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Libro de Proverbios, 8 20, de la Biblia. "Yo camino por la senda de la justicia, por los senderos de la equidad."

miércoles, 14 de diciembre de 2011

51.-Los siete emblemas de la Universidad de Salamanca.-a

Luis Alberto Bustamante Robin; Jose Guillermo Gonzalez Cornejo; Jennifer Angelica Ponce Ponce; Francia Carolina Vera Valdes;  Carolina Ivonne Reyes Candia; Mario Alberto  Correa Manríquez; Enrique Alejandro Valenzuela Erazo; Gardo Francisco Valencia Avaria; Alvaro Gonzalo  Andaur Medina; Carla Veronica Barrientos Melendez;  Luis Alberto Cortes Aguilera; Ricardo Adolfo  Price Toro;  Julio César  Gil Saladrina; Ivette Renee Mourguet Besoain; Marcelo Andres Oyarse Reyes; Franco Gonzalez Fortunatti; Patricio Ernesto Hernández Jara;  Demetrio Protopsaltis Palma;  Francia Marisol Candia Troncoso; Maria Francisca Palacio Hermosilla; 


Los siete emblemas de la Universidad de Salamanca.



  

Los siete emblemas de la Universidad de Salamanca se encuentran ubicados en el interior del patio del edificio de la Universidad. Dispuestos en el antepecho de los siete ventanales exteriores de la segunda planta del claustro, en la parte correspondiente a la biblioteca de la Universidad. Se puede ver cada uno de ellos, labrado en piedra franca de las canteras de Villamayor.
Se trata de una expresión que se encuadra artísticamente dentro del renacimiento español. Tallados en forma de siete emblemas, todos ellos anónimos. Se estima que fueron diseñados aproximadamente en el primer tercio del siglo XVI. Su disposición y significado se ha atribuido a Juan de Álava. Cinco de ellos se interpretan siguiendo la obra del Sueño de Polífilo (Poliphili Hypnerotomachia), una novela alegórica publicada por Francisco de Colonna en el año 1499.​ 
Una de las primeras interpretaciones es la de ilustrar las virtudes que acompañan a la sabiduría. Los estudios sobre su significado se comenzaron a mediados del siglo XX.​ Se trata de un discurso alegórico sobre el amor. Es uno de los ejemplos de la emblemática española del siglo XVI. En la actualidad se engloban los siete emblemas en un discurso alegórico global, relativo a las virtudes de un regente como lo era Carlos V, junto con las representaciones de la fachada de la Universidad y la escalera. 

Características.

El antepecho del claustro del edificio de la Universidad de Salamanca posee un ejemplo de siete jeroglíficos renacentistas. Su elaboración se data entre los años 1525 y 1530. En el siglo XVI sólo estaba construida la galería que lleva la biblioteca.

El entorno y su ubicación.

El edificio de la Universidad posee diversas obras alegóricas tanto en la fachada exterior, concretamente en su portada. Siendo la rana sobre la calavera una de sus expresiones más populares y visitadas de la ciudad. En el interior del edificio de la Universidad los relieves (externos e internos) de la escalera que permite subir a la segunda planta del patio resulta ser un ejemplo de decoración alegórica que hace mención a las virtudes de ambos sexos, así como una descripción de las actitudes deseables en el matrimonio por parte de cada cónyuge.​ En el antepecho del claustro, en el lateral que va a dar a la biblioteca, aparecen debajo de cada ventana unos bajorrelieves.
 En total siete. Consistentes en una distribución de pequeñas figuras dispersas y acompañadas cada una de ellas de unas inscripciones en latín. Las letras apenas legibles por haber desaparecido con el tiempo los rellenos de metal que antes las rellenaban. Cada ventana del antepecho del patio superior posee relieves, en su interior y en su exterior. Los denominados emblemas, o enigmas se encuentran en el exterior.

Estudios.

El primer estudioso de los enigmas fue el profesor Sánchez Reyes en 1931.​ El primero que identificó la fuente de uno de los enigmas (el segundo) relacionándolos con la Poliphili Hypnerotomachia fue el profesor D. Angulo, En 1952 Sánchez Reyes retoma los trabajos de descifrado y siguiendo una copia veneciana de los Hypnerotomachia llega relacionar otros cuatro enigmas. Tras unas décadas, ya en 1973 en su obra sobre los programas humanísticos los estudiosos S. Sebastian y L. Cortés Vázquez se aventuran a nominar al mentor intelectual de los siete enigmas. Anunciando que se trata del catedrático y rector andaluz Fernán Pérez de Oliva.
 En 1983 Pilar Pedraza desvela el correcto significado del tercer enigma, mal interpretado con antelación, y publica un artículo en el que describe el conjunto de los siete.

El autor.

Se sabe que el encargado de elaborar este conjunto de enigmas quiso proporcionar un significado a las generaciones posteriores, mediante una compleja secuencia de enigmas. Que inspirados inicialmente en la Hypnerotomachia dota al conjunto de un nuevo significado. Se sabe que fue un humanista español buen conocedor de la filosofía de Aristóteles.​ Los argumentos para asignar tal autoría al andaluz Fernán Pérez de Oliva son convincentes.​ Pérez de Oliva era un aficionado a los enigmas (en concreto con los jeroglíficos renacentistas italianos), al latín vulgar, catedrático de Teología Moral. Los trabajos de Fernán se centrarían poner orden en los enigmas del inmenso incunable de los enigmas del Hypnerotomachia de Francesco Colonna dándoles un nuevo significado, organizando la secuencia de los mismos, añadiendo lemas de otras fuentes. 
El autor de los jeroglíficos conocía perfectamente la obra de Horapolo, y en algunos de los enigmas logra ligar el simbolismo de Horapolo con textos de poetas latinos (en el segundo, tercero y séptimo).

El mensaje

La organización de los siete enigmas se fija en la idea de la moral aristotélica del justo medio. Durante el quattrocento se tenía la idea de que los filósofos antiguos habían poseído una especial sabiduría sobre las cuestiones trascendentales. Este conocimiento privilegiado y secreto, se esculpió en los edificios en forma de jeroglíficos (letras sagradas), exponiéndose libremente a la vista de las personas. De esta forma un obelisco, o el frontispicio de un templo romano, cualquiera que fuese esculpido con estos signos era un espacio lleno de filosofía esotérica, compendio de algún saber oculto.
 Era creencia común de que con suficiente paciencia, estudio, y trabajo se podían descifrar tales enigmas y revelar su sabiduría. De esta forma los tratados de Horapolo, Pierio Valeriano, y Colona van dando claves en sus obras respectivas para traducir los jeroglíficos expuestos.

    

La estructura.

En los jeroglíficos renacentistas, el lema no tiene valor independiente del cuerpo gráfico. Se añade, proporcionando una traducción redundante. Algunos de ellos (primero, segundo, tercero) poseen una estructura doble separada en dos secciones.


  

Primer emblema.

El primero de los emblemas encuentra su explicación en capítulo X del Poliphili Hypnerotomachia (Sueño de Polífilo), las figuras representadas se encuentran en la edición XXXX del Sueño y son las que inspiraron al diseñador del tallado del emblema. La estructura del enigma es doble, separada en dos secciones. La sección de la izquierda posee una forma similar al de una medalla, de aspecto circular. En él se puede ver a dos amorcillos alados (erotes) que sostienen entre ambos una especie de corazón, o bola que ocupa el centro del emblema. Ambos amorcillos parecen estar sumergidos en un líquido parecido al agua. La sección de la derecha posee en su espacio la representación de una mujer vestida con una túnica larga, aparece sentada en una especie de taburete de tres patas. A pesar de todo ella aparece inestable.
 La mujer sostiene en su mano derecha un par de alas, mientras que en su izquierda una tortuga o galápago. Contrariamente la pierna derecha tapada por la túnica parece asentada, mientras que la pierna izquierda aparece desnuda como si la mujer pretendiera iniciar la marcha.

Primer emblema: "Sé prudente"

A la izquierda de este primer enigma aparece un lema latino de letras mayúsculas y de disposición irregular que se enuncia como:

::::::::::VELOCITA/TE(M) SEDE(N)DO TARDITATE(M) TE(M)PERA SV(R)GENDO

La expresión latina de la sección izquierda se transcribe como: "velocitatem sedendo tarditatem tempera surgendo" y se puede traducir como un consejo moral: "modera tu velocidad sentándote y tu tardanza moviéndote (surgiendo)". 

La «E» de «TEMPERA» está corregida en la cantería y cabe la posibilidad de que los canteros entendieran la palabra «TEMPORA» y al descubrir el error tuvieran que verse obligados a poner la E. El lema latino de la sección derecha, reza:

::::::::::MEDIVM TENVE/RE BE/ATI

El lema de la sección derecha "medium tenvere beati" viene a indicar que "Los bienaventurados (o felices) conservaron el punto medio". Lo peor en la composición de este emblema es el supuesto descuido de los canteros de la época, y es que los lemas se encuentran ciertamente cambiados de sitio: el que menciona "velocitatem …(…)" debería estar junto a la mujer, mientras que el "médium tenderé … (…)" debería pertenecer a los amorcillos.
​ Existen otras diferencias formales con la representación de Poliphili Hypnerotomachia y es que en el libro aparecen sobre frisos dos páteras, mientras que en los relieves salmantinos pueden verse dos acróteras.

La imagen de dos amorcillos (beati) sujetando (tenuere) una pelota que se encuentra ubicada en el centro (médium) de la circunferencia posee una explicación clara en la filosofía de Aristóteles. La imagen de la mujer posee un claro contraste entre la actitud de sus miembros superiores e inferiores, y se puede observar como la pierna en actitud de movimiento sostiene un símbolo de tarditas (la tortuga), mientras que la pierna reposada sostiene a su misma altura un símbolo de velocitas (las alas). La prudencia suele representarse en iconografía como una mujer. 
El significado de este emblema suele ser una variante del "festina lente" latino (traducido como apresúrate despacio). Esta idea se representa igualmente en sexto enigma de la serie salmantina.


Segundo emblema.

El segundo de los emblemas encuentra su explicación en capítulo XXII del Sueño de Polífilo, siendo las figuras las incluidas en el capítulo XIV del mismo texto. Tal y como explica el profesor Angulo, este jeroglífico no es un enigma propiamente dicho.​ La concordancia con el tema de los enigmas vecinos queda fuera de lugar. Representa uno de las escenas que adornan al carro de triunfo de Europa en el desfile de los amores de Júpiter. Colonna lo describe en el propio texto de su obra titulada el Sueño de Polífilo, (Poliphili Hypnerotomachia) como:

En el frente anterior del (carro) vi a Cupido con una innumerable caterva de diversas gentes heridas, que se admiraban de que él alzase su arco hacia lo alto del Olimpo. En el frente posterior vi a Marte ante el trono del magno Jove, lamentándose de que el niño hubiera herido su impenetrable coraza. Y el benigno Señor le mostraba su pecho herido. Y en la mano, con el brazo extendido, sostenía el siguiente letrero: NADIE.

Nel frente anteriore, Cupidine uidi cu(m) inumera Caterua di promiscua ge(n)te uulnerata, mirabo(n)di che egli tirasse larco sua uerso lalto olympo. In nel fronte posteriore, Marte mirai dinanti al throno del magno Ioue, Lamenta(n)tise che el filiolo la i(m)penetrabile thraca sua egli la hauesse lacerata. Et el benigno, signore el suo uulnerato pecto gli mostraua. Et nellaltra mano extenso el brachio teniua scripto, NEMO.

Sueño de Polífilo, Poliphili Hypnerotomachia de Colonna, fol IV, I

El segundo emblema se compone de dos secciones, al igual que el primero, y en el de la izquierda aparece un cupido desafiante habiendo disparando en mitad del campo una flecha al cielo estrellado. En este mismo enigma de la izquierda se puede ver como la fecha ha seguido su trayectoria y se puede ver clavada en el cielo ante el completo asombro de la gente que le rodea.
 En la segunda sección del enigma se puede ver como Marte acompaña a cupido orgulloso a la presencia de Júpiter portando un estandarte con el título de NEMO ("nadie"). Júpiter se encuentra sentado en su trono.

Segundo emblema: "el amor gobierna el universo y alcanza a los propios dioses.

La sección de la izquierda posee un lema latino que se enuncia de la siguiente forma:

::::::::::QUIS EVA/DE(N)T

Es decri "quis evadet" parece traducirse como: "¿Quién puede evadirse (del Amor)?". Cupido en este emblema representa al amor. En la sección derecha del emblema con el cupido en presencia de Marte y Júpiter, se puede leer:

::::::::::NEMO VEL DVO

Es decir "Nemo vel duo", que se traduce en "ninguno de nosotros dos". La traducción más completa podría ser: 

"nadie puede escapar del Amor, ni siquiera nosotros dos" y se refiere a los dioses mitológicos: Marte y Júpiter.

 En este enigma los dos dioses representan a la guerra y el poder respectivamente. Ciertos autores señalan que la traducción, o moraleja del emblema es que: el amor gobierna el universo y alcanza a los propios dioses.



  

Tercer emblema.

El tercero de los emblemas, al igual que los dos anteriores, posee una estructura doble. Ambas secciones se encuentran separadas por una especie de candelabro ornamental. En la sección izquierda se encuentra un monstruo de tres cabezas. Se ha identificado que la de la izquierda es la de un lobo, la del centro un león y la de la derecha un perro. Cada cabeza parece tener flotando sobre ella un prospecto en forma de filacteria.
 El monstruo posee cuerpo humano y va vestido con una túnica. Las patas van rematadas en pezuñas. El monstruo sujeta en su mano derecha una esfera armilar, y de sus hombros se desliza una serpiente con la boca abierta. La segunda sección del emblema, a la derecha del candelabro

Tercer emblema: "el tiempo pasa rápido",

En la actualidad no puede leerse claramente las inscripciones latinas de la tres filacterias. Sobre todo la central, que aparece completamente destruida. En su momento el profesor Sánchez Reyes pudo describir como:

::::::::::LACERAVIT (izquierda) ET CA(N)TERET (centro) ET ARRIDEVIT (derecha)

La escritura "lacerabit et conteret et arridebit" se traduce como: 
"herirá, triturará y sonreirá". 
Algunos autores identificaron al monstruo con el Can Cerbero​ pero esto fue negado. Se identificó con el monstruo que acompaña al dios Serapis. Identificado como las Saturnalia de Macrobio. Este ser imaginario aparece en el Sueño de Polífilo, (Poliphili Hypnerotomachia) entre los emblemas y trofeos que portan las ninfas de Citerea en el triunfo de Cupido. La triple cabeza del monstruo de Serapis: loblo-león-perro aparece rodeada por una serpiente que se muerde la cola. De todos los escritores del Quattrocento, el que mejor describe este monstruo de Serapis es Piero Valeriano, que establece el paralelismo entre el lobo (pasado), león (presente) y perro (futuro). La serpiente no es nada más que un acento reforzante de la idea del paso del tiempo. Lo mismo ocurre con la esfera armilar que sostiene el monstruo con su mano derecha. Se trata de una indicación que recuerda el paso del tiempo.

En la actualidad la ficlacteria de la sección de la derecha del emblema es completamente ilegible.

::::::::::TV NIHIL INVITA ET FACIES DICESVE

Que escrita es como "tu nihil invicta et facies dicesve" que se identifica con la epístola a los Pisones (verso 385) de Horacio,​ Al aparecer en esta epístola como "nihil inuita dices faciesve Minerva" se confundió el águila con la lechuza, símbolo de Minerva. Hace mención a la Razón o Naturaleza. La traducción es: "No harás ni dirás nada contrario a la Naturaleza". Sobre las cabezas de los dos soldados aparecen las inscripciones de "TIPHEVS" (a la izquierda), y "BRIAREVS" (a la derecha). Que se identifican con los Titanes que se rebelaron y quisieron destronar a Júpiter del Monte Olimpo. La revuelta (Titanomaquia) es aplacada por Hércules con ayuda de los olímpicos. Los titanes en rebeldía son una alegoría de la brutalidad de las pasiones que luchan contra las potencias superiores del hombre. La alegoría de la lucha de lo monstruoso contra lo racional y su derrota final tras el combate. Ambas secciones están enlazadas claramente dando la idea de un emblema moral, es como decir:

"Obra conforme a la Naturaleza y a la Razón si deseas ser libre, pero debes ayudarte del Buen Consejo que que proporciona el Tiempo, que trae al mundo en su rápido paso el olvido y la esperanza"

El tercer enigma de la serie del antepecho está fuertemente relacionado con el séptimo en su temática.


  

Cuarto emblema.


Este cuarto enigma se presenta al espectador como un bloque único, sin estructura en dos secciones como los anteriores. Se trata del jeroglífico de carácter más egipcio de los otros siete. Se trata de una composición ideográfica. Cada imagen en este enigma viene a identificar un concepto. Su composición es tomada íntegramente del Hypnerotomachia. Posee una inscripción latina dividida en dos partes (una banda horizontal superior e inferior) y que se muestra en aparente desorden de palabras, o por lo menos sin separación aparente entre ellas. La composición desordenada de palabras se sabe hoy en día que no es un descuido de los canteros, sino una forma renacentista de presentar el enigma. El emblema de Colona, que inspira al cuarto emblema del antepecho de Salamanca, reza:

EX LABORE DEO NATVRAE SACRIFICA LIBERALITER, PAVLATIM REDVCES ANIMVN DEO SVBJECTVM, FIRMAM CVSTODIAM VITAE TUAE MISERICORDITER GVBERNANDO, TENEBIT INCOLUMNIQUE SERVABIT

La frase latina se traduce al castellano como:

Haz generosos sacrificios a Dios mediante el trabajo de la Naturaleza (o de los dones que concede la Naturaleza). Poco a poco irás poniendo de acuerdo tu ánimo con Dios. El, gobernándola misericordiosamente de acuerdo con tu ánimo con Dios.

La ordenación de los signos es diferente en el enigma salmantino.

Cuarto Emblema

Los objetos poseen un cierto paralelismo fijado ya por algunos autores:15​16​ Ex labore es el bucráneo, Deo el ojo, Naturae el pájaro, Sacrifica el altar, Liberliter el plato y vaso, Paulatim el ovillo, Reduces el aguamanil, animum el vaso, subiectum la suela, firmam el áncora, custodiam la oca, vitae la lucerna, tuae la mano, misericordia el olivo, gubernando el timón, tenebit el gancho, incolumem el delfín, que las cintas, servavit el cofre

  

Quinto emblema.

El quinto emblema salmantino tiene la estructura doble de los anteriores y sus secciones se componen de dos medallones circulares (con forma de plato). Ambos sepaarados por un obelisco central. Cada uno de los medallones posee en su lateral inscripciones latinas. Ambos igualmente inspirados en la Hypnerotomachia, son descritos inicialmente por Cortés y Sebastián.​ En el medallón de la izquierda puede leerse

JUSTITIA / RECTA / AMICITIA / GLADIO / EVANGINA/TA ET NV/DA PON/DERATA LIBERALI/TAS REGNV(M)/ MASIME/ DILATAM

El paralelismo entre los ideogramas y la leyenda es: justicia recta es la balanza, amicitia el perro, gladio evanginata et nuda es la espada, ponderata liberalitas es la pátera, regnum es la corona, firmiter las cintas. Cabe destacar que en el libro de la Hypnerotomachia la descripción es ligeramente diferente:

JUSTITIA RECTA AMICITIA ET ODIO EVANGINATA ET NVDA ET PONDERATA LIBERALITAS REGNVM FIRMITER SERVAT
Que se traduce en: La justicia recta, despojada y desnuda de amistad y de odio, y una ponderada liberalidad, conservan el reino firmemente. Esta discrepancia hizo pensar a los estudiosos en posibles errores de los canteros.

Quinto Emblema

El segundo de los medallones posee la misma estructura con una inscripción latina que reza:

::::::::::PACE/ AC CON/CORDIA/ PARVE/ RES CRES/CVNT DISCORDIA/ DILABVN(TUR)

Viene a recordar la máxima de Salustio "Concordia parvae res crescunt, discordia maximae dilabuntur" (Que su traducción sería: "en armonía las pequeñas cosas crecen, en discordia las grandes decaen"). La ilustración de elefantes u hormigas la hizo San Jerónimo, tal y como lo indican algunos estudiosos.​ El autor Pierio Valeriano heredó el jeroglífico en su libro. Se trata de una alusión a la ética nicomáquea de Aristóteles en su relación con la concordia.

  

Sexto emblema.

Este enigma posee una composición en dos secciones, separados simétricamente por una especie de candelabro ornamental. Se muestran dos anclas que tienen dos delfines estilizados enroscados en sus espigas. En las argollas de las anclas (punto de agarre de las mismas) puede verse amarradas dos maromas. En ambos lados aparecen inscripciones, en el de la izquierda puede leerse en griego clásico:

::::::::::ΑΕΙ ΣΠΕΥ ΔΕΒΡΑΔΕΟΣ

Que en minúsculas es Ἀεὶ σπεῦδε βραδέως (Siempre apresúrate despacio), y a la derecha una inscripción latina con el mismo significado:

::::::::::SEMPER FESTINA LENTER

Expresa el mismo concepto y según de Aulo Gelio era el lema favorito del emperador Augusto. De la misma forma lo mencionan otros autores clásicos.

Sexto Emblema

El ancla sobre un delfín es idea de contraposición, de lo lento (ancla) y lo rápido (delfín). Esta imagen ya aparece como ornamento en algunas monedas romanas de tiempos del emperador Tito y Domiciano.

  

Séptimo emblema.

El último y séptimo enigma es una especie de ocho serpientes entrelazadas simétricamente que se muerden la cola. La estructura del enigma es cíclica. Es una representación alegórica de la serpiente que aparece en la cabeza de Serapis. Su estructura al igual que los demás es de dos secciones. La divisa del enigma se puede leer como:

::::::::::SIC IN SE SVA PER VESTIGIA VOLVITVR ANNVS

Que significa: Así vuelve el año sobre sus pasos. El profesor Sánchez describe esta leyenda como el verso 401 de las Geórgicas de Virgilio («Atque in se sua per vestigia volvitur annus»). Que significa: El tiempo voluble transcurre ocultamente y pasa inadvertido.

Séptimo Emblema: Así vuelve el año sobre sus pasos

La serpiente de Serapis aparece en la antigüedad en numerosas ocasiones. Esta indicación añadida de una serpiente mordiéndose la cola, ya es descrita por Horapolo que menciona:

De que modo representan el mundo. Cuando quieren representar el mundo pintan una serpiente que se muerde su propia cola, salpicada de diversas escamas: sin duda las escamas representan las estrellas de que está adornado el cielo o mundo, que hacen señales en la oscuridad. (...)

No obstante Pierio Valeriano indica la relación de este símbolo de la serpiente que se muerde la cola con el tiempo. El año se representa como aquella revolución que da el mundo para volver a su mismo punto.


  

Composición.

La lectura de los siete emblemas salmantinos es, de acuerdo con algunos autores, una lectura de conjunto: fachada de la Universidad y Escalera. Algunos autores indican la necesidad de ser leídos de derecha a izquierda. ​ La razón alegada es la de que el emblema de las serpientes es el más genérico y de él pueden deducirse los demás.

Itsukushima Shrine.




La ciudad de las damas (La cité des femmes)


  

LEAMOS.

La educaron como a una princesa y enviudó a los 25 años con tres hijos: el género literario que inventó para mantenerlos
Christine de Pizan se crió en la corte de los reyes de Francia, se casó a los 15 y quedó a cargo de su familia. En pleno siglo XV se convirtió en la primera escritora profesional de la historia, y desde su obra defendió los derechos de las mujeres.

Pilar Godayol
15 Mar, 2024 

La Italiana Christine de Pizan es la primera escritora profesional de la historia y su libro La ciudad de las damas (La cité des femmes) es la primera utopía feminista de todos los tiempos.
Escrita entre diciembre de 1404 y abril de 1405, La ciudad de las damas surge en el contexto de la polémica de la querella de las mujeres (querelle des femmes). Nacida en Europa a finales del siglo XIV, y perdurando hasta la Revolución Francesa, la querella de las mujeres fue un debate literario sobre las relaciones de y entre los sexos, así como sobre el valor de las mujeres y de lo femenino, que se manifestó públicamente en tertulias y múltiples escritos en la Europa medieval.
En general cuestionaba la dignidad de las mujeres y su capacidad intelectual. Surgió como un diálogo entre hombres escritores, hasta que a principios del siglo XV apareció en escena Christine de Pizan. Ella fue la primera escritora que participó de manera pública en esta polémica. En La ciudad de las damas, Pizan defendió la capacidad intelectual de las mujeres y su derecho a acceder a la universidad y la política.
Después de Christine de Pizan, la querella de las mujeres se diseminó. Otras representantes destacadas en el debate fueron Lady Mary Chudleigh, Judith Drake y Constantia Munda en Inglaterra, Lucrezia Marinella y Laura Terracina en Italia, y Marie de Romieu y Marie de Gournay en Francia.
Páginas del libro "La ciudad de las damas" de Christine de Pizan en la Biblioteca Condé. Pierre Poschadel/Wikimedia Commons

Educación de privilegio.

Nacida en Venecia en 1364, hija del astrólogo y físico Tommaso da Pizzano, Christine de Pizan abandonó las tierras italianas de pequeña, cuando el padre se convirtió en consejero de Carlos V de Valois e instaló a la familia en París. El rey no sólo le proporcionó una vivienda lujosa y una renta importante, sino que le concedió el privilegio de que su hija fuera educada como una princesa.
En 1379, a los quince años, Christine de Pizan se casó con Étienne Castel, de veinticuatro, noble que acababa de ganar el cargo de notario del rey. En 1389 la peste se llevó al marido de Pizan y la dejó viuda con veinticinco años, tres criaturas, una madre y una sobrina a su cargo, y en una situación económica desesperante.
Pizan inició su carrera literaria con el objetivo de conseguir recursos para su familia. Su producción, que abarca tres décadas, es abundante y variada: centenares de poemas y epístolas, biografías, como la de Carlos V (1404) y la de Juana de Arco (1429), obras memorialísticas y tratados de filosofía, de instrucción moral y de política. En total llegó a escribir cincuenta y cinco libros.
Además, hay que añadir las relacionadas con la temática de las mujeres y sus derechos, que culminó con la publicación en 1405 de la primera utopía feminista de todos los tiempos: La ciudad de las damas. Con el estallido de la guerra civil en Francia, en 1412 Pizan huyó de París y se refugió en el convento de Poissy hasta los últimos días. Murió en 1430, a la edad de sesenta y seis años.

Una utopía revolucionaria.

La ciudad de las damas surge en respuesta al tratado misógino del siglo XIII Las Lamentaciones de Matheôle, poema latino escrito por el clérigo Matheolus y traducido al francés a finales del siglo XIV por Jean Le Fèvre de Ressons, en el cual se tacha a las mujeres de mentirosas, lujuriosas y desobedientes.
La ciudad de las damas relata el encuentro de la autora con tres altas damas, la Razón, la Rectitud y la Justicia, a las que pregunta cuestiones referentes al desprecio que los hombres sienten por las mujeres. Las respuestas de las damas rebaten los argumentos sexistas y androcéntricos con ejemplos mitológicos e históricos de múltiples mujeres cultas, valientes y virtuosas. Paralelamente al diálogo, a iniciativa de las tres damas y con la complicidad de la autora, construyen una ciudad con el objetivo de ser habitada únicamente por el sexo femenino.
Pizan concibe la ciudad como un espacio de sororidad, que se construye en tres etapas, coincidentes con las tres partes del libro. En la primera, la Razón ayuda a la autora a levantar los muros y a cerrar las fortificaciones de la ciudad. Asimismo, las tres damas y Pizan conversan abiertamente sobre algunos temas, entre los que destacan el hecho de reivindicar la escritura como un espejo de la verdad, la madurez del yo femenino en tanto que entidad social y política y la trascendente importancia de que las mujeres tengan acceso a la educación para que puedan elegir libremente.
En la segunda, la Rectitud asiste a Pizan para erigir las casas, los edificios y los templos. La escritora también le pregunta si es verdad que son las mujeres las que convierten el estado del matrimonio en tan difícil carga de soportar. La Rectitud recuerda ejemplos de mujeres que amaron profundamente a sus maridos, que fueron discretas, fieles y excelentes consejeras: la reina Hipsicrata, la emperatriz Triaria, la reina Artemisa, la noble Agripina. En la tercera, la Justicia le ampara en la construcción de las cubiertas y los tejados y en la elección de las mujeres ilustres que la habitarán. Conducidas por la Virgen María, le siguen otras santas y vírgenes mártires.
Las dos primeras partes, más largas, tienen un planteamiento más clásico e histórico. La última, más breve y de recapitulación, es claramente de base cristiana. Como la ciudad imaginaria de Platón en la República o la de San Agustín en La ciudad de Dios, Pizan sitúa el libro en un lugar físico y simbólico gobernado por mujeres que representa alegóricamente el restablecimiento de los antiguos matriarcados.
En definitiva, La ciudad de las damas se presenta como la primera “ginecotopía”: “Un espacio propio donde poder vivir en paz sin la misoginia dominante, con las manifestaciones de la propia cultura, con una genealogía femenina que justifica y protege el bienestar de las mujeres y promueve y respeta las diferencias”. Con La ciudad de las damas, Pizan se adelanta más de un siglo a la celebrada Utopía de Tomás Moro, publicada en 1516.

Con Marie de Gournay, Olympe de Gouges o Mary Wollstonecraft, Christine de Pizan es una de las madres simbólicas de la literatura feminista, una de las primeras que luchó con su escritura, a cara descubierta, para destruir el patriarcado de su época.

  


Miniatura de una edición francesa en pergamino de La ciudad de las damas

El libro de la ciudad de las damas (Le Livre de la Cité des Dames,​ libro terminado en 1405) es quizás la obra literaria más famosa de la poeta francesa Christine de Pizan. Está considerada una obra clave en la querella de las mujeres.

El libro es la respuesta de Pizan al popular Roman de la Rose, de Guillaume de Lorris, que había acabado Jean de Meung. Las afirmaciones que hay en el Roman de la Rose sobre las mujeres son combatidas por Pizan mediante una ciudad alegórica: Pizan defiende a las mujeres citando una amplia gama de figuras femeninas ilustres, que estarán «alojadas» en la Ciudad de las Damas. A medida que Pizan construye su ciudad, nombra a mujeres ilustres para defenderse de los argumentos misóginos vertidos por numerosos y sabios autores. Cada mujer nombrada va a ser un ejemplo de esa contraargumentación.

Estilo

Pizan emplea el idioma francés para componer el libro, pero a menudo usa la sintaxis y las convenciones de estilo latino dentro de su prosa francesa.5​ Utiliza el estilo del alegato jurídico,6​ que habría conocido por múltiples juicios que tuvo que hacer en defensa de sus intereses y por la convivencia con su esposo, que fue secretario del rey. Así pues, Pizan escribe en defensa de las mujeres utilizando la dialéctica de los escritos jurídicos. También utilizará muchas expresiones coloquiales y rasgos de la lengua hablada:
«¿Qué más decirte, querida?» (parte I, XLVIII).

Estructura

La obra está dividida en tres partes o libros. Cada una de estas partes está dividida a su vez en capítulos: 48, 69 y 19, respectivamente. En cada parte, la autora tiene como interlocutora a una de las damas que se le han aparecido para ayudarle a construir la ciudad que servirá de refugio y defensa a las mujeres virtuosas.
En la primera parte, la Razón (Raison) le ayudará a quitar los juicios negativos sobre las mujeres para construir la ciudad con unos cimientos fuertes y duraderos: las virtudes. Con la Rectitud (Droiture) construirá los muros y los bellos edificios. Con la Justicia la poblará con mujeres ilustres de toda época y condición, con el único requisito de «no ser frívolas ni casquivanas».

Parte I

La parte I comienza con Christine leyendo el Libro de Las lamentaciones de Mateolo, una obra del siglo xiii que trata del matrimonio, y en la que el autor escribe que las mujeres hacen miserables las vidas de los hombres. Al leer estas palabras, Christine se avergüenza de ser mujer: 
«Abandonada a estas reflexiones, quedé consternada e invadida por un sentimiento de repulsión, llegué al desprecio de mí misma y al de todo el sexo femenino, como si Naturaleza hubiera engendrado monstruos».
​ Christine considera entonces que las mujeres han de ser de verdad malas: 
«pensaba que sería muy improbable que tantos hombres preclaros [...] hubieran podido discurrir de modo tan tajante y en tantas obras que me era casi imposible encontrar un texto moralizante... sin toparme antes de llegar al final con algún párrafo o capítulo que acusara o despreciara a la mujeres».

Pero, de repente, un rayo de luz le anuncia la presencia de tres damas coronadas: la Razón, la Derechura y la Justicia, que se le aparecen y le dicen que están allí por mandato divino, y le aconsejan que "dé la vuelta" a lo escrito contra las mujeres y escriba a favor de ellas, y cada dama le dirá cuál será su función al ayudarle a construir la ciudad.
La Razón ayuda a Christine a construir las paredes externas de la ciudad, responde a las preguntas de Christine sobre por qué hablan mal de las mujeres algunos hombres, y le ayuda a preparar el terreno sobre el que se construirá la ciudad. Le dice: 
«coge la azada de tu inteligencia y cava hondo. Por donde veas el trazado de mi regla, cava un foso profundo. Yo te ayudaré cargando la tierra en cestas que llevaré a hombros».
​ Construirá la ciudad con «altas y fuertes murallas con anchas y hermosas torres» que nadie podrá derribar. Los materiales son las mujeres del pasado. Así, Semíramis será la piedra clave para la futura ciudad, que reflejará algo de esa viuda heroica, igual que de otras mujeres como Fredegunda, reina de Francia; Blanca de Castilla, madre de San Luis, y Juana de Borbón, viuda del rey Carlos V.​
Mientras van trabajando, hablan de temas que le preocupan a Pizan: las causas de por qué los hombres difaman a las mujeres y las múltiples prohibiciones y limitaciones impuestas: a cada uno de los planteamientos, la autora contrapone ejemplos de mujeres que superaron ampliamente esos prejuicios misóginos.

Mujeres nombradas

Estas son las mujeres nombradas en la Parte I:​

María Magdalena
Reina de Saba
Fredegunda
Blanca de Castilla
Juana de Borbón
Blanca de Francia
Duquesa de Anjou
Semíramis
Amazonas: Tamiris, Melanipe, Hipólita, Pentesilea
Zenobia
Artemisa II de Caria
Lilia, madre de Teodorico
Camila
Berenice de Capadocia
Clelia
Cornificia
Proba la Romana
Safo
Manto
Medea
Circe
Carmenta
Minerva
Ceres
Isis
Aracne
Pánfila
Timarete
Irene
Iaia
Marcia
Sempronia
La mujer fuerte Véase Proverbios XXXI, 10-31.
Gaia Cirila
Dido
Ops
Lavinia

Parte II 

El trabajo de edificación continuará con la dirección de la Derechura, que ayudará a levantar los edificios y las calles.
 «Anda: mezcla con tinta este mortero y usa sin reparos esta argamasa, porque yo te proveeré con gran cantidad de ella».
 Las conversaciones articulan esta segunda parte, en la que destacan las virtudes femeninas que rigen la ciudad: amor filial, constancia, castidad, fidelidad​ y amor conyugal. Durante siglos, se ha negado que las mujeres tengan esas virtudes, pero la Derechura pondrá más de setenta y dos ejemplos que desbaraten esa negación.
Christine y la Derechura hablan también sobre la institución del matrimonio, y abordan las afirmaciones de los hombres sobre las malas cualidades que aportan las mujeres a la unión conyugal. La Derechura corrige el concepto con ejemplos de mujeres que amaron a sus maridos y actuaron virtuosamente, y señala que no se ocupará de las mujeres malas «porque no representan la naturaleza femenina, sino a su perversión.» (XIII). 
Esta defensa tan apasionada del matrimonio responde a la postura humanista y laica que defendía el matrimonio frente al celibato. Por lo tanto, defender el matrimonio era algo asociado a la defensa de las mujeres.
Otro de los temas fundamentales de esta parte es la educación de las mujeres. Christine misma se pone como ejemplo y argumento. (XXXVI).​
Esta parte se cierra con Christine dirigiéndose a las mujeres y pidiéndoles que oren por ella mientras continúa su trabajo con la Justicia para completar la ciudad.

Mujeres nombradas

Estas son las mujeres nombradas en la Parte II.

Sibilas: Sibila Eritrea, la Sibila de Cumas Amaltea
Débora
Isabel
La reina de Saba
Casandra
Basina de Turingia
Carmenta
Teodora
Dripetina
Hipsípila
La virgen Claudina
La Caridad romana
Griselda
Hipsicratea
Triaria
Artemisa I de Caria
Argía
Agripina la Mayor
Julia (hija de Julio César)
Emilia Tercia
Jantipa
Pompeya Paulina
Sulpicia
Mujeres lacedemonias que salvaron a sus maridos de la ejecución
Porcia de Catón
Curia (esposa de Quinto Lucrecio)
Cornelia
Andrómaca
María, madre de Jesús
Estatira II
Bitia
Judit
Ester
El rapto de las sabinas
Veturia
Clotilde
Catula
Santa Genoveva
Hortensia
Novella d'Andréa
Susana
Sara
Rebeca
Rut
Penélope
Mariana
Antonia la Menor
Sulpicia
Lucrecia
Quiomara
Hipona
Mujeres sicambrias o merovingias
Virginia
Octavia
Antonia, hija de Claudio.
Mujeres malvadas: Atalía; Jezabel; Brunegilda de Francia
Florencia la romana
La mujer de Bernabó de Génova
Leena
Dido
Medea
Tisbe
Hero
Gismunda de Salerno
Isabetta de Mesina
La dama de Fayel
La castellana de Vergi
Isolda
Deyanira
Juno
Europa
Yocasta
Medusa
Helena de Troya
Políxena
Claudia Quinta
Blanca de Castilla
Busa de la Cannas pullesa
Marguerite, Madre de la Rivière
Isabel de Baviera
Juana de Armagnac
Valentina Visconti
Margarita de Baviera
María de Berry
Margarita de Borgoña
Isabel de Valois
María de Saboya
Ana de Borbón

Parte III

En la Parte III, la Justicia se une a Christine para «añadir los últimos retoques» a la ciudad, como traer una reina para gobernarla, que será la Reina del Cielo: la Virgen María. Además, la Justicia nombra a Christine 25 santas, mártires en su mayoría, para que acompañen a la Virgen y sean ejemplo de «fuerza y constancia para padecer horrendos sufrimientos en defensa y gloria de su fe» (III).
Concluye su obra Christine con otro discurso dirigido a todas las mujeres en el que anuncia el final de la obra de la Ciudad de las Damas. Les suplica que defiendan y protejan la ciudad y que sigan a su reina, y les dice que la ciudad será su refugio y además un baluarte para defenderse de los ataques de sus enemigos (XIX).

Mujeres nombradas
Estas son las mujeres nombradas en la Parte III.

La Virgen María
Las hermanas de la Virgen María, y María Magdalena
Catalina de Alejandría
Margarita de Antioquía
Santa Lucía
Martina
Santa Lucía, diferente de la anterior
Santa Benedicta
Santa Fausta
Cipriano y Justina
Eulalia
Macra
Santa Fida
Marciana de Mauritania
Eufemia
Teodosiana, Bárbara y Dorotea
Santa Cecilia
Inés de Roma
Águeda de Catania
Cristina de Bolsena
Mujeres que fueron obligadas a mirar mientras sus hijos eran martirizados: Felicia, Julita y Blandina
Marina, virgen
Eufrosina de Alejandría
Anastasia
Teodota
Santa Natalia de Nicomedia
Santa Afra
Mujeres que sirvieron a los apóstoles: Drusiana, Susana, Maximilia, Efigenia, Helena de Adiabene, Plautilla o Plautilia,​ y Basilisa.

Fuentes

La obra, aunque pueda parecer de carácter enciclopédico, es decir, una acumulatio al estilo de Bocaccio, es más bien una compilatio, muy popular en el siglo XV, procedimiento que consistía en redactar un texto nuevo a partir de otros. Por ello, el conjunto de sus fuentes es muy complejo: Platón, Aristóteles, Cicerón, Virgilio, Ovidio, Suetonio y Plinio el Viejo. También hay alusiones bíblicas, historias marianas y alusiones a autores medievales. Así que no se puede hablar de una única fuente.
El título de la obra parece evocar De civitate Dei, de San Agustín, por el título y por el paralelismo de los autores en su defensa: él, de los cristianos; ella, de las mujeres.​ Además, cita textualmente el tercer verso del Salmo 87 (86):
 «gloriosa dicta sunt de te civitas Dei».

No obstante, su principal fuente de información fue De mulieribus claris (Acerca de las mujeres ilustres), de Giovanni Boccaccio, posiblemente en la versión francesa: Des claires et nobles femmes.39​

Este texto fue un tratado biográfico sobre antiguas mujeres famosas. Pizan también citó el Decamerón de Boccaccio en las últimas etapas de La ciudad de las damas. El cuento de Gismunda y el de Isabetta, por ejemplo, se citan como procedentes de esa obra.
Pero es importante señalar que frente a Bocaccio, que defiende el orden natural, Pizan defiende el orden social; de ahí su enumeración de mujeres que han contribuido al progreso de la humanidad.
También se puede ver la influencia de Boccaccio en la postura de Pizan ante la educación femenina. En la historia de Rea Silvia, Boccaccio aboga por el derecho de las mujeres jóvenes a elegir una vida secular o religiosa. Afirma que es perjudicial colocar a las jóvenes en los conventos mientras son «ignorantes, jóvenes» o están «bajo coacción»
Boccaccio afirma que las niñas deben «educarse bien desde la infancia en el hogar de los padres, se les debe enseñar la honestidad y el comportamiento digno de elogio». Luego, cuando crezcan y sepan lo que es, por su propia voluntad algunas «eligen la vida monástica». Boccaccio cree que a las jóvenes se les debe enseñar acerca de la vida y las virtudes antes de que se consagren a Dios.
Si bien no dice que las mujeres deberían tener una educación formal, aboga para que las mujeres tengan voz en sus vidas y el derecho a estar bien informadas sobre su posible futuro. Por lo tanto, la idea de Boccaccio de educar a las jóvenes en la vida secular y religiosa podría haber sido un trampolín para la idea de Pizan de la educación femenina. 
Sin embargo, según Margaret L. King y Albert Rabil Jr., la actitud de Boccaccio era «sexista porque elogiaba los valores tradicionales de castidad, silencio y obediencia en las mujeres y representaba a las mujeres en la esfera pública como sufrimiento y como forma de castigo por trascender los límites».
El texto de Boccaccio se usa principalmente para las Partes I y II del libro, mientras que la Parte III depende más de Le Miroir historial (1333), de Jean de Vignay.​ Ese texto es la traducción francesa de los relatos históricos de Speculum Maius, una enciclopedia que comenzó Vincent de Beauvais después de 1240. De hecho, como le parece imposible enumerar todas las mujeres, dice:
 «Si quieres saber más solo tienes que consultar el Speculum Historiale», aunque no nombra al autor. (Parte III, IX).

Se puede establecer también una comparación con la obra de Chaucer La leyenda de las mujeres buenas o La leyenda de las mujeres virtuosas (The Legend of Good Women), que tal vez leyera Christine.

Temas

Hay tres temas principales en el conjunto de historias de La ciudad de las damas:
 «la calumnia al sexo femenino, la necesidad de educación de la mujer y el enriquecimiento de la vida espiritual como liberación». 
Se agrupan las historias dependiendo del origen de la personalidad o del vicio o la virtud al que estén asociadas de forma común.
Christine quiere hacer tomar conciencia de las mujeres como colectivo que debe crecer dignamente siendo más fuerte en su día a día. Para ello, ofrece esa larga exposición de modelos positivos, como un speculum en el que mirarse, a la manera de los tratados tradicionales de educación.

Proyección

La autora quería que su obra tuviera difusión. Para ello la ofreció a personajes de alto rango. Se conservan 26 manuscritos.​

  

Christine de Pizan en su estudio. Miniatura de su obra Cien baladas.

Temas / Edad Media.

PIONERA DE LA IGUALDAD.

christine de pizan, una feminista del siglo xv.

Tras enviudar, y con tres hijos a su cargo, esta mujer de letras vivió de su pluma y se hizo famosa por su reivindicación del saber y la dignidad de las mujeres mucho antes de la llegada de los masivos movimientos feministas de siglos posteriores.

Annalisa Palumbo
Actualizado a 05 de septiembre de 2023

"la primera vez que vemos a una mujer tomar su pluma en defensa de su sexo" fue en la Francia del siglo XV. 

Así lo aseguraba Simone de Beauvoir, en su ensayo El segundo sexo, uno de los textos fundamentales del feminismo moderno. Esa primera feminista de finales de la Edad Media era Christine de Pizan, poeta y erudita que defendía ideas tan "revolucionarias" como que la inferioridad femenina en realidad no era natural y que si las niñas tuvieran una educación igual a la de los niños "aprenderían y entenderían las dificultades y las sutilezas de todas las artes y las ciencias tan bien como los hombres".

HIJA DE UN ERUDITO.

A mediados del siglo XIV vivía en Venecia un médico originario de Bolonia, llamado Tommaso da Pizzano. Reconocido como estudioso y hombre sabio, llegó a ocupar el cargo de consejero de la Serenísima. Tommaso era un astrólogo reputado en toda Europa, hasta el punto de que dos monarcas europeos lo invitaron a prestar sus servicios: Carlos V, rey de Francia, y Luis el Grande, rey de Hungría. Quizá fue la reputación de intelectual y de amante de la cultura del rey Carlos lo que convenció a Tommaso de viajar a su corte. Su decisión fue acertada: lo recibieron con todos los honores y durante años gozó en Francia de una excelente posición económica y social.
Tommaso llegó junto a toda su familia, su esposa y sus tres hijos: Cristina, Paolo y Aghinolfo, nacidos todos en Venecia. Hombre de mente abierta, Tommaso se opuso a las opiniones más tradicionales de su esposa y decidió proporcionar unaeducación formal no sólo a sus hijos varones, sino también a su primogénita. Así, Christine, además de aprender a leer y a escribir, recibió lecciones de historia, filosofía y medicina. Con el tiempo también dispuso de libre acceso a la biblioteca del palacio real del Louvre, fundada por el propio Carlos V, germen de la actual Biblioteca Nacional de Francia.


ESCRITORA PRECOZ

Desde muy joven, Christine demostró dotes literarias particulares y compuso canciones y baladas que deleitaban a los miembros de la corte. Su padre, cada vez más cercano al rey Carlos V, hizo lo posible para que, al llegar a la edad de casarse, la joven pudiera contraer un matrimonio ventajoso. En 1380, a los 15 años, Christine se casó con Étienne de Castel, notario y secretario del rey, al que Tommaso eligió tanto por su posición como por su carácter. Y tenía razón al alentar la unión de ambos jóvenes. Fue un matrimonio feliz del que nacieron tres hijos: dos niños y una niña. Pero, por desgracia, en pocos años la suerte de Christine cambió.
En 1380, Carlos V murió y lo sucedió su hijo, Carlos VI, que apenas había cumplido once años. Francia se encontraba en plena guerra de los Cien Años y el país no podía ser dirigido por un niño. El gobierno fue confiado a los cuatro tíos del rey, que tenían que restituir el poder a su sobrino al cumplir los 14 años. Sin embargo, lo conservaron hasta que Carlos VI lo recuperó por la fuerza, con 21 años.
A las dificultades públicas se sumaron las de carácter privado. En efecto, Christine perdió en pocos años a su padre, que murió en 1387, y a su marido, que falleció en 1390 a causa de una epidemia. Con 25 años, Christine se encontró viuda, con tres hijos y una madre a los que cuidar. Sus hermanos no podían ayudarla, porque entretanto habían regresado a Italia. Las estrecheces económicas la sumieron en una situación casi desesperada. Parecía que la única solución posible para Christine era volverse a casar con un hombre que le aportara estabilidad.

Quizá pensaba que no sería feliz con otro que no fuera Étienne, o quizá no quería depender de nadie, pero eligió el camino menos convencional: el de enfrentarse por sí misma a la situación y hacer todo lo posible para asegurar el bienestar económico de su familia. 
"Tuve que convertirme en un hombre", escribió sobre su obligación de mantener a sus hijos y a su madre. 
Así, al cabo de poco tiempo se hizo cargo de un taller de escritura, un scriptorium, en el que supervisaba la labor de los maestros calígrafos, encuadernadores y miniaturistas.
En su tiempo libre, sin embargo, seguía escribiendo. Consciente de que su situación era precaria, envió baladas y sonetos a todos los personajes influyentes de la época. Apreciados por todos los que los leían, sus textos le depararon jugosas recompensas por parte de sus patronos y se convirtieron pronto en su único sustento. En consecuencia, su producción literaria aumentó y su nombre se hizo famoso en toda Europa. En solo dos años compuso El libro de las cien baladas y recibió encargos de Felipe II de Borgoña y Juan de Valois, los hermanos del soberano, e incluso de la reina consorte Isabel de Baviera.

Por entonces, a principios de 1400, Christine participó en uno de los debates más célebres de la historia literaria francesa: la llamada Querelle de la Rose. El centro de la polémica era un largo poema alegórico, el Roman de la Rose, escrito casi un siglo antes y que en algunos pasajes relegaba a la mujer a objeto de deseo que servía sólo para complacer y satisfacer los instintos masculinos. Christine se convirtió en portavoz de las críticas a esta obra, lanzando así en la corte francesa un debate más general sobre la condición de la mujer y su igualdad con el hombre. 
En opinión de Christine, la inferioridad femenina en realidad no era natural, sino cultural. Si las mujeres quedaban relegadas a las cuatro paredes domésticas y no recibían educación, ¿cómo podían aspirar a los logros que conseguían los hombres?

Christine insistía en que las mujeres se veían limitadas por sus dificultades para acceder a la educación en igualdad con los hombres

LA CIUDAD DE LAS DAMAS

"Si fuera habitual mandar a las niñas a la escuela y enseñarles las ciencias con método, como se hace con los niños, aprenderían y entenderían las dificultades y las sutilezas de todas las artes y las ciencias tan bien como los hombres", escribió Christine en el libro La ciudad de las damas (1405), quizá su obra más conocida.
 En esa obra, deseosa de demostrar que la falta de formación era el único límite del género femenino, creó una ciudad ficticia regida por Razón, Rectitud y Justicia, y habitada sólo por mujeres, damas no por su sangre sino por su espíritu noble.
Dentro de las murallas de esta "ciudad de las damas", Christine reunió a mujeres que, con su saber, su comportamiento o su fe, habían hecho contribuciones significativas al crecimiento y el desarrollo de la sociedad. Entre ellas estaban la poeta Safo; Dido y Semíramis, fundadoras de Cartago y Babilonia, o Lucrecia, la matrona romana que decidió suicidarse tras ser violada por el hijo del último rey etrusco de Roma. 
Guerreras, mártires, santas, poetas, científicas o reinas: Christine reunió a las mujeres de la historia y de la mitología en una ciudad para demostrar que la opresión del hombre era la única y verdadera causa de la inferioridad femenina. 

"No todos los hombres (sobre todo los más inteligentes) comparten la opinión de que es malo educar a las mujeres. Pero es cierto que muchos hombres estúpidos lo afirman, ya que no les gusta que las mujeres sepan más que ellos", sostenía.

ÚLTIMOS AÑOS

Christine escribió sin interrupción durante años, a menudo sobre el recuerdo de la juventud perdida y sobre la situación de las viudas, pero también sobre los cambios de la fortuna, la política y la sociedad. Entre las decenas de textos que produjo, firmó una biografía de Carlos V encargada por su hermano, Felipe de Borgoña. Pero la situación política no era nada prometedora. Enrique V de Inglaterra invadió Francia en 1415, y Christine, que por primera vez no se sentía segura en París, decidió dejar la ciudad. 
No se planteó abandonar su país adoptivo: aunque se definiera como italienne, alejarse de la tierra que la había acogido desde niña le parecía casi una traición. Así que prefirió refugiarse en un convento, probablemente en Poissy, donde años antes su hija había tomado los hábitos. Allí se quedó más de una década.
Cansada y profundamente afectada por la situación que estaba viviendo el país, dejó de escribir durante un largo período, y sólo interrumpió su silencio literario para escribir una obra religiosa y un poema sobre Juana de Arco, el único texto escrito mientras la doncella de Orleans aún vivía. "El sol volvió a brillar", escribió Christine a propósito de la irrupción de Juana en 1429. Ella, sin embargo, se extinguió al año siguiente.

  

Obras de Christine de Pizan.



Aunque Christine de Pizan ha pasado a la historia especialmente por su trabajo La Ciudad de las Damas del que luego nos ocuparemos, numerosos intelectuales han reivindicado el valor de otras muchas obras de Pizan que han pasado mucho más desapercibidas. Entre ellas podemos señalar:

Epístola del dios del Amor

Obra literaria de carácter moral donde rechaza a los falsos amores y amantes, quienes prometen y luego no dan.

Dechado de Poissy y Debate de los dos amantes

Al año siguiente, en 1400, escribe dos ensayos sobre el sentido del amor cortés. En ellas se planteó el papel de la mujer en las composiciones poéticas y cómo éstas le afectaban.

Las epístolas de Otea a Héctor (L'Épistre de Othéa a Hector)

Se trata de una colección de 90 cuentos alegóricos que Christine escribe en 1400 como modelo de enseñanza de un adolescente que ha de convertirse en un ideal caballero. Se trata de un libro cuidadosamente ilustrado por lo que Christine debió contar con miniaturistas. Sus enseñanzas morales se basan en que el aspirante a caballero debe buscar la perfección mediante la fe, la razón y la educación.
Para esta obra, Christine utiliza como personaje moralizador a la diosa Othea que se dirige en verso a Héctor para fortalecer su vocación caballeresca dándole el ejemplo de cien personajes mitológicos. Más tarde, ya en prosa, explica sus recomendaciones como una lección moral y de alegoría cristiana.

El Libro del largo camino de estudio

Escrito entre 1402 y 1403, incide en modo alegórico sobre la cuestión del buen gobierno, que solo los príncipes y el rey pueden decidir según el dictado de la razón.

El Libro de la mutación de la fortuna

Obra poética realizada entre 1400 y 1403, donde explica las razones que la llevaron a dedicarse a la profesión de la escritura. También aborda la vida de personajes de la Antigüedad hasta Alejandro.

Libro de los hechos del sabio rey Carlos V

El hermano del fallecido Carlos V, Felipe II de Borgoña, pide a Pizan una elegía sobre una persona que la escritora conoció bien durante los dulces años de su juventud. Christine escribe esta monografía halagadora y detallada en 1404 titulada "Le livre des faits et bons moeurs du sage roi Charles V" situando al antiguo monarca como modelo de buen gobierno. El resultado fue muy positivo para ella puesto que la recompensa económica fue grande y además se le dio un estudio propio en la Biblioteca Real.

El Libro de la Ciudad de las Damas

Sin duda es su obra más conocida por su orientación positiva hacia el papel de las mujeres en las sociedad. Este texto publicado en 1405 es una obra alegórica inspirada en el libro "De claris mulieribus", escrita por Giovanni Boccaccio en el siglo XIV y que trata de una colección de biografías de mujeres virtuosas -tanto históricas como mitológicas-
En la Ciudad de las Damas, Pizan evoca princesas virtuosas, admitidas en la ciudad construida por la razón, la justicia y la rectitud. Este trabajo es un buen ejemplo de la técnica literaria que empleó mayoritariamente Christine de Pizan: la compilación, consistente en reunir las fuentes, fusionarlas y así crear un nuevo trabajo.

Lamentaciones sobre la Guerra Civil y EL Libro de la Paz

En 1410 se desata una guerra civil en Francia, por lo que Christine publica estos dos libros.

Canción en honor a Juana de Arco

En 1421 ingresa en el Convento de Poissy y pocos años más tarde escribe un apasionado libro dedicado a la grandeza de Juana de Arco: "Le Ditie de Jehanne d'Arc" exaltando el triunfo de la Doncella de Orleans en el longevo conflicto entre Francia e Inglaterra durante la Guerra de los Cien Años.

Querella de las Mujeres

Con su obra La Ciudad de las Damas, Christine de Pizan va a dar un gran impulso a la llamada Querella de las Mujeres, debate histórico y literario que comienza en la Edad Media pero que continúa hasta épocas posteriores, que trata sobre la naturaleza, posición y esencia  de la mujer, determinando el lugar que ésta debía ocupar en la sociedad y la familia.
En la Querella de las Mujeres participaron mujeres de diferentes clases sociales, entre ellas pensadoras, intelectuales y gobernantes, que rechazaron las teorías que situaban por cuestiones biológicas a la mujer por debajo del hombre.

Christine de Pisan e Isabel de Bavaria

Paradójicamente, lo que no supo en vida la gran Christine de Pizan es que la Edad Media, periodo en el que escribió sus bellas obras literarias y en defensa de las mujeres, habría de desembocar en el llamado Renacimiento que fue una época mucho menos propicia para su sexo que la ignorantemente denostada época medieval.


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