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miércoles, 9 de marzo de 2016

292.-El vino, según Salvador Dalí,.a


Salvador Dalí Domènech.



Biografía

Dalí Domènech, Salvador. Marqués de Púbol. Figueras (Gerona), 11.V.1904 – 23.I.1989. Pintor, escenógrafo, ilustrador, director de cine.

Históricamente asociado con la corriente surrealista, Dalí representa el arquetipo del artista polifacético espectacular contemporáneo y es considerado como una de las figuras más importantes del arte del siglo XX.

Desarrolla su actividad creadora en diversos campos a través de las fórmulas culturales más diversas: la pintura, los medios escritos (poesía, prosa, el texto autobiográfico, el teórico o el manifiesto), las artes tridimensionales (escultura, composición de objetos), el diseño (joyas, muebles, envases de perfumes y bebidas, carteles publicitarios,...), las artes gráficas (grabados, ilustraciones de libros, litografías,...), las artes escénicas (el teatro, la ópera o el ballet), el cine, o las apariciones públicas en prensa, radio, cine, publicidad, televisión,... Dominador de la técnica pictórica más depurada, especialmente el dibujo, junto con diversos lenguajes estéticos —desde el impresionismo, el cubismo, el purismo o el ultraísmo tardío con ribetes dadaístas hasta el surrealismo más radical, el hiperrealismo, el pop-art o el arte óptico—, absorberá toda influencia que le resulte útil para construir un lenguaje propio y personal, a caballo entre la tradición técnica y la vanguardia temática. Su método paranoico-crítico es su principal aportación al movimiento surrealista y a la historia del arte como un nuevo modelo creador con el que las teorías de Dalí adquieren entidad teórica —gracias a las sucesivas interpretaciones que el artista ampurdanés hizo de sus lecturas de la obra de Sigmund Freud— y práctica, aplicándolo como un líquido revelador de imágenes que pueden ser representadas plásticamente a través de imágenes múltiples, anamorfismos, espejismos relacionales, imágenes simbólicas irracionales y heterogéneas, pseudoalucinaciones, recuerdos infantiles, atavismos, ideas obsesivas [...] y recreando un método polifónico capaz de relacionar críticamente cualquier experiencia visual o sensible. Con su método, Dalí hace del delirio paranoico todo un modo de expresión no de un arte patológico, sino de un arte que nos introduce en la irracionalidad concreta que habita en todo proceso creativo, construyendo no sólo sus obras, sino también su propio personaje como artista. En Dalí, la relación entre su obra y su historia personal se hace evidente. Gran parte de los hechos biográficos más significativos para el artista están presentes implícita o explícitamente en el contenido de su obra y son la explicación de su compleja y contradictoria personalidad.

Salvador Felipe Jacinto fue el segundo hijo de Salvador Dalí y Cusí, respetable notario de Figueras, de cuarenta y un años, natural de Cadaqués —cuyos orígenes se remontan probablemente a la etnia gitana asentada en Figueras desde el siglo xiv— y de Felipa Doménech Ferrés, de treinta años, natural de Barcelona.

El primer hijo del matrimonio, también llamado Salvador, había muerto con veintiún meses cumplidos de una infección gastroenterítica, según consta en su certificado de defunción; nueve meses y diez días antes de nacer Dalí. Este hecho, destacado en 1942 en su libro de recuerdos biográficos La vida secreta de Salvador Dalí, marcará su imagen de la muerte y la putrefacción de la carne, presentes en su obra.

Hijo único hasta el nacimiento de su hermana Ana María en enero de 1908, Salvador recibe todos los cuidados y protección de las mujeres que habitan en la casa: el aya Lucía Gispert, su tierna abuela materna Ana, la hermana pequeña de su madre, Catalina, a la que todos llamaban la “tieta” y su amorosa madre.

En ese mismo año ingresa en la Escuela Municipal de Párvulos de Figueras que dirige un curioso e innovador pedagogo y ferviente discípulo de Darwin, Esteban Trayter, poseedor de una colección de objetos entre los que se encontraba un estereoscopio francés que hizo las delicias del pequeño Salvador. En la década de los setenta, Dalí incorporará esta experiencia a su obra como su última gran pasión, mediante la creación de sus pinturas estereoscópicas e hiperestereoscópicas.

En 1910, Dalí ingresa en el Colegio Hispano-Francés de la Inmaculada Concepción de los Hermanos de la Salle, conocido como Els Fossos, donde la enseñanza se imparte únicamente en francés, lo que explica que el padre de Dalí —furibundo y vehemente librepensador y gran admirador de la cultura francesa— matriculara allí a su hijo pese a su reconocido anticlericalismo.

Durante los seis años de formación en ese centro privado, Dalí aprende cultura general con resultados académicos mediocres, domina el francés hablado pero no escrito, desarrolla su timidez patológica, realiza sus primeras lecturas de arte a través de la colección Gowan’s Art Books, perteneciente a la biblioteca familiar, y aplica en sus primeros dibujos el consejo de uno de sus profesores que insistía en “no rebasar la línea” al colorearlos; pauta que Dalí aplicará técnicamente en gran parte de su obra y que recordará en un artículo suyo publicado en la revista L’Amic de les Arts de 1927 y, más tarde, en su libro 50 Secretos Mágicos para Pintar, publicado en 1948. 
En aquella época infantil también quedará grabada en su retina la impresión de algunas de las reproducciones que colgaban de las paredes del colegio, como El Ángelus de Millet, tema reiterativo y obsesivo en la obra daliniana tanto plástica como escrita. Durante esos años Dalí instala su primer estudio en la azotea de la casa, situada en la calle Monturiol, n.º 24, de Figueras a la que se habían mudado en el verano de 1912, desde donde disfruta de una magnífica vista de la llanura del Ampurdán, que queda reflejada en sus primeras obras infantiles. Cadaqués es su otro gran paisaje de referencia. A este pequeño pueblo de pescadores, cercano al cabo de Creus y de difícil acceso, acudía la familia Dalí de vacaciones desde que Salvador cumplió los cinco o seis años. Lugar clave en la inspiración de gran parte de su obra; telón de fondo de muchas de sus pinturas, de sus alegrías y dramas familiares.

Allí podía experimentar juegos visuales a través de las imágenes dobles y la transformación de sus rocas metamorfoseadas.

Allí conoció a Lidia Nogués Costa, primer ejemplo cercano e inspirador del delirio paranoico del pintor y dueña de una hospedería del pueblo en la que se habían alojado personajes notables como Picasso, André Derain o Eugenio d’Ors. Allí inicia su relación con Gala y allí establecerán ambos su residencia más estable.

En 1916 pasa un tiempo en una finca a las afueras de Figueras con la familia Pichot, intelectuales y artistas con los que descubrió su auténtica vocación. Allí se impregna de la pintura impresionista y puntillista de Ramón Pichot, vinculado a los movimientos simbolistas y modernistas catalanes y amigo de los Dalí como casi toda su familia. En otoño de ese mismo año, Dalí iniciará sus estudios secundarios en el Instituto público de Figueras que completará asistiendo al colegio de los Hermanos maristas y a las clases de la Escuela Municipal, donde el grabador y catedrático de Dibujo Juan Núñez, de formación clásica, le enseña a dominar el detalle, admirando las obras de los artistas flamencos y del renacimiento italiano, especialmente las sorprendentes fantasías de los pintores del siglo xv, como las imágenes dobles de Archimboldo que más adelante influirán en Dalí al utilizarlas como herramienta para construir algunas formas plásticas que reflejarán su método paranoico-crítico.

A partir de 1919 Dalí muestra su actividad creativa públicamente: participa en una exposición colectiva en el Teatro Municipal de Figueras (futuro Teatro- Museo Dalí), recibiendo excelentes críticas; funda con algunos compañeros del instituto la revista Studium, donde publica sus primeros escritos bajo forma de crónicas sobre sus artistas más admirados en el siguiente orden: Goya, El Greco, Leonardo da Vinci, Miguel Ángel y Velázquez; colabora en la revista humorística El sanyó Pancraci e inicia un diario personal que no abandonará hasta 1920, titulado Les meves impressions i records íntims. En este año su padre acepta la decisión de su hijo de ser pintor, con la condición de que obtenga el título de profesor. 
Pero en 1921 la tragedia y la muerte visita a la familia Dalí. Un cáncer de útero termina con el penoso y prolongado sufrimiento de la madre de Salvador y poco después morirá repentinamente Pepito Pichot, íntimo amigo de la familia. Año de importantes cambios que quedan reflejados en sus impresiones y recuerdos íntimos, así como en otros apuntes autobiográficos que se prolongan hasta 1922 y en los que expresa un giro radical, manifestando vehementemente su odio hacia el capitalismo y su convencimiento de que el país necesita una revolución marxista, así como su firme decisión de ser admirado por los demás a través de sus gestos y creaciones: 
“Seré un genio y el mundo me admirará, tal vez seré despreciado e incomprendido, pero seré un genio, un gran genio [...] En poco tiempo he avanzado mucho en el camino de la farsa y el fingimiento [...] me voy acostumbrando a ser un gran actor en esta gran comedia que es la vida [...] Estoy locamente enamorado de mí mismo”.

Es en este momento cuando Dalí empieza a admirar las corrientes vanguardistas, especialmente el cubismo y el futurismo, cuyo conocimiento obtiene de primera mano gracias a las publicaciones que le facilita regularmente su tío Anselmo Doménech, librero reconocido en Barcelona. Una nueva etapa marcará su formación; son los años 1922-1927, en los que Dalí acumula diferentes experiencias vitales de suma trascendencia para la elaboración de su propio bagaje estético y de su desarrollo creativo: su estancia en la Residencia de Estudiantes y sus contactos con la elite intelectual madrileña; sus dos expulsiones de la Academia de Bellas Artes de San Fernando —la primera el 22 de octubre de 1923 y la definitiva, el 20 de junio de 1926—; su aprendizaje en la Academia Libre de Julio Moisés durante el curso 1923-1924, donde coincide con Bores y Benjamín Palencia; su encarcelamiento —el 24 de mayo de 1924— durante algo más de un mes en Figueras y Gerona como represalia contra su padre; su intensa relación con los amigos de la Residencia de Estudiantes, como Pepín Bello, Luis Buñuel y, especialmente, con Federico García Lorca; su importante viaje a París y a Bruselas del 11 al 28 de abril de 1926 —en compañía de su hermana y su tía— y donde Manuel Ángeles Ortiz le presenta a Picasso, cuya influencia se dejará notar en obras como Naturaleza muerta al claro de luna malva. 

Son los años de una intensa participación en diferentes exposiciones, como el I Salón de la Sociedad de Artistas Ibéricos en mayo de 1925 en Madrid, su primera exposición individual en las galerías Dalmau de Barcelona, de 14 a 27 de noviembre de 1925, Arte Catalán Moderno en enero de 1926 en Madrid, I Saló de Tardor en octubre de 1926 en Barcelona, la Exposición de Modernismo Pictórico Catalán confrontada con una Selección de Obras de Artistas de Vanguardia Extranjeros, que tiene lugar entre el 16 de octubre y 6 de noviembre en las galerías Dalmau de Barcelona.
 En las realizaciones de su etapa madrileña —la comprendida entre otoño de 1922 hasta el verano de 1926, en el que regresa a Figueras— predominan temáticamente las referencias a su hermana Ana María y a Lorca con una dualidad de planteamientos estéticos a caballo entre la tradición y la vanguardia respectivamente, y una amalgama de lenguajes provenientes del cubismo con impregnaciones que van del futurismo al purismo, junto con la influencia de Barradas, de Juan Gris, el “planismo” de Celso Lagar o un cierto neoclasicismo influido por Eugenio d’Ors. Son años decisivos en su formación en los que el ambiente que vive en la Residencia de Estudiantes marcará la evolución estilística de Dalí y su camino hacia el surrealismo casi como un mero juego intuitivo. 

Entonces se manifestarán temas como “los putrefactos” (categoría artística y de pensamiento, que estuvo de moda entre los jóvenes de la Residencia, y con la que se representaba todo lo caduco o inmovilista, sentimental o tierno, pedante o cursi, tonto o aburrido), “los anaglifos” (mínimos poemas con unas condiciones inesperadas) y los “carnuzos” (todo lo que oliera a caduco en una actitud vital o estética, representado mediante burros podridos). Es en este momento cuando aparecen en su obra algunos indicios, tímidos aún, del influjo de sus primeras lecturas freudianas. 

Dicha huella estará mezclada, eso sí, con la fuerza de otras influencias de procedencia teórico-plástica, provenientes de revistas vanguardistas como L’Esprit Nouveau (1920- 1925) —en cuyas páginas se dedicaba un amplio espacio a las últimas tendencias del pensamiento, como el psicoanálisis— o Valori Plastici (1918-1922), y en las que confluirían estéticamente el purismo de Ozenfant y Jeanneret con la metafísica italiana de De Chirico, las teorías de Alberto Savinio y la estética del compás y del número de Severini o la objetividad de Morandi o Carrá.

Pero será en 1927, en su segunda exposición individual en las galerías Dalmau y en el Salón de Otoño de Barcelona, donde se aprecien los primeros acercamientos al surrealismo y a su iconografía de signo freudiano. De este momento son obras como La miel es más dulce que la sangre y Aparato y mano, así como los decorados y el vestuario para la obra de Lorca Mariana Pineda. En este mismo año inicia su colaboración regular con la revista L’Amic de les Arts, en la que publica su artículo “San Sebastián”, dedicado a Lorca y primer ensayo de la nueva estética que Dalí defiende desde los ecos asimilados de la objetividad metafísica italiana de Giorgio De Chirico, y donde demuestra su inquietud por la búsqueda de los medios para generar nuevas realidades visuales que le conduzcan a un lenguaje propio y personal. 

En 1928 publica junto con Luis Montanyà y Sebastián Gasch un duro ataque al arte convencional, el Manifest Groc (Manifiesto Antiartístico Catalán). Poco a poco irá definiendo su acercamiento al espíritu surrealista desde la vía freudiana con artículos como “Realidad y sobrerrealidad” o el poema “A la Lydia de Cadaqués”, publicados en La Gaceta Literaria, y desde cuadros como Los esfuerzos estériles (Cenicitas) con claras influencias plásticas de Miró, De Chirico, Max Ernst o Tanguy. Ya en 1929, Dalí proclama su profesión de fe surrealista en el último número de la revista L’Amic de les Arts, cuyo concepto y textos proceden en su mayoría de la mano daliniana. 

Dalí viaja nuevamente a París y, a través de Miró, entra en contacto con el grupo surrealista encabezado por André Breton. Su carta de presentación es el film Un perro andaluz, fruto de su colaboración con Luis Buñuel y llave para su plena integración en el surrealismo parisino. En verano Dalí recibe en Cadaqués la visita de Camille Goemans —que promoverá su primera exposición individual en su galería de París—, René Magritte, Luis Buñuel, Paul Éluard con su esposa Gala y la hija de ambos. Desde ese momento, Gala abandona a su familia para permanecer junto a Dalí en su vida y en su obra. Consecuencia de su relación con Gala y los surrealistas, Dalí es expulsado del hogar paterno y pinta El juego lúgubre, El enigma del deseo, Los primeros días de la primavera y El gran masturbador en los que se vinculan, vía Freud, el lenguaje daliniano con sus problemas íntimos y sus conflictos personales, especialmente los de contenido sexual.

Durante los años treinta desarrollará todo su lenguaje pictórico y sus teorías estéticas con plena madurez, multiplicando las exposiciones individuales, así como su participación en las muestras programáticas del Surrealismo y su imagen como agitador espectacular en conferencias, actos y exposiciones. En 1930 pronuncia en el Ateneo de Barcelona la conferencia “Posición moral del surrealismo”, realiza el segundo frontispicio del Segundo manifiesto surrealista, estrena en París La edad de oro —su segunda colaboración cinematográfica con Buñuel—, y publica su libro La femme visible (La mujer visible) en el que —inspirado por una relectura de Freud— nos muestra ya claramente su método paranoico de creación como una alternativa que afronta activamente la pasividad del automatismo surrealista. 

Aquí fija las bases del mismo, donde a través de una patología como la paranoia es capaz de lograr una unidad metódica y sistemática para confundir la realidad y la irrealidad, para expresar la dialéctica de los contrarios complementarios, la verdad y la mentira de la propia obra de arte como una ventana exterior que refleja el mundo interior, profundizando así en su reflexión sobre el propio proceso creador, que debe quedar reflejado plásticamente en sus cuadros como en Durmiente, caballo, león invisibles (1930), El hombre invisible (1929-1932), Afueras de la ciudad paranoico-crítica (1936), El Gran Paranoico (1936), o dos de sus obras maestras: Metamorfosis de Narciso (1936- 1937) y El enigma sin fin (1938). En 1931 realiza su primera exposición individual en la galería de Pierre Colle, en París, donde expone La persistencia de la memoria, publica diversos artículos en la revista Le Surréalisme au Service de la Revolution y participa en la primera exposición surrealista en los Estados Unidos.

Al año siguiente también expondrá en Nueva York, en la galería de Julien Levy, y celebrará su segunda exposición individual en la galería de Pierre Cole en París; publica su libro Babaou, en el que refleja su concepción del cine y, a finales del año, anunciará a su protector, el vizconde de Noailles, la creación del llamado “grupo del Zodíaco”, creado para ayudar económicamente a Salvador Dalí mediante la compra regular de sus obras. 
Ya en 1933, y tras haberse entrevistado con el psicoanalista francés Jacques Lacan, incorpora el aspecto crítico a su método paranoico, explicitado en el primer número de la revista Minotaure en febrero de 1933, “Nuevas consideraciones sobre el mecanismo del fenómeno paranoico desde el punto de vista surrealista”, prólogo del libro —que permanecerá inédito hasta 1963— Interprétation paranoïaque- critique de l’enigme obsédante “L’Angelus” de Millet (Interpretación paranoico-crítica de la imagen obsesiva “El Ángelus” de Millet). En ese mismo año también publicará en diversas revistas sus reflexiones sobre la arquitectura modernista, ilustradas con fotografías de la obra de su admirado Gaudí y que habían sido tomadas por Man Ray. 
Como casi todos los surrealistas, Dalí practicará en esta etapa parisina la técnica del ensamblaje, explorando el efecto sorpresa que producen los objetos sacados de su contexto habitual como en su Objeto de funcionamiento simbólico. Zapato con vaso de leche (1931).

En 1934 contrae matrimonio civil con Gala y recibe su primer aviso de expulsión del grupo surrealista fiel a Breton al participar con su obra —de provocadora alusión a Lenin— El enigma de Guillermo Tell en la Exposition du Cinquentenarie en el Salón de los Independientes del Grand Palais de París, sin tener en cuenta la disciplina impuesta por el grupo, que había decidido no participar en la misma. Tras el chaparrón inicial y algunas acusaciones hacia Dalí que lo tachaban de fascista contrarrevolucionario, éste publica en la revista Documents 34 su artículo “Últimas modas de excitación intelectual para el verano de 1934” y en Minotaure “Los nuevos colores del ‘sexappeal’ espectral” y “Apariciones aerodinámicas de los ‘seres-objetos’”. Poco después consuma en el campo de la ilustración uno de sus trabajos más notables, 42 aguafuertes y 30 dibujos para el libro Les Chants de Maldoror de Isidore Ducasse, conde de Lautréamont.

Antes de embarcar con Gala en su primer viaje a los Estados Unidos, realiza su primera exposición individual en Londres. Su éxito va extendiéndose y su influencia se deja notar tanto en pintores catalanes (Esteban Francés, Massanet o Planells) como en artistas de otros círculos (José Caballero, Óscar Domínguez, González Bernal, Juan Ismael). 1935 marcará para Dalí el momento de la reconciliación familiar que se produce a su regreso de los Estados Unidos, donde se había dado a conocer a través de la publicación de una octavilla que tituló “New York salutes me” (Nueva York me saluda) y dos exposiciones individuales, una en Nueva York y otra en Conneticut.

Su actividad en el entorno surrealista continúa, publicando en la revista Cahiers d’art “Las pantuflas de Picasso”, donde aplica su método paranoico-crítico a la literatura, y también verá la luz su libro La conquête de l’irrationnel (La conquista de lo irracional), en el que Dalí reflexiona sobre su trayectoria y sus hallazgos estéticos anteriores para concluir con la síntesis y la definición completa de su método paranoico-crítico.

Durante estos años Dalí también dejó sentir en su pintura la tensión política que vivía la España de la República y que avocará al horror de la contienda civil.

Así queda reflejado en los estudios previos de su cuadro Construcción blanda con judías guisadas. Premonición de la guerra civil (1936) y en su Canibalismo de otoño (1936) —pintado ya en plena guerra— que reflejan una autodevoración simbólica. Durante uno de sus viajes a Londres, Dalí se entera del asesinato de su amigo Lorca, pero no toma partido, se declara apolítico y manifiesta tan sólo su fascinación por la barbarie colectiva y por la obra del propio Dalí. Durante esos años se mantuvo alejado de España, pasando una temporada en Italia en una casa de su nuevo protector Edward James, quien en 1938, unos meses después de que Hitler invadiera Austria, facilitará el encuentro en Londres entre Dalí y el exiliado Freud, del que el artista realizó una serie de apuntes.

En 1939 se cierra un ciclo en la trayectoria de Dalí, al consumarse su expulsión del grupo surrealista, acusado de simpatizar con el fascismo, de manifestar un calculado esnobismo y una descarada actitud mercantil.

En ese año vuelve a Nueva York para promocionar su obra. Cumplirá el encargo de los almacenes Bonwit-Teller de decorar dos de sus escaparates, presentará su exposición individual en la galería Julien Levy —promotor de Dalí en Estados Unidos— y firmará un contrato con la World’s Fair para diseñar el pabellón Sueño de Venus. Pero el comité de esa Feria Mundial le prohíbe exhibir en la fachada una reproducción de la Venus de Boticelli con cabeza de pez a lo que Dalí responderá publicando su “Declaración de la independencia de la imaginación y de los derechos del hombre a su propia locura”. Poco después estrenará en el Metropolitan Opera House el ballet Bacanal con libreto, vestuario y decorados del propio Dalí. En ese momento inicia una nueva etapa de adaptación complaciente al poder económico, cultural y político con la que consiguió la celebridad mundial que había perseguido, haciendo de su propia biografía una provocación continua. Atrás quedarán la España de la posguerra y la guerra en Europa.

En 1940 Gala y Dalí se trasladan a los Estados Unidos, donde residen primero como invitados en Virginia en la casa de campo de Caresse Crosby, la conocida millonaria y miembro del Grupo del Zodíaco que les presentará a la alta sociedad americana, y más tarde en la suite 1016 del lujoso hotel St. Regis de Nueva York. Durante estos años y hasta su vuelta a España en 1948, la actividad creadora de Dalí es frenética en todos los campos creativos, algunos novedosos como los anuncios publicitarios, las portadas para revistas comerciales como Vogue, el diseño de frascos para perfumes, muebles o el diseño de joyas que inicia en 1941 y que continuará a lo largo de su carrera; otros ya conocidos para él como la fotografía —ese mismo año comienza su relación profesional con Philipe Halsman que perdurará hasta el fallecimiento del fotógrafo en 1979—; la literatura, en 1942 la editorial Dial Press de Nueva York publica The Secret life of Salvador Dalí (La vida secreta de Salvador Dalí), en 1944 su primera novela, Hidden Faces (Rostros ocultos) y en 1948 sus 50 Secrets of Magic Craftsmanship (50 secretos mágicos para pintar); el ballet, a través de obras como Labyrinth (Laberinto) de 1941, Café de Chinitas de 1943, Sentimental Colloquy (Coloquio sentimental) de 1944, Mad Tristan (Tristán loco), primer ballet paranoico sobre el eterno mito del amor en la muerte; el cine —recuérdese que ya había colaborado con los hermanos Marx en 1937—, trasladándose a Hollywood donde realiza las secuencias oníricas de la película Spellbound (Recuerda) de Alfred Hitchcock y el proyecto de dibujos animados para el film Destino de Walt Disney.

 Dalí no deja su labor como ilustrador, colaborando en obras como The Autobiography of Benvenuto Cellini o Macbeth de Shakespeare o The first parto of the life an achievements of the renowned don Quixote de la Mancha de Cervantes, todas ellas publicadas en 1946; y por supuesto continúa pintando cuadros de gran calidad técnica, como Poesía América. Los atletas cósmicos (1943), en el que la referencia cultural americana se mezcla con su imaginario surrealista y que anticipa el pop-art de los años sesenta, al incorporar elementos de la cultura popular, como la botella de Coca-Cola; Atómica melancólica (1945) en que alude a los bombardeos nucleares de la Segunda Guerra Mundial, La cesta de pan (1945) en que su pintura presenta un realismo y un rigor descriptivos que se aleja de las deformaciones surrealistas anteriores y sirve de modelo al hiperrealismo americano posterior, o en Desmaterialización de la nariz de Nerón (1947), una especie de altar dedicado a la desaparición del género humano. 
Una incesable producción con la que su imagen polifacética ha acumulado la fama, la riqueza y el prestigio internacional que Dalí transporta en su maleta de regreso a España en 1948, donde la dictadura del general Franco está plenamente consolidada. Aquí se instala en Port Lligat, cerca de Cadaqués, en el cabo de Creus, su amado paisaje. En ese momento Dalí declara públicamente ser profundamente católico y partidario del régimen franquista. La conferencia pronunciada en el Ateneo de Barcelona “Por qué fui sacrílego, por qué soy místico” en 1950, año en que muere su padre, y la conferencia “Picasso y yo”, de 1951 en el Teatro María Guerrero de Madrid le ayudan, tanto como su pintura mística e histórica de estos años, a fijar su posición ideológica y estética en este nuevo escenario.

Dalí participa en la I Exposición Bienal Hispanoamericana de Arte y se convierte en un símbolo artístico para la dictadura, tanto es así que en 1956 Franco lo recibe en el palacio de El Pardo y en 1964 se le otorga la Gran Cruz de Isabel la Católica, máxima distinción española que le concede el Gobierno franquista.

A finales de la década de los cuarenta, Dalí había iniciado una iconografía mística y religiosa. Es su etapa mística y nuclear, caracterizada también por el tratamiento de temas relacionados con los avances científicos del momento, especialmente los referidos a la fusión y fisión nucleares, y por temas religiosos.

Durante los años 50 se obsesiona por la presencia de estructuras matemáticas en la naturaleza. En 1951 publica el llamado Manifiesto Místico, ensayo en que explica su nueva actitud artística, de clara emulación hacia algunos de los grandes maestros de la pintura, así como el nuevo fervor religioso que estaba experimentando.

Ese período se puede observar en obras como Leda atómica, donde colabora con el matemático rumano Matila Ghyka, o la primera versión de la Madonna de Port Lligat, ambas obras firmadas en 1949. Una de sus obsesiones más constantes de esos años será el cuadro de Millet titulado El Ángelus, que provocó en Dalí una doble conmoción, pictórica y psicológica. En 1963 redactará un libro, El mito trágico del Ángelus de Millet, en el que explica el proceso a partir del cual surgió toda una serie de imágenes y asociaciones delirantes. Desde esa fecha cabe mencionar otras dos publicaciones: Diario de un genio (1964) y Confesiones inconfesables (1973).

A finales de los años 50 se acerca de forma muy personal al expresionismo abstracto norteamericano, con especial admiración hacia Willem de Kooning. Más tarde, en los años 60, trabajará en movimientos tan conocidos como el pop-art o el arte óptico. Durante las décadas de los sesenta y setenta intensifica sus estudios sobre la olografía y la ciencia óptica, encontrando nuevos recursos para el dominio de las imágenes tridimensionales. Busca ofrecer al espectador protagonismo a través de la impresión plástica y espacial de imágenes en tres dimensiones, aplicando sin cesar efectos e ilusiones ópticas. La historia y la ciencia son temas centrales de la mayoría de sus obras de gran tamaño. En este período pinta algunos célebres cuadros, como: Cristo de San Juan de la Cruz, Galatea con esferas, Corpus Hypercubus, El descubrimiento de América por Cristóbal Colón y La Cena. Después se interesa por la olografía. La última pasión de Dalí fue la pintura estereoscópica: en 1972 tiene lugar una exposición de ologramas y en 1975 presenta su primera obra hyperestereoscópica en Nueva York. Como ilustrador destacan las doce litografías para Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes (1957) y las cien xilografías en color para la Divina Comedia, de Dante (1960). 
Los últimos quince años de su vida están jalonados por el reconocimiento nacional e internacional a toda su producción. Así, en 1974 se inaugura el Teatro-Museo Dalí en Figueres. En 1978 es nombrado académico en Francia y al año siguiente se inaugura la gran retrospectiva en el Centro Georges Pompidou, que posteriormente se traslada a la Tate Gallery de Londres. En 1982 se inaugura el Museo Salvador Dalí en St. Petersburg (Florida, Estados Unidos) y S. M. el rey Juan Carlos I le nombra marqués de Púbol. Por fin, en 1983 crea la Fundación Gala- Salvador Dalí en Figueres. Los años 80 simbolizan su decaimiento, concretamente a partir de la muerte de su esposa Gala en 1982; desde entonces se refugia en el castillo que años antes había regalado a su musa.

En 1983 Salvador Dalí pinta su último cuadro, La cola de la golondrina, y se celebra una gran exposición antológica en Madrid, Barcelona y Figueras bajo el título “400 obras de Salvador Dalí”. A lo largo de toda su carrera, Dalí nunca abandonó su interés por la ciencia, desde su seguimiento de las teorías freudianas y la teoría de la relatividad en la década de los veinte y treinta hasta 1985 en el que siguió, enfermo y postrado en su cama en la Torre Galatea del Teatro- Museo Dalí, a través de un circuito cerrado de televisión, el congreso científico “Proceso al azar” que se desarrollaba dentro del mismo Teatro-Museo donde residía el artista desde 1984. Dalí había mantenido contactos y vínculos de amistad con algunos científicos como los matemáticos Matila Ghyka, Thomas Banchoff y René Thom; los Nobel Dennis Gabor, Severo Ochoa, Ilya Prigogine y James Watson; los científicos españoles Juan Oró y Jorge Wagensberg, y muchos otros a quienes consultó puntualmente sobre temas que podían ser aplicados a su obra. Falleció el 23 de enero de 1989, acunado por cartas y libros de Stephen Hawking, Matila Ghyka y Erwin Schrödinger.

Sus restos reposan en la cripta de su Teatro- Museo de Figueras.

Obras de ~: Retrato de mi padre, 1920; Autorretrato de cuello rafaelesco, 1920; Viejo crepuscular, 1921; La fiesta en la ermita, 1921; Los primeros días del otoño, 1922; Sueños noctámbulos, 1922; Autorretrato con “L’Humanité”, 1923; Gitano de Figueras, 1923; Portdogué (Port Alguer), 1924; Retrato (Federico García Lorca), 1924; Retrato de Luis Buñuel, 1924; Naturaleza muerta. La botella de ron, 1924; Figura en una finestra (Muchacha asomada a una ventana), 1925; Muchacha de Figueras, 1925; Venus y un marinero (Homenaje a Salvat-Papasseit), 1925; Composición con tres figuras. “Academia neocubista”, 1926; Cesta de pan, 1926; Naturaleza muerta al claro de luna malva, 1926; Cabeza amiba, 1926; Autorretrato desdoblado en tres, 1927; La miel es más dulce que la sangre, 1927; Aparato y mano, 1927; Cenicitas (Los esfuerzos estériles o El nacimiento de Venus), 1928; Los deseos instisfechos, 1928; Los primeros días de la primavera, 1929; Los placeres iluminados, 1929; El juego lúgubre, 1929; El gran masturbador, 1929; La profanación de la hostia, 1929; Monumento imperial a la mujer niña, 1929; Guillermo Tell, 1930; La persistencia de la memoria, 1931; El espectro del “sex appeal”, 1932; Gala y el Ángelus de Millet precediendo la llegada inminente de las anamorfosis cónicas, 1933; La chaqueta afrodisíaca, 1936; El gran paranoico, 1936; Afueras de la ciudad paranoico-crítica, 1936; La metamorfosis de Narciso, 1936; Construcción blanda con judías guisadas. Premonición de guerra civil, 1937; El enigma de Hitler, 1937; Taxi lluvioso, 1938; El enigma sin fin, 1938; Sueño causado por el vuelo de una abeja alrededor de una granada, 1944; Atómica melancólica, 1945; La cesta de pan, 1945; Las tentaciones de San Antonio, 1946; Leda atómica, 1949; La Virgen de Port Lligat, 1949; Cabeza rafaelesca que explota, 1951; Cristo de San Juan de la Cruz, 1951; Joven virgen autosodomizada por los cuernos de su propia castidad, 1954; Crucifixión. Cuerpo hipercúbico, 1954; Ovocípedo, 1959; Autorretrato microfotográfico, 1962; La batalla de Tetuán, 1962; La estación de Perpignan, 1965; La apoteosis del dólar, 1965; La pesca del atún, 1966-67; El torero alucinógeno, 1969-70; En busca de la cuarta dimensión, 1979; Cama y dos mesitas de noche atacando ferozmente a un vilonchelo, 1983.

Escritos: Les meves impressions i records íntims, 1920 (ed. de intr. de F. Faneo, Barcelona, Edicions 62, 1994); “San Sebastián”, en L’Amic de les Arts (Sitges), n.º 16 (31 de julio de 1927); “La fotografía: pura creación del espíritu”, en L’Amic de les Arts, suplemento del n.º 18 (30 de septiembre de 1927); “Mis cuadros del Salón de Otoño”, en L’Amic de les Arts, suplemento del n.º 19 (31 de octubre de 1927); “Temas actuales.

Derechas e izquierdas”, en L’Amic de les Arts, n.º 19 (31 de octubre de 1927); “Dos prosas. Mi amiga y la playa. Navidad en Bruselas”, en L’Amic de les Arts, n.º 20 (30 de noviembre de 1927); “Film-arte, film antiartístico”, en La Gaceta Literaria, n.º 24 (15 de diciembre de 1927); “Testimonio fotográfico”, en La Gaceta Literaria, n.º 6 (febrero de 1928); “Poema”, en La Gaceta Literaria, n.º 28 (15 de febrero de 1928); “Nuevos límites de la pintura”, en L’Amic de les Arts, n.º 22 (29 de febrero de 1928); “Poesía de lo útil estandarizado”, en L’Amic de les Arts, n.º 23 (31 de marzo de 1928); “Joan Miró”, en L’Amic de les Arts, n.º 26 (30 de julio de 1928); “Poema de las cositas”, en L’Amic de les Arts, n.º 27 (31 de agosto de 1928); “Pez perseguido por una uva”, en L’Amic de les Arts, n.º 28 (30 de septiembre de 1928); “Realidad y sobrerrealidad”, en La Gaceta Literaria, n.º 44 (15 de octubre de 1928); “Billete de las conferencias del Salón de Otoño”, en L’Amic de les Arts, n.º 29 (octubre de 1928); “He renegado quizá”, en L’Amic de les Arts, n.º 30 (31 de diciembre de 1928); “Con el sol”, en La Gaceta Literaria, n.º 54 (15 de marzo de 1929); “En el momento”, en L’Amic de les Arts, n.º 31 (31 de marzo de 1929); “Luis Buñuel”, en L’Amic de les Arts, n.º 31 (31 de marzo de 1929); “...Un joven”, en L’Amic de les Arts, n.º 31 (31 de marzo de 1929); “La liberación de los dedos”, en L’Amic de les Arts, n.º 31 (31 de marzo de 1929); “Revista de tendencias antiartísticas”, en L’Amic de les Arts, n.º 31 (31 de marzo de 1929); “Una pluma que no es una pluma, sino una diminuta hierba, que representa el mar, mis encías sobre la colina y al mismo tiempo un hermoso paisaje primaveral”, en La Gaceta Literaria, n.º 56 (15 de abril de 1929); “Documental-París, 1929-I”, en La Publicitat (Barcelona) (26 de abril de 1929); “Documental-París, 1929-II”, en La Publicitat (28 de abril de 1929); “Documental-París, 1929-III”, en La Publicitat (7 de mayo de 1929); “Documental-París, 1929-IV”, en La Publicitat (23 de mayo de 1929); “Documental-París, 1929-V”, en La Publicitat (7 de junio de 1929); “Documental-París, 1929-VI”, en La Publicitat (29 de junio de 1929); “Un perro andaluz”, en Mirador (Barcelona), n.º 39 (26 de octubre de 1929); “Posición moral del surrealismo”, en Hélix, n.º 10 (abril de 1930); La femme visible, París, Éditions Surréalistes, 1930; L’Amour et la mémorie, Paris, Éditions Surréalistes, 1931; “Objetos surrealistas”, en Le Surréalisme au Service de la Révolution, n.º 3 (diciembre de 1931); “Ensueño” (fechado por Dalí en Port- Lligat el 17 de octubre de 1931), en Le Surréalisme au Service de la Révolution (Paris), n.º 4 (diciembre de 1931); Babaouo, Paris, Éditions des Cahiers Libres, 1932; “El objeto tal como la experimentación surrealista lo revela”, en This Quarter, n.º 1 (septiembre de 1932); “Carta de Dalí como respuesta a Joan Sacs”, en Mirador, n.º 21 (30 de marzo de 1933); “Objetos psicoatmosféricos-anamórficos”, en Le Surréalisme au Service de la Révolution, n.º 5 (mayo de 1933); “Carta a André Breton”, en VV. AA., Dalí, catálogo de exposición, Paris, galerie Pierre Colle, 1933; “Nuevas consideraciones generales sobre el mecanismo del fenómeno paranoico desde el punto de vista surrealista”, en Minotaure, n.º 1 (junio de 1933); “Sobre la belleza aterradora y comestible de la arquitectura Modern Style”, en Minotaure, n.os 3-4 (diciembre de 1933); “Los nuevos colores del sex-appeal espectral”, en Minotaure, n.º 5 (mayo de 1934); “Últimas modas de excitación intelectual para el verano de 1934”, en Documents 34 (Bruselas), n.º 1 (junio de 1934); “Apariciones aerodinámicas de los ‘seres-objetos’”, en Minotaure, n.º 6 (diciembre de 1934); La Conquête de l’Irrationel, Paris, Éditions Surréalistes, 1935; “Psicología no-euclidiana de una fotografía”, en Minotaure, n.º 7 (junio de 1935); “Honor al objeto”, en Cahiers d’Art, n.os 7-10 (octubre de 1935); “El surrealismo espectral del eterno femenino prerrafaelita” (“Pomme d’Adam”), en Minotaure, n.º 8 (junio de 1936); Métamorphose de Narcisse, Paris, Éditions Surréalistes, 1937; The secret life of Salvador Dalí, New Yord, Dial Press, 1942; “Camuflaje total para la guerra total”, en Esquire (Nueva York), n.º 2 (agosto de 1942); Hidden faces, New York, 1944; Fifty Secrets of Magic Craftsmanship, New York, 1948; Le mithe tragique de l’Angelus de Millet, Paris, Jean-Jacques Pauvert, 1963; Journal d’un genie, Paris, Éditions de La Table Ronde, 1964; Oui, Paris, Éditions Denoël, 1971; Comment on devient Dalí, Paris, Robert Laffont, 1973.

Cine: con L. Buñuel, Un chien andalou, 1929; con L. Buñuel, L’Âge d’or, 1930; con los hermanos Marx, Giraffes on Horseback Salad, 1937; con A. Hitchcock, Spellbound, 1945; con W. Disney, Destino, 1946; con J. Montes Baquer, Impressions de la Haute Mongolie, 1975.

Artes Escénicas (teatro, ballet, ópera): Mariana Pineda de Federico García Lorca, 1928 (decorados y vestuario); Bacchanale, Metropolitan Opera House, Nueva York, 1939 (libreto, vestuario y decorados); Labyrinth, Metropolitan Opera House, Nueva York, 1941 (libreto, vestuario y decorados); Café de Chinitas, adap. de Federico García Lorca, Metropolitan Opera House, Nueva York, 1943; Sentimental Colloquy, International Theatre, Nueva York, 1944 (decorados); Mad Tristan, Nueva York, 1944; Rosalinda o Como vi piace de William Shakespeare, dirigida por Luchino Visconti, Teatro Eliseo, Roma, 1948; Salomé de Strauss, libreto de Oscar Wilde, dirección Peter Brook, Covent Garden, Londres, 1949 (decorados y vestuario); Don Juan Tenorio de Zorrilla, Teatro María Guerrero, Madrid, 1949; La dama spagnola e il cavaliere romano, La Fenice, Venecia, 1961 (decorados); Gala, La Fenice, Venecia, 1961 (escenografía y vestuario).

Publicidad: Escaparates para los Almacenes Bonwit-Teller, Nueva York, 1939; Anuncios para las medias Bryans Hosiery, 1944-1947; Portadas de las revistas EtCetera y Vogue, 1946; perfume Desert Flower, 1946; cartel publicitario para el film Ricardo III, 1955; Felicitación navideña para Hoechst Ibérica, 1958-1977; Promoción píldora tranquilizante Miltown, Laboratorios Wallace, 1958.

 

Bibl.: A. Reynolds Morse, M. Tapié, Dalí: a study of his life and work, Greenwich, New York Graphic Society, 1957; VV. AA., Le Mythe tragique de l’Angélus de Millet, Paris, Jean- Jacques Pauvert, 1963; A. Bosquet, Dalí desnudado, Buenos Aires, Editorial Paidós, 1967; A. Parinaud, Comment on devient Dalí, Paris, Robert Laffont, 1973; T. Ogura, R. Descharnes, L’Art moderne du monde, Tokyo, Shueisha, 1974; R. Descharnes y S. Terayama, Dalí: the book of great masters, Tokyo, Zauho, 1978; VV. AA., Salvador Dalí: rétrospective, 1920-1980, Paris, Centre Georges Pompidou, Musée National d’Art Moderne, 1979; Salvador Dalí, London, The Tate Gallery, 1980; Dalí i els llibres, Barcelona, Generalitat de Catalunya, Departament de Cultura, 1982; D. Ades, Dalí and surrealism, New York, Harper & Row, 1982; VV. AA., Rétrospective Salvador Dalí 1982, Tokyo, Isetan Museum of Art, 1982; 400 obres de Salvador Dalí del 1914 al 1983, catálogo de exposición, Barcelona, Palau Reial de Pedralbes, 1983; R. Santos Torroella, La miel es más dulce que la sangre. Las épocas lorquiana y freudiana de Salvador Dalí, Barcelona, Editorial Seix Barral, 1984; R. Santos Torroella, Salvador Dalí corresponsal de J. V. Foix, 1932-1936, Barcelona, Mediterrània, 1986; L. E. García de Carpi, La pintura surrealista española 24-1936, Madrid, Ediciones Istmo, 1986; A. Sánchez Vidal, Buñuel, Lorca y Dalí: El enigma sin fin, Barcelona, Editorial Planeta, 1988; P. Moorhouse, Dalí, Wigston, Magna Books, 1990; E. Carmona, Picasso, Miró, Dalí y los orígenes del Arte Contemporáneo en España 1900-1936, catálogo de exposición, Madrid-Frankfurt, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía-Schirn Kunstalle 1991, págs. 11-99; E. Shanes, Dalí, Madrid, Debate, 1991; Dalí Vision, Barcelona, Mediterrània, 1992; Residencia de Estudiantes, Dalí Residente, Madrid, Publicaciones de la Residencia de Estudiantes, CSIC, 1992; Dalí, Época de Madrid, Madrid, Publicaciones de la Residencia de Estudiantes, CSIC, 1994; R. Descharnes y G. Néret, Salvador Dalí, 1904-1989, Köln, Benedikt Taschen, 1994; M. di Capua, Dalí, Paris, Librairie Gründ, 1994; La trágica vida de Salvador Dalí, Barcelona, Parsifal ediciones, 1995; R. Amossy, Dalí ou le filon de la paranoïa, Paris, Presses Universitaires de France, 1995; H. finkelstein, Salvador Dalí Art and Writing, 1927-1942. The Metamorphoses of Narcisus, Cambridge University Press, 1996; I. Gibson, The Shameful Life of Salvador Dalí, London, Faber and Faber, 1997; F. Fanés, Salvador Dalí. La construcción de la imagen 1925-1930, Figueras, Electa, Fundación Gala-Salvador Dalí, 1999; A. Sánchez Vidal, Salvador Dalí, Madrid, Electa, 1999; J. Lázaro Docio, El método paranoico-crítico de Salvador Dalí (1927-1937), tesis doctoral Universidad Complutense, Madrid, 2001 (inéd.); La Révolution surréaliste, Centre Pompidou, Paris, 2002; J. A. Ramírez, Dalí: lo crudo y lo podrido, Madrid, A. Machado Libros, 2002; VV. AA., Obra completa, Barcelona, Ediciones Destino-Fundació Gala-Salvador Dalí-Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, Barcelona, [2003- ?]; Les Essentiels de l’art Dalí, Amsterdam, Ludion, 2003; VV. AA., Dalí, catálogo de exposición, Venezia, Palazzo Grassi, 2004; V. Santamaría de Mingo, El Pensament de Salvador Dalí en el llindar dels anys trenta, Castellón de la Plana, Publicacions de la Universitat Jaume I, 2005; VV. AA., Salvador Dalí: La gare de Perpignan- Pop, Op,Yes-yes, Pompier, Köln, Museum Ludwig, 2006; Dali’s universe and masterpieces of surrealists, Ehime (Japón), The Museum of Art, 2006.





  



 El libro se estructura entre «Los diez vinos del divino» y «Los diez vinos de Gala», en una revolucionaria clasificación del vino basada en la experiencia emocional, en lugar de tomar como referencia la geografía o la variedad de uva
Sobre la bebida que revolucionó Dom Perignon al inventar la Cuvée, el tapón de corcho y el embotellado dice Dalí que «corrñia a ríos» durante sus veladas con Lorca y Buñuel en los tiempos en los que compartía la Residencia de Estudiamtes. Algo que «es volvía «líricos» al hablar de «la amistar y el amor»




 Con la primera parte, el lector se adentra en una decena de las grandes regiones vinícolas
del mundo para descubrir los de la Champaña, Burdeos, Jerez, Châteauneuf-du-Pape,
Romanée-Conti o California y algunas de las botellas más excelsas, y caras, del mercado.
 «El Sacramento de la Última Cena», uno de los mejores respresentantes de su fase «mística nuclear»




Para Dalí existían los «vinos de gozo», aquellos que como el «beaujolais» o los «vinhos verdes» de Portugal «tienen vocación de aperitivo, de bienvenida», y los de «púrpura», vinos vigorosos, de cuerpo pleno y sabroso, con los Côtes de Nuits, Côtes de Beaune y Romanée-Conti como «heraldos» e ideales para acompañar platos de caza.


  


Salvador Dalí

(Figueres, Gerona, 1904 - 1989) Pintor español. Si bien parte del inmenso prestigio y popularidad de que gozó ya en vida se debió a sus estrafalarias e impostadas excentricidades, Salvador Dalí acertó a insuflar nueva vida al surrealismo europeo hasta convertirse en su más conocido representante; sus confusas ideas estéticas (el llamado método paranoico-crítico) fueron mucho menos decisivas que sus impactantes composiciones, a las que trasladó con magistral precisión técnica un personalísimo universo onírico y simbólico, tan nítido y luminoso como profundamente inquietante y perturbador.

Salvador Dalí nació en una madrugada de la primavera de 1904 en el seno de una familia burguesa, hijo de un notario bienpensante y de una sensible dama aficionada a los pájaros. Muchos años más tarde escribiría en su autobiografía La vida secreta de Salvador Dalí (1942):
 "A los tres años quería ser cocinero. A los cinco quería ser Napoleón. Mi ambición no ha hecho más que crecer y ahora es la de llegar a ser Salvador Dalí y nada más. Por otra parte, esto es muy difícil, ya que, a medida que me acerco a Salvador Dalí, él se aleja de mí".

Puesto que la persecución sería incesante y el objetivo no habría de alcanzarse nunca, y dado que en ningún recodo de su biografía estaba previsto que hallara el equilibrio y la paz, Dalí decidió ser excesivo en todo, interpretar numerosos personajes y sublimar su angustia en una pluralidad de delirios humorísticos y sórdidos. Se definió a sí mismo como "perverso polimorfo, rezagado y anarquizante", o "blando, débil y repulsivo", aunque para conquistar esta laboriosa imagen publicitaria antes hubo de salvar algunas pruebas iniciáticas, y si el juego favorito de su primera infancia era vestir el traje de rey, ya a los diez años, cuando se autorretrata como El niño enfermo, explora las ventajas de aparentar una constitución frágil y nerviosa.

Su precocidad es sorprendente: a los doce años descubre el estilo de los impresionistas franceses y se hace impresionista; a los catorce ya ha trabado conocimiento con el arte de Picasso y se ha hecho cubista, y a los quince se ha convertido en editor de la revista Studium, donde dibuja brillantes pastiches para la sección titulada "Los grandes maestros de la Pintura".

En 1921 abandona su Cataluña natal y se traslada a Madrid, donde ingresa en la Academia de Bellas Artes de San Fernando. Instalado en la Residencia de Estudiantes, se hace amigo del gran poeta granadino Federico García Lorca y del futuro cineasta surrealista Luis Buñuel, de quien sin embargo se distanciará irreversiblemente en 1930. En la capital adopta un extraordinario atuendo: lleva los cabellos largos, una corbata desproporcionadamente grande y una capa que arrastra hasta los pies. A veces luce una camisa azul cielo adornada con gemelos de zafiro, se sujeta el pelo con una redecilla y lo lustra con barniz para óleo. Es difícil que su presencia pase desapercibida.

En los revueltos y conflictivos meses de 1923 sufre un desafortunado contratiempo. En la Academia de Bellas Artes a la que está adscrito se producen manifestaciones en contra de un profesor, y antes de que dé comienzo el discurso oficial y se desate la violenta polémica, Salvador abandona la sala. Las autoridades creen que este gesto suyo ha sido la señal de ataque y rebelión y deciden expulsarlo durante un año. Después, de nuevo en Figueres, los guardias vienen a detenerlo y pasa una temporada en la cárcel.

A la salida de prisión recibirá dos alegrías. La primera, una prensa para grabado que su padre le regala, y la segunda, la visita de su excelente compañero de la Residencia de Estudiantes de Madrid, Federico García Lorca, quien en las calurosas noches del verano de Cadaqués lee a toda la familia Dalí sus versos y dramas recién compuestos. Es allí, junto al Mediterráneo, donde García Lorca redacta la célebre "Oda a Salvador Dalí", publicada unos años después, en 1929, en la Revista de Occidente. Pronto será también Luis Buñuel quien llegue a Cadaqués para trabajar con su amigo Salvador en un guión cinematográfico absolutamente atípico y del que surgirá una película tan extraña como es Un perro andaluz (1929).
En 1927 Dalí viaja por primera vez a París, pero es al año siguiente cuando se establece en la capital francesa. Se relaciona con Pablo Picasso y Joan Miró y, con la ayuda de este último, se une al grupo surrealista que lidera el poeta André Breton. En 1929 expone en la Galería Goemans y obtiene ya un gran éxito; las originales imágenes de sus cuadros, en las que los objetos se muestran con irritante precisión, parecen adentrarse en unas profundidades psíquicas anormales y revelar un inconsciente alucinatorio y cruel. Pero Breton terminará expulsándolo del movimiento algunos años después, en una memorable sesión de enjuiciamiento a la que Dalí compareció cubierto con una manta y con un termómetro en la boca, aparentando ficticiamente estar aquejado de fiebre y convirtiendo así el opresivo juicio en una ridícula farsa.

La triple acusación a la que tuvo entonces que enfrentarse Dalí fue coquetear con los fascismos, hacer gala de un catolicismo delirante y sentir una pasión desmedida e irrefrenable por el dinero. A esto precisamente alude el célebre apodo anagramático con que sería motejado por Breton, Avida dolars, acusación que, lejos de desagradar al pintor, le proporcionaba un secreto e irónico placer. De hecho, después de conocer a la que sería su musa y compañera durante toda su vida, Gala, entonces todavía esposa de otro surrealista, el poeta Paul Éluard, Dalí declaró románticamente: 
"Amo a Gala más que a mi madre, más que a mi padre, más que a Picasso y más, incluso, que al dinero."

Salvador Dalí se enamoró de Gala en el verano de 1929 y con ella gozó por primera vez de las mieles del erotismo. Es la época en que pinta Adecuación del deseo, Placeres iluminados y El gran masturbador, pintura esta última que fue atacada y desgarrada por el fanático grupo puritano los Camelots du Roy. Mientras tiene lugar la exposición de sus obras en la Galería Goemans de París, la joven y apasionada pareja se refugia y aísla en la Costa Azul, pasando los días y las noches encerrados en una pequeña habitación de un hotel con los postigos cerrados.
Enterado de la vida disoluta de su hijo por un artículo de Eugenio d'Ors aparecido en La Gaceta Literaria, el padre de Dalí rompe relaciones con su vástago; pero ello no debió afectarlo demasiado, o quizás sí, puesto que es en esa época cuando el artista realiza lo mejor de su obra, como el célebre cuadro La persistencia de la memoria (1931), donde blandos relojes cuelgan de la rama de un árbol, del borde de un pedestal y sobre una misteriosa forma tendida en la vasta extensión de la playa.
Antes de llegar a París, el artista había realizado su primera exposición en las Galerías Dalmau de Barcelona, en 1925, y su obra había transitado por el cubismo y las corrientes realistas, como en Muchacha en la ventana (1925) o su primera Cesta de pan (1926). Cuando Dalí se incorporó al grupo surrealista, el movimiento atravesaba momentos de fuertes contradicciones internas. La vitalidad y extravagancia de aquella joven promesa española resultó decisiva para la renovación y proyección del grupo, del que también por su parte absorbió energías que resultaron en la etapa más apreciada de su obra. 
En teoría, sus mejores cuadros fueron el fruto de la aplicación del llamado "método paranoico-crítico", que Dalí definió como un sistema espontáneo de conocimiento irracional "basado en la asociación interpretativo-crítica de los fenómenos delirantes".
Tal metodología propugna un alejamiento de la realidad física en favor de la realidad mental: gracias a un uso controlado de la alucinación y del sueño (lo paranoico o irracional debe someterse a la lucidez interpretativa o crítica), los objetos de la vida cotidiana se convierten en iconos de los deseos y temores del ser humano. A través de sus obras y siguiendo los dictados de las teorías freudianas, el artista saca a la luz los aspectos más ocultos de su vida erótica, sus fantasías y sus deseos. Dalí pretendía que sus telas fueran contempladas como sueños pintados; sus imágenes de relojes blandos, miembros hipertróficos sostenidos por muletas y elefantes de patas zancudas, por citar algunas de las más conocidas, son a la vez expresión y liberación de las obsesiones sexuales y de la angustia ante la muerte.
Probablemente para Dalí eran menos relevantes su teorizaciones que el tono provocador e irónico con que las exponía. En cualquier caso, la plasmación de sus obsesiones personales es el motivo que aglutina la mayor parte de sus telas en esta etapa, en la que se sirvió de las técnicas del realismo ilusionista más convencional para impactar al público con sus insólitas e inquietantes visiones, que a menudo aluden directamente a la sexualidad. El gran masturbador (1929, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid) es en este sentido una obra paradigmática de este periodo.

Una magnífica ilustración del método es el cuadro titulado Mercado de esclavos con el busto evanescente de Voltaire (1940, Fundación Reynolds-Morse, Cleveland), en el que el rostro del filósofo está constituido por dos figuras que, simultáneamente, forman parte del grupo humano del segundo término. A la izquierda, contempla la escena una mujer que se apoya en una mesa; el contenido de los fruteros sobre la mesa es a su vez parte del conjunto de figuras que participan en el mercado que da título a la tela.
El enigma sin fin (1938, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid) o las múltiples reinterpretaciones delirantes del famoso Ángelus de Millet constituyen otros excelentes ejemplos de ese reiterado juego de perversión significativa de la imagen. La obsesión paranoica de que bajo el aparente misticismo de la escena campesina latía la presencia de la muerte llevó a Dalí a pedir al Louvre que realizara una radiografía del cuadro, lo que permitió ver en el lugar que ocupa la carretilla el contorno de un ataúd que Millet había pintado originalmente, confirmando así su propia intuición paranoica.
Unos pocos años en el grupo bastaron para que Dalí se convirtiese en la gran figura del surrealismo y su obra alcanzase una considerable resonancia internacional. En 1934 viaja con su ya inseparable Gala a Estados Unidos, donde desembarca y se presenta ante los periodistas con un enorme pan cocido por el cocinero del trasatlántico que les ha transportado. En sus erráticas manifestaciones no duda en asociar el mito hitleriano con el teléfono y a Lenin con el béisbol. Son todas bromas absurdas que tratan de quitar hierro a una situación política amenazante. Dos años después se desata la atroz guerra civil en España y una de las primeras muestras de la probidad de los militares insurrectos es el infame asesinato de su amigo Federico García Lorca, crimen que conmocionó a la opinión pública mundial. Dalí escribió:
 "Lorca tenía personalidad para dar y vender, la suficiente para ser fusilado, antes que cualquier otro, por cualquier español."

En 1938 conoce por fin, gracias al escritor vienés Stefan Zweig, a Sigmund Freud, quien había sido el gran inspirador de la estética surrealista, de la que Dalí no se siente marginado pese a las bravatas de Breton; por el contrario, se considera el único y más genuino exponente del movimiento. El padre del psicoanálisis había dado pábulo a la nueva indagación del inconsciente con su libro La interpretación de los sueños (1900), pero nunca se había tomado demasiado en serio a sus jóvenes admiradores de París. No obstante, el 20 de julio de 1938, tras el encuentro, Freud anotó en su diario:
 "Hasta entonces me sentía tentado de considerar a los surrealistas, que aparentemente me han elegido como santo patrón, como locos integrales (digamos al 95%, como el alcohol puro). Aquel joven español, con sus espléndidos ojos de fanático e innegable dominio técnico, me movió a reconsiderar mi opinión". 
Por su parte, el artista realizó asombrosos y alucinantes retratos del "santo patrón" de los surrealistas.
Instalado otra vez en Nueva York en 1939, Dalí acepta un encargo para decorar unos escaparates comerciales. El tema que elige es el del Día y la Noche, el primero evocado por un maniquí que se mete en una bañera peluda y la segunda por medio de brasas y paños negros extendidos, pero la dirección modifica el decorado sin consultar al autor. Dalí, iracundo, vuelca la bañera de astracán llena de agua y la lanza contra los cristales del escaparate produciendo un gran estrépito y un notable destrozo. Pese a que la opinión pública norteamericana le aplaude el vigor con que ha sabido defender la propiedad intelectual, es juzgado por los tribunales y condenado a pagar los desperfectos. Tampoco consigue concluir su siguiente proyecto para decorar un pabellón de la Feria Internacional de Nueva York, el cual debía llevar el significativo título de Sueño de Venus.

El desarrollo de la Guerra Civil española (cuyo estallido había intuido en Construcción blanda con judías hervidas, luego titulado Premonición de la Guerra Civil, 1936) y el presagio de la Segunda Guerra Mundial habían provocado en Dalí el deseo de refugiarse en un mundo sin conflictos, y sublimó su experiencia surrealista retomando la iconografía renacentista e interesándose, sobre todo, por el valor económico de sus cuadros; esto le convirtió en el Avida dolars con que Breton, reordenando las letras de su nombre, le había bautizado.
Cristo de San Juan de la Cruz es un cuadro del pintor español Salvador Dalí realizado en 1951. Está hecho mediante la técnica del óleo sobre lienzo, es de estilo surrealista y sus medidas son 205 x 116 cm. Se conserva en el Museo Kelvingrove, en Glasgow, Reino Unido.


De particular relevancia en cuanto a la evolución de su obra resulta el viaje que realizó a Italia en 1937; tras el contacto directo con los clásicos, adquirió cierto gusto por los temas religiosos y por una técnica más academicista, que durante mucho tiempo seguiría aplicando, no obstante, a lo onírico y extraño; pueden destacarse, entre otros muchos ejemplos, lienzos como Madonna de Port Lligat (1950, Museo Minami, Tokio), Crucifixión (1954, Museo Metropolitano, Nueva York) y La última cena (1955, National Gallery, Washington). Al mismo tiempo, el pintor producía una enorme cantidad de objetos decorativos carentes de la fuerza transgresora de sus primeras obras surrealistas.
En 1948 regresó a España, fijando su residencia de nuevo en Port Lligat y hallando en el régimen del general Francisco Franco toda suerte de facilidades. El gobierno incluso declaró aquel rincón catalán que tanto fascinaba al pintor "Paraje pintoresco de interés nacional". Para muchos historiadores del arte lo mejor de su obra ya había sido realizado y, sin embargo, aún le quedaban cuarenta años de caprichosa producción y de irreductible endiosamiento y exhibicionismo, con apariciones públicas del estilo de la que protagonizó en diciembre de 1955, cuando se personó en la Universidad de la Sorbona de París para dar una conferencia en un Rolls Royce repleto de coliflores. En vida del artista incluso se fundó un Museo Dalí en Figueres; ese escenográfico, abigarrado y extraño monumento a su proverbial egolatría es uno de los museos más visitados de España.
Durante los años setenta, Dalí, que había declarado que la pintura era "una fotografía hecha a mano", fue el avalador del estilo hiperrealista internacional que, saliendo de su paleta, no resultó menos inquietante que su prolija indagación anterior sobre el ilimitado y equívoco universo onírico. Pero quien más y quien menos recuerda mejor que sus cuadros su repulsivo bigote engominado, y no falta quien afirme haberlo visto en el Liceo, el lujoso teatro de la ópera de Barcelona, elegantemente ataviado con frac y luciendo en el bolsillo de la pechera, a guisa de vistoso pañuelo, una fláccida tortilla a la francesa.
 
La familia Dalí en 1910: desde la izquierda, su tía María Teresa, sus padres, su tía Catalina (segunda esposa de su padre), su hermana Ana María y su abuela Ana.

En su testamento, el controvertido artista legaba gran parte de su patrimonio al Estado español, provocando de ese modo incluso después de su muerte (acaecida en 1989, tras una larga agonía) nuevas y enconadas polémicas. 
El novelista Italo Calvino escribió que "nada es más falsificable que el inconsciente"; acaso esta verdad paradójica y antifreudiana sea la gran lección del creador del método paranoico-crítico, de ese maestro del histrionismo y la propaganda, de ese pintor desaforado y perfeccionista, de ese eximio prestidigitador y extravagante ciudadano que fue Salvador Dalí. 
El chiflado prolífico del Ampurdán, la llanura catalana barrida por el vertiginoso viento del norte que recoge las suaves olas del mar Mediterráneo en una costa tortuosa y arriscada, descubrió el arte de la mixtificación y el simulacro, de la mentira, el disimulo y el disfraz antes incluso de aprender a reproducir los sueños con la exactitud de su lápiz.
Su longeva existencia, tercamente consagrada a torturar la materia y los lienzos con los frutos más perversos de su feraz imaginación, se mantuvo igualmente fiel a un paisaje deslumbrante de su infancia: Port Lligat, una bahía abrazada de rocas donde el espíritu se remansa, ora para elevarse hacia los misterios más sublimes, ora para corromperse como las aguas quietas. Místico y narcisista, impúdico exhibidor de todas las circunstancias íntimas de su vida y quizás uno de los mayores pintores del siglo XX, Salvador Dalí convirtió la irresponsabilidad provocativa no en una ética, pero sí en una estética, una lúgubre estética donde lo bello ya no se concibe sin que contenga el inquietante fulgor de lo siniestro.

Marquesado de Dalí de Púbol.

  

El marquesado de Dalí de Púbol fue un título nobiliario español, creado por el rey Juan Carlos I de España el 24 de julio de 1982 a favor de Salvador Felipe Jacinto Dalí i Domènech, insigne pintor español, máximo representante del surrealismo.

Denominación

La denominación del título hace referencia al apellido paterno y al castillo de Púbol, en Púbol, en la provincia de Gerona, lugar de residencia del pintor.

Carta de otorgamiento

El texto expositivo y dispositivo del Real Decreto dice así:

«En atención a los méritos y circunstancias que concurren en el extraordinario pintor don Salvador Dalí Domenech, cuya obra constituye una de las más relevantes creaciones artísticas de nuestro tiempo, en prueba de Mi Real aprecio a su persona y de reconocimiento de sus excepcionales aportaciones a la cultura española del siglo XX.
Vengo en otorgar el título de Marqués de Dalí de Púbol para él y sus sucesores, con exención de derechos fiscales en el acto de su creación y en la primera transmisión.
Así lo dispongo por el presente Real Decreto, dado en Madrid a veinticuatro de julio de mil novecientos ochenta y dos».

En un principio, el título fue concedido con carácter perpetuo y hereditario. Sin embargo, a petición expresa del otorgado, se convirtió en un título meramente vitalicio:

«Accediendo a la petición formulada por don Salvador Dalí Domenech, Marqués de Dalí de Púbol, en el sentido de que dicha merced nobiliaria, perpetua en su creación, se transforme en vitalicia, dada su situación de viudez, carecer de descendientes y estimar que el otorgamiento de tan honrosa distinción se ha basado en méritos y circunstancias personales.
Vengo a disponer que el título nobiliario de Marqués de Dalí de Púbol, merced creada con carácter perpetuo, lo sea desde ahora vitalicia y vinculada a la vida del insigne pintor a quien se concedió.
Dado en Madrid, a 20 de abril de 1983».

Armas


De merced nueva: en campo de oro, un águila de negro; timbre: un águila de negro; corona de marqués.

Salvador Felipe Jacinto Dalí i Domènech (Figueras, 11 de mayo de 1904 – ib., 23 de enero de 1989), i marqués de Dalí de Púbol (24 de julio de 1982 - 23 de enero de 1989), hijo de Salvador Dalí i Cusí y de su esposa Felipa Domènech i Ferrés, nieto paterno de Gal Dalí i Viñas y de su esposa Teresa Cusí i Marcó y nieto materno de Anselm Domènech i Serra y de su esposa María Anna Ferrés i Sadurní.
Contrajo matrimonio con Elena Ivanovna Diakonova "Gala" (Kazán, Rusia, 26 de agosto de 1894 - Port Lligat, 10 de junio de 1982), sin descendencia.



  

El castillo de Púbol es una fortificación gótica-renacentista del siglo xi situada en la pedanía de Púbol, perteneciente al municipio de La Pera, en el Bajo Ampurdán, que se convirtió en centro de la baronía de Púbol, y en los años 1970 residencia de Salvador Dalí, que en 1982 fue nombrado marqués de Púbol.

Historia

Medievo

Las primeras evidencias del castillo aparecen en un documento de 1065 en el que Gaufred Bastons cedió su potestad, junto con el de Cervià, a los condes de Barcelona (en aquel momento Ramón Berenguer I y Almodis de la Marca). A mediados del siglo xiv fue adquirido por Arnau de Llers. Más adelante pasó a propiedad de la familia Cervià y en 1370 consta como patrimonio de Jaspert de Campllong. A la muerte Francisco de Corbera y de Campllong, le sucede su hija Isabel de Corbera-Campllong, la cual, fruto de su segundo matrimonio el hijo Francisco de Requesens-Campllong, se convierte en barón de Púbol y se inicia un largo período en que el nombre de Requesens perdura hasta principios del siglo xvii.
 El castillo y la iglesia actuales datan alrededor del año 1420, en tiempos de los señores de Púbol, denominados Corbera, cuyo escudo se exhibe en varias ocasiones en el interior del edificio. Posteriormente fue propiedad de los Olmos, los Tormo, los de Balle y de Miquel, después marqueses de Blondel de l'Estany. El edificio del castillo, a pesar de que ha sido desvirtuado por sus reformas posteriores, conserva buena parte de las estructuras interiores de los siglos xiv y xv.

Residencia de Salvador Dalí

En 1969, Salvador Dalí le prometió a su amada Gala la compra de un castillo. Después de que fallaran las negociaciones con el castillo del Ampurdán, el castillo de Foixá y el castillo de Requesens, finalmente adquirió el castillo de Púbol que se encontraba en muy mal estado. Se iniciaron las obras de restauración bajo las órdenes del genial pintor, con la decoración interior creada íntegramente por el mismo Dalí, de modo que el castillo entero se convirtió en una obra suya que regaló a Gala.

Gala me cogió de la mano y de repente me dijo: Gracias una vez más. Acepto el castillo de Púbol, pero con una sola condición: que solamente vengas a visitarme al castillo por invitación escrita. Esta condición halagaba sobre todo mis sentimientos masoquistas y me entusiasmaba, Gala convertía el castillo en el inexpugnable que nunca había dejado de ser. La intimidad y, sobre todo, las familiaridades disminuyen todas las pasiones. El rigor sentimental y las distancias, como demuestra el ceremonial neurótico del amor cortés, aumentan la pasión.
Salvador Dalí

Gala frecuentó el castillo entre los años 1970 y 1980, especialmente durante el verano, hasta diciembre de 1982, cuando fue enterrada en el mausoleo subterráneo que Dalí había diseñado para ella y para él3​ (aunque Dalí acabó enterrado en el Teatro-Museo de Figueras). La muerte de Gala afectó considerablemente al artista, que se trasladó al castillo durante los dos años siguientes. En 1984 se produjo un incendio en el edificio que produjo graves quemaduras en el pintor, trasladándose a la torre Galatea, un edificio anexo del Teatro-Museo de Figueras, donde permaneció hasta su fallecimiento.

La casa-museo Castillo Gala Dalí de Púbol, abierto al público en 1996, permite descubrir un edificio medieval donde Salvador Dalí materializó su esfuerzo creativo pensando en una persona: Gala. Se puede visitar del 15 de marzo al 31 de diciembre.

Arquitectura

La estructura básica del edificio actual, de tres plantas articuladas a partir de un patio central alto y estrecho, hay que situarla durante el período de máximo esplendor de la baronía de Púbol: segunda mitad del siglo xiv y principios del siglo xv. De estilo gótico-renacentista ha sufrido numerosas transformaciones.

Pozo de Salvador Dalí con las cabezas de Richard Wagner.

En el interior se pueden ver pinturas y los dibujos que Dalí regaló a Gala para exponer en el castillo, además de las esculturas de elefantes de largas patas que decoran el jardín, la piscina con bustos de Richard Wagner, una colección de trajes de alta costura de Gala, el mobiliario y los numerosos objetos con los que decoraron el castillo, un Cadillac negro estacionado en el garaje,​ así como el mausoleo de Gala.

Gala Dalí.




Gala Dalí (nacida Elena Ivánovna Diákonova;​ en ruso: Елéна Ивáновна Дья́конова; Kazán, 7 de septiembre de 1894-Portlligat, 10 de junio de 1982) fue una artista surrealista y musa de sus maridos Paul Éluard y Salvador Dalí, con quien fue coautora de numerosas obras. Se casó con Salvador en 1932 por lo civil y de nuevo en 1958 por el rito católico.

Biografía

Nació en una familia de intelectuales de Kazán, siendo su padre Iván Diákonov funcionario del Ministerio de Agricultura del Imperio ruso, lo que hizo que viajaran por Siberia debido a su cargo. El matrimonio, que tuvo otros tres hijos (Vadim, Nikolái y Lidia), vivió durante un breve período de tiempo en Pokróvskoye, residencia de su abuela paterna.
Tras la muerte de su padre cuando ella contaba con once años, su madre rehízo su vida con un abogado judío de Moscú al que consideró su verdadero padre, por lo que se trasladaron a dicha ciudad, a la famosa calle Arbat, donde surgió su amistad con la poeta Marina Tsvetáyeva y su admiración hacia los clásicos como Dostoyevski.
Debido a sus destacables calificaciones, fue habilitada para ser profesora particular, aunque, en 1912 fue internada, debido a la tuberculosis, en un sanatorio de Clavadel, cerca de Davos (Suiza). Tenía 19 años y, durante aquella época, conoció al que sería su primer marido: Paul Éluard, al que animó a dedicar su vida a la literatura. Entre ambos surgió una relación amorosa que, tras su recuperación dos años más tarde, les llevó a abandonar el sanatorio y regresar a sus respectivos países, con la promesa de reencontrarse para casarse. Gala siguió carteándose con Éluard y cruzó Europa a principios de 1916, en plena Primera Guerra Mundial, para trasladarse en París a la residencia de los padres de Éluard. 
Esta situación tan irregular en la época se formalizó al casarse ambos el 21 de febrero de 1917​ y, un año después, con el nacimiento de la única hija que tuvo Gala llamada Cécile y a la que nunca prestó atención, ya que detestaba la vida maternal.
Los primeros contactos de su marido con el surrealismo hicieron que ella también se interesara por el mismo y tuviera una conducta sexual liberal. El matrimonio entabló una relación sentimental con el alemán Max Ernst, además de relacionarse con otros artistas como Louis Aragon, convirtiéndose Gala en su musa y siendo representada en sus obras. Gala no fue únicamente una inspiración para el resto de surrealistas, sino que fue consideraba prácticamente la única mujer del movimiento. No obstante, su fuerte carácter provocó que se ganara la enemistad de algunos miembros como André Breton o Luis Buñuel.
El matrimonio viajó en agosto de 1929 a Cadaqués (Gerona) junto a René Magritte, Luis Buñuel y otros amigos para conocer a Salvador Dalí.​ A pesar de que él era diez años menor que ella, ambos se enamoraron e iniciaron una polémica relación que acabó con el divorcio de Gala y Éluard ese mismo año.

​ Tras unos años viviendo juntos, Dalí y Gala se casaron en 1932 por lo civil en el ayuntamiento del XIV Distrito de París y, poco después, debido a un mioma uterino, tuvo que ser sometida a una histerectomía.
Fue la mayor inspiración de Dalí, quien solía decir que ella fue «la única que lo salvó de la locura y de una muerte temprana».
 Más allá de su atribuida genialidad, Dalí era un hombre problemático, inseguro y desorganizado y fue Gala quien actuó como su agente e intermediaria entre el genio y el mundo real, especialmente durante su llegada a los Estados Unidos en 1940, a donde huyeron tras el avance del nazismo hacia París. Allí se mantuvieron durante ocho años y Gala, al dedicarse a dichos menesteres, hirió muchas sensibilidades y fue acusada de materialista. 
Tuvo también numerosas relaciones extramatrimoniales, a las que Dalí nunca se opuso. Tal vez porque estaba fascinado por el morbo del candaulismo, una parafilia similar al voyeurismo. Fue una mecenas para jóvenes artistas y en sus últimos años hacía regalos caros a quien se asociaba con ella, como el cantante de rock Jeff Fenholt al que regaló, supuestamente, pinturas de Dalí y una casa de un millón de dólares en Long Island.

Dalí y Gala volvieron a casarse el 8 de agosto de 1958, esta vez por el rito católico en una ceremonia íntima en el Santuario de los Ángeles (San Martivell, Gerona);6​ a pesar de ser cristiana, pero no católica, sino ortodoxa. En 1968, el pintor compra a Gala el castillo de Púbol, en una pequeña aldea en la comarca del Bajo Ampurdán, a Gala para su deleite, ya que siempre había querido tener uno, al que su marido únicamente podía acceder por invitación previa. Gala habitará el castillo entre los años 1971 y 1980, siempre durante el periodo estival.
Tras recibir la extrema unción por un párroco de La Pera en presencia de Dalí y Antoni Pitxot, falleció en la residencia que el matrimonio albergaba en Portlligat el 10 de junio de 1982 y fue trasladada al castillo de Púbol en el Cadillac de la familia, actualmente expuesto en el Museo-Dalí, con la intención de ser embalsamada y enterrada en una de las dos criptas que Dalí preparó durante las obras de restauración.​ Ambas criptas fueron deliberadamente construidas una junto a la otra, incluso las manos se entrelazaban bajo tierra. Allí se trasladó el genio para pasar sus últimos años de vida y no separarse de su musa, deseando ocupar la cripta vacía al lado de Gala, algo que finalmente no ocurrió debido al incendio que lo obligó a trasladarse a Figueras en 1984.

Influencia

Gala es vista como una mujer libre, culta; por lo que se considera como una mujer desarraigada de los estereotipos de su tiempo. Sin duda de personalidad compleja y poliédrica, tan surrealista como el propio Dalí, todos los que han indagado en su figura y han leído sus manuscritos coinciden en que fue el motor que ponía en acción el genio creativo de Éluard y de Dalí y que no solo fue musa, sino que colaboró activamente en la obra de ambos, aunque luego la firmaran ellos… hasta que el pintor decidió a partir de 1950 incluirla en su rúbrica: 
“Firmando mis obras como Gala-Dalí no hago más que dar nombre a una verdad existencial, porque no existiría sin mi gemela Gala“. 


Dos seres extravagantes que formaron un universo común, repleto de excentricidades:

“Todo buen pintor que aspire a crear auténticas obras de arte, antes de nada debe casarse con mi esposa”
“Amo a Gala más que a mi padre, más que a mi madre, más que a Picasso y más incluso que al dinero”.
Salvador Dalí
“En el fondo, no sabes dónde acaba Gala y empieza Dalí” (Montserrat Aguer): Gala fue mucho más que musa y modelo, era su administradora, corregía y sugería en la pintura de Dalí, también en sus escritos. No solo estimulaba su creatividad, también su concentración en el trabajo porque Dalí, que era muy vago, pintó por y para ella. Ganó para sí misma la posición más elevada en el panteón de Dalí. Fue con frecuencia el objeto del trabajo pictórico de Dalí: en su obra, Gala adoptó distintos roles, como el de virgen cristiana en la pintura Virgen de Port Lligat (1950) o figura mitológica en la Leda atómica (1949). Las numerosas pinturas que hizo Dalí de ella muestran el profundo amor que le profesaba. Algunas de estas son ejemplos sobresalientes de la representación de modelos femeninos de mediana edad en la pintura occidental.

Libros

Gala escribió sus memorias al igual que Salvador Dalí, pero dicho manuscrito nunca sería publicado en vida. No sería hasta 2011, cuando fue encontrado en el castillo de Púbol un diario escrito en francés que sería publicado por la Fundación Gala-Salvador Dalí bajo la editorial Galaxia Gutenberg con el título La vida secreta: Diario inédito.1
En 2016 se publicó la novela Gala - Dalí (Espasa), escrita por la escritora Carmen Domingo, en la que se narra la vida de Gala.
La intrusa. Retrato íntimo de Gala Dalí de Monika Zgustová (2018) por la editorial Galaxia Gutenberg.


Itsukushima Shrine.

1 comentario:

  1. uno de los grandes artistas del siglo XX y la época contemporánea

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