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Libro de Proverbios, 8 20, de la Biblia. "Yo camino por la senda de la justicia, por los senderos de la equidad."

viernes, 15 de junio de 2012

90.-EI Modi (Libro de literatura erótica renacentista).-a

Luis Alberto Bustamante Robin; Jose Guillermo Gonzalez Cornejo; Jennifer Angelica Ponce Ponce; Francia Carolina Vera Valdes;  Carolina Ivonne Reyes Candia; Mario Alberto  Correa Manríquez; Enrique Alejandro Valenzuela Erazo; Gardo Francisco Valencia Avaria; Alvaro Gonzalo  Andaur Medina; Carla Veronica Barrientos Melendez;  Luis Alberto Cortes Aguilera; Ricardo Adolfo  Price Toro;  Julio César  Gil Saladrina; Ivette Renee Mourguet Besoain; Marcelo Andres Oyarse Reyes; Franco Gonzalez Fortunatti; Patricio Ernesto Hernández Jara;  Demetrio Protopsaltis Palma; Katherine Alejandra Del Carmen  Lafoy Guzmán; 

Introducción.





La literatura erótica es un género literario en el cual los textos se relacionan, directa o indirectamente, con el erotismo y el sexo. Cuando las escenas son explícitas deja de ser erotismo, en cuyo caso se le considera literatura pornográfica. El erotismo usa metáforas para hacer referencia a la relación sexual sin la necesidad de ser explícito. En el caso de la literatura pornográfica el mensaje es más directo, llegando a mencionar posiciones y partes del cuerpo.

Dentro de este género pueden encontrarse habitualmente novelas de ficción de contenido erótico, historias cortas o cuentos, poesía, obras de teatro, memorias y manuales de sexo.

Historia

El erotismo y el sexo han estado asociados a la sociedad y la cultura del hombre desde los inicios de los tiempos, y el caso de la literatura no es una excepción, si bien a menudo se ha visto sometida a la censura por considerarse un tema reprobable o pecaminoso. Asimismo, también es frecuente la alusión al sexo o pasajes eróticos englobados dentro de obras mayores, no como tema principal de la obra, sino como capítulos aislados que contribuyen al devenir de la narración o al desarrollo de personajes. Así, por ejemplo, es posible encontrar fragmentos claramente eróticos en obras como el Quijote de Cervantes o el Ulises de James Joyce, sin que por ello se considere a estas obras dentro del género.

Erotismo literario en la antigüedad

Ya en el Antiguo Egipto, se redactaron tratados acerca del sexo, en ocasiones meras recopilaciones de posturas sexuales, como por ejemplo en el papiro de Turín,​ donde se detallan las variantes del acto amatorio. Aunque poco se conserva de la época, sí se han salvado algunos fragmentos, como por ejemplo en el papiro de Leide, donde se propone la "confección de una imagen del amor".
La literatura antigua relativa al erotismo se caracteriza principalmente por la unión entre lo divino y lo terrenal. Son frecuentes las alusiones a los dioses y los cultos a la fecundidad y al falo. Las obras se encuadran habitualmente en manuales de posturas sexuales, poesía y obras de teatro. Aparte de tratar la heterosexualidad, son frecuentes también las referencias al sexo oral y al lesbianismo. Las hetairas, mujeres que elevan la práctica del amor a la categoría de arte, fueron autoras propias de tratados sobre dichas prácticas, pudiéndose enunciar los tratados de Artyanassa, vieja servidora de Helena, de Filenis de Samos y los de Elefantis. No en pocas ocasiones, el erotismo literario va asociado a la comedia o se asocia con la sátira y la crítica social.

Los primeros escritos de literatura erótica se remontan a la Antigua Grecia, en torno al año 400 a. C., cuando el dramaturgo Aristófanes escribió la obra de teatro Lisístrata. De alrededor del año 300 a. C. datan los obscenos poemas satíricos de Sótades, que llegaron a acarrearle la prisión por las críticas hacia la unión de Ptolomeo II con su hermana Arsinoe. Durante un tiempo se identificó incluso como literatura sotádica a la propia literatura erótica.6​ Hacia el siglo II a. C. se atribuye a Luciano la escritura del libro pornográfico más antiguo, Los diálogos de las cortesanas. Es Luciano, precisamente, quien emplea por primera vez el término del lesbianismo para definir la homosexualidad femenina.

La Antigua Roma también es rica en este género literario, cultivado entre el siglo II a. C. y principios del siglo I. A esta época pertenecen los Priapeos o Priapeya, una serie de poemas acerca del dios Príapo. Aparte de los acercamientos al género de autores como Marcial, Juvenal, Plauto, Catulo​ y Horacio, caben destacar El arte de amar, de Ovidio, El Satiricón,​ de Petronio y El asno de oro, de Apuleyo, como obras más relevantes de la época.

En la Antigua China, durante el período Han (alrededor del año 200 a. C.) circularon diversos manuales didácticas sobre la práctica sexual, siguiendo la fórmula literaria del diálogo entre un Emperador y sus preceptos o profesores sexuales.

En el siglo IV, apareció en la India el Kámasutra, el más famoso y universal de los manuales de sexualidad. Escrito por Mal-la Naga Vatsiaiana como un texto religioso dirigido al pueblo, la obra es un compendio de técnicas y consejos en las artes amatorias, que van desde el erotismo y la sensualidad más sutiles hasta una descripción detallada y gráfica de posturas sexuales para el acto de la cópula.
Procedente del Oriente medio musulmán es la obra medieval Las mil y una noches, del siglo IX, en la cual se trata el tema de la infidelidad.También de origen musulmán es El jardín perfumado, de Cheik Nefzaoui, un manual al estilo del Kama sutra.​ Un segundo manual surgió en la India aproximadamente hacia el siglo XV o XVI, el Ananga Ranga, de Kalyana Malla, con una serie de consejos para evitar la monotonía en el matrimonio e impedir la separación entre hombre y mujer.

La Edad Media y el Renacimiento

La Edad Media fue una época difícil para el erotismo y la sexualidad en general, y la literatura se vio también influenciada por ese hecho. En el siglo XII surge el ideal del amor cortés,​ basado en un amor servicial y desinteresado que idealiza a la mujer amada. Algunas obras englobadas dentro de este estilo son Lancelot de Chrétien de Troyes, Tristán e Isolda de Gottfried von Strassburg, el Roman de la Rose de Guillaume de Lorris y Jean de Meun y Vita nuova y la Divina Comedia de Dante Alighieri.

La literatura erótica cobró cierta importancia en Italia con la llegada del Renacimiento. Giovanni Boccaccio fue el autor del Decamerón (1353), obra que narraba las hazañas de los monjes seduciendo monjas en los conventos. El libro fue prohibido en muchos países. Aún cinco siglos después, diversas copias del texto fueron destruidas en países como Estados Unidos o Inglaterra; entre los años 1954 y 1958, magistrados ingleses dieron ocho órdenes de destrucción del libro.
​ Otra obra italiana importante del siglo XV fue Facetiae o Facecias de Gian Francesco Poggio Bracciolini, una colección de historias breves donde los argumentos en torno a la lujuria son grandes protagonistas. Girolamo Morloni retrató las costumbres sexuales de Nápoles en Novellae (1520) y Pietro Armino cautivó a los lectores con comedias y sonetos lujuriosos y la obra Razonamiento, en la que da habida cuenta de las perversiones de la época. Todavía en Italia, destacan también la figura de Antonio Beccadelli, cuya obra de mayor fama, Hermaphroditus (1425) evocaba al erotismo de la obra de Catulo y Marcial, así como de los priapeos. Esta obra no escapó tampoco a la censura cristiana debido a su obscenidad. Otros ejemplos de la época dentro del mismo género son los poemas eróticos de Eustache Deschamps, el libro De amore de Andreas Capellanus y los Cuentos de Canterbury de Geoffrey Chaucer.

En Francia comienza también a notar la influencia de la literatura erótica en la figura de Antoine de la Sale, al cual pertenecen las obras Le Petit Jehan de Saintré (1456), en la cual una mujer viuda adoctrina a un joven caballero en todas las artes de la religión, la cortesía y la caballería, sin dejar de lado la seducción y el amor, y Les Quinze Joyes de mariage (Los quince chistes del matrimonio), donde con un lenguaje vívido y natural describe las miserias del matrimonio.

Un intento de imprimir material erótico provocó un escándalo cuando los italianos Pietro Aretino y Marcantonio Raimondi produjeron I Modi en 1524, un libro ilustrado con 16 posturas sexuales. Raimondi ya había llegado a publicarlo una vez antes, y fue posteriormente encarcelado por el papa Clemente VII, destruyéndose todas las copias de las ilustraciones. Raimondi basó los grabados en una serie de pinturas eróticas que Giulio Romano estaba haciendo por encargo para el Palazzo del Te en Mantua. Aunque las dos representaciones eran muy similares, solo Raimondi fue procesado porque sus grabados podían ser vistos por el público. 
Romano no supo de estos grabados hasta que Aretino fue a ver las pinturas originales mientras Romano estaba trabajando en ellas. Aretino compuso entonces dieciséis sonetos explícitos («tanto en tu conejo como en tu trasero, mi polla me hará feliz, y a ti feliz y contenta») para acompañar las pinturas y asegurar la excarcelación de Raimondi. I Modi fue entonces publicado por segunda vez, con los poemas y las ilustraciones, siendo la primera vez que se combinaban textos e imágenes eróticos, aunque el papa requisó de nuevo toda las copias que pudo encontrar. Raimondi eludió esta vez la prisión, pero la censura fue tan eficaz que ninguna copia original ha sido hallada nunca. El texto conservado es solo una copia de una copia que fue descubierta 400 años después.
 Entre los discípulos de Aretino de puede encontrar a Lorenzo Veniero, autor de La puttana errante, y a Nicollo Franco, autor de La priapea, donde se burla de los usos sexuales del maestro.

En la península ibérica se pueden destacar las Cantigas de escarnio y mal decir,6​ en gallego portugués y el Libro de buen amor del Arcipreste de Hita,16​17​ donde el autor narra los hechos de su vida amorosa durante la Baja Edad Media. Un poco más adelante, inmersos en el Siglo de Oro español, se pueden citar las obras de La Celestina, donde se cuentan los aconteceres de una alcahueta y La lozana andaluza de Francisco Delicado,16​ donde se describen el mundo de la prostitución en la Roma renacentista. No obstante, multitud de escritores dedicaron algún verso al erotismo y la sexualidad a pesar del puritanismo reinante de la época, como Quevedo o Góngora, aunque generalmente son más aportaciones aisladas que tramas centrales.

Siglo XVI y XVII, la liberación erótica

Durante el siglo XVI, la herencia medieval se hará notar en una de las literaturas más ricas de Europa, la francesa, conociendo obras maestras del género como Pantagruel (1532) y La Vie très Horrificque du Grand Gargantua (1534), de Rabelais, escritos que parodian los excesos del amor sensual y el libertinaje.​ En este mismo contexto, el grupo de poetas conocido como La Pléyade también aborda la poesía amorosa de carácter libidinoso. Destaca la obra Sonnets pour Hélène, de 1578, donde Pierre de Ronsard trata el tema del amor prohibido de un hombre de avanzada edad por una joven doncella.

Inspirada en el Decamerón de Boccaccio, Margarita de Navarra escribió el Heptameron (1558), una colección de 72 historias cortas que versan sobre los temas del amor, la lujuria, la infidelidad y otras materias románticas y sexuales.

En el siglo XVII comenzaron a circular numerosos ejemplos de literatura pornográfica o erótica, impresos principalmente en Ámsterdam y pasados de contrabando a los demás países europeos. Entre estos se cuentan L'Ecole des Filles, una obra francesa impresa en 1655 que está considerada entre los comienzos de la pornografía de Francia. Consiste en un diálogo ilustrado entre dos mujeres, una joven de 16 años y su más mundana prima, y sus discusiones explícitas sobre sexo. El autor permanece anónimo hasta la fecha, si bien algunos sospechosos sufrieron penas de prisión por la supuesta autoría de la obra.

Del mismo siglo data la idea del Don Juan, personaje masculino seductor y osado que nunca encuentra satisfacción plena en sus conquistas, razón por la cual se embarca una y otra vez en la tarea de la seducción, renunciando al amor.

Giovanni Benedicti Sinibaldi realizó una de las primeras incursiones en las raíces de la sexología, con su obra Geneanthropeia (1669), con más intenciones que rigurosidad.

En Francia, destaca la figura de Pierre de Brantôme, el cual presentaba unos personajes inmersos en la inmoralidad más absoluta según los cánones de la sociedad. En sus manuscritos no faltan descripciones explícitas y amplias de las partes íntimas, así como alusiones a la promiscuidad, el lesbianismo, el cunnilingus e incluso el sadomasoquismo. Entre sus obras, probablemente la más obscena sea la Vida de las mujeres galantes.

En Inglaterra, el dramaturgo John Ford realizó una controvertida incursión en el incesto con su obra 'Tis Pity She's a Whore, tanto por la trama principal como por la forma en que el protagonista es tratado, no condenándose en ningún momento sus actos. Por otro lado se encuentra la obra Sodom, o la quintaesencia del libertinaje, atribuida a John Wilmot Rochester, aunque no se sabe con exactitud quien es el autor. La trama gira alrededor de la preferencia sexual de un rey por la sodomía, que podría interpretarse dentro del contexto de la época como una sátira contra la permisividad del rey Carlos II de Inglaterra con el catolicismo durante su reinado.

La Ilustración, reafirmación de la pornografía literaria

Durante la Ilustración, muchos de los librepensadores franceses empezaron a explotar la pornografía como medio de crítica y sátira social. La pornografía libertina era un comentario social subversivo dirigido a menudo contra la Iglesia católica y las actitudes generales de represión sexual. El mercado de estos panfletos baratos producidos en masa pronto pasó a ser la burguesía, haciendo que las clases altas se preocupasen, como en Inglaterra, porque la moral de las clases inferiores y los débiles mentales se corromperían, dado que las mujeres, esclavos y analfabetos eran vistos como especialmente vulnerables durante esa época.
Las historias e ilustraciones (vendidas en las galerías del Palais Royal, junto con los servicios de prostitutas) eran a menudo anticlericales, llenas de sacerdotes, monjes y monjas indecorosos, una tradición que en Francia se prolongó hasta el siglo XX. En el periodo que fue hasta la Revolución francesa, la pornografía se usó también como comentario político: María Antonieta era a menudo objeto de fantasías que incluían orgías, actividades lésbicas y la paternidad de sus hijos, y circularon rumores sobre la supuesta insuficiencia sexual de Luis XVI.
La respuesta inglesa a esto fueron las Memoirs of a Woman of Pleasure (más tarde abreviadas y retituladas Fanny Hill) escritas en 1748 por John Cleland. Aunque el texto satirizaba las convenciones literarias y las costumbres de moda en la Inglaterra del siglo XVIII, fue más escandaloso por retratar a una mujer, la narradora, disfrutando e incluso deleitándose con actos sexuales sin consecuencias físicas o morales graves.
 El texto es apenas explícito, pues Cleland escribió el libro entero usando eufemismos para los actos sexuales y las partes del cuerpo, usando hasta 50 diferentes solo para aludir al pene. 
Dos pequeños terremotos fueron atribuidos al libro por el obispo de Londres y Cleland fue arrestado y brevemente encarcelado, pero Fanny Hill siguió publicándose y es uno de los libros más reimpresos en idioma inglés. Sin embargo, no fue legal poseer una copia en los Estados Unidos hasta 1964 y en el Reino Unido hasta 1970.

Al igual que sucede con las críticas y las sátiras al gobierno, en ocasiones el erotismo también se funde con la filosofía, como demuestra la obra Teresa, filósofa, atribuida al Marqués d'Argens, donde se intercalan pasajes cargados de erotismo y provocación con lecciones acerca de filosofía. Enmarcada dentro de lo que podría denominarse novela pornográfica, fue una de las obras más difundidas en su época en Francia.

Un tema recurrente con la llegada del libertinaje ilustrado es el de las orgías. Andréa de Nerciat destacó en este aspecto con las obras relacionadas Las Afroditas y El diablo en el cuerpo. Un hecho importante acerca de la obra de De Nerciat es la carencia de pretensiones ideológicas y políticas, tratándose de relatos de puro entretenimiento y pasión. Esta tendencia más adelante será la seguida en los años venideros. La época también fue cuna de numerosos fetiches o desviaciones sexuales. Nicolás Edme Restif de la Bretonne, por ejemplo, entre sus obras aparece el fetichismo acerca de los pies o los zapatos, y el conde de Mirabeau volvió a hacer incursión en el tema de la iniciación sexual de jovencitas en The Lifted Curtain or Laura's Education.

Durante y tras la Revolución francesa se imprimieron las famosas obras del Marqués de Sade, que a menudo fueron acompañadas por ilustraciones y sirvieron de comentario político o filosófico para su autor.​ No obstante, el Marqués marcó un hito en la historia de la literatura erótica y es principalmente conocido por sus obras en el género. Abiertamente libertino, su oposición a toda ley y su particular visión del mundo le valieron algunos años en prisión. Precisamente durante su estancia en la Bastilla, comenzó a escribir la que es una de sus obras más importantes, Los 120 días de Sodoma,​ donde narra cómo cuatro adinerados encerrados en un castillo deciden poner en práctica, abusando de su situación, las historias más depravadas oídas, frecuentemente unidas a una violencia exacerbada. No en vano, el sadismo hereda su nombre del apellido del Marqués. 
Otra obra del Marqués es Justine o los infortunios de la virtud, donde narra la vida de dos hermanas huérfanas que escogen dos caminos muy diferentes, una acogida al culto religioso y la otra entregada al vicio y la perversión. Las obras de Sade también contribuyeron en cierto modo a la transformación del género, pasando de la crítica hacia la clase política hacia la crítica de la sociedad en general.

Siglo XIX, puritanismo inglés y apogeo del erotismo en Centroeuropa

Hacia el siglo XIX surge una nueva corriente, el Romanticismo, que idealiza el dolor y el sufrimiento psíquico, así como el amor pasional. Esta nueva corriente lidiaba a menudo con las fronteras entre lo permisible y lo prohibido, aun sin llegar a la obscenidad de épocas anteriores. Gustave Flaubert, por Madame Bovary, y Charles Baudelaire, por Las flores del mal, llegaron a ser enjuiciados. Menos controvertidas fueron otras obras clásicas del período, como Cumbres Borrascosas, Jane Eyre o Anna Karenina. Este subgénero concreto terminará derivando en lo que se conocerá como novela rosa.

En la época victoriana en Inglaterra, al mismo tiempo, cobraron fuerza los textos eróticos con una característica relación entre maestro y sirviente. En su literatura se refleja en obras como Venus, maestra de escuela, o los juegos de la flagelación, de George Cannon o The Meny Order of St. Bridget, de James Berttram. Sin embargo, las obras eran más comúnmente anónimas y de fecha incierta, con casos como The Lustful Turk (1828), The Way of a Man with a Maid, A Weekend Visit, The Romance of Lust (1873), The Autobiography of a Flea (1887), Beatrice, Venus in India (1889), Raped on the Railway (1894), Flossie, A Venus of Fifteen (1897) y My Lustful Adventures.

Pero la literatura erótica más salvaje también continuó en el siglo XIX. El autor austríaco Leopold von Sacher-Masoch se hizo un hueco en la historia a partes iguales por el escándalo y el éxito generados en Francia de su obra La venus de las pieles (1870), en la cual sienta las bases de lo que más adelante se terminará conociendo como masoquismo, en honor a su propio apellido, consistente en ser azotado, hacerse atar y ser humillado por la pareja. Autores que siguieron su estela son Richard Brohmek y Fedor Essée, siempre con la mujer vista desde un punto de dista dominante y cruel, con la figura del hombre dominado y sumiso.

A finales de siglo, surge el nombre del dramaturgo Arthur Schnitzler, que proclama durante varias de sus obras la supremacía del instinto sexual sobre las convenciones sociales. Su obra más polémica fue La ronda, un ciclo de diez piezas dramáticas de un solo acto, cada una formada por una pareja de amantes, de tal forma que uno de los integrantes de la pareja repite en dos escenas consecutivas, en una especie de danza de emparejamientos sexuales. 

A primeros del siglo XX, llegaron a venderse más de 40 000 ejemplares en Alemania, antes de que se prohibiera la obra. Los intentos de representación de la misma también fueron objetivo de censura y prohibiciones. Otra novela erótica de gran importancia en Alemania fue Josephine Mutzenbacher, considerada como un clásico pornográfico. 
Publicada anónimamente, se atribuye su creación a Felix Salten. La historia es narrada bajo el punto de vista de una prostituta vienesa de 50 años, que rememora sus escapadas sexuales entre las edades de 5 y 12 años. El libro toca casi todos los posibles tabúes relativos al sexo, como la prostitución infantil, el incesto, la homosexualidad, la violación o las orgías. Anecdóticamente, Felix Salten es el autor del clásico infantil Bambi.

Siglo XX y actualidad

El inglés D. H. Lawrence es el autor de uno de los libros más polémicos de la primera mitad del siglo XX, El amante de Lady Chatterley (1928), que narra el descenso al adulterio de una mujer con un sirviente durante la ausencia de su marido, destinado en la Primera Guerra Mundial. En la obra se describen detalladamente las relaciones sexuales de los amantes, las cuales simbolizan y glorifican la fuerza del amor, que no entiende de barreras sociales clasistas. Asimismo, la obra ha sido también estudiada como un texto anti-feminista, como un elogio al triunfo del falo.
En España, un célebre y exitoso escritor de novelas eróticas fue el Caballero Audaz. Apareció vinculado a una corriente de novela erótica de principios de siglo y logró en vida tiradas millonarias, al punto que, casi cien años después, no hay problema para encontrar ejemplares en el mercado del libro usado.
Otro autor controvertido de inicios de siglo es Henry Miller, con sus obras Trópico de Cáncer (1934) y Trópico de Capricornio (1938), prohibidas en múltiples países.​ Miller encumbra la pornografía (entendida desde su significado griego original, como la relación con las prostitutas), describiéndola como una nueva religión. Emmanuelle Arsan, autor de Emmanuelle, y Dominique Aury, autora de Historia de O, también inciden en la misma ensalzación del mundo de la prostitución.
Georges Bataille, con el libro titulado La historia del ojo (1928), publicada bajo pseudónimo, exploró las sensaciones y las relaciones sexuales entre dos adolescentes de tendencia exhibicionista. Durante la obra se afrontan aspectos como la muerte o la locura, siempre relacionados con los devenires sexuales de la pareja protagonista. El sexo en grupo, el erotismo de los fluidos o la unión entre religión y sexo son otros temas tratados en la obra. Una importante característica del libro es que incluía diversas ilustraciones explícitas.

Anaïs Nin fue una de las primeras representantes de la literatura erótica femenina. Conocida por sus diarios, que cuentan su vida detallada desde los 12 años, Nin ha tocado multitud de temas eróticos en sus obras, como el incesto, el voyeurismo y el lesbianismo.
Vladimir Nabokov es principalmente conocido por ser el autor de Lolita (1955), una obra que trató el espinoso tema de la relación entre una joven menor de edad y un hombre maduro, obsesionado por las ninfetas (niñas sexualmente deseables de entre 9 y 14 años).​ La obra, tachada de pornográfica cuando se publicó en Francia, fue adaptada al cine por Stanley Kubrick en 1962 y más tarde por Adrian Lyne en 1997. Sin embargo, el impacto de la novela en la sociedad fue enorme, habiendo trascendido el título del libro, considerándose como un término ligado a la pedofilia.
Otros autores significativos del siglo XX son Guillaume Apollinaire, Louis Aragon, Jean Genet, conocido por sus escritos sobre homosexualidad, Pierre Louÿs, autor de la parodia Manual de urbanidad para niñas, la poeta surrealista Joyce Mansour, Mario Vargas Llosa, con Travesuras de la niña mala, de sinopsis similar a la Cenicienta, o J. G. Ballard, autor de Crash (1973), una novela en la que se aborda la relación entre el deseo sexual y los coches, adaptada al cine en 1996 por David Cronenberg.
Una de las obras clave de la literatura erótica de la segunda mitad del siglo XX es, sin duda, Historia de O. Publicada bajo el pseudónimo de Pauline Réage, la obra fue concebida como una serie de cartas de amor a su amante Jean Paulhan, admirador del trabajo del Marqués de Sade. Se trata de una historia de absoluta sumisión, donde la protagonista, es iniciada en las artes sexuales a modo de esclava, siempre disponible para las relaciones sexuales de todo tipo. Ambientada en el mundo BDSM, varios términos del mismo provienen del libro, como Samois.
A finales del siglo XX y principios del XXI, los libros eróticos narrados a modo de autobiografía femenina cobran cierta fama. Las edades de Lulú,​ de Almudena Grandes, la controvertida Cien Cepilladas antes de Dormir, de Melissa Panarello, que trata la sexualidad extrema durante la adolescencia, o Diario de una ninfómana (2003), de Valérie Tasso, son algunos ejemplos de ello. De las últimas décadas, la novela erótica más destacada, sin duda ha sido la trilogía Cincuenta sombras de Grey, escrita por E. L. James.
En Italia, la escritora Una Chi (pseudónimo de Bruna Bianchi) obtuvo mucha notoriedad con una escritura culta y su análisis frío.




Los Modi.


Edición en Español  de Giulio Romano (Author), 
Marcantonio Raimondi (Author), & 4 más


Los Modi y los Sonetos lujuriosos 
(La Biblioteca Azul serie mínima)
 (Spanish Edition) 
Tapa blanda – 
1 Octubre 2008


Los Modi fueron inicialmente un conjunto de dieciséis dibujos realizados por Giulio Romano que representaban otras tantas parejas en diferentes posturas sexuales. En 1524 fueron grabados al buril por Marcantonio Raimondi y sirvieron para ilustrar una serie de sonetos erótico-burlescos de Pietro Aretino. La edición inicial fue secuestrada y destruida por orden papal, y sólo quedan de ella algunos ecos o trasuntos visuales posteriores: el ejemplar mutilado de una tosca edición del siglo XVI y las copias que hizo en el XIX el conde de Waldeck.
 Esta es la primera vez que se publican ordenadamente estos y otros materiales junto a los poemas de Pietro Aretino. También es una primicia el estudio de todo ello dentro de la cultura artística renacentista. Los Modi constituyeron un hito en la historia de la representación del cuerpo humano y merece la pena rescatarlos del estrecho marco que le habían venido prestando hasta ahora las historias del erotismo.




Los Modi son dieciséis dibujos que representan varias posturas amorosas que Giulio Romano (artista cercano a Rafael) hizo en Roma hacia 1524. Casi immediatamente fueron estampados al buril por Marcantonio Raimondi, y el temido publicista Pietro Aretino escribió unos sonetos erótico-burlescos para acompañar las imágenes. 
Nada de ello ha sobrevivido, ya que la publicación suscitó una furibunda reacción papal que se tradujo en el encarcelamiento del grabador y en la destrucción de la edición. El único ejemplar existente, denominado comúnmente “Toscanini” se considera el vestigio de una edición clandestina hecha en una fecha y lugar inciertos. Sus grabados en madera parecen mediocres trasuntos de la obra de Raimondi, pero pese a su pobre calidad constituyen un testimonio precioso de la cultura figurativa del Renacimiento.


Nos encontramos en el año 1524, en pleno Renacimiento, un escándalo sacude toda Italia, en todas las ciudades italianas sólo se habla de una cosa, de una veintena de dibujos de carácter erótico (o más bien pornográficos) que circulan por la ciudad de Roma. Los dibujos son de Giulio Romano, uno de los más destacados discípulos de Rafael, y en ellos, se puede ver a una pareja copulando en diferentes posturas. Romano, con el fin de sacarse un dinerillo extra cede sus dibujos al famoso grabador Marcantonio Raimondi para que los publicase y así ganarse un sobresueldo vendiendo las copias en el mercado negro.



Giulio Pippi más conocido como Giulio Romano (Roma, h. 1499-
Mantua, 1 de noviembre de 1546), fue un pintor, arquitecto y
 decorador italiano del siglo XVI, prominente alumno de Rafael, cuyas 
innovaciones en relación al clasicismo del alto Renacimiento ayudaron a 
definir el estilo definido como manierismo.


Poco se sabe de los orígenes de Giulio Pippi, uno de los más célebres representantes del primer manierismo italiano. Nació en Roma entre 1492 y 1499. Con diez años entró a trabajar en el taller de Rafael, del que en pocos años pasó a ser el colaborador principal. Auxilió al genial artista en la decoración de las Estancias del Vaticano y aunque su trabajo es difícil de discernir en el conjunto del taller rafaelesco, se le atribuye una importante colaboración en la realización de los frescos alusivos a Heliodoro, El incendio del Borgo y Constantino. Entre 1518 y 1519 se encargó, con su maestro, de la decoración de la logia del papa León X en el Vaticano. Giulio se ocupó de trasladar las escenas bíblicas que proyectaba Rafael, y de la dirección de parte de los pintores. Por esta misma época participó junto a su protector en la realización de numerosas obras de caballete. Su primera gran obra personal es la Lapidación de San Esteban (1519-21). A la muerte de Rafael en 1520, Giulio heredó la dirección del taller junto a Francesco Penni. Continuó la decoración de la Sala de Constantino en el Vaticano, para la que realizó la Batalla de Constantino, en que explota las cualidades del clasicismo de Rafael. Los estudios de Giulio para la ocasión revelan un fuerte interés por la arqueología. Al tiempo que realizaba estas obras, se ocupó del diseño de varias villas romanas para clientes de relieve como el Cardenal Julio de Médicis, futuro papa Clemente VII, para quien realizó la villa Madama. Desde 1522 el marqués y duque de Mantua, Federico II Gonzaga, requería sus servicios. En 1524, ante la perspectiva de ser encarcelado por Clemente VII por haber ilustrado los sonetos amorosos del Aretino, Giulio huyó a Mantua. Fue nombrado ministro de obras públicas y colmado de honores, por lo que ya no volvió a salir del ducado. Como fruto de este patronazgo, Giulio se ocupó de todo, construcciones palaciegas como el Palazzo Te o el Ducal, obras de ingeniería y saneamiento, o decorados de teatro y grandes programas decorativos al fresco. Acusó en estos años la influencia de Mantegna, pero, sobre todo, imitó el arte clásico. Plena de manierismo, su pintura destaca por su gran inventiva, su gusto caótico y su afición al ilusionismo en la perspectiva. Sin embargo, será más apreciado por los numerosos dibujos que realizaba como preparación, henchidos de mayor atrevimiento y habilidad técnica. Destacan entre sus obras los frescos sobre la Guerra de Troya y la Historia de Diana, así como los frescos de tema mitológico del Palazzo Te. Falleció en Mantua el 1 de noviembre de 1546. Sus trabajos influirán en otros artistas como Tiziano así como en los autores del clasicismo barroco del siglo XVII fue decisiva, en especial a través de los numerosos grabados que circularon realizados a partir de sus dibujos.

Marcantonio Raimondi, o simplemente Marcantonio (Sant'Andrea
 in Argini o Molinella, cerca de Bolonia; c. 1480 - Bolonia; c. 1534), 
fue un grabador italiano.

Marcantonio Raimondi, o simplemente Marcantonio (Sant'Andrea in Argini o Molinella, cerca de Bolonia; c. 1480 - Bolonia; c. 1534), fue un grabador italiano.
Es conocido por ser el primer impresor de grabados en serie, cuyo grueso de trabajo consistió principalmente en impresiones reproduciendo pinturas renacentistas. Raimondi se convirtió en pieza clave en el auge de las estampas de reproducción, lo que extendió el estilo del Renacimiento por toda Europa y en especial el arte de Rafael. También sistematizó una técnica de grabado que se convirtió en la más utilizada en Italia y el resto de países.

Grabador, nacido en Bologna en 1475 (¿1480?); murió allí en 1530 (¿1534?). Estudió con el orfebre y cincelador Francia, y después a menudo firmó su obra M-A.F., la F refiriéndose a su maestro. Su primera plancha (1505), “Píramo y Tisbe” muestra un sombreado de orfebrería. Su primer estímulo artístico vino de ver las planchas de Durero, alguna de las cuales copió (1506) con tal perfección que se vendieron como  originales. Censurado por el Senado de Venecia a demanda de Durero, el joven a continuación añadió sus propias iniciales a las de Durero. De Lucas de Leyden también aprendió mucho; su buril ganó en suavidad al grabar la obra de Perazzo.  Asimilando rápidamente y simplificando siempre, el “Marte y Cupido” (1508) de Marcantonio lo revela maestro de la técnica y de estilo acabado. Hacia esta época, Raimondi partió para Roma deteniéndose en Florencia para esbozar el cartón (perdido) de Miguel Angel “Los escaladores”, que después grabó en Roma (1510). Viendo un ensayo de éste, Rafael exclamó: “¡Es el más exquisito que nunca haya visto y que nunca pueda verse!”. Los dos artistas se hicieron amigos y la siguiente obra de Raimondi fue “La muerte de Lucrecia” de Rafael. Ésta y posteriores planchas muestran los oscuros que se hacen menos dramáticos y al buril que trabaja más “abierto”. Rafael le encargó mucho a Raimondi, no dándole nunca un cuadro acabado sino un esbozo dibujado a lápiz o pluma, sabiendo que el tratamiento y elaboración apropiados vendrían de su grabador, y de ahí que haya a menudo una notable discrepancia entre un óleo de Rafael y un grabado de Raimondi sobre el mismo. Los éxitos de Marcantonio en Roma igualaron los de Rafael; Durero escribió pidiendo ensayos de su mano y los grabadores alemanes acudían en tropel para estudiar con él. Romano y Aretino le indujeron posteriormente a grabar planchas obscenas o sugestivas, por las que fue encarcelado por el Papa Clemente VII, quien, sin embargo, lo liberó varios meses después a petición del Cardenal de Medici. En 1527, durante el saco de Roma se dice que escapó, dejando una fortuna y sus planchas en manos de los vencedores. Algunas fuentes afirman que murió cuatro años antes de esto, con el corazón destrozado por la muerte de Rafael. Raimondi abrió un nuevo territorio al buril- la reproducción; inspiró el más amplio seguimiento que tuvo nunca un grabador y dibujó tan bien como da Vinci o Rafael. “Su sentimiento era noble, su gusto puro” (Delaborde); su estilo, simple y sobrio, su modelado de las figuras, maravilloso, y fue el primer grabador que omitió detalles. De la textura, tono y color local de los grabadores modernos no tuvo indicios. Raimondi grabó unas seiscientas planchas. Las mejores son: “Adán y Eva” (probablemente la más exquisita) la “Virgen con el brazo desnudo”; la “Matanza de los Inocentes”; “La Plaga”; “El Juicio de Paris” (con un vestigio de sombreado de orfebrería)

HIND, A Short History of Engraving and Etching (Nueva York 1908); DELABORDE “La Gravure” (Paris s.f.); LIPPMAN, Engraving and Etching (3ª ed., Nueva York, 1910)   

LEIGH HUNT
Transcrito por Thomas M. Barrett
Dedicado a las ánimas del Purgatorio
Traducido por Francisco Vázquez



Pietro Aretino (Arezzo, 19 de abril de 1492 - Venecia, 21 de octubre
 de 1556) fue un poeta, escritor y dramaturgo italiano.


Pietro Aretino

(Arezzo, 1492 - Venecia, 1556) Escritor italiano. Tras una inquieta adolescencia y parte de su juventud vivida en Roma, donde fue protegido por los papas León X y Clemente VII, inició su carrera de escritor escandaloso por las cortes de Europa; Carlos V y Francisco I se disputaron los favores de su incisiva pluma. Dentro de su vena calumniadora destacan las Pasquinadas y los Juicios. Son célebres sus Sonetos lujuriosos, compuestos para acompañar los dibujos de Giulio Romano. También escribió para el teatro piezas como La cortesana (1526) o El hipócrita (1542), que hacen un retrato de los vicios. Sus Diálogos (Ragionamenti, 1534-1538) fueron traducidos al castellano en 1548 con el título de Coloquio de las damas.

Nacido en una familia humilde, Pietro Aretino se trasladó siendo aún adolescente a Perusa, donde se inició en la pintura, aunque con poca fortuna, y en la literatura, publicando su primera colección de versos, Opera nova (1512). En 1517 marchó a Roma y allí consiguió entrar en la corte de Agostino Chigi, un rico mercader y banquero, y luego en la del papa León X. Enseguida se dio a conocer como autor de sátiras, de textos escandalosos y de feroces pasquines que le hicieron muy popular, entre ellos sus Pronósticos (1521-1522), una especie de calendarios de la época, las Lettere volanti (1522), de argumento político, o los Sonetos lujuriosos (1525), de tono erótico y lascivo.
Sin embargo, también se ganó numerosos enemigos y por ello, a pesar de contar con protectores como Julio de Médicis, que se convirtió luego en el papa Clemente VII, en 1527, después de sufrir un intento de asesinato, decidió abandonar Roma y trasladarse a Venecia. En el ambiente más libertario y tolerante de esta ciudad encontró el lugar adecuado para su temperamento y allí se quedó el resto de sus días. Obtuvo protección y asignaciones económicas de las personalidades más importantes, como el dux Andrea Gritti, Alejandro de Médicis, Francisco I de Francia o Carlos V, pero también de numerosos príncipes, señores y cortesanos que deseaban ser elogiados y exaltados en sus escritos y, al mismo tiempo, evitar ser objeto de sus satíricos ataques.
En Venecia conoció también a los literatos y artistas más importantes de su tiempo, como Tiziano, Miguel Ángel, con el que mantuvo una intensa relación epistolar, o Ariosto, que llegó a definirlo como "el flagelo de los príncipes". El mejor testimonio de sus vivencias en ese período se halla en los Ragionamenti (1538), en los que utiliza el género típicamente renacentista del diálogo para exponer de manera algo obscena la vida amorosa y galante de las cortes, y en los seis volúmenes de las Cartas (1538-1557), que representan uno de los documentos más interesantes de la vida y la cultura del siglo XVI y que, al estar escritas en forma de "artículos", han sido consideradas como la primera manifestación, aunque embrionaria, del periodismo.
A lo largo de su carrera literaria Pietro Aretino cultivó numerosos géneros, entre ellos el religioso, en obras como La humanidad de Cristo (1535), Génesis (1538), Vida de la Virgen María (1539) o Vida de Santo Tomás (1543), todas con una gran tensión verbal y un cierto estilo prebarroco. Produjo también distintas rimas de amor, como La Marfisa (1535) o Las lágrimas de Angélica (1538), y dos parodias de heroicos poemas caballerescos, Orlandino (1540) y Astolfeida (1547).
Pero donde sus dotes literarias alcanzaron las cotas más altas fue en cinco de sus comedias: La cortesana (1526), Il marescalco (1533), La Talanta (1542), El hipócrita (1542) y El filósofo (1546). Su originalidad reside en que no están inspiradas en los modelos clásicos, que era lo habitual en aquellos tiempos, sino en la observación de la vida real, por lo que están repletas de escenas costumbristas y manejan un lenguaje muy variado. Compuso una única tragedia, La Horacia (1546), que figura entre las obras más importantes del teatro trágico italiano del siglo XVI.
Por su pose antiliteraria y nada pedante, por su orgullo de hombre hecho a sí mismo sin haber seguido estudios regulares y por su singular experiencia autobiográfica, pero también por su exuberancia verbal y su capacidad para la inventiva y la polémica, Pietro Aretino fue un escritor muy apreciado por los autores románticos. Su espíritu libre y despreocupado lo llevó no solamente a escribir sátiras violentas y textos obscenos, sino también a oponerse ferozmente a los dictámenes del clasicismo del siglo XVI, por lo que fue considerado el prototipo del llamado "antirrenacimiento".

Clemente VII (Florencia, 26 de mayo de 1478 -
Roma, 25 de septiembre de 1534) fue el papa n.º 219
de la Iglesia católica, de 1523 a 1534.

Papa Clemente VII
(JULIO DE MEDICIS)

Nace en 1478, fallece el 25 de Septiembre de 1534. Julio de Médicis nace meses antes a la muerte de su padre Giuliano, asesinado en Florencia, en medio de los disturbios posteriores a la conspiración de Pazzi. Aunque sus parientes no estaban propiamente casados, se alega que se habían desposado “per sponsalia de presenti”, por ende, Julio, en virtud de un conocido principio del Derecho Canónico fue declarado hijo legitimo. El joven fue educado por su tío, Lorenzo el Magnifico. Se le nombro Caballero de Rodas y Gran Prior de Cápua. Con la elección de su primo Juan de Médicis al papado como León X, súbitamente se convierte en una persona de gran consecuencia. Fue nombrado cardenal el 28 de Septiembre de 1513, y tuvo el crédito de ser el mayor procurador de las políticas papales durante todo el pontificado de León X. Era uno de los candidatos favoritos en el cerrado conclave que resulto en la elección de Adrián VI. Aun así, y a pesar de su cercana relación con el lujoso régimen de León X, el Cardenal de Médicis no perdió influencia bajo el austero sucesor. Julio, según un historiador moderno era, “educado, inteligente, respetable e industrioso, aunque poco emprendedor y menos decidido” (Armstrong, Charles V, I, 166). Posterior a la muerte de Adrián (14 de Septiembre de 1523), el Cardenal de Médicis es eventualmente elegido Papa, el 18 de Noviembre de 1523, y su elección fue celebrada en Roma con entusiasmo y júbilo. Pero el temperamento de los romanos fue solo uno de los elementos del complejo panorama que Clemente VII enfrento. La situación política y religiosa era extremadamente delicada, y era dudoso que hubiese uno en diez mil hombres capaces de guiar la Barca de San Pedro a través de tan tempestuosas aguas contando únicamente con su tacto y sentido de prudencia. Ciertamente, Clemente no era tal hombre. Desafortunadamente el se desarrollo dentro de las peores tradiciones de la diplomacia italiana, y sobre todo tenia cierta fatal irresolución de carácter que lo movía a deshacer los términos acordados y a renegociarlos nuevamente.


Los primeros años de su pontificado estuvieron enfocados en las negociaciones que culminaron con la formación de la Liga de Coñac. Cuando Clemente fue electo, Francisco I y el emperador Carlos V estaban en Guerra. Carlos V había apoyado la elección de Clemente y esperaba mucho de su amistad con el de Médicis. Pero ya al año de su elección el nuevo pontífice había concluido un tratado secreto con Francia. La aguda batalla entre Francisco y las fuerzas imperiales en Pavía (Febrero de 1525), culminaron con la derrota y la cautividad del Rey de Francia, dándole a Carlos la oportunidad de vengarse. Pero este utilizó su victoria con moderación. Los términos del tratado de Madrid (14 de Enero de 1526), no eran extravagantes, pero aparentemente Francisco los firmó con la intención de no cumplir sus promesas, aunque confirmó la mayoría con solemnes juramentos. El que Clemente se hiciera participe de la perfidia del rey francés, organizara una liga con Francia, Venecia y Florencia la cual se firmó en Coñac el 22 de Mayo de 1526, sin este aceptar los acercamientos de Carlos V, ciertamente debe de haber sido considerado por este una imperdonable provocación. Indudablemente Clemente era motivado por un patriotismo genuino y su desconfianza con la influencia del emperador en Italia, y especialmente la ansiedad por su natal Florencia. Mas aún, le irritaba la noción de pérdida de libertad de la Iglesia. Pero aunque posiblemente temía que los lazos se le hubiesen estrechado, es difícil visualizar que él haya tenido base alguna para querellarse. No nos podemos sorprender de lo que aconteció. Los delegados de Carlos, no logrando avances con el Papa, se aliaron con Colonna, un desafecto que había estado saqueando los terrenos papales. Estos pretendieron una reconciliación hasta que los comandantes del papales fueron movidos a un sentido de seguridad. Entonces, el 20 de Septiembre de 1526, Colonna súbitamente atacó Roma, acorralando a Clemente en el castillo de San Ángelo, mientras sus huestes saquearon el Vaticano. Carlos denuncio la acción de Colonna, pero le sacó ventaja al éxito logrado por este. Le sigue un periodo de vacilación. En un momento Clemente logro una tregua con el emperador, luego se torna desesperadamente hacia la Liga, posteriormente dado a un leve éxito rompe las negociaciones con los representantes imperiales y resume actividades hostiles, y finalmente firma una tregua con Carlos por ocho meses, donde promete el pagó inmediato de 60,000 ducados como indemnización.


Mientras tanto los mercenarios alemanes en el norte de Italia eran rápidamente reducidos por falta de provisiones y paga. Al enterarse de la indemnización de 60,000 ducados amenazaron amotinarse, por ende los comisionados reales obtuvieron del papado el pago total de 100,000 ducados. Pero el sacrificio fue fútil. Es probable que los Lansquetes, muchos de los cuales eran luteranos, se descontrolaron, y forzaron al alguacil Borbón que estaba al mando, a movilizarlos contra Roma. El 5 de Mayo llegan a sus murallas, y dada a la confianza papal en el acuerdo logrado, estaban casi indefensos. Clemente apenas pudo refugiarse en el Castillo de San Ángelo, y por ocho días el “Saqueo de Roma” continuo en medio de horrores sin paralelo en la historia de las guerras. “Los luteranos”, según una fuente imparcial, “se gozaron en quemar y desacrar aquello que el mundo adoraba. Iglesias fueron desacradas, mujeres y aun las religiosas ultrajadas, embajadores saqueados, cardenales secuestrados, se burlaron de los dignatarios y las ceremonias religiosas, y los soldados pelearon entre si por los despojos" (Leathes in "Camb. Mod. History", II, 55). Parece probable que Carlos V no estaba verdaderamente implicado en los horrores que sucedieron. Pero no tuvo objeción a que el papa cargara con las consecuencias de su ambigua diplomacia, y permitió que permaneciera virtualmente como un prisionero en el Castillo de San Ángelo por más de siete meses. La ambivalencia de Clemente ya había ofendido a los otros miembros de la liga, y sus pedidos no fueron cálidamente correspondidos. También, el necesitaba desesperadamente el apoyo imperial para enfrentar a los luteranos en Alemania y para reinstalar a los de Médicis en el gobierno de Florencia, del cual habían sido expulsados. El efecto combinado de estos factores y el fracaso de los intentos franceses en Nápoles moverían a Clemente al ruedo del emperador. Luego de estadías en Orvieto y Viterbo, Clemente retorna a Roma, y para finales de Julio de 1529, términos favorables a la Santa Sede fueron acordados con Carlos V. El acuerdo fue sellado el 24 de Febrero de 1530 en Bolonia donde Carlos fue solemnemente coronado. Cualesquiera que hallan sido los motivos que motivaron al papa, este acuerdo ciertamente le dio a Italia una muy necesitada paz.


Mientras tanto, eventos totalmente inesperados estaban sucediendo en Inglaterra. Enrique VIII, cansado de la Reina Catalina, con quien no tenia un sucesor al trono, mas que una hija, Maria, estaba apasionadamente enamorado de Ana Bolena, y en Mayo de 1527 le informó a Wolsey que deseaba divorciarse. Pretendía, ya que en su conciencia le preocupaba el matrimonio contraído con la viuda de su hermano mediante una dispensa papal., deseaba primeramente solicitar a la Santa Sede una dispensa del impedimento de afinidad en primer grado, una vez le hubiesen otorgado el divorcio. Esto era necesario por el impedimento de un matrimonio legal entre el y Ana, ya que había tenido relaciones carnales con Maria, la hermana de Ana. Sus escrúpulos de conciencia no podían ser muy sinceros. Más aún, ya que la Reina Catalina solemnemente juró que el matrimonio entre ella y Arturo, el hermano mayor de Enrique, nunca se consumó, por ende nunca hubo alguna afinidad entre ella y Enrique más que el “impedimentum publicæ honestatis”. La paciencia el rey era tal que sin este darle su total confianza a Wolsey, envía súbitamente a Knight como mensajero a Roma para que el Papa anulara su matrimonio. Knight halló que el Papa estaba prisionero en San Ángelo, y no pudo hacer mucho hasta que visitó a Clemente, luego que este escapó a Orvieto. Clemente estaba deseoso de gratificar a Enrique, y no le hizo muy difícil la dispensación contingente de afinidad. Sin duda este considero que no tendría consecuencia práctica alguna sino hasta la cancelación de su matrimonio con Catalina. Pero enfrentado al asunto de darle asignarle una comisión a Wolsey para tratar el caso de divorcio, el Papa tomo una postura más firme. El Cardenal Pucci, al que se le sometió un borrador del proceso de divorcio, declaró que el mismo reflejaría descrédito para con todos los concernidos. Una segunda misión a Roma organizada por Wolsey, la cual consistía de Gardiner y Foxe, inicialmente tampoco fue muy exitosa. Una comisión fue otorgada, y llevada a Inglaterra por Foxe, pero fue estructurada de forma tal que la hacía prácticamente inconsecuente. La actitud de hostilidad que Gardiner tuvo hacia el Papa aparentemente excedió todos los limites de la decencia, pero Wolsey temeroso de perder el favor del rey, le urgió e imploró que obtuviera una “Comisión de Decretos”, a cualquier costo. Este instrumento previamente decidiría los puntos de la ley y exenta de apelaciones, dejaba en manos de Inglaterra el otorgar los hechos. Aparentemente Clemente se inclinaba contra esto, pero finalmente accedió a otorgar una comisión secreta a los Cardenales Wolsey y Campeggio para que ambos trataran el caso en Inglaterra. La comisión no había de ser revelada a nadie, ni saldría de las manos de Campeggio. No se conocen los términos exactos de la misma. Pero si seguía los borradores preparados en Inglaterra, esta establecía que la Bula de dispensación otorgada por Julio para el matrimonio de Enrique con la esposa de su fallecido hermano debería de ser declarado indecente y por ende nulo, si los comisionados hallaban que los motivos alegados por Julio eran insuficientes y contrarios a los hechos. Por ejemplo, se pretendió que la dispensa era necesaria para cementar la amistad entre Inglaterra y España, también que el joven Enrique deseaba el matrimonio, etc.


A finales de Septiembre de 1528, Campeggio llega a Inglaterra pero los procesos del tribunal fueron detenidos por la presentación de una segunda dispensa otorgada por el Papa Julio. Esto era doblemente importante. La comisión creada por Clemente otorgaba a Wolsey y a Campeggio el pronunciarse sobre la suficiencia de motivos alegados en cierto documento en especifico, la Bula. Pero la dispensa no estaba contemplada y por ende estaba fuera de su comisión. Mas aún, la dispensa no limitaba los motivos para otorgar la dispensa a alegaciones especificas, pero hablaba de "aliis causis animam nostram moventibus". La aparición de la dispensa, ahora reconocida como autentica, aunque los partidarios del rey la consideraban una no genuina, detuvo los procesos de la comisión por ocho meses. Al final, por presiones de Carlos V, al que su tía Catalina había apelado vehementemente por su apoyo, así como al Papa, la causa fue revocada a Roma. No hay duda que Clemente demostró mucha debilidad en las concesiones que hizo a las demandas Inglesas. Pero hay que recordar, primero, que en su decisión sobre los puntos de ley las bases técnicas para tratar la dispensa como indecente eran serias. Segundo, que en otorgar el honor de la Santa Sede a Campeggio, Clemente sabía que lo hacia con un hombre de principios excepcionalmente elevados.


Es difícil decir cuanto influencio Carlos V en la resistencia que presento el Papa. Pero es claro que su propio sentido de justicia lo dispuso completamente a favor de la Reina Catalina. Consecuentemente Enrique cambia sus motivos y demuestra cuan profundo era el abismo que le separaba de la Santa Sede. Entonces argumenta que un matrimonio con la esposa de un hermano fallecido excedía la autoridad de una dispensa papal. Clemente ripostó pronunciando una censura contra aquellos que amenazaban con hacer que un tribunal ingles decidiera la validez del divorcio del Rey, y prohibía a Enrique contraer otro matrimonio previo a una decisión de Roma. Por su parte el Rey en 1531 extorsionó del clero ingles una vasta suma de dinero bajo el pretexto de penalidades de “præmunire” en que ellos habían incurrido al reconocer el legado papal, y seguidamente prevaleció en el Parlamento para prohibir el pago de los annates a Roma bajo ciertas condiciones. Otros eventos le siguieron. La muerte del Arzobispo Warham (22 de Agosto de 1532), le permiten a Enrique el otorgarle a Cranmer el Obispado de Canterbury, y por la intersección del Rey de Francia se le concede, el “pallium” siendo otorgado a este por Clemente. Casi inmediatamente posterior a su consagración, Cranmer procede a pasar juicio sobre el divorcio, mientras Enrique había contraído matrimonio secretamente con Ana Bolena, el cual Cranmer declaró valido en Mayo de 1533. Posteriormente Ana Bolena es coronada el 1 de Junio. Mientras tanto los Comunes habían prohibido todas las apelaciones a Roma y tomaban penalidades de “præmunire” contra todos que introducían bulas papales en Inglaterra. Fue solo entonces que Clemente finalmente lanza una sentencia de excomunión contra el rey, a su vez declarando nulo e invalido el pretencioso decreto de Cranmer que validaba el divorcio del rey y su nuevo matrimonio. El nuncio papal fue retirado de Inglaterra y se rompieron las relaciones diplomáticas con Roma. Enrique apeló a un concilio general y en Enero de 1534, el Parlamento aprobó más legislación que abolía toda la dependencia eclesiástica de Roma. Pero fue en Marzo de 1534, que el tribunal papal finalmente decide sobre el asunto originalmente presentado por el rey, y declara que el matrimonio entre Enrique y Catalina era inequívocamente válido. Mucho se le ha culpado a Clemente por su lentitud y las concesiones en el asunto del divorcio. De hecho se le ha acusado de perder a Inglaterra de la Fé Católica, debido al estimulo que le dio a Enrique. Pero es extremadamente dudoso que una postura más firma hubiese logrado un resultado más beneficioso. El rey estaba determinado en su propósito y Clemente tenia como principio el no ceder en el punto vital en que todo el asunto se centraba.


Con respecto a Alemania, aunque Clemente nunca rompió la amistad que había cementado con Carlos V en la coronación en Bolonia (1530), nunca le otorgó al emperador la cordial cooperación que pudo haberle superado una situación de extrema dificultad y peligro la cual Clemente probablemente nunca comprendió. Particularmente el Papa parecía tenerle horror a la idea de convocar un Consejo General ya que indudablemente preveía graves dificultades con Francia si realizaba tales esfuerzos. La cosas no mejoraron cuando Enrique, a través de su enviado Bonner encontró a Clemente visitando al rey francés en Marsella, y le planteo su apelación a un Consejo General para atender el asunto del divorcio.


En los aspectos eclesiásticos el pontificado de Clemente no tuvo mancha. Dos reformas franciscanas, la de los capuchinos y la de los recoletos, tuvieron en el un patrón favorable. El fue muy genuino en la cruzada contra los turcos, y otorgo mucho estimulo a las misiones en el extranjero. Como patrón del arte, fue muy afectado por el saqueo de Roma y los otros desastrosos eventos de su pontificado. Pero estuvo atentamente interesado en el arte, y según Benvenuto Cellini poseía un gusto excelente. Con la comisión dada a este artista para el famoso frente-abroche del cual tanto vemos en su autobiografía, se convierte en el forjador de la fortuna de Benvenuto. (Ver CELLINI, BENVENUTO.) Clemente también fue un consecuente patrón de Rafael y de Miguel Ángel, quien pintó el gran fresco “El Juicio Final” en la Capilla Sixtina, por ordenes suyas.

En el veredicto sobre el carácter del Papa Clemente VII, casi todos los historiadores coinciden. Primero fue un príncipe italiano, un de Médicis, y diplomático, luego un líder espiritual. Sumamente inteligente, pero su diplomacia era débil e irresoluta. Por otro lado, su vida privada era irreprochable. Aunque tuvo muchos y excelentes impulsos, y a pesar de sus buenas intenciones, todas la cualidades de heroísmo y grandeza enfáticamente le deben de ser negadas.

PASTOR, Geschichte der Päpste (Freiburg, 1907), IV, pt. II; FRAIKEN, Nonciatures de Clément VII (Paris, 1906–); IDEM in Mélanges de l'école française de Rome (1906); GAIRDNER, The New Light on the Divorce of Henry VIII in English Histor. Rev. (1896-1897); EHSES, Römische Dokumente zur Geschichte der Ehescheidung Heinrichs VIII. (Paderborn, 1893); THURSTON, The Canon Law of the Divorce in Eng. Histor. Rev. (Oct., 1904); Am. Cath. Quart. (April, 1906); HEMMER in Dict. de théol. cath., in which and in PASTOR a fuller bibliography will be found.

HERBERT THURSTON Transcrito por W. G. Kofron En agradecimiento a la Iglesia de Santa Maria, Akron, Ohio Traducido por Anónimo de Borinquen


Juan Mateo Giberti​ o en italiano Gian Matteo Giberti (Palermo,
 20 de septiembre de 1495 - Verona, 30 de diciembre 1543) fue
 un clérigo italiano, obispo de la diócesis de Verona, que se caracterizó
 por su espíritu reformador en el seno de la Iglesia católica.


Gian Matteo Giberti fue cardenal y obispo de Verona; hijo natural de Francesco Giberti, un capitán naval genovés; nació en Palermo en 1495; murió en Verona el 30 de diciembre de 1543. En 1513 fue admitido en la casa del cardenal Giulio de' Medici, y progresó tan rápidamente en latín y griego que pronto se convirtió en un miembro eminente de la "Academia Romana". Más tarde fue nombrado secretario del cardenal, y León X, con quien tuvo tratos políticos, valoró mucho sus opiniones y consejos. En 1521 fue el principal intermediario con el enviado de Carlos V. Usó su gran influencia sobre el Papa para proteger y ayudar a hombres de letras en apuros. Los intelectos más selectos se reunían en su casa.

Llevaba una vida severamente religiosa, y fue miembro del Sodalitium Divini Amoris de San Cayetano y el Cardenal Caraffa. Luego de su ordenación al sacerdocio, y de la muerte de León X, su patrono, el cardenal Giulio, le envió a una misión a Carlos V, y regresó a Roma con el nuevo Papa, Adriano VI. Inmediatamente después de su elección, Clemente VII lo nombró datario (1523), y en 1524, a pedido del dux de Venecia, fue nombrado obispo de Verona. Obligado, contra su voluntad, a permanecer en Roma, se hizo representar en Verona por un celoso vicario general. Giberti fue escogido como miembro del Comité de Reforma decretado por el Quinto Concilio de Letrán, pero los acontecimientos políticos pronto pusieron fin a esas labores.

En Pavía (1525) trató de hacer las paces entre Francisco I y Carlos V. Fue a instancias suyas que Clemente VII defendió la causa de Francia; la Liga de Cognac (22 de mayo de 1526) fue también obra suya. Después del saqueo de Roma (1527) se le hizo sentir la venganza de los imperialistas; fue tomado como rehén, encarcelado y apenas escapó de la muerte. Logró escapar y se fue a Verona (1528) donde intentó dedicarse totalmente al gobierno de su diócesis. Había terminado con la político, mucho más debido a que el Papa se había pasado a la causa imperial. Sin embargo, aparecía de vez en cuando en la Curia. Paulo III lo llamó a Roma para el trabajo del Comité de Reforma; entre otras comisiones, fue enviado a Trento para hacer los preparativos para el concilio. Sus esfuerzos sabios e incansables para reformar su diócesis, cuyo clero se encontraba en un estado deplorable, fueron coronados con un éxito inesperado. En esa sede las reformas tridentinas se pusieron en vigor mucho antes de que se reuniera el concilio.

San Carlos Borromeo, antes de tomar posesión de su sede en Milán, deseaba estudiar el sistema de Giberti en Verona, y eligió como vicario general a un sacerdote de Verona entrenado en la escuela de Giberti. Su primer objetivo era mejorar el estándar del conocimiento eclesiástico. Giberti instaló una imprenta en su propio palacio, la cual produjo muchas espléndidas ediciones de los Padres griegos, en cuyos escritos era muy erudito. Reformó la escuela de coro de Verona, que había sido famosa durante mucho tiempo; Para la instrucción de los jóvenes, había impreso el catecismo conocido como "Diálogo", obra de Tullio Crispoldi (Roma, 1539). Además, en Verona reunió a su alrededor un grupo de hombres eruditos para ayudarlo en sus esfuerzos en la reforma.

Sus obras completas fueron editadas por los famosos estudiosos Girolamo y Pietro Ballerini ("Constitutiones Gibertinae", "Costituzioni per le Monache", "Monitiones generales", "Edicta Selecta", "Lettere Scelte", etc., Verona, 1733, 1740), junto con un apéndice que contiene la historia de su vida, una "Dissertatio de restitutâ ante concilium Tridentinum per Jo. Matth. Giberti ecclesiasticâ disciplina", y dos panegíricos, uno en latín por Fumani, el otro en italiano por Castiglione.



Los dibujos se extienden rápidamente por las calles de Roma, llegando incluso a los círculos más altos del Vaticano, que inmediatamente toman cartas en el asunto. El papa Clemente VII ordena al obispo Giberti destruir esos grabados incestuosos y apresar a sus autores. Giulio Romano, ya andaba lejos de Roma, pero Marcantonio Raimondi da con sus huesos en la cárcel. Gracias a las presiones e influencias de sus amistades logra salir al poco tiempo, aunque desgracidamente Giberti logra su objetivo, ya que esta primera edición es completamente destruida, haciendo quemar todos los ejemplares encontrados y destruyendo las planchas de los grabados.
Y es en este punto, donde entra en acción, nuestro siguiente protagonista, el poeta Pietro Aretino, amigo de Raimondi y Romano, y enemigo declarado del obispo Giberti, al que su ácida y satírica pluma ya había dedicado unos cuantos versos. Temerosos de volver a la cárcel, Aretino y Raimondi se instalan en Venecia, ciudad bastante más tolerante, que la corrupta e hipócrita Roma.
En la ciudad de los puentes , Aretino y Raimondi, deciden vengarse de la dura censura sufrida en Roma, publicando, en 1527, una segunda versión del 'I Modi'. Aunque esta vez será una versión mejorada, ya que los dibujos vendrán acompañaos de 16 sonetos de carácter lascivo compuestos por Aretino, los famosos 'Sonetos Lujuriosos', que otorgarán a esta segunda edición de cierto rigor 'intelectual'.

El papa, loco de ira, manda destruir todos los ejemplares impresos de esta segunda edición, aunque esta vez algunos libros consiguieron escapar de las llamas de la iglesia, seguramente guardados celosamente en bibliotecas de poderosos y ricos caballeros. Desgraciadamente, en la actualidad no se conserva ningún ejemplar completo de esta segunda edición, aunque sí que han sobrevivido algunos grabados sueltos: un grabado de la primera postura está en la Biblioteca Nacional de París, otro idéntico se encuentra en la Albertina de Viena; y una serie de grabados censurados se encuentran en el British Museum.


Grabados.

Los 18 grabados.



BIOGRAFÍA:

Pietro Aretino (Arezzo, 20 de abril de 1492 - Venecia, 21 de octubre de 1556) fue un poeta, escritor y dramaturgo italiano. 
Conocido principalmente por sus escritos licenciosos (sobre todo por sus Sonetos lujuriosos), también firmó obras moralizantes que le congraciaron con el ambiente cardenalicio que frecuentó. Es uno de los intelectuales más representativos del espíritu renacentista italiano y una de las figuras que mejor muestran la superación de la visión teológica y ética medievales. Sus escritos sobre arte y sobre Tiziano especialmente, propiciaron múltiples encargos e incidieron en el prestigio internacional de este pintor.



Giulio Pippi más conocido como Giulio Romano (Roma, h. 1499 - Mantua, 1 de noviembre de 1546) fue un pintor, arquitecto y decorador italiano del Siglo XVI, prominente alumno de Rafael, cuyas innovaciones en relación al clasicismo del alto Renacimiento ayudaron a definir el estilo definido como manierismo.
Los dibujos de Romano han sido muy buscados por los coleccionistas. Los grabados de la época sobre su obra fueron una contribución significativa para la difusión del estilo manierista en toda Europa.
Romano también diseñó tapices, y el álbum erótico "I Modi", que fue expertamente grabado por Marcantonio Raimondi, quien sufrió prisión en Roma por atentar contra la moral de la época.
Marcantonio Raimondi, o simplemente Marcantonio, (Sant'Andrea in Argini, cerca de Bolonia; c. 1480 - Bolonia; c. 1534), grabador italiano.

Es conocido por ser el primer impresor de grabados en serie, cuyo grueso de trabajo consistió principalmente en impresiones de pinturas renacentistas. Raimondi se convirtió en pieza clave en el auge de las reproducciones, lo que extendió el estilo del Renacimiento por toda Europa y en especial el arte de Rafael. También sistematizó una técnica de grabado que se convirtió en la más utilizada en Italia y el resto de países.
Sobre 1524, Marcantonio fue brevemente encarcelado por el papa Clemente VII por la realización de I Modi, conjunto de grabados eróticos sobre diseños de Giulio Romano.
Agostino Carracci o Caracci (Bolonia, 16 de agosto de 1557 - Parma, 22 de marzo de 1602), fue un pintor y grabador italiano de transición entre el Manierismo y el naciente Barroco. Seguía como ideal la naturaleza, y fue, con sus parientes Annibale y Ludovico, el fundador de una escuela que buscaba una visión más particularizada de ésta, y en cierto modo rival al estilo preconizado por Caravaggio. Este estilo pictórico, que encontró gran eco en el ambiente religioso de la Contrarreforma, se denomina clasicismo boloñés.
Fue un fecundo grabador, realizando reproducciones de obras famosas de artistas como Miguel Ángel, Tiziano, Paolo Veronese y Correggio, mostrando así su interés por los maestros del Renacimiento. Así mismo grabó unos aguafuertes eróticos, de pequeño formato y pretexto mitológico (llamados Lascivie) que recordaban a los I Modi de Marcantonio Raimondi según diseños de Giulio Romano.
A pesar de que las dos primeras ediciones del 'I Modi' han desaparecido completamente sabemos como fueron esos dibujos gracias a las copias que han sobrevivido. Una de ellas apareció en 1928, cuando Walter Toscanini, hijo de un famoso director de orquesta, encuentra un pequeño librito con copias de los dibujos del 'I Modi'. Aunque estas copias era de menor tamaño, para adaptarlas al formato del libro y de peor calidad, ya que se habían impreso mediante xilografía, técnica algo más arcaica. A pesar de su peor calidad artística este libreto permitió conocer el aspecto del libro original y la combinación de poemas y grabados.
















I Modi (Las maneras), también conocido como Los dieciséis placeres o bajo el título en latín De omnibus Veneris Schematibus, es un famoso libro erótico de la época renacentista italiana que contiene grabados de escenas explícitas de parejas en posiciones sexuales.1 La edición original fue creada por el grabador Marcantonio Raimondi (basada en una serie de pinturas eróticas que Giulio Romano realizó para el nuevo Palacio del Té, en Mantua, por encargo de Federico II Gonzaga).
 Parece que la edición original, publicada en 1524, fue completamente destruida por la Iglesia católica, aunque han sobrevivido fragmentos de una edición posterior. La segunda edición, publicada en 1527, estaba acompañada de sonetos escritos por Pietro Aretino que describían los actos sexuales mostrados. Las ilustraciones originales fueron copiadas probablemente por Agostino Carracci, que es la versión que sobrevive.


Se trata de figuras en acción en las que su autor pone en práctica las ideas del Renacimiento, al constatar los Modi la diversidad de posibilidades que tiene la figura humana para expresarse durante el acto sexual, y en definitiva, el rico lenguaje del cuerpo en acción. Ya Alberti había indicado en su Tratado de la pintura que “lo más grato en una pintura es que la actitud y el movimiento de los cuerpos sean muy diferentes entre sí”.
En los modi ninguna figura es igual a otra, hay diferentes tipos, rostros, disposiciones, se rehúye la frontalidad en pro de las visiones desde diferentes puntos de vista (una de las premisas defendidas por Leonardo)… Los modi en definitiva expresan la búsqueda de la dificultad, que se convirtió en paradigma de la nueva estética del quinientos y Giulio Romano la proyectó en el acoplamiento de la pareja.
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Las figuras de los Modi constituyen cuerpos heterosexuales desnudos, de diferentes edades en el hombre, siempre joven la mujer. Están dentro de la tipología que caracteriza la corporeidad rafaelesca de los últimos años romanos, de plástica rotundidad, con un tipo de anatomía que deja al descubierto el relieve corporal con la musculatura del suave moldeado.

Biblioteca Personal.

Tengo un libro en mi colección privada .- 



Itsukushima Shrine.


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