Luis Alberto Bustamante Robin; Jose Guillermo Gonzalez Cornejo; Jennifer Angelica Ponce Ponce; Francia Carolina Vera Valdes; Carolina Ivonne Reyes Candia; Mario Alberto Correa Manríquez; Enrique Alejandro Valenzuela Erazo; Gardo Francisco Valencia Avaria; Alvaro Gonzalo Andaur Medina; Carla Veronica Barrientos Melendez; Luis Alberto Cortes Aguilera; Ricardo Adolfo Price Toro; Julio César Gil Saladrina; Ivette Renee Mourguet Besoain; Marcelo Andres Oyarse Reyes; Franco Gonzalez Fortunatti; Katherine Alejandra Del Carmen Lafoy Guzmán
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Caracterización literaria. Diversas son las corrientes tanto en lo filosófico como en lo más puramente artístico y religioso, que se dan cita en nuestro creador. Su espíritu originario y genuinamente oriental va a empaparse de todo lo visto, sentido y oído, procurando aprender en todo momento para llegar a la piedra angular de toda su obra: el ser humano. Diferentes tendencias aflorarán en sus escritos, pero las propias experiencias vividas van a desempeñar un papel preponderante a la hora de forjar una filosofía propia. En la etapa libanesa ha de encuadrarse su carácter rebelde, la manifiesta critica social que impregna sus escritos. La etapa americana supone una ampliación cultural, a través del descubrimiento de artistas ingleses y norteamericanos. Por último, Europa, su estancia en la capital francesa hace que se amplíen sus horizontes tanto culturales como vitales. Junto a Nietzsche , Buda será uno de sus grandes maestros, como Spinoza. También hay que tener en cuenta la línea sufi o mística que impregna toda su obra. A grandes rasgos, es posible referirse a dos etapas: una primera de mayor exteriorización y la siguiente de una interiorización más intensa, de una profundización en su propio mundo, en verdad ambos principios, exteriorización e interiorización se van a dar simultáneamente : “yo no soy sino tú”. |
BIOGRAFÍA.
( Ŷibrān Jalīl Ŷibrān ibn Mijā'īl ibn Sa'd era su nombre completo en árabe) fue un poeta, pintor, novelista y ensayista libanés nacido en Bisharri, Líbano, el 6 de enero de 1883 y fallecido el 10 de abril de 1931. Su muerte se determinó que fue por cirrosis en el hígado y tuberculosis. Transliteración del nombre La ortografía de su nombre más conocida procede de la transcripción inglesa del original árabe: Kahlil Gibran. La transliteración empleada usualmente en español es Yibrán Jalil Yibrán o Yubrán Jalil Yubrán y Gibran Jalil Gibran. Su madre era de apellido Rahme a los efectos lo correcto hubiese sido llamarle: Gibran Kahlil Gibran Rahme. Biografía Nació en 1883 en la aldea libanesa de Bisharri, en el seno de una humilde familia maronita. En cuanto a su primera educación escolar, ésta comienza en la Escuela elemental de Bisarri. El segundo de cuatro hermanos, vivió con ellos hasta los 11 años, cuando gran parte de su familia emigra a Estados Unidos en busca de nuevas oportunidades para trabajar y vivir. Antes de ese viaje, aprende de otras personas, entre ellas su abuelo materno, del conocimiento del arte y del saber universal, que fueron base para la literatura y la pintura, ya desde pequeño se revela como artista, tanto en el plano literario como en el pictórico. Se estableció con su familia en Boston, con el tiempo aprendió y cultivó con devoción el inglés, lengua que haría famosas sus novelas, aunque no olvidó el árabe, que perfeccionó tras su regreso a Líbano en 1898 hasta 1902. En Beirut frecuentaba el centro religioso maronita y nacional, Bayt al- Hikma. Aprendió francés y empezó a forjarse un estilo literario sutil, elegante y fino. Durante esa estancia en su país natal, destaca por su habilidad en el dibujo y nace en él la idea de escribir un libro, El Profeta, que con el tiempo sería su obra cumbre. Volvió a Boston y comenzó a publicar en árabe obras que ponen de manifiesto su peculiar estilo. Su habilidad por el dibujo y la pintura lo llevó a crear obras tan importantes que se exhibieron en varias partes del mundo y llegaron a compararse con trabajos de Auguste Rodin o William Blake. Deseoso de ampliar estilos marcha a París en 1904, allí se instala en Vaugirard hasta 1910. Conoce y vive el ambiente cultural y artístico del París de la época. En 1910 vuelve de nuevo a Boston. Funda en 1911 una especie de agrupación político-social que se propone luchar en contra de la tiranía y la opresión en Oriente. Se traslada a la ciudad de Nueva York. En 1912 es publicado el libro Las Alas Rotas que había comenzado en 1906. Sus primeros textos los publica en la revista libanesa "Al-Manarah", una publicación fundada por el propio Gibrán, junto a Youssef Howayek. Inicia también en esa época una serie de viajes por Europa que enriquecerán su bagaje cultural. Trabaja para la revista al- Funun y después de la desaparición de ésta, para al Saih. Precisamente alrededor de esta revista va a ser donde se conforma la agrupación literaria más importante de toda la literatura del mahyar, “la liga literaria”, fundada como tal el cuatro de abril de 1920 y en la que destacan, entre sus miembros: Yubran, Nuayma, Nasib Arida, Rasid Ayyub. Yubran, concienciado y en plena época de apogeo fecundo, comienza a publicar en inglés. Será un periodo que le otorgará fama mundial. Gibrán trabaja en la confección de El Profeta, que finalmente logra publicarse en 1923, con éxito total e imágenes de su propia autoría. Antes había publicado El Loco y posteriormente El Precursor. En esa época, malos presentimientos le invaden el alma y desea retornar a su patria. Su salud entonces decae constantemente hasta el final de su vida. Se casó con la mujer de sus sueños y siempre la amó hasta que murió. Obtendrá cierto reconocimiento social a partir de 1925 con lo que mejorarán sus condiciones de vida. Muere en 1931 en Nueva York a los 48 años. Cronología destacable 1883. 6 de enero: Nace en la ciudad de Bisharri, al norte de Beirut, el escritor, artista y poeta libanés Gibran Kahlil Gibran, en el seno de una familia cristiana maronita modesta, en la que destacaba una madre cariñosa cuyo afecto y recuerdo guardó hasta el fin de sus días. Los datos más acusados de su personalidad de niño fueron su tranquilidad, sensibilidad y su afición al dibujo. 1895. Emigra a los Estados Unidos con su madre, Kamile Rahme (que fallece en 1903). En Boston, donde la familia reside en un barrio miserable, Gibran estudia en la escuela pública. 1898. Regresa a Beirut con un conocimiento rudimentario del árabe. Pasa 3 años en Dar al-Hikma (colegio de la ciencia) aprendiendo árabe y francés. 1901. Vuelve a Washington, pasando por París. 1902. Viaja de nuevo a su patria acompañando a una familia americana como guía. Pero la enfermedad de algunos parientes y la muerte de su hermano determinan su regreso a Washington. Trabaja entonces maquetando portadas de libros y comienza a vender sus dibujos y a llamar la atención como artista. 1904. Expone sin éxito sus dibujos y colabora como corresponsal en el periódico Al-Muhayir, publicado en Nueva York. Es entonces cuando nace su relación casi filantrópica con Mary Haskell. 1905. Publica su libro La música, compuesto de poemas místicos en prosa y considerado como su primera obra literaria en lengua árabe. 1906. Publica “Las Ninfas de los Valles”, también en árabe. Esta obra es esencialmente un ataque a las instituciones eclesiásticas entonces existentes, con lo cual se ganó entre los árabes una fama de escritor revolucionario que rechazaba la tradición y la realidad corrupta que vivía. 1908. Publica “Espíritus Rebeldes”, obra en la que aboga por una espiritualidad, pero atacando a la Iglesia y desenmascarando a los clérigos. 1908-1910. Permanece estudiando en París. Aunque en estos años se respiraba la corriente cubista que tanto preocupaba y era discutida en los medios europeos de vanguardia, no le influyó lo más mínimo. Fue entonces cuando conoció a Auguste Rodin y leyó mucha literatura europea en general, en particular poetas románticos como William Blake, que ejerció en él gran influencia. Además estudió filosofía alemana, concretamente a Nietzsche que le impresionó profundamente aunque de forma pasajera. 1910. Nada más concluir la Conferencia Árabe de París regresa a Boston y funda la sociedad al-Halaga al-Dahabiyya (El eslabón de oro), de carácter político, cuyo objetivo era liberar a los árabes del dominio otomano. 1912. Muere su padre en el Líbano. Publica su relato autobiográfico Las Alas rotas y comienza con la famosa escritora árabe May Ziyadah, una correspondencia que duró 20 años y concluyó con la muerte de Gibran. 1914-1917. Realiza tres exposiciones. 1918. Publica su libro de poemas filosóficos “Los Cortejos” y su primer libro en inglés “The Madman” (El Loco), lo que no impide que siga publicando en árabe. 1919. Publica una colección de dibujos en un libro titulado “Veinte Dibujos”, de estilo simbolista con rasgos románticos. 1920. Se funda, bajo su presidencia, la sociedad literaria Al-Rabitah al-Qalamiyah (La liga literaria), cuya influencia en la literatura árabe fue decisiva. 1921. Publica su primera obra mística de tendencia dramática: “Iram La de las Columnas”. 1923. Publica “Maravillas y Novedades”, un libro de retratos figurados de algunos filósofos y poetas árabes. Ese mismo año publica “El Profeta”, su obra más conocida, que causó y sigue causando un gran impacto. 1926. Publica “Arena y Espuma”, conjunto de máximas y exhortaciones, algunos de cuyos fragmentos recuerdan a Blake tanto en la forma como en el contenido. Por esta época se embarca en una aventura financiera en la que pierde todo su dinero. Deja de escribir y se dedica a la pintura para cancelar sus deudas. A pesar de las penalidades económicas que produjeron un desmoronamiento en su salud, continuó escribiendo. 1928. Publica “Jesús Hijo del Hombre”, creación imaginaria de la vida del Mesías, al que concibe como gran milagro del hombre que le enseñó a amar a quienes le odiaban, que le trajo la paz. Este libro es una materialización del amor que unifica toda la creación. Su correspondencia de esta época denota un gran cansancio debido a la enfermedad que le abatió, así como a una gran nostalgia de su tierra, aunque creía que podía llevar a cabo en Nueva York una mayor actividad creativa que en el Líbano. A pesar de que sabía que iba a morir joven no temía a la muerte, sino que la consideraba como una liberación de este mundo cargado de dolor. 1931. 10 de abril: Muere en Nueva York tras publicar “Los Dioses de la Tierra”. El 21 de agosto del mismo año su cuerpo es trasladado a Beirut y enterrado en Mar-Sarkis (Bisharri). |
Frases de Khalil Gibran. 1. La trampa del egoísmo. “El egoísmo, amigo mío, origina ciegas disputas, y las disputas engendran guerras, y las guerras traen consigo la autoridad y la fuerza, que son la causa de los enfrentamientos y la opresión”. Ser egoístas implica mirar únicamente por uno mismo sin tener en cuenta a los demás, a pesar del daño o las consecuencias negativas que se puedan originar. Es desear la satisfacción resultante de sentirse poderoso y con autoridad, desterrar la empatía y la preocupación por lo demás. Casi todas las desgracias ocurridas a lo largo de la historia nacieron a partir de una semilla de egoísmo que aspiraba a más y más hasta convertirse en soberbia, orgullo y autoridad. Por esta razón, hay que tener cuidado con nuestras aspiraciones y deseos de poder, porque aunque está bien poner límites y mirar por uno mismo, también lo es ser conscientes de que no causaremos grandes sufrimientos en los demás. 2. Regalar tiempo de calidad. “No busques al amigo para matar las horas, sino búscale con horas para vivir”. Esta es una de las frases de Khalil Gibran que tenemos que tener presente en la construcción de nuestras relaciones. Si vamos a dedicar tiempo a otra persona, más vale que este sea de calidad, de ese que nos permite escuchar al otro y conocerlo, compartir momentos y saborear el bienestar. De poco sirve quedar con alguien porque estamos aburridos y no sabemos qué hacer. El tiempo de cada uno de nosotros es mucho más que un conjunto de horas y minutos, es vida. Por lo tanto, no lo malgastemos ni hagamos que lo pierdan los demás. 3. El valor de arriesgarse. “Solo la semilla que rompe su cáscara es capaz de atreverse a la aventura de la vida”. Arriesgarse, trascender los miedos e ir más allá, ese es el mensaje que desprende esta frase. Hay que deshacerse de la seguridad para avanzar, desprenderse de lo cómodo y salir a descubrir otros caminos y otras perspectivas. 4. La luz que habita en la oscuridad. “No se puede llegar al alba sino por el sendero de la noche”. Una frase de Khalil Gibran que nos hablan del baile de los opuestos, de la polaridad entre la luz y la oscuridad y de cómo ambas se necesitan, a pesar de todo. En la oscuridad, en esas zonas más oscuras y sombrías de nosotros mismos, en esos momentos de desolación también habitan destellos, zonas luminosas que tenemos que aprender a ver. En cada uno de nosotros hay luz y oscuridad, un aprendizaje que nace de la aceptación de nuestros monstruos que tenemos que aprender a desvelar. 5. Dar desde el corazón. “Y hay quienes tienen poco pero lo dan todo. Estos últimos creen en la vida y en la generosidad de la vida, es por lo que sus cofres jamás están vacíos”. Dar es un gesto repleto de amor cuando no se espera nada, cuando crece desde la bondad hacia los demás. Por eso a veces la cantidad no es importante, sino la intención que conlleva. Dar es brindar apoyo, es regalar una parte de nosotros para ayudar a los demás. Por eso, cuando se hace de verdad, desde lo más profundo del corazón, no se experimenta la necesidad. 6. Amar al enemigo. “Mi enemigo me dijo: “Ama a tu enemigo”. Y yo le obedecí y me amé a mí mismo”. El enemigo más importante al que tenemos que hacer frente es a nosotros mismos. ¿Cuántas veces nos hemos boicoteado? ¿De qué forma nos hablamos? ¿Cómo nos impedimos ser felices? A veces, estamos tan acostumbrados a tratarnos mal que ni siquiera somos conscientes. Tan solo hace falta revisar nuestro diálogo interno para conocer las exigencias y obligaciones que nos imponemos para ser perfectos, los castigos que nos ponemos y los desprecios que nos hacemos. Nunca seremos perfectos, tenemos que concienciarnos de ello. Está bien tener aspiraciones y querer avanzar, pero no maltratarnos si las cosas no salen como queríamos. La clave es querernos, aceptarnos y descubrir la belleza oculta en nuestras imperfecciones. Mujer mirándose en el espejo 7. El silencio que hay en la envidia. “El silencio del envidioso está lleno de ruidos”. La envidia está cargada de ruido, aunque su mejor disfraz sea el silencio. Un ruido que procede de las comparaciones continuas, de esos pensamientos que bombardean a la persona que la experimenta y que le dicen constantemente que el otro es mejor y tiene que superarlo. Se trata de una emoción que focaliza la atención en el exterior y que provoca un gran sentimiento de inferioridad. La envidia refleja lo que falta, además de un profundo rechazo hacia uno mismo. De ahí, que la mejor opción sea tener presente que solo nosotros somos nuestra única medida. 8. La fuerza que nace del sufrimiento. “Del sufrimiento han emergido las almas más fuertes. Los caracteres más fuertes se forjan a base de cicatrices”. La comprensión del sufrimiento es un tema principal en las frases de Khalil Gibran y que además refleja su gran sabiduría. La capacidad de reponernos, de aceptar nuestras heridas para poder sanarlas, es lo que nos permite avanzar y lo que, poco a poco, forja nuestro carácter resiliente. 9. La relación entre la alegría y la tristeza. “Vuestra alegría es vuestra tristeza sin máscara. El mismo pozo que da nacimiento a vuestra risa se ha llenado infinitas veces con vuestras lágrimas. ¿Y cómo podría ser sino así? Cuanto más profundamente clave la tristeza su garra en vuestro ser, tanto más alegría podréis contener”. Con esta frase, Khalil Gibran nos recuerda que la tristeza y la alegría se encuentran en la misma balanza, ambas se dan sentido, aunque parezca una contradicción. Si bloqueamos nuestra capacidad de estar tristes, estaremos impidiendo el paso para la expansión de nuestra alegría. Por lo que ambas emociones se complementan. De hecho, si examinamos nuestras experiencias, comprobaremos que existe una doble cara en cada una de ellas. 10. El poder del amor. “La vida sin amor es como un árbol sin flores ni frutos”. El amor es el eje central de la perspectiva de Khalil Gibran. Un amor universal, que trasciende todo y que hace posible la unidad. Un amor expansivo y bondadoso, que no entiende de necesidad ni de exigencias, pero sí de libertad y aceptación y que está unido a la belleza, el espíritu y la vida. 11. Amor y libertad. “Amad con devoción, pero no hagáis del amor una atadura. Haced del amor un mar móvil entre las orillas de vuestras almas.” Reafirmando el punto anterior, esta frase de un famoso poema del autor nos invita a pensar en el amor desde la libertad y la plenitud, no desde los lazos y los vínculos forzados. Esta forma de entender el amor nos hace cuestionar muchos imaginarios acerca del amor como posesión y nos muestra cómo amar a alguien implica construir una conexión con otra alma. 12. Ética y moral. “El que usa su moralidad como su más bella vestidura mejor andará desnudo.” Esta contundente frase del poeta nos muestra cómo nuestros valores y principios deben ser estructurales en nosotros y nuestro accionar. Usar los preceptos morales cuando resultan convenientes o solo por aparentar ante los demás solo deja en evidencia una fuerte pobreza espiritual. 13. Amor al trabajo. “Porque cuando trabajáis con amor estáis en armonía con vosotros mismos, y con los otros, y con Dios. ¿Y qué es trabajar con amor? Es tejer la tela con hilos sacados de vuestro corazón, es como si vuestro ser más amado tuviera que vestirse con esa tela. Construir una casa con cariño, como si vuestro ser más amado hubiese de morar en ella. Es sembrar con ternura y cosechar con gozo, como si vuestro ser más amado hubiera de comer su fruto.” Por último, una frase que nos habla del amor al trabajo, pero no desde un discurso de la autoexplotación o de la acumulación de riqueza. Este amor al trabajo emerge del deseo de cuidar del bienestar de otros y de dar cada uno nuestro mayor esfuerzo para la felicidad colectiva. En la misma línea de reflexión sobre la verdad, el amor y la libertad, Khalil Gibran es un catálogo de frases inspiradoras sin parangón. Es por ello que aquí te queremos dejar algunas de ellas que se entienden sin necesidad de explicaciones: Otras frases de Khalil Gibran. En la misma línea de reflexión sobre la verdad, el amor y la libertad, Khalil Gibran es un catálogo de frases inspiradoras sin parangón. Es por ello que aquí te queremos dejar algunas de ellas que se entienden sin necesidad de explicaciones:
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Biblioteca personal.
Tengo en mi colección personal esta obras completas.
Itsukushima Shrine. |
Literatura árabe. La literatura árabe (en árabe, الأدب العربي al-ádab al-aárabi) es el conjunto de textos literarios escritos en lengua árabe; no es habitual, por tanto, incluir las obras que están escritas usando el alfabeto árabe pero no el idioma, como es el caso de la literatura persa y de la literatura en lengua urdu. La palabra árabe usada para literatura es ádab, que deriva de una palabra que significa "cuando alguien es educado" y que implica matices de cortesía, cultura y enriquecimiento personal. La literatura árabe emergió en el siglo VI, conservándose de fechas anteriores solo algunos fragmentos. El Corán, del siglo VII, es la principal fuente literaria de la cultura árabe y de su literatura. Literatura preislámica El periodo anterior a la escritura del Corán y al auge del islam es conocido entre los musulmanes como Jahiliyyah, o periodo de la ignorancia. Aun cuando el término se refiere, especialmente, a la ignorancia religiosa, remite también a la escasa literatura escrita durante dicha etapa, aunque no a la literatura de tradición oral, la cual fue considerable; así, cuentos como el de Simbad y el de Antar bin Shaddad fueron, probablemente, frecuentes en el medio oral y fueron registrados por escrito más tarde. Las décadas finales del siglo VI, sin embargo, empezarían a mostrar el florecimiento de una tradición escrita vigorosa. Esta tradición se compilaría dos siglos después en las colecciones tituladas Mu'allaqat y Mufaddaliyat. Estas recopilaciones, no obstante, ofrecen una panorámica parcial de esa tradición, por cuanto están configuradas como antologías, preservando solo los mejores poemas, que, en muchas ocasiones, son fragmentos de poemas más extensos. |
Estudios islámicos La investigación sobre la vida y época de Mahoma, y para determinar las partes genuinas de la sunnah, fue una de las primeras motivaciones importantes para investigar en o sobre la lengua árabe. Fue, también, la razón para la recolección de la poesía preislámica, dado que algunos de sus poetas estuvieron cerca del profeta—David, por ejemplo, conoció personalmente a Mahoma y se convirtió al islam y sus escritos iluminan la época en que los hechos tuvieron lugar. Mahoma inspiró, también, las primeras biografías árabes, conocidas como al-sirah al-nabawiyyah; la primera fue la de Wahb ibn Munabbih, pero Muhammad ibn Ishaq escribió la más conocida. Al tiempo que cubrían la vida del profeta, también contaban lo relativo a las batallas y acontecimientos del islam primitivo y realizaban numerosas digresiones sobre antiguas tradiciones bíblicas. Algunas de las primeras obras que estudiaron la lengua árabe se iniciaron en nombre del islam. La tradición cuenta que el califa Ali, tras leer un Corán con errores, instó a Abu al-aswad al-Du'ali a escribir una obra en la que se codificase la gramática del árabe. Khalil ibn Ahmad, más adelante, escribiría Kitab al-Ayn, el primer diccionario de árabe, junto con obras sobre prosodia y música, y su pupilo Sibawayh produciría la obra más respetada de gramática árabe, conocida simplemente como al-Kitab o El Libro. Otros califas ejercieron su influencia sobre el árabe como por ejemplo 'Abd al-Malik al convertirlo en la lengua oficial de la administración del nuevo imperio, y al-Ma'mun construyendo la Bayt al-Hikma o Casa de la Sabiduría, en Bagdad, para la investigación y la elaboración de traducciones. Basora y Kufa fueron otros dos importantes lugares de intelectualidad en el mundo árabe primitivo, entre los que existió una fuerte rivalidad. Las instituciones creadas originariamente para investigar en profundidad la religión islámica fueron de gran importancia también en el estudio de muchos otros temas. El califa Hisham ibn Abd al-Malik fue una herramienta al servicio del enriquecimiento de la literatura al dar instrucciones a los estudiosos para que tradujesen distintas obras al árabe. La primera fue, probablemente, la correspondencia de Aristóteles con Alejandro el Grande, traducida por Salm Abu al-'Ala'. De Oriente, y en un género literario muy diferente, Abdullah Ibn al-Muqaffa tradujo las fábulas de animales del Panchatantra. Estas traducciones, especialmente las de la antigua Grecia, circularían por el ámbito intelectual europeo durante la Edad Media y las obras serían reintroducidas de nuevo en Europa por primera vez a partir de las versiones en árabe. Poesía árabe Una parte importante de la literatura árabe anterior al siglo XX está en forma de poesía, llegando incluso a ocurrir que parte de la prosa esté llena de versos sueltos o en forma saj, prosa rimada. Los temas de la poesía van de exaltados himnos de alabanza a amargos ataques personales, y de ideas religiosas y místicas a poemas sobre sexo y vino. Un rasgo importante de la poesía, que podría igualmente ser aplicado a toda la literatura árabe, es la idea de que debía ser agradable al oído. La poesía, y mucha de la prosa, fue escrita con el objetivo de ser leída en voz alta, por lo que se tenía un gran cuidado en que todo fuese escrito lo más sonoramente posible; en este sentido, saj significaba, originalmente, el ruido que hace una paloma. TIPOS DE POESÍA ÁRABE Invectiva: era común entre los enemigos, los opuestos y entre los poetas. Panegírico (en árabe المديح): es un elogio para los gobernantes, y los dignatarios. Destaca el madih al profeta Muhammad. Rithā’: Fue una de las artes más importantes de la poesía árabe, destacaba por la veracidad de los sentidos y la profundidad de los sentimientos y la afectuosidad de la expresión. Al-i'tidar: Literalmente, la disculpa. Al-ghazal: En la literatura árabe se trata de un poema cuya etimología está emparentada con las ideas de piropo, cumplido, etc. Al-fajr o el Orgullo: en árabe الفخر Además de ser un hábito de los árabes en esta poesía el poeta se enorgullece de la genealogía y del origen aunque está religiosamente prohibido. Literatura de no-ficción Recopilaciones y manuales A finales del siglo IX, Ibn al-Nadim, un librero de Bagdad, compiló una obra crucial para el estudio de la literatura árabe: Kitab al-Fihrist, un catálogo de todos los libros a la venta en Bagdad, por lo que ofrece un fascinante panorama del estado de la literatura en esa época. Una de las formas más comunes de literatura durante el periodo Califato Abbasí fue la compilación. Se trataba de colecciones de hechos, ideas, historias instructivas y poemas, que trataban sobre un mismo tópico y que cubrían temas tan diversos como la casa y el jardín, las mujeres, los intrusos, los ciegos, la envidia, los animales y la avaricia. Las últimas tres compilaciones fueron escritas por al-Jahiz, el reconocido maestro del género. Estas colecciones fueron importantes para todo nadim, un asistente de un jefe o noble cuya función era, en ocasiones, acompañar a este con historias e informaciones para entretenerle o aconsejarle. Un tipo de obras directamente relacionadas con las colecciones fueron los manuales, en lo que escritores como ibn Qutaybah ofrecían normas sobre etiqueta, burocracia, escritura, etc. Ibn Qutaybah también escribió una de las primeras historias de los árabes, aunando historias bíblicas, cuentos folclóricos árabes y diversos acontecimientos históricos. El tema del sexo fue frecuentemente abordado por la literatura árabe. El ghazal, o poema de amor, tiene una larga historia, en la que el sexo aparece tanto en su vertiente tierna y sugerente, como en un tratamiento abiertamente explícito. En la tradición Sufi el poema de amor podía tener una importancia mayor, entrando en lo místico y religioso. Se escribieron también manuales de sexo, como es el caso de El jardín perfumado, Tawq al-hamamah (El collar de la paloma) de ibn Hazm y Nuzhat al-albab fi-ma la yujad fi kitab (Placer de los corazones que nunca se hallará en los libros) de Ahmad al-Tifashi. Entre estas obras, se encuentra también una como Rawdat al-muhibbin wa-nuzhat al-mushtaqin (El prado de los amantes y de la distracción de los encaprichados) de ibn Qayyim al-Jawziyyah, que advierte de cómo separar el amor de la lujuria y evitar el pecado. Biografía, historia y geografía Además de las tempranas biografías sobre Mahoma, el primer gran biógrafo que privilegió la descripción del personaje antes que producir simplemente un himno de alabanza fue al-Baladhuri con su Kitab ansab al-ashraf (Libro de la genealogía de la nobleza), una colección de biografías. Otro importante diccionario biográfico fue comenzado por ibn Khallikan y ampliado por al-Safadi, y una de las primeras autobiografías significativas fue Kitab al-I'tibar, que trata de Usamah ibn Munqidh y sus experiencias guerreras en las Cruzadas. Ibn Khurradadhbih, probablemente un oficial del servicio postal, escribió uno de los primeros libros de viajes, género que llegaría a ser popular en la literatura árabe con obras de ibn Hawqal, ibn Fadlan, al-Istakhri, al-Muqaddasi, al-Idrisi y, especialmente, con los famosos viajes de ibn Battutah. Estos proporcionarían una fascinante visión de las múltiples culturas de todo el mundo islámico, ofreciendo también perspectivas musulmanas sobre pueblos y gentes no musulmanes en los límites del imperio. Por lo demás, estas obras reflejan la importancia de la tradición en el pueblo musulmán e incluyen numerosos datos geográficos e históricos. Varios escritores se concentraron únicamente en la historia, como al-Ya'qubi y al-Tabari; otros, por su parte, se centraron en periodos o aspectos concretos de esa historia, como es el caso de ibn al-Azraq, con una historia de la Meca, e ibn Abi Tahir Tayfur, al escribir una historia de Bagdad. El historiador considerado como el más grande del mundo árabe es Ibn Jaldún, cuya historia Muqaddimah se centra en la sociedad, constituyendo un texto fundacional de la sociología y la economía. Diarios En la Edad de oro islámica, los diarios en árabe se escribieron desde antes del siglo X, aunque el diario medieval que más se parece al moderno es el de Ibn Banna del siglo XI. Su diario fue el primero en ser ordenado de acuerdo con las fechas (ta'rikh en árabe), algo muy próximo a los diarios modernos. Literatura de ficción En el mundo árabe se distingue perfectamente entre al-fusha (lengua culta) y al-ammiyyah (lengua común). Pocos escritores han escrito obras en esta al-ammiyyah o lengua común y se entiende, además, que la literatura tiene como objetivos la mejora y educación de la persona, antes que el puro entretenimiento. Esta concepción del hecho literario no restringió el papel del hakawati o contador de historias, que retendría las partes más ligeras de las obras serias o algunas de las muchas fábulas o cuentos populares árabes que normalmente no se ponían por escrito. No obstante, algunas de las primeras novelas de la literatura universal, incluso en el caso de novelas filosóficas, fueron escritas por autores árabes. Literatura épica El ejemplo más famoso de literatura de ficción árabe es Las mil y una noches, que no solo es su obra más conocida sino la que todavía ejerce más influencia a la hora de mantener determinadas ideas que los no-árabes tienen sobre la cultura árabe. Aunque en un principio fuese considerada como árabe, la obra tiene un origen persa y las historias, por su parte, pueden tener sus raíces en la India. Un buen ejemplo de las carencias en ficción de la prosa árabe es que las famosas historias de Aladino y Alí Babá, habitualmente conocidas como parte de Las mil y una noches, no lo fueron en realidad en origen. Se incluyeron por primera vez en la traducción francesa de la obra por Antoine Galland quien las había oído contar por un cuentacuentos tradicional y que solo existían antes en manuscritos árabes incompletos. Simbad, por su parte, sí forma parte de la obra. Las mil y una noches se clasifica normalmente como perteneciente al género de la literatura épica árabe. El género incluye colecciones de cuentos o episodios hilvanados para formar una historia más extensa. Las versiones existentes se escribieron después del siglo XIV, aunque muchas habían sido recogidas bastante antes y son probablemente de origen preislámico. Entre los distintos tipos de historias en estas colecciones se encuentran las fábulas de animales, los proverbios, las historias de jihad o propagación de la fe, cuentos humorísticos, cuentos morales, cuentos sobre el astuto estafador Ali Zaybaq y cuentos sobre el bromista Juha. La Divina Comedia de Dante Alighieri, considerada la obra narrativa en verso más importante de la literatura italiana, contiene muchos rasgos y episodios sobre el futuro derivados de obras árabes sobre escatología islámica: el Hadith y el Kitab al-Mirach (traducido al latín en 1264, o poco después como Liber Scale Machometi, "The Book of Muhammad's Ladder") relativo a la ascensión de Mahoma al cielo, y los escritos espirituales de Ibn Arabi. Maqama Probablemente creado por el escritor árabe al-Hamadānī en la segunda mitad del siglo X, el género narrativo de las maqāmas se caracteriza por el carácter divertido de los relatos, por la combinación de verso y prosa rimada, y por la abundancia de recursos estilísticos. La Maqama no solo difumina la separación entre prosa y verso, conformando una especie de prosa rimada, sino que aborda también un género a mitad de camino entre la ficción y la no ficción a través de una serie de narraciones cortas que son ficcionalizaciones de situaciones de la vida real, aproximándose así a diferentes ideas. Un buen ejemplo de esto es una maqama sobre el almizcle, que se propone comparar diferentes perfumes, pero que al final es una obra de sátira política en la que se compara a diferentes candidatos. La maqama hace uso también de la doctrina de badi, esto es, añadir deliberadamente complejidades para poder demostrar la habilidad del escritor con la lengua. Se trata de una forma increíblemente popular de la literatura árabe que llegó a ser una de las pocas formas que continuaron siendo escritas durante el declive de lo árabe en el siglo XVII y XVIII. Poesía romántica Un famoso ejemplo de poesía árabe amorosa es Layla y Majnun, de la era Umayyad en el siglo VII. Se trata de una historia trágica de amor eterno parecida a la que se cuenta en Romeo y Julieta, obra que se inspira, precisamente, aunque en un pequeño grado, en una versión en latín de Layla y Majnun. Hubo también varios elementos del amor cortés que se desarrollaron en la literatura árabe, especialmente las nociones de "amar por amar" y la exaltación de la amada, que se remonta en la literatura árabe a los siglos IX y X. La noción del poder ennoblecedor del amor fue desarrollado a comienzos del siglo XI por el psicólogo musulmán y filósofo Avicena, en su tratado árabe Risala fi'l-Ishq (Tratado sobre el amor). El elemento final del amor cortés, el concepto de amor como deseo nunca satisfecho se encuentra también implícito a veces en la poesía árabe. Teatro El teatro en árabe ha sido solo visible en la era moderna. Probablemente considerado antes como literatura no legítima, no fue registrado por escrito casi nunca. Hay una antigua tradición de representación pública entre los musulmanes Shi'i de una obra que describe la vida y muerte de al-Husayn en la batalla de Karbala en el 680. Hay también varias obras compuestas por Shams al-din Muhammad ibn Daniyal en el siglo XIII, en donde menciona el uso que hace de obras antiguas como material para las suyas. Los moros tuvieron una destacada influencia en las obras de George Peele y William Shakespeare. Algunas de sus obras representan caracteres moros, tal es el caso de The Battle of Alcazar de Peele y El mercader de Venecia, Tito Andrónico y Otelo, que representa a un moro como protagonista. Se dice que estas obras fueron inspiradas por varias delegaciones moras de Marruecos llegadas a la Inglaterra isabelina a comienzos del siglo XVII. Novelas filosóficas Los filósofos islámicos árabes, Ibn Tufail (Abubacer) e Ibn al-Nafis, fueron pioneros en la escritura de novelas filosóficas. Ibn Tufail escribió la primera novela ficcional árabe Philosophus Autodidactus como respuesta a la novela de al-Ghazali' La incoherencia de los filósofos. Los siguió Ibn al-Nafis, que escribió la narración ficcional Theologus Autodidactus como respuesta a la obra de Ibn Tufail' Philosophus Autodidactus. Todas estas narraciones tienen protagonistas (Hayy en Philosophus Autodidactus y Kamil en Theologus Autodidactus) que son individuos autodidactas generados espontáneamente en una cueva y que viven recluidos en una isla desierta, siendo así los primeros ejemplos de historias centradas en tal localización. No obstante, aunque Hayy vive solo en la isla desierta durante la mayor parte de la historia de Philosophus Autodidactus (hasta que conoce al náufrago Absal), la historia de Kamil se desarrolla más allá de la isla en que se sitúa Theologus Autodidactus (cuando el náufrago vuelve con él a la civilización), desarrollando el tema de la adaptación a la misma en el paso a la mayoría de edad y, en ocasiones, apuntando formas de la narrativa de ciencia ficción. Ibn al-Nafis describió su libro Theologus Autodidactus como una defensa del "sistema del islam y de las doctrinas de los Musulmanes sobre las misiones de los profetas, las leyes religiosas, la resurrección del cuerpo y las transitoriedad del mundo." Presenta argumentos racionales en pro de la resurrección del cuerpo y la inmortalidad del alama humana, usando tanto razones demostrativas como material del corpus hadith para probar su tesis. Más tarde, los intelectuales islámicos verían esta obra como una respuesta a la afirmación metafísica de Avicena y de Ibn Tufail en relación a que la resurrección del cuerpo no puede ser probada a través de la razón, una visión que fue pronto criticada por al-Ghazali. La obra de Ibn al-Nafis fue traducida al latín y al inglés como Theologus Autodidactus a comienzos del siglo XX. Una traducción al latín de la obra de Ibn Tufail, titulada Philosophus Autodidactus, apareció por primera vez en 1671, preparada por Edward Pococke, el joven. La primera traducción al inglés de Simon Ockley fue publicada en 1708, al tiempo que las traducciones al alemán y danés. Estas traducciones inspiraron posteriormente a Daniel Defoe al escribir Robinson Crusoe, que también presenta el tópico narrativo de la isla desierta y que ha sido calificada como la primera novela en inglés. Philosophus Autodidactus también inspiró a Robert Boyle, un conocido de Pococke, a escribir su propia novela filosófica situada en una isla, The Aspiring Naturalist, a finales del siglo XVII. La historia también anticipa el Emilio de Rousseau en algunos aspectos, y es también similar a la historia de Mowgli en el Libro de la selva de Rudyard Kipling, así como al personaje de Tarzán, en que un niño es abandonado en una isla tropical desierta donde es tomado a su cargo por una loba. Otros escritores europeos influenciados por Philosophus Autodidactus han sido John Locke, Gottfried Leibniz, Melchisédech Thévenot, John Wallis, Christiaan Huygens, George Keith, Robert Barclay, los Cuáqueros,y Samuel Hartlib. Ciencia ficción Al-Risalah al-Kamiliyyah fil Siera al-Nabawiyyah (Tratado de Kamil sobre la biografía del profeta), también conocido como Theologus Autodidactus, escrito por el polígrafo árabe Ibn al-Nafis (1213-1288), es la más antigua muestra conocida de novela de ciencia ficción. Aunque se trata también de una historia centrada en una isla desierta y en el tema de la maduración personal, la novela contiene varios elementos de ciencia ficción como la generación espontánea, la futurología, la escatología del mundo, la resurrección y la vida después de la muerte. Antes que ofrecer explicaciones sobrenaturales o mitológicas a estos temas, Ibn al-Nafis intenta la explicación a través del conocimiento científico islámico de la época sobre biología, astronomía y geología. Su principal objetivo es, en este sentido, el ofrecer una enseñanza religiosa islámica en términos científicos y filosóficos. Otros ejemplos de proto-ciencia ficción árabe fueron "The City of Brass" y "El caballo de ébano", historias que pertenecen a Las mil y una noches, las "Opiniones de los residentes de una espléndida ciudad" de al-Farabi, que trata de una sociedad utópica, y el cuento futurista de al-Qazwini Awaj bin 'Unaq, sobre un gigante que viajó a la tierra desde un planeta lejano. El declive de la literatura árabe La expansión del pueblo árabe a lo largo del siglo VII y VIII lo llevaron a ponerse en contacto con una gran variedad de pueblos, lo que afectaría a su cultura. Lo más significativo para la literatura fue el contacto con la antigua civilización persa. Shu'ubiyya es el nombre del conflicto entre los árabes y los no árabes. Aunque produjo importantes debates entre especialistas de diversos estilos literarios, no fue un conflicto peligroso y tuvo más que ver con la forja de una única identidad cultural islámica. Bashshar ibn Burd, de origen persa, resumió su postura al respecto en unos pocos versos:
La herencia cultural del desierto, espacio propio de los árabes, continuó mostrando su influencia incluso aunque muchos especialistas y escritores se fuesen a vivir a las grandes ciudades árabes. Cuando Khalil ibn Ahmad enumeró las partes de la poesía llamó al verso en poesía bayt, tienda, y sabah, cuerda de tienda, al pie. Incluso durante el siglo XX esta nostalgia por la sencilla vida del desierto se reavivó de forma más o menos consciente.
Un lento resurgimiento de la lengua persa y una resituación del gobierno y de los principales centros del saber en Bagdad, redujeron la producción de la literatura árabe. Muchos temas y estilos árabes fueron adoptados en persa por autores como Omar Khayyam, Attar y Rumi todos claramente influidos por la literatura más primitiva. La lengua árabe retuvo en principio su papel predominante en la política y la administración, aunque el auge del imperio otomano la terminó por confinar solo a la religión. Al lado del persa, las principales variedades de las lenguas turcas dominarían la literatura de la región árabe hasta el siglo XX. No obstante, algunas influencias árabes siguieron siendo perceptibles. Literatura moderna Un resurgimiento de la literatura árabe tuvo lugar durante el siglo XIX junto con una revitalización de la cultura árabe; a todo ello se le llama en árabe al-Nahda (النهضة), Renacimiento. Este resurgir de la escritura en árabe se limitó, principalmente, a Egipto hasta el siglo XX, cuando se expandió a otros países de la región. Este renacimiento no solo se percibió dentro del mundo árabe sino que también fuera del mismo, al cultivarse la traducción de obras árabes a varias lenguas europeas. Aunque el uso de la lengua árabe aumentó, muchos de los tropos de la literatura anterior que se usaron para adornarla y complicarla fueron abandonados. También las formas occidentales del relato y la novela se empezaron a preferir frente a las formas tradicionales de la literatura árabe. Igual que en el siglo VIII, cuando la traducción de obras del griego antiguo y de otras literaturas ayudaron a vitalizar la literatura árabe, otro movimiento de similares características ayudó a proporcionar nuevas ideas y material para el mundo árabe. Un primer éxito fue El conde de Montecristo, que propició la aparición de varias novelas históricas con temas árabes. Dos traductores importantes fueron Rifa'ah al-Tahtawi y Jabra Ibrahim Jabra. Los grandes cambios políticos en la región de mediados del siglo XX causaron problemas a los escritores. Muchos sufrieron la censura y otros como Sun'allah Ibrahim y Abdul Rahman Munif fueron encarcelados. Al mismo tiempo, otros que habían escrito obras apoyando o elogiando a ciertos gobiernos fueron elevados a cargos de autoridad dentro de instituciones culturales. Los escritores de no-ficción y los académicos provocaron también polémicas y críticas con el objeto de reconfigurar la política árabe. Algunas de las obras más conocidas son The Future of Culture in Egypt de Taha Hussein, importante obra del nacionalismo egipcio, y las de Nawal el-Saadawi a favor de los derechos de la mujer. Según un informe de Naciones Unidas, la producción literaria de los países árabes está por debajo de la media mundial. En 1996 no sobrepasó los 1945 títulos, lo que representaba sólo el 0.8 % de la producción mundial. Novelas árabes modernas Característico del periodo nahda de revival fueron dos tendencias. El movimiento neo-clásico aspiró a redescubrir las tradiciones literarias del pasado, y fue influido por géneros literarios tradicionales como la maqama y las Mil y una noches. Por el contrario, el movimiento modernista comenzó traduciendo obras de la literatura occidental, principalmente novelas, al árabe. Los autores individuales en Siria, Líbano y Egipto crearon obras originales a partir de la imitación de maqamas clásicos. El más importante de estos escritores fue al-Muwaylihi, cuyo libro, El Hadith de Issa ibn Hisham (حديث عيسى بن هشام), criticaba a la sociedad egipcia de la época de Ismaíl. Esta obra constituye el primer paso en el desarrollo de la novela moderna en árabe. Este camino fue seguido por Georgy Zeidan, un escritor libanés cristiano que emigró con su familia a Egipto tras los disturbios de Damasco de 1860. A comienzos del siglo XX, Zeidan serializó sus novelas históricas en el periódico egipcio al-Hilal. Fueron novelas extraordinariamente populares gracias a la claridad de su lenguaje, estructura sencilla y la vívida imaginación del autor. Otros dos escritores importantes de este periodo fueron Khalil Gibran y Mikha'il Na'ima, que incorporaron inquietudes filosóficas a sus obras. Sin embargo, la crítica literaria no considera a las obras de estos cuatro autores como verdaderas novelas, sino más que nada indicios de la forma que la novelística moderna debería adoptar. Muchos de los críticos señalan a Zaynab, novela de Muhammad Husayn Haykal, como la primera verdadera novela en lengua árabe, aunque otros se decantan por Adraa Denshawi de Muhammad Tahir Haqqi. Un tema común en la novelística árabe moderna es el estudio de la vida familiar, con obvias resonancias con la más amplia familia del mundo árabe. No obstante, muchas de las novelas habían sido incapaces de situar los conflictos de la región, con la guerra y la política, como telón de fondo de los dramas familiares a pequeña escala, hasta que las obras de Naguib Mahfuz, que sitúan los conflictos vitales en El Cairo, lo hacen con enorme profundidad. Su Trilogía del Cairo, que describe las vicisitudes de una familia cairota a lo largo de tres generaciones, le hizo ganar el Premio Nobel de Literatura en 1988. Fue el primer escritor árabe en conseguir ese premio. Teatro moderno El teatro árabe moderno empezó a escribirse en el siglo XIX, principalmente en Egipto y con influencias y a imitación de obras francesas. No fue hasta el siglo XX que comenzó a desarrollarse un estilo árabe característico y a ser así reconocido en todas partes. El dramaturgo árabe más importante fue Tawfiq al-Hakim cuya primera obra fue una reelaboración de la historia coránica de Los siete durmientes y la segunda un epílogo para Las mil y una noches. Otros dramaturgos importantes de la región fueron Yusuf al'Ani de Irak y Saadallah Wannus de Siria. La mujer en la literatura árabe Aunque no hayan tenido un papel importante en la literatura árabe, su presencia ha sido continuada. Las primeras poetas fueron al-Khansa y Layla al-Akhyaliyyah, del siglo VII. Su concentración en el cultivo de la ritha', elegía, sugiere que esta forma fue designada para que fuese cultivada por mujeres. Otra poeta, Walladah, princesa Umawi de al-Ándalus, escribió poesía sufi y fue amante del poeta ibn Zaydun. Estas y otras escritoras menores sugieren un mundo oculto de literatura femenina. Por otro lado, las mujeres han desempeñado un importante papel como personajes en la literatura árabe, como se ve en Sirat al-amirah Dhat al-Himmah una obra épica árabe con una mujer guerrera como protagonista principal y con el caso de Scheherezade, contadora de historia en Las mil y una noches para salvar su vida. La literatura árabe moderna ha llevado a un gran número de mujeres a publicar sus obras: Nazik al-Malaika, May Ziade, Fadwa Touqan, Suhayr al-Qalamawi, Ulfat Idlibi, Layla Ba'albakki y Alifa Rifaat son algunas de las narradoras y poetas más relevantes. Ha habido también un importante número de investigadoras, como Zaynab al-Ghazali, Nawal el-Saadawi y Fatema Mernissi que, entre otros temas, han escrito sobre el lugar de la mujer en la sociedad musulmana. Del siglo XIX a la Segunda Guerra Mundial En el mundo árabe siempre hubo mujeres que han hecho el intento de reivindicar sus derechos, pero nunca se ha hecho como un colectivo hasta la Nahda (Renacimiento o Despertar árabe) durante la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX. En esta época las mujeres se dieron cuenta de los fuertes vínculos entre lo literario, lo cultural, lo social y lo político, y que el movimiento literario era clave para liberar la conciencia colectiva de las normas tradicionales que habían impedido su progreso. Los hombres también comenzaron a reconocer la importancia de la emancipación de las mujeres para la liberación nacional y el desarrollo en este momento, y no hay duda de que el aumento de las interacciones entre los intelectuales masculinos y femeninos dentro de los círculos literarios hizo una contribución inestimable. Uno de los primeros hombres en escribir sobre la liberación de las mujeres fue Qāsim Amin, una influyente figura literaria de comienzos del siglo XX, que abogó por la emancipación de las mujeres por el Renacimiento árabe, al igual que al-Tahtawi. Es interesante observar que ambos hombres frecuentaban el salón de Mayy Ziyadah en El Cairo. Así, el deseo de las mujeres de emanciparse y los sueños nacionalistas de los hombres se convirtieron en la piedra angular del avance de la sociedad. May Ziade fundó en 1912 uno de los salones literarios más famosos del mundo árabe durante la segunda y la tercera década del siglo XX. El salón se convirtió en un lugar de encuentro entre mujeres y hombres pertenecientes al mundo de la literatura, origen de debates intelectuales de gran calado en la sociedad y la política de la época. May forma parte de un grupo de mujeres pioneras del modelo de Modernidad de comienzos del s.XX. Estas mujeres, instruidas en escuelas extranjeras, políglotas y activas intelectualmente, son asiduas columnistas de la prensa diaria, donde plantean los debates sociales en torno al tema de la mujer, consiguiendo logros sociales para este colectivo de gran alcance. Estas mujeres articularon el feminismo dentro del modernismo islámico y del nacionalismo secular. Además de esto, influyeron en la construcción de un nuevo pensamiento árabe y en la reformulación de la lengua de sus antepasados. Además de los salones creados en esa época, la tradición de la prensa también se unió a la reivindicación femenina, ya que surgieron diversas revistas en el mundo árabe escritas por mujeres en las que reivindican sus derechos. Las primeras revistas mensuales se publicaron en Egipto: al-Fatah, 1892 por Hind Nawfal, y al-'Arous (La Novia), publicada por Mary 'Ajami. Siglo XXI La literatura femenina contemporánea en árabe ha sido fuertemente influenciada por la diáspora de hablantes de árabe, que han producido escritos no solo en árabe, sino también en otros idiomas, predominantemente en inglés, francés y alemán. Internet también es importante: Es entre la generación más joven de poetas que Internet se ha convertido en una plataforma para crear colecciones y compartir poesía. Algunos de estos poetas tienen sus propios sitios web, mientras que otros están incluidos en cada vez más antologías web publicadas por jóvenes geeks informáticos árabes dedicados a la construcción de archivos web para la poesía árabe y la historia poética. De manera similar, el tratamiento crítico de la poesía de estas mujeres, aunque ya está bien establecido en recursos en línea y sitios web para importantes publicaciones en papel en todo el mundo árabe, aún tiene que producir medios críticos claramente definidos para articular los valores emergentes de la poesía, medir el valor crítico de algunas de estas nuevas producciones, y para alentar la producción de poesía de mujeres árabes, que tendrá peso, profundidad y aclamación comparable al trabajo de algunos de los principales poetas árabes masculinos de nuestros días. Hoy en día las mujeres árabes tienen un papel importante e influyente que queda patente a través de la literatura de autoras como Najat Al-Hachmi, Badia Hadj Nasser, Nonie Darwish, Rayá Alsanea, Salwa Al Neimi, Raya Alem, Susan Abulhawa y muchas más. Algunas de ellas escriben en diferentes lenguas: catalán, castellano, inglés, árabe o francés, sobre todo las que no residen en su país de origen. Los temas suelen ser críticas sociales, los derechos de la mujer, la erótica, la identidad, la tradición árabe y la influencia occidental. Crítica literaria` La crítica ha sido inherente a la literatura árabe desde sus comienzos. Los festivales de poesía del periodo preislámico, con frecuencia, enfrentaban a parejas de poetas entre sí en una especie de guerra de versos en la que debían esforzarse en ganarse a la audiencia. El tema adoptó un estatus más oficial con el estudio islámico del Corán. Aunque en teoría una práctica tan prosaica como la crítica literaria poco podría hacer con una obra i'jaz, inimitable o divinamente inspirada, el análisis fue permitido. Este estudio se permitió para comprender mejor el mensaje y facilitar la interpretación en un uso práctico, todo lo cual ayudó al desarrollo de un método crítico importante para obras posteriores en otros tipos de literatura. En cualquier caso, la crítica literaria árabe ha considerado tradicionalmente solo un determinado tipo de obras como apropiada para su estudio. Algunos de los primeros estudios sobre poesía fueron Qawa'id al-shi'r, Reglas de la poesía, de Tha'lab y Naqd al-shi'r, Crítica de la poesía, de Qudamah ibn Ja'far. Otras obras tendían a continuar la tradición de comparar a dos poetas para determinar cuál seguía mejor las normas de la estructura de la poesía clásica. El plagio entró también a formar parte del conjunto de intereses de estudio de los críticos. Las obras de al-Mutanabbi fueron especialmente estudiadas en relación con este asunto. Fue considerado por muchos como el más grande de los poetas árabes pero su arrogancia lo llevó a enemistarse con otros poetas y a que estos buscasen las fuentes de su poesía. Hubo también numerosas recopilaciones que detallaban las distintas figuras retóricas y guías para escribir. En un primer momento la crítica moderna comparaba las nuevas obras, desfavorablemente, con los ideales clásicos del pasado, pero estos estándares fueron pronto rechazados por artificiales. La adopción de las formas de la poesía romántica europea significó la introducción de los correspondientes estándares críticos. Taha Hussayn, él mismo buen conocedor del pensamiento europeo, desafió el análisis tradicional del Corán con uno más moderno a través del cual señalaría la huella de las ideas e historias tomadas prestadas de la poesía preislámica. La literatura árabe vista desde fuera. La literatura árabe ha sido durante mucho tiempo desconocida fuera del mundo islámico. Lo árabe se ha comportado frecuentemente tanto como una cápsula temporal en la que se han preservado formas literarias de la antigüedad, redescubiertas en la Europa del Renacimiento, como un conducto para transmitir la literatura de regiones distantes. En este papel, más que leída has sido retraducida en otras lenguas de amplia difusión como el latín. Una de las primeras traducciones importantes de la literatura árabe fue la traducción del Corán de Robert de Ketton en el siglo XII, aunque no sería hasta el siglo XVIII que la mayor parte de la diversa literatura árabe fue conocida, debido especialmente a arabistas como Forster Fitzgerald Arbuthnot y libros suyos como Arabic Authors: A Manual of Arabian History and Literature. La traducción de Antoine Galland de Las mil y una noches fue la primera gran obra en árabe que consiguió éxito fuera del mundo musulmán. Otros traductores importantes fueron Friedrich Rückert y Richard Burton, junto con varios trabajos salidos de Fort William, India. Las obras árabes y muchas otras de lenguas orientales provocaron una gran fascinación por el Orientalismo en Europa. Obras foráneas fueron especialmente populares, aunque fuesen censuradas en su contenido, en especial referencias homosexuales, que no eran permitidas en la época victoriana. Por lo demás, muchas de las obras elegidas por los traductores ayudaron a consolidar determinados estereotipos acerca del mundo árabe. |
Naguib Mahfuz (El Cairo, 1911-2006) Novelista y periodista que fue el primer escritor árabe galardonado con el premio Nobel de Literatura (1988). Licenciado en filosofía y militante del Wafd, el gran partido nacionalista antibritánico, Naguib Mahfuz se desempeñó como funcionario en diversos organismos de la administración de su país, y fue director del departamento técnico del Instituto de Artes y presidente del Instituto Nacional de Cine.
Verdadero arquitecto de la novelística árabe contemporánea, a lo largo de su obra representó repetidamente la ciudad de El Cairo como si fuera un mundo. Su obra, tan variada como prolífica, incluye treinta y tres novelas (algunas de ellas llevadas al cine), así como catorce recopilaciones de cuentos y múltiples colaboraciones en la prensa. Sin embargo, es considerado básicamente un novelista. Tras sus primeros escarceos sin mayor trascendencia con la novela histórica, con títulos como Caprichos del destino (1939) o Lucha de Tebas (1943), dio un salto al realismo, entrando en una etapa de mayor entidad argumental y técnica. Los mejores ejemplos de esa época son Jan al-Jalilí (1946) y El callejón de los milagros (1947), minuciosas descripciones de los ambientes populares, burgueses e intelectuales de su ciudad natal. Con El espejismo (1948) y Principio y fin (1949), su obra dio un paso más, al incursionar en la novela psicológica. Dicho tránsito anunciaba uno de los períodos más significativos de su carrera literaria. Fue entonces cuando escribió su afamada trilogía compuesta por Entre dos palacios (1956), Palacio del deseo (1957) y La azucarera (1957), que le valió el Premio Nacional de las Letras Egipcias (1957). En esta saga, que narra la vida de una pequeña familia de la burguesía urbana entre las dos guerras mundiales, el autor supo imprimir en personajes y en lugares una poderosa veracidad y una profunda densidad. Poco después, publicó la novela de cariz metafísico Hijos de nuestro barrio (1959), levantando la ira de las autoridades religiosas, que prohibieron el libro durante varios lustros. A partir de los años sesenta, sus novelas abordaron cuestiones políticas y sociales de una forma mucho más elíptica, como es el caso de El ladrón y los perros (1961), una crítica del régimen de Nasser, y Miramar (1967), o en la recopilación de cuentos Historias de nuestro barrio (1975). Hombre sencillo y burlón, espíritu liberal en el que fe y razón se abrazan sin mayor problema, permaneció fiel a su condición de escritor insobornable. En 1994, radicales integristas atentaron sin éxito contra su vida. |
LA LITERATURA ANDALUSÍ a) La poesía en lengua árabe en al-Ándalus Características: Antes del s. XI, los poetas son escasos, y su producción no difiere en nada de la del oriente musulmán, tanto en sus formas como en sus temas. Pero a partir del s. XI, los poetas son más numerosos, los talentos son a la vez poderosos y sugerentes y la producción relativamente original. En contraste con oriente, donde es el privilegio de las clases medias o superiores, la poesía culta, en al-Ándalus, es popular y objeto de un entusiasmo general. No sólo hay poetas entre los hombres cultivados, príncipes, ministros, filósofos, médicos, juristas y místicos, sino también entre los iletrados, los ciegos, los artistas, los campesinos, y también hay un número relativamente grande de poetisas. La emulación y competencia entre cortes rivales hizo de la poesía una ‘carrera precaria y ambulante’ y muy inestable, y los poetas, con frecuencia adoptados por mecenas que los alojaban y mantenían con pensiones, estaban sometidos a caprichos y rencillas. No todos eran visires, y los visires mismos no estaban al abrigo de celos, desgracias, prisión y exilio. Los poetas cultos, en al-Ándalus, dieron cierta originalidad a su producción modificando un tanto ciertas formas poéticas e insistiendo con el mismo éxito en temas conocidos en oriente pero raramente desarrollados. Esas formas de poesía llevan el nombre de muwashsháha-s (nombre tomado de los collares de las mujeres); son bastante diversas; se componen de secuencias entrecortadas por refranes dispuestos de muchas maneras. Las leyes de las muwashshaha-s acabaron complicándose y ser codificadas, pero también se popularizaron en lengua coloquial, teniendo la buena fortuna de ser utilizadas por hombres de talento como Ibn Quzmân, poeta cínico muerto en 1100, y más tarde ash-Shushtari, místico muerto en 1268. Las muwashshaha-s se prestan fácilmente al canto y expresan sobre todo temas delicados o ligeros (el amor, los placeres, las descripciones de la naturaleza). La descripción de la naturaleza ocupan un lugar destacado en la poesía andalusí, especialmente en las muwashshaha-s. Ya en oriente, este tema era muy del gusto de los poetas, pero los andalusíes sintieron predilección por él, y los jardines, las flores, los paisajes y las estaciones (sobre todo la primavera) serán retratados con maestría. Les gustaba personificar la naturaleza, hacerla hablar e instituyeron en la literatura árabe, por ejemplo, las querellas entre flores. Dieron un tono muy local a sus comparaciones, a sus imágenes y a los espectáculos que describían, dando así un sabor original a los temas que ya habían sido repetidos por los poetas orientales. Los principales poetas: En el siglo décimo, IBN HÂNÎ (muerto el año 972), un poeta de corte, si bien nacido en al-Ándalus, fue el panegirista de la dinastía de los fâtimíes de Egipto. Formó parte del grupo de los neo-clásicos de oriente y se le compara, no sin alguna exageración, con al-Mutanabbi, el poeta árabe por excelencia. ABÛ ‘AMIR IBN SHUHÁID (muerto en 1034) fue el poeta de corte de los ‘âmiríes de Córdoba. AL-MU‘TADID (muerto en 1042), ‘rey’ de Sevilla, de la pequeña pero brillante dinastía de los ‘abbâdíes, fue un príncipe enérgico y hábil. Fue también un poeta y un hombre de gusto. AL-MU‘TAMID (muerto en 1091), hijo del precedente, menos afortunado que él en su reino pero indudablemente un gran poeta. IBN ZAYDÛN (muerto en 1071) fue el ministro de varios príncipes. Se enamoró de la poetisa WALLÂDA, princesa omeya. Tuvo como rival a Ibn ‘Abdûs, ministro en Córdoba. Ibn Zaydûn compuso contra él poemas amenazantes y sobre todo un panfleto célebre titulado Risâla, que cubrió a su rival de ridículo y valió al autor la prisión y el exilio. Durante su cautividad y su alejamiento envió a su bien amada y a sus amigos excelentes poemas. IBN ‘AMMÂR (muerto en 1126) fue igualmente ministro, en Sevilla. Su carácter poco noble le hizo ser celoso y cometer traiciones, especialmente hacia su ‘colega’ Ibn Zaydûn y hacia su príncipe. Acabó ejecutado. De su producción poética sólo se han conservado extractos que llevan la marca de un talento real. IBN ‘ABDÛN (muerto en 1126), ministro del principado de Badajoz y más tarde bajo los almorávides, tiene la reputación de gran poeta a causa sobre todo de un poema titulado al-Bashshâma que tentó a los comentaristas y aún ahora suscita la admiración de los árabes. IBN HAMDÎS (muerto en 1132), nacido en Sicilia, abandonó la isla con la llegada de los normandos y se refugió en la corte de Sevilla donde fue apreciado como poeta. Murió en Mallorca o en Bugía. Pueden citarse también a otros célebres poetas, tales comO IBN HAFÂYA, IBN AL-LABBÂNA, IBN AL-HADDÂD,... b) La prosa en lengua árabe en al-Ándalus La prosa literaria: La mayor parte de los poetas también fueron prosistas de mérito, sobre todo los poetas-ministros. Por ejemplo, ya hemos citado la Risâla de Ibn Zaydûn. La obra literaria más célebre es al-‘Iqd al-farîd (El Collar Único) de IBN ‘ABD RABBIHI (muerto en 940), libro de ‘bellas letras’ y recopilación de textos cuyas principales subdivisiones llevan el nombre de piedras preciosas y cuyo contenido depende mucho de obras similares de Ibn Qutayba. Pero, y es lo más destacable, el al-‘Iqd al-Farîd sólo contiene citas tomadas de autores orientales, a parte de los versos o poemas del autor que él asegura preferir a los de cualquier otro. Más tarde, tenemos recopilaciones ‘nacionales’. Una de las más importantes es la de IBN BASHQUWÂL (muerto en 1183). Su libro, titulado Kitâb as-Sila es un repertorio biográfico de los sabios de al-Ándalus. IBN AL-‘ABBÂR (muerto en 1260) le dio un suplemento bajo el título de Kitâb at-Tákmila li-Kitâb as-Sila. AL-FATH IBN JÂQÂN (muerto en 1140), granadino, literato vagabundo, fue durante un tiempo secretario del gobierno de Granada y murió estrangulado en Marruecos. Su Qalâid al-‘Iqyân contiene biografías agrupadas en cuatro secciones (príncipes, visires, sabios y poetas, literatos) y acompañadas de citas. Su recopilación, escrita en estilo rimado, con preciosidad y afectación, es muy útil para conocer en extensión la amplísima literatura de al-Ándalus. IBN BASSÂM (muerto en 1147) fue verdaderamente en su Dajîra el historiador de la poesía en lengua árabe producida en al-Ándalus en el siglo XI. ABÛ ‘ÂMIR IBN SHUHÁID (muerto en 1034), poeta de la corte de Córdoba, además escribió una Epístola muy original en su espíritu y en su método. Se trata de la Risâlat at-Tawâbi‘ wa z-Zawâbi‘ de la que tenemos citas en la Dajîra de Ibn Bassâm. Consiste en el relato de una ‘visita’ del autor a las regiones habitadas por los ‘ÿinn’ o ‘genios’ inspiradores de los poetas y los escritores, conducido por uno de esos genios. El autor imagina diálogos y discusiones con ellos. Tiene así la ocasión de criticar a los grandes autores desde un punto de vista literario y de una manera humorística y, a veces, burlesca. Reconoce el valor de algunos (Imru l_Qáis, Abû Nuwâs) mientras que a otros los cubre de confusión (al-Búhturi, Badî‘ az-Zamân al-Hamadâni). Ibn Shuháid despliega un sentido crítico interesante y parece a veces un buen psicólogo; insiste especialmente en las relaciones entre el cuerpo y el alma en la actividad literaria. No es inverosímil que, según la hipótesis de Pérès, esta obra curiosa haya sido concebida bajo las influencias de la lejana Bizancio, y que, según las suposiciones de Zaki Mubârak, haya contribuido a sugerir a Abû l-A‘là al-Ma‘arri la fantasía que introduce a su obra Risâlat al-Gufrân. La filología: Varios nombres se distinguieron en esta rama del saber. AL-QÂLI (muerto en 967), nacido en Armenia y discípulo de los maestros de Bagdad, fijó su residencia en al-Ándalus donde escribió, o, mejor dicho, ‘dictó’, los Amâlî, estudios lexicográficos sobre temas variados (Corán, leyendas,...), acompañados de citas poéticas. IBN SÎDA (muerto en 1065), ciego, dejó obras filológicas destacables por su espíritu científico y la atención prestada a la lógica, especialmente un diccionario analógico (al-Mujássas) y un diccionario alfabético que recuerda el de al-Jalîl. En este apartado podrían citarse a otros autores como ASH-SHANTAMARI (muerto en 1083), IBN JARÛF (muerto en 1213), ASH-SHARÎSHI (muerto en 1222). La historia: AR-RÂZI (muerto en 955) continuó las tradiciones de su padre y se interesó en la historia de al-Ándalus sobre la que escribió varias monografías. Se le llamaba at-Tarîji, el cronista. Su hijo ‘Isà continuó su obra. IBN AL-QÛTIYA (muerto en 977), descendiente de un princesa goda, fue qâdî y director de la policía en Córdoba y dejó obras de filología y una historia de los comienzos de al-Ándalus; también se le atribuyen poemas. También hay que nombrar a IBN HAYYÂN (muerto en 1073), AL-BÂYI (muerto en 1174), IBN AL-‘IDZÂRI (siglo XIII) autor de al-Bayân al-Mugrib, conservado incompleto, trata de la historia de al-Ándalus y África del Norte y contiene fragmentos de obras actualmente perdidas. La geografía: Hay varios grandes nombres y obras originales. Para empezar, AL-BAKRI (muerto en 1094), quien se trasladó de niño a Córdoba desde el sudoeste de al-Ándalus. Fue el favorito en la corte de un príncipe de Almería, pero no abandonó sus estudios. Compuso obras de filología bastante mediocres, sin embargo, destacó como geógrafo. Fue el autor de dos obras destacables: el Mu‘ÿam mâ stá‘ÿam sobre los nombres de lugares contenidos en la poesía antigua, en las viejas crónicas y en las recopilaciones de tradiciones; el segundo de sus libros es el Kitâb al-Masâlik wa l-mamâlik, que es una descripción del universo conocido en el siglo XI, del que nos quedan fragmentos, especialmente la parte relativa al Norte de África y al Sudán. La presentación es muy minuciosa y el estilo muy seco. AL-IDRÎSI (muerto en 1166), nacido en Ceuta, se trasladó muy joven a Córdoba para hacer estudios y emprendió largos viajes que lo llevaron a Francia por un lado y a Asia Menor por otro. Más tarde se presentó ante Roger II de Sicilia “que había hecho de su corte en Palermo un centro de estudios muy brillante”. “A demanda de ese príncipe, al-Idrîsi hizo construir un planisferio en plata”. Y “para ilustrar ese trabajo se puso a redactar, con la ayuda de sus propias observaciones personales y las de otros viajeros, una vasta obra de geografía”, titulada Nuçhat al-Mushtâq, más conocida bajo el nombre de Kitâ Ruÿar (El libro de Roger). Para Guillermo I compuso también, sucesivamente, un resumen de esa obra titulado Rawd al-Uns, conservada también bajo otra forma abreviada. IBN ŶUBÁIR (muerto en 1217), nacido en Valencia, hizo tres veces la peregrinación a Meca. Murió en Alejandría donde aceptó dedicarse a la enseñanza. Inauguró un género literario nuevo con una obra maestra que no fue igualada. En efecto, escribió la relación de su primer viaje bajo el nombre de Rihla, que es el diario de viaje de un hombre inteligente, observador y espiritual, y que, además, maneja una lengua variada, a veces seca y difusa, con frecuencia colorista y pintoresca. Otros escritores compusieron Rihlas después de Ibn Ŷubáir, sin llegar a guardar el mismo sentido del equilibrio, la misma limitación a lo esencial y el mismo gusto artístico. Las ciencias: AZ-ZAHRAWI (Abû l-Qâsim, conocido en Europa como Abulcasis, muerto en 1013) fue un célebre cirujano de Córdoba. IBN AL-BAITÂR (muero en Damasco en 1248), originario de Málaga, viajó mucho interesándose en la flora y adquirió la reputación de ser ‘el más grande botánico’ de su tiempo. Escribió dos obras relativas a los remedios simples y a los remedios clasificados según los órganos enfermos a los que servían. La filosofía: La filosofía griega, importada de oriente, fue cultivada con entusiasmo en al-Ándalus. IBN BÂŶA (muerto en 1138) fue originario de Zaragoza en la que fue durante un tiempo visir. Murió en Fez, envenenado, según se cuenta, bajo la instigación de sus enemigos, quienes lo acusaron de impío. Como filósofo, escribió comentarios a Aristóteles y tratados personales. También se interesó por las ciencias naturales, las matemáticas y la medicina. En Europa se le conoce con el nombre de Avempace. IBN TUFÁIL (muerto en 1185) nació en Guadix, enseñó medicina en Granada, cumplió las funciones de secretario de varios príncipes y acabó como médico en la corte almohade. Presentó a Averroes que lo reemplazó como médico. Murió en Marrakech. Su renombre lo debe sobre todo a su novela filosófica Hayy Ibn Yaqzân (El Viviente, Hijo del Despierto), en la que presenta el mito de hombre que, abandonado niño en una isla desierta, descubre ahí por especulación todo el sistema neoplatónico de la iluminación tal como pasó al peripatetismo musulmán. IBN RUSHD (Averroes, muerto en 1198), nacido en Córdoba, hizo sólidos estudios filosóficos y científicos, cumplió varias veces la función de qâdi, reemplazó a Ibn Tufáil como médico de la corte almohade, tuvo que defender sus opiniones filosóficas y murió en Marrakech. Redactó un gran número de escritos sobre medicina, astronomía y filosofía. Es célebre como comentarista de Aristóteles, como apologista de la filosofía contra al-Gazâli y como responsable de varias concepciones filosóficas (especialmente la relación de la razón y la fe y sobre la unidad del Intelecto Agente) que agitaron considerablemente el occidente cristiano. Ciencias islámicas: Las ciencias islámicas (exégesis coránica, crítica del hadiz, derecho, mística,...) fueron ampliamente estudiadas en al-Ándalus, que dio una gran cantidad de grandes expertos de renombre en la historia del Islam. Nos referiremos aquí a sólo dos de ellos. IBN HAZM (muerto en 1064), nacido en Córdoba, estuvo implicado en los acontecimientos y disturbios de los últimos años de la dinastía omeya de al-Ándalus. Durante un tiempo, fue visir, conoció los combates, el exilio y la prisión y acabó por consagrarse a una vida de estudios. Insatisfecho con las cuatro escuelas de derecho musulmán reconocidas, se adhirió a una quinta (el zâhirismo) de la que fue el máximo representante. Fue un polemista poderoso y tenaz que combatió con energía los principios de las otras escuelas y se aplicó en sus obras de exégesis y pensamiento a un criterio rigurosamente literalista (el análisis del sentido exterior inmediato de los textos fundacionales del Islam). Compuso una magistral obra de polémica en la que repasa todas las religiones y escuelas conocidas en su tiempo: al-Mílal wa n-Níhal. En su libro, Ibn Hazm dirige críticas mordaces a los grandes maestros, a la vez que no desdeña en hacerles justicia en lo que considera aportaciones importantes. También examina en dicho libro los textos judíos y cristianos y revela sus contradicciones, absurdos, falsificaciones e inmoralidades. Pero este polemista implacable fue también un poeta agradable, de fina psicología y hombre de gusto, en su Táwq al-hamâma, El Collar de la Paloma, antología relativa al amor que fue escrita en los comienzos de la carrera literaria del autor. IBN SAB‘ÎN (muerto en 1270), nació en Murcia, residió por un tiempo en Ceuta y murió en Meca (suicidado, según algunos). En Ceuta escribió sus Aÿwiba o Respuestas yemeníes a las cuestiones sicilianas, en contestación a las preguntas que le propuso el Emperador Federico II. Escribió otras obras aún poco conocidas, tales como Budd al-‘Ârif, Asrâr al-Hikma, Du‘â Harf al-Qâf,... Los orientalistas lo han considerado como “filósofo andaluz, aristotélico, sagaz, de espíritu amargo y atormentado, que construyó una crítica psicológica de la historia de la filosofía musulmana; su doctrina es mística próxima al panteísmo”. Ibn Sab‘în fundó una escuela mística que lleva su nombre: la sab‘înía. Los nasríes de Granada El éxito de la conquista cristiana redujo al-Ándalus al reino de Granada en el que la dinastía de los nasríes (los príncipes de la Alhambra) hicieron revivir en más pequeño pero de forma brillante, los antiguos tiempos de esplendor. Al periodo nasrí de la historia de al-Ándalus pertenecen un gran número de una gran cantidad de poetas y literatos, historiadores y pensadores, la mayor parte de los cuales están por estudiar. Sólo retendremos aquí el nombre de uno de ellos, quizás el más importante: LISÂN AD-DÎN IBN AL-JATÎB (muerto en 1374). Fue un político de primer orden. Ocupó durante un tiempo el cargo de visir en Granada, pero su vida se vio atravesada por muchas tribulaciones: celos, prisión, acusaciones, exilio. Murió estrangulado en su prisión, ante una gran indignación del pueblo cuando se supo al día siguiente. Se le atribuyen unos sesenta escritos sobre bellas letras, filosofía, mística, historia, medicina, de los que sólo una parte ha sido conservada. Fue seguramente el último autor de muwashshaha-s en al-Ándalus, y su prosa, si bien rimada y decorada, era con frecuencia natural y elegante. |
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