 | Portada del First Folio con retrato de William Shakespeare grabado por Martin Droeshout. A causa de su escaso parecido con el Retrato Chandos se ha llegado a cuestionar la autenticidad de éste último, debido a la poca documentación existente sobre el aspecto real del dramaturgo. |
First Folio es el nombre atribuido por los eruditos modernos a la primera publicación de la colección de treinta y seis obras teatrales de William Shakespeare, cuyo nombre original es Mr William Shakespeare's Comedies, Histories and Tragedies. Incluye todas las obras comúnmente aceptadas como auténticas, con la excepción de Pericles, príncipe de Tiro, Los dos nobles caballeros, y dos obras hoy perdidas, Cardenio, inspirada en el personaje cervantino, y Trabajos de amor ganados, considerada secuela de Trabajos de amor perdidos. No contiene ninguno de sus poemas. La obra fue recopilada y editada por John Heminges y Henry Condell, amigos del bardo, en 1623, siete años después de su muerte.
Se estima que se imprimieron unos 800 ejemplares. Actualmente, tras los últimos hallazgos de ejemplares en Francia (2014), y Gran Bretaña (2016), se conservan 234 Considerado un sobresaliente símbolo de la cultura en lengua inglesa, las subastas más recientes fijaron su precio en torno a 3 millones y medio de libras esterlinas.
Historia
En 1623, siete años después de la muerte de William Shakespeare, se publicó el Primer Folio, una recopilación de la mayoría de las obras teatrales que el Bardo de Stratford escribió durante su vida. El Primer Folio fue en gran medida la herramienta que haría a Shakespeare inmortal. El libro se convirtió en la referencia para reediciones posteriores de algunas de la piezas teatrales más famosas de la literatura occidental. Durante siglos editores, escritores, directores teatrales y cinematográficos acudirían a la versión de 1623 a la hora de reinterpretar o publicar cualquiera de los escritos del autor inglés. Paradójicamente, el genio nunca estuvo involucrado en la creación del Primer Folio, y aún más curioso es lo poco que se sabe acerca de aquellos que colaboraron con el autor o que recopilaron sus obras. Sobre aquellos que interpretaron a Hamlet y Romeo y Julieta por vez primera. El libro se convirtió en la referencia para reediciones posteriores de algunas de la piezas teatrales más famosas de la literatura occidental. Como bien dijo el poeta y dramaturgo Ben Jonson en su dedicatoria del Primer Folio, Shakespeare no era "de una edad, sino para la eternidad". Aunque atemporal, es importante conocer el contexto en el que escribió para poder apreciar en su totalidad hasta qué punto expandió los horizontes del teatro inglés. Shakespeare vivió en la época gloriosa del drama isabelino. El reinado de Isabel I vio algunos de los hechos fundacionales de la Inglaterra moderna, entre ellos la malhadada expedición de la Gran Armada en 1588, que dio lugar a una producción inusitada de panfletos, coplas y pequeñas obras teatrales. Las continuas diatribas religiosas entre católicos, anglicanos, y puritanos alimentaban el cada vez mayor negocio de la publicación, y las paranoides conspiraciones de jesuitas "españolizados" y calvinistas revolucionarios tuvieron como inesperada consecuencia el avance de la palabra escrita como vehículo principal de polémica. A finales del siglo XVI, Inglaterra en general, y Londres en particular, eran un hervidero de versos, murmullos, y sermones. De hecho, el teatro isabelino estaba en plena efervescencia desde hacía varios años. Cuando Shakespeare empezó sus primeros proyectos en 1594, Christopher Marlowe, el autor de El Doctor Fausto y uno de los escritores más influyentes de su época, acababa de morir. Autores como Thomas Kyd y Thomas Nashe gozaban de grandes audiencias, y el sistema de compañías teatrales se encontraba en pleno esplendor. Entre estas se encontraba Lord Strange's Men (Los Hombres de Lord Strange), la compañía que dirigía y pertenecía a Ferdinando Stanley, Lord Strange. Lord Strange era el primogénito de la Casa de Derby, y un reconocido mecenas. Entre sus protegidos se encontraban el propio Christopher Marlowe, Edmund Spenser y Robert Greene, y su compañía contaba con algunos de los más reputados actores del momento, entre ellos Richard Burbage, el actor más conocido de la época, y también un joven de las Midlands llamado William Shakespeare. Lord Strange's Men actuó entre 1570 y 1580, incorporando actores y escritores en sus filas. Entre 1590 y 1594, la compañía mantuvo una alianza con otro grupo contemporáneo llamado Lord Admiral's Men. En esta fecha, la compañía Lord Strange's Men empezó a llevar a cabo representaciones en un local conocido simplemente como "El Teatro" en Shoreditch, actualmente Londres.
Lord Strange's Men disfrutaron del éxito hasta la misteriosa muerte de Ferdinando en 1594, un año después de haberse convertido en Earl of Derby, adquiriendo derechos al trono de Inglaterra. Víctima del ambiente conspiratorio de la época, Ferdinando Stanley era tenido por simpatizante de los jesuitas. Su muerte fue súbita y en circunstancias que apuntan al envenenamiento. La compañía pronto se desintegró, pero el núcleo de aquellos actores se mantuvo unido, consiguiendo el patronazgo de Henry Carey, el chambelán de la corte, y creando un nuevo grupo teatral llamado Los Hombres del Lord Chambelán, dirigido por, entre otros, William Shakespeare. Los hombres del Chambelán William Shakespeare ya había estrenado algunas de sus obras como la trilogía de Enrique VI durante su etapa en Lord Strange's Men, aunque su afiliación a la troupe no está confirmada. Los Hombres del Chambelán, sin embargo, sería la compañía con la que representase sus éxitos más célebres, y con la que ganase fama inmortal. La compañía estaba formada por los antiguos actores de Lord Strange. A pesar de disfrutar del patronazgo nominal del Lord Chambelán, el grupo estaba organizado en torno a ocho "accionistas" principales entre los que se encontraba, desde el principio, William Shakespeare. Algunos de los accionistas de la compañía no eran más que protegidos de la corte cuyo interés en la empresa fue fugaz, como William Kempe, un actor cómico que supuestamente vendió su participación al actor William Sly, o George Bryan, quién se retiró en 1598 entregando su puesto a Robert Armin, el actor que interpretaba los papeles de bufón o idiota obras como El Rey Lear. Otros de los accionistas se mantuvieron fieles y participaron activamente en el éxito de Shakespeare: personas como Augustine Phillips, uno de los socios del Globe, Henry Condell o John Heminges, quienes en 1623 editarían el Primer Folio. Varios historiadores sostienen que la estructura fundamental de Los Hombres del Lord Chambelán, basada en ocho accionistas principales, se mantuvo a través de cesiones y ventas a nuevos participantes, aunque esta teoría no ha podido ser confirmada por falta de pruebas documentales. Uno de los accionistas más importantes fue Richard Burbage, hijo de James Burbage, propietario de algunos de los teatros más representativos del Londres isabelino, y el actor más aclamado del momento. Burbage mantuvo su participación en la compañía hasta su muerte en 1619 y fue en gran medida responsable del éxito de Shakespeare. Burbage había interpretado papeles protagonistas en algunas de las obras de Marlowe, y fue el primer hombre en encarnar a personajes tan famosos como Hamlet, Otelo o el Rey Lear. Su carisma y profesionalidad parecen haber impregnado a los personajes de Shakespeare con un aura propia que en gran medida ayudó al éxito de sus obras. Es de destacar que fue uno de los primeros actores ingleses en dominar papeles de más de ochocientas líneas, lo que supuso una gran ventaja a la hora de interpretar los discursos y soliloquios que pueblan los escritos de Shakespeare. La compañía actuó en diferentes teatros del noreste de Londres entre 1594 y 1599, el período en el que obras como Romeo y Julieta, El Sueño de una Noche de Verano y Ricardo III vieron la luz. No obstante, en 1599 Los Hombres del Lord Chambelán decidieron mudarse al barrio de Southwark, al sur del Támesis, tras un aumento del precio del alquiler por parte del propietario del Teatro de Shoreditch. La construcción del Globe, uno de los primeros teatros en propiedad de una compañía de actores, no habría podido llevarse a cabo sin la ayuda de los Burbage, quienes pusieron gran parte del capital, de modo que ese mismo año el teatro comenzó a poner en escena obras importantes, siendo inaugurado, probablemente, con la recién escrita Julio César. Jacobo I, patrón y mecenas del bardo El 24 de marzo de 1603 murió la reina Isabel I, una soberana que ya en su tiempo vivió rodeada de leyendas. El nuevo rey, Jacobo I, sería el fundador de una dinastía que sufriría el apogeo de la intolerancia religiosa en las islas británicas y en Europa. Su ascenso al trono estuvo marcado por la polémica debido a su origen escocés y a su prodigalidad: su primer acto oficial fue el nombramiento de pares escoceses ocupando posiciones y títulos que los ingleses tomaban como propios. La generosidad del rey se entendió desde el principio como un intento de apoderarse de las instituciones más valiosas del reino. Sin embargo la prodigalidad de Jacobo I también se extendió a las artes, incluyendo el teatro. El 19 de mayo de 1603 concedió una patente real a la compañía de Shakespeare como troupe autorizada y se nombró a sí mismo como su mecenas y patrón. A partir de entonces, la compañía cambió su nombre por el de Los Hombres del Rey (The King's Men).
La compañía continuó estrenando las obras de madurez de Shakespeare, como Macbeth, La Tempestad o Timón de Atenas. Para entonces el autor estaba en el cénit de su fama, y el Globe había demostrado ser una empresa rentable. Shakespeare y los accionistas del grupo fueron de los primeros actores en amasar una fortuna modesta con los ingresos de su profesión, de forma que a su muerte en 1616 el Bardo de Stratford pudo dejar a sus descendientes una herencia considerable, incluyendo tres casas y tierras en propiedad. Aunque la compañía jugó un papel muy importante en vida de Shakespeare, la actuación fundamental para la posteridad de sus compañeros se produjo una vez muerto el genio. En 1623 vio la luz el Primer Folio, una recopilación de treinta y dos de sus obras. La importancia de tal documento es difícil de igualar, ya que incluye sutiles instrucciones para los actores, tanto en puntuación como en pronunciación. Esto supone literalmente una ventana a cómo fueron interpretados los escritos de Shakespeare por vez primera, especialmente si tenemos en cuenta que sus editores, John Heminges y Henry Condell, habían sido actores en la compañía desde el principio y habían interpretado a varios de los personajes. Este valiosísimo documento preservó la memoria de Shakespeare para las generaciones futuras, evitando la propagación de falsos Quijotes y sentando un canon estilístico marcado por los propios contemporáneos que vivieron y escenificaron las obras recogidas. El trabajo de John Heminges y Henry Condell fue tan decisivo como el esfuerzo pecuniario y las dotes interpretativas de Richard Burbage y los actores que formaron parte de la empresa shakespeariana: sin el trabajo de cada uno de ellos es probable que el Poeta Laureado de Inglaterra hubiese sido una estrella más en el firmamento, en lugar de convertirse en el "hombre para la eternidad" que es hoy.
Dramaturgo, poeta y actor
Shakespeare, el genio de la literatura inglesa.
Las comedias y tragedias que escribió para su compañía teatral lo hicieron célebre en su época y aún más para la posteridad, pero su vida está llena de incógnitas, como su posible catolicismo.
El más célebre autor de la historia de la literatura inglesa fue aplaudido, admirado e incluso "idolatrado" en vida por las decenas de miles de personas que asistieron a las representaciones de sus obras en Londres. Pero esa fama no impidió que la personalidad y la biografía misma de William Shakespeare quedaran envueltas en sombras. Poco se sabe, por ejemplo, de los inicios de su carrera. Sí consta que nació el 23 de abril de 1564 en Stratford-upon-Avon, una pequeña ciudad de unos mil habitantes, situada 120 kilómetros al noroeste de Londres. Era hijo de John Shakespeare, un próspero negociante local, y de Mary Arden. Asistió al colegio de la ciudad, y a ello se deben los amplios conocimientos de la literatura latina y de retórica de que haría gala en sus escritos. A los 18 años se casó con una joven de la localidad, Anne Hathaway, cuando ésta ya se hallaba embarazada; tendría con ella tres hijos. Un documento sitúa a Shakespeare en Stratford todavía en 1585. Pero luego siguen siete años, "los años perdidos", en los que se evapora totalmente su pista, hasta que reaparece en 1592 convertido en autor teatral de éxito en Londres. Esos "años perdidos" han dado pie a muchas elucubraciones por parte de los biógrafos de Shakespeare; algunos han supuesto, por ejemplo, que hizo un viaje a Italia. También se ha discutido mucho otro aspecto de la juventud del dramaturgo: su supuesta adhesión al catolicismo. Por entonces, la monarquía inglesa de Isabel I había consumado la ruptura con el Papado, instaurando una Iglesia anglicana separada, y los ingleses que se mantenían fieles al catolicismo –llamados recusantes por su negativa a reconocer al rey inglés como cabeza de la Iglesia– sufrieron diversos tipos de acoso y persecución.  | | Este teatro, en Londres, fue reconstruido en 1997 a partir de una investigación sobre la estructura del edificio original de época de Shakespeare. |
La conexión católica.
Es muy probable que el padre de Shakespeare fuera un católico recusante, dado que se le impusieron fuertes multas por no asistir a los servicios religiosos anglicanos. En cuanto al joven William, ha sido identificado con un tal "William Shakeshafte" que figura en el servicio de un aristócrata católico del norte de Inglaterra, el conde de South-ampton, como preceptor de sus hijos. Si Shakespeare hubiese deseado oír misa o confesarse, hubiera podido hacerlo en esa casa, donde se daba cobijo a los sacerdotes católicos que llegaban en secreto a Inglaterra desde los seminarios europeos. Otros estudiosos han señalado en las obras de Shakespeare posibles referencias a la doctrina católica.
Un investigador reciente ha identificado también a Shakespeare con un tal Gulielmus Strofordiensis, mencionado en una lista de católicos ingleses que peregrinaron a Roma en la década de 1580. Otros estudiosos han señalado en las obras de Shakespeare posibles referencias a la doctrina católica (por ejemplo, al Purgatorio).Sin embargo, la tesis de que Shakespeare fue toda su vida un católico oculto resulta cuestionable y son muchos los estudiosos que opinan que fue un protestante sincero.
Los comienzos en el teatro
No se sabe tampoco cómo se convirtió Shakespeare en autor teatral. Sin duda, en su juventud tuvo muchas ocasiones de presenciar representaciones dramáticas, ya que las compañías itinerantes de actores visitaban a menudo Strat-ford-upon-Avon. Si efectivamente Shakespeare estuvo algún tiempo en el norte de Inglaterra, pudo ingresar en alguna de estas troupes, primero como actor y luego como autor. Otra posibilidad es que se trasladara a Londres en busca de algún miembro de la nobleza al que servir como poeta o secretario, y que allí, como hicieron muchos otros, viera en la escritura para los escenarios una nueva fuente de ingresos. En esos años, el teatro se convirtió en una auténtica pasión para los londinenses. Se llegaron a crear nueve teatros comerciales, algunos con aforos notables, de hasta 3.000 personas; se calcula que cada semana iban al teatro 15.000 personas. Algunos de estos espectáculos eran de marcado carácter popular y se asemejaban a los mimos o farsas de feria. Las obras de Shakespeare, en cambio, tenían un registro más elevado, tanto literariamente como por el tipo de interpretación de los actores. En 1592 Shakespeare aparece mencionado como autor teatral, objeto incluso de críticas por los que envidian su éxito. Pero su carrera despegó realmente dos años más tarde, cuando creó, junto a otros seis socios, una compañía teatral, los Lord Chamberlain’s Men, nombre que hace referencia a la protección que les prestaba el chambelán, jefe del personal del palacio real. Esa compañía, rebautizada en 1603 King’s Men, los Hombres del Rey, dominaría los escenarios londinenses durante un cuarto de siglo. Además de Shakespeare, figuraron en ella el actor cómico William Kemp y, sobre todo, Richard Burbage, genial actor que se encargó de los grandes papeles trágicos de Shakespeare, como Hamlet, Otelo o el Rey Lear. Shakespeare escribía todas sus obras para la compañía, a un ritmo de dos por año, de las que se conservan 38
Para completar el reparto se solía contratar un número reducido de actores eventuales, así como a muchachos que interpretasen los papeles femeninos, ya que, en contraste con España, en Inglaterra las mujeres tenían prohibido actuar en los escenarios. Shakespeare escribía todas sus obras para la compañía, a un ritmo de dos por año (se conservan 38, aunque también colaboró en otras), y además desempeñaba algunos papeles secundarios en el escenario, como el del anciano padre de Hamlet.
Nace The Globe
Inicialmente la compañía daba sus funciones en un teatro llamado por antonomasia The Theatre, pero en 1598 el contrato de alquiler del local expiró. Ni cortos ni perezosos, Shakespeare y sus colegas desmontaron la estructura de madera del teatro y se la llevaron a otro local que habían encontrado en el Bankside, un barrio de Londres al sur del río Támesis, hoy llamado Southwark. En aquella época, Southwark estaba fuera de la ciudad propiamente dicha, y era una zona de diversión y "mala vida", con abundancia de burdeles y tabernas.
Un teatro casaba bien con ese ambiente. De hecho, sabemos que un empresario teatral de esos años, Philip Henslow, competidor de la compañía de Shakespeare, era, además de empresario teatral, propietario de un burdel, agente inmobiliario y dueño de una casa de empeños; además, en su teatro, el Rose, las funciones dramáticas se alternaban con las peleas de perros y osos, que apasionaban al pueblo de Londres.
El nuevo teatro de los Lord Chamberlain’s Men se llamó The Globe. Estaba cerca de donde hoy en día se alza el moderno Shakespeare’s Globe, teatro que busca, dentro de lo posible, reproducir la experiencia del público y de los actores de los siglos XVI y XVII. En el Globe original, ante una audiencia popular que pagaba un penique por la entrada y se agolpaba en el "gallinero" y en los palcos, entre tragos de cerveza y bocados a la comida que también podía comprarse, se representaron las obras inmortales de Shakespeare: Romeo y Julieta, en 1595; el Mercader de Venecia, hacia 1597 (la historia del judío Shylock tal vez se inspiró en un médico judío-portugués instalado en Londres, acusado falsamente de tramar el envenenamiento de la reina y ejecutado en 1594); Hamlet, en 1602; Macbeth, en 1606...
Los frutos del éxito.
Como negocio, el Globe fue una empresa muy rentable. Así lo indica el que Shakespeare pudiera comprar en 1597, por 120 libras, una residencia imponente en su pueblo natal de Stratford, con abundante espacio en torno a la casa, donde quizá pensaba vivir como un gran señor. Luego compró otras fincas urbanas y rurales. En 1613, el Globe (hecho de madera y con tejado de paja) fue destruido por un incendio, provocado por la chispa de una descarga fingida de artillería en el escenario; pero el edificio fue reconstruido enseguida. Además, la compañía de Shakespeare gestionaba ya otro teatro, el Blackfriars, de aforo menor (unas 600 plazas) pero cubierto y con mayores medios escénicos. Por esta razón, las entradas más baratas para el Blackfriars eran hasta seis veces más caras que las del Globe, y era mucho más rentable que este último.
Aunque se ha afirmado que por entonces Shakespeare se había retirado, nada indica que con apenas 50 años se sintiera ya viejo o enfermo y por ello volviera a Stratford. Lo seguro es que murió en su ciudad natal, el 23 de abril de 1616, seguramente por un ataque de fiebres tifoideas. Su tumba se encuentra en una iglesia de Stratford, encabezada por un epígrafe que maldice a cualquiera que mueva sus huesos.
- El tiempo de Shakespeare. Frank Kermode. Editorial Debate, Madrid, 2004.
- Shakespeare: la biografía. Peter Ackroyd. Editorial Edhasa, Barcelona, 2008
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario