Luis Alberto Bustamante Robin; Jose Guillermo Gonzalez Cornejo; Jennifer Angelica Ponce Ponce; Francia Carolina Vera Valdes; Carolina Ivonne Reyes Candia; Mario Alberto Correa Manríquez; Enrique Alejandro Valenzuela Erazo; Gardo Francisco Valencia Avaria; Alvaro Gonzalo Andaur Medina; Carla Veronica Barrientos Melendez; Luis Alberto Cortes Aguilera; Ricardo Adolfo Price Toro; Julio César Gil Saladrina; Ivette Renee Mourguet Besoain; Marcelo Andres Oyarse Reyes; Franco Gonzalez Fortunatti; Patricio Ernesto Hernández Jara; Demetrio Protopsaltis Palma;
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Diccionario.
Biblioteca Personal.
Tengo un libro en mi colección privada .-
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IDIOMA VASCO Y SU LITERATURA.
El euskera, vasco o vascuence (en euskera batúa, euskara) es una lengua europea, ergativa y aglutinante que se habla principalmente en Euskal Herria.Existen además comunidades vascófonas en la diáspora vasca, especialmente en Europa y América. El euskera es oficial junto al castellano en el País Vasco y la zona vascófona de Navarra, mientras que en Francia no tiene estatus oficial. Lingüísticamente, es una de las pocas lenguas no indoeuropeas de Europa y es la única lengua aislada del continente. El origen de los vascos es desconocido; aunque hay múltiples hipótesis al respecto, ninguna ha sido probada definitivamente. Su posible conexión con otras lenguas de la Europa prehistórica y sus características únicas han suscitado el interés de lingüistas y antropólogos de todo el mundo. El euskera presenta una gran variedad lingüística y diversidad dialectal, sobre todo en la comunicación oral. Actualmente se distinguen cinco dialectos, tres en España y dos en Francia; estos presentan, a su vez, varios subdialectos. Estos dialectos tienen léxico, gramática y fonética propios, lo que hace que algunos apenas sean mutuamente inteligibles. No obstante, la inteligibilidad ha aumentado notablemente en las últimas décadas, debido a la mejora de las comunicaciones y la estandarización de la lengua. El euskera ha adquirido bastante léxico de otras lenguas, especialmente del español y del latín y, en menor medida, del francés, pero, por su carácter aglutinante, también ha enriquecido su vocabulario mediante la derivación y la composición. A su vez, el euskera ha influido en las lenguas de la península ibérica. Estadísticas. En 2016 el 28,4 % de los habitantes del País Vasco, Navarra y País Vasco francés eran vascófonos, unas 750 000 personas. Aproximadamente otras 400 000 personas, el 16,4 %, son vascoparlantes pasivos (entienden el euskera pero tienen dificultades para hablarlo). Así, el porcentaje de personas que hablan algo de euskera se eleva hasta el 40 % aproximadamente. El 93,2 % (700 300) de hablantes de euskera vive en España y el 6,8 % (51 200) restante en Francia. Existen también comunidades vascófonas en la diáspora vasca, principalmente en América. Desde las últimas décadas del siglo xx el conocimiento del euskera ha aumentado, aunque su uso en la calle descendió ligeramente entre 2007 y 2017, situándose en un 12,6%. El uso del euskera en casa, en general, es mayor que en la calle. La comarca con mayor porcentaje de vascohablantes es Lea Artibai, con un 88% de vascófonos en 1996. Los vascoparlantes no están distribuidos uniformemente, sino que se concentran en una zona geográfica continua. En esta zona, el euskera es la lengua autóctona y la lengua materna de gran parte de la población; en algunos núcleos el uso del euskera en la calle supera el 90 %; por ejemplo, Lea Artibai (Vizcaya), el Goyerri (Guipúzcoa), las Cinco Villas (Navarra) o Sola (Francia) son zonas donde el uso del euskera es alto o muy alto. El porcentaje de personas que entienden el euskera es de más del 40 % en Vizcaya y Guipúzcoa, en toda Álava excepto en algunas zonas del sur y oeste, en la zona septentrional de Navarra, y en Baja Navarra, Sola y el sur de Labort; de aproximadamente el 40 % en el sur y oeste de Álava, el enclave de Treviño y el Valle de Villaverde; y menor al 20 % en el centro y sur de Navarra. Dialectos En 1729, el jesuita Manuel de Larramendi publicó en Salamanca una gramática del euskera, a la que titula El Imposible Vencido. El arte de la lengua bascongada, donde hablaba de los diversos dialectos: cita al guipuzcoano, al vizcaíno y al navarro o labortano (que comúnmente es uno mismo, dice). Una clasificación posterior de los dialectos fue obra del vascófilo Louis-Lucien Bonaparte, sobrino de Napoleón Bonaparte. El mapa fue revisado por el sacerdote y primer presidente de la Academia de la Lengua Vasca, Resurrección María de Azkue (1864-1951). En 1998, el lingüista Koldo Zuazo realizó una renovación de la distribución de los dialectos, basándose en criterios desconocidos o ignorados por los anteriores autores. Esta clasificación moderna divide al euskera en seis dialectos (en euskera llamados euskalkiak): dialecto occidental; dialecto central; navarro, navarro oriental (roncalés, extinto), navarro-labortano y suletino. Bonaparte consideraba el dialecto roncalés un subdialecto del suletino ("suletino español"), mientras que Azkue lo clasificó como dialecto diferenciado.
Esta variante hablada antiguamente en los siete pueblos del valle de Roncal (Navarra), desapareció definitivamente en 1991 con la muerte de Fidela Bernat, su última hablante. Se podría hablar también de un dialecto alavés, hoy día extinto, aunque por la toponimia y los testimonios escritos que se conocen sabemos que era muy parecido al dialecto occidental. La principal fuente de información del euskera hablado en Álava es hoy día el recientemente descubierto manuscrito de Juan Pérez de Lazarraga (siglo xvi), ya que se trata del testimonio escrito más completo. Los mapas se realizan uniendo en grupos las hablas con coincidencias generales, ya que el euskera se caracteriza por su variedad en giros y acentos. Las diferencias se pueden apreciar de una localidad a otra, e incluso de un barrio a otro. Por ejemplo, si tomamos la palabra ogia (el pan), a lo largo de los territorios vascohablantes encontraremos variantes de la misma palabra como ogiya, ogiye, ogixa, ogixe, uía, uíe, uíxe, oía, etc. Las diferencias fonológicas, morfosintácticas y léxicas entre dos dialectos geográficamente distantes pueden ser tantas como las que existen entre el catalán y el castellano. Este es el caso del vizcaíno (extremo occidental) y del suletino (extremo oriental), que se caracterizan por su lejanía respecto a los demás dialectos, y que son hablados precisamente en los dos extremos del dominio lingüístico del euskera. Aun así, para la mayoría de los vascohablantes hablar dialectos diferentes no es un obstáculo insalvable para entenderse. Por otra parte, la inteligibilidad mutua puede depender, además de la distancia geográfica, de la costumbre y el "don de lenguas" de los hablantes, además del nivel de escolarización y del consiguiente conocimiento de la propia lengua más allá del registro coloquial. Un caso ilustrativo puede ser el del vizcaíno: un vascohablante navarro, por ejemplo, puede entender sin grandes dificultades a alguien que habla una variedad occidental, gracias a que no le son extrañas las palabras que utiliza, las cuales ha podido leer en los libros y usarlas en un registro formal. Además, el vascohablante navarro puede acostumbrarse a escuchar euskera vizcaíno en los medios de difusión y hacerse entender con interlocutores vizcaínos, hablando cada uno en su respectivo dialecto, sin excesivas complicaciones. Esto, dicho está, depende de la predisposición, pronunciación, o nivel cultural de los interlocutores. Estas situaciones son habituales en lenguas que se caracterizan por su diversidad dialectal, como son los casos del alemán y el italiano. A este respecto, el lingüista Koldo Mitxelena opina que: La discusión es más bien ociosa en cuanto no se arbitre una técnica que permita darle una respuesta precisa, cuantitativa. La estimación de esa magnitud es, además, relativa por necesidad: para un lingüista, por ejemplo, las diferencias no son grandes y, si el lingüista es un comparatista, las encontrará incluso desesperadamente pequeñas. El mismo criterio de posibilidad de comprensión mutua entre hablantes de variedades distintas, que es al que con más frecuencia se suele apelar, es de dudoso valor. La comunicación mutua depende en alto grado del "don de lenguas", esa capacidad peculiar hecha de versatilidad y mimetismo, de los interlocutores en contacto. Es sabido, por otra parte, que [lo que] en un primer encuentro resulta ininteligible llega a ser comprensible y hasta claro tras un periodo más o menos largo de acomodación y aprendizaje. Sobre el pasado de la lengua vasca, 1964, p.18 Muchas personas han aprendido principalmente el euskera unificado, con mayor o menor influencia del habla de su región. Aunque el euskera batúa es la versión oficial del idioma, los dialectos son muy utilizados en las radios y publicaciones locales, con el objetivo de acercarse más al lenguaje cotidiano. En los casos del dialecto occidental y del suletino, también están presentes en la enseñanza y la propia academia ha dictado normas sobre su escritura. Ello no se contrapone al uso del euskera batúa, pues se considera que la convivencia entre los dialectos y el vasco estándar es una condición indispensable para garantizar la vitalidad de la lengua. Por las condiciones históricas en las que la literatura vasca se ha desarrollado, la comunidad lingüística no ha dispuesto de un único modelo para el uso escrito, sino varios, que no pudiendo imponerse completamente al resto, se han ido desarrollando paralelamente desde el siglo xvi. En los manuales de historia de la literatura vasca se habla de los "dialectos literarios" guipuzcoano, vizcaíno, labortano y suletino, ya que estos son los más utilizados en la producción literaria. Tanto el guipuzcoano al sur de los Pirineos, como el labortano al norte, han sido durante siglos los más utilizados como estándar, y son variedades que ganaron cierto prestigio en sus áreas de influencia, siendo referenciales a la hora de emprender el proyecto de la unificación en los años 60.
La forma euskera (de los dialectos guipuzcoano, vizcaíno y altonavarro) es más usada que el término vascuence entre los hispanohablantes vascos y es la adoptada en el Diccionario de la lengua española en su XXIIª edición. En cambio, en batúa se le denomina únicamente euskara (la más común en los dialectos centrales). También, según la región, se le llama euskala, eskuara, eskuera, eskara, eskera, eskoara, euskiera, auskera, oskara, uskera, uskaa, uska o üskara. |
La literatura vasca.
La literatura en euskera es la literatura que utiliza como vehículo de expresión el euskera. Hasta el siglo XVI fue una literatura predominantemente oral y popular, tal y como se puede apreciar en el influjo que tuvo en sus inicios escritos. La literatura escrita siguió un camino parecido al de otras literaturas en lenguas minoritarias. La primera obra impresa exclusivamente en euskera es la antología de Bernat Dechepare, Linguae Vasconum Primitiae, publicada en 1545, que es aún hoy uno de los textos más citados en defensa o como referencia al euskera. En 2004 se descubrió también un manuscrito, de Juan Pérez de Lazarraga, que puede arrojar nueva luz sobre los orígenes de esta literatura. Durante el siglo XVII la literatura en euskera vivió su Edad Dorada, en la que prosperó la poesía y la prosa religiosa. A lo largo de su historia, la literatura en euskera encontró graves obstáculos para su desarrollo, como su gran variedad dialectal, que dificultó la creación de una lengua literaria que sirviera como modelo común, la falta de uso como lengua oficial administrativa, el desapego de las élites y sobre todo la prohibición de su uso en la administración y sistema educativo a partir de finales del siglo XVIII. Historia El primer libro escrito en euskera es el Linguæ Vasconum Primitiæ (Primicias de la lengua de los vascones; Burdeos 1545) colección de poemas religiosos y eróticos del sacerdote Bernard Etxepare (Bernard d'Etchepare). Nació en Sarrasketa de 1470 a 1480 en una localidad cercana a la capital de la Baja Navarra, Donibane Garazi (Sant-Jean-Pied-de-Port) y fue sacerdote. No es "Linguæ Vasconum Primitiæ" de Bernard Etxepare (1545) casualidad que el primer escritor eusquérico sea un sacerdote. Los sacerdotes tenían que predicar al pueblo y para ello necesitaban cultivar el lenguaje popular que, en este caso, era el euskera. Por el título de la primera obra escrita en euskera, por el prólogo y por algunas estrofas del texto, se ve que el autor era consciente de ser el primero que publicaba un libro en euskera. Este consta de un breve prólogo y quince poemas que, por su materia, pueden dividirse en cuatro partes: Una primera, la más larga, de temática estrictamente religiosa; la segunda, tiene como tema el amor humano y es tal vez la más original y de aliento más cálido; una tercera autobiográfica, en el que el autor hace profesión de su inocencia; la cuarta, finalmente, es un grito de júbilo por la irrupción del euskera en el mundo de las publicaciones literarias. Hasta en lo que podría llevarle a la aridez (la exposición de la doctrina cristiana), Etxepare demuestra estar, con toda naturalidad, dentro de una gozosa armonía tridimensional: vida, palabra y ritmo. Etxepare expone doctrina cristiana pero en el mundo de la labranza vasca, donde siervos y señores conviven amistosamente pero también se exigen:
La Reina de Navarra Joanna III de Albret, se decidió a dar apoyo explícito a la lengua vasca en el contexto de la reforma protestante de tipo calvinista, que tuvo lugar en la segunda mitad del siglo XVI en el área de su dominio, es decir, en el norte de los Pirineos, incluido Biarno (el Béarn). En este contexto de luchas religiosas llegó a ser posible que se dieran las circunstancias favorables para que se produjera el venturoso hecho de la creación ex novo de la prosa vasca, al traducirse el Nuevo Testamento en toda su integridad. El personaje encargado por el sínodo calvinista de Pabe (Pau) en 1565 para llevar a cabo la traducción al vasco del Nuevo Testamento fue Joannes de Leizarraga (1506-1601), nacido en Beskoitze (Labort). Su traducción se llamaría Iesus Christ gure Jaunaren Testamentu Berria (Nuevo Testamento de nuestro Señor Jesucristo). Los datos sobre su juventud son escasos, si bien sabemos que fue ordenado "Iesus Christ gure Jaunaren Testamentu Berria" de Joannes de Leizarraga sacerdote, pero que en 1559 se convierte al calvinismo lo cual le acarrea persecución y encarcelamiento y, como muchos otros protestantes, encuentra asilo al amparo de Joanna III de Albret. La traducción de Leizarraga está concienzuda y escrupulosamente hecha, de acuerdo con el espíritu que animaba las traducciones protestantes de su época de estricta fidelidad al texto original griego. Para su traducción utilizó el texto griego del Nuevo Testamento preparado por Erasmo de Rotterdam, el mismo que usara Lutero para su traducción al alemán. Otras obras suyas fueron Kalendrera (Calendario) y Abc edo Christinoen instructionea (Abc o la instrucción de los Cristianos). Leizarraga se caracteriza por ser un escritor que utiliza en su literatura muchos términos cultos de origen grecolatino. |
Escritores vascos.
Axular o Pedro de Agerre y Azpilikueta nació en Urdax (Navarra) en 1556. Siendo Axular el nombre que utilizó en sus escritos eternizando así el nombre del etxe (caserío) de su familia que todavía existe. Fue sacerdote y se le adjudicó el curato de Sara (sára, Labort). Su obra más notable es Gero (futuro). Axular se nos muestra como un magnífico escritor ascético, influido sin duda por ascetas españoles como Fray Luis de Granada pero con personalidad propia. Posee un lenguaje menos culto que Leizarraga siendo su euskera más popular. La obra de Axular no es de teoría ascética sino de práctica, es decir, de reforma de costumbres. Para ello echa mano de un lenguaje espontáneo, si se quiere poco literario, pero que ya en el siglo XVIII mereció la estima de Joannes Etxeberri quien proponía se declarase a Axular como norma del euskera escrito. Silvain Pouvreau nació en Bourges. Sin ser vasco aprendió euskera siendo secretario del jansenista abad de Saint-Cyran. Ordenado sacerdote, fue párroco de Bidarte (Bidart; 1640-44) y más tarde en París. Tradujo la Instrucción del Cristiano (Guiristinoen Dotrina) de Richelieu, la Introducción a la vida devota (Philotea) de San Francisco de Sales y el Combate espiritual (Gudu espirituala) de Lorenzo Scupoli. Arnaud Oihenart u Oihenart (1592-1667) nació en la capital de Sola, Maule (Mauleón), fue abogado. Es, pues, uno de los pocos no eclesiásticos que escriben en euskera en estos primeros tiempos. En latín escribió Notitia utriusque Vasconiæ, tum ibericæ tum aquitanicæ, en la que narra la historia de los vascos hasta la Edad Media desde una perspectiva vasca. Es más conocido por su colección de 706 refranes vascos con traducción francesa y sus poesías en euskera. Oihenart es un hombre que ama el euskera, lo trabaja, incluso inventando neologismos, pero al mismo tiempo, se mantiene alejado de los ditirambos y de las confusiones históricas de algunos contemporáneos, por lo que ha sido a veces mal interpretado como poco vascófilo. El jesuita Bernard Gazteluzar (1619-1701), nacido en Ziburu (Ciboure, Labort) escribió poesía didáctica en su Eguia catholicac. Salvamendu eternalaren eguiteco necessario direnac (Verdades católicas. Cosas necesarias para conseguir la salvación eterna, 1686). Otros sacerdotes que publicaron en euskera en el siglo XVII son: Cristóbal de Harizmendi con Ama Birginaren hirur Offizioac (Los tres oficios de la Virgen María; 1660) en verso y dialecto cercano al guipuzcoano. Juan de Tartas, párroco de Aroa (Arone, Baja Sola): Onsa hilceco bidia (Camino del buen morir, 1666) y Arima Penitentaren occupatione debotaq (Ocupaciones devotas del Alma Penitente, 1672). Aranbillaga, adscrito a la parroquia de Ziburu (Ciboure, Labort), publicó en 1684 (Baiona) la primera traducción de la Imitación de Cristo, Jesu Christoren Imitationea. La primera gramática se debe al Jesuita Manuel de Larramendi, nació en Andoain (Guipúzcoa) en 1690 y murió en Loiola en 1766. Profesor en Salamanca. Sus obras son la primera gramática vasca, El imposible vencido: arte de la lengua vascongada (Salamanca, 1729) y en 1745, el Diccionario trilingüe (Castellano-Bascuence-Latín) entre otras. Emprendió una obra gigantesca en aras a luchar en contra de la imagen que se tenía del euskera en aquella época, "rudem et barbaram linguam, cultum abhorrentem" (lengua tosca y bárbara, incapaz de cultivo). Con la primera quería demostrar que el euskera no era una lengua bárbara y ruda imposible de cultivar, sino una lengua sujeta a reglas como las demás y mejor que muchas otras, según él. Con su diccionario Larramendi intenta demostrar que el euskera posee un vocabulario desarrollado capaz de expresarlo todo. Para ello no duda en inventar neologismos de una forma correcta, utilizando la derivación a través de los múltiples sufijos vascos o la composición, por no utilizar palabras latinas que en todas las lenguas, incluidas las no latinas, se encuentran. Unos neologismos que luego él mismo no utilizaría, dado que creaba estos neologismos sólo para acallar a los anti-euskera. Entre los primeros frutos del árbol larramendiano hay que citar a los padres Agustín de Kardaberaz y Sebastián de Mendiburu.
Agustín de Kardaberaz (1703-1770) nació en Hernani (Guipúzcoa) y murió en Bolonia en el destierro. La fama del padre Kardaberaz en el País Vasco se debió ante todo a sus cualidades de predicador pero Kardaberaz es además un buen escritor de su idioma: Aita "El imposible vencido: arte de la lengua vascongada" (1729) de LarramendiSan Ignacioren Egercicioen Gañean Afectoac, beren Egemplo, ta Dotrinaquin (Afectos sobre los ejercicios del padre San Ignacio, con sus ejemplos y doctrinas, 1761), que en su conjunto comprenden tres obras. Kardaberaz trata sobre todo el bien espiritual de las almas, pero del empeño con que trabajaba el euskera nos habla bien alto su obra: Euskeraren Berri Onac (Las Buenas Nuevas del euskera, también publicado en 1761), con reglas para leer, hablar y escribir correctamente el euskera. Sebastián de Mendiburu (1708-1782) nació en Oiartzun (Guipúzcoa) y murió en Bolonia, desterrado con los de su orden por Carlos III. Según Carmelo Etxegarai, "ni el mismo Larramendi logró rivalizar con Mendiburu en este manejo del idioma éuscaro". Para Koldo Mitxelena, "Mendiburu es sin disputa uno de los escritores que con más desembarazo y elegancia ha manejado el idioma. Sólo le fue negado un don: la fuerza". Mendiburu emplea un lenguaje mucho más puro que Kardaberaz pero se mantiene siempre a un nivel popular fácil de entender. Su obra más representativa es: Jesusen Amore-Nequeei dagozten cembait otoitc-gai (Temas de rezo con respecto al calvario de Jesús, 1760). Juan Antonio Moguel (1745-1788). Nació en Eibar de padre médico. Ordenado sacerdote, fue destinado a Xemein (Markina, Vizcaya) donde residió hasta su muerte. Moguel muestra, como otros contemporáneos suyos, vivo interés por el idioma. Para demostrar las posibilidades del euskera tradujo arengas y oraciones selectas de los mejores autores latinos. Pero su obra principal es, sin duda, Peru Abarca (1881), concebido como un diálogo entre un aldeano, Peru Abarca, lleno de sabiduria popular y con dominio del euskera y el barbero Maisu Juan más pícaro pero menos puesto en su lengua materna. Moguel emplea el dialecto vizcaíno sin ninguna Sebastián Mendiburupreocupación purista. Peru Abarca, en efecto, abomina de los erdarismos (castellanismos) no asimilados pero emplea sin rubor los que asimiló en la "Universidad de Basarte" (obtenidos del euskera coloquial hablado en la calle). Joannes Etxeberri (1668-1749) de Sara (Labort) médico en Bera de Bidasoa (Navarra) y en Hondarribia (Guipúzcoa) y residente luego hasta su muerte en Azpeitia (Guipúzcoa). Además de Escuararen hatsapenac (Principios del euskera) y el Diccionario cuatrilingüe escribió Escual Herri eta Escualdun guztiei escuarazco hatsapenac latin icasteco (Principios para aprender latín para el País Vasco y para todos los vascos). José María Iparragirre Balerdi (1820-1881) nació en Urretxu (Guipúzcoa) un día de verano de 1820. Sus 61 años de vida se inscriben en un período trascendental en la conformación política y social de nuestro país, que va desde la crisis del Antiguo Régimen que desembocará en la guerra carlista, hasta la primera industrialización de Vasconia que arranca al final del tercer y último conflicto dinástico cuyo corolario fue la abolición foral de 1876. En el terreno de las artes, la vida de Iparragirre coincide con los años de apogeo del Romanticismo, un movimiento tan influyente y fértil como escurridizo a toda definición. "Una manera de sentir", lo llamó su coetáneo Charles Baudelaire, manera de sentir que se manifiesta en un decidido afán de libertad como medio para la realización personal pero también la colectiva, puesto que el individuo se identifica con su pueblo al que considera dotado de un espíritu propio. El ansia de libertad, como sentimiento más que como pensamiento, José María Iparragirrecomo desvelo vital, motor existencial y hálito creativo antes que como ambición de concretos perfiles, recorre toda la trayectoria de José María Iparragirre y explica sus grandezas y también sus miserias. Y es que en el viejo bardo tenemos a una de las más acabadas figuras del Romanticismo artístico en Vasconia, y en su himno Guernicaco Arbola (Arbol de Gernika) al exponente máximo de la afirmación identitaria de los vascos alrededor de los Fueros y de su símbolo secular. Con todos los matices, de Iparragirre podemos decir que jugó entre nosotros papel idéntico al de Adam Mickiewicz en Polonia o Alessandro Manzoni en Italia. Pero a diferencia de estos poetas nacionales, el de Urretxu cultivó no sólo la rima (que también) sino sobre todo la música, disciplina que durante el Romanticismo cobró renovada importancia como vehículo idóneo para la nueva estética expresivista. Jean Martin Hiribarren (1810-1866) nació en Askaine (Labort) fue el autor del poema Euscaldunac (vascos). Hiribarren no es amigo de ditirambos, reconoce la pobreza del esfuerzo espiritual de los euskaldunes y la necesidad de emprender algo. Todo pueblo debe hallar guías entre los suyos. Por eso él llama a todos:
(Hoy invitamos a todos los vascos a que emprendan un quehacer espiritual para que nuestros descendientes sepan qué hazañas acometieron sus antepasados) Vicenta Moguel (1782-1854), es la primera mujer escritora vasca. Pertenece a una familia de escritores (Juan Antonio y Juan José) pero su estancia en Azpeitia (Guipúzcoa) ha guipuzcoanizado su euskera. Sus Ipui onak Resurrección María de Azkue(Cuentos buenos) están escritos en forma sencilla pero en un lenguaje depurado. La entrada de la mujer en la literatura vasca se hace por la puerta grande. Txomin Agirre (1864-1920) sacerdote de Ondarroa (Vizcaya) autor de dos novelas Kresala (Salitre) y Garoa (Helecho) en que se describen las costumbres de los marineros (Kresala) y de los labriegos (Garoa). Resurrección María de Azkue (1864-1951) dio cima a una obra ingente casi increíble si no la tuviéramos delante. Sacerdote, hijo de Lekeitio (Vizcaya), dedicó su vida entera al euskera ya que no ejerció cargo sacerdotal alguno y la música, a la que sentía una gran inclinación, le sirvió para comprender mejor la cultura popular. La obra de Azkue sigue teniendo validez hoy. Su gran Diccionario trilingüe (Euskera-Castellano-Francés) nos sirve de libro de consulta. Euskalerriaren Jakintza (La sabiduría del País Vasco) es una colección de poesías, leyendas, canciones, etc., del pueblo vasco y constituye hoy un tesoro valiosísimo. Además publicó Morfología Vasca (1925) donde estudia el sufijo vasco y las partes de la oración. En la literatura vasca del siglo XX hallamos dos tendencias divergentes: la popular y la culta. Magnífico representante de la primera es un vizcaíno de Mañaria, Evaristo Bustintza, más conocido por Kirikiño (1866-1929). En sus obras Abarrak (Restantes) deja correr sin artificio alguno el euskera de su pueblo dejando a un lado "el de los vascos del siglo futuro" como llamaba él al de los puristas de su tiempo. Kirikiño describe la vida de los vascos de un modo ameno y el pueblo se lo agradeció leyendo sus libros. Vizcaíno es también el poeta Esteban de Urkiaga, Lauaxeta (1905-1937) nacido en Laukiz (Vizcaya) pero afincado en Mungia (Vizcaya) y que fue fusilado en Vitoria durante la guerra civil. Lauaxeta no posee el dominio del euskera de su contemporáneo guipuzcoano Lizardi, ni tal vez su mirada distendida a la naturaleza que le rodea. Lauaxeta mira hacia su interior. La influencia de Lorca es clara en ocasiones:
La cima de la poesía vasca la representa José Mari Agirre Egaña (Xabier Lizardi). Nació en Zarautz (Guipúzcoa) en 1896. Aunque pasó su infancia allí, casi toda su vida transcurrió en Tolosa (Guipúzcoa). Debido a un traslado laboral de su padre, toda la familia tuvo que trasladarse a dicha localidad, cuando él tenía alrededor de diez años. Finalizó los estudios de bachillerato en el colegio de los Escolapios de esa localidad. En 1913, cuando tenía diecisiete años, falleció su padre, y por ello debió empezar a trabajar, al ser el mayor de seis hermanos. Sin embargo, no por ello abandonó su deseo, manifestado desde la infancia, de estudiar abogacía, y cursó estudios de Derecho, como alumno libre, en la Universidad Central de Madrid, consiguiendo el título en 1917. Su primer trabajo lo consiguió en el Banco de Tolosa, como auxiliar, pero en 1923 le propusieron el cargo de gerente en Perot, una empresa de Tolosa, y hasta su muerte desempeñó esas labores en esa empresa de redes metálicas. En 1923, gracias a la seguridad proporcionada por el nuevo puesto de trabajo, se casó con Pakita Izagirre, a la que había conocido en sus visitas a Zarautz, y tuvieron cuatro hijos. Falleció joven, en 1933, cuando tenía 36 años, víctima de una enfermedad incurable en aquel entonces. En 1923 la dictadura de Primo de Rivera hizo callar al movimiento abertzale (nacionalista vasco) que comenzaba a surgir en Euskal Herria. Pero en 1927 se reanimó el proyecto abertzale, prueba de lo cual surgió la asociación Euskaltzaleak (vascófilos) en Mondragón (Guipúzcoa) ese mismo año. En aquella época dio a conocer José María Agirre su pluma con el alias de Xabier Lizardi, y tuvo gran importancia su liderazgo en el proceso de constitución de la sociedad Euskaltzaleak. Entre los años 1928-1930 fue su presidente y marcó las líneas maestras de la actividad José Mari Agirre Egaña (Xabier Lizardi)de la sociedad en esa época: Euskal Egunkaria (el Periódico Vasco), Kirikiño Saria (Premio Kirikiño), Aur Egunak (Días infantiles), Ikastolak (Escuelas), Errenteriako Olerti Eguna (Día Lírico de Renteria),... Junto con sus actividades culturales, también se comprometió en la arena política, siendo secretario del Gipuzko Buru Batzar del PNV, en la época del primer Aberri Eguna (Día de la Patria Vasca) de 1932 y del Estatuto de Estella. Xabier Lizardi trabajó diferentes campos de la literatura: poesía, teatro y periodismo. Pero de entre ellos el que mayor fama le proporcionó fue, sin duda, la poesía, pues todos los críticos manifiestan unánimemente que su obra poética es la cumbre de la lírica vasca moderna. Lo mejor de esa obra poética está recogido en Biotz-begietan (En los ojos bondadosos; 1932) y, tras su muerte, la sociedad Euskaltzaleak publicó Umezurtz Olerkiak (Poemas de Orfandad), en el que se recogían los poemas escritos tras la publicación del libro anterior. La temática de los poemas de Lizardi gira en torno al ser, la vida y la muerte, la patria, el euskera y la tradición vasca. En lo que se refiere al estilo, está caracterizado por una expresión compacta y elegante, su modernidad y originalidad destacaban claramente entre sus coetáneos. Entre su producción teatral, se conocen tres obras publicadas: Laño ta izar (Nubes y Estrellas), escenificación poética de un cuento infantil. Segundo, Bi aizpak (Las dos hermanas), la adaptación al euskera de una comedia francesa. La tercera, Ezkondu ezin zitekeen mutilla (El chico que no podía casarse), es una comedia costumbrista, en la que critica tradiciones sociales, basándose en anécdotas de su propia vida. Fue periodista, de hecho, fue el género que hizo famoso su nombre literario; sus numerosos artículos periodísticos fueron la expresión más directa de su incansable actividad en temas José Iratzu Garmendia (Bernardo Atxaga)culturales, literarios o políticos. De entre sus más de cien artículos de los años 1927 al 1933 se hizo una selección que la sociedad Euskaltzaleak publicó en 1934 bajo el título de Itz-Lauz (Con palabras llanas). Gracias a este libro, y a la recopilación completa más recientemente editada, se puede conocer la amplia temática de sus artículos en euskera y castellano: periodismo en vasco, escuelas en vasco, cultura y literatura vascas, polémicas y críticas literarias. Son destacables la elegancia, corrección e ironía del estilo de sus obras periodísticas. Se pueden apreciar los registros bien perfilados de la prosa de Lizardi. Sabía ajustarlos a sus deseos, a veces con una prosa culta, elegante, elaborada; otras veces, en cambio, con el lenguaje sencillo, directo y vigoroso del lenguaje hablado de todos los días. Bernardo Atxaga, cuyo verdadero nombre es José Iratzu Garmendia, nace en Asteasu, provincia de Guipúzcoa, el 27 de Julio de 1951. Es licenciado en Ciencias Económicas y en Filosofía y Letras por la Universidad de Barcelona. Escribe sus primeras obras en vasco bajo el pseudónimo de Bernado Atxaga. Es autor de poemas, cuentos y novelas, así como de una veintena de libros para niños. En 1983 recibe el premio "Xavier Lizardi" por su libro Sugeak txoriari begiratzen dionean (Cuando la serpiente mira al pájaro). En 1989, Bernardo Atxaga es galardonado con el Premio Nacional de Literatura por su obra Obabakoak (Historias de Obaba) traducida a más de diez lenguas y llevada a la gran pantalla por el director Montxo Armendaritz a través de la película "Obaba", siendo esta película finalista del "Oscar a la mejor película en lengua extranjera". |
El manuscrito de Lazarraga.
Juan Pérez de Lazarraga . (alrededor de 1548 – 12 de abril de 1605) fue señor de la Torre de Larrea (Larrea, Barrundia, Álava) y autor del manuscrito que lleva su mismo apellido. Fue el mayorazgo de una de las múltiples ramas del linaje de los Lazarraga que, procedente de Oñate, se instala a finales del siglo XV en diferentes palacios y torres de la Llanada Alavesa. Hasta la fecha, Juan Pérez de Lazarraga era conocido por una relación genealógica de su propio linaje, espléndido texto erudito de 1588–1589, del que se conocen cinco copias. Poco se sabe sobre el señor de la Torre de Larrea. Su hermano y él estudiaron probablemente en la recién creada Universidad de Oñate; posteriormente, y ya enviudado, el hermano marchó a Toledo y luego a la Corte de Madrid. Pruden Gartzia defiende que Juan pudo tener contacto con Esteban de Garibay, debido no solo a la cercanía, sino por el gusto de ambos por la historia y las crónicas, que el autor plasmaría en la Genealogía de su familia, por la que era conocido hasta el momento del descubrimiento del manuscrito. Obra: el manuscrito de Lazarraga. El manuscrito fue encontrado por Borja Aginagalde en 2004 y adquirido por la Diputación Foral de Guipúzcoa a un anticuario de Madrid por medio de Irargi (Centro de Patrimonio Documental de Euskadi). Su aparición ha supuesto que muchas de las ideas concebidas hasta el momento sobre la historia de la literatura vasca hayan tenido que ser revisadas, entre ellas el aislamiento al que se decía que había estado sometida la literatura vasca hasta entrada la Era Moderna. El manuscrito fue escrito entre los años 1564 y 1567: en un principio, contaba con 106 páginas, aunque solo se conservan 102, ya que faltan las hojas 1155, 1156, 1157 y 1158. De las que se conservan, dos tercios son poesía y lo restante se enmarca en un género en expansión y que tuvo muchos imitadores en la época: la novela pastoril renacentista. Ese género fue inaugurado por Sannazaro con La Arcadia y continuado por autores tan ilustres como Jorge de Montemayor y Garcilaso de la Vega. Al igual que en Sannazaro, la prosa y el verso se entremezclan en la obra. Alejado de Petrarca, sus descripciones y detalles, está más cerca, debido a su estilo cortesano lírico tradicional, de las canciones líricas del siglo XV: es más elegante que Bernat Etxepare, pero, sin cumplir con la exactitud que Arnaud Oihenart pediría en el siglo XVII, utiliza formas conocidas del verso vasco. Hay que destacar la utilización de la prosa, la cual se creía que no se desarrolló hasta la llegada de la ascética didáctica de la Escuela de Sara en el siglo XVII y la del desaparecido dialecto del Noreste de Álava, que Koldo Mitxelena defendió que quedaría probado. La lengua de Lazarraga es sin duda alguna arcaica, marcada por formas en subjuntivo ya perdidas, el caso ablativo (nondik) y las formas anticuadas en los verbos auxiliares. Primera aparición literaria de varios términos Primera alusión al término Euskal Herria, hasta por tres veces,12 junto a otros como Álava.
Conclusiones del estudio del manuscrito Los antecedentes de la literatura en euskera tanto en prosa como en verso serían antiguos también en la Vasconia peninsular. Pudiera ser que la literatura en euskera no fuera tan escasa ni tardía como se creía, aunque probablemente (al igual que en el caso de Juan de Amendux) no hubiera sido impresa, pues es de pensar que en aquella época también habría euskaldunes concienciados en utilizar su lengua materna a la hora de escribir (al igual que en las comunidades de hablantes de alrededor). Teniendo en cuenta el número de escribas y secretarios vascohablantes de las cortes de Navarra, Castilla y Francia, no parece que el número de alfabetizados fuera en relación menor comparándolo con los de las lenguas colindantes. El haber tenido que competir con las lenguas románicas que fueron herederas de la cultura latina nos habrían dado una imagen distorsionada. La literatura escrita en euskera no habría sido tan ajena a los movimientos literarios de Europa tal y como demostraría el uso del género creado por Sannazaro, la novela pastoril. Quedaría demostrada la existencia de un dialecto alavés durante la época renacentista, influenciado por el dialecto vizcaíno y el de la Navarra de la Ribera, y absorbido en siglos posteriores por estos. |
Nota periodística. FELIX IBARGUTXI | SAN SEBASTIÁN. Miércoles, 3 septiembre 2008 DV. Un grupo de investigadores de la Universidad del País Vasco, dirigido por el catedrático Joseba Lakarra, se propone preparar para fines de este año una edición del manuscrito de Juan Pérez de Lazarraga. Se trata de un conjunto de textos del siglo XVI, hallado hace cuatro años y que «ofrece mucha información sobre el dialecto alavés, que casi no estaba documentado», según ha informado la UPV. El trabajo de descifrar los textos que componen el llamado manuscrito de Lazarraga está siendo llevado a cabo por el grupo Monumenta Linguae Vasconum, de la Facultad de Letras de la UPV, con sede en Vitoria-Gasteiz. Está integrado por Joseba Lakarra, Blanca Urgell, Gidor Bilbao, Ricardo Gómez, Julen Manterola, Mikel Martínez y Céline Mounole. Cuando en 2004 el archivero Borja Aginagalde se topó con el manuscrito en la tienda de un anticuario de Madrid y poco después la Diputación Foral de Gipuzkoa decidió adquirirlo, se montó un gran revuelo. No en vano es el texto más antiguo, a partir de un cierto tamaño, que se conoce en la parte peninsular del territorio del euskera. El manuscrito, de la década de los 60 del siglo XVI, se compone de una novela pastoril y varias coplas. También resulta interesante porque es de los pocos textos antiguos en euskera de temática no religiosa. Lazarraga, por su parte, fue un noble alavés, señor de la torre del pueblo de Larrea, que posiblemente estudió en la Universidad de Oñati y falleció en 1605. Hasta el descubrimiento de hace cuatro años era conocido por su estudio genealógico del linaje de los Lazarraga. Según Lakarra, «una nueva edición sólo se justifica por las aportaciones que realiza en torno al texto». A partir del descubrimiento, el grupo Monumenta Linguae Vasconum se ha reunido una vez a la semana. Los investigadores ya están realizando la tercera lectura del manuscrito, y todavía no han logrado descifrar todos los problemas que plantea. Los filólogos intentan averiguar el significado de todas las palabras, pero en algunos casos no ha sido posible. Además, una vez comprendido el texto se plantean otras muchas incógnitas a los investigadores, tales como el lugar que ocupa en la literatura vasca; de qué lugar de Álava procede el dialecto y hasta qué lugares se extendía; si todos los textos del cuaderno de Lizarraga son originales o existen también traducciones o adaptaciones. Y también se plantea a los investigadores la duda sobre si todos los textros fueron escritos por una sola persona. Además, este grupo de la Universidad del País Vasco se ha propuesto realizar un diccionario histórico y etimológico vasco. Aún está en fase de planificación, pero intentará completar un prototipo de 500 palabras al cabo de tres años. Biografía Juan Pérez de Lazarraga (ca. 1547 - 1605). Señor de la Torre de Larrea en Álava; llamado El poeta.
Procede del linaje de los Lazarraga, conocida familia perteneciente a la pequeña nobleza alavesa. Esta familia se desarrolló a la sombra de los señores de Guevara y, aunque su solar originario se sitúa en Oñate, los encontramos ampliamente representados en la llanada oriental alavesa ya desde 1439. Sus padres, Pedro Pérez de Lazarraga y Elena López de Uralde Ordoñana, contrajeron matrimonio el 7 de octubre de 1546; considerando que Juan era el mayor de los cinco legítimos de la segunda esposa de su padre, y que éste había engendrado ya anteriormente otros hijos, legítimos e ilegítimos, el investigador Pruden Gartzia concluye que Juan Pérez de Lazarraga debió nacer en 1547; Patri Urkizu, por su parte, propone los años 1548 y 1549 como fechas de nacimiento más probables; José Luis Vidaurrazaga, más prudente, proponía una horquilla más amplia, entre 1547 y 1550. Hasta la fecha de la boda, nada sabemos de su vida, excepto que en el año 1567 se encontraba seguramente en Madrid, según una anotación encontrada en uno de sus manuscritos. En 1575 se casó en Arriola con Catalina González de Langarica y Vicuña, con quien tuvo dos hijos, Agustín y María; el hijo le siguió como señor de la Torre de Larrea, y la hija desposó con Juan Velasco y Galarreta. El poeta Lazarraga falleció el 12 de abril de 1605. Conocemos dos obras compuestas por Juan Pérez de Lazarraga: una crónica genealógica del linaje de los Lazarraga (redactada en castellano) y una colección de obras literarias (escritas en su mayor parte en lengua vasca, y en menor medida en castellano). Se ha escrito acerca de una tercera obra relativa a la historia de Álava, pero no hay datos seguros sobre ella, y en cualquier caso no se conocen ejemplares del trabajo mencionado; es posible que no sea una obra diferente de la propia crónica genealógica. El título completo de la relación genealógica es, según el ejemplar inédito del Archivo Histórico de la Diócesis de Vitoria (sig. 5041-1), como sigue: Relación histórica de las casas y apellidos de Lazarraga (privilegio de la Fundación de la Torre de Larrea dada en el año de 839), linage de Erdoñana, de los Otaloras y Zuazo Gamboa, de los Velascos, de los puestos y dignidades de unos y otros, todo con remisión a documentos y otras cosas perteneciente a ella. Este ejemplar es, seguramente, el original escrito de su puño y letra por el propio Juan Pérez de Lazarraga, pero se conocen copias en diferentes archivos públicos y privados, como son el de la Biblioteca Nacional de Madrid (Ms. núm. 11.263; 1601, 5 de marzo) o el del archivo del Palacio Lazarraga de Oñate (actualmente propiedad del Duque de Sotomayor); todos ellos están siendo estudiados por el señor Borja Aguinagalde. La señora María Comas transcribió y publicó en 1936 una parte sustancial del ejemplar de la Biblioteca Nacional de Madrid. Según esta investigadora, la obra debe ser datada entre 1589 y 1601. Fue redactada en castellano por Juan Pérez de Lazarraga, y continuada posteriormente por su yerno Juan Velasco. El título es transparente respecto al contenido: la obra pretende ensalzar las hazañas de la familia y su antigüedad. La sucesión de los miembros principales de la familia proporciona a la obra su línea argumental central, en torno a la cual van pasando cónyuges y descendientes; el relato es aderezado en ocasiones con anécdotas interesantes. Es su otra obra, sin embargo, la que ha revalorizado el nombre de Juan Pérez de Lazarraga. Se trata del que se ha venido en llamar Manuscrito de Lazarraga, tras su presentación en público el 18 de febrero de 2004 por parte de la Diputación Foral de Gipuzkoa, quien adquirió para la Biblioteca Koldo Mitxelena de Donostia la obra descubierta por el señor Borja Aguinagalde, por lo que se sabe, en la tienda de un librero anticuario de Madrid. La presentación del manuscrito constituyó en sí mismo un acontecimiento mediático importante, totalmente novedoso en la historia de la filología vasca: el eco del descubrimiento llegó a todo tipo de medios de comunicación y el manuscrito en su totalidad fue puesto inmediatamente a disposición de todo tipo de público, en un CD-Rom el mismo día de la presentación ante la prensa, y pocos días después en Internet. Los primeros informes técnicos de los especialistas estaban en Internet también dos días después de la presentación: el historiador Borja Aguinagalde realizaba un estudio paleográfico de urgencia, y proponía una datación (1564-1567) y la atribución a Juan Pérez de Lazarraga; el filólogo Joseba Lakarra presentaba una primera aproximación filológica, destacando la importancia del manuscrito para los estudios de literatura, dialectología e historia de la lengua vasca, en el contexto de los textos vascos anteriores al siglo XVII conocidos. La editorial Susa necesitó pocos meses para publicar en su página web Armiarma la primera transcripción completa del texto, elaborada por Iñigo Landa para los aficionados a la literatura. La editorial Erein comercializó antes de finalizar el año una edición preparada por Patri Urkizu, que presentaba un estudio de la obra firmado el 4 de mayo de 2004, y los textos en grafía moderna, reorganizados y acompañados de notas explicativas poco sistemáticas. Finalmente, Pruden Gartzia ganó el Premio Juan Zelaia de ensayo con la obra Lazarraga. Ernazimentua euskaraz (defendía que la obra de Lazarraga prueba la existencia en Álava y en el País Vasco, en el siglo XVI, de un renacimiento incipiente que utilizaba la lengua vasca). Sin embargo, aunque se han publicado también otros estudios parciales, la fijación del texto sigue aún pendiente y sigue siendo necesaria una edición fiable, escrupulosa y honesta, que procure despejar los numerosos pasajes obscuros del texto, enmarañado por dificultades paleográficas y lingüísticas. El manuscrito está compuesto por 51 hojas (aproximadamente 111.000 caracteres, que completarían más o menos 52 páginas estándar), en su mayor parte escritas en lengua vasca (aproximadamente un 88 %), y en menor medida en castellano; pero los pliegos no están completos, y nos consta que se han perdido al menos 16 hojas en la parte que conocemos, más el principio del manuscrito, puesto que el texto comienza in media res. Se trata de una colección de textos literarios diversos, escritos por más de una mano en diferentes redacciones. No se ha publicado aún ningún trabajo que estudie las diferentes manos presentes en el manuscrito, pero parece que el texto principal (que podemos atribuir con mayor seguridad a Lazarraga) supone aproximadamente el 70 % del texto, sin descartar que parte de los textos marginales puedan ser suyos también. En el texto principal se distinguen dos partes claramente diferenciadas: la primera es una novela pastoril (ocupa el 32 % del texto principal), escrito en su mayor parte en prosa, aunque integre en su cuerpo partes versificadas; la segunda parte es una colección de poemas y canciones. El manuscrito no ha conservado ni el principio ni el final de la novela pastoril. Patri Urkizu propone el título de Dianea para el conjunto de la novela; Patxi Salaberri Muñoa prefiere, sin embargo, el título de Sirena, Silbero, Silbia eta Doristeo, aludiendo a los personajes principales. La novela pastoril fue un género exitoso en la Europa del siglo XVI y la obra Los siete libros de la Diana (1559), escrita en castellano por Jorge Montemayor, fue traducida e imitada en toda Europa; parece que la obra en prosa de Lazarraga debe ser entendida en ese contexto. El hilo argumental principal lo constituye una cadena de amores no correspondidos: Silvero ama a Sirena, Sirena a Doristeo, Doristeo a Silvia, y Silvia a Silvero. Es más complicado describir y clasificar (temas, metros, fuentes, poemas populares y poemas que pretenden ser cultos...) la colección de poemas y canciones; y la afirmación vale tanto para el texto principal como para los añadidos de los márgenes. El tema más representado es el del amor, pero hay también poemas religiosos, narrativos, burlescos... El metro y el estilo de algunos poemas parece popular (hasta el punto de que no sabemos si se trata de composiciones de Lazarraga o de obras recogidas en la tradición popular), pero en otros adopta metros y formas del cancionero castellano más o menos moderno. En el caso de algunos poemas escritos en castellano, nos consta que no han sido compuestos por Lazarraga, sino copiados en estos pliegos como parte de la colección; también en el caso de algunos poemas escritos en lengua vasca se conocen sus correspondientes en otras lenguas; por tanto, parece que, a la espera de estudios más completos, se puede afirmar que diferentes autores (pensemos en la mano de Lazarraga para el texto principal y, para el resto de los textos, tanto en Lazarraga como otras manos posteriores) han recogido en un único cuaderno tanto obras compuestas por ellos mismos como obras aprendidas por alguna otra vía. En cualquier caso, los textos constituyen un corpus copioso e interesante para el conocimiento y estudio de la lengua vasca (especialmente en su variedad alavesa) de los siglos XVI y XVII: incluye varios hapax y el primer testimonio de numerosas palabras, confirma usos que se consideraban raros o excepcionales, atestigua estructuras que eran desconocidas, y proporciona información nueva para contribuir a conocer mejor la historia de los dialectos. |
HISTORIA DE ALAVA. El manuscrito de Lazarraga. 26/04/2022
Este tesoro lingüístico y literario alavés consiste en un conjunto de folios unidos entre sí de carácter incompleto. Recopila a lo largo de sus 59 hojas una serie de textos, tanto en euskera como en castellano, que se pueden datar en torno a la segunda mitad del siglo XVI y principios del XVII El hallazgo del manuscrito de Joan Perez de lazarraga aconteció lejos de nuestras tierras. El descubridor fue el archivero e historiador Borja Aginagalde, director del Centro de Documentación del Gobierno Vasco que se ubica en el palacio Recalde de Bergara. Después de años de rastreo y búsqueda incasable de documentación original escrita en euskera, finalmente este investigador llegó hasta un anticuario de Madrid que, entre sus muchos tesoros, albergaba este manuscrito desconocido hasta la fecha. Tuvo que ser un descubrimiento emocionante y, debido a su valor incalculable para la historia de nuestra lengua, fue adquirido de inmediato por la Diputación de Gipuzkoa, que lo compró por 66.000 euros, una cifra que Juan Pérez de Lazarraga no habría imaginado ni en sus mejores fantasías. A pesar de que el manuscrito lleva el apellido Lazarraga, éste no es el único autor. En el original se distinguen distintas manos y tipos de letra, lo cual apunta a una autoría múltiple, aunque el más prolífico de todos es sin duda Juan Pérez de Lazarraga, al que se le distingue porque suele ocupar la parte central del folio cuando sus textos conviven con otros. Su letra a veces es cuidada y parece que pasa a limpio textos elaborados, mientras que en otras ocasiones es más apresurada, lo que parece indicar que está improvisando los poemas y que se trata de borradores sobre los que está trabajando. Al final del manuscrito, sin embargo, encontramos algunos poemas escritos por una mujer: María Estíbaliz de Sasiola, dama de Deba cuyos textos fueron integrados dentro de esta colección con posterioridad. Pero, además de esta autora y de este autor, también encontramos unos treinta poemas redactados por otras personas, al menos dos distintas, que no pueden identificarse ni con Lazarraga ni con Sasiola, por lo que sigue siendo un misterio su autoría. |
La Biblia de Leizarraga se exhibirá en la Biblioteca de Navarra hasta el 5 de diciembre. Fundación Caja Navarra le ha cedido este documento histórico, el segundo más antiguo escrito en euskera 25·10·14
Pamplona - La Biblioteca de Navarra ha recibido en depósito el Nuevo Testamento de Leizarraga, la segunda obra más antigua impresa en euskera. Fundación Caja Navarra ha cedido en depósito el ejemplar que adquirió en 1995 la Caja de Ahorros de Navarra, y que se exhibirá al público hasta el 5 de diciembre, junto con otras publicaciones relacionadas con el contexto histórico de la obra y su trascendencia para el estudio de la lengua vasca. Iesus Christ Gure Iaunaren Testamentu Berria es la traducción al euskera del Nuevo Testamento protestante realizada por Joannes Leizarraga por encargo de la reina Juana de Albret y publicada en 1571 en el bastión hugonote de La Rochelle. La publicación de Joannes Leizarraga, que se completa con otros dos textos menores (Kalendrera y ABC edo Christinoen instructionea), constituye un monumento fundacional de la lengua vasca escrita, ya que se trata del segundo impreso en euskera más antiguo que se ha conservado después de la obra de Bernard Dechepare Linguae vasconum primitiae (Burdeos, 1545). Según informa el Gobierno foral, el depósito de la obra en la Biblioteca de Navarra tiene el doble objetivo de garantizar su adecuada conservación y de promover su uso para fines de investigación y estudio. El ejemplar está digitalizado y es accesible, a texto completo, a través de la Biblioteca Navarra Digital (Binadi). - D.N. |
CULTURA Encuentran en Italia el primer libro impreso con palabras en euskera del año 1533. 05/11/2021 Su título es "De Rebus Hispaniae Memorabilibus" y es obra del autor italiano Lucio Marineo Sículo. Data del año 1533 y lo ha encontrado la editorial navarra Mintzoa. Encuentran en Italia el primer libro impreso con palabras en euskera del año 1533. En palabras de Aritz Otazu, responsable de la Editorial Mintzoa, este es un hallazgo "importantísimo porque está poniendo el euskera en el mapa. Según algunos historiadores el euskera lo hablaban 4, y con este hallazgo y con el del libro de 1610, vemos que citan al euskera en libros de una importancia supina". El libro "De Rebus Hispaniae Memorabilibus" data del año 1533 y su autor es Lucio Marineo Sículo, quien es un cronista de la historia de España y "cita solamente al euskera como lengua", además transcribe 57 palabras en euskera. El autor define el euskera como el idioma de los vascos y los cántabros. La primera edición del libro es de 1496. Las palabras citadas en el libro "con muy similares al euskera actual" ha explicado Otazu en "Boulevard" de Radio Euskadi, de hecho, las palabras y las expresiones citadas en el libro "las utilizamos ahora". El libro llega a manos de la Editorial Mintzoa a través de un anticuario de Paris que les informó de que un anticuario italiano era propietario del libro. A día de hoy el ejemplar está vendido a un particular navarro. Nota: De las cosas memorables de España (De rebus Hispaniae memorabilibus) es la principal obra del escritor siciliano Lucio Marineo Sículo, cuya primera versión fue publicada en Burgos hacia 1496, cuando aún era profesor en la Universidad de Salamanca, con el título De Hispaniae laudibus. La nueva versión de la obra, ya bajo el título De Rebus Hispaniae memorabilibus, fue publicada en 1530 por la imprenta de Miguel de Eguía en Alcalá de Henares. Aquel mismo año la obra fue traducida al castellano y publicada, también por Miguel de Eguía, bajo el título De las cosas memorables de España. |
El Instituto Vasco Etxepare.
(en euskera: Etxepare Euskal Institutua) es un instituto dedicado a la lengua y cultura vasca. Es un ente público creado por el Gobierno Vasco en 2010. El Instituto debe su nombre a Bernat Etxepare, autor del primer libro en euskera, Linguae Vasconum Primitiae (1545). En aquel primer libro escrito en euskera se recoge la frase que define al Instituto: «Heuscara/Ialgi hadi mundura» (Euskera, sal al mundo). En la actualidad, el instituto ha renovado este eslogan: «Euskara. Kultura. Mundura» (Euskera. Cultura. Al mundo). Su objetivo es promover y dar a conocer el euskera, la cultura y la creación vasca a nivel internacional, y a través de ellos, construir relaciones permanentes con otros países y culturas. Para ello fomenta actividades artísticas de calidad y la movilidad de creadores, artistas y profesionales culturales y sectoriales, así como la enseñanza del euskera y de la cultura vasca. Asimismo, promueve la colaboración con agentes internacionales en el ámbito cultural y académico. En todo ello trabaja estrechamente con las Delegaciones de Euskadi en el exterior. Etxepare Euskal Institutua abrió sus puertas en la calle Prim de Donostia-San Sebastián el 29 de octubre de 2010. En septiembre de 2015 el Instituto se trasladó a su sede definitiva, sita en el edificio Tabakalera de la misma ciudad. |
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