uno a otro)
13.- Mariquita: Dice que es el honorable Notario de este pueblo.
14.- Anacleto: Pregúntale que, qué se le ofrece.
15.- Mariquita: (Al Notario) Pregunta que, qué se le ofrece.
16.- Notario: Vengo a darle una buena noticia y una mala noticia.
17.- Mariquita: (Va hacia Anacleto). Viene a darle una buena noticia y una mala noticia.
18.- Anacleto: Dile que me dé la buena noticia y se guarde la mala noticia.
19.- Mariquita: (Al Notario). Dice que le dé la buena noticia y se guarde la mala noticia.
20.- Notario: Pregúntele si puedo hablar directamente con él.
21.- Mariquita: (A Anacleto). Pregunta si puede hablar directamente con usted.
22.- Anacleto: Dile que eres mi empleada de confianza y te pago, para que me sirvas. 23.- Mariquita: Dice que soy su empleada de confianza y que me paga para le sirva, aunque la verdad, señor Notario, es que me debe 33 meses de sueldo y si la cosa sigue así, me voy a retirar en Marzo.
24.- Anacleto: Cállate y vete, sírvenos helados.
25.- Mariquita: No hay helados, señor.
26.- Anacleto: Entonces, limonada.
27.- Mariquita: No hay limonada, señor.
28.- Anacleto: Entonces, déjanos solos, que tengo que hablar con el señor.
29.- Mariquita: Esta bien, señor. Me retiro. (Sale)
30.- Anacleto: Y bien, señor Notario, ¿Cuál es la buena noticia?
31.- Notario: Lo siento, señor, pero para respetar el orden de los acontecimientos, tengo que darle primero la mala noticia.
32.- Anacleto: Bueno, dígala, entonces. Lo más rápidamente posible porque me desagradan las malas noticias.
33.- Notario: (Habla tan aceleradamente que no se le entiende). El Lunes 30 de Abril, a las 10 horas, 30 minutos, 5 segundos, falleció en la localidad de Ruri Ruri un tío político de usted, avaro de profesión, millonario y sin descendientes, de un ataque general a la salud del cuerpo humano.
34.- Anacleto: Muy mala noticia, señor, pero ¿podría repetirla más lentamente?
El Notario repite lo mismo, pero en forma que se entienda.
35.- Anacleto: En efecto, mala noticia. Que descanse en paz el pobre tipo. Y que Dios lo tenga en su gloria. ¿Dónde dice que falleció?
36.- Notario: En la localidad de Ruri Ruri.
37.- Anacleto: ¿Dónde queda eso? 38.- Notario: Diez kilómetros al Norte. 39.- Anacleto: ¿Al Norte de qué?
40.- Notario: No me informaron.
41.- Anacleto: Ah. Y ahora, diga señor Notario, cual es la buena noticia.
42.- Notario: Como su tío político, avaro y millonario no tenía descendientes en línea directa y consanguínea, usted don Anacleto, resulta ser heredero indirecto y sanguíneo, y recibe una bolsa que contiene varios millones de pesos. (Le pasa una bolsa). En dinero contante y sonante. (Agita la bolsa para que suene). He dicho.
43.- Anacleto: (La recibe) Ah, ah. (Con reacción tardía). ¿Co-co-como dijo? (Palpa la bolsa). Este que, este que, este que... ¿millones, señor Notario?. ¡Es demasiado para mí! (Cae desmayado)
44.- Notario: ¡Empleada! ¡Empleada!
45.- Mariquita: (Entrando) ¿Qué se ha imaginado? No soy perro para que me llame de ese modo. Me llamo Mariquita. (Ve a Anacleto, lo toca). ¡Ave María!. ¡Está difunto! (Llora)
46.- Notario: No. Sólo es un desmayo.
47.- Mariquita: ¡Asesino! Usted lo ha matado con la mala noticia.
48.- Notario: Por el contrario, la mala noticia le cayó bien, fue con la buena noticia. 49.- Anacleto: (volviendo del desmayo) Mariquita... ¡mi bolsa! (La busca, la encuentra). Mariquita ¡soy millonario! Qué digo... ¡multimultimultimillonario!
50.- Notario: Y yo, habiendo cumplido con mi honorable misión, tengo a bien retirarme. (Como Anacleto y Mariquita se abrazan eufóricos sin prestarle atención, sale)
51.- Anacleto: ¿Te das cuenta, Mariquita? Acabo de heredar millones en dinero contante y sonante... Compraremos un automóvil, que digo... ¡un tren! No, un buque... qué digo... ¡un castillo!... ¡Un país entero!
52.- Mariquita: Sí, don Anacleto, pero no lo grite tan fuerte que pueden oírlo.
53.- Anacleto: Y ¿qué importa que oigan?
54.- Mariquita: Si se corre la voz por el pueblo, vendrán a pedirle dinero para esto y lo otro. A pedir prestado, pedir regalado, la gente es así, don Anacleto... y ¡se quedará usted en la calle en un santiamén!
55.- Anacleto: Tienes toda la razón, Mariquita. No deben saberlo. Nadie debe saberlo. Ah... pero lo sabe el notario y lo contará. Hmmm. Debo comprar su silencio. Eso es, le daré dinero para no lo cuente a nadie. Va a buscarlo, Mariquita.
Sale Mariquita y se la oye gritar: “Señor Notario, señor Notario”
56.- Anacleto: (Solo) Los buques están pasados de moda, compraré un submarino y un avión a chorro. Claro que eso ha de costar carísimo... creo que me contentaré con un buen automóvil. Un “Mercedes Benz” (Reflexiona un instante). No, no, es mucho gasto. Un Ford me servirá lo mismo. Hay que ahorrar un poco por millonario que uno sea. Y, pensándolo bien, si compro un auto voy a tener que pagarle a un chofer, y piden un sueldo muy subido, más con lo exigente que están ahora, no, pensándolo bien, decía, conviene más no comprar auto y usar los taxis. Es bastante más cómodo. Sólo que se acostumbra uno y toma taxi a cada rato. Y eso ¡es la ruina! Lo más práctico es caminar, es un excelente ejercicio, digo para la salud... y ahorra uno en médico y medicinas. Claro que caminar tiene su pequeño inconveniente, se gastan mucho los zapatos, y con lo caro que están pidiendo para ponerles “media suela”, que le llaman... No. Decididamente, si deseo conservar este dinerito, lo más inteligente es quedarse en casa, sentadito en mi sillón. Y para lo que necesite, mando a la Mariquita... ¿A propósito?, ¿por qué no vuelve? Necesito comprar el silencio del Notario, ese gasto no lo puedo evitar. No porque uno hereda unos cuantos millones hay que empezar a gastar como loco. ¡No, señor! (Entra Mariquita seguida del Notario). ¡Ah! Ya regresa... Señor Notario, tengo una proposición que hacerle.
57.- Notario: Lo escucho don Anacleto.
58.- Anacleto: Es imprescindible mantener en secreto esto de mi herencia, los milloncitos... De modo que... ¡compro su silencio!
59.- Notario: Ofrezca.
60.- Anacleto: Pida usted.
61.- Notario: No, usted, don Anacleto. 62.- Anacleto: Usted, señor Notario. 63.- Notario: Diez mil pesos.
64.- Anacleto: ¡Ni muerto!
65.- Notario: Nueve mil novecientos noventa y nueve...
66.- Anacleto: Eso me parece más razonable, pero aún me parece demasiado.
67.- Notario: Ofrezca usted.
68.- Anacleto: Mil pesos... quiero decir, cien... mejor, diez pesos.
69.- Notario: (Indignado) ¿Diez pesos? ¿Qué quiere que haga con diez pesos?
70.- Anacleto: Puede usted comprar diez cosas de a peso.
71.- Notario: ¡No hay nada que se pueda comprar por un peso!
72.- Anacleto: Está bien: ¡cien pesos! Y ni una palabra más.
73.- Notario: De acuerdo. (Aparte a Mariquita). Este se volvió podrido de avaro.
74.- Anacleto: Entonces ¿jura usted no contar a nadie que soy millonario?
75.- Notario: Juro.
76.- Anacleto: ¡a nadie! ¡Ni siquiera a mí mismo!
77.- Notario: Ni siquiera a usted mismo.
78.- Anacleto: ¿Ni a usted mismo?
79.- Notario: Ni a mí mismo.
80.- Anacleto: Bravo. Trato hecho. Queda comprometido por el juramento.
81.- Notario: Y... ¿el dinero?
82.- Anacleto: ¿Qué dinero?
83.- Notario: Iba usted a comprar mi silencio.
84.- Anacleto: ¡Ja ja ja! ¿Oíste, Mariquita? ¿Yo, comprar algo tan inútil como el silencio? No se ve, no se toca, no se oye... ja, ja, ja, ¿por quién me toma?
85.- Notario: ¡Deme Ese dinero!
86.- Anacleto: No tengo dinero. Soy pobrísimo ¿verdad, Mariquita?
87.- Notario: Acaba de ser usted multimillonario. Se queja de pobreza, ¡y tiene millones, millones!
88.- Anacleto: ¿Oíste, mariquita? Lo ha dicho a gritos. Juró no decirlo a nadie, ni siquiera a sí mismo.
(Avanza, furioso, hacia él) ¡Devuélvame mi dinero!
89.- Notario: ¿Cuál Dinero?
90.- Anacleto: Los cien pesos con que compré su silencio.
91.- Notario: Dijo que lo iba a comprar, pero me dio nada.
92.- Anacleto: Lo dije, y la palabra de un hombre honrado vale tanto como el dinero, de un hombre honrado. Me da usted ese dinero o lo denuncio.
93.- Notario: ¡Pillo, sinvergüenza, infame... (Le pasa dinero). ¡Tome!, pero le advierto que esto es un robo!
94.- Mariquita: Don Anacleto, usted no puede hacer eso, no está bien.
95.- Notario: ¡Déjelo!. Que se pudra con su dinero. Ha obrado la brujería fatal de los millones. Ha de saber usted, que su tío sufría de una horrible enfermedad.
96.-Anacleto: ¿Qué enfermedad?
97.- Notario: Por las noches tenía sudores fríos y de día sudores cálidos. Constantemente lo asediaban terrores matutinos y alucinaciones vespertinas, porque temblaba sin cesar ante la sola idea de que le pidieran, le robaran, le quitaron un peso de sus adorados milloncitos. Temblaba ante la idea de enfermarse y tener que gastar en médico. No tenía automóvil para no gastar en chofer o bencina, no caminaba para no gastar la suela de sus zapatos...
98.- Anacleto: (Que ha empezado a temblar al escuchar al Notario). Mariquita... creo que estoy enfermo...
99.- Mariquita: ¡Jesús! Voy a buscar un doctor...
100.- Anacleto: ¡No! ¿Estás loca? Piden carísimo por una consulta. Mariquita... ¡tengo sudores fríos y calientes!
101.- Notario: ¿Y sabe usted cómo se llama esa enfermedad que aquejaba a su honorable y despreciable tío? Se llama avaricia ... Y ahora la ha contraído usted. Esto dicho, me retiro. (Sale)
102.-Anacleto: ¿Yo, he contraído una enfermedad? ¿Oíste, Mariquita?
103.- Mariquita: Don Anacleto, ¡tire lejos ese dinero antes que le traiga desgracia!
104.- Anacleto: Jamás. (abraza la bolsa de dinero). Jamás de los jamases... Mis milloncitos. (Besa la bolsa) (Con temor, escuchando) Shhht... (Va a la ventana y le hace señas para que se acerque). Escucha, Mariquita... es la voz del Notario...
105.- Voz del Notario: ¡Oigan todos los de este pueblo! Don Anacleto acaba de heredar millones, gran cantidad de millones... Oigan todos, ¡don Anacleto se ha vuelto millonario, no, multimillonario, millones de todos colores y de todos los tamaños!
106.- Anacleto: ¡Infame! ¡Maldito Notario! Ahora llegarán aquí todos a pedir. Mariquita, anda y diles que es mentira que soy pobre como una rata.
107.- Mariquita: Lo haré, don Anacleto, pero primero págueme los 33 meses que me debe por mis abnegados servicios.
108.- Anacleto: Nunca me habías cobrado un centavo, Mariquita. Nunca recuerdo haberte pagado.
109.- Mariquita: No me pagaba porque era pobre.
110.- Anacleto: Y ahora no te pago porque soy rico, y los ricos deben ahorrar para seguir siendo ricos.
111.- Mariquita: ¡Avaro!
112.- Anacleto: ¡Vete!
113.- Mariquita: ¡Me voy! (Sale, regresa en el acto, amenazante). Pero ¡le va a pesar, le va a pesar! (Se retira)
114.- Anacleto: Una boca menos que alimentar. Ja,ja,ja... Y ahora, tengo que buscar la manera de alejar de aquí a los “pedigüeños”. Necesito un consejo. Hay una sola persona en este pueblo que da consejos gratuitamente, Juan Malulo. Lo llamaré por teléfono. (Toma el fono). Aló... ¿Estás en casa Juan Malulo? Necesito un consejo...
(Al colgar se presenta entre humos, Juan Malulo, el diablo, de rojo y con cola.)
115.- Anacleto: ¡Hombre! Siempre me asustas. ¿En qué vehículo viajas para llegar tan pronto?
116.- Juan Malulo: En del interés, me interesa atender cuanto antes a mi clientela.
117.- Anacleto: Tienes que darme un consejo, Juan Malulo.
118.- Juan Malulo: ¿De qué se trata? ¿Hay que perjudicar a alguien de este pueblo? Es fácil, a todos les conozco sus debilidades, y sé cómo hacerlos rabiar...
119.- Anacleto: No, no. Escucha: desde hace una hora soy millonario.
120.- Juan Malulo: ¡Me parece espléndido!
121.- Anacleto: Pero no te daré ni un centavo por el consejo.
122.- Juan Malulo: Así no dejarás de ser millonario.
123.- Anacleto: Tú me comprendes, Juanito (Lo va a abrazar, se retira asustado, soplando sobre sus ropas). Oye, ¡quemas!
124.- Juan Malulo: (Ríe) Sí, un poquito...Y bien, ¿de qué se trata el consejo?
125.- Anacleto: Necesito Librarme de los pedigüeños. Vendrán todos a pedir dinero porque el Notario proclamó por el pueblo que recibí una herencia de millones.
126.- Juan Malulo: Te voy a hacer una magia nueva, que acabo de aprender. Saca la lengua.
127.- Anacleto: Ah. (La saca mientras dice con dificultad) ¿La tengo “sucia”?
128.- Juan Malulo: Silencio. Mantén la lengua afuera mientras te hago la magia.
129.- Anacleto: (Hablando con dificultad). ¿No ves que la tengo afuera?
130.- Juan Malulo: ¡No hables porque la lengua se entra!
131.- Anacleto: (Con dificultad, tratando de mantener la lengua afuera). Bueno, me callo. hablo.
132.- Juan Malulo: ¡Digo que no hables!
133.- Anacleto: Bueno ¡no hablo!
134.- Juan Malulo: (Desesperado) ¡Silencio! (espera un momento y al ver que Anacleto mantiene la lengua afuera y guarda silencio, hace unos pases con sus manos por sobre la lengua, diciendo a modo de cábala). “Roñonio trifolati al crostino..." lengua recibe esta magia: ¡repetirás siempre lo último que escuchen los oídos de tu dueño! ¡Listo!
135.- Anacleto: ¡Listo!
136.- Juan Malulo: Ya está obrando la magia. Quieras o no tendrás que repetir siempre.
137.- Anacleto: Siempre...
138.- Juan Malulo: ¡Siempre!
139.- Anacleto: Siempre...
140.- Juan Malulo: Siempre... Vaya, qué idiota soy, me olvidaba que repites por la magia que te acabo de hacer. Ja, ja, ja. Hasta luego. (se retira con un salto y sale humo)
141.- Anacleto: Luego. Qué magia tan rara, para qué servirá? Servirá. Ja, ja, sin querer repito lo que yo mismo digo. Digo. Oigo golpear la puerta... puerta (Va a la ventana). Quién será... será?. El primer pedigüeño, don Pedro, viejo pillo. Pero no me sacará ni un cinco... cinco.
(Va a abrir la puerta, entra un campesino, don Pedro)
142.- Don Pedro: Buenas tardes, pues...
143.- Anacleto: Tarde, pues.
144.- Don Pedro: ¿Cómo que “tarde”? (Al público). A lo mejor ya se lo pidieron todo... (A él) Oiga, compadrito, ya que usted tiene tan buen corazón, yo venía a pedirle que me saque de un apuro bien grande...
145.- Anacleto: ¡Bien grande!
146.- Don Pedro: Bien grande...
147.- Anacleto: Bien grande.
148.- Don Pedro: (Hacia público) Se le pegó el disco al compadre. (A él) Oiga, don Anacletito. ¿por qué le ha dado por repetir?
149.- Anacleto: Por repetir.
150.- Don Pedro: Bueno, si es su gusto, cada cual es dueño... Como le decía, vine para que me saque de un apuro y cuento...
151.- Anacleto: ¡Puro Cuento!
152.- Don Pedro: No, compadre, no es puro cuento, déjeme terminar, digo que estoy en apuros y “cuento con su merced”, que tiene tan buen corazón, para que me ayude. Porque he sabido que usted es muy rico.
153.- Anacleto: Muy rico...
154.- Don Pedro: Y resulta que la Juana, mi mujer y yo, no tenemos ni para pagar el médico...
155.- Anacleto: ¿El médico?
156.- Don Pedro: Sí, pues, porque a la Juana se le enfermó su abuela...
157.- Anacleto: (con tono de insulto) ¡Su abuela!
158.- Don Pedro: Oiga, Don Anacleto no es broma...
159.- Anacleto: (Contento) ¡Es broma!
160.- Don Pedro: Epa, no se burle de la desgracia ajena. Como decía, la abuelita de la Juana está enferma y la pobre lo único que tiene para ver si mejora es agüita de albahaca...
161.- Anacleto: (tono de insulto) ¡Vaca!
162.- Don Pedro: Oiga, qué se cree... despacito por las piedras, no me venga con insultos, mire que yo ligerito me aburro...
163.- Anacleto: ¡Burro!
164.- Don Pedro: Hasta aquí no más le aguanto, compadre, pero ¡más, no!
165.- Anacleto: ¡Asno! (A público) Ja, ja, está haciendo efecto la magia, magia.
166.- Don Pedro: (A público, rabioso) ¡Y a este viejo qué le pasa?. (A él, zalamero) Oiga, compadre ¿qué se tragó un zoológico?
167.- Anacleto: Lógico.
168.- Don Pedro: (al público) Este viejo es rico y yo necesito dinero, así es que tendré que ser paciente y hablarle con buen modo aunque me insulte. (A él) ¿Sabía, don Anacleto que las personas generosas con agradables a Dios?
169.- Anacleto: ¡Adiós! (Se restriega las manos, contento)
170.- Don Pedro: ¿Cómo? ¿me está echando a la calle?
171.- Anacleto: ¡A la calle!
172.- Don Pedro: ¡Me las pagará muy caro! Se lo cuento a la Juana que es una mujer de armas tomar. ¡Verá usted lo que es bueno!
173.- Anacleto: Bueno. (Va hacia la puerta)
174.- Don Pedro: (Furioso) ¡No respondo por lo que le pase!
175.- Anacleto: ¡Pase! (Abre la puerta y le indica que pase con el gesto. Don Pedro sale, indignado, Anacleto ríe, contento) Ja, ja, já... Resultó excelente la magia... la magia. (Se escuchan golpes en la puerta). Esa debe ser la Juana, su mujer que viene a pedirme cuentas por el trato que le di al compadre... compadre... Pero obrará la magia.. la magia. (Le abre)
176.- Juana: (Entrando con una escoba, amenazante) Ah, ¡aquí está! ¡Se atrevió a llamar “vaca”, “burro” y otros animales a mi marido en lugar de ayudarlo! Sepa usted que nadie más que yo tiene derecho a insultarlo. ¡De modo que me va a pedir perdón en el acto!
177.- Anacleto: En el acto.
178.- Juana: Bueno, hágalo, entonces. ¿O quiere que le pegue?
179.- Anacleto: Pegue... (Ella le pega, persiguiéndolo por el cuarto a escobazos). Socorro, socorro, fue culpa de la magia... magia
180.- Juana: ¡Qué magia magia!. Vaya tipo raro. Ya, ya, pida perdón, ¿o quiere que le siga pegando?
181.- Anacleto: (Afligido) Siga pegando... (Para sí, murmura). Maldita magia... magia.
182.-Juana: Miren qué gusti tan raro. Bueno, para mí es un placer. ¿Más?
183.- Anacleto: ¡Más! (Recibe más escobazos)
184.- Juana: ¿Más?
185.- Anacleto: Más... (Se cubre la boca a dos manos)
186.- Juana: (Al público). Divertido el viejo. ¡le encanta que le peguen (Al pegarle se le cae a Anacleto la bolsa). ¿Y esto qué es?. Parece que es dinero...
187.- Anacleto: Es dinero...
188.- Juana: Caramba. Y se diría que es muchísimo dinero...
189.- Anacleto: Muchísimo dinero.
190.- Juana: y... ¿es suyo?
191.- Anacleto: (Con intenso dolor) Es suyo...
192.- Juana: Pero compadrito, no me diga, ¿está seguro? Yo creo que es suyo.
193.- Anacleto: Es suyo (lo dice con una voz llorosa)
194.- Juana: Pero ¡qué suerte la mía!. Tantísimo que necesitaba dinero. Pero no se estará burlando... A ver, repita que este dinero es un regalo.
195.- Anacleto: (Idéntico). Es un regalo... (Llora)
196.- Juana: ¿De veras?
197.- Anacleto: De veras.
198.- Juana: No lo puedo creer... ¿Así es que todo este dinero es mío?
199.- Anacleto: ¡Es mío!. ¡Es mío! (Deja de llorar, salta de gusto). ¡Me salve, me salvé!
200.- Juana: ¿Cómo que suyo?. Si me lo acaba de regalar, pues, compadre. Supongo que es una broma.
201.- Anacleto: (Sufre de nuevo) Una broma, una broma...
202.- Juana: ¡Qué alivio!. Creí que se había arrepentido. Oiga, ¿me lo regala todo?
203.- Anacleto: Todo...
204.- Juana: En serio, ¿todito?
205.- Anacleto: (Lloroso) Todito...
(Cae desmayado en el sillón. Juana lo besa en la frente y va hacia la ventana)
206.- Juana: (Sale gritando hacia fuera) Pedro, Antonio, José, señor Cura, Vengan todos para contarles la buena noticia...
(Unas Caras de cartón empiezan a asomarse desde fuera a la ventana)
207.- Anacleto: (Volviendo del desmayo, busca su bolsa). Socorro, ¡al ladrón!. Me han robado mis millones... millones... Maldita magia, maldita magia (Se pega en la boca, y en la lengua). (Entran Juan y Pedro)
208.- Juana: Don Anacletito, dígale a Pedro la verdad, no me quiere creer, dígale que es verdad.
209.- Anacleto: Es verdad...
210.- Juana: ¿Oíste, Pedro? (A Anacleto). Pedro no me quería creer que usted es tan bueno que se dejó castigar, que hasta me pedía más golpes. Y para expiar faltas pasadas, me regaló todo su dinero. ¡Jesús, qué hombre tan desprendido! (Abraza a Anacleto que la mira atontado sin poder creer lo que le pasa). ¡Es un héroe, un santo, un mártir! Por favor repita, para que Pedro me crea, que lo que acabo de decir ¡es la pura verdad!
211.- Anacleto: La pura verdad... (Los mira como atontado, incapaz ya de reaccionar)
212.- Don Pedro: (Sacude su mano y palmotea su espalda) Pero, don Anacleto, ¡esto es un milagro!
(Anacleto empieza a sentirse conforme)
213.- Anacleto: ¡Un milagro!
.
214.- Juana: ¡Un héroe! ¡Es capaz de darlo todo!
215.- Anacleto: ¡Todo!
216.- Don Pedro: ¡Se merece una estatua en la Plaza!
217.- Anacleto: ¿En la Plaza?
218.- Juana: (Enternecida) Mírenlo, ¡qué modestia! ¡Cómo no! Una estatua en la Plaza del pueblo, y la inauguraremos con banda de música (Alza la mano). ¡Será así tan alta!
219.- Anacleto: ¿Tan alta?
220.- Juana: Pero Qué humilde... ¿Le parece demasiado?
221.- Anacleto: Demasiado...
222.- Don Pedro: Pero se lo merece, don Anacleto, porque ese dinero que usted nos regala lo repartiremos a los necesitados de este pueblo, haremos pavimentar las calles, pondremos luz eléctrica, construiremos escuelas miles de cosas...
223.- Anacleto: (Empieza a sentir entusiasmo). ¡Miles de cosas!
224.- Juana: ¡Y usted, pobrecito, se ha quedado sin nada!
225.- Anacleto: (Con tristeza) Sin nada...
226.- Don Pedro: Se equivoca, compadre: la Juana se lo fue a contar a todos en el pueblo y están haciendo una colecta para traerle cada día todo lo que necesite y de cuidar de usted como el héroe de este lugar... Es más ¡quieren nombrarlo Alcalde!
227.- Anacleto: (Ahora sin ocultar su felicidad). ¡Alcalde...!
228.- Juana: ¿No oye? ¡Ya están aclamándolo... asómese a la ventana!
229.- Anacleto: A la ventana. (Va a la ventana)
Voces de afuera: “Viva don Anacleto! ¡Viva! Queremos tener a don Anacleto de Alcalde!
¡Viva el benefactor del pueblo!
230.- Anacleto: ¡Benefactor del pueblo!... (Al público). Soy el hombre más popular... más popular de este pueblo, de este pueblo...
231.- Don Pedro: Y bien, don Anacleto, vamos a ir a prepararlo todo para la fiesta de esta noche, una fiesta en su honor, donde Anacleto, para agradecer que lo haya dado todo para el pueblo. (Sale seguido de Juana)
232.- Anacleto: (Orgulloso, repite). ¡Todo para el pueblo! Ja, ja, ja... No tengo un centavo, pero me siento feliz... qué raro... raro. (Toma el fono) Juan Malulo!...
Malulo... (Un fogonazo, humo y aparece Juan Malulo). Líbrame de la magia, ya no la necesito, Necesito.
233.- Juan Malulo: (Al sacar Anacleto su lengua hace unos signos sobre ella repitiendo) “Roñoni trifolati al crostino", magia desaparece... (Ríe, contento). Ahora cuenta, parece que resultó. ¿Te fue bien?
234.- Anacleto: ¡Espléndidamente!
235.- Juan Malulo: ¿No lograron sacarte ni un centavo?
236.- Anacleto: No tuvieron que sacarme nada, ¡les regalé todo el dinero! ¡Y me siento feliz!
237.- Juan Malulo: (Al público) Diablos... parece que falló la magia. No debí experimentar con magias nuevas. (A Anacleto). ¿Por culpa de la magia tuviste que regalar los millones?. Perdona, te haré otra magia para que los recuperes...
238.- Anacleto: No, gracias. No quiero recuperarlos. Me siento feliz sin ellos.
239.- Juan Malulo: (Al público). Qué extraño... Seguro que mi enemigo Juan Bueno, anduvo metido en esto...
240.- Anacleto: Y ahora, gracias por la molestia, de todos modos, pero te puedes ir, porque estoy muy ocupado.
241.- Juan Malulo: ¡Maldita Sea! (Humo y desaparece)
242.- Mariquita: (Entrando, cae de rodillas). ¡Perdón, don Anacleto! Lo juzgué mal. Ya me han contado la noticia y vengo a rogarle que acepte otra vez los servicios de su vieja Mariquita, ¡no le cobraré ni un cinco! ¿Me perdona?
243.- Anacleto: (Solemne) Te perdono, hija. Anda a la cocina y trabaja.
244.- Mariquita: Oiga, ahí afuera están haciendo cola...
245.- Anacleto: ¿Quiénes?
246.- Mariquita: El heladero, el barquillero, el manicero... y escuche (Se oye la melodía de un organillero)
247.- Anacleto: ¿Qué quieren que hacen cola?
248.- Mariquita: Quieren darle de todo, y gratuitamente, y para siempre...
249.- Anacleto: ¡Vaya, vaya! Eso se pone cada vez mejor. Déjame solo que quiero reflexionar, y lleva un canasto para recibir la mercadería que me quieren regalar. (Mariquita sale, Anacleto se pasea, hablando al público). ¿Qué les parece? Me nombrarán Alcalde, todos me aclaman, me traen regalos y prometen cuidar de mí... Y yo que pensé que la magia de Juan Malulo, era mala, como lo es él...y era ¡estupenda!
250.- Una Voz: (llamando) Anacleto... ¡Anacleto!
251.- Anacleto: ¿Quién me llama?
252.- La Voz: Soy yo, Juan Bueno.
253.- Anacleto: ¿Dónde estás?
254.- La Voz: A tu lado.
255.- Anacleto: No te veo. ¿Me estaré poniendo corto de vista?
256.- La Voz: No puedes veme, porque soy invisible.
257.- Anacleto: Pero dime dónde estás para mirar en esa dirección.
258.- La Voz: Da lo mismo, estoy en todas partes...
259.- Anacleto: Bueno, bueno, mira entonces a todas partes... (ríe, contento). Dime, Juan Bueno, ¿qué te parece lo que me ha sucedido gracias a la magia de Juan Malulo?
260.- La Voz: Te equivocas. Yo velé para que la magia saliera al revés. No es por la magia que estás feliz.
261.- Anacleto: ¿Cómo es eso? ¿No fue por la magia de Juan Malulo entonces?
262.- La Voz: No, Anacleto, y aprende esto, la única magia es ésta “Quién más da, más recibe”
263.- Anacleto: “El que más da, más recibe”. ¡Eso me huele a moraleja!
264.- La Voz: ¡Es la moraleja de este cuento!
265.- Anacleto: ¿Y llaman “moraleja” a la frasecita que se escribe al final de un cuento?
266.- La Voz: Así es, Anacleto.
267.- Anacleto: Entonces, (Al público). ¡Ya lo oyeron! Este el final, y me alegro porque tengo que ir a tomar helados, a comer maní, barquillos, y mote con huesillos...
¡Mariquita!
268.- Mariquita: (Entrando) ¿Don Anacleto?
269.- Anacleto: Vamos a la Plaza, nos están esperando. (Al público). ¡Hasta la vista...! Niños, y personas mayores también, canten conmigo... “¡Quién más da, más recibe... quién más da más recibe!
Con una música alegre, bailan los personajes, cantando “quién más da más recibe”. Luego dicen todos en coro. ¡Fin! y saludan. Fin
Reseña de la obra: Don Anacleto Avaro.
En una Farsa, donde la dramaturga se encarga de mostrar las consecuencias de la avaricia y el egoísmo, en donde se antepone el amor por sobre el dinero y se reflexiona acerca de lo importante que es entregar a los demás pues de ellos se recibe una satisfacción que no tiene precio alguno. El que más da, más recibe.
Argumento.
Cuenta la historia de un anciano muy tacaño que vive con su ama de llaves, Mariquita en una casa antigua, de pronto recibe la noticia del Notario en la cual se le comunica que será beneficiario de una cuantiosa herencia de un pariente, ahí que la avaricia hace presencia en el pensamiento de don Anacleto, pues el piensa que todos en el pueblo vendrán a pedirle parte de su herencia. Ante esto, decide llamar a Juan Malulo para que lo ayude, quien le hace una magia que consiste en repetir lo último que sus oídos escuchen. De esta manera consigue deshacerse del primer pedigüeño, don Pedro, pero no de su mujer, Juana, pues don Anacleto obligado irremediablemente a repetir lo último que escucha se ve en la incómoda situación de donar toda su herencia a Juana y a los pobres del pueblo. Tras breve reflexión por la alegría y agradecimiento de los esposos, le pide a Juan Malulo quitarle la magia. Al final recibe el saludo de Juana Buena, quien le hace recordar la moraleja: El que más da, más recibe.
Tiempo.
La época de la obra es la década del 50 del siglo pasado, en un pueblo rural, en la zona central de Chile. El censo de 1952, la población de Chile, fue de 5 932 995 habitantes, y la población urbana era 51 %. La población alfabetizada era de 62,91%.-
Espacio escénico:
Espacio escénico, el hogar de don Anacleto, consiste en un living de una casa, la habitación tiene un ventanal, un sillón y una pequeña mesa con un teléfono.
Personajes.
1.- Anacleto: Es un anciano, provinciano, con recursos económicos, y con educación, es mentalidad tacaño, esta retirado de la actividades económicas y sociales.
2.- Mariquita: Es una mujer de mediana edad, soltera, de provinciana con educación básica, de oficio es una sirvienta, es la ama de llaves, y viven en la casa de don Anacleto.
3- Juan Malulo: Un espíritu de un gañan, fiestero, bueno para la música, las mujeres y la cueca, y murió bailando.
4- Don Pedro: Un campesino, de mediana edad, educación básica, tiene su domicilio en el pueblo.
5.-Juana: Una dueña de casa, edad mediana, es la esposa de Don Pedro, educación básica.
6.-Notario: Un persona de mediana edad, de educación universitaria, no de buena ética profesional, orgulloso de estatus. Es una autoridad del pueblo.
Teno es una comuna rural de la Provincia de Curicó, en la zona central de Chile. Nace como comuna el año 1891. Esta a 32,6 km de Curicó.
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