La feria de las vanidades.
William Makepeace Thackeray. Nació el 18 de julio de 1811 en Calcuta (India), en el seno de una acomodada familia de comerciantes. En 1829 fue admitido en la Universidad de Cambridge, aunque abandonó los estudios antes de licenciarse. Perdió su fortuna tras la quiebra de un banco en Calcuta y decide dedicarse plenamente al periodismo y la literatura. Fue editor de un periódico de corta vida y más adelante cursó estudios de arte en París. En 1840 se publica Notas de París (1841), parte de los artículos que había estado escribiendo para distintas revistas literarias. Relatos y apuntes cómicos (1841), su siguiente libro, contenía Los papeles de Yellowplush, El mayor Gahagan y La conspiración de Bedford Rows. Tras incorporarse a la plantilla del periódico humorístico Punch en 1842, publicó Cuaderno irlandés en 1843 y en 1847 Cornhill to Cairo. Publica por capítulos su gran novela satírica La feria de las vanidades en ese mismo año, después le continuaron las novelas: Historia de Pendennnis (1848), Henry Esmond (1852), Los recién llegados (1853) y Los virginianos (1857). Se confirmó dentro del panorama literario inglés, hasta llegar a convertirse en el principal rival artístico de su contemporáneo Charles Dickens. Pasó algún tiempo impartiendo seminarios en los Estados Unidos, tras lo cual editó el Cornhill Magazine (1860-1862), en el que publicó, por capítulos, dos de sus novelas menores, El viudo Lovel y Las aventuras de Philip. William Makepeace Thackeray falleció el 24 de diciembre de 1863, en Londres. Thackeray es reconocido por su estilo en el retrato de los personajes y el empleo de la sátira. Posee un humor irónico corrosivo y un estilo realista y hábil en la estructura argumental. Crítica Thackeray es considerado como el segundo mejor novelista de la época victoriana, después de Charles Dickens, pero actualmente es menos conocido que este y usualmente su obra más leída es La feria de las vanidades, que definió como «una novela sin héroe». En esta novela fue capaz de satirizar sobre la naturaleza humana de una forma suave, creando su más famoso personaje, la amoral Becky Sharp. Al contrario que sus demás obras, esta novela sigue siendo muy leída y estudiada. En parte autobiográfico es el personaje de Arthur Pendennis, que sirve para articular un ciclo de cuatro novelas, en la primera de las cuales traza su carrera juvenil, su primera historia de amor, sus experiencias en la «Universidad de Oxbridge», su trabajo como periodista de Londres, etc., logrando un retrato convincente de un joven; otro personaje que aparece en un par de novelas históricas ambientadas en la época de la reina Ana, entre el siglo XVII y XVIII, es Henry Esmond; están escritas en un pastiche de la lengua y el estilo del siglo XVIII; los nietos de Esmond protagonizan a su vez The Virginians, otra novela histórica ambientada en la segunda mitad del siglo XVIII, en EE. UU. Las obras de Thackeray se caracterizan por su profundo conocimiento del corazón humano y por la seguridad con que están trazados sus personajes, sin exceso de virtud ni de vicio y tal como se encuentran en la vida corriente, por lo que resultan ser más fiables en cuanto a descripciones y costumbres que las de Dickens. Satiriza con ironía fina y tiende a moralizar, a veces con prolijidad. En la propia época de Thackeray, algunos críticos como Anthony Trollope argumentaron que su obra Henry Esmond era su mejor trabajo, quizá porque expresaba los valores de la época victoriana tales como la responsabilidad y ser un buen trabajador, valores que se incluirían en obras posteriores. Un motivo por el que estas obras que desarrollaban los valores victorianos no sean tan populares hoy en día quizá sea porque no incluía nada nuevo, como sí lo hizo en cambio La feria de las vanidades, que satirizaba estos mismos valores. Thackeray se consideraba un escritor de la tradición realista, no del sentimentalismo y las exageraciones que caracterizaban a Charles Dickens. Algunos críticos han aceptado esta propia definición, pero otros argumentan que Thackeray usaba técnicas narrativas características del siglo XVIII, tales como digresiones o invocar al lector, por lo que no se lo puede definir como estrictamente realista. Y consecuentemente, Henry James no quiso seguir a Thackeray porque prefería mantener el realismo en toda la obra. Obras Notas de París (1841) Relatos y esbozos cómicos (1841) Historia de Mr. Samuel Titmarsh y el gran Hogarty Diamond (1841) Cuaderno irlandés (1843) Barry Lyndon (1844) Cornhill to Cairo (1847) La feria de las vanidades (1847) Historia de Pendennnis (1848) El libro de los esnobs (1848) Henry Esmond (1852) Los recién llegados (1853) La rosa y el anillo (1855) Los virginianos (1857-59) |
Biblioteca Personal.
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Literatura británica.
La literatura británica comprende el conjunto de obras escritas producidas por habitantes de las Islas Británicas con el Reino Unido, la Isla de Man y las Islas del Canal, así como a la de Inglaterra, Gales y Escocia, previa a la formación del Reino Unido. En su mayoría la literatura británica está escrita en idioma inglés, pero hay también trabajos escritos en latín, galés, gaélico escocés, scots y otros idiomas.
La literatura inglesa antigua estuvo fermentada por escritos latinos y anglo-normandos, de origen extranjero. De esta combinación surgió un instrumento lingüístico flexible y sutil explotado por Geoffrey Chaucer y habilmente utilizado por William Shakespeare. Durante el Renacimiento, el renovado interés por el aprendizaje y los valores clásicos tuvo un efecto importante en la literatura británica, como en todas las artes; y las ideas de la propiedad literaria de Augusto en el siglo xviii y la reverencia en el siglo xix por una antigüedad clásica menos específica, aunque aún vista de manera selectiva, continuaron dando forma a la literatura. Estos tres impulsos derivaron de una fuente extranjera, a saber, la cuenca del Mediterráneo. Los Decadentes de finales del siglo xix y los modernistas de principios del XX buscaron inspiración en los movimientos e individuos de la Europa continental.
Por otra parte, las pasadas actividades imperiales de Gran Bretaña en todo el mundo continuaron inspirando literatura, en algunos casos melancólica, en otros casos hostil.
La literatura británica constituye un elemento separado de la tradición europea continental. Se destaca en todos los géneros convencionales: en Shakespeare tiene un dramaturgo de renombre mundial; en poesía, un género único y difícil de comparar con la poesía de otras literaturas; por otra parte el humor de la literatura británica es idiosincratico y es tan difícil de transmitir a los extranjeros como la poesía.1
Es notable el volumen de escritos de viajes de la literatura británica; y posee destacadas obras en el ámbito de la autobiografía, biografía y escritura histórica. La literatura infantil, la fantasía y los ensayos son campos de logros excepcionales en lo que respecta a la literatura británica. En cuanto a los escritos filosóficos, que popularmente se consideran difíciles de combinar con el valor literario, pensadores como Thomas Hobbes, John Locke, David Hume, John Stuart Mill y Bertrand Russell son comparables a la lucidez y la gracia con lo mejor de los filósofos franceses y de la ciencia. maestros de la antigüedad clásica.
Identidad británica
La naturaleza de la identidad británica ha cambiado con el tiempo. La isla que contiene Inglaterra, Escocia y Gales se conoce como Gran Bretaña desde la época del romano Plinio el Viejo (c. 23-79 ). El inglés como lengua nacional tuvo sus inicios con la invasión anglosajona que comenzó alrededor del año 450. Antes de eso, los habitantes hablaban principalmente varios idiomas celtas. Las diversas partes constituyentes del actual Reino Unido se unieron en diferentes momentos. Gales fue anexada por el Reino de Inglaterra mediante las Actas de Unión de 1536 y 1542. Sin embargo, no fue hasta 1707 con un tratado entre Inglaterra y Escocia, que el Reino de Gran Bretaña entró en existencia. Este se fusionó en enero de 1801 con el Reino de Irlanda para formar el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda. Hasta tiempos bastante recientes, las lenguas celtas se seguían hablando ampliamente en Escocia, Gales, Cornualles e Irlanda, y estas lenguas aún sobreviven, especialmente en partes de Gales.
Posteriormente, el nacionalismo irlandés condujo a la partición de la isla de Irlanda en 1921; por tanto, la literatura de la República de Irlanda no es británica, aunque la literatura de Irlanda del Norte es tanto irlandesa como británica.
Las obras escritas en inglés por escritores galeses, especialmente si su tema se relaciona con Gales, han sido reconocidas como una entidad distintiva desde el siglo xx. La necesidad de una identidad separada para este tipo de escritura surgió debido al desarrollo paralelo de la literatura en lengua galesa moderna.
Debido a que Gran Bretaña era una potencia colonial, el uso del inglés se extendió por todo el mundo; desde el siglo xix o antes en los Estados Unidos, y más tarde en otras antiguas colonias, comenzaron a aparecer importantes escritores en inglés más allá de las fronteras de Gran Bretaña e Irlanda; más tarde estos incluyeron premios Nobel.
La llegada de los anglosajones: 449 – c.1066
Aunque los romanos se retiraron de Gran Bretaña a principios del siglo v, se siguió escribiendo literatura latina, en su mayoría eclesiástica, incluidas las Crónicas de Beda (672 / 3-735), Historia ecclesiastica gentis Anglorum ; y Gildas (c. 500-570), De Excidio et Conquestu Britanniae.
En esa época, muchos británicos hablaban varios idiomas celtas. Entre las obras escritas más importantes que han sobrevivido se encuentran Y Gododdin y el Mabinogion. Desde el siglo viii al XV, los colonos vikingos y nórdicos y sus descendientes colonizaron partes de lo que hoy es la Escocia moderna. Parte de la poesía nórdica antigua sobrevive relacionada con este período, incluida la saga Orkneyinga, una narración histórica de la historia de las Islas Orcadas, desde su captura por el rey noruego en el siglo ix hasta aproximadamente 1200.
Literatura inglesa antigua: c. 658-1100
La literatura inglesa antigua, o literatura anglosajona, abarca la literatura superviviente escrita en inglés antiguo en la Inglaterra anglosajona, desde el asentamiento de los sajones y otras tribus germánicas en Inglaterra (jutos y anglos) alrededor de 450, hasta "poco después de la Conquista normanda "en 1066; es decir, c. 1100–50. Estas obras incluyen géneros como poesía épica, hagiografías, sermones, traducciones de la Biblia, obras legales, crónicas, acertijos y otros.12 En total hay unos 400 manuscritos supervivientes de este período.
La tradición oral era muy fuerte en la cultura inglesa temprana y la mayoría de las obras literarias fueron escritas para ser interpretadas. Los poemas épicos fueron, por tanto, muy populares, y algunos, incluido Beowulf, han sobrevivido hasta nuestros días. Beowulf es la obra más famosa en inglés antiguo y ha alcanzado el estatus de epopeya nacional en Inglaterra, a pesar de estar ambientada en Escandinavia.
Casi todos los autores anglosajones son anónimos: doce son conocidos por su nombre a partir de fuentes medievales, pero solo cuatro de ellos son conocidos por sus obras vernáculas con alguna certeza: Cædmon, Bede, Alfred the Great y Cynewulf. Cædmon es el primer poeta inglés cuyo nombre se conoce. La única obra conocida de Cædmon que se conserva es el Himno de Cædmon, que probablemente data de finales del siglo vii.
Las crónicas contenían una variedad de relatos históricos y literarios, y un ejemplo notable es la Crónica anglosajona.16 El poema La batalla de Maldon también trata de la historia. Este es el nombre que se le da a una obra, de fecha incierta, que celebra la verdadera Batalla de Maldon de 991, en la que los anglosajones no lograron evitar una invasión vikinga.
La antigüedad clásica no se olvidó en la Inglaterra anglosajona, y varios poemas en inglés antiguo son adaptaciones de textos filosóficos clásicos tardíos. El más largo es la traducción del rey Alfredo (849-99) de la Consolación de la filosofía de Boecio.
Literatura medieval tardía: 1066-1500
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La diversidad lingüística de las islas en el período medieval contribuyó a una rica variedad de producción artística e hizo que la literatura británica fuera distintiva e innovadora
Algunas obras todavía estaban escritas en latín; estos incluyen el libro de finales del siglo xii de Giraldus Cambrensis sobre su amada Gales, Itinerarium Cambriae. Después de la conquista normanda de 1066, se desarrolló la literatura anglo-normanda, introduciendo tendencias literarias de la Europa continental, como la chanson de geste. Sin embargo, el desarrollo autóctono de la literatura anglo-normanda fue precoz en comparación con la literatura continental Oïl.
Geoffrey de Monmouth (c. 1100 - c. 1155) fue una de las principales figuras en el desarrollo de la historia británica y de la popularidad de los cuentos del Rey Arturo. Es conocido por su crónica Historia Regum Britanniae (Historia de los reyes de Gran Bretaña) de 1136, que difundió los motivos celtas a un público más amplio. Wace (c. 1110 - después de 1174), que escribió en francés normando, es el primer poeta conocido de Jersey; también desarrolló la leyenda artúrica.) A finales del siglo xii, Layamon en Brut adaptó Wace para hacer la primera obra en inglés que utiliza las leyendas del Rey Arturo y los Caballeros de la Mesa Redonda. También fue la primera historiografía escrita en inglés desde la Crónica anglosajona.
Inglés medio
El interés en el Rey Arturo continuó en el siglo xv con La muerte de Arturo (1485) de Sir Thomas Malory, una compilación popular e influyente de algunos romances franceses e ingleses artúricos. Fue uno de los primeros libros impresos en Inglaterra por Caxton.
En el período medieval tardío se desarrolló una nueva forma de inglés ahora conocida como inglés medio. Esta es la forma más temprana que es comprensible para los lectores y oyentes modernos, aunque no fácilmente. Las traducciones de la Biblia en inglés medio, en particular la Biblia de Wycliffe, ayudaron a establecer el inglés como lengua literaria. La Biblia de Wycliffe es el nombre que ahora se le da a un grupo de traducciones de la Biblia al inglés medio que se hicieron bajo la dirección o instigación de John Wycliffe. Aparecieron durante el período 1382 a 1395.
Piers Plowman o Visio Willelmi de Petro Plowman ( Visión de Piers Plowman de William ) (escrito hacia 1360-1387) es un poema narrativo alegórico del inglés medio de William Langland. Está escrito en verso aliterado sin rima dividido en secciones llamadas "passūs" ( latín para "pasos"). Piers es considerado por muchos críticos como una de las primeras grandes obras de la literatura inglesa junto con los Cuentos de Canterbury de Chaucer y Sir Gawain y el Caballero Verde durante la Edad Media.
Sir Gawain y el Caballero Verde es un romance aliterado en inglés medio de finales del siglo xiv. Es una de las historias artúricas más conocidas, de un tipo establecido conocido como el "juego de la decapitación". Desarrollado a partir de la tradición galesa, irlandesa e inglesa, Sir Gawain destaca la importancia del honor y la caballerosidad. "En el mismo manuscrito con Sir Gawayne se conservaban otros tres poemas, ahora generalmente aceptados como obra de su autor, incluido el intrincado poema elegíaco, Pearl ".
Geoffrey Chaucer, padre de la literatura inglesa.
Geoffrey Chaucer (c. 1343-1400), conocido como el padre de la literatura inglesa, es ampliamente considerado el mayor poeta inglés de la Edad Media y fue el primer poeta enterrado en Poets' Corner en la Abadía de Westminster. Chaucer es conocido hoy por Los Cuentos de Canterbury, una colección de historias escritas en inglés medio (en su mayoría escritas en verso, aunque algunas están en prosa), que se presentan como parte de un concurso de narración de cuentos por un grupo de peregrinos mientras viajan juntos desde Southwark al santuario de Saint Thomas Becket en la Catedral de Canterbury. Chaucer es una figura crucial en el desarrollo de la legitimidad de la lengua vernácula, el inglés medio, en un momento en que los idiomas literarios dominantes en Inglaterra eran el francés y el latín.
La naturaleza multilingüe de la audiencia de la literatura en el siglo xiv puede ilustrarse con el ejemplo de John Gower (c. 1330 - octubre de 1408). Contemporáneo de Langland y amigo personal de Chaucer, Gower es recordado principalmente por tres obras principales, Mirroir de l'Omme, Vox Clamantis y Confessio Amantis, tres largos poemas escritos en anglo-normando, latín e inglés medio respectivamente que están unidos por temas morales y políticos comunes.
Las escritoras también estuvieron activas, como Marie de France en el siglo xii y Juliana de Norwich a principios del siglo xiv. Se cree que las Revelaciones de Amor Divino (alrededor de 1393) de Juliana es el primer libro publicado escrito por una mujer en inglés.Margery Kempe (c. 1373 - después de 1438) es conocida por escribir El libro de Margery Kempe, una obra considerada por algunos como la primera autobiografía en lengua inglesa.
Los principales escritores escoceses del siglo xv incluyen Henrysoun, Dunbar , Douglas y Lyndsay. Las obras de Chaucer influyeron en los escritores escoceses.
Teatro medieval
En la Edad Media, el teatro en las lenguas vernáculas de Europa puede haber surgido de las representaciones religiosas de la liturgia. Las obras de misterio se presentaban en los pórticos de las catedrales o por actores viajeros en los días festivos. Las obras de milagros y misterios, junto con las moralidades y los interludios, evolucionaron más tarde hacia formas más elaboradas de drama, como se vio en los escenarios isabelinos. Otra forma de teatro medieval fueron las obras de teatro de los mimos, una forma de teatro callejero temprano asociado con la danza Morris, que se concentra en temas como San Jorge y el Dragón y Robin Hood. Se trataba de cuentos populares que volvían a contar historias antiguas, y los actores viajaban de pueblo en pueblo interpretándolas para su público a cambio de dinero y hospitalidad.
Las obras de misterio y las obras de milagros se encuentran entre las primeras obras de teatro desarrolladas formalmente en la Europa medieval. Las obras de misterio se centraron en la representación de historias bíblicas en las iglesias como cuadros vivientes con canciones antifonales que las acompañan. Se desarrollaron desde el siglo x hasta el siglo xvi, alcanzando la cima de su popularidad en el siglo xv antes de quedar obsoletos por el auge del teatro profesional.r.
Hay cuatro colecciones bíblicas inglesas completas o casi completas de obras de teatro del período medieval tardío. La más completa es el ciclo de York de cuarenta y ocho cuadros. Fueron representadas en la ciudad de York, desde mediados del siglo xiv hasta 1569. Además del teatro en inglés medio, hay tres obras supervivientes en idioma de Cornualles conocidas como Ordinalia.
Habiendo surgido de las obras de misterio basadas en la religión, la obra de moralidad es un género de entretenimiento teatral medieval y Tudor temprano, que representó un cambio hacia una base más secular para el teatro europeo.29 Las obras de teatrp sobre moralidad son un tipo de alegoría en la que el protagonista se encuentra con personificaciones de varios atributos morales que intentan impulsarlo a elegir una vida piadosa en lugar de una del mal. Las obras de teatro fueron más populares en Europa durante los siglos XV y XVI.
The Somonyng of Everyman ( The Summoning of Everyman) (c. 1509-1519), generalmente denominado simplemente como Everyman, es una obra moral inglesa de finales del siglo xv. Al igual que la alegoría Pilgrim's Progress (1678) de John Bunyan Everyman examina la cuestión de la salvación cristiana mediante el uso de personajes alegóricos.
El Renacimiento: 1500-1660
El estilo y las ideas del Renacimiento tardaron en penetrar en Inglaterra y Escocia, y la era isabelina (1558-1603) suele considerarse el apogeo del Renacimiento inglés. Sin embargo, muchos eruditos ven sus inicios a principios del siglo xvi durante el reinado de Enrique VIII (1491-1547)
Las influencias literarias italianas llegaron a Gran Bretaña: la forma del soneto fue introducida al inglés por Thomas Wyatt a principios del siglo xvi, y fue desarrollada por Henry Howard, Conde de Surrey, (1516/1517 - 1547), quien también introdujo el verso blanco en Inglaterra con su traducción de la Eneida de Virgilio c. 1540.
La difusión de la imprenta afectó la transmisión de literatura en Gran Bretaña e Irlanda. El primer libro impreso en inglés, la traducción de William Caxton de Recuyell of the Historyes of Troye, se imprimió en el extranjero en 1473, seguida del establecimiento de la primera imprenta en Inglaterra en 1474.
El latín siguió utilizándose como lengua de aprendizaje mucho después de que la Reforma estableciera las lenguas vernáculas como lenguas litúrgicas para las élites.
Utopía es una obra de ficción y filosofía política de Tomas Moro (1478-1535) publicada en 1516. El libro, escrito en latín, es un marco narrativo que describe principalmente una sociedad isleña ficticia y sus costumbres religiosas, sociales y políticas.
Período isabelino: 1558-1603
La carrera de William Shakespeare abarcó el cambio de las dinastías Tudor y Stuart y abarcó la historia inglesa y la idea imperial emergente del siglo xvii.
Poesía
A finales del siglo xvi, la poesía inglesa utilizó un lenguaje elaborado y extensas alusiones a los mitos clásicos. Sir Edmund Spenser (1555-1599) fue el autor de The Faerie Queene, un poema épico y una alegoría fantástica que celebra la dinastía Tudor y a Isabel I. Las obras de Sir Philip Sidney (1554-1586), un poeta, cortesano y soldado, incluyen Astrophel y Stella, La defensa de la poesía y Arcadia. Los poemas destinados a la música como canciones, como las de Thomas Campion, se hicieron populares a medida que la literatura impresa se difundió más ampliamente en los hogares.
Teatro
Durante el reinado de Isabel I (1558–1603) y luego de Jaime I (1603–25), una cultura centrada en Londres que era tanto cortesana como popular, produjo una gran poesía y teatro. Los dramaturgos ingleses estaban intrigados por el modelo italiano: una notoria comunidad de actores italianos se había establecido en Londres. El lingüista y lexicógrafo John Florio (1553-1625), cuyo padre era italiano, era un tutor real de idiomas en la corte de James I y un posible amigo e influencia de William Shakespeare, había traído gran parte de la lengua y la cultura italianas a Inglaterra. También fue el traductor de Montaigne al inglés. Las primeras obras isabelinas incluyen Gorboduc (1561), por Sackville y Norton, y la tragedia de venganza de Thomas Kyd (1558-1594) La tragedia española (1592). Altamente popular e influyente en su época, La Tragedia Española estableció un nuevo género en el teatro de la literatura inglesa, la obra de teatro de venganza o la tragedia de venganza. Jane Lumley (1537-1578) fue la primera persona en traducir Eurípides al inglés. Su traducción de Ifigenia en Aulis es la primera obra dramática conocida de una mujer en inglés.
William Shakespeare (1564-1616) se destaca en este período como un poeta y dramaturgo hasta ahora insuperable. Shakespeare escribió obras de teatro en una variedad de géneros, incluidas historias, tragedias, comedias y romances tardíos o tragicomedias. Las obras escritas en la era isabelina incluyen la comedia Twelfth Night, la tragedia Hamlet y la historia Enrique IV, Parte.
Período jacobeo: 1603-1625
Teatro
La carrera de Shakespeare continuó durante el reinado del rey Jacobo I y, a principios del siglo xvii, escribió las llamadas "obras problemáticas ", como Medida por medida, así como varias de sus tragedias más conocidas, como el rey Lear y Antonio y Cleopatra.35 Las tramas de las tragedias de Shakespeare a menudo giran en torno a errores o defectos fatales, que trastocan el orden y destruyen al héroe y a sus seres queridos.36 En su período final, Shakespeare recurrió al romance o la tragicomedia y completó cuatro obras principales, incluida La tempestad. Menos sombrías que las tragedias, estas cuatro obras tienen un tono más grave que las comedias de la década de 1590, pero terminan con la reconciliación y el perdón de errores potencialmente trágicos.
Otras figuras importantes del teatro isabelino y jacobeo son Christopher Marlowe (1564-1593), Thomas Dekker (c. 1572-1632), John Fletcher (1579-1625) y Francis Beaumont (1584-1616). El tema de Marlowe es diferente al de Shakespeare, ya que se centra más en el drama moral del hombre renacentista. Su obra Doctor Faustus (c. 1592), trata sobre un científico y mago que vende su alma al diablo. Beaumont y Fletcher son menos conocidos, pero pueden haber ayudado a Shakespeare a escribir algunos de sus mejores dramas y fueron populares en ese momento. La comedia de Beaumont, El caballero del mortero ardiente(1607), satiriza a la clase media en ascenso y especialmente a los nuevos ricos.
Después de la muerte de Shakespeare, el poeta y dramaturgo Ben Jonson (1572-1637) fue la principal figura literaria de la era jacobea. La estética de Jonson se remonta a la Edad Media y sus personajes encarnan la teoría de los humores, basada en la teoría médica contemporánea, aunque los tipos comunes de la literatura latina tuvieron la misma influencia.Las principales obras de Jonson incluyen Volpone (1605 o 1606) y Bartholomew Fair (1614).
Un estilo de teatro popular en la época jacobea era la obra de teatro de venganza, que había sido popularizada anteriormente por Thomas Kyd (1558–94) y luego desarrollada por John Webster (1578–1632) en el siglo xvii. Las obras más famosas de Webster son El diablo blanco (1612) y La duquesa de Malfi (1613). Otras tragedias de venganza incluyen The Changeling escrito por Thomas Middleton y William Rowley.
Poesía
Shakespeare también popularizó el soneto inglés, que introdujo cambios significativos en el modelo de Petrarca. Una colección de 154 sonetos, que tratan temas como el paso del tiempo, el amor, la belleza y la mortalidad, se publicó por primera vez en un cuarto de 1609..
Además de Shakespeare, los principales poetas de principios del siglo xvii incluyeron a los poetas metafísicos John Donne (1572-1631) y George Herbert (1593-1633). Influenciada por el barroco continental, y tomando como tema tanto el misticismo cristiano como el erotismo, la poesía metafísica de Donne utiliza figuras poco convencionales o "no poéticas", como una brújula o un mosquito, para lograr efectos sorpresa.
George Chapman (? 1559-? 1634) fue un dramaturgo de éxito que se le recuerda principalmente por su traducción en 1616 de la Ilíada y la Odisea de Homero en verso Inglés. Esta fue la primera traducción completa de estos poemas al idioma inglés y tuvo una profunda influencia en la literatura inglesa.
Prosa
El filósofo Sir Francis Bacon (1561-1626) escribió la novela utópica Nueva Atlántida y acuñó la frase "El conocimiento es poder ". 1638 The Man in the Moone, de Francis Godwin, relata un viaje imaginario a la luna y ahora se considera la primera obra de ciencia ficción en la literatura inglesa.
En la Reforma, la traducción de la liturgia y la Biblia a las lenguas vernáculas proporcionó nuevos modelos literarios. El Libro de Oración Común (1549) y la Versión King James autorizada de la Biblia han tenido una gran influencia. La Biblia King James, uno de los proyectos de traducción más grandes en la historia del inglés hasta ese momento, se inició en 1604 y se completó en 1611. Continuó la tradición de traducción de la Biblia al inglés desde los idiomas originales que comenzó con la obra de William Tyndale. (Las traducciones anteriores al inglés se habían basado en la Vulgata). Se convirtió en la Biblia estándar de la Iglesia de Inglaterra, y algunos la consideran una de las mayores obras literarias de todos los tiempos.
Renacimiento tardío: 1625-1660
Los poetas metafísicos continuaron escribiendo en este período. Tanto John Donne como George Herbert murieron después de 1625, pero hubo una segunda generación de poetas metafísicos: Andrew Marvell (1621-1678), Thomas Traherne (1636 o 1637-1674) y Henry Vaughan (1622-1695). Su estilo era ingenioso, con presunciones metafísicas: símiles o metáforas inverosímiles o inusuales, como la comparación de Marvell del alma con una gota de rocío;40 o la descripción de Donne de los efectos de la ausencia en los amantes a la acción de un par de brújulas.
Otro grupo importante de poetas en este momento fueron los poetas Cavalier. Eran un grupo importante de escritores, que provenían de las clases que apoyaron al rey Carlos I durante las Guerras de los Tres Reinos (1639-1651). (El rey Carlos reinó desde 1625 y fue ejecutado en 1649). Los más conocidos de estos poetas son Robert Herrick, Richard Lovelace, Thomas Carew y Sir John Suckling. Ellos "no eran un grupo formal, pero todos fueron influenciados" por Ben Jonson.42 La mayoría de los poetas Cavalier eran cortesanos, con notables excepciones. Por ejemplo, Robert Herrick no era un cortesano, pero su estilo lo marca como un poeta cavalier. Las obras arrogantes hacen uso de alegorías y alusiones clásicas, y están influenciadas por los autores latinos Horacio, Cicerón y Ovidio.
John Milton (1608–74) es uno de los más grandes poetas ingleses, que escribió en un momento de cambio religioso y agitación política. Generalmente se le considera el último gran poeta del Renacimiento inglés, aunque sus principales poemas épicos fueron escritos en el período de la Restauración, incluido El paraíso perdido (1671). Entre ellos se encuentran L'Allegro, 1631; Il Penseroso, 1634; Comus (una máscara), 1638; y Lycidas, (1638). Sus últimas obras importantes son Paradise Regained, 1671 y Samson Agonistes, 1671. Las obras de Milton reflejan profundas convicciones personales, una pasión por la libertad y la autodeterminación, y los problemas urgentes y la turbulencia política de su época. Escribiendo en inglés, latín e italiano, alcanzó renombre internacional durante su vida, y su célebre Areopagitica (1644), escrita para condenar la censura previa a la publicación, se encuentra entre las defensas más influyentes y apasionadas de la historia de la libertad de expresión y la libertad de prensa. En su biografía escrita por William Hayley de 1796 lo llamó el "autor inglés más grande", y sigue siendo considerado en general "como uno de los escritores más importantes del idioma inglés".
Thomas Urquhart (1611-1660) tradujo el Gargantúa y Pantagruel de Rabelais al inglés, y esta obra ha sido descrita como 'la más grande traducción escocesas desde el "Eneados" de Gavin Douglas.
La Restauración: 1660-1700
Teatro
La Restauración de la monarquía en 1660 relanzó la literatura, tanto en celebración de la nueva corte mundana y lúdica del rey como en reacción a ella. Los teatros en Inglaterra reabrieron después de haber sido cerrados durante el protectorado de Oliver Cromwell, el puritanismo perdió su impulso y la obscena "comedia de la Restauración" se convirtió en un género reconocible. La comedia de la Restauración se refiere a las comedias inglesas escritas y representadas en el período de la Restauración de 1660 a 1710. Además, a las mujeres se les permitió actuar en el escenario por primera vez.
La Restauración de la monarquía en Irlanda permitió a Ogilby reasumir su posición como Maestro de los Revels y abrir el primer Theatre Royal en Dublín en 1662 en Smock Alley. En 1662 Katherine Philips fue a Dublín, donde completó una traducción de La muerte de Pompeyo de Pierre Corneille, producida con gran éxito en 1663 en el teatro del Smock Alley, y se imprime en el mismo año, tanto en Dublín y Londres. Aunque otras mujeres habían traducido o escrito dramas, su traducción de Pompeyo abrió nuevos caminos como la primera versión rimada de una tragedia francesa en inglés y la primera obra de teatro en inglés escrita por una mujer para ser representada en un escenario profesional. Aphra Behn (una de las escritoras apodada "El triunvirato justo del ingenio ") fue una dramaturga prolífica y una de las primeras escritoras profesionales inglesas. Su mayor éxito dramático fue The Rover (1677).
Poesía
La representación del personaje Willmore en el El Rover de Behn y el ingenioso, rastrillo que recita poesía Dorimant en The Man of Mode (1676) de George Etherege son vistos como una sátira de John Wilmot, segundo conde de Rochester (1647-1680), un poeta libertino inglés y un ingenio de la corte de la Restauración. Su contemporáneo Andrew Marvell lo describió como "el mejor satírico inglés", y generalmente se le considera el poeta más importante y el más culto entre los ingenios de la Restauración.48 Se poema "Un sátiro contra la razón y la humanidad" es una crítica hobbesiana del racionalismo.49 La obra poética de Rochester varía mucho en forma, género y contenido. Formó parte de una "turba de caballeros que escribían con facilidad",50 que continuaron produciendo su poesía en manuscritos, en lugar de publicaciones. Como consecuencia, parte del trabajo de Rochester se ocupa de preocupaciones de actualidad, como sátiras de asuntos cortesanos en libelos, hasta parodias de los estilos de sus contemporáneos, como Sir Charles Scroope. También se destaca por su improvisación,51 Voltaire, quien se refirió a Rochester como "el hombre de genio, el gran poeta", admiró su sátira por su "energía y fuego" y tradujo algunas líneas al francés para "mostrar el brillo de imaginación que sólo su señoría podía presumir "52
John Dryden (1631-1700) fue un poeta, crítico literario, traductor y dramaturgo inglés que dominó la vida literaria de la Inglaterra de la Restauración al extremo tal que el período llegó a ser conocido en los círculos literarios como la Era de Dryden. Estableció el pareado heroico como una forma estándar de poesía inglesa al escribir exitosas sátiras, piezas religiosas, fábulas, epigramas, cumplidos, prólogos y obras de teatro con él; también introdujo el alejandrino y el triplete en la forma. En sus poemas, traducciones y críticas, estableció una dicción poética adecuada al pareado heroico. Los mayores logros de Dryden se encontraban en el verso satírico en obras como MacFlecknoe (1682). W.H. Audensese refirió a él como "el maestro del estilo medio" que fue modelo para sus contemporáneos y durante gran parte del siglo xviii..53 La considerable pérdida que sintió la comunidad literaria inglesa a su muerte fue evidente por las elegías que inspiró.54 Alexander Pope (1688-1744) fue muy influenciado por Dryden, ya menudo lo tomó prestado de él; otros escritores del siglo xviii fueron igualmente influenciados por Dryden y Pope.
Aunque Ben Jonson había sido poeta laureado de Jacobo I en Inglaterra, este no era entonces un cargo formal y el título formal de Poeta Laureado, como cargo real, fue conferido por primera vez por cartas de patente a John Dryden en 1670. El puesto luego se convirtió en un institución británica regular.
Prosa
Los diaristas John Evelyn (1620-1706) y Samuel Pepys (1633-1703) describieron la vida cotidiana de Londres y la escena cultural de la época. Sus obras se encuentran entre las fuentes primarias más importantes para el período de la Restauración en Inglaterra y consisten en relatos de testigos presenciales de muchos grandes eventos, como la Gran Plaga de Londres (1644–5) y el Gran Incendio de Londres (1666).
La publicación de El progreso del peregrino (Parte I: 1678; 1684), estableció al predicador puritano John Bunyan (1628–88) como un escritor notable. El progreso del peregrino de Bunyan es una alegoría de la salvación personal y una guía para la vida cristiana. Bunyan escribe sobre cómo el individuo puede vencer las tentaciones de la mente y el cuerpo que amenazan con la condenación. El libro está escrito en una narrativa sencilla y muestra la influencia tanto del drama como de la biografía, y sin embargo, también muestra una conciencia de la gran tradición alegórica que se encuentra en Edmund Spenser.
Siglo xviii
La era de Augusto: 1701-1750
El final del siglo xvii y principios del XVIII (1689-1750) en la literatura inglesa se conoce como la Era de Augusto. Los escritores de esta época "admiraban mucho a sus homólogos romanos, imitaban sus obras y con frecuencia establecían paralelismos entre" el mundo contemporáneo y la época del emperador romano Augusto (27 d. C. - 14 a. C.).55 Algunos de los principales escritores de este período fueron el escritor angloirlandés Jonathan Swift (1667-1745), William Congreve, (1670-1729), Joseph Addison (1672-1719), Richard Steele(1672-1729), Alexander Pope ( 1688-1744), Henry Fielding (1707-1754), Samuel Johnson (1709-1784).
1707: Nacimiento de Gran Bretaña
La Unión de los Parlamentos de Escocia e Inglaterra en 1707 para formar un solo Reino de Gran Bretaña y la creación de un estado conjunto por las Actas de Unión tuvieron poco impacto tanto en la literatura de Inglaterra como en la conciencia nacional entre los escritores ingleses. La situación en Escocia era diferente: el deseo de mantener una identidad cultural y al mismo tiempo participar de las ventajas ofrecidas por el mercado literario inglés y el idioma estándar literario inglés llevó a lo que los escritores escoceses han descrito como la "invención de la literatura británica". Los escritores ingleses, si es que consideraban a Gran Bretaña, tendían a asumir que era simplemente Inglaterra en grande; los escritores escoceses eran más claramente conscientes del nuevo estado como una "amalgama cultural que comprende algo más que Inglaterra".
"Rule Britannia!" de James Thomson es un ejemplo de la defensa escocesa de esta nueva identidad nacional y literaria. Con la invención de la literatura británica llegó el desarrollo de las primeras novelas británicas, en contraste con la novela inglesa del siglo xviii, que continuó tratando con Inglaterra y las preocupaciones inglesas en lugar de explorar el cambiante entorno político, social y literario.
Tobias Smollett (1721-1771) fue un pionero escocés de la novela británica, que exploró los prejuicios inherentes a la nueva estructura social del país a través de novelas picarescas cómicas. Su Las aventuras de Roderick Random (1748) es la primera gran novela escrita en inglés que tiene a un escocés como héroe, y las voces multinacionales representadas en la narrativa confrontan el sentimiento anti-escocés, siendo publicado solo dos años después de la Batalla de Culloden.
La expedición de Humphry Clinker (1771) reúne a personajes de los extremos de Gran Bretaña para cuestionar cómo se pueden acomodar las diferencias culturales y lingüísticas dentro de la nueva identidad británica e influyó en Charles Dickens. Richard Cumberland escribió comedias patrióticas que representan personajes tomados de las "afueras del imperio". 58 Su obra más popular, "The West Indian" (1771) se representó en América del Norte y las Indias Occidentales.
Prosa, incluida la novela
En prosa, la primera parte del período se vio ensombrecida por el desarrollo del ensayo en inglés. The Spectator, de Joseph Addison y Richard Steele, estableció la forma del ensayo periódico británico, inventando la pose del observador distante de la vida humana que puede meditar sobre el mundo sin defender ningún cambio específico en él. Sin embargo, este fue también el momento en que la novela inglesa, que surgió por primera vez en la Restauración, se convirtió en una forma de arte importante. Daniel Defoe pasó del periodismo y la escritura de vidas criminales para la prensa a escribir vidas criminales ficticias con Roxana y Moll Flanders.
En general se considera que el nacimiento de la novela inglesa ocurre con las obras Robinson Crusoe (1719) y Moll Flanders (1722), de Defoe 59 a pesar de que El progreso del peregrino (1678) de John Bunyan y Orinoco (1688) de Aphra Behn (1688) son también contendientes.60 Otros novelistas británicos importantes del siglo xviii son Samuel Richardson (1689-1761), autor de las novelas epistolares Pamela o Virtue Rewards (1740) y Clarissa (1747-1748); Henry Fielding (1707-1754), quien escribió Joseph Andrews (1742) y La historia de Tom Jones, un expósito (1749).
Si Addison y Steele dominaban en un tipo de prosa, Jonathan Swift, autor de la sátira de Los viajes de Gulliver, dominaba otro. En A Modest Proposal y Drapier Letters, Swift defendió a regañadientes al pueblo irlandés de las depredaciones del colonialismo. Esto provocó disturbios y arrestos, pero Swift, aunque no amaba a los católicos romanos irlandeses, estaba indignado por los abusos que vio.
Al satírico pictórico y dibujante editorial inglés William Hogarth (1697-1764) se le atribuye el mérito del arte secuencial occidental pionero. Su trabajo abarcó desde retratos realistas hasta series de imágenes parecidas a las de las historietas llamadas "sujetos morales modernos". Gran parte de su trabajo satiriza la política y las costumbres contemporáneas.
Teatro
Aunque la historia documentada del teatro irlandés comenzó al menos en 1601, los primeros dramaturgos irlandeses destacados fueron William Congreve (1670-1729), uno de los escritores más interesantes de comedias de la Restauración y autor de The Way of the World (1700) y el dramaturgo, George Farquhar (? 1677-1707), El oficial de reclutamiento (1706). (Comedia de la Restauración se refiere a las comedias inglesas escritas y representadas en el período de la Restauración de 1660 a 1710. Comedia de modales se utiliza como sinónimo de comedia de la Restauración).
El teatro angloirlandés del siglo xviii también incluye a Charles Macklin (? 1699–1797) y Arthur Murphy (1727–1805).
La era del drama de Augusto terminó con la censura establecida por la Ley de Licencia teatral de 1737. Después de 1737, los autores con fuertes argumentos políticos o filosóficos ya no recurrían al escenario como su medio para ganarse la vida, y las novelas comenzaron a tener estructuras dramáticas que involucraban solo a seres humanos normales, ya que el escenario se cerró para los autores serios. Antes de la Ley de Licencias de 1737, el teatro era la primera opción para la mayoría de los escritores ingeniosos. Después lo fue la novela.63
Poesía
El poeta más destacado de la época es Alexander Pope (1688-1744), cuyas obras principales incluyen: The Rape of the Lock (1712; ampliada en 1714); una traducción de la Ilíada (1715-20); una traducción de la Odisea (1725–26); El Dunciad (1728; 1743).
Desde su muerte, Pope ha estado en un constante estado de revaluación. Su alto artificio, su estricta prosodia y, en ocasiones, la pura crueldad de su sátira fueron objeto de burla para los poetas románticos, y no fue hasta la década de 1930 que su reputación revivió. Pope es ahora considerado la voz poética dominante de su siglo, un modelo de elegancia prosódica, ingenio mordaz y una fuerza moral duradera y exigente.]The Rape of the Lock y The Dunciad son obras maestras del género fingido-épico .
Fue durante este tiempo que el poeta James Thomson (1700-48) produjo su melancolía The Seasons (1728-1730) y Edward Young (1681-1765) escribió su poema Night-Thoughts (1742).
Las raíces del romanticismo: 1750-1798
La segunda mitad del siglo xviii a veces es llamada la "Edad de Johnson", en referencia a Samuel Johnson (1709-1784), a menudo conocido como Dr. Johnson, un autor inglés que hizo contribuciones duraderas a la literatura inglesa como poeta, ensayista, moralista, crítico literario, biógrafo, editor y lexicógrafo. Johnson ha sido descrito como "posiblemente el hombre de letras más distinguido de la historia de Inglaterra".
Después de nueve años de trabajo, Johnson publica en 1755 el "Dictionary of the English Language"; que tuvo un gran alcance y efecto sobre el inglés moderno y ha sido descrito como "uno de los mayores logros de la erudición" Mediante obras como el "Diccionario, su edición de Shakespeare y su Vidas de los poetas en particular, ayudó a inventar lo que ahora llamamos Literatura inglesa".
Este período del siglo xviii vio el surgimiento de tres importantes autores irlandeses, Oliver Goldsmith (1728-1774), Richard Brinsley Sheridan (1751-1816) y Laurence Sterne (1713-1768). Goldsmith se instaló en Londres en 1756, donde publicó la novela El vicario de Wakefield (1766), un poema pastoral The Deserted Village (1770) y dos obras de teatro, The Good-Natur'd Man 1768 y She Stoops to Conquer 1773. Sheridan nació en Dublín, pero su familia se mudó a Inglaterra en la década de 1750. Su primera obra, The Rivals 1775, se representó en Covent Garden y fue un éxito instantáneo. Se convirtió en el dramaturgo londinense más importante de finales del siglo xviii con obras como La escuela del escándalo y La crítica. Sterne publicó su famosa novela Tristram Shandy en partes entre 1759 y 1767.
La novela sentimental o novela de sensibilidad es un género que se desarrolló durante la segunda mitad del siglo xviii. Entre las novelas sentimentales más famosas en inglés se cuentan Pamela o la virtud recompensada (1740) de Samuel Richardson, Oliver Goldsmith ' s El vicario de Wakefield (1766), y Laurence Sterne 's Tristram Shandy (1759-1767)
Otro género novedoso también se desarrolló en este período. En 1778, Frances Burney (1752-1840) escribió Evelina, una de las primeras novelas de modales. De hecho, las novelas de Fanny Burney "fueron disfrutadas y admiradas por Jane Austen".
Los poetas de cementerio fueron una serie de poetas ingleses prerrománticos, que escribieron en la década de 1740 y posteriores, cuyas obras se caracterizan por sus sombrías meditaciones sobre la mortalidad, "cráneos y ataúdes, epitafios y gusanos" en el contexto del cementerio. A esto se le añadió, por escritores posteriores, un sentimiento por lo "sublime" y lo siniestro, y un interés por las formas poéticas antiguas inglesas y la poesía popular. A menudo se les considera precursores del género gótico. Los poetas incluyen; Thomas Gray (1716-1771), Elegía escrita en un cementerio rural (1751); William Cowper (1731-1800); Christopher Smart (1722-1771); Thomas Chatterton (1752-1770); Robert Blair (1699-1746); y Edward Young (1683-1765), La queja o pensamientos nocturnos sobre la vida, la muerte y la inmortalidad (1742-1745).
Otros precursores del romanticismo son los poetas James Thomson (1700-48) y James Macpherson (1736-1796), la novela gótica y la novela de la sensibilidad.
También presagiaba el romanticismo la ficción gótica, en obras como la novela de Horace Walpole de 1764 El castillo de Otranto. El género de ficción gótica combina elementos de terror y romance. Una novelista gótica pionera fue Ann Radcliffe, autora de Los misterios de Udolpho (1794). El monje (1796), de Matthew Lewis, es otra obra temprana notable en los géneros gótico y de terror.
James Macpherson (1736-1796) fue el primer poeta escocés en ganar reputación internacional. Afirmando haber encontrado poesía escrita por el antiguo bardo Ossian, publicó traducciones que adquirieron popularidad internacional, siendo proclamado como un equivalente celta de las epopeyas clásicas. Tanto Robert Burns (1759-1796) como Walter Scott (1771-1832) estuvieron muy influenciados por el ciclo de Ossian.
Robert Burns (1759-1796) fue un pionero del movimiento romántico y, tras su muerte, se convirtió en un icono cultural en Escocia. Entre los poemas y canciones de Burns que siguen siendo bien conocidos en todo el mundo se encuentran "Auld Lang Syne"; " Una rosa roja, roja "; " Un hombre es un hombre para un 'eso "; " A un ratón "; " Tam o 'Shanter " y " Ae Fond Kiss ".
Literatura inglesa del siglo XIX
La literatura inglesa del siglo XIX está marcada por dos grandes corrientes que bien expresan el pensamiento y la cultura de un Imperio Británico protagonista del colonialismo, el positivismo científico y la revolución industrial. Estas dos corrientes son el Romanticismo y la época Victoriana, y en el marco de las dos se produjeron grandes obras que reflejaron el pensamiento y el sentir de un siglo de grandes cambios que cambiaría el curso de Inglaterra y del mundo.
Tanto en la narrativa como en la poesía, la literatura inglesa decimonónica ha hecho grandísimas contribuciones a la literatura universal y muchas de sus obras siguen vigentes, influyendo a las nuevas generaciones y presentándose en nuevos soportes como el cine, la series de televisión, los cómics, incluso en los vídeo juegos.
El romanticismo en las islas británicas del siglo XIX
El romanticismo es una corriente artística, literaria y filosófica que abarca desde el final del siglo XVIII hasta la primera mitad del siglo XIX (1785 – 1830). Es importante señalar que los artistas pertenecientes a este periodo no se consideraban o se referían a sí mismos como “románticos” hasta que el crítico alemán August Wilhelm von Schlegel en 1808 estableció una clara distinción entre las cualidades “orgánicas” y “plásticas” del arte de este periodo y la rigidez del clasicismo. El movimiento romántico se centra en la relación del hombre con la naturaleza y sus raíces, es una celebración del mundo natural y de la experiencia individual con los tonos melancólicos y de soledad, así como la nostalgia al pasado; este sentimiento y argumento consideraba a lo moderno y el progreso como algo destructivo, ya que partían de las ideas ilustradas que habían concluído en un baño de sangre como la Revolución Francesa.
El romanticismo es entonces una época marcada por las nuevas influencias ideológicas de la Revolución Francesa (1789 – 1799) las cuales fueron acogidas y apoyadas por grandes escritores ingleses como Mary Wollstonecraft (Vindication of the Rights of Men – 1790) quien luego escribiría uno de los primeros tratados feministas de la historia: Vindication of the Rights of Women (1792). También hay que destacar a William Wordswoth (El Preludio– 1850), Samuel T. Coleridge (The Rime of the Ancient Mariner – 1798), John Keats (Al Otoño – 1820), William Blake (Canciones de Inocencia y Experiencia – 1789) y Lord Byron (Don Juan – 1819). Es la primera era literaria en el que las mujeres escritoras comienzan a florecer y a ser verdaderas rivales para los hombres; les eclipsan en ventas y en reputación. Encontramos mujeres como Jane Austen (Orgullo y Prejuicio– 1813), Mary Shelley (Frankenstein – 1818), Elizabeth Barret Browning (Sonetos del Portugués – 1845-1846) o Christina Rossetti (El mercado de los duendes – 1862).
También la Revolución Industrial supuso una ruptura con la lógica laboral tradicional ya que las fábricas trabajaban, por primera vez, con una maquinaria que aceleraría la producción, sustituiría en algunas tareas a la mano de obra y necesitaría en muchas otras un creciente número de obreros; es en este momento que el estatus social de los trabajadores empieza a virar hacia una nueva clase social: el proletariado. Con ello, hay una gran emigración del campo a la ciudad y consecuentemente la brecha entre pobres y ricos se agranda. El avance tecnológico y el positivismo en la ciencia genera un debate moral que se vería reflejado en la literatura: en obras tan influyentes como Frankenstein or the modern Prometeus de Mary Shelley hay un argumento moral y ético de fondo que obligaba a pensar que el ser humano “está jugando a ser dios”, una transgresión que traería castigos imprevisibles. Frankenstein es una novela que recoge las bases de la tragedia griega y las expresa en el contexto mencionado. Aunque la sociedad de ese entonces sigue siendo profundamente religiosa, hay reacciones variopintas hacia la muerte, desarrollándose apoteósicamente el ocultismo y la figura del fantasma o del dopplegänger (el alter ego).
El siglo XIX es también la época en la que el Imperio Británico está en pleno apogeo colonial, tanto en el Oeste con la British West Indies Company, como hacia el subcontinente indio, controlado por la British East Indies Company. Esta expansión imperialista introducirá, social y literariamente, a la otredad como tema cultural, convirtiéndose en uno de los temas más utilizados, por ejemplo en la novela Jane Eyre (1847) de Charlotte Bontë se ve reflejada la herencia caribeña en el personaje de Bertha Mason, a quien se le denomina “la loca del desván”; también a finales de siglo El corazón de las tinieblas (1899) de Joseph Conrad deja ver el contexto colonial en África y la fricción cultural que conlleva.
Características de la poesía del Romanticismo
El concepto de poesía y la figura del poeta:
Las principales características de la poesía del romanticismo son el pensamiento y los sentimientos individuales ya que se entiende a la poesía como el medio por el cual se genera la verdad absoluta. El poeta es un individuo que se distancia de sus allegados por la intensidad de sus sentimientos y experiencias, en este sentido la poesía romántica se distancia de la concepción mimética, de imitación del neoclasicismo y pone especial énfasis en la creatividad y la expresión de experiencias únicas e individuales. Esta experiencia lleva a ahondar en los intrincados caminos de los sueños, la infancia, y así surge lo sobrenatural y lo fantástico, ya que no hay restricciones del pensamiento racionalista (ver “El sueño de la razón produce monstruos” de Francisco de Goya, Capricho 44).
Conmemoración de la naturaleza:
Los autores del romanticismo entendían la naturaleza como un elemento que enseña humildad, ya que el ser humano se da cuenta de que es ínfimo en el gran mundo, delicado, y así, se desarrolla el sentimiento de lo sublime. Esto hace que sea fuente infinita de una belleza casi aterradora, y esto produce una sensación de placer siempre y cuando el sujeto no se vea en peligro. Se describen los paisajes y los fenómenos naturales con extraordinaria exactitud y se comparan a las pasiones humanas.
Espontaneidad y libertad poéticas:
Durante el siglo de la ilustración, la poesía había sido considerada como el arte supremo, con lo cual, estaba regido por estrictas normas que eran herencia del clasicismo. Esto cambia con el siglo decimonónico, y los poetas empiezan a tener en consideración la espontaneidad a la hora de escribir, lo que surge del impulso artístico libre de restricciones. Con esta visión de la creación literaria, los poetas comienzan a tratar con opiáceos y otras drogas o alcohol para alcanzar otros estados de percepción y ser capaces de crear en otro nivel de improvisación y libertad.
Interés en el ser humano corriente y en la marginalidad:
Para los románticos, todos los seres vivos están capacitados por naturaleza a ser sujetos del arte poético por igual, por lo que los poetas eligen como objeto poético incidentes y situaciones de la vida corriente, incluso rústica. En este sentido, poetas como Wordsworth dan un paso más y se centran en los bajos fondos sociales, los marginados, delincuentes, locos, la femme fatale… y así apoyan una especie de democratización de la poesía. Lo sobrenatural, lo fantástico (el gótico), bebe de las tradiciones folclóricas, la superstición y de áreas como la demonología, el ocultismo y el esoterismo. Así, se utilizan para generar una reacción en el lector ligada al misterio de lo que se oculta en las sombras y de lo que hay en el más allá. La estética del escenario de estos poemas siempre se genera a partir de usos del pasado distante y lugares inhóspitos. Por ejemplo, en la edad media o en oriente.
El héroe byroniano y la falacia del patetismo:
El patetismo se utiliza principalmente para atribuir emociones o sentimientos a la propia naturaleza o al paisaje; normalmente son emociones de sobrecogimiento ya que el ser humano es a fin de cuentas ínfimo en el gran orden natural. Esto mismo se refleja en el arquetipo del héroe byroniano o romántico. Es un hombre que tiene un sentimiento de soledad, intensidad emocional, manipulativo, inteligente, con artes de seducción, y que, sin embargo, al final de la narración acaba comportándose de forma honorable. Hoy en día, siglo XXI, entre la juventud sería conocido como un broken boy. Los ejemplos más representativos serían Rochester (Jane Eyre), Don Juan de Lord Byron, Heathcliff (Cumbres Borrascosas)
Literatura Inglesa Victoriana
La era victoriana es el periodo que abarca la segunda mitad del siglo XIX, comienza con la coronación de la Reina Victoria en 1837 hasta 1901. Tiene realmente tres periodos en los que se ve claramente que los valores van cambiando:
Temprano (1830 – 1848)
Está caracterizada por la “democratización” de la literatura ya que el libro se convierte en un pasatiempo no sólo restringido a las clases altas, sino que los costes de producción se abaratan por los avances técnicos, por lo que el objeto del libro también reduce su coste de venta, así mucha más gente puede acceder a ellos. Es el auge de otras formas literarias como los periódicos, las revistas y la novela se convierte en la obra narrativa por antonomasia.
Mediados (1848 – 1870)
Las condiciones laborales en las fábricas empiezan a regularse. Comienzan las exposiciones universales y es un periodo en el que la corriente del positivismo tiene gran influencia. Es la época dorada en la que los valores victorianos y las apariencias en sociedad tienen mucha importancia, aunque esta ideología entrará en decadencia y habrá un cisma en la fe ya que Charles Darwin introduce la duda con la teoría de la evolución de las especies. Finalmente es la época de oro en la novela manierista, doméstica y se desarrolla el realismo psicológico con George Eliot y Henry James (Daisy Miller 1878).
Tardío (1870 – 1901)
La corriente del escepticismo se extiende por la decepción y la decadencia de los principios victorianos. Los temas que se tratan en la literatura no difieren demasiado de aquellos que se dieron durante el Romanticismo ya que la Revolución Industrial y los avances tecnológicos siguieron provocando crisis morales y de fe en la religión. Un tema muy amplio es la doble moral y la hipocresía que se daba en la alta sociedad, lo que estaba aceptado en público frente al ámbito privado y a la intimidad, los valores y convenciones sociales eran muy rígidos. También surgió movimiento crítico hacia los escritores pasados, hacia el exceso de subjetividad de los poetas románticos y lo que intenta el movimiento literario en la época victoriana es combinar esta subjetividad con la “objetividad” que se dio en la época Augusta (primera mitad del siglo XVIII) ya que fue la era del surgimiento de la no ficción con diccionarios, gramáticas, ensayos, entre otros. Por lo que en la literatura victoriana encontramos la representación de la realidad de las personas, aunque en muchos casos, se hace uso de elementos fantásticos para representarla. Los movimientos principales dentro de la literatura victoriana son: el prerrafaelismo, el decadentismo, esteticismo, realismo y naturalismo.
La novela victoriana
La novela victoriana retrata una especie de idealización de las dificultades que presenta la vida, en la que el trabajo, la perseverancia, el amor y la suerte finalmente triunfan. Esto se debe a una idea o un discurso de progreso: muchos escritores comulgaban con el ideal de que las personas podían mejorar o cambiar su naturaleza, y así la novela debía tener una moraleja, o una serie de enseñanzas en su núcleo temático que explicaba la posibilidad de «triunfar», «evolucionar», «progresar». Consecuente con la consolidación de la modernidad, la literatura refleja el valor del individuo que puede tomar las riendas de sí mismo.
Aunque este tipo de narrativa se dio más al principio de la época, conforme el siglo XIX avanza esta idealización se deshace y la ficción victoriana se vuelve más compleja y entre otras cosas, se torna más gótica. De hecho, Charles Dickens consideraba que la función principal de la literatura era reflejar de forma rigurosa el mundo y así ser un espejo de las dificultades reales de la vida, y en consecuencia crear personajes complejos y completos. Por ejemplo, los escritores hacen uso de objetos simbólicos como los espejos, los retratos, los reflejos y otras figuras como el dopplegänger, los alter ego, para representar las caras ocultas de la vida privada de las personas.
A pesar de que la novela fue la forma más popular durante la época vitoriana, fueron las revistas y las entregas por capítulos o series las que permitieron dar a conocer masivamente a los grandes escritores que hoy entran dentro del canon universal como:
Charles Dickens (Oliver Twist – 1837, Grandes Esperanzas – 1861)George Eliot (El Molino del Floss – 1870)Lord Tennyson (The Lotos-Eaters – 1832)Elizabeth Barret Browning (Sonetos del Portugués – 1845-1846)Oscar Wilde (El retrato de Dorian Gray – 1890)Emily Brontë (Cumbres Borrascosas – 1847)Charlotte Brontë (Jane Eyre – 1847)Anne Brontë (Agnes Grey – 1847)
La poesía victoriana
Los poetas continuaron experimentando en los estilos literarios y las técnicas de narración en sus creaciones poéticas, de esta manera la poesía de la época victoriana se considera que está a caballo entre el romanticismo y los inicios del modernismo. Algunas formas que se recuperan son por ejemplo los poemas épicos, narraciones en extensión pueden abarcar varias páginas, también incluyen el monólogo dramático, aunque el autor más representativo de esta técnica es Robert Browning. Por otro lado, Alfred Lord Tennyson, el poeta laureado de Inglaterra utiliza el monólogo dramático con un estilo más lírico y una voz poética descrita como “pintoresca” por la manera de describir los estados de ánimo.
Influencia del Movimiento Prerrafaelita en la literatura
La hermandad Pre-Rafaelita tenía como objetivo reformar de alguna manera la literatura y el arte. Se originó en 1848 con la fundación de la Hermandad por los artistas John Everett Millais (Ophelia – 1852), Dante Gabriel Rossetti (Beata Beatrix – 1870), William Holman Hunt (The Scapegoat – 1854). La fuente de inspiración de este grupo de artistas era la admiración por la pintura anterior a la era de Rafael (n. 1483-m. 1520). Sus valores se fundamentaban en el rechazo al academicismo, enfatizaban las conexiones artísticas entre literatura, pintura, escultura… y representaban fielmente la naturaleza. Las innovaciones defendidas por los prerrafaelitas atrajeron una condena generalizada, pero obtuvieron el importante apoyo del escritor, crítico de arte y sociólogo John Ruskin (The Garden of San Miniato near Florence – 1845).
Los prerrafaelitas fueron fundamentales en la difusión del gusto por el medievalismo en varios aspectos de la literatura y las artes victorianas (sobre todo en las leyendas artúricas). En la década de 1860, el prerrafaelismo experimentó una segunda ola, asociada a la obra de Edward Burne-Jones, que se apartó del realismo de las primeras obras prerrafaelitas y viró hacia la representación del mito y el esteticismo. A pesar de que los orígenes de esta corriente se encuentran en la pintura, las ideas fundamentales se extendieron a la literatura, especialmente a la poesía. Algunos de los poetas más importantes fueron Dante Gabriel Rossetti, Tennyson (aunque no pertenecía al movimiento, se observa la influencia), Christina Rossetti, A. C. Swinburne (Poemas y Baladas – 1866), William Morris y Walter Pater.
Movimiento esteticista
La base fundamental de este movimiento era “arte por el arte”, es decir, el arte gira alrededor del atractivo de las cosas, de esta manera la ideología política, social, pierde peso en el movimiento artístico y literario. Era un fuerte opositor al materialismo y al auge que existía por el área científica, entendiendo que la forma de combatir estas ideas era venerar la belleza de las cosas. Así, denunció la sobria moralidad y los valores de la clase media que caracterizaron la época victoriana y abrazó la belleza como la búsqueda principal tanto del arte como de la vida. Una de las figuras más relevantes del esteticismo fue Oscar Wilde (El Fantasma de Canterville – 1887), tanto para bien como para mal. También destacaron John Ruskin y Walter Pater (Studies in the History of the Renaissance – 1845).
En este sentido, el estilo de vida del esteta tiene más que ver con el concepto griego de hedonismo, la búsqueda del placer a través de los sentidos, por lo que los textos literarios tienen un componente temático en la descripción que apela al físico, a la decadencia y a los hábitos como el consumo de estupefacientes o a la sexualidad libre, para ello exageraban el embellecimiento del lenguaje con infinidad de figuras literarias (literatura barroca).
Literatura inglesa del siglo XX
A principios del siglo XX el llamado grupo de “poetas georgianos” y los movimientos decadentes o estéticos en Inglaterra eran corrientes de poesía que, si bien venían de la poesía victoriana, eran muy críticos con su propia sociedad y con los valores tradicionales. Eran extremadamente hipócritas con la alta sociedad victoriana. Por el lado de la narrativa, aunque la novela realista dominó la escena de finales del siglo XIX, hubo un rápido agotamiento del realismo y antes de la gran expansión cultural que ocurrió durante la década de 1920, algunos escritores ya habían comenzado a experimentar con otras formas de narración, otros géneros y temáticas: uno de los más importantes sería la novela de aventuras.
Podemos clasificar a la literatura inglesa del siglo XX, a grandes rasgos, en Modernismo y Posmodernismo. Durante todo el siglo resonó el efecto de las dos guerras mundiales, la Gran Depresión, la disolución del Imperio Británico, el desarrollo de las tecnologías (incluyendo las tecnologías de impresión editorial) y la democratización de la sociedad. La literatura sobre las antiguas colonias, la literatura fantástica, el género de detectives, las novelas distópicas, y las novelas de ciencia ficción están presentes en el transcurso del siglo XX, dando forma y fuerza a la literatura inglesa de esta época.
Modernismo en la literatura de Inglaterra (1900-1939)
El modernismo en la literatura inglesa es considerado como una época en la cual las rápidas transformaciones en la sociedad occidental, incluida la urbanización, el crecimiento demográfico e industrial, la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) influyeron de manera dispar en la creación artística. Se desarrollaron vanguardias en la literatura y el arte que buscaron romper con los valores sociales tradicionales y la tradición literaria precedente. Pensadores de Europa continental como Friedrich Nietzsche, Ernst Mach y Sigmund Freud influyeron enormemente en esta época. El núcleo del arte modernista era la creencia de que los elementos previamente sustentadores de la vida humana, como las creencias religiosas, las costumbres sociales y las convicciones artísticas, habían sido destruidos o probados como falsos y expuestos a argumentación. Esta sensación de fragmentación condujo a una literatura construida a partir de fragmentos de mito, historia, experiencia personal o arte anterior.
Puede considerarse que el Modernismo en la literatura inglesa comienza en la última década del siglo decimonónico, cuando algunos autores ya incluían en sus escritos temas y elementos formales puramente modernistas. En el ámbito anglosajón, la primera década se denomina Periodo Eduardiano (por el rey Eduardo VII del Reino Unido), caracterizado por la división entre alta literatura y literatura popular que influiría la crítica del siglo entero, especialmente en las novelas. Es importante remarcar que los periódicos continuaron siendo la principal fuente de publicación de cuentos y novelas, entregando al público los capítulos en formato “por fascículos”.
En esta época se reivindicó la fantasía, el mundo interior y psicológico, a veces lleno de color, como los cuentos de Beatrix Potter (The Tale of Peter Rabbit – 1901) y J. M. Barrie (Peter Pan – 1911). Por otra parte, también hubo un auge de la literatura que trataba el tema de la colonización como es el caso de El corazón de las tinieblas (1899) de Joseph Conrad. También Rudyard Kipling (El libro de la selva 1894, Kim 1901) toca este tema, pero en su caso, este autor estaba a favor del imperialismo británico. Fue nombrado “Poet of Empire” por lo que su obra no profundiza en la problemática referente a la exotización del sujeto colonizado. Kipling veía al Imperio como un sistema de ayuda para mantener la estabilidad social y económica en países menos desarrollados. Así que Gran Bretaña en sus obras está representada como la nación responsable de “civilizar” a los países o culturas todavía “incivilizadas”. También es importante el uso del humor para intentar alejarse de la realidad presentada por el fin del decadentismo y del pesimismo.
En la época de antes de la Primera Guerra Mundial, ya había poetas que escribían sobre el terror y las consecuencias de las guerras. Cuando llegó la Primera Guerra Mundial, cambiaron ligeramente el estilo, sin embargo, los temas continuaron siendo los mismos. Entre estos poetas destacan Thomas Hardy (The Man He Killed – 1902) y A.E. Housman (A Shropshire Lad – 1896).
La Primera Guerra Mundial rompió muchas suposiciones sobre la sociedad y la humanidad, la poesía que se produjo durante el conflicto se divide en dos tendencias: Por un lado, la patriótica, a favor del conflicto, y de corte panfletario. Los poetas más reconocidos en esta línea son John McCrae (In Fanders Fields 1915) y Rupert Brooke (The soldier 1915). Por otro lado, la anti-belicista, con autores que reconocían los horrores de la guerra y relataban la vida de forma realista para concienciar a la gente. Los poetas más importantes son Wilfred Owen (Dulce et decorum est 1920, Anthem for Doomed Youth 1920) y Siegfried Sassoon (Suicide in the trenches 1918). También hubo escritoras que hicieron importantes aportaciones literarias sobre este conflicto, como Vera Brittain (Verses of a VAD – 1918, The Dark Tide – 1923) y la también editora y enfermera Eva Dobell (Advent – 1916, In A Soldiers’ Hospital 1: Pluck)
La literatura que vino después a menudo fue inquietante, disruptiva y enfatizó nuevos intereses y enfoques. La época más conocida del Modernismo, conocida como “alto modernismo” tuvo lugar durante los años de la entreguerra (1918 – 1939). Este periodo fue el momento en el que los escritores canónicos del movimiento desarrollaron sus obras más conocidas: Virginia Woolf, James Joyce, T.S. Eliot y D.H. Lawrence. En contraste con la tradición victoriana que se centraba en representar la realidad tal y como la entendían, los modernistas reconocieron que la realidad era un constructo subjetivo, por lo que prestaron especial atención en representar la psicología humana en su obra. Esto se evidencia con las técnicas de narración adoptadas como el monólogo interior, el estilo libre indirecto, la elección de narrador en primera persona, el verso libre, narración fragmentada o discontinua, intertextualidad, narrador múltiple, metanarración, uso metafórico exagerado, uso de referencias de otras culturas y otros lenguajes. Las obras que mejor pueden representar estos cambios narrativos son A Portrait of the Artist as a Young Man y Ulysses de James Joyce, Mrs. Dalloway y To the Lighthouse de Virginia Woolf, The Love Song of J. Alfred Prufrock de T. S. Eliot, El agente secreto (1907) Joseph Conrad, Pasaje a la India (1924) de E.M. Forster y Tejados puntiagudos (1915) de Dorothy Richardson.
Por otro lado, en este periodo también tuvo su mayor apogeo la corriente de la poesía imaginista, la cual se centra en la representación de imágenes claras con un lenguaje sencillo y nítido. La idea principal es recrear la experiencia física de un objeto a través de las palabras. Hay que pensarlo como si fuera una fotografía, pero en palabras. Con esta corriente, los autores querían probar que el lenguaje no es un constructo infinito que puede presentar todo, sino que es finito y que algunas emociones, sentimientos o situaciones no pueden describirse de forma absolutamente objetiva o sin ningún tipo de conflicto. Este tipo de verso es muy parecido al haiku japonés, breves representaciones de no más de cuatro versos de escenas poéticas.
Es importante resaltar que en los tempranos años 20 resulta difícil diferenciar entre escritores ingleses e irlandeses ya que hacían parte del mismo contexto, además de que siguen considerándose dentro del constructo sociocultural que supone la literatura inglesa como una literatura más allá de Inglaterra. Resulta complejo separar las literaturas nacionales en constructos independientes ya que las influencias entre unas y otras son evidentes. También sucede lo mismo entre la literatura inglesa y la americana.
En estos primeros años de la década comienza a resurgir el teatro con autores que reflejan en sus obras las problemáticas sociales, como son J.M. Synge (Ryders of the sea 1904), Flann O’Brien (La boca pobre 1941) y Samuel Beckett, futuro Premio Nobel en 1969 (Esperando a Godot).
El Premio Nobel de Literatura en 1925 se lo llevó George Bernard Shaw, otro dublinés que marcó la transición del siglo XIX al XX. Narrador y dramaturgo, con su obra más famosa, Pigmalión, también ganó un Oscar al mejor guión no original en la adaptación cinematográfica de 1938; escribió un teatro sarcástico e ingenioso, irónico y humorístico. W. B. Yeats (La fuente de los halcones – 1917) también fue uno de los escritores más representativos de la literatura irlandesa, y fiel defensor de la independencia de Irlanda de la corona británica, la cual se dio en 1922. Por otro lado, en Escocia se dio la escuela Kailyard la cual tuvo un gran impacto en todo el Reino Unido; hay que mencionar, en particular, a J.M. Barrie (1869-1937), creador de Peter Pan (1904). Esta escuela presentó una versión idealizada de la sociedad y volvió a poner de moda la fantasía y el folclore. En 1908, Kenneth Grahame (1859-1932) escribió el clásico infantil The Wind in the Willows.
Durante esta época también se desarrolló la literatura detectivesca, que, a pesar de que había tenido una gran recibida durante el siglo XIX de la mano de escritores como Arthur Conan Doyle, el creador de las aventuras de Sherlock Holmes (1887) (su último «capítulo» fue El perro de los Baskerville), Edgar Allan Poe, quien escribió Los crímenes de la calle Morgue (1841), William Russel, autor de Chambers’s Edinburgh Journal (1849), se desarrolló en todo su esplendor cuando Agatha Chrsitie hizo aparición en el panorama literario de finales del siglo XIX y durante el siglo XX. Durante las Guerras Mundiales se dice que la novela detectivesca tuvo su época dorada, y de hecho la mayor producción literaria fue por parte de mujeres escritoras: Agatha Christie, Dorothy L. Sayers (Los secretos de Oxford 1935), Josephine Tey (La hija del tiempo – 1951), Margery Allingham (El signo del miedo – 1933), y Ngaio Marsh (Un hombre muerto – 1934). Las novelas de Agatha Chrsite tienen una combinación de narrativa basada en puzzles complicados, estereotípicos protagonistas y un retrato bastante acertado de la clase media, todo lo cual facilitó a que fuera la escritora superventas de la época. Escribió un total de 66 novelas detectivescas, y unas 14 colecciones de relatos cortos, entre sus obras más famosas se incluyen Murder on the Orient Express (1934), Death on the Nile (1937), Three Blind Mice (1950) y And Then There Were None (1939).
Posmodernismo en la literatura inglesa (1945- 2000)
El hecho histórico clave que ubica el fin del Imperio Británico moderno tuvo lugar cuando los británicos se retiraron de la India el 15 de agosto de 1947. Este evento marcó una nueva etapa en la historia de Gran Bretaña, una etapa en la que los británicos se vieron forzados a buscar nuevas formas de identidad cultural nacional que no dependieran del imperio. A medida que el proceso de descolonización avanzó vertiginosamente en las décadas de 1950 y 1960, esta redefinición de la identidad nacional se hizo más complicada por la Guerra Fría. De hecho, a medida que los británicos se retiraban de una colonia tras otra, una de sus principales preocupaciones era tratar de asegurarse de que las nuevas naciones que surgieran no cayesen bajo el dominio de la Unión Soviética. Se puede considerar así que la literatura británica de posguerra comienza con la publicación de Animal Farm de George Orwell (1903–1950) el 17 de agosto de 1945 (meses después de la derrota nazi). Sin embargo, la contribución más importante de Orwell a la ficción distópica se produjo cuatro años después, con la publicación de Nineteen Eighty-four, que se convertiría en uno de los libros más leídos del siglo XX. Otra figura importante dentro del mundo de la distopía y utopías literarias fue Aldous Huxley, quien es conocido por haber escrito Brave New World en 1932.
Las condiciones sociales, culturales, políticas y económicas en las que se encontraba Gran Bretaña sin duda fueron objeto de críticas en las obras literarias hacia la década de 1950. Cabe destacar que en ese entonces Hollywood ya había superado a la industria cinematográfica británica en términos de popularidad mundial incluso en los años anteriores a la Segunda Guerra Mundial. La literatura respondió de diversas maneras al nuevo contexto, en el que destacan las novelas de James Bond escritas por Ian Fleming, que presentan a un tipo de superhéroe y súper espía británico, que coloca a Gran Bretaña en el centro de una variedad de intrigas geopolíticas. Comenzando con Casino Royale en 1953, Fleming escribió doce novelas y dos colecciones de cuentos centrados en James Bond. Estas narraciones se remontan a los días de gloria del Imperio Británico y, por lo tanto, puede verse como un ejemplo de nostalgia colonial. También podemos encontrar la reacción contraria durante la década de 1950 en la que la literatura dio un giro oscuro. De hecho, una de las novelas británicas más conocidas y más leídas de la década de 1950 es El señor de las moscas (1954) escrita por William Golding (1911-1993), una crítica feroz a los valores tradicionales que se imponen sobre el sujeto británico (lo que estereotípicamente se conoce como the british gentleman).
Uno de los grupos de escritores más importantes del posmodernismo son The Angry Young Men quienes nunca compusieron un movimiento particularmente unificado con un conjunto coherente de ideas, sino que expresaron una variedad de perspectivas que estaban conectadas por un resentimiento amargo causado por la caída de Gran Bretaña, así como la arrogancia hipócrita de las clases altas británicas. Los Angry Young Men fueron, pues, un grupo de jóvenes escritores británicos cuyo nombre proviene de la obra teatral de John Osborne de 1956 Look Back in Anger. Esta obra expresa una profunda insatisfacción con el status quo británico y la indignación hacia la tendencia de la sociedad británica de ignorar los problemas de sus ciudadanos más necesitados. Además de Osborne, otros Angry Young Men produjeron sobre todo teatro, el más importante fue Harold Pinter quien escribió importantes “juegos de memoria”, como Tierra de nadie (1975) y Betrayal (1978). También destacó Caryl Churchill cuyas obras a menudo experimentales se centran en temas feministas, es la dramaturga más importante de esta generación. Sus obras más conocidas son Cloud Nine (1979) y Top Girls (1982).
Otra figura de renombre fue Ted Hughes quien se convirtió en Poeta Laureado Británico en 1984. Dejó un gran volumen de poesía, incluida la colección de 1998 Cartas de cumpleaños, la cual trata en gran medida sobre su relación con Sylvia Plath. También es conocido como autor de libros para niños. Su novela de ciencia ficción infantil The Iron Man (1968), originalmente escrita para consolar a sus hijos tras el suicidio de Plath, es la base de la exitosa adaptación cinematográfica estadounidense, The Iron Giant (1999, dirigida por Brad Bird).
La ciencia ficción en general jugó un papel clave en la literatura británica en la década de 1960. Martin Amis, por ejemplo, no solo escribió ciencia ficción, sino que también fue autor de un importante estudio crítico del género: New Maps of Hell: A Survey of Science Fiction (1960), basado en algunas de las conferencias que dio en la Universidad de Princeton en las que enfatizaba los aspectos distópicos del género. Aun así, después de H. G. Welles (La Guerra de los Mundos – 1995), en la década de 1990 la ciencia ficción acabó por ser el género dominado por los estadounidenses, siendo el único autor británico de ciencia ficción verdaderamente importante de los años inmediatos de la posguerra Arthur C. Clarke (2001: A Space Odyssey – 1968), quien está a la altura de los estadounidenses Isaac Asimov y Robert A. Heinlein y quienes conforman las tres figuras principales de la Edad de Oro de la Ciencia Ficción.
El movimiento de New Wave dentro de la ciencia ficción también fue de vital importancia para el desarrollo literario de los años 60. Se caracterizó por un intento de explorar temas más complejos y hasta el momento tabúes y así, por ayudar a transmitir estos temas desde un estilo literario más sofisticado. También se caracterizó por el regreso a la popularidad de los escritores británicos de ciencia ficción, los críticos y teóricos de este movimiento consideran que la fuerza principal detrás este resurgimiento fue la revista británica New Worlds, editada por el escritor británico de ciencia ficción y fantasía Michael Moorcock (Stormbringer – 1965). New Worlds también publicó autores estadounidenses de ciencia ficción emergentes como Samuel R. Delany, Thomas Disch, Harlan Ellison, Ursula K. Le Guin, Robert Silverberg y Norman Spinrad. Durante las décadas de 1960 y 1970 también se desarrolló un subgénero dentro de la literatura en verso denominada poesía marciana. Esta poesía tenía como objetivo romper el control de «lo familiar», describiendo las cosas ordinarias de maneras desconocidas, como por ejemplo a través de los ojos de un marciano. Este movimiento está relacionado con el surrealismo, y surge en el contexto de la poesía experimental de finales de la década de 1960. Además, influencias de una variedad de tradiciones literarias inglesas como la poesía metafísica, los acertijos anglosajones y la poesía sin sentido (un referente innegable de esta tradición es Lewis Carroll, autor de Alicia en el País de las Maravillas (1865). Los poetas más asociados con la poesía marciana son Craig Raine y Christopher Reid.
Dentro de la literatura de fantasía es importante señalar a uno de los grupos de discusión literaria más importantes del momento. Estaba asociado a la facultad de inglés de la Universidad de Oxford, y se denominaron a sí mismos como los «Inklings». Sus miembros principales fueron los principales novelistas de fantasía; C.S. Lewis y J.R.R. Tolkien. Lewis es especialmente conocido por Las crónicas de Narnia (1950-1956), mientras que Tolkien es mejor conocido como el autor El Señor de los Anillos (1954) y de El Hobbit (1982). Otro escritor importante es Alan Garner autor de Elidor (1965), mientras que Terry Pratchett es un escritor de fantasía más reciente. Roald Dahl saltó a la fama con sus novelas de fantasía infantil, como James and the Giant Peach y Charlie and the Chocolate Factory, a menudo inspiradas en experiencias de su infancia, notables por sus finales a menudo inesperados. J. K. Rowling autora de la exitosa serie Harry Potter (Harry Potter y la piedra filosofal – 1997) y Philip Pullman famoso por su trilogía His Dark Materials son otros autores significativos de novelas de fantasía para lectores más jóvenes.
Acerca de la literatura poscolonial de los años 60, que tuvo gran popularidad y que se alineó con los movimientos feministas de la época, hay que mencionar a escritoras como Jean Rhys quien escribió The Wide Sargasso Sea (1966), un “retelling” de la famosa novela Jane Eyre escrita por Charlotte Bronte. Aunque Wide Sargasso Sea emplea un modo de narración relativamente sencillo, está claramente ambientado en un mundo que representa, no el mundo real, sino el mundo ficticio de Jane Eyre, alineándose con el posmodernismo. También destaca Salman Rushdie quien anunció la fusión en toda regla de la técnica posmodernista con el multiculturalismo británico. Aunque trata explícitamente de la historia de la India, incluida la experiencia de la colonización y la descolonización, Hijos de la medianoche (1981) es un texto posmoderno casi paradigmático.
Las transgresiones del límite entre ficción y realidad también se llevaron a cabo en textos como The French Lieutenant ‘s Woman (1969), de John Fowles. Esta es una novela histórica ambientada en el período victoriano; en otro nivel, sin embargo, es una construcción meta ficcional compleja que comenta las formas en que se construyen los textos (especialmente las novelas victorianas). Angela Carter escribe de modo similar, ella actualiza historias del pasado, y ha producido obras claramente basadas en estrategias textuales posmodernistas pero que, como la obra de Woolf, tienen energías feministas que las diferencian de muchas de las estrategias textuales posmodernas.
Es conocida por The Bloody Chamber (1979), una serie de narraciones modernas de cuentos de hadas y cuentos populares clásicos, con un fuerte mensaje feminista. Irvine Welsh también tuvo mucho impacto dentro del panorama literario de los años 90 con la publicación de su primera novela Trainspotting (1993) en la que trata el problema de las drogas, del consumismo y un profundo nihilismo que enturbió la sociedad de esta época en Edimburgo.
Durante los 90 también hubo un auge de la novela gráfica, destacan escritores en el campo de los cómics como Neil Gaiman (Sandman) y Alan Moore. Como productos del siglo XX, es posible que nos resulte aún más difícil hacer una declaración definitiva sobre el período, especialmente porque en muchos sentidos el siglo XX todavía está con nosotros y todavía forma parte de nosotros hoy en día. Otro autor que ha tenido una repercusión espectacular a nivel mundial, sobre todo por sus aportaciones a la ficción histórica ha sido el británico Ken Follett. Su obra no se compone solo de novela histórica ya que, en realidad, la mayoría de sus novelas pertenecen a otro tipo de género, variando desde relatos más policiales a libros con un gran componente de intriga, thriller o incluso aventura. Habría que destacar títulos como Las alas del águila, El tercer gemelo, En el blanco, La caída de los gigantes, entre otros muchos.
La mayoría de esas obras de Follett acabaron eclipsadas por el éxito arrollador de su novela de 1989 Los pilares de la Tierra, uno de los bestsellers más famosos de la historia y cuyas ventas se cuentan por millones de ejemplares. En 2007 publicó su continuación, Un mundo sin fin, que también se ha situado entre los grandes éxitos de principios del siglo XXI, y un año después se le otorgó el Premio Olaguibel del Colegio Oficial de Arquitectos Vasco-Navarro.
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