Monumento a Marti |
José Martí Pérez (La Habana, 28 de enero de 1853-Dos Ríos, 19 de mayo de 1895) fue un poeta y político cubano. Político republicano democrático, ensayista, periodista y filósofo, fue fundador del Partido Revolucionario Cubano y organizador de la Guerra de Independencia de Cuba, durante la que murió en combate. Se le ha considerado el iniciador del modernismo literario en Hispanoamérica. Biografía. Nació en La Habana el 28 de enero de 1853. Su padre era Mariano Martí, natural de la ciudad española de Valencia, y la madre Leonor Pérez Cabrera, de Santa Cruz de Tenerife, en las islas Canarias. Pasó una breve parte de su infancia en Valencia (de los 4 a los 6 años) antes de que la familia regresara a Cuba. En 1866 se matriculó en el Instituto de Segunda Enseñanza de La Habana. Ingresó también en la clase de Dibujo Elemental en la Escuela Profesional de Pintura y Escultura de La Habana. El joven Martí pronto se sintió atraído por las ideas revolucionarias de muchos cubanos, y tras el inicio de la Guerra de los Diez Años (1868-1878), inició su actividad revolucionaria: publicó la gacetilla El Diablo Cojuelo, y poco después una revista, La Patria Libre, que contenía su poema dramático Abdala. A los diecisiete años José Martí fue condenado a seis años de cárcel por su pertenencia a grupos independentistas; realizó trabajos forzados en el penal hasta que su mal estado de salud le valió el indulto. Deportado a España, en este país publicó su primera obra de importancia, el drama La adúltera. Inició en Madrid estudios de derecho y se licenció en derecho y filosofía y letras por la Universidad de Zaragoza. Durante sus años en España surgió en él un profundo afecto por el país, aunque nunca perdonó su política colonial. En su obra La República Española ante la Revolución Cubana reclamaba a la metrópoli que hiciera un acto de contrición y reconociese los errores cometidos en Cuba. Tras viajar durante tres años por Europa y América, José Martí acabó por instalarse en México. Allí se casó con la cubana Carmen Zayas-Bazán y, poco después, gracias a la paz de Zanjón, que daba por concluida la Guerra de los Diez Años, se trasladó a Cuba. Deportado de nuevo por las autoridades cubanas, temerosas ante su pasado revolucionario, se afincó en Nueva York y se dedicó por completo a la actividad política y literaria. Desde su residencia en el exilio, José Martí se afanó en la organización de un nuevo proceso revolucionario en Cuba, y en 1892 fundó el Partido Revolucionario Cubano y la revista Patria. Se convirtió entonces en el máximo adalid de la lucha por la independencia de su país. Dos años más tarde, tras entrevistarse con el generalísimo Máximo Gómez, se incorporó a una nueva intentona que daría lugar a la definitiva Guerra de la Independencia (1895-1898). Pese al embargo de sus barcos por parte de las autoridades estadounidenses, pudo partir al frente de un pequeño contingente hacia Cuba, pero fue abatido por las tropas realistas en 1895; contaba cuarenta y dos años. Junto a Simón Bolívar y José de San Martín, José Martí es considerado uno de los principales protagonistas del proceso de emancipación de Hispanoamérica. La poesía de José Martí. Además de destacado ideólogo y político, José Martí fue uno de los más grandes poetas hispanoamericanos y la figura más destacada de la etapa de transición al Modernismo, que en América supuso la llegada de nuevos ideales artísticos. Como poeta se le conoce por Versos libres (1878-1882, publicados póstumamente); Ismaelillo (1882), obra que puede considerarse un adelanto de los presupuestos modernistas por el dominio de la forma sobre el contenido; y Versos sencillos (1891), un poemario decididamente modernista en el que predominan los apuntes autobiográficos y el carácter popular. Escritos en su mayor parte en 1882, los poemas de Versos libres no vieron la luz hasta su publicación póstuma en 1913, muchos años después de su muerte. El propio Martí calificó esos versos de "endecasílabos hirsutos, nacidos de grandes miedos, o de grandes esperanzas, o de indómito amor de libertad, o de amor doloroso a la hermosura". El tono fuerte y áspero de este volumen, por el que Martí proclamaba su propia preferencia, impresionó vivamente a Miguel de Unamuno, cuyos juicios serían el punto de partida de la valoración de la obra. Su fuerza vibratoria, tanto formal como en los contenidos, se hace evidente en composiciones como "Poética", "Mi poesía" o "Cuentan que antaño", en las que se sirvió de un lenguaje vigoroso y oscuro, por momentos incluso pasional. La poesía de José Martí se funda en una visión dualista de la humanidad: realidad e idealismo, espíritu y materia, verdad y falsedad, conciencia e inconsciencia, luz y oscuridad. Los poemas de Ismaelillo (1882), libro dedicado a su hijo, son un ejemplo de ello: la debilidad y la inocencia del niño son su fuerza. En Versos sencillos (1891), José Martí expresa el sentimiento que le despierta la alegría de la naturaleza y el mal de la civilización. El sufrimiento y el temor al paso del tiempo también fueron elementos frecuentes en su lírica, donde se advierte un acercamiento al romanticismo que muchos críticos han considerado superior al de otros de sus contemporáneos. En A mis hermanos muertos el 27 de noviembre (1872), publicado durante su destierro en España, Martí dedica sus versos a los estudiantes muertos en una masacre acaecida en aquella fecha. Obra en prosa. Su única novela, Amistad funesta, también llamada Lucía Jérez y firmada con el pseudónimo de Adelaida Ral, fue publicada por entregas en el diario El Latino-Americano entre mayo y septiembre de 1885; aunque en su argumento predomina el tema amoroso, en esta obra de final trágico también aparecen elementos sociales. Entre sus obras dramáticas destacan Abdala (1869), drama simbólico en un acto y en octosílabos, La Adúltera (1873) y Amor con amor se paga (1875), también en verso y estrenado en México. La prosa de Martí se vio influida por la obra del norteamericano Ralph Waldo Emerson, para quien la palabra debía ser tan elocuente como poética e intensa dentro de un discurso sencillo y conciso. Era consciente, como acaso sólo lo fueron los modernistas inmediatamente posteriores a él, de todas las posibilidades del lenguaje, y consideraba que sus recursos estaban íntimamente ligados a las cualidades humanas del pueblo, que en última instancia era quien los inventaba. Tanto la prosa como la poesía de Martí resultan inseparables de su biografía; él mismo declaró que eran parte indiscutible de su máxima preocupación, que no era otra que la política. Personalidad optimista, sus opiniones sobre el hombre, la poesía o la sociedad son aspectos que aparecen en sus obras al servicio de unas concepciones que tenían siempre al ser humano como centro. A largo plazo su objetivo era la mejora de la humanidad, pero a corto plazo lo era la liberación de Cuba, a la que dedicó todos sus esfuerzos. Por ello, su producción en prosa fue en su mayor parte funcional, como sus ensayos sobre Simón Bolívar, José de San Martín o el general José Antonio Páez, en relación a los héroes del pasado, y sobre el general Máximo Gómez, Walt Whitman o Ralph Waldo Emerson entre los contemporáneos; en tales textos, que constituyeron lo mejor de su prosa, exaltó las cualidades de personajes que admiraba. Dentro de la primera edición de sus obras completas, el volumen titulado Norteamericanos reunió póstumamente sus estudios sobre figuras del norte; otros dos volúmenes, bajo el título Nuestra América, contienen los trabajos de Martí consagrados a estudiar aspectos de la vida, la cultura y la historia de la América hispana. En ellos expresó su mensaje americanista y resumió su precursora teoría de la debilidad de las naciones hispánicas, en las que existía un enorme abismo entre las clases dirigentes e intelectuales y el pueblo. Cronista y crítico excepcional, hizo de muchos de sus textos auténticos ensayos, algunos de carácter revolucionario como El presidio político en Cuba (1871), reflejo de gran fuerza lírica de su condena a trabajos forzados en el que denuncia las penurias que sufrían los independentistas. Cabe destacar también La República Española ante la Revolución Cubana (1873) y Cuba y los Estados Unidos (1889), refutación de los ataques de la prensa norteamericana a los patriotas cubanos, así como El Manifiesto de Montecristi o su Diario de campaña. También fundó una revista para niños, La Edad de Oro (1889), publicada en Nueva York y en la que aparecieron los cuentos Bebé y el señor Don Pomposo, Nené traviesa y La muñeca negra. Íntegramente redactada por Martí, esta publicación muestra una serie de aspectos de su personalidad y constituye también una demostración de cómo supo anticiparse a muchas conquistas de la pedagogía moderna: una vez más, puso de relieve en esos escritos su preocupación por las normas de justicia y dignidad humanas, que debían cultivarse en el niño desde su más tierna edad. José Martí colaboró a lo largo de su vida en innumerables publicaciones de distintos países, como La Revista Venezolana, La Opinión Nacional de Caracas, La Nación de Buenos Aires o la Revista Universal de México. Sus Obras completas (que en la edición de 1963-1965 constan de veinticinco volúmenes) incluyen asimismo un nutrido epistolario (sus cartas, también reveladoras de su singular personalidad, han merecido excepcionales comentarios) y numerosos discursos, muchos de ellos dedicados a enardecer el sentimiento patriótico de los cubanos que radicaban como él en la emigración, llamándolos al esfuerzo común gracias al cual se lograría la independencia de la patria. Visión política. Su visión política era un liberal clásico y demócrata. Además, su obra política y de propaganda muestra estas tres prioridades: la unidad de todos los cubanos como nación en el proyecto cívico republicano de postguerra; la terminación del dominio colonial español; y evitar expansiones estadounidenses y españolas. Es casi unánime la información sobre su gran capacidad de trabajo y frugalidad, lo que, siendo evidente, junto a su palabra persuasiva, le valió reconocimiento por la mayoría de sus compatriotas. Pensamiento religioso. José Martí no asume una posición antirreligiosa, sino que hace críticas a las religiones establecidas, por sus desviaciones, por el abandono en un momento de su desarrollo histórico de los principios que la originaron y de los fundamentos de la religiosidad. Un pueblo irreligioso morirá, porque nada en él alimenta la virtud. Las injusticias humanas disgustan de ella; es necesario que la justicia celeste la garantice. Habiendo recibido Martí una educación religiosa fue capaz de darse cuenta y profundizar en las diferencias estimadas por las distintas religiones, logró demostrar a través de su propia experiencia lo necesario de la conciencia, la razón y la voluntad, elementos que relaciona con claridad en la actuación del hombre en la vida, la que siempre concebía relacionada con la honradez, la justicia y los sentimientos humanos. Las convicciones religiosas las veía con agrado cuando estaban en defensa de los aspectos expresados anteriormente, todo lo que fomentara su limitación y desarrollo constituían un elemento de freno al pensamiento sano y creador del hombre. Pensamiento pedagógico. Martí concibe el modelo educativo con una función social transformadora de las condiciones socioculturales y económicas de la población en general. ial. Estos procesos requieren ser tomados en cuenta en las modalidades educativas formal o no formal. Influencia de Martí Su influencia en los cubanos es grande. En general es considerado por sus compatriotas como el principal modelador de la nacionalidad cubana tal como la conocemos hoy. Su prestigio se refleja en los títulos que popularmente se le conceden. «El apóstol de la independencia», «el maestro», «héroe nacional», son los más usados. José Martí es considerado además el precursor del modernismo en Latinoamérica, un movimiento literario que explotaría en la región con Rubén Darío. Esto se observa especialmente en el prólogo que escribe en sus Versos libres, donde defiende el valor de la originalidad de la poesía nacida de las entrañas ("Éstos son mis versos. Son como son. A nadie los pedí prestados.") frente al metodismo de los poetas anteriores. |
Retrato |
Este articulo tiene 425 frases de José Julián Martí Pérez
Estatua de José Martí en el Parque Central |
Retrato de josé marti en moneda de 5 peso cubanos |
(1853-1895), político, filósofo, escritor, pensador y periodista destacado del siglo XIX, de nacionalidad cubana. Formó parte de la creación del partido revolucionario de Cuba, en su lucha por la independencia del mismo país.
-Un hombre lleno de egoísmo, es un hombre delincuente.
-El hombre ama la libertad, aunque no sepa su amor por ella. Su vida es impulsada por la misma y se aleja de donde la libertad no existe.
-El solo principio de las profundidades de una cueva, con seguridad llega a ser más poderoso que todo un ejército.
-La felicidad si existe en la tierra y se obtiene por el ejercicio sensato de la razón y la serenidad, el conocimiento de la armonía plena del universo, y la práctica frecuente de la generosidad.
-Aquel que recibe dinero con el fin de administrarlo en beneficio de su dueño, y lo usa para su propio interés o contra los deseos de su legítimo dueño, es un ladrón.
-La votación es el beneficio más delicado que cualquier otro, ya que se pone en juego no solo los intereses del votante, también esta implicada su vida, honor y futuro.
-Solamente aquellas personas que difunden la traición, el odio y la muerte, por rencor a la prosperidad y la paz de otros, no merecen compasión.
-Algunos hombres muy famosos, aquellos de mucha conversación y pocos hechos, pronto desaparecen. La acción es la dignidad de la grandeza.
-La Libertad es el derecho que tiene todo hombre a ser honesto, a pensar y hablar sin temor a ser juzgado y sin hipocresías.
-El encanto no es más que un producto de todo lo inesperado.
-Usar solo para nuestro único y exclusivo beneficio lo que no nos pertenece, es totalmente un robo.
-Aquel hombre que vive en desgracia y sin libertad, siente como si su vestidura estuviese llena de barro de las calles.
-Los hombres son como las estrellas, algunos generan su propia luz, mientras los demás solo reflejan el brillo que reciben. Una completa constelación.
-Hay que encender el horno para que todos puedan hornear pan.
-Aunque no lo parezca, al beber también encontramos la felicidad.
-Un ambicioso apetito de gloria lleva únicamente al sacrificio y a la muerte, pero el instinto innato, conlleva a la autopreservación y a la vida.
-Es deber del hombre, levantar al hombre.
-Es todo un pecado, no hacer lo que realmente uno es capaz de hacer.
-Aquel que podría haber sido toda una antorcha, y se inclina a ser solamente una cadena, es un desertor.
-La fuerza de la pasión debe estar equilibrada con la fuerza del interés.
-Los hombres que entran en acción, sobre todo aquellos cuyas acciones están basadas en el amor, llegan a vivir para siempre.
-El talento es un don que trae consigo la obligación de servir a las demás personas, y no a nosotros mismos.
-El que usa el poder que le debe a los votantes a través de la injusticia y en contra de ellos, es un completo ladrón.
-Muchos se acuestan con sus amantes, yo me acuerdo con mis brillantes ideas.
-Quien no ve las cosas tal y como son en su totalidad, no debe ser llamado radical.
-Las colinas mas altas culminan en sus picos, las naciones culminan en sus hombres.
-Es necesario comenzar a hacer de la virtud una moda.
-Solo algunas líneas de poesía son suficientes para suavizar todo un siglo.
-Tanto de día como de noche acostumbro a soñar con los ojos abiertos.
-Todo es hermosos y constante, así debe ser siempre la vida.
-Los libros nos consuelan, nos apaciguan, nos preparan, nos enriquecen la vida.
-Un amor sensato, no es amor.
-La educación es libertad.
-Viví dentro del monstruo y le conozco hasta más allá de sus entrañas.
-La verdad solamente despierta una vez, y nunca muere.
-Vengo de muchísimas partes, y sé que hacia todas las partes del mundo voy.
-Un alma buena en la Tierra, sufre mucho.
-Los pueblos del mundo, tienen los gobernantes que se merecen.
-Mientras más profunda sea mi herida, más hermoso sonara mi cantar.
-La vida en la Tierra es un mortal combate mano a mano, entre la ley del amor y la ley del odio.
-El deber de todos los hombres es estar allí en donde se es más útil.
-Solamente la tiranía teme la completa radicación de la libertad.
-Las personas solamente pueden llegar a ser libres, si son verdaderamente educadas.
José Martí (1853 - 1895) fue un orador, escritor, periodista y poeta cubano, que en su corta vida dejo una extensa obra literaria. Es el Héroe Nacional de Cuba.
Tuvo facilidad innata para la oratoria con la que cautivaba y seducía, para la poesía y la prosa y poseía un amplio conocimiento y facilidad para comunicarse, que demostró en sus años de periodista.
Su extensa obra literaria del genero modernista, se encuentra agrupada en tres libros de poesía (Ismaelillo, Versos Libres y Versos Sencillos), la revista la Edad de Oro escrita para los niños, sus cartas dirigidas a varios personajes y amistades, multitud de artículos sobre ciencia, economía y educación y temas de interés general que escribió para varios periódicos de la época, además discursos, apuntes, ensayos, una novela y varias obras de teatro.
Pensamientos de José Martí sobre el amor
♡ El amor cuerdo, no es amor...
♡ Por el amor se ve. Con el amor se ve. El amor es quien ve. Espíritu sin amor, no puede ver.
♡ La capacidad de amar, es la única que hace al hombre grande y feliz.
♡ La única verdad de esta vida, y la única fuerza, es el AMOR. El patriotismo no es más que amor. La amistad no es más que amor.
♡ La única ley de la autoridad, es el amor.
♡ Un grano de poesía sazona un siglo.
♡ La música es la más bella forma de lo bello, pero sólo el amor engendra melodías...
♡ Sin sonrisa de mujer no hay gloria completa de hombre.
♡ Cada beso, es un huésped del corazón.
♡ Hay un solo niño bello en el mundo y cada madre lo tiene.
Citas de José Martí sobre la amistad
❀ Para todas las penas, la AMISTAD es remedio seguro.
❀ La amistad es tan hermosa como el amor: es el amor mismo...
❀ Triste cosa es no tener amigos, pero más triste es no tener enemigos, porque quien enemigos no tenga, es señal de que no tiene: ni talento que le haga sombra, ni bienes que se le codicien, ni carácter que impresione, ni valor temido, ni honra de la que se murmure, ni ninguna otra cosa buena que se le envidie.
❀ La amistad es tan hermosa como el amor: es el amor mismo... Frase de José Martí sobre la amistad
❀ La amistad es tan hermosa como el amor: es el amor mismo... Frase de José Martí sobre la amistad
❀ Después del amor de una mujer, no hay nada más hermoso que la amistad.
❀ El mejor hermano es el vecino más cercano.
❀ Los amigos exagerados son los mayores enemigos.
❀ No se puede hacer grandes cosas sin grandes amigos.
Reflexiones de José Martí sobre la vida y nuestra actitud
- La vida es un asalto. Y se puede dormir; pero sobre la trinchera.
- Ayudar al que lo necesita no sólo es parte del deber, sino de la felicidad.
- Perder una batalla no es más que la obligación de ganar otra.
- Hacer es la mejor manera de decir.
- Toda la Gloria del Mundo cabe en un grano de maíz.
- La muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida.
- Perdonar es vencer.
- A las estrellas no se sube por caminos llanos.
- Si se es honrado y se nace pobre, no hay tiempo para ser sabio. Y ser rico.
- Para los niños trabajamos, porque ellos son los que saben querer, porque ellos son la esperanza del mundo.
Reflexión de José Martí sobre los niños
- El que nada quiere para si, dirá siempre la verdad.
- Las cosas buenas se deben hacer sin llamar al universo, para que lo vea a uno pasar. Se es bueno porque sí y porque allá adentro se siente como un gusto cuando se ha hecho un bien o se ha dicho algo útil a los demás. Eso es mejor que ser príncipe: SER ÚTIL.
- Se necesita ahora más que nunca, templos de amor y humanidad que desaten todo lo que hay en el hombre de generoso y sujeten todo lo que hay en él, de crudo y vil.
- Hay tres cosas que cada persona debería hacer durante su vida: plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro.
- Los que no tienen el valor de sacrificarse, han de tener al menos, el valor de callar ante los que se sacrifican.
- Cuando se tiene los ojos fijos en lo alto, ni zarzas ni guijarros distraen al viajero de su camino.
- La vida es como el pan, que agrada al sabor después de hecho, pero se hace con levadura agria.
- El que tiene un derecho no obtiene el de violar el ajeno, para mantener el suyo.
- La gratitud como ciertas flores, no se dan en las alturas, mejor reverdecen en la tierra fértil de los humildes.
Pensamientos de José Martí sobre la elegancia y el buen gusto
Es hermoso asomarse a un colgadizo y ver vivir el mundo; verlo nacer, crecer, cambiar, mejorar y aprender en esa majestad continua el gusto, de la verdad y el desdén de la riqueza y la soberbia a que se sacrifica; y lo sacrifica todo la gente inferior e inútil.
Es como la elegancia mi María que está en el buen gusto y no en el costo.
La elegancia del vestido está en la altivez y la fortaleza del alma.
Un alma honrada inteligente y libre da al cuerpo más elegancia y poderío a la mujer, que las modas más ricas de las tiendas.
Mucha tienda poca alma.
Quien tiene mucho adentro, necesita poco afuera. Quien lleva mucho afuera tiene poco adentro y quiere disimular lo poco.
Quien siente su belleza, la belleza interior, no busca afuera belleza prestada, se sabe hermosa y la belleza echa luz.
Quien conoce la belleza no pondrá en un jarrón de China un jazmín; pondrá el jazmín solo y ligero en un cristal de agua clara.
Esa es la elegancia verdadera: que el vaso no sea más que la flor.
Martí y la Niña de Guatemala.
María García Granados y Saborío, hija del general Miguel García Granados y sobrina de la hermana del general, la periodista y poetisa María Josefa García Granados se enamoró de Martí cuando este llegó a Guatemala, y su temprana muerte dio origen a la leyenda de La Niña de Guatemala.
El 10 de mayo de 1878 murió la guatemalteca María García Granados y Saborío, lo que daría lugar a una triste leyenda inspirada por los amores frustrados entre Martí y María. Martí dejó su tristeza plasmada en el poema IX de sus Versos Sencillos.
Además de los versos de Martí de 1891, existen documentos que han contribuido a esclarecer parcialmente el episodio:
Otros dos poemas, que le dedicara Martí a María antes de su fallecimientoAlgunos testimonios de amigos comunesUn pequeño mensaje que María le hiciera llegar al cubano al regresar él casado, procedente de MéxicoUna carta en que Martí la recordaba dolorosamente, dirigida a su amigo Manuel MercadoUn personaje de su única novela.
Sobre María, Martí escribió:
Guatemala, 1877Si en la fiesta teatral —corrido el velo—Desciende la revuelta escalinata,Su pie semeja cisne pequeñueloQue el seno muestra de luciente plata.[…]Quisiera el bardo, cuando al sol la mece,Colgarle al cuello esclavo los amores;¡Si se yergue de súbito, pareceQue la tierra se va a cubrir de flores!¡Oh! Cada vez que a la mujer hermosaCon fraternal amor habla el proscripto,Duerme soñando en la palmera airosa,Novia del Sol en el ardiente Egipto.Y en un segundo poema de mayo de 1877:Amo el bello desorden, muy más belloDesde que tú, la espléndida María,Tendiste en tus espaldas el cabello,¡Como una palma al destocarse haría!Desempolvo el laúd, beso tu manoY a ti va alegre mi canción de hermano.¡Cuán otro el canto fueraSi en hebras de tu trenza se tañera!
Tomado de: Martínez, M.B. Viejos datos reverdecen la leyenda: Martí y la Niña.
La historia se inicia cuando Martí, con solo veinticuatro años, llegó a Guatemala procedente de México. En el país azteca había tenido éxito profesional como periodista y escritor y se había reencontrado con su familia tras su deportación política a España (1871-1875). En Guatemala conoce a la actriz dramática Eloísa Agüero y, finalmente, se compromete en matrimonio con su futura esposa, Carmen. En realidad, arribaba a tierra centroamericana tras su decepción política frente al gobierno autoritario de Porfirio Díaz, aunque luego terminaría decepcionándole también el gobierno de Justo Rufino Barrios. Al llegar a Guatemala no deja de manifestar una visión crítica respecto a la inferiorización de que ha sido objeto la mujer en ese país: en un artículo denominado «Los códigos nuevos», publicado en El Progreso, el 22 de abril de 1877 realiza una reflexión a pedido de Joaquín Macal, ministro de Relaciones Exteriores de Guatemala:
«¿Cuál es el primero de los lastres coloniales de la legislación depuesta que menciona? El poder omnímodo del señor bestial sobre la esposa venerable. Da la patria potestad a la mujer, la capacita para atestiguar y, obligándola a la observancia de la ley, completa su persona jurídica. ¿La que nos enseña la ley del cielo, no es capaz de conocer la de la tierra?».
Así pues, centró su atención en las damas guatemaltecas de «andar indolente, de miradas castas, vestidas como las mujeres del pueblo, con las trenzas tendidas sobre el manto, que ellas llaman pañolón; la mano ociosa contando a las puntas flotantes del manto los goces infantiles o las primeras penas de su dueña»; y cuando encontró a María García Granados, una dama semejante, pero más cosmopolita e ilustrada, quedó inmediatamente prendado de ella. He aquí algunas descripciones de la señorita García Granados:
M.B. Martínez: «Era una joven interesantísima. Llevé a Martí a un baile de trajes, que se daba en casa de García Granados, a los dos días de haber llegado [por primera vez] a Guatemala; estábamos los dos de pie, en uno de los hermosos salones, viendo desfilar las parejas [cuando vimos venir] del brazo dos hermanas señoritas. Me preguntó Martí, “¿Quién es esa niña vestida de egipcia?” —“Es María, hija de la casa” [le contesté]. La detuve y le presenté a mi amigo y paisano Martí, y se encendió la chispa eléctrica».
José María Izaguirre la describió así:
«Era alta, esbelta y airosa: su cabello negro como el ébano, abundante, crespo y suave como la seda; su rostro, sin ser soberanamente bello, era dulce y simpático; sus ojos profundamente negros y melancólicos, velados por pestañas largas, revelaban una exquisita sensibilidad. Su voz era apacible y armoniosa, y sus maneras tan afables, que no era posible tratarla sin amarla. Tocaba el piano admirablemente, y cuando su mano resbalaba con cierto abandono por el teclado, sabía sacar de él notas que parecían salir de su alma y pasaban a impresionar el alma de sus oyentes.»
José María Izaguirre, cubano que quien vivía en Guatemala en ese tiempo y era director del entonces prestigioso Instituto Nacional Central para Varones, nombró a Martí profesor de Literatura y de Ejercicios de Composición. Izaguirre, además de ocuparse de las labores docentes, organizaba veladas artísticas y literarias a las que Martí asistía con frecuencia. Allí fue donde conoció a María el 21 de abril de 1877: una hermosa adolescente, siete años menor que él. El padre de ella, el general Miguel García Granados había sido presidente unos cuantos años antes y gozaba de mucho prestigio en la sociedad guatemalteca del gobierno de Barrios; pronto se hizo amigo del emigrado cubano y lo invitaba a su residencia a jugar al ajedrez con frecuencia, oportunidades en que Martí se encontraba con María.
A fines de 1877, Martí se fue a México y regresó hasta inicios del siguiente año, ya casado con Carmen. Lo que sucedió después de su matrimonio, ha sido comentado con posterioridad también por quienes presenciaron los hechos José María Izaguirre, por ejemplo, se propuso fortalecer el mito de muerte por amor:
«Cuando Martí regresó con Carmen no fue más a casa del general, pero el sentimiento se había arraigado profundamente en el alma de María, y no era ella del temple de las que olvidan. Su pasión se encerraba en este dilema: verse satisfecha, o morir. No pudiendo verificarse lo primero, le quedaba el otro recurso. En efecto, su naturaleza se resintió del golpe, fue decayendo paulatinamente, un suspiro continuo la consumía y, a pesar de los cuidados de la familia y los esfuerzos de la ciencia, después de estar algunos días en cama sin exhalar una queja, su vida se extinguió como el perfume de un lirio.»
Cuando Martí consiguió publicar los Versos Sencillos, en 1891, Carmen y su hijo habían ido a visitarlo a Nueva York. Poco después, Carmen embarcó hacia La Habana a escondidas, para lo cual solicitó colaboración a las autoridades españolas, produciéndose así la separación irreversible del matrimonio y el alejamiento definitivo de su hijo. Martí entonces le escribió a un amigo:
«Y pensar que sacrifiqué a la pobrecita, a María, por Carmen, que ha subido las escaleras del consulado español para pedir protección de mí».
Martí dejó entrever en su poema IX incluso más que una muerte por tristeza: insinúa, alegóricamente, el suicidio de la amante rechazada:
Poema IXQuiero, a la sombra de un ala,contar este cuento en flor:la niña de Guatemala,la que se murió de amor.Eran de lirios los ramos;y las orlas de reseday de jazmín; la enterramosen una caja de seda...Ella dio al desmemoriadouna almohadilla de olor;él volvió, volvió casado;ella se murió de amor.Iban cargándola en andasobispos y embajadores;detrás iba el pueblo en tandas,todo cargado de flores...Ella, por volverlo a ver,salió a verlo al mirador;él volvió con su mujer,ella se murió de amor.Como de bronce candente,al beso de despedida,era su frente -¡la frenteque más he amado en mi vida!...Se entró de tarde en el río,la sacó muerta el doctor;dicen que murió de frío,yo sé que murió de amor.Allí, en la bóveda helada,la pusieron en dos bancos:besé su mano afilada,besé sus zapatos blancos.Callado, al oscurecer,me llamó el enterrador;nunca más he vuelto a vera la que murió de amor.
Tomado de:Poemas de José Martí
Aunque persiste la leyenda creada como consecuencia de una interpretación demasiado recta del poema, no existen evidencias documentales de suficiente peso capaces de acreditar que María García Granados atentara contra su vida o, incluso, falleciera producto de un estado psicológico depresivo. Una entrevista con un descendiente de los García Granados, da luz sobre la versión familiar, transmitida por tradición oral: se dice que María, aunque acatarrada, aceptó ir a nadar con su prima, lo que era actividad habitual para ellas, quizá para distraerse de la tristeza en que se hallaba sumida tras el regreso de Martí, ya casado con Carmen. Después del paseo, María empeoró y murió a causa de una enfermedad de las vías respiratorias que, según aseguraba la familia del informante, ya padecía.
No debe dejarse de señalar que todo parece indicar que María no respondía al patrón de muchacha tímida y vulnerable; publicaciones guatemaltecas de la época hablan de su participación relativamente activa como música y cantante fuera del hogar, en actividades artísticas públicas, organizadas por sociedades e instituciones —coincide incluso con la presencia de Martí, quien interviene en una de ellas como orador. Al parecer, se trataba de una joven popular dentro de la sociedad capitalina de la época; María seguía así los pasos de su tía y abuela María Josefa García Granados, quien había muerto en 1848 y que había sido además de poetisa y periodista, muy influyente en los gobiernos de Guatemala. Tras el fallecimiento de María, aparecieron en la prensa guatemalteca varios poemas en calidad de homenaje póstumo, donde los autores confesaban la admiración que en ellos había despertado.
Itsukushima Shrine. |
El ultimo de los grandes lideres de la independencia americanas, gran poeta y un mito americano.
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