Luis Alberto Bustamante Robin; Jose Guillermo Gonzalez Cornejo; Jennifer Angelica Ponce Ponce; Francia Carolina Vera Valdes; Carolina Ivonne Reyes Candia; Mario Alberto Correa Manríquez; Enrique Alejandro Valenzuela Erazo; Gardo Francisco Valencia Avaria; Alvaro Gonzalo Andaur Medina; Carla Veronica Barrientos Melendez; Luis Alberto Cortes Aguilera; Ricardo Adolfo Price Toro; Julio César Gil Saladrina; Ivette Renee Mourguet Besoain; Marcelo Andres Oyarse Reyes; Franco Gonzalez Fortunatti; Patricio Ernesto Hernández Jara; Demetrio Protopsaltis Palma; Katherine Alejandra Del Carmen Lafoy Guzmán;
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Las alas de la paloma es una novela 1902, de Henry James. Esta novela cuenta la historia de Milly Theale, un estadounidense heredera aquejado de una enfermedad grave, y su efecto sobre las personas a su alrededor. Algunas de estas personas se hacen amigos de Milly con honorables motivos , mientras que otros son más interesada . Resumen del diagrama. Kate Croy y Merton Densher son dos desposados londinenses que desesperadamente quiero casar, pero tienen muy poco dinero. Kate se puso sobre constantemente por problemas familiares, y ahora está viviendo con su tía dominante, Maud Lowder. En su mundo viene Milly Theale, una enorme riqueza americana mujer joven que había conocido y enamorado de Densher anteriormente, aunque nunca ha revelado sus sentimientos. Su compañero de viaje y confidente, la señora Stringham, es un viejo amigo de Maud. Kate y tía Maud bienvenida a Milly a Londres, y la heredera estadounidense goza de gran éxito social. Con Kate como compañero, Milly va a ver a un médico eminente, Sir Lucas Strett, porque ella se preocupa de que ella está sufriendo de una enfermedad incurable. El médico es evasiva, pero Milly teme lo peor. Kate sospecha que Milly enfermo está muy grave. Después del viaje a América, donde se había reunido Milly, Densher vuelve a encontrar la heredera en Londres. Kate quiere Densher a prestar tanta atención como sea posible para Milly, aunque al principio no sabe muy bien por qué. Kate ha tenido cuidado de ocultar a Milly (y todos los demás) que ella y Densher están comprometidos. Con la amenaza de una enfermedad grave que pesa sobre ella, Milly decide viajar a Venecia con la señora Stringham. La tía Maud, Kate y Densher la siguen. En una fiesta de Milly da en su Venecia Palazzo (el más antiguo Palazzo Barbaro , llamado "Palazzo Leporelli" en la novela), Kate finalmente revela su plan completo para Densher: es casarse con Milly modo que, después de su presumiblemente pronto-a-ocurren muerte, heredará el dinero que pueden casarse con el. Densher había sospechado esto fue idea de Kate, y le exige que consumar su relación antes de que él va a estar de acuerdo con su plan. La tía Maud y Kate vuelven a Londres mientras Densher permanece con Milly. Por desgracia, la moribunda aprende de un antiguo pretendiente de Kate acerca de la trama para obtener su dinero. Ella se retira de Densher y su condición se deteriora. Densher ve ella una última vez antes de irse a Londres, donde finalmente se recibe la noticia de la muerte de Milly. Milly le hace salir de una gran cantidad de dinero a pesar de todo. Pero Densher no acepta el dinero, y que no se casará con Kate a menos que también se niega el legado. Por el contrario, si Kate elige el dinero en lugar de él, Densher ofrece hacer el legado a ella en su totalidad. La parte final de los amantes en la página de la novela con una exclamación de Kate críptica: "Nunca será una vez más, ya que estábamos!" Personajes principales Kate Croy Merton Densher Milly Theale La tía Maud (Lowder) Susan Stringham La inspiración Milly se basa en Minny Temple (1845-1870), querida prima de James, que murió de tuberculosis. En su autobiografía dice que James Las alas de la paloma fue su intento de envolver su memoria en la "belleza y la dignidad del arte." Pero como él también dijo en el prefacio de la Nueva York Edición de texto de la novela, James tuvo que preparar la situación que iba a ocupar Milly durante los últimos meses de su vida. Él estableció el fondo de Kate y de Densher incapacidad para casarse debido a la falta de dinero. Significación y críticas literarias Las alas de la paloma tiene una de las posiciones críticas más fuertes de cualquiera de las obras de James, aunque el propio James veces expresó su descontento con él. En su prólogo a la edición de Nueva York , James pasó mucho tiempo confesando a supuestas fallas en la novela: la estructura defectuosa, personajes no tan bien presentados como podrían ser, y una incapacidad general para realizar su plan inicial para el libro. En general, los críticos han considerado estas faltas como venial o inexistente. En lugar de ello, se han concentrado en los personajes centrales y equipo de apoyo, y la técnica que utiliza James en su presentación. En 1998, la Modern Library clasificó Las alas de la paloma 26 en su lista de las 100 mejores novelas en idioma Inglés del siglo XX . MORIRSE EN VENECIA: LAS ALAS DE LA PALOMA, DE IAIN SOFTLEY.
La cámara busca la luz del sol entre el agua, moviéndose inadvertida -ella y nosotros- de derecha a izquierda. Y de repente ahí está, el reflejo del sol flotando en el agua. Lo vemos, lo perdemos en nuestro movimiento que no cesa, volvemos a verlo. Pareciera querer jugar con nosotros, huyendo de nuestra vista. Después aparecen las góndolas, fijas sobre el agua, casi como protuyendo de ella. Y en su interior, enmascarados nos ocultan su rostro, como hace unos instantes el sol nos ocultaba su presencia. Pero este juego nunca ha existido más que en nuestro cabeza: bastaba con apelar a lo obvio, mirar hacia arriba, y allí estaría el sol a pleno, incapaz de esconderse a nuestra mirada. Iain Softley, el director de Las alas de la paloma (The Wings of the Dove, 1997), y su fotógrafo, el portugués Eduardo Serra, son quienes no han querido mostrarnos de frente el sol y no lo han hecho porque quizás era lo único que les faltaba por ocultar en esta afortunada y satisfactoria película donde todos sus personajes esconden algún secreto. Las mascaras venecianas no eran necesarias: todos ellos llevan una, así no les veamos nada puesto frente a los ojos. Lentamente entramos a su mundo, uno donde la mentira parece disfrutarse con placer, un mundo que no era muy distinto al que ahora habitamos. La película es una adaptación de una obra homónima de Henry James, convertido por motivos por esclarecer (y que a nadie extrañe que se deba a la falta crónica de buenos guiones originales) en una de las fuentes literarias favoritas del cine que vemos. Novelas suyas como Retrato de una dama, Otra vuelta de tuerca, Los europeos, Las bostonianas, Washington Square, Los embajadores o The Aspern Papers han sido llevados al cine por guionistas tan particulares como Truman Capote y directores tan disímiles como Jane Campion, James Ivory, Peter Bogdanovich, Agnieszka HoIland o William Wyler, quienes han producido con este material literario películas de muy variada calidad, que fluctúan entre rotundos errores y clásicos absolutos. James empezó a escribir The Wings of the Dove en 1894, pero la novela fue publicada apenas en 1902, y aparentemente esta cinta se trata de la primera adaptación cinematográfica que se realiza de ella. Su realización se ha encargado al director inglés lain Softley, con apenas dos títulos previos en su haber: Backbeat (1993), sobre la génesis de los Beatles, y Hackers (1995), que trata de las intrigas de un grupo de genios de los computadores. Sin embargo, aquí nos entrega una obra de una madurez que no podía inferirse de su corta e irregular trayectoria, que incluye también una serie de documentales para televisión sobre algunos grupos musicales contemporáneos. La ambición sale de día He aquí o la ambición: ella es quien mueve los hilos de esta historia, que Softley y su guionista Hossein Amini sitúan en 1910, en un momento en que los valores tradicionales de la Inglaterra victoriana del sigo XIX entran en crisis frente a una modernidad liberal que aún no siente la amenaza de la Primera Guerra Mundial, pero que esconde una enorme decadencia moral detrás de la fachado de opulencia y buenas maneras que pretende mostrar infructuosamente. Todos buscan sacar provecho de los demás, aves de rapiña en busca de la presa más débil, sea ésta un hombre de rancio abolengo cuya fortuna debe cambiar de manos o una joven heredera a la que hay que desposar a toda costa. La ambición mueve entonces a Maude (Charlotte Rampling) a exhibir a su sobrina, Kate (Helena Bonham Carter) entre su amplio círculo social, a la caza de un hombre que mejore su comprometida posición social. Pero Kate tiene otros planes, pues vive un romance secreto con un periodista sin dinero, Merton Densher (Linus Roache), a quien no se entrega totalmente por el temor -muy real a ser desheredada. Y Kate, lo sabremos bien, pone la posición económica por encima del amor, en una actitud muy consecuente con lo disolución del idealismo romántico que se vivía en los albores del siglo. Entra entonces Millie (Alison Elliott), una heredera norteamericana que no sólo se encapricha con Merton, sino que además se está muriendo de tuberculosis. El plan de Kate no podía ser más sencillo: conseguir unir a Millie y a Merton, paro que éste herede su fortuna y puedan por fin sacar o lo luz su relación. Sin escrúpulos, Kate tiende una trampa a su inocente víctima, muy o lo manera de la Marquesa De Merteuil en Relaciones peligrosas (Dangerous Liaisons, 1988), ambientado esta vez en la deslumbrante belleza de Venecia, el sitio ideal para consumar sus propósitos. Estructuralmente lo película tiene tres segmentos claramente definidos: un planteamiento dramático que se desarrolla en Londres, un desarrollo de los hechos que tiene lugar en Venecia y un epílogo, muy breve, de nuevo en Londres. El director ha contado con un guión diáfano que hace un gran énfasis en la descripción de los personajes en la primera parte de lo historia, sobre todo en lo que toca a su ámbito social, que determinará el curso de los eventos que veremos luego. Ciertamente hubo un cuidado extremo en la puesta en escena, en relación con la decoración, la ambientación y el vestuario, que habla por sí mismo y que se debe al trabajo minucioso de John Beard, quien había recreado para Scorsese la Jerusalén bíblica de La última tentación de Cristo (The Last Temptation of Christ, 1988). La palabra aquí es rigor y eso es evidente en los exhaustivos detalles que adornan este filme, muy distinta a su contemporánea La heredera (Washington Square, 1997), donde los personajes de Henry James parecen más bien actores disfrazados en una película moderna. En Las alas de la paloma asistimos a una fiesta donde con facilidad logramos saber quién es rico, quién aparenta serlo, quién luce joyas propias y quién las ha pedido prestadas. Nos asomamos a unas mentes que maquinan encuentros, anticipan enlaces, hacen presupuestos, calculan herencias y miden el riesgo de sus actos. Mencionábamos antes los secretos: es aquí donde nos damos cuenta de que todos tienen por lo menos uno. Kate oculta a su padre, entregado al alcohol y al opio; Merton oculta su relación con ella, Lord Mark disimula su bancarrota, Millie no deja entrever su atracción por Merton ni su fatal estado de salud, Kate y su enamorado no dejan ver sus planes … Todos se engañan entre sí. Y lo peor: se engañan también a sí mismos. Venecia espera ahora a un trío de personajes que supone claro su destino, y -por lo menos en cuanto a Millie- su breve futuro. Cuando Kate entrega a Merton en los brazos de su amiga supone una breve y superficial relación y es fácil pensar que Merton cree lo mismo. Es aquí cuando el director deja todo el peso de la película sobre sus actores, recurriendo a su expresividad y a su espectro gestual para mostrarnos lo que piensan y sienten. Sin recurrir a una voz en off sabemos el infierno de sospechas y celos en que se consume Kate, sola de nuevo en Londres. Frente a un espejo e iluminado su rostro por una luz baja, Kate trasluce en sus ojos la angustia de no saber si ha cometido un error. Es una actriz como Helena Bonham Carter mostrándonos por qué -sin encasillarse necesariamente- se siente a sus anchas en este estilo de películas de época, donde la acción muchas veces ocurre sólo con las palabras que se dicen y con las miradas que se cruzan. Pero es en Venecia donde las cosas empiezan a tomar un giro que no alcanzaron a predecir Kate y Merton. Millie no fue a Venecia a morir lánguidamente, sino a florecer por completo antes del último adiós. Esto, claro, sorprende y encanta a Merton que ya no entiende por qué se justifica engañar a esta mujer enamorada de él y del hecho de estar viva. Los planes originales, obviamente, empiezan a desdibujarse. Lo que vemos, manejado con una sutileza que ya poco se ve en celuloide, es la toma de consciencia de Merton hacía su supuesta presa, cuyas ganas de aferrarse a sus últimos días con vida le conmueven sinceramente. Él no es un bandido sin sentimientos, sino un hombre lleno de contradicciones, que se ve de repente teniendo que enfrentar su necesidad de dinero con el sincero afecto que esta joven le despierta. Sin duda la tridimensionalidad de los personajes -no completamente buenos ni completamente malos- es parte del triunfo de este filme. Pero a pesar de todo, llega el momento de morir. Softley maneja estos instantes de agonía con la misma sutileza con la que ha manejado el resto de la historia. La asistente de Millie, vestida de negro, aparece frente a Merton sin necesidad ya de decir nada. Ella ha muerto. Y somos invitados a su funeral, lento, al ralenti, lleno de dolor. Sabemos que esa muerte es también el deceso de la relación entre Kate y Merton, que no van a lograr superar el peso de sus actos. Y eso lo vemos en la última escena de la película, uno de los momentos mejor logrados, que transforma la rica prosa de Henry James en unos instantes de dolorosa confrontación física. En Las alas de la paloma dos seres solitarios intentaron buscar la felicidad, pero en la búsqueda tocaron fibras que pertenecían al alma de alguien más y eso estremeció su mundo. Ahora pretenden ambos que al unir sus cuerpos van a lograr exorcizar los fantasmas que albergan y dejar de sentir esa nausea feroz que no los deja en paz. Los acompañamos en silencio, con el convencimiento de que es inútil, que entrelazar sus cuerpos desnudos no es la respuesta, que ya todo está dicho, que no es posible ser felices. El enorme tacto de lain Softley convierte una escena de alcoba en una despedida amarga, en esa sombra que cruza el rostro de Merton y lo deja enfrentado al ahogado grito de su enorme vacuidad. No hay nada más que hacer ni que decir: es hora ya de irse. Dejamos el universo de Las alas de la paloma también en silencio, preocupados por el destino de sus protagonistas, pero convencidos de haber asistido a una película valiosa, que invita a la reflexión y al análisis. Cine como deberíamos ver con más frecuencia. |
Biblioteca Personal.
Tengo un libro en mi colección privada .-
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Actualidad. Desde Irving y Hawthorne hasta nuestros días, el relato corto ha sido una forma literaria privilegiada en EE. UU. Uno de sus grandes artífices durante el siglo XX fue John Cheever (1912-1982), quien introdujo otra faceta más del estilo de vida estadounidense en sus creaciones literarias: los ricos suburbios que habían crecido alrededor de la mayoría de las grandes ciudades. Cheever trabajó bastante tiempo para el The New Yorker, revista conocida por su ingenio y sofisticación. La Modern Library publicó en 1998 la lista de las 100 mejores novelas de la literatura en lengua inglesa del siglo XX, lo cual dio lugar a un gran debate internacional sobre las preferencias de los lectores de los distintos países. Aunque anunciar tendencias en literatura que está siendo escrita hoy en día puede ser aventurado, recientemente está emergiendo de forma espectacular ficción escrita por miembros de grupos minoritarios. Estos son solo unos pocos ejemplos: el polifacético Joseph Heller, que se hizo famoso con su libro Trampa 22 (1951-), escritor procedente de Cuba que ganó el Premio Pulitzer en 1991 por su novela Los reyes del mambo tocan canciones de amor; con una serie de novelas que comienzan con A Boy's Own Story, Edmund White (1940-) ha capturado la angustia y la comedia de crecer en Estados Unidos siendo homosexual. Finalmente, mujeres afroamericanas han escrito algunas de las mejores obras de ficción de las últimas décadas. Una de estas escritoras, Toni Morrison (1931-2019), autora de Beloved entre otros, ganó el Premio Nobel de literatura en 1993, la segunda mujer estadounidense que recibe este galardón. Uno de los autores contemporáneos más reconocidos es David Foster Wallace (1962-2008), quien se inscribe en la tradición de Thomas Pynchon con su extensa y laberíntica novela La broma infinita (1996), considerada por la revista Time como una de las cien novelas en inglés más importantes entre 1923 y 2006. Aquejado por un cuadro depresivo que lo afectó durante más de veinte años, Wallace se suicidó a los 46 años, el 12 de septiembre de 2008. Poesía.
Los dos poetas estadounidenses más significativos del siglo XIX fueron radicalmente distintos tanto en sus temperamentos como en sus estilos. Walt Whitman (1819-1892) era un trabajador, viajero, nacionalista, enfermero por decisión propia durante la Guerra Civil de los Estados Unidos (1861-1865), y un innovador en su poética. Su obra central fue Leaves of Grass, en ella utiliza líneas de irregular extensión para representar la inclusión del conjunto de la sociedad en la democracia estadounidense. Profundizando en este mismo tema, el poeta iguala el vasto alcance de la experiencia estadounidense consigo mismo, y lo hace de tal forma que no suena como si Whitman fuera un burdo egotista. Por ejemplo, en Song of Myself, el largo poema central en Leaves of Grass, Whitman escribe: "These are really the thoughts of all men in all ages and lands, they are not original with me..." («Estos son realmente los pensamientos de todo hombre en toda época y tierra, no son originalmente míos...»). Whitman también fue un poeta del cuerpo, "the body electric" («el cuerpo eléctrico») tal y como él lo llamó. En Studies in Classic American Literature, el novelista inglés D.H. Lawrence escribió que Whitman «fue el primero en demoler la vieja concepción moral de que el alma del hombre es algo 'superior' y 'por encima' que la carne»"was the first to smash the old moral conception that the soul of man is something `superior' and `above' the flesh."
Emily Dickinson (1830-1886), por otro lado, vivió con la seguridad de una mujer soltera y burguesa en un pequeño pueblo de Massachusetts. La estructura formal de su poesía es ingeniosa, graciosa, exquisitamente elaborada y psicológicamente penetrante. Su trabajo era tremendamende iconoclasta y muy pocos poemas suyos se publicaron antes de su muerte. Muchos de sus poemas tratan el tema de la muerte, a menudo desvirtuada. "Because I could not stop for Death, he kindly stopped for me." «Como no pude detenerme por la muerte, ella amablemente se detuvo por mí». El comienzo de otro de los poemas de Dickinson juega con la posición que como mujer tiene en una sociedad dominada por los hombres y como poeta no reconocida:
A principios del siglo XX surgieron otros poetas que alcanzaron reconocimiento internacional, al punto que algunos de ellos se consideran autores fundamentales, siendo quizá los dos más importantes Ezra Pound (1885-1972) y T.S. Eliot (1888-1965). Pound nació en Idaho, pero pasó buena parte de su vida en Europa. Su trabajo es muy complejo, a veces oscuro, con muchísimas referencias a otras artes y a una amplísima variedad de fuentes literarias. Influenciado por Pound y también exiliado, Eliot escribió una poesía complicada y cargada de símbolos. The Waste Land (1922), escrita en el período de entreguerras, es un mosaico metafórico que encarna un mundo que sufre ictericia con sus sociedades fragmentadas y en decadencia. Como la de Pound, la poesía de Eliot podría ser muy alusiva y algunas ediciones de The Waste Land vienen con notas al pie de página escritas por el mismo Eliot. En 1948, Eliot ganó el Premio Nobel de Literatura. Otros nombres destacados en la poesía estadounidense son Allen Ginsberg, Henry Wadsworth Longfellow, Ambrose Bierce, John Greenleaf Whittier, Charles Bukowski, Carl Sandburg, Robert Lowell, Gwendolyn Brooks, Langston Hughes, Ogden Nash, Shel Silverstein, E. E. Cummings, William Carlos Williams, Robert Frost, Sylvia Plath, Maya Angelou, Giannina Braschi, Bob Dylan, y Gerald Stern. El teatro. Además de la ficción, los años 1920 fueron muy fructíferos en creación dramática. No había habido un dramaturgo estadounidense que resaltase hasta que Eugene O'Neill (1888-1953) comenzó a escribir sus obras. Ganador en 1936 del Premio Nobel de Literatura, O'Neill recurrió a la mitología clásica, la Biblia y la novedosa ciencia de la psicología para explorar la vida interior humana. Escribió con sinceridad sobre el sexo y las disputas familiares, pero su preocupación era la búsqueda individual de la identidad. Una de sus más notables obras es Long Day's Journey Into Night, un drama, a pequeña escala pero de amplia temática, basado en buena parte en su propia familia. O’Neill experimentó con la forma teatral y la combinación que hizo de técnicas naturalistas y expresionistas inspiraron a otros dramaturgos a tomarse más libertades en sus producciones, ya sea mediante la expansión de las técnicas del realismo, como se observa en la obra Nimiedades de Susan Glaspell, o en la aplicación de técnicas del expresionismo alemán, en la obra The Adding Machine de Elmer Rice. Otro notable dramaturgo estadounidense fue Tennessee Williams (1911-1983), que expresó su herencia sureña en sensacionales obras poéticas, normalmente sobre una mujer sensible atrapada en un ambiente salvaje. Varias obras suyas se han adaptado en guiones cinematográficos y llevado al cine, entre ellas A Streetcar Named Desire y Cat on a Hot Tin Roof. Otros escritores relevantes. Otros escritores estadounidenses que se deberían resaltar pueden ser William S. Burroughs, Arthur Miller, Carson McCullers, Raymond Carver, Richard Ford, Sinclair Lewis, Zora Neale Hurston, Rachel Carson, Richard Wright, Willa Cather, Kathy Acker, Paul Auster, Mario Puzo y Toni Morrison. |
Literatura en español de Estados Unidos. La producción de la literatura hispana en Estados Unidos es casi tan antigua como la presencia del español al norte del Río Grande. Pero en los últimos años, debido a la creciente influencia de la cultura hispana y al número creciente de lectores en español, la aparición de escritores hispanos de Estados Unidos ha confirmado sus rasgos propios. Los nombres destacados incluyen Sandra Cisneros, Giannina Braschi, Julia Álvarez, Junot Díaz, Piri Thomas, y Gloria Anzaldúa. |
El premio Nobel de literatura estadounidenses.
Sinclair Lewis fue el primer estadounidense en conseguir el Nobel de Literatura. El novelista natural de Minnesota recibió el premio bajo los siguientes méritos: “Por su arte vigoroso y gráfico de la descripción y su capacidad para crear, con ingenio y humor, nuevos tipos de personajes”. La vida de Lewis es cuanto menos reseñable. Emparejado con una redactora de Vogue, llamaron a su hijo Wells Lewis en honor al gran escritor H.G. Wells. Tras una vida de altibajos en la que se volvió a casar y tuvo un hijo, acabó muriendo a causa del alcoholismo en Roma a los 65 años de edad. Lewis comenzó los años 30 de una forma magnífica para los estadounidenses, algo que sentaría precedente para varios compañeros suyos.
Tan solo 6 años después del premio del novelista, el dramaturgo ganador de 4 Pullitzer, Eugene O’Neill recibía el Nobel de Literatura por “las profundas, honestas y poderosas emociones plasmadas en sus obras dramáticas”.
En 1938 Estados Unidos revalidó el galardón. Pearl S. Buck se convirtió en la primera mujer estadounidense en ganar este reconocimiento dentro del ámbito de la literatura. Sus novelas, inspiradas en sus vivencias dentro de China, primero con su familia y luego en solitario, hicieron que ganase el célebre premio.
El siguiente galardonado de nacionalidad estadounidense fue William Faulkner, un escritor famoso por su novela experimental que rompió los esquemas del momento y supuso un cambio innovador dentro del campo de las letras. El monólogo interior o usar narradores múltiples son algunas de las técnicas que llevaron al de Misisipi a lo más alto. Faulkner no fue sino, el predecesor de la que sea quizás una de las figuras más importantes de la literatura estadounidense y mundial.
En 1954, Ernest Hemingway sería premiado por su perfecta narrativa en una de las novelas considerada todo un clásico: “El viejo y el mar”.
El siguiente escritor en recoger el premio bajo la bandera de los Estados Unidos fue Saul Bellow. El escritor de origen judío-ruso nació en Canadá pero emigró muy joven al país que considera su hogar. Este autor se caracterizó por el análisis humano y su forma de plasmarlo en su obra. Tras él, otro no nacido en suelo estadounidense encumbraría al país de las barras y estrellas. Isaac Bashevis Singer nació en Polonia, donde se convirtió en un importante nombre de letras. Tras exiliarse en los 40 a causa de la invasión germana en Varsovia, se acabó afincando en Florida, donde vivía al recibir el Nobel.
Toni Morrison fue la encargada de romper barreras allá por el año 1993. Mujer de origen afroamericano, la novelista, ensayista y editora venía de ganar el Pullitzer tan solo 5 años atrás. La Academia Sueca la condecoró por sus “novelas caracterizadas por fuerza visionaria y sentido poético, da vida a un aspecto esencial de la realidad estadounidense”.
Tras ella llegó uno de los premiados más mediáticos y extravagantes de la historia del galardón. El cantante Bob Dylan fue premiado por su “expresión poética” dentro de sus letras como compositor. El artista se negó a recibir el premio y nunca acudió a la ceremonia.
Book binder: Leonard Gustafssons Bokbinderi AB Por último, ya en 2020, la poeta Louise Glück recibió el Nobel de Literatura por su obra en verso, a los 77 años y tras una dilatada carrera llena de éxitos y reconocimientos dentro de un ámbito tan complejo como es la lírica. |
Hilda Doolittle. Hilda Doolittle, más conocida por sus iniciales H.D. (Bethlehem, Pensilvania, Estados Unidos, 10 de septiembre de 1886–Zúrich, Suiza, 27 de septiembre de 1961), fue una poeta, escritora y cronista estadounidense. Se la reconoce principalmente por su asociación con las figuras clave del avant-garde del siglo xx, especialmente el grupo de poetas imagistas, aunque sus obras posteriores muestran un claro desvío del modelo imagista hacia una versión distintivamente femenina de poesía y prosa modernista. Juventud y obra Hilda Doolittle nació en Bethlehem, Lehigh Valley, Pensilvania.1 Su padre, Charles Doolittle, era profesor de astronomía en la Universidad de Lehigh, y su madre, Hellen Wolle, era practicante en la Hermandad de Moravia y sentía un fuerte interés por la música. En 1895, Charles Doolittle Fue nombrado “Flower Professor" de astronomía, título honorario que se da al catedrático de astronomía en la Universidad de Pensilvania, y la familia se trasladó a una casa en Upper Darby, uno de los suburbios afluentes de Filadelfia Doolittle fue al instituto Religious Society of Friends, situado en la Quince con Race, de dónde se graduó en 1903. Un año antes conoció y se hizo amiga de Ezra Pound, el cual vendría a desempeñar un papel muy importante tanto en su vida privada como en el desarrollo de sus ideas literarias. En 1905, Pound le regaló un fajo de poemas de amor unidos por el título colectivo Hilda’s Book. Ese mismo año, Doolittle asistió al Bryn Mawr College para estudiar literatura griega clásica, pero abandonó después de tres trimestres a causa de su pobre salud y de sus malas notas, aunque estando en la universidad, conoció a los poetas Marianne Moore y William Carlos Williams. Su primer trabajo publicado, una colección de historias infantiles, se publicaron en el periódico de una iglesia local entre 1909 y 1913, la mayoría bajo el pseudónimo Edith Gray. En 1907, Hilda y Pound se comprometieron, a pesar de que su padre no aprobaba la unión y para cuando Doolitle (padre) se iba hacia Europa el compromiso ya estaba roto. Alrededor de este periodo, Hilda comenzó una relación con una joven estudiante de arte, Frances Josepha Gregg, y después de vivir gran parte de 1910 en Greenwich Village, se marchó a Europa con Gregg y la madre de ésta en 1911. Conexión entre sus obras y su vida personal Doolittle era una de las figuras que lideraban la cultura bohemia en Londres durante las primeras décadas del siglo. Su obra se reconoce por la utilización de modelos de la literatura clásica y la exploración del conflicto entre la atracción y el amor lésbico y heterosexual, hablando así de su propia bisexualidad, tema fuertemente conectado con su vida. Aunque posteriormente se casaría y tendría hijos, a lo largo de su vida y de forma regular buscó amantes de ambos sexos además del compañero/a que tuviese en ese momento. En su poesía más reciente explora también temas de la épica tradicional, como la violencia y la guerra, pero desde un punto de vista feminista. H.D. fue la primera mujer en ser galardonada con la medalla de la Academia Americana de las Artes y las Letras. H.D. Imagista Pound llevaba ya un tiempo viviendo en Londres, donde había empezado a moverse en el círculo de poetas que se reunían en el restaurante Eiffel Tower en el Soho para discutir sobre la reforma de la poesía contemporánea a través del verso libre, el tanka y el haiku, así como de la necesidad de eliminar toda la verborrea innecesaria de los poemas. Después de que H.D llegara a Inglaterra, mostró a Pound algunos de los poemas que había escrito durante el periodo anterior y él se mostró impresionado por lo similares que eran las ideas de H.D. con lo que él había estado argumentando en las discusiones del círculo de poetas, de modo que la presentó, junto con otro poeta, Richard Aldington, el cual se convertiría en su marido. En 1912, durante una reunión con H.D. en la sala de té del Museo Británico, Pound firmó una poesía de ésta con el nombre H.D. Imagiste, creando un nombre para la artista que la acompañaría durante el resto de su carrera como escritora, a pesar de que más adelante ya solo se quedara con las siglas. Ese mismo año, Harriet Monroe comenzó a publicar la revista Poetry y pidió a Pound que actuara como editor de los artículos traducidos. En octubre, éste añadió tres poemas bajo el título “Imagistas” cortesía de H.D y Richard Aldington. En noviembre, otros tres de poemas de Aldington aparecieron en la sección de Poesía y en junio tres de H.D.: "Hermes of the Ways" ("Hermes de los caminos"), "Orchard" ("Huerto") y "Epigram". El imagismo como movimiento literario fue lanzado proponiendo a H.D. como su principal exponente. Aunque los modelos originales del pensamiento imagista se basaran en la poesía japonesa, el modo de escribir de H.D. se acerca más al de la lírica grecolatina y especialmente a los Poemas de Safo, que habían sido redescubiertos en aquella época, un interés que compartía con Aldington y Pound, cada uno de los cuales compuso versiones de las obras de los grandes poetas griegos. En 1915, H.D. y Aldington iniciaron la Serie Traducciones de Poetas, panfletos con la traducción de los clásicos griegos y latinos menos conocidos. En total, H.D. publicó tres volúmenes de traducciones del griego: Choruses from the Iphigeneia in Aulis (Los coros de la Ifigenia de Aulis) (1916), Choruses from the Iphigenia in Aulis and the Hippolytus of Euripides (Coros de la Ifigenia en Aulis y el Hipólito de Eurípides) (1919) y El Ion de Eurípides (1937), así como una obra de teatro original basada en el modelo griego llamada Hippolytus Temporizes (1927). H.D. continuó su asociación con el grupo imagista hasta el último artículo de la antología Some Imagist Poets de 1917. Junto con Aldington, se había encargado de la mayor parte del trabajo editorial de la antología de 1915. Su obra también aparece en el trabajo de Aldington Imagist Anthology 1930. Toda su obra poética hasta el final de los años 30 la escribió como imagista, lo que se caracerizaba por un uso restringido del lenguaje, una estructura retórica basada en la analogía más que en la metáfora, la comparación el simbolismo y una pureza clásica en la estructura exterior que frecuentemente enmascara la energía dramática subyacente. Este estilo de escritura no estaba libre de críticos. En un artículo especial sobre imagistas en la revista The Egoist en mayo de 1915, el poeta y crítico Harold Monro calificó las primeras obras de H.D. como «poesía insignificante», que denotaba «o pobreza imaginativa o una contención innecesariamente excesiva». Oréade, uno de sus primeros y más reconocidos poemas, el cual fue publicado en la antología de 1915, sirve para ilustrar este primer estilo:
Primera Guerra Mundial y periodo posterior Hilda y Pound comenzaron una relación antes de la Primera Guerra Mundial durante la cual H.D. también mostró un interés romántico por una mujer llamada Frances Josepha Gregg. Hilda, Gregg y la madre de Gregg viajaron a Europa, donde Hilda comenzó a tomarse más seriamente su carrera como escritora. La relación con Gregg se enfrió y Hilda conoció a otra mujer, Brigit Patmore. Patmore era una entusiasta de la escritura, y ambas mujeres comenzaron una relación. Fue Patmore quien presentó a H. D. y Richard Aldington. H.D. se casó con Aldington en 1913. su primer y único hijo en común, una niña, murió en el parto en 1915, tras lo cual ambos se distanciaron y él se echó una amante. Poco después, Aldington fue llamado a las armas para servir en el ejército y H.D. comenzó a relacionarse, según las fuentes de forma platónica, con el escritor D.H. Lawrence. En 1916, aparece publicada su primera obra, Sea Garden (Jardín junto mar), y se convierte en editora asistente de la revista The Egoist, tomando el puesto de su marido. En 1918, su hermano Gilbert, que era soldado, murió en el frente. H.D. se trasladó a vivir con un amigo de Lawrence, Cecil Gray, y se quedó embarazada de él. Cuando Aldington volvió del servicio activo ya no era el mismo hombre, la Guerra lo había cambiado y se separaron oficialmente. Hacia el final de la Guerra, en 1918, H.D. había conocido a la escritora británica Bryher (Annie Winifred Ellerman), la cual se convertiría en su amante durante el resto de su vida. Vivieron juntas hasta 1946, aunque ambas buscaron amantes fuera de esa relación, frecuentemente compartiendo a los hombres. En 1919, nace la hija de H.D., Frances Perdita Aldington (aunque su padre no era Aldington, sino Gray) tras lo cual H.D. sobrevivió a una fuerte afección de gripe española. Su padre, el cual nunca se recuperó de la muerte de Gilbert, murió también. Durante esta época, H.D. escribió una de sus menos conocidas proclamas en poesía, Notes on Thought and Vision, publicada en 1982. En ella, habla de los poetas, incluyéndose a ella misma, como pertenecientes a un grupo de visionarios de élite con el poder de "cambiar completamente la corriente del pensamiento humano". En esa época intentó rescatar su relación con Aldington, pero él sufría de los efectos de la Guerra, posiblemente trastorno de estrés postraumático, y se alejaron, viviendo vidas completamente separadas, pero sin divorciarse hasta 1938. Desde 1920 en adelante, su relación lésbica con Bryher se hizo más intensa y la pareja viajó por Egipto, Grecia y los Estados Unidos antes de instalarse definitivamente en Suiza. En 1921, Bryher se vio envuelta en un matrimonio de conveniencia con Robert McAlmon, lo que permitió a este poder financiar sus intentos de publicación en París usando el dinero de su mujer para la imprenta de su revista Contact. Tanto Bryher como H. D. tuvieron relaciones con McAlmon en este tiempo. Bryher y McAlmon se divorciaron en 1927. Novelas, películas y psicoanálisis, siguiente etapa A principios de los años 20, H.D. comenzó a escribir lo que había planeado como tres ciclos de novelas. El primero de estos ciclos, Magna Graeca, consiste en las novelas Palimpsest (1921) y Hedylus (1928). Estas obras exploran la vocación poética utilizando las herramientas típicas de la literatura clásica, en particular las de una mujer en una cultura literaria patriarcal. El siguiente ciclo sería el del Madrigal, que consiste en HERmione, Bid Me to Live ("Ofréceme vivir"), Paint It Today y Asphodel ("La mujer del pirata" o "Asphodel"). Estas obras son en una gran parte autobiográficas y tratan temas como el desarrollo de la mujer artista y el conflicto con su bisexualidad. Probablemente a causa de su similitud con la vida de la autora y con las vidas de sus amigos y amantes, la mayoría de estas novelas no fueron publicados hasta después de su muerte. En cambio Kora and Ka y The Usual Star, dos novelas del ciclo Borderline, fueron publicadas en 1933. 1927 fue un año significativo en la vida de H.D. Como escritora, completó la primera novela del ciclo Madrigal, HERmione, que está basada en la atracción que ella sentía por el amor lésbico y el heterosexual. En lo que respecta a su vida personal, su madre murió ese año, su amante lesbiana Bryher se divorció de su marido, McAlmon, amante de ambas, sólo para casarse con el nuevo amante de H.D, Kenneth Macpherson. Después de esto, H.D., Bryher y Macpherson vivieron juntos en lo que la poeta y crítica Barbara Guest denominó un "ménage à trois" En noviembre de 1928, H.D. descubrió que estaba embarazada pero decidió abortar. Entre ellos organizaron la revista Close Up y formaron el grupo de cine "POOL" para escribir sobre películas y también crear las suyas propias. Una sola película de ese grupo de cine ha perdurado completa, Borderline (1930), en la que actúan H.D. y Paul Robeson. La obra tiene elementos en común con el ciclo de novelas Borderline, explora los estados psíquicos extremos y su emergencia hacia la realidad. Además de actuar en la película, H.D. escribió un panfleto explicativo para complementarla, que fue publicado en Close Up. Problemas psicológicos, la paranoia ante otra guerra mundial En 1933, H.D. viaja a Viena para acudir a un análisis con Sigmund Freud. Hacía tiempo que estaba interesada por sus ideas, como es evidente en el panfleto Borderline así como algunos de sus trabajos anteriores. Fue referida a través del psicoanalista de Bryher a causa de su creciente paranoia acerca del advenimiento de la segunda guerra mundial. La primera la había destrozado emocionalmente: su hermano muerto en la guerra, su marido sufría trastorno de estrés postraumático a causa de las experiencias en combate, y creía firmemente que el tumulto de la guerra había causado de forma indirecta la pérdida de su bebé. Concretamente creía que había sido el shock ante la noticia del hundimiento del RMS Lusitania lo que provocó de forma directa el aborto. La aparición de Adolf Hitler señalaba otra guerra inmensa, idea que encontraba intolerable y que la causaba una cantidad considerable de estrés. Escribió Writing on the Wall, las memorias de éste análisis, a la vez que Trilogy y lo publicó 1944; en 1956 lo volvió a publicar junto a Advent, un diario del análisis con el título Tribute to Freud. Durante y después de la Segunda Guerra Mundial H.D. y Bryher pasaron la totalidad de la segunda guerra mundial en Londres. Tiempo en el cual H.D. escribió The Gift, una memoria de su infancia y vida familiar en Bethlehem, Pensilvania, en la cual reflexiona sobre la gente y los sucesos de su pasado que ayudaron a convertirla en escritora. The Gift se publicó finalmente en 1982. Escribió también Trilogy, publicada como The Walls do not Fall ("Los muros no se hunden") en 1944, Tribute to the Angels en 1945 y The Flowering of the Rod en 1946. Este poema en tres partes sobre su experiencia en el bombardeo de Londres (The Blitz) forma parte del grupo de poemas denominado junto con Pisan Cantos de Ezra Pound y Little Gidding de T.S. Eliot como uno de los mayores exponentes de la literatura modernista en respuesta a la Guerra desde un punto de vista civil. Los poemas también representan el primer fruto de su nueva manera de escribir poesía, con un tono mucho más flexible y conversacional y empleando también la dicción como enfoque general de la experiencia. Las líneas iniciales de The Walls do not Fall señalan clara e inmediatamente la ruptura de H.D. con su poesía anterior: An incident here and there, / and rails gone (for guns) / from your (and my) old town square. (Un incidente aquí y allí/ y barandillas retiradas (para pistolas)/ de tu (y mi) vieja plaza del pueblo.) Después de la guerra, H.D. y Bryher no siguieron viviendo juntas, a pesar de que siguieron en contacto para encuentros ocasionales. H. D. se trasladó a Suiza donde, en la primavera de 1946, sufrió un colapso nervioso severo y acabó acudiendo a una clínica hasta el otoño de ese mismo año. Aparte de algunos viajes a Estados Unidos, H.D. permaneció el resto de su vida en Suiza. A finales de los 50, volvió a recibir más tratamiento, esta vez bajo el psicoanalista Erich Heydt. A petición suya, escribió End to Torment, una memoria de su relación con Ezra Pound, el cual permitió que los poemas de Hilda's Book fueran incluidos en la publicación. Obras finales Durante esta última década, se dedicó a escribir una cantidad considerable de poesía; notablemente Helen in Egypt ("Elena en Egipto") (1952–54), una deconstrucción feminista de la épica, tan centrada en el hombre, la cual usa la obra Elena de Eurípides como base para una reinterpretación de la Guerra de Troya y, por extensión, la guerra en sí. Algunos críticos, incluyendo a Jeffrey Twitchell-Waas consideran esta obra como una respuesta a la obra de Pound Cantos, la cual ella admiraba. Los otros poemas de esta época son "Sagesse", "Winter Love" y "Hermetic Definition". Los tres fueron publicados póstumamente bajo el título colectivo Hermetic Definition (1972). "Hermetic Definition" (el poema) tiene como base su amor por un hombre 30 años más joven que ella y la línea 'Tan lenta es la rosa en abrirse' del "Canto 106" de Pound. Escribió "Sagesse" en la cama, tras haberse roto la cadera en una caída, esta obra sirve en cierta manera como una conclusión a Trilogy, al estar parcialmente escrito en la voz de una joven superviviente del bombardeo de Londres que se encuentra aterrorizada ante la posibilidad de una bomba atómica. "Winter Love" escrito junto a End to Torment usa a la Penélope de Homero como narradora para reinterpretar el material de la historia en forma poética. Por una temporada, se planteó añadirlo como un apéndice a Helen in Egypt. En 1960, H.D. estaba en EE. UU para recoger la medalla de la Academia Americana de las Artes y las Letras. Mientras volvía a Suiza, sufrió un infarto en julio de 1961 y murió un par de meses después en la Klinik Hirslanden de Zúrich. Sus cenizas fueron llevadas a Bethlehem, y enterradas en el panteón de la familia en el cementerio de Nisky Hill el 28 de octubre. El epitafio consiste en los siguientes versos de un poema de su primera etapa:
Legado El redescubrimiento de la obra de H.D. en los años 70 coincide y está impulsada por el surgimiento del feminismo y de la crítica literaria feminista que encuentra mucho que estudiar en el análisis de los papeles asignados a cada sexo, que tan típico es en las obras de H.D. Concretamente, estos críticos que trabajaban en desafiar la lengua inglesa estándar desde los entresijos de la literatura modernista, basándose en las obras de escritores como Pound, Eliot o James Joyce, restauraron en su posición la importancia de H.D. en la historia del movimiento. Su trabajo también ha servido recientemente como modelo para bastantes mujeres poetas que trabajan siguiendo la tradición modernista en la actualidad. Algunos ejemplos incluyen a Barbara Guest, Denise Levertov y a poetas del lenguaje como Susan Howe. Sin embargo, su influencia no se limita a mujeres, muchos otros, incluyendo al poeta Robert Duncan y Robert Creeley, han reconocido su deuda con ella. |
469.-Los Personajes de Dune
462.-El viejo y el mar de Ernest Hemingway
453.-El padrino de Mario Puzo
238.-Dr..Hanibal Lester (V) Palacio de memoria
227.-Juego de Tronos (Primer libro.)
222.-Dr. Hanibal Lester (III): Moda
220.-Dr. Hannibal Lecter. (II): Gastronomía
216.-Danza de dragones (Quinto libro)
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214.-Tormenta de espadas (Tercer libro)
204.-Dr.-Hannibal Lecter (IV ): Florencia y la película Hannibal
202.-Dr Hannibal Lester (I): Las Novelas
180.-Choque de Reyes (Segundo Libro)
132.-Presunto Inocente; Literatura de corea
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96.-Libro : Hojas de hierba
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