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sábado, 5 de mayo de 2018

498.-San Jorge, los Libros y los Códice .-a


San Jorge, los Libros y los Códice.


  

El día de San Jorge conmemora la muerte de Jorge de Capadocia el 23 de abril de 303. Además, es el santo patrón de Bulgaria, Etiopía, Georgia, Inglaterra o Portugal. En España lo es de Aragón y Cataluña. También es el patrón universal de los Scouts, inspirado en que este santo era el patrón de la Caballería en Inglaterra.

En 1995 la UNESCO proclamó, que​ el 23 de abril como Día Mundial del Libro​ coincidiendo con el día de la conmemoración del santo. En regiones como Aragón existe una tradición popular que aúna ambas conmemoraciones mediante los intercambios de libros (Día del Libro) y comidas típicas regionales.

Leyenda

En Capadocia —la región cambia de acuerdo con cada versión— había un dragón que atacaba al reino. Muertos de miedo, los habitantes decidieron entregarle cada día dos corderos al dragón para satisfacer su hambre y que no atacase la villa. Pero cuando los animales empezaron a escasear, decidieron enviar a una persona —escogida por sorteo— y sólo un cordero. Aquella familia que sufría la pérdida de uno de sus miembros devorado por el dragón recibía, en compensación, todo tipo de riquezas.
A partir de ahí, hay dos versiones de la leyenda: por un lado, que el pueblo se cansó de que ningún miembro de la familia real fuera enviado y que, por lo tanto, debía ser la princesa quien fuera la siguiente en ser devorada. La otra versión, relata que un día fue la princesa la escogida por sorteo para acompañar al cordero. Sea como fuera, en la cueva del dragón, la princesa se encontró al caballero Jorge, quién mató al dragón clavándole su espada y la salvó. De la sangre que brotó del cuerpo sin vida del monstruo nació una rosa roja que el caballero ofreció a la princesa.

Flores y libros.

El rey donó al caballero riquezas inimaginables, pero Jorge prefirió que se repartieran entre los habitantes del reino. Además, en una iglesia construida en su nombre, se cuenta que brotaba un agua milagrosa capaz de curar a los enfermos.

Por eso, en Cataluña, Baleares y en partes de la Comunidad Valenciana se acostumbra que cada 23 de abril los hombres regalen rosas a las mujeres, como si de un caballero y una princesa se trataran. Ellas les regalan un libro, recordando el fallecimiento de dos grandes de la literatura europea, Cervantes y Shakespeare y del hispanoamericano Inca Garcilaso.

10 curiosidades sobre el Día del Libro que quizás no conocías.

1.-Diferentes fechas para el Día del Libro.

El Día del Libro se celebra en distintas fechas según el país. La fecha más común es el 23 de abril, pero también se celebra el 1 de mayo o el 26 de mayo en algunos lugares. El 23 de abril fue elegido porque coincidió con la muerte de importantes escritores como William Shakespeare, Miguel de Cervantes y Garcilaso de la Vega. Además, esta fecha coincide con la festividad de San Jorge, el patrón de Inglaterra, Cataluña y Aragón.

2.-Origen del Día del Libro.

El Día del Libro tuvo su origen en Cataluña en 1923. Fue idea del escritor y editor español Vicente Clavel Andrés, quien propuso dedicar un día al año para honrar a los libros y conmemorar la muerte de Miguel de Cervantes y William Shakespeare. La idea fue muy bien recibida y se convirtió en una festividad oficial en 1926.

3.-El libro más vendido en el Día del Libro.

El libro más vendido durante el Día del Libro suele ser la obra de Miguel de Cervantes, Don Quijote de la Mancha. Esta obra maestra del escritor español es uno de los libros más populares en todo el mundo y es considerada una de las mejores obras de la literatura española.

4.-La tradición de regalar libros.

Una de las tradiciones más arraigadas en el Día del Libro es la de regalar libros a amigos y familiares. Esta tradición tuvo sus orígenes en Cataluña en los años 20, cuando se solía regalar una rosa y un libro en el Día de San Jorge. Con el tiempo, esta costumbre se extendió a otros países y se convirtió en una forma popular de celebrar el Día del Libro.

5.-El libro más caro del mundo.

El libro más costoso del mundo es el Codex Leicester de Leonardo da Vinci, un manuscrito científico y artístico escrito por el famoso artista italiano entre 1506 y 1510. Este libro contiene dibujos, diagramas y escritos que son considerados verdaderas obras de arte. En 1994, el fundador de Microsoft, Bill Gates, lo compró por 30.8 millones de dólares.

6.-El libro más largo del mundo.

El libro más extenso del mundo es Artamène ou le Grand Cyrus, una novela francesa escrita por Georges de Scudéry. Esta novela fue publicada en diez volúmenes entre 1649 y 1653 y contiene más de 2 millones de palabras. Es considerada una de las obras más importantes de la literatura francesa del siglo XVII.

7.-El libro más corto del mundo.

El libro más corto del mundo es “El libro de los récords Guinness”. Este libro tiene solo dos palabras: “El libro”. Fue escrito por el autor argentino Mario Rosenthal y publicado en 1978. Esta obra fue reconocida oficialmente como el libro más corto del mundo por el Guinness World Records.

8.-El libro más leído del mundo.

El libro más leído del mundo es la Biblia. Esta obra sagrada es la más vendida y leída en todo el mundo, con más de 5 mil millones de copias vendidas. La Biblia contiene la historia, la cultura y las enseñanzas del cristianismo y es considerada una de las obras más influyentes en la historia de la humanidad.

9.-El libro más prohibido del mundo.

El libro más prohibido del mundo es el Necronomicón, un libro de ocultismo escrito por el autor estadounidense H.P. Lovecraft. El libro ficticio aparece en muchos de los cuentos de Lovecraft y se cree que contiene conocimientos oscuros y peligrosos. A pesar de ser una obra de ficción, el Necronomicón ha sido prohibido y censurado en varios países del mundo.

10.-El libro más antiguo del mundo.

La obra más antigua del mundo es el “Libro de los Muertos”, un texto funerario egipcio que se cree que data del siglo XV a.C. Esta obra se escribía en papiro o en lino y se colocaba en el ataúd del difunto para ayudarlo a viajar al más allá. Así, el libro contiene oraciones, hechizos y rituales que se creían necesarios para el viaje después de la muerte.

En conclusión, el Día del Libro es una festividad muy importante en todo el mundo que celebra la importancia de la lectura y los libros. Además, esta fecha nos brinda la oportunidad de conocer algunas de las curiosidades más sorprendentes sobre los libros y la literatura. Esperamos que este post haya sido de tu agrado y te haya dado una idea más clara sobre la historia y las curiosidades del Día del Libro.

Día de San Jorge.

El Día de San Jorge conmemora la muerte del soldado mártir Jorge, el 23 de abril de 303. Además, es el santo patrón de países como Palestina (donde murió),​ Bulgaria, Etiopía, Georgia, Inglaterra y, antiguamente, Portugal. 
En España lo es de la comunidad autónoma de Aragón, así como de las poblaciones de Cáceres (provincia de Cáceres), Barcelona, Alcoy y Bañeres (Alicante), Golosalvo, Madrigueras (estas dos últimas en la provincia de Albacete), Lucena (Córdoba) y Santurce (Vizcaya). En Golosalvo se erige una escultura dedicada al patrón obra de Francisco Salzillo. 
En Argentina, es patrono de la ciudad de Pichanal (Salta). También es el patrón universal de los Scouts, inspirado en que este santo era el patrón de la caballería en Inglaterra.


  

Iluminación de manuscritos.

Códice (del latín codex, -icis) es uno de los formatos del libro. Se compone de cuadernos plegados, cosidos y encuadernados. Habitualmente, se puede escribir en ambos lados de cada hoja, denominadas páginas, que pueden numerarse. Aunque técnicamente cualquier libro moderno es un códice, el término se utiliza comúnmente para libros escritos a mano (manuscritos) en el periodo previo a la imprenta (es decir, hasta el fin de la Edad Media), y para los documentos producidos por los indígenas mesoamericanos, en la época precolombina, durante la conquista y los virreinatos. El significado lo recoge el DRAE.

códice
Del lat. codex, -ĭcis.

1. m. Libro manuscrito anterior a la invención de la imprenta.


Etimológicamente, la palabra latina codex parece proceder de la contracción del diptongo de la también latina caudex, -icis ('tronco' —de la que se ha propuesto su origen caldeo—). Este nombre, que dieron los romanos a la tablilla de cera para escribir, por desplazamiento semántico terminó designando a los libros con páginas, diferenciados de los rollos empleados hasta entonces.

El libro medieval y la imagen.

La Edad Media supone un cambio trascendental en la Historia de la Cultura: el tradicional formato “rollo” de papiro de la Antigüedad cedió ante las ventajas del formato “códice”, formado por cuadernillos de pergamino cosidos, por abaratar costes y facilitar el manejo, circulación, conservación  y depósito de las obras. 

A lo largo de los mil años del manuscrito medieval, en sus folios se produjo una progresiva aparición de elementos diferenciados que conformaron una verdadera retórica de la página escrita, que son el objeto de esta exposición, y que suponían la consideración de la imagen pintada como acompañamiento natural del texto, ya sea para embellecerlo, ya sea para complementarlo en sus contenidos. Ello trajo consigo el desarrollo progresivo y exponencial de la iluminación de manuscritos y la importancia de la figura del iluminador como colaborador esencial del copista en los códices ricos, encargados por la élite. 

Desde los inicios, evangeliarios, biblias, salterios, y más tarde, libros de horas y textos muy diversos comenzaron a poblarse de un arte pictórico exquisito y delicado que fue aumentando su presencia en la página, de modo que a partir del siglo XII compitió en protagonismo con el texto, llenando páginas enteras que acabaron constituyendo una segunda posibilidad de lectura, en este caso una lectura gráfica. 

Iluminar equivalía a embellecer y prestigiar la obra escrita y el promotor que la financiaba; pero iluminar significaba también la posibilidad de “ver” para comprender más fácilmente, para creer de un modo más sentido. Así lo proclama el pensamiento escolástico que, con su evolución a lo largo de los siglos, pauta la correspondiente evolución del pensamiento religioso de la Edad Media. Y los iluminadores plasmaron estos cambios a través de su estilo más o menos explícito, mas o menos narrativo, mas o menos conceptual o naturalista, siguiendo siempre fielmente el texto adjunto que, en cierto modo, legitimaba su labor.

Hoy en día, los estudiosos de la pintura medieval reconocen y ponen en valor la importancia de la actividad de estos pintores de pequeño formato, hasta hace muy poco relegados a una categoría inferior, y que, en contacto más que directo con la fuente que complementan, y amparados en los scriptoria por obispos, reyes, príncipes y ricos hombres, llevaron a cabo una evolución constante de formas estilísticas y renovaciones iconográficas que influyeron en las artes figurativas monumentales, y no al revés. Grandes capítulos de la escultura y pintura mural de la plena Edad Media se vinculan con la iluminación de manuscritos. Y grandes nombres de la pintura bajomedieval se iniciaron o intervinieron en códices de aparato; es el caso del aragonés Destorrents o del neerlandés Jan Van Eyck. 

El formato códice necesitó de una lógica  adaptación de los elementos integrantes del rollo -texto y elementos complementarios- a la forma ortogonal de la página; surgió así la necesidad de ceñir el texto a un espacio de escritura, la caja, muchas veces enmarcada por una orla, y la necesidad de  que se marcaran debidamente los inicios de los diferentes capítulos y  párrafos  para facilitar la lectura, por medio de los espacios, pero sobre todo por medio de  todo un grupo de pequeñas -y no tan pequeñas- iluminaciones que con su belleza y colorido salpicaban el texto y conducían al lector en su comprensión. Las letras capitales fueron lugar preferente para pautar los diferentes capítulos y párrafos con su variado tamaño y variada iconografía.

Las escenas iluminadas se localizaron junto al texto en espacios especialmente dejados en blanco por el copista, muchas veces enmarcados, constituyendo viñetas, o bien en espléndidas páginas enteras que visualizan lo que el texto nos narra.

Los márgenes, dedicados a comentarios glosados del texto, añadidos con posterioridad en muchos casos, comenzaron a incorporar igualmente unas pequeñas composiciones pintadas llamadas marginalia, organizadas, ya sea en pequeñas escenas de carácter satírico o moralizante, ya sea en iluminaciones aisladas, que podían estar relacionadas o no con el contenido del texto que complementan. Con el paso del tiempo fueron creciendo en número, en tamaño y tipología. Y en la mayoría de los casos, esta iluminación “al margen”, al borde del espacio consagrado para el texto, fue escenario para el desarrollo de un modo profano, crítico, ácido y moralizante en el que la libertad del pintor se desbordaba, eximido de la fidelidad exigida a los modelos iconográficos fijados por la autoridad eclesiástica. 

Las fichas de esta sección profundizan en un capítulo fundamental de la historia de la cultura medieval y de la historia de la pintura en general, que tiene en el libro manuscrito de la Edad Media un eje vertebrador indispensable.


Letra capital o capitular.

 

  

Codex_Bodmer_127_244r_detail_Rufillus

Se denomina letra capitular o capital a un tipo de letra que aparece al comienzo de una obra, un capítulo o un párrafo, la cual es notablemente de mayor tamaño que el resto de letras que acompañan en el texto. En su origen, en los textos antiguos solían ocupar varios renglones e incluso podían sobresalir por los márgenes, con el tiempo ha ido menguando de tamaño hasta llegar a la actualidad donde solo ocupan 2 o 3 líneas de texto.
El origen de su nombre proviene del término latino capita, (nominativo y acusativo plural de caput) que tiene un significado literal de “cabeza”, “capítulo” o “comienzo”, haciendo una referencia etimológica al uso que se le deba para dar comienzo a los capítulos y párrafos dentro de los textos de los libros.
Su origen se remonta a los escritos medievales, pasa luego a los primeros libros impresos, hasta llegar a nuestros tiempos en que impera la edición digital de textos.
En sus inicios solían ser de una forma llamativa y estaban adornadas con materiales de lujo. Algunas de estas letras llegaban a ser obras de arte en sí misma realizadas por los mejores iluminadores de la época.
En los manuscritos ilustrados medievales, podían existir letras capitales con imágenes en su interior, con motivos vegetales, zoomorfos y geométricos conocidas entonces como “capitales decoradas”. Aparte, también existieron letras en las que se narraban determinadas historias o escenas que, en ocasiones, ejemplificaban el texto al que acompañaban, llamadas “capitales historiadas”. Este tipo fue una invención del arte insular de las islas británicas en el siglo VIII.
Las funciones de estas letras fueron, aparte de tener una clara importancia estética, prácticas ya que, debido a la homogeneidad y monotonía del texto escrito, era necesaria una marca que hiciera referencia al comienzo de un texto principal o el inicio de un texto con importancia. En la actualidad, debido a la existencia de un sistema de puntuación consolidado, han perdido toda función práctica y se limitan a su función únicamente estética.

Marginalia.

 

  


La palabra marginalia deriva del latín y significa “en los márgenes”. Se trata de un repertorio diverso de elementos escritos y, principalmente, icónicos, que se sitúan en los bordes de las páginas de los libros occidentales, especialmente durante la Baja Edad Media, encuadrando el texto.
Cuando se trata de iluminación, pueden estar aisladas o formando conjuntos de escenas, para coronar y embellecer la página, generalmente sin relación con el discurso central.


Algunos de los libros también pueden incluir “drôleries” (derivado del francés, “divertido”), marginalia icónica de pequeñas dimensiones y temática, por lo regular, satírica que aportan gran vivacidad y naturalismo y adquieren gran importancia desde el siglo XIII.

Homme sauvage et velu en drôlerie


Algunos historiadores especializados en la época medieval, como es el caso de Émile Mâle, han afirmado que no sostiene ningún significado dentro del libro, simplemente son entretenimientos lúdicos o una vía de escape para los lectores. Otros autores sí encuentran en ella significado, aunque “es imposible dar un único sentido a la marginalia porque es abundantísima, variadísima y en ella caben las más diversas finalidades”.

Marginalia de una monja recolectando penes de un árbol encontrada en Roman de la Rose, escrito por Gillaume de Lorris entre 1225 y 1240.

Las marginalia medievales suelen encontrarse en libros religiosos como biblias, breviarios y manuscritos creados para la oración y el culto. Se practicaban en la época medieval, ilustradas por los maestros artesanos que realizaban los libros, que en este momento se copiaban de forma manuscrita.

También encontramos marginalia medievales de unos pocos años después de la invención de la imprenta de Gutenberg (1450), cuando aún se ilustraban y decoraban libros a mano (usualmente los hechos por encargo). Dentro de los que han llegado a nuestros días, se encuentra una gran variedad de imágenes satíricas, fantásticas y simbólicas. Animales extraños y guerras entre especies, clérigos en situaciones comprometidas y, sobre todo, ilustraciones de índole sexual. Como la copia era un proceso lento, solitario y físicamente exigente para los monjes que pasaban todo el día en el scriptorium, estos artistas encargados desarrollaron el sentido del humor en el proceso, rompiendo con esa monotonía y creando imágenes tan insólitas como las anteriormente descritas u observaciones que nos resultan cómicas ahora, leyéndolas de obras tan antiguas y trabajadas. 
Muchas de ellas las relacionamos directamente con los textos que acompañan, pero la mayoría hacen referencia al dolor de espalda, de mano, o cualquier otro dolor físico que experimentaban durante la copia. Encontramos, por ejemplo, reflexiones un tanto filosóficas, como:

“As the harbor is welcome to the sailor, so is the last line to the scribe.” ("Así como el puerto es bienvenido para el marinero, la última línea lo es para el escriba")
También simples quejas como:
"¡Oh, my hand!" ("¡Ay, mi mano!")

"It is very cold" ("Hace mucho frío")
"La escritura es trabajo excesivo. Se dobla la espalda, se oscurece la vista, se retuerce el estómago y sus lados."
“The work is written master, give me a drink. Let the right hand of the scribe be free from the oppressiveness of pain.” ("El trabajo está escrito, Señor, necesito un trago. Deja que la mano derecha del escriba se libere de la opresión del dolor."
Incluso, maldiciones como:

"Whoever takes this book or steals it or in some evil way removes it from the Church of St Caecilia, may he be damned and cursed forever, unless he returns it or atones for his act.” ("Quienquiera que coja este libro o lo robe o de alguna forma malvada lo saque de la Iglesia de Santa Cecilia, será maldito y condenado para siempre, a menos que lo devuelva o expíe su pecado")
Broma medieval que representa a una banda de conejos alegres
 que exigen su dulce venganza contra un Daikini débil y desprevenido.

Y también otra ocurrencias como observaciones o comentarios sobre el material con el que trabajaban, como:

Marginalia encontrada en una biblia británica del siglo xiii,
representa una lucha entre animales.


“This parchment is hairy.” (Este pergamino es peludo)

“This is how I would have translated it.” (Así es como yo lo habría traducido)


Una marginalia famosa y muy curiosa, es la de un tal Henry de Damme, que fue un copista de una crónica de Bruselas y escribió una nota en un margen quejándose por la mala compensación por su trabajo:
"11 letras doradas, ocho monedas; 700 letras iniciales con doble eje, 7 monedas por cada 100; 35 folios, cada uno con 16 páginas, 3 monedas por cada 1."
Escribió esto en holandés. Posteriormente, añadió en impecable latín:
"Pro tali precio nunquam plus scriber volo." (Por este precio no volveré a escribir)
Algunos textos muy conocidos que cuentan con marginalia son el salterio de Rutland, realizado en Londres alrededor de 1260, que es el ejemplo más antiguo de un salterio inglés con una extensa imaginería marginal. La mayoría de estas ilustraciones no están relacionadas con el texto de los Salmos mismos, sino que representan una variedad de escenas con hombres, grotescos y demonios, animales, pájaros y dragones, algunos de los cuales están inspirados en historias del bestiario medieval (o 'Libro de las bestias') y las maravillas de Oriente.
Otro ejemplo es el Roman de la Rose, obra famosísima de la corte francesa escrita por Gillaume de Lorris entre 1225 y 1240, donde se puede encontrar una monja recolectando penes de un árbol en uno de los márgenes vacíos del manuscrito; o una marginalia animal encontrada en una biblia británica del siglo xiii ubicada en la British Library a día de hoy, donde se observa una lucha entre animales con ballestas y castillos.

Algunas marginalia famosas fueron trabajos serios, o borradores, escritos en las márgenes debido a la escasez de papel. Voltaire compuso en los márgenes de los libros durante su estancia en prisión y Walter Raleigh escribió una declaración en los márgenes justo antes de su ejecución. John Bethune fue un poeta inglés de escasos recursos cuyo único papel disponible fue el espacio que tomó prestado de los libros.
Las marginalia pueden agregarle o restarle valor a un libro, dependiendo de su autor y del libro. Por ejemplo, unas marginalia de Tony Blair en un libro escrito por Winston Churchill, añadirían valor; unas notas de un estudiante en un libro popular como Oliver Twist no lo harían.
Científicos que realizan investigaciones sobre la interfaz de usuario han estudiado el fenómeno de las anotaciones al margen. En estos estudios han descubierto que, en diversas facultades universitarias, estudiantes bien informados buscaban entre las pilas de libros de texto usados los que pudieran estar más anotados. Esto demuestra el aprecio de los estudiantes a las anotaciones de sus predecesores.
En la última década del siglo xx intentaron desarrollarse y comercializar sistemas de lectura de e-books que permitieran agregar una cantidad limitada de marginalia. Al comienzo del nuevo milenio se desarrolló un sistema de lectura de e-books, llamado Sony Librie EBR-1000EP, que incluye un teclado alfanumérico para permitir la creación de marginalia y marcadores.

Orla.

 

  

Diógenes Laercio
Vitae philosophorum praemisa … — 1462
V, 149 h. : papel ; 34 x 23 cm

Escrito, en griego, a dos manos en tinta de color pardo. En el fol. 2 una bella orla policromada de dibujos geométricos y florales. Inicial en oro con un fondo de dibujos en verde, azul, rojo y oro. El resto de las iniciales, capitales, nombres de los filósofos y notas en los márgenes de color rojo pálido. Encuadernación en piel verde con doble recuadro y florones en los ángulos del siglo XVII, cortes en rojo y verde. Procedencia: Biblioteca del duque de Uceda.
Mss/4676

4. Un pensamiento racional liberado del mito
La mayor aportación de Grecia a Europa fue el desarrollo de un pensamiento racional para la explicación del mundo y la fundamentación de una ética y de una política. Esta colección de biografías y sentencias de los filósofos antiguos escrita en griego en el siglo III se reproduce aquí en un manuscrito de 1462.
Con la llegada de los primeros códices se hace posible decorar los márgenes, pues a diferencia del rollo que tenía poco espacio entre sus columnas, en el códice es más amplio y permitirá aprovecharlo para todo tipo de ilustraciones marginales.
Brown resalta el valor de las iluminaciones en los libros medievales como forma de estructurar el texto. Conviene destacar, además, el uso de iluminaciones para otorgar un estatus de lujo al libro. Lo emplearán monarcas o instituciones eclesiásticas, empleando materiales y pigmentos lujosos, para demostrar su poder económico y político.
Las orlas son una forma de iluminación de un códice manuscrito. Se definen como una “banda decorativa que enmarca el texto”. Son elementos ornamentales, y debemos diferenciarlo de otros tipos de ilustraciones que representan historias, o contienen elementos figurativos. Las orlas son decoración marginal, pero también encontraremos otros tipos de decoración a los márgenes que no son orlas, como la marginalia.
Podemos encontrar orlas que encuadren todo un texto, o que dejen uno o varios lados abiertos. En ese caso tendremos una orla abierta. Podemos identificar el periodo en el que se ha producido un manuscrito en función de la extensión de una orla: comienzan a incluirse en códices a partir del siglo XIII, pero solo ocupan un lado de la página. Las orlas que encuadran la página entera aparecen a partir del año 1300.
Encontramos orlas de distintos motivos: geométricos, vegetales, o con motivos como cerámica, animales o flores. A comienzos del siglo XIII, encontramos decoraciones muy sencillas, con decoración vegetal. Durante los siglos XIV y XV, encontramos decoraciones más complejas y elegantes, y se comienzan a utilizar materiales de lujo, como pan de oro. Seguimos encontrando motivos vegetales: viñas u hojas de acanto.
En ocasiones, las orlas contendrán elementos relacionados con la narración: hablaremos de orlas historiadas. También encontraremos orlas en las que se incluyen marcas de propiedad.

Nota

Con la llegada de los primeros códices se hace posible decorar los márgenes, pues a diferencia del rollo que tenía poco espacio entre sus columnas, en el códice es más amplio y permitirá aprovecharlo para todo tipo de ilustraciones marginales.

Brown resalta el valor de las iluminaciones en los libros medievales como forma de estructurar el texto. Conviene destacar, además, el uso de iluminaciones para otorgar un estatus de lujo al libro. Lo emplearán monarcas o instituciones eclesiásticas, empleando materiales y pigmentos lujosos, para demostrar su poder económico y político.
Las orlas son una forma de iluminación de un códice manuscrito. Se definen como una “banda decorativa que enmarca el texto”. Son elementos ornamentales, y debemos diferenciarlo de otros tipos de ilustraciones que representan historias, o contienen elementos figurativos. Las orlas son decoración marginal, pero también encontraremos otros tipos de decoración a los márgenes que no son orlas, como la marginalia.
Podemos encontrar orlas que encuadren todo un texto, o que dejen uno o varios lados abiertos. En ese caso tendremos una orla abierta. Podemos identificar el periodo en el que se ha producido un manuscrito en función de la extensión de una orla: comienzan a incluirse en códices a partir del siglo XIII, pero solo ocupan un lado de la página. Las orlas que encuadran la página entera aparecen a partir del año 1300.
Encontramos orlas de distintos motivos: geométricos, vegetales, o con motivos como cerámica, animales o flores. A comienzos del siglo XIII, encontramos decoraciones muy sencillas, con decoración vegetal. Durante los siglos XIV y XV, encontramos decoraciones más complejas y elegantes, y se comienzan a utilizar materiales de lujo, como pan de oro. Seguimos encontrando motivos vegetales: viñas u hojas de acanto.
En ocasiones, las orlas contendrán elementos relacionados con la narración: hablaremos de orlas historiadas. También encontraremos orlas en las que se incluyen marcas de propiedad.


  


Códice de San Jorge. Aviñón, 1315/16?), Biblioteca Vaticana.

Archivos de San Pedro C. 129, fol. 85r

El códice de San Jorge es un contenido de misal que comprende todos los cánticos y oraciones habituales para los santos que se utilizan durante la misa durante todo el año eclesiástico. La página más brillante de todo el manuscrito no se coloca al principio, como era habitual, sino en medio de la obra, junto a la fiesta de San Jorge que se celebró el 3 de marzo rd . Esto puede explicarse por el hecho de que en 1295 Stefaneschi había sido nombrado cardenal de San Jorge en Velebro en Roma por el Papa Bonifacio VIII. San Giorgio era, por tanto, la iglesia “propia” de Stefaneschi, y Giotto había participado en su decoración. El santo titular, Jorge, por lo tanto, era en cierto sentido el santo personal del cardenal que se sentía especialmente devoto de él.

Un manuscrito persa sobre papel 12ll poesía, escrito horizontalmente en escritura nastaliq, sobre un fondo marrón crema, bordes en oro, marrón y azul. Época: Siglo XIX-XX Medidas: 27,00 cm. Alto x 18,00 cm. Ancho 10,63 pulgadas de alto x 7,09 pulgadas de ancho.


UN ÁLBUM DE CALIGRAFÍA NASTA'LIQ ESTILO CONCERTINA PERSA, FIRMADO 'FAKIR SHAD', EN FARSI, MANUSCRITO ILUMINADO SOBRE PAPEL, QAJAR PERSIA, FECHADO JUMADA AL-THANI 1337 AH/1919 AD
Álbum de caligrafía nastaliq estilo concertina, firmado por Fakir Shad, en farsi, manuscrito iluminado sobre papel [Qajar Persia, fechado Jumada Al-Thani 1337 AH/1919 AD] 12 paneles, cada columna, 2 líneas nasta'liq negras finas por tarjeta , cada panel firmado individualmente por el artista en el espacio alrededor del texto, caligrafía sobre papel moteado de oro, montado en tarjetas con numerosos bordes decorativos que rodean los paneles de texto, en verde, azul y dorado, muy ligera suciedad en la superficie, estado general limpio y presentable . paneles de texto de 7 por 16,5 cm.; folio 17 por 26 cm.; becerro moderno, rayado en dorado.



A PERSIAN CONCERTINA-STYLE ALBUM OF NASTA'LIQ CALLIGRAPHY, SIGNED 'FAKIR SHAD', IN FARSI, ILLUMINATED MANUSCRIPT ON PAPER, QAJAR PERSIA, DATED JUMADA AL-THANI 1337 AH/1919 AD
Concertina-style album of nastaliq calligraphy, signed Fakir Shad, in Farsi, illuminated manuscript on paper [Qajar Persia, dated Jumada Al-Thani 1337 AH/1919 AD] 12 panels, each single column, 2 lines fine black nasta'liq per card, each panel individually signed by the artist in the space around the text, calligraphy on gold speckled paper, mounted on cards with numerous decorative borders surrounding the text panels, in green, blue and gold, very slight surface soiling, overall clean and presentable condition. text panels 7 by 16.5 cm.; folio 17 by 26 cm.; modern calf, ruled in gilt.


  


Este fragmento caligráfico incluye una serie de ghazals (versos líricos), compuestos por Shaykh Sa'di (fallecido en 691 AH/1292). Muchos de estos versículos expresan el dolor por la separación de un amigo y exhortan a la fidelidad a los compañeros. 
El nombre de Sa'di aparece en uno de los versos al final de la columna derecha. El texto está ejecutado en escritura shikastah negra y está rodeado por motivos de bandas de nubes sobre un fondo cubierto con pan de oro. 
El canal central que separa el panel de texto principal en dos columnas está decorado con motivos entrelazados de flores y enredaderas azules. El panel de texto está provisto de varios marcos decorativos y está pegado sobre un papel azul adornado con enredaderas florales entrelazadas pintadas de oro. En el centro inferior del panel de texto (es decir, en la parte inferior del canal central) aparece la firma del calígrafo. 

Dice: mashaqahu al-'abd 'Abd al-Majid (escrito por el sirviente 'Abd al-Majid). Una nota en el reverso del fragmento, no visible en esta imagen, también dice: " Abd al-Majid, el inventor de Shikastah, siglo XVIII". 

Se trata sin duda de Darvish 'Abd al-Majid al-Taliqani (fallecido en 1185 d. H./1771-72), que residió en Isfahán, la capital de Persia durante el siglo XVIII. Fue un maestro calígrafo en Nasta'liq y se le atribuye la invención de Shikastah, una escritura muy fluida y literalmente "rota" derivada de Nasta'liq. Era un poeta por derecho propio y firmaba sus poemas con el seudónimo de Khamush (el Extinguido). 

Nota del autor

El jeque Sa'dī​ o Saadi (en persa سعدی, nombre completo: Musharrif al-Dīn ibn Muṣlih al-Dīn Shiraz, 1213 — ibidem, 9 de diciembre de 1291) es uno de los principales poetas persas del período medieval, reconocido no solo por su calidad literaria, sino por la profundidad de su sensibilidad social.

Biografía

Nativo de Shiraz (Persia),.​ Saadi abandonó su ciudad natal a temprana edad para estudiar literatura árabe y ciencias islámicas en Bagdad, entre 1195 y 1226.
Las condiciones de inestabilidad que siguieron a la invasión mongola lo llevaron a viajar por Anatolia, Siria, Egipto e Irak. También refiere en su obra viajes a India y Asia central. La experiencia de Saadi es similar a la de Marco Polo, quien estuvo por la región entre 1271 y 1294. Hay sin embargo una diferencia entre ambos: mientras que Marco Polo se relacionó especialmente con los poderosos y la "buena vida", Saadi convivió con la gente ordinaria, sobrevivientes de las matanzas mongolas. Se reunía a altas horas de la noche intercambiando ideas con mercaderes, campesinos, religiosos, caminantes, ladrones y mendigos sufíes. Durante veinte años o más, continuó la misma rutina de sermones, advertencias, aprendizaje, perfeccionando su dialéctica y puliéndola en gemas que iluminarían la sabiduría y las debilidades de su pueblo.

Cuando reapareció en su nativa Shiraz era ya un hombre mayor. La ciudad, bajo el gobierno de Atabak Abubakr Sa'd ibn Zangy (1231-60) disfrutaba de un período de relativa tranquilidad. Saadi no sólo fue bienvenido, sino que logró el respeto del gobernante y fue designado entre los grandes de la provincia. En respuesta, Saadi tomó su nombre literario del gobernante, Sa'd ibn Zangi, y compuso algunos de los más bellos panegíricos como gesto inicial de gratitud en favor de la casa gobernante y los ubicó al inicio de su bostan. Se cree que pasó el resto de su vida en Shiraz.

Obra

Sus obras más conocidas son Bustán (El vergel) (1257), y Gulistán (La rosaleda) (1258). Bustán está escrito enteramente en verso, en rima épica y consiste en historias ilustrando apropiadamente las virtudes recomendadas a los musulmanes (justicia, liberalidad, modestia, satisfacción) así como reflexiones sobre la conducta de los derviches y sus prácticas extáticas.
Gulistán está mayormente escrito en prosa y contiene historias y anécdotas personales. El texto está intercalado con una variedad de poemas cortos que incluyen aforismos, advertencias y reflexiones humorísticas. Saadi demostró una profunda conciencia sobre el absurdo de la existencia humana, al hablar, por ejemplo, del destino de aquellos que dependían del humor cambiante de los reyes en contraste con la libertad de los derviches.
Para los estudiantes occidentales tanto Bustán como Gulistán conllevan una atracción especial, pero Saadi es recordado también como un gran creador de panegíricos y obras líricas, autor de odas maestras retratando la experiencia humana, y también por odas singulares lamentando la caída de Bagdad luego de la invasión mogola de 1258. Su producción lírica puede hallarse en Ghazaliyat ("Lírica") y sus odas en Qasa'id ("Odas"). También produjo un número de escritos en árabe.

La mezcla peculiar de cortesía y cinismo, humor y resignación que muestra la obra de Saadi, junto a una tendencia a evitar los dilemas difíciles, lo convierte para muchos en unos de los escritores más encantadores de la cultura iraní.
El estilo de prosa de Saadi, descripto como "simple, pero imposible de imitar"[cita requerida] fluye naturalmente y sin esfuerzo. Su simplicidad, sin embargo, está basada en una trama semántica que incluye sinónimos, homófonos y oxímoron apoyados en un ritmo interno y en la rima externa.
Una de sus citas más famosas es "Todo lo que se hace con precipitación termina fácilmente en derroche". Otro famoso poema refiere a la bondad de la humanidad.
Este poema se halla en la entrada del "Hall de las naciones" del edificio de las Naciones Unidas en Nueva York, con su llamado a romper todas las barreras:

VERSIÓN ORIGINAL

بنى‌آدم اعضای یک پیکرند
که در آفرینش ز یک گوهرند
چو عضوى به درد آورَد روزگار
دگر عضوها را نمانَد قرار
تو کز محنت دیگران بی‌غمی
نشاید که نامت نهند آدمی

TRADUCCIÓN

Los hijos de Adán son,
miembros de un organismo.
que de un elemento mismo
se hicieron en la Creación;
Y si uno de ellos de un mal padece
los otros no estarán serenos
si no te duele el dolor ajeno
que te llamen persona no mereces.



  

Gazal.

El ghazal, gazal, gazel, ghazel o gacela (en árabe/persa/urdu: غزل; hindi: ग़ज़ल; panyabí: ਗ਼ਜ਼ਲ, غزل; turco: gazel; bengalí গ়জ়ল; tártaro: gazäl) es un género lírico (forma poética) que consiste en coplas y estribillos, con cada verso compartiendo el mismo medidor.
Es propio de las literaturas árabe, persa, turca y urdu. En la literatura árabe se trata de un poema cuya etimología está emparentada con las ideas de piropo, cumplido, etc. De la misma raíz deriva la forma tagazzul, "componer poesías amorosas". Conceptualmente el gazal tiene estrecha relación con el nasib (o tasbib), prólogo amoroso que sirve de introducción junto con el rahil (descripción de un viaje por el desierto), al tema panegírico que caracteriza la composición poética llamada qasida.

Historia.
Este género se desarrolló a finales del siglo vii en Arabia. Los gazal inician con un pareado, cuya rima es repetida en todas las líneas pares subsiguientes, mientras que las líneas impares no tienen rima. Los dos principales tipos de gazel son originarios de la región de Hiyaz (hoy la parte noroeste de Arabia Saudita) e Irak. Alcanzó su más grande refinamiento en los trabajos de Hafiz.
Su origen es atribuido por los historiadores de la literatura árabe a distintos autores: Ibn Hidám, Muhalhil y Imru'-Qays; al margen de quien fuera realmente su inventor, estos tres escritores están relacionados con el núcleo poético de Hira, en el cual, a fines del siglo vi, debió recibir su forma definitiva e integrarse en la casida como una parte más de la misma. Cuando un siglo después el tema amoroso se desgajó del marco tripartita de la casida para reanudar su vida independiente recibió el nombre de gazal, el cual se aplicó también a los versos o grupos de versos sueltos de cualquier época cuya temática fuera la misma que la del nasib. A partir de este momento (siglo viii), puede seguirse la evolución del género con seguridad.

Características

Una gacela puede ser entendida como una expresión poética de ambos el dolor de la pérdida o la separación y la belleza del amor a pesar de ese dolor. La forma es muy antiguo, originario de 6.º siglo verso árabe preislámica. Se deriva de la casida árabe panegírico. Los requisitos estructurales de la gacela son similares a los que en rigor del soneto petrarquista. En su estilo y el contenido es un género que ha demostrado ser capaz de una extraordinaria variedad de expresión alrededor de sus temas centrales del amor y la separación. Es una de las principales formas poéticas que la civilización indo-persa-árabe que ofrece al mundo islámico oriental.
La lengua es mucho más sencilla que la utilizada por los cultivadores de la qasida en los correspondientes nasib; las ideas que se desarrollan son atrevidas, hasta el punto de que hubo padres que prohibieron a sus hijas que leyeran los gazales. Las escenas descritas son reflejo, muchas veces, de hechos reales y en los versos aparecen figuras que luego fueron típicas de esta poesía, tales como el ragib o espía, el edil o censor y el kásih (malvado, ruin).
En el dominio lingüístico del persa, el gazal nació al desgajarse el nasib o nasb del resto de la qasida, constiyendo una estrofa independiente de cinco a 12 versos que se utilizó para cantar temas como el vino y la primavera, que podían emparentarse con el propiamente amoroso. A lo largo del tiempo se insertó, mediante una hábil transición, el apodo poético del autor (tajallus) en el último verso.



Itsukushima Shrine.

  

Tras 25 años de la película y los 75 de la fuga
La proyección de 'Los años bárbaros' vuelve a reunir a Sánchez-Albornoz y Colomo.

CARLOS DE MIGUELJUEVES,
 21 DE SEPTIEMBRE DE 2023




La proyección de 'Los años bárbaros' en la Biblioteca Pública de Ávila ha vuelto a reunir al protagonista de la historia en la que se basa, Nicolás Sánchez-Albornoz, y a su director, Fernando Colomo.
Los 96 años del hijo de Claudio Sánchez-Albornoz no han impedido que acudiera al acto para reencontrarse con Fernando Colomo y sus dos guionistas, Carlos López y José Ángel Esteban. Y ello, a escasos metros del Hotel Palacio de Los Velada donde, recién inaugurado, Colomo y Esteban mantuvieron su primer encuentro con Sánchez-Albornoz, para conocer más detalles de esa historia que parecía increíble y que fue llevada al celuloide.
Una historia de la que también fue protagonista Manuel Lamana, quien junto a Nicolás Sánchez-Albornoz, se fugó del Valle de Cuelgamuros hace ahora 75 años, en 1948, con la ayuda de dos jóvenes norteamericanas: Kathy y Susan.
Maruja Lamana, hija del segundo protagonista, ya fallecido sin poder ver el resultado del filme, inspirado también en parte de su novela 'Otros hombres', también ha estado presente en la proyección de 'Los años bárbaros', recordando que el encarcelamiento de su padre y la posterior fuga del Valle de Cuelgamuros, donde fueron condenados a trabajos forzados, “le cambió la vida”, ya que no pudo regresar a España hasta tres décadas después. Por su parte, Sánchez-Albornoz vivió en Estados Unidos.
Este reencuentro ha supuesto el comienzo de las Jornadas de Memoria Histórica. Ávila 1936-1975, organizadas por la Fundación Jesús Pereda, de Comisiones Obreras.

Fidelidad total

Este acto ha supuesto el reencuentro de una parte reducida del equipo de esta película protagonizada por Jordi Mollá, Ernesto Alterio, Hedy Burress, Alison Smith y Juan Echanove, con Nicolás Sánchez-Albornoz, que se ha definido como el "único testigo" de aquella aventura que le llevó a fugarse de Cuelgamuros junto a Manuel Lamana.
Con una elocuencia y una memoria portentosas, Sánchez-Albornoz ha reconocido que hace “mucho tiempo” que no ha vuelto a ver el filme, aunque previamente a su proyección ha comentado que no creía que, 25 años después de su estreno, la contemplara con otros ojos o desde otra perspectiva. “La tengo muy grabada”, ha apuntado.
"La fidelidad a los hechos es total, pero con un lenguaje distinto y apropiado para los 50 años posteriores", ha indicado el hijo del historiador Claudio Sánchez-Albornoz, quien ha defendido esta “obra cinematográfica” cuya fidelidad a los hechos es “total”, aunque “con un lenguaje distinto y apropiado para los 50 años posteriores a la fuga”.
En este sentido, ha comentado como Colomo y su equipo emplearon “recursos fílmicos que construyeran una versión digerible por la gente”, lo que hizo que la película no solo fuera vista en aquella época, sino que ahora esté “funcionando bien en las plataformas”, según uno de los coguionistas.
Precisamente, Carlos López y José Ángel Esteban tuvieron un papel fundamental, convenciendo al director para que rodase el filme, después de varios intentos con distintos productores que la desecharon inicialmente ante el temor de que fuese una película dramática sobre la posguerra. Algo que nada tenía que ver con la realidad, ya que se trataba de una comedia que quería reflejar “la alegría de vivir” de los dos protagonistas en aquella época.

Como una aventura.


Así, el historiador y profesor universitario considera que la película se basa en "evidencias históricas" unidas a "ingredientes fílmicos", con el objetivo de "hacer una película de gran circulación, que conectara con diferentes generaciones".
Por ello, Colomo ha explicado que la intención del equipo era presentar el filme "como una aventura" que "no es fidedigna al cien por cien a los hechos", pero que está "inspirada" en lo que sucedió, "cambiando un poco los personajes".
"Lo importante era mantener el espíritu de rebeldía que habían tenido -los dos protagonistas-", ha apuntado el director, quien ha recordado que ambos fueron encarcelados por una "inocente" pintada con el texto "¡Viva la universidad libre!".

Tanto el director como sus dos coguionistas han afirmado que la película, 25 años después, está "joven y fresca", además de "vigente", teniendo en cuenta que "es una historia anclada en su tiempo".



  

Nicolás Sánchez Albornoz

Filología conmemora los 75 años de las pintadas de la FUE y los 25 de “Los años bárbaros”
 23 noviembre 2023

Sentado en una de las vetustas butacas del Paraninfo de la que fue su Facultad, Nicolás Sánchez Albornoz, a sus 97 años, sigue con atención la proyección de Los años bárbaros, la película rodada por Fernando Colomo en 1998, que recrea su fuga -la única que tuvo éxito de las 44 intentadas a lo largo de los años- junto a su amigo Manuel Lamana del valle de Cuelgamuros, allá por 1948. El filme comienza con Sánchez Albornoz y Lamana -Tomás y Jaime en la ficción- siendo detenidos en 1947 tras pintar en la parte trasera de la misma Facultad en la que hoy se encuentra, la de Filosofía y Letras, un mensaje con la firma de la FUE (Federación Universitaria Escolar), que aún hoy, 75 años después, a última hora de la tarde cuando el sol ya alumbra de perfil la fachada semicircular, se puede seguir leyendo:
 “Viva la Universidad Libre”.
Al concluir la proyección, ya sentado en el escenario junto, entre otros, el propio Fernando Colomo y Juan Echanove -quien en la cinta da vida al policía franquista que persigue a los fugados-, Sánchez Albornoz -reputado historiador, profesor durante décadas de la Universidad de Nueva York- reconoce que el “lenguaje fílmico”, con sus “licencias”, es casi siempre mejor vehículo para llegar al público que los “sólidos y pesados” libros que escriben los historiadores como él. Confiesa, como ya lo ha hecho en muchas ocasiones, aunque la gente parece no querer tenerlo en cuenta y se los sigue atribuyendo, que el comienzo de la película no es fidedigno. La pintada no la realizaron ni su amigo Manolo ni él -“Yo era muy conocido en la Facultad y estaba muy vigilado”-, sino “unos compañeros de la FUE de Químicas”. A ellos se les ocurrió la idea “genial” de no utilizar pintura, sino nitrato de plata, lo que hacía que sólo se viera la pintada cuando la iluminaba el sol, lo que desquiciaba a los encargados de borrarlas hasta el punto de que llegaron a cincelarlas en los ladrillos de la fachada, dejándola visible para siempre.

Esta licencia fílmica nunca ha enojado a Nicolás Sánchez-Albornoz -hijo de Claudio Sánchez Albornoz, profesor, historiador, ministro de la Segunda República y presidente en el exilio-, sino que, al contrario, se siente orgulloso de ser “testigo y fuente” de la historia y haber contribuido a que lo sucedido en aquellos años pueda ser conocido por las siguientes generaciones. De hecho, como destacaron Fernando Colomo y los guionistas de la película, José Ángel Esteban y Carlos López, el propio Nicolás estuvo presente en muchos momentos del rodaje e incluso propuso algunas de esas “licencias fílmicas”.
  “La escena de la playa, una de las mejores de la película -cuenta José Ángel Esteban- fue idea de Nicolás. Recuerdo que le dije: ¿Esto no pasó, no? Y que él me contestó: Pero podía haber pasado. Ese es el resumen de la película: no pasó, pero podía haber pasado”.
En la facultad de Filosofía de la Complutense, este miércoles y de izquierda a derecha, el actor Juan Echanove, el historiador Nicolás Sánchez-Albornoz, el director de cine Fernando Colomo y María Lamana, hija de Manuel, compañero de Sánchez-Albornoz en la fuga del Valle de los Caídos en 1948.

Por cierto, la autoría real de las pintadas se atribuye a Pablo Pintado, estudiante de Arquitectura -años después fue Premio Nacional de Arquitectura y entre sus diseños destaca el Palacio de Congresos del Paseo de la Castellana-, y a las estudiantes de Químicas Mercedes Vega y Albina Pérez, detenidos los tres en la misma redada, junto a, entre otros, Lamana y Sánchez Albornoz.
En este debate sobre la combinación que el cine hace entre hechos reales y ficción, al que el propio Sánchez Albornoz encaminó el debate, Fernando Colomo cuenta cómo cuando los guionistas le propusieron hacer la película, siempre tuvieron claro que no querían hacer un documental, sino partiendo de unos hechos reales crear una tensión dramática y decidieron, además, hacerlo con un tono de comedia, porque al fin y al cabo la historia que narra la película no es la de dos revolucionarios sino la de dos jóvenes veinteañeros con ganas de vivir y pasárselo bien.
 No obstante, decidieron contar en la película con la opinión de los protagonistas de la historia. Nicolás desde un primer momento aceptó, como también lo hizo Manuel Lamana -su hija María también asistió a esta proyección especial del filme con motivo del 25 aniversario de su rodaje y el 75 de la pintada, celebrada este 22 de noviembre- pero murió justo antes de comenzar el rodaje. No obstante, su libro Otros hombres, en el que cuenta la fuga –también con “licencias literarias”, puntualizó Sánchez Albornoz- es la base argumental de la película.

Colomo recuerda que también viajó a Estados Unidos a proponer su participación a Barbara Prost Solomon, una de las dos jóvenes estadounidenses -junto a Barbara Mailer- que ayudaron a Lamana y Sánchez Albornoz a llegar en coche a los Pirineos desde la Sierra de Guadarrama. Prost Solomon, que también había incluido aquella vivencia en su libro Aquellos felices 40 en España, decidió no participar en el proyecto y, de hecho, llegó incluso a tratar de prohibir el rodaje. “A lo mejor esperaba una gran oferta de Hollywood”, apuntó Sánchez Albornoz, que a sus 97 años mantiene un fino sentido del humor.
El caso es que con “licencias” -el viaje en coche con las dos estadounidenses duró en realidad solo un día y no los varios que recrea la película- o sin ellas -sí es cierto que el coche se lo dejó a su hermana Barbara el escritor Norman Mailer, y que el cerebro de la fuga fue Francisco Benet, hermano del escritor Joan Benet-, Los años bárbaros ha cumplido con creces su objetivo de transmitir al gran público un episodio más de la represión franquista. Como apunta Juan Echanove, “la verdad histórica es que en Cuelgamuros morían presos políticos” y eso es lo que denuncia la película.
Además, el filme ha logrado, como cuenta el profesor José Lázaro, organizador de esta jornada dedicada a conmemorar la pintada y la película, que se enmarca en las celebraciones del 90 aniversario de la Facultad -la proyección estuvo precedida por unas palabras de la decana de Filología, Isabel Durán, su vicedecano Emilio Peral, el vicedecano de la Facultad de Filosofía Agustín Menéndez y el director de Estudios de Casa Velázquez, Luis González- ser un referente para los estudiantes del grado en Lingüística y Lenguas Aplicadas, ya que es utilizada como herramienta docente y proyectado algunos de sus fragmentos hasta en 18 idiomas.

Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Complutense.

La Federación Universitaria Escolar (FUE) fue una organización estudiantil fundada en la Universidad Central de Madrid (España) a finales de 1926 por Antonio María Sbert y otros dos estudiantes como alternativa a la hasta entonces hegemónica Asociación de Estudiantes Católicos (AEC), y en el contexto de las protestas estudiantiles contra la política universitaria de la Dictadura de Primo de Rivera, que pronto derivaron en una rebelión, primero, contra la Dictadura y, luego, contra la Monarquía de Alfonso XIII. Tras la proclamación de la Segunda República Española la FUE se extinguió diluyéndose en las diversas organizaciones juveniles y partidos de izquierda. Sbert fue diputado por Esquerra Republicana de Catalunya.

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