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martes, 16 de enero de 2018

490.-Joseph Justus Scaliger.-a

  

Joseph Justus Scaliger.

  


(5 de agosto de 1540 - 21 de enero de 1609)​ fue un erudito francés, conocido por la ampliación de la noción clásica de la historia griega y la historia antigua de Roma con la inclusión de la historia de Persia, Babilonia, judía y la historia antigua de Egipto dentro de la historia antigua como conjunto.

Semblanza

Scaliger nació en Agen, hijo del erudito italiano Julius Caesar Scaliger (presunto descendiente de la familia La Escala) y Andiette de Lobejac Roques. Cuando tenía doce años, fue enviado con dos hermanos menores al Colegio de Guienne en Burdeos, que se encontraba entonces bajo la dirección de Jean Gelida. Un brote de la peste bubónica en 1555 obligó a los niños a regresar a sus hogares, y durante los siguientes años, Joseph fue compañero y amanuense de su padre.
La composición de versos latinos fue el principal entretenimiento de su padre Julius en sus últimos años, y que dictaba a diario a su hijo entre ochenta y un centenar de líneas, y a veces incluso más. Joseph también era instruido cada día para escribir en latín o declamar, aunque en otros aspectos parece que fue dejado a su propia suerte. Aprendió de su padre a ser, no solo un erudito, sino también un agudo observador, crítico y analista de la historia.

En la universidad

Después de la muerte de su padre estuvo cuatro años en la Universidad de París, donde comenzó el estudio del griego de la mano de Adrianus Turnebus. Pero después de dos meses se encontró que no estaba en condiciones de aprovechar más las lecciones del mayor estudioso griego de la época. Así se dispuso como autodidacta y leyó a Homero en veintiún días, y luego pasó por todos los demás poetas, oradores e historiadores griegos, formando una gramática para sí mismo conforme avanzó en sus conocimientos. Del griego, y por sugerencia de Guillaume Postel, comenzó a estudiar hebreo, y luego árabe
Su más importante maestro fue Jean Dorat. Este fue capaz, no solo de impartirle sus conocimientos, sino también de encender su entusiasmo. En 1563, Dorat le recomendó a Louis de Chastaigner, el joven señor de La Roche Pozay, como compañero en sus viajes. Una estrecha amistad surgió entre los dos, que permaneció intacta hasta la muerte de Louis en 1595.

Viajes

Hicieron su primer viaje a Roma donde se encontraron con Muretus, que, en Burdeos y Toulouse, había sido un gran amigo y ocasional visitante de Julius Caesar Scaliger. Muretus pronto reconoció la inteligencia de Scaliger, y lo presentó a muchos ilustres y notables ciudadanos que, a su juicio, merecía la pena conocer.

Después de visitar una gran parte de Italia, los jóvenes se trasladaron a Inglaterra y Escocia. Scaliger se formó una opinión desfavorable de los ingleses. Su disposición e inhóspito trato de los extranjeros causó una impresión negativa sobre él. También le decepcionó los pocos manuscritos griegos que encontró y los pocos eruditos conocedores de los mismos. No fue hasta mucho más tarde, cuando se convirtió en íntimo de Richard Thomson y otros británicos, cuando comenzó a apreciarlos. En el curso de sus viajes se había convertido en protestante.

Escudo de armas


De regreso en Francia, en 1570, aceptó la invitación de Jacques Cujas y marchó a Valence (Drôme) a estudiar jurisprudencia. Aquí permaneció tres años, beneficiándose, no solo por las clases, sino aún más de la biblioteca de Cujas, con siete u ocho habitaciones y más de quinientos manuscritos.

La masacre de San Bartolomé -que ocurrió cuando estaba a punto de acompañar al obispo de Valence en una embajada a Polonia- hizo huir a Scaliger, junto con otros hugonotes, a Ginebra, donde fue nombrado profesor en la academia. Fue profesor del Organon de Aristóteles y el De Finibus de Cicerón con gran satisfacción de los estudiantes. Sin embargo, detestaba la docencia, y se aburría con las impertinencias de los predicadores fanáticos, y en 1574 regresó a Francia.
De su vida durante este período se sabe que constantemente se desplazaba con su amigo y compañero Chastaigner a través de Poitou y Limousin, según las exigencias que la guerra civil requería.

Obras

Fue durante este período de su vida que compuso y publicó sus libros de crítica histórica. Sus ediciones de la Catalecta (1575), de Festus (1575), de Catulo, Tibulo y Propercio (1577), son obra de un hombre decidido a descubrir el verdadero significado y la fuerza de su autor. Fue el primero en establecer y aplicar normas para la buena crítica, y para cambiar la crítica textual de una serie de conjeturas al azar en un "racional procedimiento sujeto a leyes fijas" (Mark Pattison).
Sin embargo, estas obras mostraban apenas la gran erudición de Scaliger, mientras se reservaba para su edición de Manilio (1579), y su De temporum (1583), para revolucionar las ideas de la historia antigua, para demostrar que esta no se limitaba a la de los griegos y los romanos, sino que también comprende la de los persas, los babilonios y los egipcios, hasta ese momento descuidadas, y que los judíos, hasta entonces tratados en una historia aparte, debían todos integrarse. Fue esta innovación la que distingue a Scalinger de los estudios históricos de sus contemporáneos. Ni ellos ni los que inmediatamente después les siguieron apreciaron su innovación.
Su comentario sobre Manilius es en realidad un tratado sobre astronomía antigua, donde investiga Scaliger antiguos sistemas de determinación de épocas, calendarios y cálculos de tiempo. Aplicando los trabajos de Nicolás Copérnico y otros científicos modernos, revela los principios que se encontraban detrás de estos sistemas.
En el resto de sus veinticuatro años de vida, amplió su trabajo en De emendatione. Trabajó en la reconstrucción de la perdida Crónica de Eusebio de Cesarea, uno de los más valiosos documentos antiguos, especialmente significativo para la cronología antigua. Este trabajo fue impreso en 1606 en su Thesaurus temporum, en el que se recogerá, restaurada, y cronológicamente organizada, cada reliquia existente en griego o latín.

Profesor en Leiden

Cuando en 1590 Justus Lipsius se jubiló en la Universidad de Leiden, la Universidad y sus protectores, los Estados Generales de los Países Bajos y el príncipe de Orange, decidieron nombrar como su sucesor a Scaliger. Sin embargo, declinó la oferta; odiaba la enseñanza. No obstante, la invitación fue renovada en la forma más halagadora posible un año más tarde, indicándole además que no sería necesario que diera clases, y que la universidad solo deseaba su presencia, mientras que él podría disponer de su propio tiempo en todos los aspectos. 
Esta oferta sí que la aceptó Scaliger. Se estableció en los Países Bajos en 1593, donde pasaría el resto de su vida, sin regresar más a Francia. Su recepción en Leiden fue todo lo que podía haber deseado. Por otro lado, Leiden está a mitad de camino entre La Haya y Ámsterdam, y Scaliger podía disfrutar, además del círculo de intereses de Leiden, de las ventajas de la mejor sociedad de ambas capitales.
Durante los primeros siete años de su residencia en Leiden su reputación estaba en su punto más alto. Hizo grandes amigos y se disputaban sus intervenciones. Una palabra suya podía permitir el éxito de cualquiera o su fracaso. Así, al mismo tiempo, Scaliger cosechó también numerosos enemigos. Detestaba la ignorancia, pero aún más un aprendizaje mediocre. Era intolerante para aquellos que alegaban haber cometido errores y de los que apenas sustentaban correctamennte las teorías y trabajos. Muchos eran, por ello, objeto de burla y sarcasmo por su parte, lo que pronto llegó a los oídos de los afectados, amén que su pluma no era menos amarga que su lengua.
Scaliger era consciente de su poder, pero no siempre fue suficientemente prudente, y la confianza en su propia memoria y conocimiento le llevó a cometer graves errores de los que no era capaz de enmendarse.

Conflicto con los jesuitas.

Joseph Justus Scaliger en 1597


Pero sus enemigos no se limitaban a aquellos cuyos errores había expuesto y cuya hostilidad se había granjeado por la violencia de su lenguaje. Los resultados de su método de crítica histórica puso en peligro algunos conocimientos, con o sin razón científica para ello, que afectaban a las creencias religiosas católicas. Además, Muretus en la última parte de su vida siguió la más estricta ortodoxia, Lipsius se había reconciliado con la Iglesia de Roma, pero Scaliger se mantenía como un protestante irreconciliable con el catolicismo y cada vez estuvo más aislado.
Después de ineficaces ataques por parte de los jesuitas, en 1607 un nuevo y más exitoso intento se hizo fuerte. El punto débil de Scaliger era su orgullo. En 1594 había publicado su Epistola de vetustate et splendore gentis Scaligerae et JC Scaligeri vita, sobre sus orígenes pincipescos. 
En 1601 Gaspar Scioppius, al servicio de los jesuitas, publicó su Scaliger hypototimaeus, volumen de más de cuatrocientas páginas, escrito con consumada habilidad en un admirable e incisivo estilo, con todo el desprecio y un logrado sarcasmo de Scioppius contra Scaliger, su familia y su vida.
Cada escándalo que podía ser rastrillado con respecto a Scaliger o sobre su familia se encuentra allí. Pero el principal argumento del libro era demostrar la falsedad de sus pretensiones de ser de la noble familia La Scala, príncipes de Verona.
Scaliger inmediatamente escribió una respuesta a Scioppius, titulada Confutatio fabulae Burdonum. Escrita con inusitada moderación y buen gusto pero, tal vez por esa misma razón, no había en el texto el tono agresiuvo que deseaba su autor e incluso se esperaba, lo que en ese momento le hizo perder fuerza. En opinión de Pattison, "como refutación de Scioppius es completa". Scaliger pone de manifiesto que Scioppius ha cometido más errores que ha corregido, y que su libro son calumnias sin fundamento porque no logra aportar una sola prueba, o bien de que la ascendencia de su padre con la familia La Scala es falsa, o de cualquier acontecimiento que así lo muestre. Sin embargo, no logra refutar un punto central aportado por Scioppius: que William, el último príncipe de Verona, no tenía un hijo Nicholas, quien habría sido el presunto abuelo de Julius.
Con razón o sin ella, el ataque de los jesuitas a través de la obra de Scioppius fue un éxito, mucho más de lo que se podría esperar. Amargado, cinco meses después Scaliger murió en los brazos de su hijo Heinsius. En su testamento legó sus manuscritos y libros a la Biblioteca de la Universidad de Leiden.

Anécdota.

Cuando Scaliger llegó a los Países Bajos en 1593, se sorprendió al descubrir que incluso los sirvientes sabían leer, tal era el nivel de alfabetización.

Joseph Justus Scaliger

Información personal
Nombre de nacimientoJoseph Juste Scaliger 
Nacimiento5 de agosto de 1540 jul. 
Agén (Francia) 
Fallecimiento21 de enero de 1609 
Leiden (Provincias Unidas de los Países Bajos) 
ResidenciaBurdeos, París, Ginebra y Leiden 
ReligiónCalvinismo e Iglesia católica 
Familia
PadreGiulio Cesare Scaligero 
Educación
Educado en
  • Collège de France
  • College of Guienne (1552-1558)
  • Universidad de París (1558-1562) 
Supervisor doctoralAdrianus Turnebus 
Alumno de
  • Jean Dorat
  • Adrianus Turnebus
  • Juan Gelida
  • Jacques Cujas
  • Elie Vinet 
Información profesional
OcupaciónHistoriador, escritor, arqueólogo, traductor, 
profesor universitario, experto en estudios clásicos, poeta, numismático, filólogo y
cronólogo 
ÁreaCronología, filología, historia, poética, 
matemáticas, astronomía y teología 
Cargos ocupadosCatedrático de universidad
Empleador
  • Universidad de Ginebra
  • Universidad de Leiden (1593-1609) 
EstudiantesDaniel Heinsius 
SeudónimoI. R. Batavus, Joannes Rutgers, Yvo Villiomarus, Nicolas Vincent y Nicolaus Vincentius 

  

Scaligeriana sive excerpta ex ore.
SCALIGER, Joseph-Just




Title page engraved vignette. Contem. ms. notes signed and autograph by Patin on back endpaper. 366pp. 12mo. Modern flexible cloth. Lugduni: ex officina Felicis Lopez de Haro, 1668. Second Edition, revised and expanded. Text in French. Collection of remarks by Scaliger (1540-1609), "un des premiers philologues francais." Biog. Univ. 18 338. Brunet 179. In his manuscript notes Guy Patin (1601-1672), a noted French satirist and doctor, offers comments on Scaliger's work: "Il y a dans Scaligerana bien des mouvements d'esprit d'un Gascon echauffe & evapore.".


Viñeta grabada en la página de título. Contem. EM. notas firmadas y autógrafas por Patin en la guarda trasera. 366 págs. 12. Tela flexible moderna. Lugduni: ex officina Felicis López de Haro, 1668. Segunda edición, revisada y ampliada. Texto en francés. Colección de observaciones de Scaliger (1540-1609), "un des premiers philologues francais". Biog. Univ. 18 338. Brunet 179. En sus notas manuscritas Guy Patin (1601-1672), destacado satírico y médico francés, ofrece comentarios sobre la obra de Scaliger: "Il y a dans Scaligerana bien des mouvements d'esprit d'un Gascon echauffe & evapore. "



 Giulio Cesare Scaligero o della Scala, latinizado Julius Caesar Scaliger y también llamado Julio César Escalígero (Rocca di Riva, Lago de Garda 23 de abril de 1484 - Agen, 21 de octubre de 1558), fue un médico, filósofo, botánico y humanista italiano, padre de Joseph Justus Scaliger.

Biografía

De origen italiano, la parte más fructífera de su vida transcurrió en Francia. A despecho de su temperamento arrogante y pronto a la polémica, su reputación fue alta entre sus contemporáneos, quienes lo juzgaban tan extraordinario por su saber y su talento que, según Jacques August de Thou, ninguno de los antiguos podía ser colocado por encima de él ni ninguno de sus contemporáneos le llegó a ser comparable. Según sus propias notas biográficas, era descendiente de la casa Della Scala (que fue, durante 150 años, señora de Verona) y se dice nacido en 1484 en Rocca di Riva, a las orillas del Lago de Garda.

Cuando tenía doce años, su protector, el emperador Maximiliano I del Sacro Romano Imperio lo nombró uno de sus pajes. Estuvo algunos años a su servicio, distinguiéndose primero como soldado y luego como capitán; pero le disgustaba no dedicarse más a las letras, en las cuales había tenido como preceptores a algunos entre los más eminentes estudiosos de su tiempo, ni a las artes, que había estudiado con considerable éxito bajo la dirección del pintor Albrecht Dürer (Alberto Durero). 
En 1512 participó en la Batalla de Rávena, donde su padre y hermano mayor murieron; mostró grandes dotes de coraje y enseguida recibió el más alto honor de la caballería: el propio emperador le confirió la Orden del de oro, aumentada con el collar y el águila de oro. Esta es la única y elevadísima condecoración que obtuvo. Dejó la corte de Maximiliano I y después de un tiempo de estar bajo el mecenato de Alfonso I d'Este, duque de Ferrara, decidió abandonar la vida militar y en 1514 se inscribió como estudiante en la Universidad de Bolonia. Pensó en ordenarse sacerdote con la esperanza de llegar a ser cardenal e incluso papa, si le hubiera sido posible arrebatar a los venecianos el Ducado de Verona que habían usurpado, pero, de momento, mientras estudiaba, abandonó estos proyectos hasta licenciarse en 1519. 
En los años siguientes pasó al castillo de Vico Nuovo, en Piamonte, como huésped de Della Rovere, dividiendo su tiempo entre expediciones militares y el estudio principalmente de la medicina y de la historia natural, en invierno, hasta que un fuerte ataque de gota reumática lo condujo definitivamente al fin de su carrera militar. En 1520, conoció al médico Nostradamus, quien le tuvo por su mentor.

En 1525 devino médico personal del obispo de Agen, en Francia, y llevó una vida absolutamente consagrada al estudio, con tiempo para formar a algunos importantes discípulos, como el helenista Robert Constantin. En 1525 acompañó, en su papel de médico personal, a Antonio della Rovere, obispo de Agen. Estos son los hechos más destacables de los primeros años de su vida.

Conviértase en médico personal del obispo de Agen Como resultado, desde entonces su vida se ha dedicado por completo al estudio. En 1525 acompañó a Antonio della Rovere, obispo de Agen , en el papel de médico personal .

Pocos años después de la muerte de Scaligero, los enemigos de su hijo comenzaron a insinuar que no era descendiente de la familia Della Scala, sino hijo de Benedetto Bordone , ilustrador y profesor de secundaria de Verona; que se había educado en Padua , donde habría obtenido el título de médico ; y que la historia de su vida y aventuras antes de su llegada a Agen no era más que una trama de cuentos de hadas. Ciertamente, muchas de sus afirmaciones no están respaldadas por más pruebas que sus propias afirmaciones, y algunas de ellas contradicen hechos bien establecidos (ver más abajo).

Pasó la mayor parte de los treinta y dos años restantes de su vida en la ciudad de Agen, bajo el foco de la historia contemporánea. Fueron años sin vicisitudes particulares, casi sin incidentes; en esos años, en cambio, alcanzó tal fama que tras su muerte, en 1558 , gozó de una reputación científica y literaria entre los mejores de Europa. A los pocos días de su llegada a Agen se enamora de una encantadora huérfana de trece años, Andiette de Roques Lobejac. Los amigos de la niña se opusieron a su matrimonio con un aventurero desconocido, pero en 1528 había logrado tanto éxito como médico que las objeciones de la familia fueron superadas, ya los cuarenta y cinco se casó con Andiette, que tenía dieciséis. El matrimonio resultó ser un completo éxito; le siguieron veintinueve años de felicidad conyugal casi ininterrumpida y el nacimiento de quince hijos, entre ellos el famoso Giuseppe Giusto Scaligero .

Pocos años después de su muerte, los enemigos del hijo comenzaron a insinuar que él no era descendiente de la familia de los Della Scala, sino hijo de Benedetto Bordone, un illustrador y maestro del liceo de Verona; que había sido educado en Padua, donde obtuvo el título de médico y que la historia de su vida y de sus aventuras antes de llegar a ser médico del obispo de Agen no fue sino una fábula; ciertamente, muchas de sus afirmaciones no se sostienen por otra evidencia que sus propias declaraciones, y algunas de ellas son inconsistentes con hechos bien determinados.

Transcurrió los restantes treinta y dos años de su vida casi por completo en la ciudad de Agen, a las riberas del Garona, sin particular nota ni incidentes, sino que alcanzó en esta época una de las reputaciones científicas y literarias mayores de Europa, al menos a su muerte en 1558. A los pocos días de su llegada a Agen se enamoró de una encantadora huérfana de trece años, Andiette de Roques Lobejac. Los amigos de la chica obstaculizaron su matrimonio con un aventurero desconocido, pero en 1528 había obtenido tanto éxito como médico que las objeciones fueron superadas y a los cuarenta y cinco años se desposó con ella, que ya tenía dieciséis. El matrimonio se demostró un completo éxito y se vio acompañado de veintiséis años de felicidad conyugal casi ininterrumpida, y del nacimiento de quince hijos, entre ellos el famoso Joseph Justus Scaliger.

Acusado de herejía en 1538 fue protegido por sus amigos jueces, entre ellos Arnoul Le Ferron). En esa misma Época publicó sus principales libros, que suscitaron polémicas y críticas. En 1531 estampó su primera invectiva contra Erasmo de Róterdam, y su Ciceronianus y en defensa de Cicerón.1​ Es una invectiva vigorosa que muestra, como en todos sus escritos sucesivos, un sorprendente dominio del latín y una retórica brillante. Ataca el abuso de la lengua vulgar.

Fue grande la indignación del escritor cuando la única respueta que recibió del gran Erasmo fue ser tratado con un silencioso desprecio (Erasmo pensaba que esta obra suya era en realidad obra de un enemigo personal, Meander, que creía escondido bajo el pseudónimo de G.C.S.), y esto indujo a Escalígero a escribir una segunda invectiva (publicada en 1536), más violenta que la anterior y con una mayor autoglorificación, pero con méritos reales inferiores a la primera. Estos discursos vinieron acompañados de una prodigiosa cantidad de versos latinos que aparecieron sucesivamente en 1533, 1534, 1539, 1546 y 1547; sobre estos, un crítico amigo, Mark Pattison, se sintió obligado a aprobar el juicio de Pierre Daniel Huet, que dijo "por sus poesías brutas e informes Scaliger ha deshonrado el Parnaso"; sin embargo, las numerosas ediciones de estos textos demuestran su éxito entre los contemporáneos.

Un breve tratado sobre los versos cómicos De comicis dimensionibus (Lyon, 1540) y una obra De causis linguae Latinae (Ginebra, 1580),2​ lo convirtieron en el primer gramático latino que seguía los principios del método científico; es el primer intento serio de una gramática del latín, sólo superado por Francisco Sánchez de las Brozas, el Brocense, y su Minerva, quien confiesa deberle no poco. Sus Poetices libre septem (Lyon, 1561; Leiden, 1581) aparecieron después de su muerte. Con muchas paradojas y múltiple crítica literaria y desprecio a sus contemporáneos, en especial a Étienne Dolet, se contiene en estos libros una crítica fundada en la Poética de Aristóteles, imperator noster; omnium bonarum artium dictator perpetuus, de forma que llegó a ser un tratado muy influyente en la historia de la crítica literaria. Como muchos de su generación, Scaligero consideraba a Virgilio superior a Homero. Su elogio de las tragedias de Séneca influyó sobre Shakespeare y Pierre Corneille.

Como filósofo y científico Scaligero fue un filólogo competente; además, entre 1556 y 1557 imprimió el Dialogue de plantis" y las Exercitationes, en forma de comentarios, y no fue sino a los setenta años (con la excepción de un breve tratado De insomniis de Hipócrates) que sintió que una de sus investigaciones estaba lo bastante completa para darla a la imprenta. En 1556 hizo imprimir su diálogo sobre las plantas De plantis atribuido a Aristóteles y en 1557 sus Exercitationes fundadas en el trabajo de Girolamo Cardano, De subtilitate. 
Póstumos aparecieron sus comentarios De causis plantarum a Teofrasto y a la Storia degli animali de Aristóteles más o menos incompletos y acompañados de un dogmatismo arrogante, violencia en el lenguaje y una constante tendencia a la autoglorificación, extrañamente combinados con auténtico conocimiento en cuanto a la materia tratada y razonamientos agudos, observaciones de hechos crudos y detalles sin parangón entre los otros estudiosos de su tiempo. En efecto era quizás el mayor naturalista del Quinientos, con todos los límites que le dio su época. Anticipa el razonamiento inductivo del método científico, pero sus estudios de botánica no lo condujeron (como a su contemporáneo Konrad von Gesner), a la idea de un sistema natural de clasificación, y despreció el sistema descubierto por Copérnico. Era un dogmático y aristotélico en metafísica e historia natural, así como fanático de Galeno en medicina. Dominaba amplia y profundamente los principios de sus maestros cuando estos no eran capaces de ser coherentes consigo mismos.
 En muchos aspectos corrigió a sus maestros utilizando sus mismos principios, y fue más aristotélico que el mismo Aristóteles. Se encontraba en una fase de evolución del saber en la cual se intentan armonizar los textos con los hechos testarudos, y por eso sus resultados tienen un valor puramente histórico. Sus Exercitationes fundadas en el De subtilitate de Cardano (1551) le dieron notoriedad como filósofo. 
Sus numerosas ediciones testifican su popularidad en su época y hasta la caída final de la física aristotélica sus libros fueron muy usados, a causa de su caudal de conocimiento enciclopédico, el vigoroso estilo del autor y la agudeza de sus observaciones. Leibniz y William Hamilton lo reconocieron como el mayor exponente de la física y metafísica de Aristóteles. Giulio Cesare Scaligero murió en la ciudad de Agen en 1558.



Itsukushima Shrine.

  

IDIOMA Y ALFABETO HEBREO.



¿CÓMO NACIÓ EL IDIOMA HEBREO?


El hebreo es un caso especial y extraordinario en la historia de todos los idiomas: sus raíces en la época en que se inventó la escritura aún están frescas, y está vivo y coleando, incluso en el siglo XXI. ¿Cómo pudo el hebreo sobrevivir a tres mil años, y qué influencias recibió?

No hace mucho tiempo, me invitaron a dar una conferencia en ambos eventos en Jerusalén. La primera conferencia fue a la mañana y la segunda por la noche, por lo que en el medio tenía algo de tiempo libre. Aproveché la oportunidad y fui a visitar el Museo de Israel, en especial la División de Arqueología. Fue una gran experiencia, y cada aficionado a la historia como yo puede perderse allí durante días.
Una de mis experiencias más memorables fue visitar la Sala de Arqueología, que muestra lápidas judías de la época de Jesús. A pesar de que nos separan de ellas dos mil años, podía leer y entender lo que está escrito en las tumbas: los nombres y los lugares están escritos en hebreo de ortografía arcaica y obsoleta y es a veces un poco diferente de lo que conocemos hoy en día. Sin embargo, me fue posible decodificar el contenido de las piedras sepulcrales sin esfuerzo.
El hecho de que yo era capaz de leer las inscripciones de las lápidas me conectó, emocionalmente, a los anónimos que las escribieron hace dos mil años. El idioma es un «puente» entre yo y mis antepasados, y la lectura de las lápidas se convirtió en una experiencia mucho más interesante que cientos de otras reliquias antiguas que se muestran en el museo – escritas en latín, griego o árabe. Esta experiencia me recordó lo mucho que realmente estamos conectados al hebreo antiguo, y lo fascinante y sorprendente es que lo hablemos hoy en día, miles de años después.
Las raíces de la lengua hebrea están en Mesopotamia, la región en la que se encuentran hoy en día Irán e Irak, donde vivían los sumerios y en donde se inventó la escritura. Su escritura consistía en pinturas y dibujos que representan objetos gráficos en el mundo real: si se quería escribir “toro”, se pintaba un toro. Incluso los jeroglíficos inventados por los antiguos egipcios, no mucho después de los sumerios, se basan en este principio.
La escritura pictórica tenía dos desventajas significativas. La primera es el gran número de dibujos y símbolos que debía aprenderse para leerlos. Con el tiempo, los sumerios intentaron simplificarla, pero aún había cientos de marcas y formas. El segundo inconveniente era la unificación de la imagen con el sonido que representa, supongamos que la T de toro representaba un toro, pero eso no podía suceder cada vez que una palabra cualquiera contuviese la letra T.

Alfabeto cananeo.

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El siguiente paso en el desarrollo de la escritura se llevó a cabo en nuestra región – en Canaán o en el Sinaí – alrededor del año 1500 AC. Una persona, de la cual nunca sabremos si era de la elite educada o un esclavo ignorante, decidió simplificar los complejos jeroglíficos egipcios y refinar solamente veintidós letras. Cada letra en el antiguo alfabeto cananeo representaba un sonido consonante como Shin, Resh, Tsadi, etc. Una palabra era una colección de consonantes: por ejemplo Shor (toro), contenía la “Shin” y la “Resh”.

La brillante simplicidad de la antigua escritura cananea atrajo a muchos, especialmente los fenicios. Los fenicios vivían en un área que es ahora el Líbano y eran una nación de navegantes: comerciaban con casi todas las naciones vecinas. La escritura simple y eficaz era útil para la documentación de las transacciones de venta, y fenicios la adoptaron rápidamente, con algunos cambios, alrededor del año 1300 AC.  Con la ayuda de los fenicios se extendió el alfabeto cananeo en todo el Oriente Medio y fue la base para muchos tipos de escritura que conocemos hoy día, sea la del inglés, el ruso o el indio.

La escritura fenicia fue adoptada por varias pequeñas tribus asentadas en Canaán alrededor de mil años antes de Cristo: el pueblo de Israel.

Alfabeto fenicio: 

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El fenicio en Israel se ha convertido en un dialecto local llamado «lengua de Canaán» o «judío», y hoy en día es conocido como hebreo primitivo o bíblico. Las raíces fenicias pueden detectarse fácilmente en nuestro hebreo moderno. En ambos casos, los veintidós letras representan las mismas consonantes, y las palabras están formadas por diferentes combinaciones de la misma raíz de consonantes – por ejemplo כתב – katav «escribió,» –   מכתבmijtav “carta»,  –  כתיבהktivá “escritura» y así sucesivamente. Cientos de palabras hebreas son tomadas del fenicio como “rosh” (cabeza), “av” (padre), “shamaim” (cielos), “yad” (mano), “mizbéaj” (altar)  y demás.

Incluso la forma de las letras hebreas bíblicas era muy similar a la forma de las letras en el fenicio, y se basó en una pintura abstracta de un objeto con el mismo sonido. Por ejemplo, la letraמ    -mem- y sus líneas de zigzag recuerda a las ondas de agua, y la letra ד  -dalet, que tenía una forma más triangular-  recuerda la puerta triangular de una tienda de campaña. Por cierto, inicialmente no había una escritura en dirección fija: se podía escribir fenicio o hebreo de derecha a izquierda, y cuando terminaba la línea de la oración muchos la continuaban de izquierda a derecha – un método conocido como «escritura arado de buey”, ya que es una reminiscencia de un campo arado. 
Más tarde se fijó la dirección de la escritura de derecha a izquierda, probablemente debido a que la mano derecha es por lo general la mano más fuerte, consideración más importante cuando se trataba de escribir sobre piedra. Sólo siglos después, cuando se comenzó a escribir con tinta en hojas de papel, cambió la dirección de la escritura en algunos idiomas: la escritura de izquierda a derecha con la mano derecha permite que la tinta fresca se seque en el papel.

Los asirios, los babilonios y los samaritanos

Durante cuatro siglos hablaron y escribieron los hijos de Israel en hebreo bíblico – sino fuera porque una serie de crisis políticas en el Medio Oriente y una serie de malas decisiones políticas de los reyes de Israel han amenazado con aniquilar la lengua.

Hebreo antiguo –  Hebreo samaritano.

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En el siglo IX antes de Cristo se dividió el reino de Israel de Saúl, David y Salomón en dos reinos más pequeños, reino de Israel en el norte, cuya capital era la ciudad de Samaria (Shomrón), y el Reino de Judá (Yehudá) en el sur, con capital en Jerusalén. Los pequeños reinos se encontraban en la intersección de las principales rutas de comercio en gran medida entre África y Asia, y en la interfaz entre dos imperios masivos: Asiria y Egipto. Los asirios y egipcios codiciaban mucho el control de las rutas comerciales, lo que convertía a la Tierra de Israel – ¡sí, también, hace tres mil años! – en un foco de fricción incesante y guerras regionales.
En el siglo VIII antes de Cristo el reino del norte de Israel era un protectorado de Asiria, y le pagaba sus impuestos. En el 725 aC, decidió Oseas, rey de Israel, cesar de pagar los altos impuestos a Asiria y conectarse con el lado egipcio. Oseas esperaba que los egipcios lo ayuden y lo protejan de la ira de Asiria, pero pronto se descubrió que apostó por el caballo equivocado. Los asirios sitiaron a Samaria, y después de tres años capturaron la ciudad.
El castigo por la rebelión fue grave. Produjo el exilio de unos veintisiete mil judíos de la tierra de Israel y los dispersó sobre el vasto imperio. El exilio no se hizo al azar: los deportados eran miembros de las clases educadas y gente rica. El exilio enfocado estaba diseñado para permitir a los pobres y a la población rural seguir cultivando la tierra y así preservar el potencial económico de la zona ocupada, para evitar cualquier posibilidad de una futura rebelión de los estratos aristocráticos.
Asiria tuvo un efecto devastador en el idioma hebreo, porque las clases educadas también eran las que sabían, naturalmente, leer y escribir. Los exiliados dispersos por todo el mundo, dejaron de hablar hebreo, se asimilaron y desaparecieron entre las naciones: estos son los hijos de las “diez tribus perdidas”, cuyos remanentes se encuentran en forma de comunidades proto judías antiguas en lugares remotos de todo el mundo.
Cien años más tarde, el imperio asirio se vino abajo y fue sustituido por los babilonios, que volvieron a tener poder y también tenían sus propias ambiciones imperiales. En 605 aC, los babilonios vencieron a los egipcios en la batalla, y protegieron al reino sureño de Judea. Joakim, rey de Judea, trató de rebelarse contra la ocupación, pero fracasó, y en respuesta los babilonios habían exiliado diez mil judíos a Babilonia.

En el 588 aC estalló una revuelta más en Judea, y esta vez la reacción de Babilonia duele aún más. Al final de un largo asedio a Jerusalén, los babilonios rompieron las paredes y ocuparon la capital del reino de Judea. La ciudad fue destruida casi hasta el suelo, y el templo construido por Salomón fue destruido y saqueado. Otros mil líderes y aristócratas judíos fueron exiliados a Babilonia. La destrucción del primer templo y el exilio de Babilonia, marcó el final de un estado judío independiente en Israel. Casi todos los que sabían leer y escribir hebreo fueron exiliados.
Pero hubo quienes mantuvieron la llama del hebreo bíblico en Israel. En el Tanaj se dice que cuando los asirios destruyeron el Reino de Israel, trajeron en su lugar nuevos residentes que también ellos fueron exiliados de sus países. Los recién llegados se establecieron en Samaria, de ahí el nombre “samaritanos”. Los samaritanos han abrazado el judaísmo, la religión de los locales, y adoptaron la Biblia y el hebreo antiguo. La tradición samaritana en cambio cuenta una historia diferente de sí misma: de acuerdo con su versión, los samaritanos eran judíos desde siempre, desde los días del desierto, y sólo más tarde se produjo un pueblo dividido y formaron dos denominaciones judías.
Un hecho es indiscutible: los samaritanos continuaron escribiendo y hablando el hebreo de la Biblia después de la destrucción del Primer y Segundo Templo. De hecho, los samaritanos se consideran como la tradición y la cultura del judaísmo original y en su opinión, el origen de su nombre “shomronim” (samaritanos) viene de “shumarim”, (sumerios). Sus textos sagrados están escritos en hebreo bíblico y el samaritano si bien es un desarrollo más moderno de la antigua escritura hebrea, mantiene el mismo estilo y diseño.

La escritura aramea.

Con los judíos en la diáspora, la historia fue muy diferente. Exiliaron a los hijos del reino de Israel a muchos países diferentes y por lo tanto hicieron que sea difícil para ellos mantener su identidad religiosa y cultural. Pero los hijos del reino de Yehudá, sin embargo, tuvieron suerte: los babilonios los deportaron en bloque a la ciudad de Babilonia y allí, en la gran ciudad, los judíos han logrado crear su propia comunidad cerrada y unida. El desarrollo de la vida comunitaria les permitió conservar sus tradiciones y cultura – incluyendo, por supuesto, el hebreo.
Pero eso no quiere decir que Babilonia no tuvo ningún efecto en el hebreo: todo lo contrario. Cuando los exiliados regresaron a Israel trajeron el idioma arameo, que era también un descendiente de la antigua escritura cuneiforme fenicia y funcionaba como la lengua oficial del imperio asirio y babilonio. Gracias a la fuerte influencia de los asirios, el arameo se convirtió en la lengua franca de Oriente Medio: una lengua internacional que los diferentes pueblos utilizaban para hablar unos con otros, rol que desempeña hoy el inglés moderno. Cientos de palabras en arameo entraron en el hebreo y lo colonizaron, por ejemplo: agrá «peaje», jerut «libertad», bediavad «en retrospectiva”, jeshek “deseo”, y frases tales como “Belet brerá” (no hay otra opción), “urba praj” (algo que no tiene ninguna relación con lo real), y casi todas las palabras que terminan con la letra alef א como cufsá (caja) mikrá (leyenda) guemará (enseñanza talmúdica), etc.

Bajo la influencia de la cultura babilónica – y en un intento de diferenciarse de los samaritanos que continuaron utilizando el hebreo antiguo – los judíos adoptaron la escritura aramea. Las letras arameas cuadradas son la base de la letra de la imprenta hebrea en la actualidad. El alfabeto original hebreo dejó de usarse, y volvió a la moda, sólo en períodos de creciente nacionalismo judío: por ejemplo, se lo encontró en el estilo antiguo en las monedas acuñadas durante la revuelta de Bar Kojba, y en la moneda actual de un shekel israelí.

Curiosamente, la forma original de las letras contemporáneas nun «נ«, tzadi «צ» , pei «פ«, caf  «כ«, eran las que hoy conocemos como las mismas letras pero con trazo más largo que hoy se usan sólo al final de la oración, así, las letras nun, tzadi, pei, caf finales (ך, ף, ץ,ן) se usaban también en medio de una oración, pero fueron eliminadas para facilitar la velocidad de la escritura a mano.

El hebreo medieval.

Después de la destrucción del Segundo Templo por los romanos y bajo la presión de la influencia del arameo, del griego y el latín, el hebreo desapareció como el lenguaje hablado cotidiano de los judíos. Desde el segundo siglo de la era cristiana a principios del siglo XX, la gran mayoría de los judíos hablaron los idiomas locales de las regiones en las que vivían, y mayormente lenguas como el ídish y el ladino: lenguas judías mixturadas con el alemán y el español que contienen una cantidad sustancial de palabras y frases tomadas del hebreo e incluso se escriben con letras hebreas – pero en última instancia, esto ya no era hebreo en sí.
Los judíos no abandonaron el hebreo, e incluso lo contrario. Casi todos los judíos aprendieron a leer y escribir en hebreo básico para que pudieran orar y leer los libros sagrados. El hebreo también fue utilizado como un lenguaje común entre los judíos en varios países, por ejemplo, si deseaban hacer negocios entre ellos. El lenguaje escrito, en particular, siguió prosperando en proporción: muchos estudiosos y poetas como Maimónides, Ibn Gabirol y Yehudá Halevi continuaron escribiendo canciones litúrgicas, leyes halájicas y libros de filosofía en hebreo.
Por ejemplo, el rabino francés Shlomo Yitzhaki (conocido como Rashi) inventó o dio un nuevo significado a más de mil palabras al hebreo, tales como “sheelá” (pregunta), «hatrasá” (provocación) y mahasar “prisión”. Algunas palabras hebreas entraron en el léxico universal, como “sábado”, “Amén”, “Aleluya”.
Pero, sin embargo, no se puede decir que el idioma hebreo era «vivo» en todos los sentidos de la palabra, porque no era utilizado como lengua cotidiana. Tan dormido y descuidado estaba el hebreo que incluso en la modernidad Teodoro Herzl, uno de los padres del sionismo, no creía que alguna vez el idioma volverá a la vida – incluso cuando su imaginación concibió la necesidad de un estado judío. «¿Quién de nosotros sabe hebreo suficientemente bien?» dijo Herzl en su libro, El Estado Judío «¿incluso para pedir con este idioma un billete de tren?». Nadie se imaginaba que el hebreo iba a hacer lo que ningún idioma hizo en el mundo: volver a la vida.
El primer paso en la sorpresiva recuperación fue el despertar del movimiento de la Ilustración hebrea entre los judíos de Europa a finales del siglo 18. Los miembros del movimiento – Moses Mendelssohn, David Friedlander, Israel Jacobson y otros – querían sacar a los judíos de los guetos físicos y culturales, pidieron por sus derechos ciudadanos y estimularon su mezcla con las culturas de los países en los que vivían. Con este fin, han abandonado el vestido tradicional religioso de los judíos, dejaron de estudiar Talmud y comenzaron a estudiar las ciencias generales. Las historias de la Biblia y los escritores de la Biblia fueron dando lugar a las ideas del movimiento de la Ilustración, a la poesía y canciones modernas, pero escritas en hebreo. 
La mayor parte de las historias fueron escritas en hebreo bíblico, que los escritores hebreos de la Ilustración consideraban como más puro y limpio de la influencia religiosa ortodoxa diaspórica. Como resultado de ello, el uso del hebreo para difundir el movimiento de la Ilustración tuvo un efecto positivo por el que se pudo realizar obras escritas en hebreo en el presente y no sólo comentarios de los milenarios libros sagrados. El cambio dramático en la situación de la lengua realmente tuvo lugar a finales del siglo 19, con el ascenso del movimiento sionista y el comienzo del asentamiento en la Tierra de Israel.

Idioma, nacionalidad y unidad – Eliezer Ben Yehuda.

 Eliezer Itzhak Perlman nació en 1858 en Vilna, entonces parte del imperio ruso. Nació en el seno de una familia ortodoxa, pero el joven fue expuesto a los libros escritos por miembros de la Ilustración, y en particular, mostró una fuerte atracción por el idioma hebreo en el que fueron escritos. Su familia trató de luchar contra esta tendencia y regresar el hebreo al campo cultural religioso ortodoxo, pero a medida que crecía, Perlman decidió abandonar el sistema educativo religioso y unirse al movimiento sionista.

En 1879 Eliezer Perlman publicó un artículo en el periódico hebreo “Hashajar” (Amanecer), que afirmó que el camino hacia la reactivación del pueblo judío en su tierra tiene que pasar a través de la recuperación de la lengua hebrea. Herzl creía que el estado judío podría replicar el modelo suizo, en el que todos los ciudadanos hablan en su idioma nativo pero Perlman argumentó que sería imposible crear esta nación sin un mismo lenguaje común. El artículo fue firmado con el seudónimo de Eliezer Ben Yehuda.

En 1881 Eliezer Ben Yehuda emigró a Israel. Casi inmediatamente empezó a trabajar sin descanso para promover la lengua hebrea y su difusión entre los judíos. Él publicó periódicos en idioma hebreo y animó a los judíos a que hablen hebreo en el hogar como primera lengua, de modo que los niños que crezcan en estos hogares hablen hebreo como su lengua materna. La reactivación del idioma hebreo, escribió Ben-Yehuda, era necesaria para lograr la unidad entre el pueblo judío.

Eliezer Ben-Yehuda se dio cuenta de que predicaba en la soledad y sólo en su casa hablaban hebreo. No fue fácil: Ben Yehuda se quejó en una ocasión que incluso no podía pedir el té a su esposa para prepararlo, porque no había palabras en hebreo para describir el acto de preparar el té. Ben-Yehuda escribió el Diccionario hebreo más completo e inventó muchos cientos de palabras nuevas, incluyendo las designadas para “helado” (glida), “tortilla” (javitá) y “mermelada” (ribá).

Pero a pesar de la amplia aceptación de que Eliezer Ben Yehuda fue el padre del resurgimiento de la lengua hebrea y el que la despertó de su letargo – la realidad era muy diferente. La mayoría de la gente que rodeaba a Ben Yehuda se oponía a sus esfuerzos y se negaban a unirse a su iniciativa. Los miembros de la comunidad ortodoxa en Jerusalén, ciudad de residencia de Ben Yehuda, vieron la resurrección del hebreo en el habla cotidiana como una profanación de la lengua sagrada: Ben Yehuda sufrió varios boicots y ostracismo en sus últimos años. Incluso entre los colonos judíos fuera de Jerusalén, Ben-Yehuda no tuvo un gran éxito: una gran parte de los primeros pioneros que llegaron en la primera gran inmigración eran adultos, agricultores y que preferían hablar los idiomas que conocían desde su lengua materna.

Los que sí acogieron la visión de Ben Yehuda eran los hombres y mujeres pioneros más jóvenes. Ellos fueron impulsados ​​por ideales que en la mayoría de los casos implicaban un rechazo total de la cultura judía diaspórica en Europa y un fuerte deseo de reemplazarla con su empresa nacional pionera. Como parte de este rechazo, se opusieron al ídish que representaba al mundo religioso y a los “shtetl” (aldeas judías pobres en las que vivían las mayorías en Europa del Este) y adoptaron el hebreo como la alternativa sionista apropiada. Contribuyó al hecho de que estos jóvenes a menudo vivían en pequeñas comunidades en toda la tierra de Israel, que estaban alejadas de las influencias de la “civilización”. Allí, los nuevos asentamientos judíos – y la Jerusalén de Eliezer Ben Yehuda – cultivaron el hebreo y generaron profesores que lo enseñaban en la escuela, y los padres lo hablaban con sus hijos en el hogar. Para aquellos jóvenes, Eliezer Ben Yehuda era un símbolo de la lucha por el renacimiento del hebreo, y ellos son los que lograron el milagro de su obra.

Las nuevas palabras hebreas.

El nuevo viento que sopla las velas del hebreo lleva a nuevos problemas. ¿De dónde sacarán los pioneros nuevas palabras para describir un mundo tan moderno y tan lejos del hebreo de los días de Israel y de Yehudá, que ni siquiera se podía imaginar?

Las nuevas fuentes de inspiración hebreas fueron muchas y variadas. Eliezer Ben Yehuda y muchos de sus partidarios tenían mucho respeto por la cultura oriental en general y en particular el idioma árabe. Palabras árabes fueron utilizadas como fuente de inspiración para las palabras tales como «sastre» (jaiat), «cosquillas» (digdug) y  «es oficial» (rishmí). Más palabras árabes entraron al hebreo como parte del proceso natural de integración en la cultura local: “amigote” (sajbak), podrido (maafán).

Otra técnica consistía en cambiar el significado de las palabras bíblicas y adaptarlas a la realidad actual. Las palabras tales como «sacrificar” (lehakriv) y “ungir” (lecahén) han perdido su significado religioso original: hoy en día, no hace falta ser de una familia de sacerdotes para ser funcionario político, y la mayoría de los políticos no parece sacrificarse demasiado…

Las palabras latinas se estilizaron rápidamente al hebreo: así, entraron “entziklopedia”, “psicologuia”, “ideologuia”, por ejemplo. En otros casos, expresiones extranjeras fueron traducidas al hebreo casi literalmente, como vía ferroviaria (mesilat barzel, línea de hierro). A Eliezer Ben Yehuda le encantaba especialmente reunir dos palabras en una: “vidas diminutas” (jaidakim) para bacterias,  “nariz-cuerno” (karnaf) para rinoceronte y así sucesivamente.

Rubik Rosenthal, un lingüista israelí contemporáneo, nos cuenta en uno de sus artículos un ejemplo divertido de las dificultades prácticas que trae la invención de palabras. El tomate fue traído a Europa desde el Nuevo Mundo sólo en el siglo 16, y durante mucho tiempo los europeos consideraron que tiene características positivas… en los asuntos relacionados con la sexualidad. Como resultado, el tomate –que era nombrado por los mexicanos como “tomato”, recibió nombres como pomme d’amour en francés, love apple en inglés y liebesapfel alemán, todos los cuales significan es más o menos la «manzana de amor”.

El reconocido traductor Yehiel Pines tuvo que traducir la palabra “tomate” de un libro de agricultura en alemán. Cuando se topó con la palabra, apeló a la palabra hebrea “agav”, que es “coquetear”, y utilizó el sufijo “iá”, comúnmente añadido para renovar palabras. Entonces “agvaniá” llegó a nombra el tomate. Otros lingüistas, incluido Eliezer Ben Yehuda, estaban horrorizados porque Pines inventó una palabra “sucia”, y la rechazaron. Durante décadas, la palabra no aparecía en ningún diccionario. Con el tiempo, se perdió el significado erótico de la palabra y los hebreo parlantes la integraron en la ensalada multilingüística de la que el idioma se nutre.

Autor: Ran Levi

Fuente: ranlevi.com – Traducción y adaptación del hebreo: Jorge Iacobsohn




  

Alfabeto consonántico.


Un alfabeto consonántico, también llamado consonantario o abyad, es un alfabeto cuyos grafemas son consonantes. Las vocales en un alfabeto consonántico son implícitamente dictadas por la fonología: el lector tiene que conocer la lengua para establecer todas las vocales.
Todos los alfabetos consonánticos modernos, como el alfabeto hebreo, árabe o siríaco, descienden del alfabeto fenicio o arameo, descendientes ellos mismos del alfabeto protosinaítico.

Todos los alfabetos consonánticos conocidos se escriben de derecha a izquierda, excepto el alfabeto ugaritico, que se escribe de izquierda a derecha. No obstante, los alfabetos consonánticos más antiguos como el fenicio o el protosinítico podían escribirse en bustrofedon.

En las lenguas semíticas, se utiliza un alfabeto consonántico donde las vocales largas están anotadas con la ayuda de las llamadas matres lectionis, pero no las vocales cortas. Aunque actualmente hay (se crearon muy posteriormente) signos diacríticos para marcar las vocales cortas —nikkudot o harakat—, su utilización es opcional, y solo aparecen en contextos restringidos, generalmente en la educación o en ambientes religiosos para evitar pronunciaciones deformadas.

En los alfabetos consonánticos, es frecuente que algunas letras cambien ligeramente de forma según su lugar en la palabra: una letras al comienzo, mitad y final de la palabra no tiene necesariamente la misma grafía.

Aunque este sistema de escritura probablemente se desarrolló debido al comercio y la necesidad de enviar mensajes a largas distancias se consideró como lo fue en Egipto un regalo de los dioses y entre los babilonios principalmente de Nabu.

Muchos de estos alfabetos contenían muchos signos, como el egipcio, que incluye más de cuatrocientos signos, aunque no todos se utilizaban a la vez, debido a que según avanzaba la sociedad lo hacia la escritura cambiando algunos signos y dejando otros.  

En Sumeria, los pictogramas y los signos abstractos se simplificaron convirtiéndose en la escritura cuneiforme, de signos formados por el uso de cuñas hechas con un punzón sobre arcilla; este sistema tiene una lista de signos de alrededor de seiscientos, de los que alrededor de trescientos se utilizaban ordinariamente en cualquier época. Además la mayoría de esos signos tenían valores múltiples como los signos logográficos (que se representan por sí solos) y silábicos.

En vista de una complejidad tan grande, sólo alguien que hubiera estado estudiado durante años mediante un adiestramiento y con inteligencia podía leer y escribir con facilidad. Esta capacidad de poder escribir y leer fueron claramente posesión exclusiva de una élite reducida y poderosa. Quienes eran parte de esa élite eran funcionarios de la ciudad-estado y de los sacerdotes, estando vinculados a la corona y al templo.
La invención del alfabeto proporcionó un nuevo sistema de escritura de asombrosa simplicidad. El primer alfabeto utilizaba sólo alrededor de veintiocho signos y pronto fue simplificado a veintidós signos aproximadamente en el 1250 a. C.
Sin embargo todo surge con el caananita antiguo que se cree que viene de la inspiración y de la interpretación acrofónica del jeroglífico egipcio, debido a que las letras del fenicio y el hebreo eran acrofónicas. Pero a pesar de esto se sigue sin saber a ciencia cierta cómo se inventó debido a que el canaanita antiguo tiene aproximadamente entre 26 y 27 fonemas consonánticos y además los escribas usaban distintos pictogramas para algunas letras.

Terminología de Peter T. Daniels

A menudo se utilizan en lingüística los dos neologismos introducidos por el autor estadounidense Peter T. Daniels: «abjad» y «abugida».​ Según este estudioso, los abjads (pronunciado abyad) no son alfabetos ya que solamente las consonantes, no las vocales, están representadas entre los grafemas básicos. Los abjads difieren también de los abugidas, otra categoría definida por Daniels, porque en los abjads el sonido de la vocal está implícito en la fonología y aunque las marcas de vocales existen para el sistema, como niqud en hebreo y harakat en árabe, su uso es opcional y no la forma dominante (ni literaria). 
Los abugidas marcan todas las vocales (excepto la vocal "inherente" ) con un diacrítico, un añadido menor en una letra (o glifo) independiente. Algunos abugidas usan un símbolo especial para suprimir la vocal inherente de modo que la consonante sola pueda representarse correctamente. En un silabario, un grafema denota una sílaba completa, es decir, un sonido de una sola vocal o una combinación de un sonido de vocal con uno o más sonidos de consonantes.

El antagonismo de abjad versus alfabeto, tal como fue formulado por Daniels, ha sido rechazado por algunos otros eruditos por varias razones. Una de ellas es porque el término abjad ya se usaba tanto para el sistema antiguo de numeración arábiga, como para (lo que es más importante en términos de gramatología histórica) la disposición alfabética (es decir, el orden de las letras) de las antiguas escrituras semíticas del noroeste en oposición al orden típico del "sur de Arabia". 
Esto causa efectos fatales en la terminología en general y especialmente en la filología semítica antigua. Además, sugiere que los alfabetos consonánticos, en oposición, por ejemplo, al alfabeto griego, no eran verdaderos alfabetos y no estaban completamente enteros, careciendo de algo importante para ser un sistema de escritura completamente funcional. También se ha objetado que, como conjunto de letras, un alfabeto no es el espejo de lo que debería estar en una lengua desde un punto de vista fonológico; más bien, es el stock de datos que proporciona la máxima eficiencia con el menor esfuerzo desde un punto de vista semántico.

Historia de los alfabetos consonánticos.

El primer alfabeto consonántico de amplia difusión fue el alfabeto fenicio. Comparado con otros sistemas de escrituras contemporáneos a la época, como la escritura cunéiforme y la jeroglífica egipcia, el fenicio no posee logogramas, solamente 22 fonogramas, lo que facilitaba su estudio entre los comerciantes fenicios que lo difundieron ampliamente.

Este alfabeto consonántico era una simplificación drástica del sistema egipcio de escritura fonética, donde las palabras extranjeras estaban escritas asociando a cada sílaba un jeroglífico (no siempre el mismo) cuyo sonido inicial se acercaba a la sílaba deseada. La innovación fue tomar siempre los mismos logogramas para designar un conjunto reducido de sonidos: los logogramas pasan así a convertirse en alfabeto. Salvando las distancias, la misma idea subyace tras el sistema japonés de manyōgana antes de la invención de los kanas.

El alfabeto fenicio dio nacimiento a numerosos alfabetos, en especial el alfabeto arameo y el alfabeto griego. El arameo es el ancestro de numerosos alfabetos consonánticos y alfasilabarios modernos, mientras que el alfabeto vocalizado griego, que da un estatus igual a las vocales y a las consonantes, es la base de todos los alfabetos occidentales, como el alfabeto latino y el alfabeto cirílico.

Itamar Ben-Avi, el primero hablante nativo de hebreo moderno, y los hijos de Eliezer Ben-Yehuda, propusieron, sin éxito, un alfabeto romanizado para el hebreo.3​

Los alfabetos consonánticos y las lenguas semíticas

Las lenguas semíticas tienen la peculiaridad de poseer un sistema de raíces consonánticas: la mayoría de las palabras está derivada de un conjunto restringido de raíces semíticas constituidas por tres consonantes. El principio del alfabeto consonántico (no anotar todas las vocales) permite pues a las hablantes identificar rápidamente las tres consonantes base de las palabras. Es la razón por la cual las lenguas semíticas escriben mayoritariamente su lengua con este tipo de alfabeto.

Por ejemplo, en árabe clásico y en árabe estándar moderno, se pueden derivar a partir de la raíz semítica ذ ب ح (ð-b-ḥ : abatir, sacrificar) palabras cuyas vocales son muy diferentes, pero conservando los consonantes:

ذَبَحَ ðabaḥa : (él) mató;
ذَبَحْتَ ðabaḥta : (tú masc.) mataste;
يُذَبِّحُ yuðabbiḥu : (él) mata;
مَذْبَح maðbaḥ : matadero.

Derivados de alfabetos consonánticos.

El xiao'erjing y la escritura uigur arábiga son ejemplos de alfabetos vocálicos salidos del alfabeto consonántico árabe, pues poseen letras adicionales para indicar todas las vocales. El alfabeto yiddish es un alfabeto vocálico salido del alfabeto consonántico hebreo.

No todas las adaptaciones del alfabeto árabe son alfabetos vocálicos, por ejemplo, el alfabeto persa y el alfabeto jawi son consonánticos. Como las lenguas escritas con estos alfabetos no son semíticas y carecen del sistema de raíces trilíteras, leerlas requiere mucha más memorización porque es difícil deducir las vocales.

Lista de los principales alfabetos consonánticos

En uso hoy en día

  • alfabeto árabe
  • alfabeto hebreo
  • alfabeto maldivo (siempre vocalizado, pero no es un alfasilabario porque carece de vocal inherente)
  • alfabeto samaritano (solamente empleado en textos religiosos)
  • alfabeto siriaco
  • alfabeto tifinagh

  

Una breve historia del alfabeto hebreo.

Por: Norma Kraselnik.



El origen de la lengua de la Biblia se remonta a la escritura pictórica de las civilizaciones más antiguas.
Las raíces de la lengua hebrea se encuentran en la Mesopotamia, región de asentamiento de los antepasados del patriarca Abraham y del sumerio, idioma de la región y uno de los primeros que pasó a ser escrito.
Al principio, los sumerios reprodujeron escenas de la vida real en pinturas y dibujos. Esta escritura pictórica se fue simplificando con ideogramas, que eran un conjunto de signos que se tallaban sobre tablillas de arcilla húmeda con una cuña, por lo que se la llamó: escritura cuneiforme.
Los acadios dieron un paso más sustancial en el desarrollo de un sistema de signos cuyos sonidos se independizaron del significado original y adquirieron mayor abstracción lingüística.
En la zona de Canaán o del Sinaí, alrededor del año 1500 a.C. se conoció un alfabeto protocananeo derivado de aquella escritura, compuesto de 22 sonidos de consonantes y que atrajo la atención de los fenicios. Doscientos años después son los mismos navegantes fenicios los que expanden este alfabeto que resultó útil para la documentación de sus transacciones comerciales y se convirtió en la base de futuros abecedarios del Oriente Medio que dieron origen a muchas de las escrituras que conocemos hoy: griego, cirílico, latín, etc.

El hebreo, la lengua de la Biblia, evolucionó de esa misma escritura protocananea. Es muy interesante ver que el nombre y la forma de las letras hebreas conservan su ideograma original. Así la Alef, la primera letra del abecedario, nuestra “a”, representa un buey (alphu, en acadio) que incluso podemos descubrir invirtiendo la A mayúscula y haciendo del triángulo una cara de la que sobresalen dos cuernos; la Bet, nuestra “b”, es una casa y así se dice en hebreo; la Dalet, nuestra “d”, es una puerta; la Mem, nuestra “m”, es “maim”: agua y quizás también puedan percibir en su grafía el movimiento de las olas. Tenemos consonantes que representaban las partes del cuerpo como la Reish, nuestra “r”, que es una cabeza; la Ain, nuestra “o”, es un ojo; la Shin, nuestra “s”, los dientes.
Después de la destrucción del Segundo Templo por los romanos y bajo la presión de la influencia del arameo, del griego y el latín, el hebreo desapareció como el lenguaje hablado cotidiano de los judíos y quedó reservado para el estudio de los textos sagrados y para los fines litúrgicos. La gran mayoría de los judíos comenzó a hablar en los idiomas locales de las regiones en las que vivían, y mientras tanto crearon con el alfabeto hebreo otras lenguas próximas a las de las diásporas en donde residían. Así surgió el Idish, el judeoespañol o ladino, el zarphatic o judeo-francés, el italkiano o judeo-italiano, etc.



  

La Codex Sassoon, la Biblia hebrea más antigua, vendida por $38.1 millones.

El origen del “Codex Sassoon” es incierto, pero se cree que fue escrito en Israel o Siria en pieles de cordero durante al menos dos años y ha cambiado de manos varias veces.

17 de mayo de 2023.




La Codex Sassoon, una de las más antiguas Biblias hebreas casi completas conocidas, fue vendida en Sotheby’s por $38.1 millones y donada al Museo “Beit Hatfutsot”.
Adquisición de la Codex Sassoon.

Esta Biblia hebrea de alrededor de 1,100 años de antigüedad fue adquirida con la generosa contribución del ex embajador estadounidense en Rumania, Alfred Moses. Se exhibirá regularmente en el Museo “Beit Hatfutsot” en Tel Aviv, una vez hogar para los judíos dispersos.
La adquisición de la Codex Sassoon es significativa debido a su antigüedad y su estado de conservación. Aunque se perdieron los primeros diez capítulos de Génesis y algunas páginas, el códice incluye todos los demás libros de la Biblia hebrea.

Codex Sassoon, la Biblia hebrea más antigua del mundo. (Cortesía de Sotheby’s vía JTA)

El origen del “Codex Sassoon” es incierto, pero se cree que fue escrito en Israel o Siria en pieles de cordero durante al menos dos años y ha cambiado de manos varias veces.

La historia de la Codex Sassoon

La Codex Sassoon llegó a la ciudad de Kasyun, en la actual Siria, alrededor del siglo XIII, donde la mantuvo una comunidad judía probablemente adinerada. El libro volvió a aparecer en la década de 1920, cuando fue adquirido por David Solomon Sassoon, un destacado coleccionista de libros judíos.

Antes de que el Códice Sassoon, la Biblia antigua más antigua y completa, se venda en una subasta en Nueva York, el Museo Anu de Tel Aviv la expondrá del 23 al 29 de marzo de 2023 (Cortesía Anu)

Sassoon, de una rica y distinguida familia judía iraquí, dedicó su vida a la recopilación e investigación de manuscritos judíos antiguos. Los descendientes de Sassoon tuvieron la propiedad del manuscrito hasta 1978.
El Codex Sassoon fue vendido a un fondo privado para trabajadores ferroviarios británicos y luego a un comprador anónimo, antes de ser adquirido por Jackie Spira, un empresario judío residente en Suiza. Durante este tiempo, el público rara vez tuvo acceso al libro.

La Codex Sassoon regresa a casa.

El 15 de febrero de 2023, Sotheby’s de Nueva York expone la biblia “Codex Sassoon”. Ed Jones/AFP



Irina Nevzlin, presidenta del Museo Anu, expresó su entusiasmo por la adquisición, considerándola como el regreso de la Biblia completa y antigua a su hogar natural en el Museo Beit Hatfutsot, el museo judío más grande del mundo.
Nevzlin agradeció a Alfred Moses por su ayuda y apoyo para asegurar que la Biblia sea presentada continuamente al público como parte de la exposición permanente del Museo.
Orit Shaham-Gover, la curadora principal del museo, describió la adquisición del libro como ganar un pedazo de historia y uno de los eventos más importantes en su vida personal y profesional.

  

NotaCodex Sassoon, es un manuscrito con texto masorético que comprende los veinticuatro libros de la Biblia hebrea y debe su nombre a que perteneció a David Solomon Sassoon; quien lo habría adquirido para su estudio.​ Data del siglo ix o siglo x d. C.​ Se considera un siglo más antiguo que el Códice de Leningrado; el manuscrito completo de la Biblia hebrea más antiguo que se conoce, y tan antiguo como el Códice de Alepo. 

Características

El códice está escrito con tres columnas en cada página. La masora parva está completa, pero la masora magna solo aparece en unas pocas páginas. A la fecha a este solo le faltan por completo doce hojas haciendo de este uno de los libros mejor conservados desde su escritura hasta nuestros días. El manuscrito incluye una masora magna incompleta (ad f.452), aparentemente agregada por un escriba posterior, que se refiere a Aaron ben Moses ben Asher y el Códice de Alepo. Fue datado con carbono entre finales del siglo ix y principios del x por Jacqui Safra. El escriba del códice era inusualmente descuidado, olvidando con frecuencia la puntuación, los signos diacríticos y las vocales; también se equivoca en su ortografía consonántica en docenas de ocasiones.
 Mide 12 x 14 pulgadas, con una sencilla encuadernación en cuero del siglo xx. Los signos diacríticos, incluido la shin, el dagesh , el mappiq y el niqud, con frecuencia faltan. Cuando una vocal se repite en consonantes consecutivas, S1 a menudo muestra solo la primera. Como regla general, las alefs reciben una shva ordinaria en lugar de una vocal hataf. En caso de desacuerdo, S1 está de acuerdo con la tradición de Ben Asher el 40% de las veces, con Ben Nephtaliel 20% del tiempo, y con ninguno el 40% del tiempo. Ga'ya en una sílaba abierta se marca con menos frecuencia que en el Códice de Alepo. El sof passuq a veces se olvida al final de los versos.

Historia

En los primeros siglos de su existencia, el libro cambió de manos en todo el Oriente Medio, pasó del propietario Khalaf ben Abraham a Isaac ben Ezekiel al-Attar, y luego a sus hijos Ezekiel y Maimon. En el siglo xiii, se dedicó a una sinagoga en Markada, en la Gobernación de Hasaka, Siria. Después de la destrucción de la sinagoga, ya sea por los mongoles en el siglo xiii o por el Imperio timúrida a principios del siglo xv, el códice pasó a la custodia de Salama ibn Abi al-Fakhr, quien esperaba que la sinagoga fuera reconstruida, pero esto nunca sucedió.
El códice salió al conocimiento del público cuando David Solomon Sassoon lo compró por 350 libras esterlinas en 1929 y añadió su exlibris a la encuadernación interior del manuscrito. Aunque conocido por los eruditos en el siglo xx, el libro permaneció bajo propiedad privada hasta 1978, cuando fue adquirido por el Fondo de Pensiones de los Ferrocarriles Británicos a través de la sede de Zúrich de Sotheby's. Este fue exhibido por el Museo Británico por una única vez en 1982.
El manuscrito fue nuevamente subastado a través de Sotheby's el 5 de diciembre de 1989, adquirido por un comerciante que pagó £2,035,000;y quien lo vendió ese mismo año al inversionista Jacob Eli Safra. El códice estuvo en exhibición en Londres, Tel Aviv, Dallas, Los Ángeles y Nueva York, previo a su subasta. El 17 de mayo de 2023 el manuscrito fue nuevamente subastado por Sotheby's en Nueva York, siendo adquirido por Alfred H. Moses para el ANU - Museo del Pueblo Judío en Tel Aviv por un valor de U$38,1 millones de dólares convirtiéndolo en el cuarto manuscrito más caro jamás vendido.

David Solomon Sassoon ( en hebreo: דוד סלימאן ששון‎; 8 de diciembre de 1880 - 10 de agosto de 1942) fue un bibliófilo, anticuario y filántropo británico de origen judío. Nacido en Bombay, hijo de Solomon y Flora Sassoon; y nieto de David Sassoon, líder de la comunidad judía bagdadí del siglo xix. Se mudó junto a su madre a Londres, en 1902 tras la muerte de su padre en 1894.​ Viajó con frecuencia con la única intención de recopilar libros y manuscritos hebreos que luego catalogó en un libro de dos volúmenes, titulado Ohel David.

El Códice de Leningrado (Codex Leningradensis, L) catalogado como "Firkovich B 19”, es uno de los manuscritos más antiguos del texto masorético de la Biblia hebraica y la copia completa más antigua disponible. Fue escrito en pergamino y está fechado en el año 1008, de acuerdo con el colofón. Este manuscrito ha servido como texto básico para las traducciones modernas de la Biblia y se encuentra en la famosa biblioteca pública de San Petersburgo, en Rusia.

El Códex Aleppo o Códice de Alepo (en hebreo: כֶּתֶר אֲרָם צוֹבָא, Keter Aram Tsova) es el más antiguo y completo manuscrito​ del Tanaj de acuerdo con la Masora tiberiana, producido y editado por el masoreta Aaron ben Moses ben Asher.


ALFABETO HEBREO.

  



alfabeto hebreo





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