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Lema

Libro de Proverbios, 8 20, de la Biblia. "Yo camino por la senda de la justicia, por los senderos de la equidad."

viernes, 12 de agosto de 2011

43.-Países de centroamericana.-a

Luis Alberto Bustamante Robin; Jose Guillermo Gonzalez Cornejo; Jennifer Angelica Ponce Ponce; Francia Carolina Vera Valdes;  Carolina Ivonne Reyes Candia; Mario Alberto  Correa Manríquez; Enrique Alejandro Valenzuela Erazo; Gardo Francisco Valencia Avaria; Alvaro Gonzalo  Andaur Medina; Carla Veronica Barrientos Melendez;  Luis Alberto Cortes Aguilera; Ricardo Adolfo  Price Toro;  Julio César  Gil Saladrina; Ivette Renee Mourguet Besoain; Marcelo Andres Oyarse Reyes; Franco Gonzalez Fortunatti;  Paula Flores Vargas; Katherine Alejandra Del Carmen  Lafoy Guzmán;




América Central, también llamada Centroamérica o América del Centro es la región geográfica dentro del continente americano comprendida entre América del Norte y América del Sur. Está rodeada por el océano Pacífico y el océano Atlántico (el mar Caribe). Políticamente se divide en siete países independientes: Guatemala, Belice, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica y Panamá.
 Desde el punto de vista histórico-cultural, algunos historiadores delimitan la región comprendida por los antiguos territorios de la Capitanía General de Guatemala, es decir, las actuales repúblicas de Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y el estado de Chiapas en México. Desde el punto de vista geográfico la región comprende los territorios ubicados entre los istmos de Panamá y de Tehuantepec. 

Su extensión territorial es de 522 760 km²​ y su población es de 44 671 601 aproximadamente.

En términos generales Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua se ven influenciados e identificados por una etnografía, cultura, economía e historia en singular y por estar relacionados y tener más relaciones con México; Belice se ve influida por los países del Caribe.
Panamá es el único país que cultural, etnográfica, económica e incluso históricamente tienen más en común con Colombia y Sudamérica en general, destacando la poca intención de los panameños por la integración con el resto de Centroamérica.

Población.

América Central o Centroamérica estaba densamente poblada a la llegada de los europeos, y varias culturas se habían desarrollado en ella, aunque parece que su grado de complejidad no superó a las existentes en Mesoamérica. Siendo un espacio de tránsito poblacional, se asentaron en su territorio grupos de las zonas culturales precolombinas de Mesoamérica y de América circuncaribeña tales como los pueblos lencas, náhuas, kunas, chortíes, jicaques, payas, chorotegas, nasos y bribris, que han habitado el subcontinente durante milenios. Las principales familias lingüísticas precolombinas de Centroamérica son la mayense, la xinca, la lenmichí (lenca, misumalpa, chibchense), estos grupos parecen ser de origen autóctono, mientras que otros grupos tendrían su origen en el centro y norte de Mesoamérica, como los náhuas (utoazteca) y los chorotegas (otomangue).

Se cree que los primeros habitantes llegaron a Centroamérica luego del arribo de los primeros seres humanos a América, provenientes de Asia septentrional por el estrecho de Bering o de las islas polinesias hace unos 15 000 años.
Los mayas son los pueblos habitantes de una vasta región que se ubicaba geográficamente en el territorio del sur de México, Guatemala, la zona occidental de Honduras y otras zonas de Centroamérica. Es especialmente importante su presencia e influencia en los actuales territorios de Guatemala, Honduras y en departamentos en la parte norte de El Salvador, con una rica historia de unos tres mil años.
En la actualidad siguen existiendo millones de mayas y hablantes de lenguas mayas, relacionadas con las lenguas mayas del período clásico. Las otras familias lingüísticas de la región no parecen relacionadas con las lenguas mayas y sus orígenes son difíciles de precisar. Aunque recientemente se ha establecido la existencia de un parentesco filogenético de las lenguas chibchas, las lenguas mis «IHT Informe Anual Tursitico 2021 Honduras» umalpas y las lenguas lencas. Lo cual sugiere que esas familias se diversificaron en Centroamérica, lo cual aporta algo de luz sobre la relación de las poblaciones indígenas conocidas de la región.
Tanto Nicaragua como Costa Rica y Panamá se poblaron gracias a las olas migratorias desde diferentes latitudes y de diferentes grupos étnicos y su mezcla con los criollos, pueblos originarios, negros, mestizos y afro-mestizos que habitaban la zona durante la colonia. Los tres países ubicados al sur del istmo centroamericano han recibido inmigración proveniente de Europa, Asia, África y América en diferentes proporciones y contextos históricos como consecuencia de las necesidades de poblamiento de cada uno y el asilo político para refugiados y exiliados que brindan países como Costa Rica y Panamá.


Desarrollo de la civilización maya

Con el máximo esplendor de las civilizaciones americanas, el continente entró en su historia gracias al desarrollo de la escritura, especialmente por parte de los mayas a partir del año 292. Aunque el aislamiento del continente con respecto al resto del planeta no permitió un intercambio de conocimientos que fortaleciera estas culturas para prepararlas a su futuro encuentro con los otros continentes, sus avances son de un gran valor universal y poseen gran vigencia, como es el calendario, las matemáticas, la astronomía, las observaciones geológicas y otros muchos elementos que son hoy materia de estudio.
En 292 comenzó el esplendor de la cultura maya. Este periodo, el clásico, se cerró en el 900 con la decadencia de los mayas. Tikal, Palenque y Copán figuran entre los principales centros urbanos mayas que eran ciudades-estado. En este período se encuentra también la cultura chavín que se extendió desde el occidente del Perú hasta Ecuador en América del Sur, entre el litoral y la ceja de selva. Esta cultura se desarrolló entre el 1500 a. C. y el 500 a C.; es decir, que durante un milenio, prevaleció su hegemonía en todo el quehacer andino de la región o en su área de influencia; tal es el caso de los recientes descubrimientos en las cuevas de Talgua, en Honduras.

Independencia.

Bajo la influencia de los movimientos independentistas del resto de América, Centroamérica declaró su independencia de España sin luchas armadas, la cual se hizo efectiva el 15 de septiembre de 1821. La fecha es considerada todavía el día de la independencia por todas las naciones centroamericanas a excepción de Panamá, que celebra el 28 de noviembre su independencia de España. El capitán general español, Gabino Gaínza, ocupó el cargo de líder interino hasta que se formara un nuevo gobierno.
 La independencia tuvo corta vida, ya que Centroamérica fue anexada al Primer Imperio Mexicano de Agustín de Iturbide el 5 de enero de 1822. Los liberales centroamericanos objetaron este proceder, pero el ejército de México bajo el mando del General Vicente Filísola ocupó Ciudad de Guatemala y calmó los ánimos.
Después de la abdicación de Iturbide, los representantes de las provincias centroamericanas declararon la independencia absoluta de España, de México, y de cualquier otra nación extranjera el 1 de julio de 1823, y se estableció un sistema de gobierno republicano por medio de las Provincias Unidas del Centro de América.
Centroamérica, al igual que el resto de las naciones iberoamericanas (con excepción de Brasil), abolió de una manera total y definitiva la esclavitud tras la consecución de su independencia.

Época republicana.


Bandera de las Provincias Unidas del Centro de América.

Bandera de la República Federal del Centro de América.


La República Federal de Centro América agrupó a la región formada por Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua actuales. Cabe mencionar que el estado mexicano de Chiapas era territorio de Guatemala, al tener antiguamente el rango de Audiencia Real, Centroamérica se une al Primer Imperio Mexicano de Iturbide en 1822, al separarse Guatemala de aquel último, Chiapas, por medio de un referéndum, se incorporó a México. Guatemala cedió únicamente la Región de Soconusco.
El 24 de marzo de 1928, por medio del Tratado Esguerra-Bárcenas, Colombia le reconoció a Nicaragua la soberanía sobre la Costa de Mosquitos. 
Sin embargo, aún existen conflictos limítrofes entre ambos países, después de que la Corte Internacional de Justicia de La Haya, le otorgara a Nicaragua en 2012 casi el 40 % de mar territorial que hasta ese entonces poseía Colombia en el mar Caribe. 
Las actuales pretensiones de la nación centroamericana incluye la extensión de la plataforma continental casi hasta las puertas de Cartagena de Indias, después de perder su lucha por la posesión del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, bajo soberanía del país suramericano​ como estado heredero del Virreinato de Nueva Granada.
Dos países más jóvenes, Panamá y Belice, no comparten la historia común ni el horizonte cultural de Centroamérica, ya que Panamá estaba integrada a los Virreinato del Perú y Virreinato de Nueva Granada, y luego al independizarse de España, se unió voluntariamente a la Gran Colombia; y Belice, por su parte, fue una colonia del Reino Unido.
La exclusión de Panamá en el mencionado proyecto centroamericano se debe a la pertenencia histórica del territorio del istmo panameño al subcontinente suramericano mediante la estructura administrativa colonial, primero del Virreinato del Perú, luego del Virreinato de Nueva Granada, y posteriormente gracias a la asimilación de su territorio a Colombia desde 1821 hasta su separación en 1903.
Panamá no formó parte de los proyectos políticos integracionistas de Centroamérica hasta su incorporación voluntaria al Parlamento Centroamericano en 1992, organismo del cual el gobierno panameño decidió retirarse voluntariamente en el año 2010 aunque no lo logró por muchos años.
Actualmente, República Dominicana también forma parte de esta región desde el punto de vista político y económico, ya que es miembro del Sistema de la Integración Centroamericana, un órgano a cargo de facilitar la integración de la región, del Parlamento Centroamericano y del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana (CAFTA).


Países.



 Belice.

La bandera de Belice fue adoptada el 21 de septiembre de 1981, tras conseguir la independencia del Reino Unido. Está compuesta por un paño azul marcado por dos franjas rojas en los extremos superiores y en el centro un disco blanco en el que está escrito el escudo de Belice.



Costa Rica.


Cinco bandas horizontales, (una) de azul, blanco, rojo (doble ancho), blanco y azul.




El Salvador.

Tres franjas horizontales azul cobalto lustroso vivido vibrante en las exteriores y blanca la central en cuyo centro está el Escudo Nacional.




Guatemala.
Tres franjas verticales de igual tamaño, azul celeste las exteriores y blanca la central en cuyo centro está el Escudo Nacional.



Honduras. 
Los franjas horizontales azules las exteriores y blanca la central en cuyo centro hay cinco estrellas azul turquesa.



Nicaragua.

Tres franjas horizontales color celeste las exteriores y blanca la central.



Panamá.
La bandera de la República de Panamá consiste en un rectángulo dividido en cuatro cuarteles: el superior izquierdo es una estrella azul de cinco puntas sobre fondo blanco; el superior derecho es de color rojo; el inferior izquierdo es de color azul; y el inferior derecho es una estrella roja de cinco puntas sobre fondo blanco.


Demografía.


Población centroamericana prevista entre 2020 y 2050.

Año2020203020402050
Costa Rica  5 094  5 468  5 692  5 773
El Salvador  6 486  6 779  6 931  6 937
Guatemala  17 916  21 213  24 261  26 921
Honduras  9 905  11 449  12 780  13 831
Nicaragua  6 625  7 392  8 049  8 531
Panamá  4 315  4 928  5 442  5 853

  10 848  11 770  12 416  12 796
Total  50 340  57 228  63 157 67 845


Fuente: Elaboración propia. ONU // Expresada en miles de personas.

Natalidad por cada 1000 habitantes. (Año)

Costa Rica 2021 12
El Salvador 2021 16
Panamá         2021 18
Belice         2021 18

Guatemala 2021 21
Honduras 2021 21
Nicaragua 2021 21



Las mayores aglomeraciones urbanas de América Central.

Las aglomeraciones urbanas que superarían el millón de habitantes en América Central, según estimaciones recientes y los datos de los últimos censos oficiales, ordenadas según las estimaciones de Citypopulation:

Población según Citypopulation (2021)​

Población según ONU(2018)

Población según Demographia (2020)​

Población según último censo oficial (Fecha y fuente del censo)



1).-Ciudad de Guatemala,  Guatemala.
3.150.000 H;
2.851.000 H
2.927.000 H
3.015.081 H (2018)

2).-San José, Costa Rica.
2.375.000 H
1.358.000 H
1.945.000
1.441.100 (2019)

3).-San SalvadorEl Salvador.
1.900.000 H
1.107.000 H
1.502.000
1.567.156 (2007)

4).-Tegucigalpa, Honduras.
1.690.000 H
1.363.000 H
1.149.000
   996.658 (2013)

5).-Ciudad de Panamá, Panamá
1.540.000 H
1.783.000 H
1.202.000
1.089.892 (2010)

6).-Managua, Nicaragua
1.320.000 H
1.048.000 H
1.201.000
908 892 (2005)

7).-San Pedro Sula, Honduras
1.210.000 H
1.183.000 H
   878.000
   598.519 (2013)

Nota periodista.

COMUNICADO DE PRENSA.

Centroamérica tendrá 25 millones más de personas en áreas urbanas para 2050.

Junio 09, 2016
 
Tasa de crecimiento urbano de subregión segunda más alta del mundo.

ANTIGUA, GUATEMALA, 9 de JUNIO, 2016 – La población urbana en Centroamérica está experimentando un rápido crecimiento, lo que llevará a que en la próxima generación un 70 por ciento de la población viva en ciudades, en comparación con el 59 por ciento actual. Esto significa que si siguen los niveles actuales de urbanización para 2050 el tamaño de la población urbana se duplicará en más de 25 millones, según el informe “Estudio de la Urbanización en Centroamérica: Oportunidades de una Centroamérica Urbana”, presentado hoy en Antigua, Guatemala.

En la actualidad, los niveles de urbanización en Centroamérica varían por país. Con el 75 por ciento de habitantes urbanos, Costa Rica es el país con la mayor proporción de población urbana en la región. Le siguen  Panamá, El Salvador y Nicaragua con niveles intermedios en torno al 60 Por ciento. En último lugar están Guatemala y Honduras, que tienen un poco más de la mitad de su población viviendo en ciudades pero que están acogiendo nuevos residentes urbanos a gran velocidad.

El estudio también señala que Centroamérica es la región con mayores tasas de crecimiento de población urbana en el mundo, después de África. Sus países presentan tasas de urbanización anual por encima de la media mundial, con una tasa de 2.5 por ciento en Costa Rica y  hasta 3.4 por ciento en Guatemala.
“Para hacer frente a la rápida urbanización de Centroamérica es clave plantearse qué implica para el desarrollo de las ciudades y qué tipo de políticas hay que seguir para beneficiarse de flujos demográficos”, señaló Humberto López, Director del Banco Mundial para Centroamérica. 
“Una mayor urbanización trae asociada una gran serie de oportunidades particularmente en lo referente a la provisión de servicios sociales a la población y a la competitividad del país vía los efectos de aglomeración económica.  Pero no podemos ignorar que también viene asociada a retos tales como la provisión de una vivienda digna a toda la población”.

De acuerdo al  estudio, Centroamérica cuenta con un total de 167 aglomeraciones urbanas. Dichas aglomeraciones pueden convertirse en motores de crecimiento y reducción de la pobreza, ya que es donde se concentran los puestos de trabajo y se consolidan las economías de escala, lo cual fomenta la diversificación de las economías. Ejemplo de ello es que el 78 por ciento del PIB regional de Centroamérica se concentra en ciudades. Además, en el futuro, las ciudades podrán contribuir a mitigar los riesgos asociados a las economías basadas en materias primas, fomentando la transición a industrias que requieren de mano de obra más calificada.
Sin embargo, los procesos rápidos de urbanización también conllevan retos, como la falta de inclusión social y de acceso a servicios básicos de calidad, la competencia por oportunidades y la baja productividad. El informe destaca que el 29 por ciento de los residentes urbanos viven en asentamientos precarios e informales. También señala que a pesar de que la pobreza disminuyó de un 48 por ciento en 1994 a un 33 por ciento en 2013, todavía existen más de 8 millones de personas viviendo en situación de pobreza en los centros urbanos.
Por otra parte, la rápida urbanización, acompañada de poca planificación y control, ha incrementado la vulnerabilidad a desastres naturales. Hoy, las ciudades concentran entre el 70 y 80 por ciento de los activos expuestos al riesgo de desastres. Además, entre 1970 y 2010, las grandes catástrofes como terremotos, huracanes y grandes inundaciones han causado daños y perjuicios que exceden los US$80 mil millones en Centroamérica.
El estudio incluye algunas recomendaciones de políticas públicas frente a los retos de una rápida urbanización, como el fortalecimiento constante de los gobiernos locales y una mejor coordinación intermunicipal. También se sugiere desarrollar una política activa de promoción de acceso a la vivienda, acciones concretas para aumentar la resiliencia y el manejo de desastres y políticas que fomenten una mayor competitividad de las ciudades.



Etnografía

Centroamérica es una región compuesta por 6 países hispanohablantes y uno oficialmente angloparlante (Belice),​ aunque con una importante presencia hispana), con una población absoluta de 43 723 802 hab. en 2010 y 522 760 de km², y una densidad de 85 hab/km², sin embargo, en la región existen países densamente poblados como El Salvador, y otros con escasa población como Belice.
La composición etnográfica de esta región del continente Americano es muy diversa, compuesta principalmente de personas de origen mixto, es decir una mezcla entre los colonizadores españoles y las mujeres amerindias, esta mezcla se denomina mestizo. Honduras tienen los más altos porcentajes de personas mestizas, más del 80 %. Sin embargo, estos también componen la mayoría aunque no son la etnia dominante en Panamá, Nicaragua y Belice.
Costa Rica es el único país donde las personas de origen europeo son la mayoría, se debe a que la población amerindia siempre fue muy escasa, mientras en Guatemala y Nicaragua alcanzan más de un sexto de la población, la mayor parte de los blancos descienden de los antiguos colonizadores de España.
Actualmente, la población amerindia es muy reducida, esta es solo representativa en Guatemala, con cerca de dos quintos de su población, donde predominan hasta 24 grupos étnicos principalmente de origen maya. La mayor parte de la población nativa en la región habita en zonas rurales. Otros componentes de la sociedad centroamericana son los descendientes de africanos, donde la mayoría habita en Belice, Panamá, Nicaragua y Costa Rica. Los descendientes de inmigrantes asiáticos (principalmente chinos) que habitan en Panamá y Costa Rica. Entre otros grupos étnicos. Es importante recordar que la definición y pertenencia a un determinado grupo étnico, al igual que el resto de América Latina, varía de país a país y es determinado más por un sentido sociocultural que genético.


Composición Étnica de América Central 2018
PaísMestizosBlancosAmerindiosNegrosMulatosOtros
Bandera de Belice Belice52,9 %4,8 %11,3 %25,9 %-5,1 %
 Costa Rica83,6 %2,4 %1,1 %6,7 %6,2 %
 El Salvador91,3 %8 %0,1 %-0,6 %
 Guatemala60,1 %39,3 %--0,6 %
Bandera de Honduras Honduras90,0 %1,0 %7,0 %2,0 %--
 Nicaragua69,0 %17,0 %5,0 %9,0 %--
 Panamá65,0 %6,7 %12,3 %9,2 %6,8 %-

Autoridades locales.


Municipalidades.

Guatemala está  formado por 340 municipios.
El Salvador esta formado por  44  municipios. (2024)
Costa Rica esta formado por  84 cantones o municipios.
Nicaragua esta formado por  153 municipios.
Honduras esta formado por  298 municipios.
Panamá esta formado por  81 distritos o municipios.
Belice esta formado por  201 municipios.
 

Idiomas indígenas.


La lengua oficial y la mayoritaria en los Estados centroamericanos es el español, exceptuando Belice, que tiene por lengua oficial el inglés. El principal punto de cohesión del español centroamericano es el uso del voseo en diferente medida y en distintos contextos; la única excepción es Panamá, donde se utiliza el español caribeño. 
Aún sobreviven muchas familias de lenguas prehispánicas, la más importante demográficamente es la familia mayense, aunque también es importante por su extensión la familia lenmichí (lencha-misulmalpa-chibcha) que se extiende hasta América del Sur. 
En Centroamérica también están presentes las lenguas xincas probablemente autóctona de la región y otras lenguas venidas del Mesoamérica como las lenguas chiapaneco-mangues y el idioma Náhuat. La familia tequistlateco-jicaque probablemente también es de origen mesoamericano. El garífuna de la familia arawak, hablado por unas 200 mil personas, fue llevado a Centroamérica durante el período colonial.

Las lenguas mayenses constituyen una familia lingüística formada por unas 26 lenguas emparentadas, habladas en Mesoamérica. Estas lenguas son habladas por, al menos, unos 6 millones de indígenas descendientes de los antiguos mayas, principalmente en Guatemala. En 1996, Guatemala reconoció formalmente 21 lenguas mayenses por su nombre y México reconoció otras 8 que no eran habladas en Guatemala.

Aunque las lenguas americanas tendrían un origen común, dado que se especula que los ancestros remotos de las poblaciones americanas emigraron probablemente, a través del estrecho de Beringia, desde Asia a este continente, actualmente, y como resultado de cambios ocurridos en ellas durante miles de años, son, en la mayoría de los casos, mutuamente ininteligibles.




Las lenguas mayas.




Las lenguas mayenses —también llamadas simplemente mayas—,​ son una familia lingüística hablada en Mesoamérica, principalmente en Belice, Guatemala y el sureste de México.
Las lenguas mayenses derivan del protomaya, una protolengua que pudo haberse hablado hace unos 5000 años a juzgar por el grado de diversificación interna en una región cercana a donde actualmente se hablan lenguas mayenses. Estas lenguas además forman parte del área lingüística mesoamericana, un área de convergencia lingüística desarrollada a través de milenios de interacción entre los pueblos de Mesoamérica.
Toda esta familia muestra las características básicas de esta área lingüística, como el empleo de sustantivos emparentados en sustitución de las preposiciones para indicar relaciones espaciales. También poseen rasgos gramaticales y tipológicos que las diferencian de otros idiomas de Mesoamérica, tales como el empleo de ergatividad en el tratamiento gramatical de los verbos, sujetos y objetos, categorías inflexionales específicas en verbos y una categoría gramatical propia. La lengua mayense más antigua históricamente atestiguada es el maya clásico.
En la Mesoamérica precolombina, algunas lenguas de la familia fueron escritas mediante glifos. Su empleo fue muy extenso particularmente durante el periodo clásico de la cultura maya (c. 250-900 d. C.). La recopilación de más de 10 000 inscripciones mayas conocidas sobre edificios, monumentos, alfarería y códices en papel de corteza,4​ combinada con la rica literatura maya colonial (siglos xvi, xvii y xviii) escrita en el alfabeto latino, son importantes para la comprensión de la historia precolombina.
La familia mayense es una de las mejor documentadas y posiblemente la más estudiada en las Américas. En 1996, Guatemala reconoció oficialmente 21 lenguas mayenses​ y el 26 de mayo de 2003 anexó al idioma chalchiteko, por lo que ahora suman 22 lenguas en reconocimiento oficial;​ mientras que México oficializó a ocho lenguas más mediante la Ley General de Derechos Lingüísticos de los Pueblos Indígenas en 2001.​

La Academia de Lenguas Mayas de Guatemala (ALMG) se estableció en 1986, materializando una institución que tiene la autoridad de determinar acerca de la ortografía de los idiomas de origen maya.



El quiché.


 (autoglotónimo: qatzijobꞌal) es una lengua mayense hablada en Guatemala y el sur de México por los quichés de la sierra central. Con más de un millón de hablantes en Guatemala (alrededor del 7% de la población del país),​ y con 589 hablantes en México (2020),​ el quiché es el segundo idioma más hablado en el país, después del español. También es, junto con el náhuatl, una de las dos lenguas indígenas americanas más habladas en Mesoamérica.

Es parte del grupo quicheano de lenguas, que a su vez forma parte de la familia lingüística de las lenguas mayenses. Es hablado por buena parte de los miembros de la etnia quiché, originaria de Guatemala, aunque también tiene presencia en el sureste de México a causa de la migración de refugiados a ese país durante el período del genocidio maya en los años ochenta. Es la lengua mayense con la comunidad lingüística más extensa y la segunda lengua de Guatemala, después del español. Muchos hablantes del quiché son bilingües de su lengua nativa y español, aunque este fenómeno es menos frecuente en los ámbitos rurales aislados.
Existe una substancial variación dialectal del idioma quiché, y algunos de sus dialectos son considerados en algunas ocasiones como lenguas separadas. La mayor parte de los hablantes emplean la variedad conocida como quiché central, que también es la más empleada en los medios de comunicación y el ámbito educativo. Otros dialectos son el quiché centro-occidental, quiché de San Andrés, quiché de Joyabaj, quiché oriental, quiché de Nahualá y quiché de Cunén. La obra más conocida escrita en quiché clásico es el Popol Vuh (‘libro de la comunidad’).
Aunque los niveles de alfabetización como primera lengua son bajos, la importancia del quiché tiende a crecer tanto en las escuelas como en la radio en territorio guatemalteco. Es reconocido como lengua nacional en Guatemala a raíz de la "Ley de Idiomas Nacionales" aprobado por el Congreso de Guatemala en 2003.
​ En México, como resultado de las reformas a la Constitución de ese país y las leyes reglamentarias derivadas, el quiché tiene reconocimiento de lengua nacional, con la misma validez en el territorio mexicano que el español y otras sesenta y ocho lenguas indígenas.




Idioma quekchí.



El Q'eqchi'—escrito también Q'eqchí' en español y q'eqchi' de acuerdo con la ortografía establecida en la Ley de Idiomas Mayas, es uno de los idiomas usados en Guatemala por la etnia del mismo nombre, en los departamentos de Alta Verapaz, Baja Verapaz, Petén, Izabal, Zacapa y Quiché. Es el idioma con mayor extensión territorial y el segundo en cantidad de hablantes en el país. Además es el más hablado de todos los idiomas mayas.

Es una lengua de origen maya y uno de los idiomas cooficiales de Guatemala. Conforma parte de la familia de las lenguas mayas y pertenece más particularmente a la rama quicheana.
Su pronunciación no es muy simple; este idioma es muy antiguo y unos de los principales pioneros de Guatemala. También hay hablantes de q'eqchi' en Belice, México y más recientemente en El Salvador, producto de las recientes migraciones. Es hablado en su mayoría en áreas rurales de estos países. En Guatemala, es el idioma indígena con mayor porcentaje de hablantes monolingües.
El Q’eqchi’, se derivó de idiomas Proto-Mayas.  El q’eqchi’ abarca las Verapaces, Petén, Izabal y el oriente de Quiché, así como Quintana roo, Yucatán, Tabasco, Copán, la parte sur de Belice, la parte norte de Honduras y en la actualidad existe un gran número de personas que vive en Estados Unidos. 
El idioma q’eqchi’ actualmente ocupa un área geográficamente más extensa que otros idiomas mayas en Guatemala, la lengua contiene considerablemente menos variación dialectal que otros idiomas mayas.
Kaufman 1976:64, nota únicamente dos grupos o zonas dialectales, oriente y occidente: el primer grupo está ubicado en los municipios de Lanquín, Chahal, Cahabón y Senahú, mientras el segundo grupo cubre el área restante.

Es importante mencionar que los Frailes Dominicos en Alta Verapaz se dedicaron a aprender q’eqchi’ y a elaborar una forma de escritura, uno de los resultados de la administración de estos fue que los q’eqchi’s tuvieron más libertad de trasladarse de un lugar a otro dentro de Alta Verapaz y como consecuencia el idioma no sufrió el proceso de dividirse en muchos dialectos como sucedió en el resto de la colonia.
Para la escritura de los idiomas mayas se utilizan grafías o grafemas del idioma español, en el caso particular del idioma q’eqchi’, esto favorecer su estudio, práctica y difusión, así como la conservación del mismo, los idiomas mayas cuentan con un número mayor de grafemas que el idioma español, así como cada una de ellas representa un sonido distinto, contando para ello una representación gráfica para cada sonido.
‘’ La forma oral y escrita de la lengua no cumple con las mismas funciones: la lengua hablada satisface las necesidades inmediatas de comunicación, en un espacio físico cercano y la escrita se graba para la posteridad, cada idioma utiliza un alfabeto particular que se adapte, en lo posible a características propias del idioma y a las comunicaciones sociales del grupo que lo utiliza’’.





Países

​ Población

(2018)

% que habla español como lengua materna

Hablantes de español como lengua materna

% Hablantes de español como 1.ª y 2.ª lengua

Guatemala

17 245 346

60,0 %

10 347 208

86,4 %

Honduras

9 417 167

97,16 %

9 149 719

99,1 %

El Salvador

6 411 558

99 %

6 347 442

99,9 %

Nicaragua

6 284 757

87,4 %

5 492 878

97 %

Costa Rica

4 953 199

97,25 %

4 816 986

99,3 %

Panamá

4 162 618

86,8 %

3 613 152

95,1 %

Belice

382 444

52,1 %

199 253

62,8 %


Trasporte.

La principal autopista de Centroamérica es la Carretera Panamericana, que recorre todos los países de América Central (sin Belice) y conecta a Norteamérica con Sudamérica. Además cada país cuenta con sus propias autopistas troncales, y redes viales primarias y secundarias que conectan con todos sus pueblos y puertos.

Centroamérica esta lugar estratégico geopolíticamente  para el comercio internacional entre los océanos pacifico y atlántico, principalmente a través del canal de panamá y otras vías terrestres interoceánicas segundaria.

Canal de panamá.

  


El canal de Panamá es un canal de navegación ubicado entre el mar Caribe y el océano Pacífico. Atraviesa el punto más estrecho del istmo de Panamá (82 km).

Considerado como una de las grandes obras de la ingeniería mundial del siglo xx,​ el canal funciona a través de esclusas en cada extremo que elevan los barcos hasta el lago Gatún, un lago artificial creado para reducir la cantidad de trabajo requerido para la excavación del canal, a 27.5 metros sobre el nivel del mar, para después descenderlos hasta el nivel del Pacífico o el Atlántico. Antes de su apertura, los pasos naturales utilizados entre los océanos Atlántico y Pacífico eran el estrecho de Magallanes y el cabo de Hornos, ubicados en el extremo austral de Chile.
Desde su inauguración el 15 de agosto de 1914, el canal ha conseguido acortar en tiempo y distancia la comunicación marítima, dinamizando el transporte marítimo y económico al proporcionar una vía de tránsito corta y relativamente barat​ entre los dos océanos, influyendo decisivamente en los patrones del comercio mundial,​ impulsando el crecimiento económico de los países desarrollados y en vías de desarrollo, además de proporcionar el impulso básico para la expansión económica de muchas regiones remotas del mundo.
En 2012, Estados Unidos, China, Chile, Japón y Corea del Sur fueron los cinco principales usuarios del canal,​ que lleva de ocho a diez horas cruzar.
​ El canal ampliado se inauguró en 2016, tras una década de obras. En los últimos años el canal está amenazado por los bajos niveles de agua durante la sequía y debido al cambio climático.

Articulo periodístico sobre el Canal de Panamá. 
Noticia.

El Canal de Panamá sufre una crisis hídrica y mete en problemas al comercio mundial. La Autoridad que gestiona esta infraestructura, clave para el comercio mundial, estima pérdidas de hasta 648 millones de euros este año. La sequía crónica provocada por El Niño limita el número de buques que pueden transitar cada día.

ROBERTO CISNEROS (REUTERS)
Isabella Cota.
México - 20 FEB 2024

Se esperaba que fuese un dolor de cabeza pasajero, pero se está convirtiendo en una migraña crónica. El Canal de Panamá, por donde transitan productos valorados en 270.000 millones de dólares cada año, está inmerso en una crisis hídrica histórica por la que ha tenido que limitar el número de buques que cruzan cada día. Según publican diferentes medios panameños, la Autoridad del Canal ha avanzado que las pérdidas de ingresos en 2024 por la crisis estarán entre 500 y 700 millones de dólares (entre 462 y 648 millones de euros). Mientras tanto, las proyecciones para el nivel del agua siguen bajando.
El problema se mide en pies. El Lago Gatún, un cuerpo de agua artificial en la Ciudad de Panamá que alimenta el Canal, ha pasado de tener un nivel de agua de 88,8 pies a finales de 2022 a solo 81,5 actualmente. Esto es insuficiente para que puedan cruzar 38 buques al día, la capacidad que se veía normalmente. La Autoridad del Canal está permitiendo el paso de solo 20 buques y podría bajar el máximo hasta 18 en las próximas semanas. Y es que las proyecciones del nivel de agua del Gatún apuntan a que en marzo el nivel del agua bajará aún más.
Las restricciones han provocado cuellos de botella, retrasos, aumento de los costes de envío e incertidumbre sobre el futuro del Canal, que este año cumple 110 años desde su apertura. “Estamos a merced de la madre naturaleza”, dice Lori Ann LaRocco, autora del libro Trade War Containers Don’t Lie: Navigating the Bluster (Los contenedores de la guerra comercial no mienten: navegando por la fanfarronería).

 “Cada día que no llueve lo suficiente solo muestra cuán grave es la situación a futuro. La única manera de que esto cambie es si llueve lo suficiente. Y eso, por ahora, no está sucediendo”, agrega LaRocco, también periodista especializada en cadenas de suministro en la cadena de televisión estadounidense CNBC.

En un estudio de la revista Nature publicado el pasado 11 de enero, un grupo de científicos advierte de que el planeta experimentará o bien más condiciones de sequía extrema como la que vive Panamá como consecuencia del fenómeno de El Niño —evento climático relacionado con el calentamiento del Océano Pacífico—, o bien periodos de lluvias extremas. En un escenario conservador, se prevé que estos patrones impactarán a aproximadamente 3.000 millones de personas en el planeta. Pero en un escenario más fatalista, pudieran ser hasta 5.000 millones de personas (66% de la población mundial) para finales de siglo.
El impacto inflacionista por la situación en Panamá ya lo ha sentido el consumidor desde mediados del año pasado. El 40% del tráfico de contenedores de mercancías que tienen como destino EE UU cruzan por el Canal, que se utiliza como alternativa a la red de carreteras y líneas férreas que conectan las dos costas del país, por lo que el precio final de las mercancías ha aumentado. El transporte de cada contenedor les cuesta a las navieras cerca de 8.000 dólares, según LaRocco, y cada retraso es una presión adicional sobre el precio de las mercancías. Las empresas ya están buscando alternativas.
 “Aún no vemos un tsunami de contenedores saliendo del puerto de Nueva York con destino a Los Ángeles, aún no hemos llegado a ese punto. Pero cuanto más tarde en solucionarse [la crisis hídrica del Canal], más comenzará a verse ese efecto”, advierte la experta.
A pesar de la inversión que se hizo hace algunos de años, que costó cerca de 5.000 millones de dólares, para expandir el Canal y permitir la entrada de buques más grandes, ha sido el componente climático el que ha sorprendido a las autoridades.
  “Como alternativas reales y viables están la optimización del sistema de trenes y carreteras dentro de Estados Unidos, así como la construcción en México del Corredor Interoceánico en el Istmo de Tehuantepec”, señala Roberto Durán, profesor e investigador de la Escuela de Gobierno y Transformación Pública del Tecnológico de Monterrey (TEC) en México.

Cambio climático

Además, el cambio climático está abriendo una ruta nueva: el deshielo que se está provocando por el calentamiento global en el norte de Canadá está creando una nueva vía acuática natural que pudiera conectar Asia con Europa, pasando por Norteamérica. 
“En la medida que el comercio global vaya creciendo significa que necesitamos más demanda de capacidad. Y si el Canal de Panamá, lejos de poder expandir esa capacidad, está limitado, ahí tenemos un problema”, opina Durán.
Por si el comercio mundial no tuviera ya numerosos puntos débiles, se le acaba de añadir uno más. La respuesta militar por parte de EE UU y el Reino Unido contra objetivos en Yemen relacionados con milicias hutíes han expandido el conflicto en Oriente Próximo. Los hutíes, en represalia, atacaron el 18 de enero buques comerciales que transitaban por el Mar Rojo, el cual se conecta al Mediterráneo a través del Canal de Suez. Este es otro conducto por el que transita un tráfico pesado de mercancías como parte del comercio global.

“Muchos transportistas marítimos habían comenzado a optar por el Canal de Suez para llegar a EE UU en la costa este y evitar cualquier tipo de demora o tarifa relacionada con el cruce de Panamá”, explica LaRocco, “ahora que tenemos el ataque al Mar Rojo, eso está provocando retrasos y costos adicionales allí también”.

Esto está generando “la famosa triple crisis”, dice Durán.
 “Tuvimos el problema sanitario que provocó una pandemia y por lo que se cierran las fronteras, el problema geopolítico en el que de pronto gente que pensabas que ya no se peleaba comenzó a pelear y, como consecuencia, está cerrando rutas; y luego está el problema climático”, explica el académico. 
De momento, lo único que le queda al Gobierno panameño es mirar al cielo. Está en juego su gallina de los huevos de oro.

  

CRECER EN INFRAESTRUCTURA PORTUARIA

En distintos momentos ha existido la intención de abrir otras rutas interoceánicas justo por la parte más angosta del continente, que es la región centroamericana, sin descartar a México y a Colombia, pero hasta el momento no se ha concretado ningún plan de manera sólida.

El centroamericano no ha crecido en infraestructura portuaria al ritmo del comercio; es uno de los retos que tiene la región: generar más puertos, más rutas logísticas, más parques industriales para que pueda competir en el concierto global.



Solución para la crisis del canal de panamá. 

1).-Construcción nuevo canal interoceánico, el Canal de Nicaragua es un proyecto de canal marítimo de una vía fluvial que conectaría el mar Caribe, en el océano Atlántico con el océano Pacífico a través de Nicaragua en América Central. 
Dicho canal iría por río hasta el Lago Cocibolca (Gran Lago de Nicaragua), y cruzaría el istmo de Rivas para alcanzar el Pacífico. El Canal cubriría un área de 270 kilómetros cuadrados.
La construccion de este canal es a muy largo plazo.

2).-Canales secos.

México inauguró el tren del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec (CIIT) con el que se espera unir el océano Pacífico con el Atlántico, al conectar los puertos de Salina Cruz (Oaxaca), con Coatzacoalcos (Veracruz), en una franja de 303 kilómetros, a través de ferrocarriles.

El ferrocarril de Panamá, une los puertos de Colón (Caribe) y Ciudad de Panamá (Atlántico) transportando pasajeros y contenedores en un tramo de unos 80 kilómetros.





Itsukushima Shrine.


  

ESCRITORES.




Chris Offutt: 

“El 90% de los escritores norteamericanos no saben lo que es alistarte a los 17 en el ejército para tener tres comidas al día”

El escritor, que publica ‘La ley de los cerros’, carga contra la forma en que su país ignora el lugar de donde viene y contra aquello que la literatura margina: a quienes crecen en la clase de sitios en los que él creció

LAURA FERNÁNDEZ
13 MAR 2024

Lleva una enorme piedra colgada del cuello. Es una piedra grisácea con un agujero. Fue así como se la encontró. 
“Ya tenía el agujero. Lo único que hice fue buscar un cordón y colgármela. Lleva conmigo desde entonces. Entonces yo debía tener siete años. Puede que ocho. Lo único que he hecho en este tiempo ha sido cambiarle el cordón. Así que puede decirse que llevo los cerros literalmente encima siempre”, dice. 

El que habla es Chris Offutt (Lexington, Kentucky, 65 años), el rey de la grit lit, o literatura del arroyo, el violento y desesperado noir rural de currantes que viven en pueblos pequeños y dolorosamente empobrecidos, descaradamente marginados, a años luz de cualquier tipo de sueño, incluido aquel que debería pertenecerles: el americano.
 “Crecí preguntándome por qué no había libros que hablasen de los míos, ¿dónde estábamos? ¿Existíamos? Quiero pensar que estoy escribiéndonos para cualquiera que, como yo, se busque y por fin pueda encontrarse”, dice Offutt, y devuelve la piedra a su sitio.

Se abrocha la camisa.

De melena abundante y mirada curiosa, a ratos, perdida, a Offutt lo conocimos en España a través de la historia de su padre, Andrew Offutt, el hiperbólico y salvaje, el nada reconocido y múltiple (había al menos 18 autores conviviendo con él, en su despacho atestado de porno, en realidad, en su cabeza) autor de más de 400 novelas. La historia la narró él mismo en Mi padre, el pornógrafo (Malas Tierras). Empezó publicando relatos sobre la vida en tan apartado y maldito rincón del mundo (no se pierdan su debut, Kentucky seco), y acabó dando forma a su propio detective, Mick Hardin, para explorar el lugar, sus injusticias, sus retorcidos encantos, y a sí mismo. 
“Sí, Mick soy yo. No representa a la gente de allí. Representa a alguien que ha salido de allí, y puede verlo todo desde fuera, pero también lo sigue viendo desde dentro”, dice. 
No es casual que sea militar.

 “La carrera militar representa a veces la única salida para un joven de cierta parte de América. Yo mismo, con otros tres amigos, me alisté a los 17. Ninguno de nosotros llegó demasiado lejos. Yo ni siquiera pasé la prueba física”, confiesa.
No está en los Apalaches el día de febrero en que tiene lugar esta entrevista, sino sentado a una mesa, en el hall de un hotel, en Barcelona. De Barcelona dice que es una ciudad “sofisticada y preciosa” pero también que “sabe de dónde viene”. 
“Es curioso, la gente aquí parece tener muy claro de dónde viene. Todos saben que hay alguien en su familia que salió de un pueblo como el mío.
En Estados Unidos no ocurre eso. Estados Unidos ignora su pasado, porque la clase social es lo único que importa. Cuando llegas alto, olvidas de dónde vienes. No quieres que nada te toque”, asegura. 
Opina que la visión que tenemos de su país es la que dan los escritores de clase media. Una clase media alta. Los que tienen red. Los que saben que, por mal que les vaya la cosa, si levantan un teléfono, alguien les presta dinero y su vida continúa. 
“El 90% de los escritores norteamericanos son ese tipo de gente. No tienen ni idea de lo que es alistarte a los 17 pensando que al menos en el ejército tendrás tres comidas al día y una cama”, dice.
“Voy al bosque y me tumbo en el suelo y espero a quedarme dormido, y duermo, un rato, para despertarme, y observar el milagro, los árboles, los pájaros”
La ley de los cerros (Sajalín) es la más reciente entrega de la vida de Mick Hardin, porque sí, las novelas protagonizadas por Hardin son noirs —”en realidad, es curioso lo del noir porque nada nunca es tan simple, nada es en blanco y negro, me gusta pensar que mis novelas exploran los grises”, apostilla—, pero también son un continuará de la vida de su protagonista, que aquí vuelve, por unos días, a su Kentucky natal antes de irse lejos —a Córcega— después de haber dejado el ejército. Allí se reencuentra con su hermana Linda, la sheriff del condado.
 “Me gusta la idea de que sean hermanos. Normalmente al poli líder le acompaña otro poli tío menor o algo así, y si es una mujer, nunca es su hermana, sino alguien a quien puede dejar de ver si las cosas van mal. Pero ¿qué pasa cuando tienes que llevarte bien con alguien porque es familia?”, se pregunta. 
Hardin es una versión de sí mismo, y si está solo es porque él también lo está. 
“Los escritores pasamos el 80% de nuestras vidas delante de una página, completamente solos”, dice.
Y, sin embargo, no querría no estarlo.

“Me gusta la idea de que, cuando escribo, abro una puerta y vuelvo a ese lugar. Todos mis problemas desaparecen mientras escribo. Y vuelvo ahí. Cada vez. A mi idea de los cerros”.

 Así llama a su pueblo, en Kentucky, donde aún, de vez en cuando, visita la casa en la que creció. 
La última vez que lo hizo se topó con un amigo que acababa de salir de la cárcel —”esa clase de cosas ocurren allí”— y le gritó: 
“¡Pensé que tu padre había vuelto de entre los muertos! ¡Eres idéntico a él!”. 
Cuando viaja escribiendo nada parecido le ocurre, aunque podría ocurrirle a Mick Hardin. ¿Y su obsesión con los bosques? Mick Hardin tiende a tumbarse en mitad del bosque, y dormir, sin más, allí.
“Yo también lo hago”, confiesa.

 “Voy a contarte algo que no le he dicho nunca a nadie”, dice a continuación, y traga saliva. “Voy al bosque y me tumbo en el suelo y espero a quedarme dormido, y duermo, un rato, para despertarme, y observar el milagro, los árboles, los pájaros”, dice.

Se emociona al decirlo. Se enjuga una lágrima antes de continuar. 

“La idea del mundo me parece mágica. Estamos aquí, y es todo tan hermoso. No hay nada como despertar en mitad del bosque y, en ese momento en el que aún estás preguntándote qué pasa, quién eres, ser bañado por un rayo de sol, o el sonido de los árboles. Oír a los pájaros cantar”, insiste. 

Le encantan los pájaros. Tiene con ellos una relación especial, dice. A veces no hace otra cosa que caminar por entre los árboles para encontrárselos. Allí, en algún lugar del condado de Lafayette, en Misisipi, donde ahora vive, lejos ya de los cerros pero cerca igualmente del bosque. 
“Me siento en paz ahí dentro”, asegura el tipo que se hizo escritor después de leer Harriet the Spy, el clásico infantil de la infatigable Louise Fitzhugh.

 “Oh, sí, después de leerlo, empecé a llevar una libreta encima, como la protagonista, para anotar cosas”, confiesa, y, divertido, se saca de un bolsillo una pequeña libreta y un bolígrafo. “Lo sigo haciendo”, dice, y sonríe.

Biografía

Christopher John "Chris" Offutt (nacido el 24 de agosto de 1958) es un escritor estadounidense. Es conocido por sus cuentos y novelas, pero también ha publicado tres memorias y múltiples artículos de no-ficción. En 2005, una de sus historias fue incluida en una colección de cómics editada por Michael Chabon y otra en la antología Noir. Ha escrito episodios para las series de televisión Treme, True Blood y Weeds.

Chris Offutt nació en Lexington, Kentucky, hijo del escritor Andrew J. Offutt y su esposa Jodie. Su hermano Jeff Offutt es profesor de ingeniería de software. Tiene dos hermanas, Scotty Hyde, que vive en Bowling Green, Kentucky, y Melissa Offutt, en San Diego, California. Crecieron en Haldeman, una pequeña antigua comunidad minera ubicada en el condado de Rowan, en las estribaciones de las montañas Apalaches al este de Kentucky.​ Todos asistieron a escuelas públicas. Offutt dejó la escuela secundaria con la intención de unirse al ejército, pero fracasó en el examen físico. Offutt posteriormente asistió a la Universidad Estatal de Morehead y se graduó con un título en teatro y una licenciatura en inglés. Después de la universidad, hizo autostop por todo el país, realizando más de 50 trabajos, todos a tiempo parcial, y comenzó a escribir.
Más tarde asistió al Taller de Escritores de Iowa donde tuvo como profesores, entre otros, al escritor James Salter.

En 1992 Offutt publicó su primera colección de cuentos, Kentucky Seco.​ Su segundo libro fue el libro de memorias de 1993 The Same River Twice.​ En 1997 publicó su primera novela, The Good Brother.
En 1999 publicó su segunda colección de historias, Out of the Woods.​ Su siguiente libro fue un libro de memorias, No Heroes: A Memoir of Coming Home (2002),​ sobre su regreso de seis meses al condado de Rowan, donde había vivido de niño.
La historia de Offutt "Chuck's Buckett" fue incluida en el recopilatorio Mammoth Treasury of Thrilling Tales (2002),8​ de McSweeney, editada por Michael Chabon. En 2005 Offutt hizo su debut en el cómic cuando escribió "Another Man's Escape" para Michael Chabon Presents: The Amazing Adventures of the Escapist.​ Un segundo cómic está incluido en la antología Noir, de Dark Horse Comics.

Offutt ha sido miembro visitante de la facultad en el Taller de Escritores de Iowa, la Universidad de Montana, la Universidad de Nuevo México, el Grinnell College, la Universidad Estatal de Morehead y la Universidad Mercer. Trabaja en la Universidad de Misisipi como profesor visitante.
Además de ficción Offutt escribe artículos de no ficción, los cuales han sido publicados en The New York Times, Men's Journal, y el Oxford American y, algunos de ellos, emitidos en la National Public Radio. Su trabajo es ampliamente traducido, y se enseña en escuelas secundarias y colegios. Sus historias están incluidas en muchas antologías, incluyendo Mejores Historias Cortas Americanas, y Nuevas Historias del Sur (cuatro obras). Se han presentado dos veces en "Selected Shorts" en NPR. También ha escrito guiones para series de televisión.

Galardones

Su obra ha recibido premios de la Fundación Lannan, la Fundación Guggenheim la Academia Americana de Artes y Letras y la Fundación Nacional para las Artes. Recibió un Premio Whiting en Ficción y No Ficción. En 1996 Offutt fue nombrado uno de los veinte mejores jóvenes escritores de ficción estadounidenses por la revista Granta.



  

Narrativa

Retrato de la Norteamérica «anarco-facha»

06 Jun 2023
BEATRIZ GARCÍA 
  Chris Offutt


El día que Virgil entiende que todo en el pueblo de Blizzard, desde los cerros a los arroyos y, sobre todo, las personas, esperan que vengue la muerte de su hermano Boyd, sale de su casa y empieza a cortar el césped. Porque eso era lo que hacía Boyd, que era el primero en todo, también en dejarse matar. Pero cuando un tranquilo basurero de los Apalaches que sólo era la sombra de su hermano y que hubiera preferido tener “la perfecta existencia de una piedra” se convierte en un asesino, ¿puede seguir siendo Virgil Caudill? Nadie puede fiarse de los espectros, “se pegan a las personas como la corteza al árbol”, escribe Chris Offutt, y cuando Virgil intenta huir del suyo, su hermano Boyd lo hace suplantando la identidad de un muerto. En una huida desde la neblinosa Kentucky hasta los ranchos de Montana, para descubrir que todo el mundo necesita pertenecer a una comunidad y que aquellos que te rodean también son tu destino.
Este es, a grandes rasgos, el viaje que propone Chris Offutt en el que fue su primer asalto a la novela tras el éxito de su libro de relatos Kentucky seco (Sajalín, 2019), ambas publicadas en la década de los noventa con cinco años de diferencia. Pero es un viaje tramposo, es decir, “afortunadamente” tramposo y errático que hace que la historia de un hombre a vueltas con su identidad y su ideal de libertad tome, hacia la segunda parte de la novela, un desvío bastante singular que convierte una “buena obra” en algo antropológicamente fascinante: El tropiezo fortuito de Virgil (o Joe) con una comunidad de verdaderos anarco-fachas llegados a Montana para vivir el sueño del Viejo Oeste, lo que equivale a decir fuck the federal government.
"Chris Offutt talla el paisaje de los Montes Apalaches con la misma navaja con la que talla a sus personajes, todo rezuma y refleja"
Ni cuentas en el banco, ni carnés de conducir, ni nada ni nadie que los controle y los someta. Sólo Dios. Y sólo las armas como extensión de su ideal de libertad. Y muy al contrario del estereotipo del cretino con tirantes, el modo en que Offutt plantea sus ideas —su racismo tribal y francamente repulsivo, teñido de miedo al diferente—, haciéndolos dialogar de un modo brillante (¿alguien dialoga mejor que Chris Offutt?), nos ayuda si bien quizás no a empatizar con ellos, sí a colocarlos en un lugar que no es el de la mofa, sino en el de la pobreza estructural y todo lo que uno se cuenta para que algo “encaje” por fin. Como cuando Ty, un erudito contrabandista de armas, le dice a Virgil:
 “Somos el país más libre de la historia y el que más gente mete entre rejas”. 
Y también: “El odio es el placer más barato que existe”, refiriéndose, por ejemplo, a la mentalidad “búnker” heredada de la Guerra Fría e incluso comparando la radicalidad militarizada de los Panteras negras y estos nuevos forajidos rednecks como “detonadores del cambio”.
"¿Alimenta la grit-lit la llamada cultura de la pobreza? ¿O, por el contrario, nos invita a entender a las personas y sus contextos desde otro lugar?"
Más allá de su indiscutible valor literario (Chris Offutt talla el paisaje de los Montes Apalaches con la misma navaja con la que talla a sus personajes, todo rezuma y refleja), tanto El buen hermano (Sajalín, 2023) como el resto de sus obras, especialmente sus relatos, son absolutamente necesarios en tiempos tan canceladores como los que vivimos. Comprender el contexto del olvidado cinturón del carbón de Estados Unidos, sus cordilleras acribilladas por la minería, la especulación de la tierra, el fácil acceso a las armas cuando no hay más ley que la de tu barrio, la conspiranoia y el rencor al Otro larvado en la desesperación y tan oportunamente utilizado por las élites políticas y económicas es, a la luz de la actualidad, uno de los puntales del universo de Offutt.

¿Alimenta la grit-lit la llamada “cultura de la pobreza”? ¿O, por el contrario, nos invita a entender a las personas y sus contextos desde otro lugar? El odio, sí, es un placer muy barato pero, ¿para quiénes?

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Autor: Chris Offutt. Traductor: Javier Lucini. Título: El buen hermano. Editorial: Sajalín. Venta: Todos tus libros, Amazon, Fnac y Casa del Libro.

  

Críticas Literarias.

'Los cerros de la muerte' de Chris Offutt (Editorial Sajalín)
Offutt regresa al 'noir' rural ·

Miércoles, 17 de noviembre 2021


Un hombre que regresa de escenarios de guerra a su Kentucky natal, donde los códigos de honor prevalecen sobre la ley, vuelve a protagonizar 'Los cerros de la muerte', título con el que Chris Offutt (Haldeman, Kentucky, 1956) firma la primera entrega de una trilogía en curso.

Los cerros de la muerte
Autor Chris Offutt
Editorial Sajalín
Traductor Javier Lucini
Páginas 226
Precio 20 euros

Si en 'Noche cerrada' asomó Tucker, que retornó de la guerra de Corea con once medallas, 440 dólares y un cuchillo de combate, ahora será él que descubra, ya en el ocaso de su vida, el cadáver de una mujer en Choctaw Ridge, una zona boscosa de difícil acceso. Y quien esclarecerá el caso es Mick Hardin, un veterano que tras hacer la guerra en Irak, Afganistán y Siria se ha especializado en la investigación de homicidios. 
Ha regresado de una base militar en Alemania a Rocksalt (Kentucky) porque su esposa se ha quedado embarazada, pero las cosas se complican tanto con su ella como cuando su hermana, sheriff a pesar de los gerifaltes del pueblo, le pide ayuda para esclarecer la muerte de la mujer. Deberá hacerlo antes de que la familia de la víctima se tome la justicia por su mano.
Otras fuerzas más o menos ocultas también intervendrán para resolver el caso sin que les ocasione daños colaterales. En 'Los cerros de la muerte' hay singularidades como que la trama no se centra en la identidad de la víctima, y la pesquisa principal la lleva el hermano de la sheriff (políticamente incorrecto para el empoderamiento femenino). Offutt se centra en los vínculos de la vida comunitaria en Rocksalt, algunos olvidados por la desmemoria y la decadencia del lugar, un territorio donde la gente muere más joven: 
«En todas partes la gente vive un poco más cada año. De media, nuestras vidas son cada vez más cortas. En ningún otro lugar de este país sucede esto. Hace veinte años, la vida aquí era más larga».
 Y Hardin no quiere que esa tendencia se acentúe aún más. .


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