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Lema

Libro de Proverbios, 8 20, de la Biblia. "Yo camino por la senda de la justicia, por los senderos de la equidad."

jueves, 11 de agosto de 2011

42.-Heráldica brasileña.-a



En campo de sinople (por la riqueza forestal del Brasil), una esfera armilar de oro (símbolo del Imperio Ultramarino),sobrepuesta en una cruz patada de gules (emblema de la Orden de Cristo), rodeada por un listel de azur con 19 estrellas de plata (por las 19 provincias del Brasil). Sumado de un casco de oro, in maiestas, cimado de corona imperial de oro y diamantes, forrada de sinople, con lambrequines del mismo color. Acostada por dos sierpes aladas de oro. Sobre dos ramas de café fructificado y tabaco florido (emblemas de su riqueza natural), unidos en la parte inferior por el lazo nacional. Al timbre pabellón imperial.

 

Reyes de Armas.

Hasta su independencia la heráldica en el Brasil es tuvo regulada desde Lisboa por el  Portugal Rei d’Armas y sometida a la legislación heráldica portuguesa. Los armiger portugueses afincados en la colonia trajeron consigo sus blasones, los cuales tuvieron que registrar en el Cartoiro de Rio de Janeiro. En él se registrarían también los concedidos por el Príncipe Regente y después Rey Joao VI, quien a poco de llegar reglamentó la heráldica del Reino Unido de Portugal y Brasil, modificando las Ordenações Manuelinas  de 1514 y creó un
Rey de Armas para América, independiente del que residía en Lisboa. Se diseñaron las armas del reino unido luso-brasileño en forma de una esfera armilar, cargada con las armas reales de Portugal.

En el año 1822, tras la independencia y constitución del Imperio del Brasil, se adoptaron los símbolos imperiales que se usarían con Pedro I. En 1841 su sucesor Pedro II introdujo ligeras variantes en el escudo.



Quatrocentão. 

Es un término usado para designar a miembros de familias de la élite descendientes de los primeros pobladores y exploradores de São Paulo . Este término se utilizó por primera vez a principios del siglo XX, en el pasado se les conocía como primeiros povoadores (primeros pobladores) o nobreza da terra (nobleza de la tierra). Estas familias habían ocupado posiciones importantes como gobernadores, comandantes militares, regidores y exploradores de la Sudamérica colonial temprana. 
Recibieron grandes concesiones de tierras de la Corona portuguesa y se originaron principalmente en Portugal y España , pero algunos en Flandes y otros lugares de Europa. Una parte de los pobladores originales eran nobles de la Casa Real de Portugal. Bajo el dominio de los Austrias y la Unión Ibérica, se les unieron familias españolas, algunas también de origen noble. 
Los primeros de estos pobladores se casaron con descendientes del jefe amerindio de Piratininga, Martim Afonso Tibiriçá , y luego se casaron frecuentemente entre las familias de la Genealogia Paulistana , formando una familia endogámica. Fueron enumerados por primera vez en un estudio genealógico en la década de 1700 por Pedro Taques de Almeida Paes Leme y por última vez en la obra genealógica clásica Genealogia Paulistana, publicada en 1905.

Los quatrocentões y sus antepasados ​​fueron en gran parte responsables de la expansión del Imperio portugués en América del Sur , a expensas del Imperio español . También la Fiebre del Oro Brasileña , que tuvo fuerte repercusión en Europa y en las Américas, la fundación de muchas ciudades en Minas Gerais como Ouro Preto , y también la primera fase de la Industrialización de São Paulo durante el Imperio de Brasil .
 Pero también por el mantenimiento de la esclavitud en Brasil, convirtiendo a Brasil en el último país de las Américas .para abolir la esclavitud en 1888. En el siglo XIX y principios del XX formaron una gran parte de los aristócratas de las plantaciones y la nobleza titulada del Imperio de Brasil . Se volvieron decadentes después de la crisis financiera de 1929 , el surgimiento de nuevos inmigrantes ricos y la Revolución de 1932 , que perdieron contra Getulio Vargas , irónicamente descendiente de estos primeros pobladores de São Paulo. Los Quatrocentões son un grupo polarizador en la historia brasileña, elogiados por algunos y culpados por otros por sus acciones durante el curso de la historia brasileña .

Aunque ya no existe como un grupo social fuerte, todavía se pueden encontrar entre los descendientes modernos de los primeros pobladores de São Paulo muchos empresarios y miembros de la élite política en Brasil y en otros lugares, tanto de izquierda como de derecha. Incluyen presidentes de Brasil ; senadores, diputados y gobernadores brasileños; 

Significado del término. 

Quatrocentão es el aumentativo del idioma portugués para cuatrocientos, lo que implica que estas familias habían estado en São Paulo durante cuatrocientos años a principios del siglo XX, cuando el término se usó para distinguirlos de los europeos y del Medio Oriente recientes (sirios y libaneses). inmigrantes

El escritor y periodista italiano Corrado Pizzinelli los definió de la siguiente manera en 1955:

...son algo más que un noble, del “verdadero señor”, del aristócrata, son los autores y los censores del Gotha Almanach brasileño . Son los poseedores y dispensadores del ser brasileño. Para ellos, el mundo comenzó hace cuatrocientos años, cuando los primeros portugueses y sus familias, de las que descienden, llegaron a Brasil. Los quatrocentões son amables, tiernos y orgullosos. Tienen un fuerte sentido de casta y son inaccesibles: constituyen el 70 por ciento de la clase política gobernante de Brasil, se defienden por todos los medios de la sociedad.
Presencia geográfica en Brasil 

Además de su conexión con el estado de São Paulo , y dada la naturaleza expansionista de los primeros pobladores ya en el período colonial, hoy se pueden encontrar descendientes en los estados de Río de Janeiro , Paraná , Santa Catarina , Rio Grande do Sul , Goiás . , Mato Grosso do Sul , Mato Grosso y Minas Gerais . Se ha estimado matemáticamente que alrededor de 15 millones de brasileños son descendientes de estos primeros pobladores (menos del 10% de la población brasileña).

ELITE BRASILEÑA.

En tiempos de la colonia muchos nobres  (nobles) portugueses emigraron a ella como conquistadores, aunque en su mayoría se trataba de segundones en busca de labrarse un porvenir. Pocos títulos del reino fueron con ellos, salvo con un papel específico de altos funcionarios del gobierno o de la milicia. 
La afluencia de gentes pretendidamente nobresentre los  reinois llegados de la metrópoli que reclamaban cargos y prebendas, alarmó a los oficiales de la Câmara (Cabildo) de Rio de Janeiro que en 1726 denunció la presencia de falsos nobles en la ciudad que solo pretendían engañar a los pobladores y situarse en la vida social. El rey decretó que cuantos pretendieran ser nobles debían presentarlos documentos fehacientes en la Câmara, bajo sanción de multas y arrestos, registrando así su nobleza de origen, sus encomiendas y blasones, en los libros del Cartorio da Nobreza e Brasoes.

escudos 

La elevación del Brasil en 1815 a la categoría de reino llevó a la creación de los primeros títulos nobiliarios brasileños, con los que Joao VI trató de rodearse de una pequeña corte y a la vez conseguir las rentas necesarias para mantenerla, en sus seis años de permanencia concedió títulos a 28 Marqueses,8 condes, 16 Viscondes y 21 Barões, premiando así a los portugueses que el habían acompañado en su exilio, pues solo cuatro de ellos eran naturales del Brasil. 
Repartió también gran cantidad de insignias de las Órdenes Históricas portuguesas, en todas sus categorías (4.048 de la Orden de Cristo, 1.422 de Aviz y 490 de Santiago de la Espada).
 
Los títulos fueron por lo general hereditarios, honrando así a toda la familia del beneficiario y las órdenes muy apreciadas, pues suponían un ascenso social, especialmente recibir una gran cruz, lo que suponía obtener tratamiento de Vossa Excelência y ostentar blasones. Fue muy criticada esta proliferación de títulos y honores, máximo que hasta entonces los reyes portugueses habían sido muy parcos en concederles:
"Tornar- se Conde em Portugal exigia 500 años, no Brasil apenas 500 contos”

 Más esto no sería nada comparado con la avalancha de títulos y de órdenes que se otorgarían por los dos emperadores, que le sucedieron durante los 67 años que duró el Imperio. En el periodo 1822/1890 fueron concedidos1.211 títulos: 5 Duques (el de Caxias,  a Dom Luis Alves de Lima e Silva, y los demás dentro de la familia imperial), 47 Marqueses, 51 Condes, 235 Viscondes  y 875 Barões, que beneficiaron a 986 personas, pues 225 titulares recibieron más de un título en su vida, muchas veces de la misma denominación pero sucesivamente se iba sustituyendo por otro de superior categoría.

Muchos de los nuevos titulados mudaron su apellido adoptando en su lugar el nombre del título, al igual que siglos antes en Portugal habían hecho los señores feudales al obtener un señorío. Tras de ellos venían los altos cargos públicos y los políticos, luego los militares, después comerciantes y banqueros, todos ellos pertenecientes a la burguesía acomodada, aunque siempre respetando los impedimentos a que antes hemos aludido. Lo que no fue obstáculo a que varios de raza negra o indígena fueran honrados con un título, pues estas razas eran puras, ya que lo que se rechazaba era de mezcla de razas, condición que por otra parte se iba extendiendo cada vez más entre el común de la población.
 
Sin embargo, estos títulos y órdenes eran ya muy distintos a lo que habían sido en el Reino de Portugal. Ya que eran solo nobiliarquicos  al modo napoleónico, por quien Pedro I sentía una gran admiración, por lo que ya no concedían nobleza a sus titulares, proscrita en aquellos tiempos, y por lo tanto sin ninguna exención de las cargas y obligaciones de la sociedad. Tampoco eran transmisibles a sus descendientes. Se trataba de una gracia ad personam otorgada por el emperador, en premio a los méritos y servicios del beneficiado, con estricto carácter personal y a la muerte de éste retornaban al  fons honorum imperial . 

El Emperador podía volver a concederlo con la misma denominación, aunque fuera apersona sin ningún parentesco con el anterior titular. Para ello el Consejo de Ministro se elaboraba una lista de posibles agraciados, incluyendo también las propuestas de los Presidentes de las Provincias, que dos veces al año era enviada al Emperador, con motivo del aniversario del emperador y el de la emperatriz. Los candidatos eran cuidadosamente escogidos tanto por los méritos prestados al Imperio como por la importancia de su familia. Debían presentar un árbol genealógico probando que no tenían ningún impedimento de bastardía, sangre infecta, oficio mecánico o crimen de lesa majestad.

La concesión del título mediante Carta de Mercê, implicaba la sustitución del apellido por el del nombre del título y el uso de un blasón propio del mismo, mientras que sus hijos seguían usando el apellido familiar y no se beneficiaban de tal concesión, salvo que tenían preferencia para ingresar en las academias militares y acceder a los oficios palatinos.
 Había que satisfacer al emperador, según el baremo establecido 2.450.000 reis por un Ducado, 2.020.000 reis por un Marquesado, 1.575.000 reis por un Condado , 1.025.000 reis por un Viscondado  y 750.000 reis por un Baronato. A ello había que sumar 366.000 reis por incoar el expediente, más 170.000 reis por el registro de su título y blasón en los libros del antiguo Cartório de Nobreza e Fidalguia. 
Importantes sumas, que solo estaban al alcance de las familias más acaudaladas, pues debemos considerar que en aquellos tiempos un kg de oro costaba un millón de reis. Los dos emperadores se aprovecharon, de la ambición de figurar y ser noble que tenía la elite brasileña, para obtener así saneados ingresos con que mantener su corte en Petrópolis y sentar las bases de su dinastía rodeándose de nuevos marqueses, condes.. etc, que se pavoneaban de sus fortunas en las fastuosas ceremonias de la Corte imperial.



Escudo brasileños



Brasil se nos presenta como un imperio sin nobleza hereditaria, pues los títulos y blasones otorgados por el Emperador eran ad personan  y no podían ser usados por sus hijos, ni eran transmisibles a sus descendientes. En consecuencia en el Imperio no existió una clase nobiliaria con un estatuto propio y privilegiado. Los nuevos nobres  no gozaron de privilegio alguno salvo el de poder ser nombrados veadores, chaperones , mayordomos y otros cargos de la Corte, y que sus hijos pudieran ingresar como cadetes en ejército y la marina. Solo servían como ostentación personal de riqueza y poder político entre la elite, principalmente de los grandes propietarios rurales que podían optar a ellos. Se persiguió el uso indebido de título o blasón por considerarlo un delito de hurto (estelionato) severamente castigado.


En recuerdo de la Grandeza que habían introducido en Portugal los Reyes de España, durante el periodo que habían regido aquellas tierras, los Emperadores de Brasil introdujeron un extraño concepto que era la concesión de Honores de Grandeza. Gozaban de ella todos los títulos de duques y marqueses, pero que no tenía nada que ver con las amplias preeminencias que dentro de los titulados habían tenido los Grandes en España. Su preeminencia era solo honorífica, pues en la práctica solo suponía que al referirse a él se debía hacer con las alutación de Vossa Excelência,
castigándose al que así no lo hiciera, y podían blasonar con sus armas la fachada de sus mansiones. Unos ciertos Honores los obtuvieron también 146 vizcondes y 135 barones, pues aunque en su caso no podían blasonar sus fachadas con ellos si podían timbrar sus blasones con una corona correspondiente al rango superior: la de conde los vizcondes con grandeza y de vizconde los barones con grandeza. Se los honraba con el tratamiento de Vossa Senhoria,
mientras que los demás Vizcondes y Barones recibían el de Meu Senhor  (..Conde o…Visconde)
nobleza brasileña

Los emperadores nacionalizaron las órdenes portuguesas creando sus homónimas del mismo nombre: Imperial Ordem Militar de São Bento de Aviz  e  Imperial Ordem Militar de Nosso Senhor Jesus Cristo.
Además crearon la Imperial Ordem da Rosa y la  Imperial Ordem do Cruzeiro,  autorizadas por la Santa Sede en1827, aunque en 1845 perdieron su carácter religioso convirtiéndose en distinciones honoríficas. Se distinguió con ellas a más de 25.100 personas. Muchos de ellos eran de humildes orígenes e incluso mestizos o indígenas, pues en el Brasil, a diferencia de lo que ocurría en España, no se precisaba presentar pruebas de nobleza para ser investido caballero. Sus hijos tenían preeminencias para ingresar en la carrera militar. Los Grandes Cruces tenían tratamiento de Excmo. Sr. Dom…., y derecho a escudo de armas.
Familia imperial brasil
  
En el año 1816 se organizó un Cartoiro da Noblereza e Fidalguia , en la capital de Rio de Janeiro, en el que incorporaron los registros del antiguo Cartoiro y se conservaron en él las Cartas de Nobreza e Brasoes Imperiales, aunque muchos de ellos se perdieron en 1848. En 1872 se agruparon todos en un solo libro que hoy se conserva en el  Arquivo Nacional Brasileiro. Estaba dirigido por un Rei d’Armas o Escrivanho de Brasoes, Possidônio da Fonseca fue el primero de ellos y después Luis Boulanger, quienes a instancias del emperador modificaron el diseño heráldico portugués, adoptando el formato y terminología francesa, ya que Pedro I fue un admirador de Napoleón.

En la heráldica brasileña se distinguen dos tipos de escudos: a) los traídos desde la metrópoli por personas de condición noble, en tiempos de la colonia. Elaborados por los Reyes de Armas lusitanos según las normas portuguesas establecidas por las Ordenações Manuelinas  de 1514. Cuyos armigers  (titulares) hubieran debidamente registrado en el Cartorio da Nobreza e Brasaos de Rio de Janeiro.
Se caracterizan por que los escudos aparecen dibujados a la valona, inclinados un tercio sobre la vertical como si pendieran de su tiracol. Todos lucen una vistosa policromía y llevan un yelmo adiestrado, con su burelete y sus lambrequines, a fin de significar la ascendencia guerrera y noble del armiger
En el caso de las familias de descendencia regia, los títulos y los consejeros reales el yelmo es un un elmo d’ouro  terciado tres cuartos. En todo sellos una cimera a modo de cresta corona el yelmo, siguiendo la influencia inglesa


b) Las Cartas de Brasâo de Armas concedidas por el Emperador, a petición de los Títulos Imperiales y los Caballeros Grandes Cruces, pues solamente ellos tenía derecho a solicitar un escudo de armas, exclusivamente para su uso personal ya que no tenía carácter familiar. Además no todos los títulos tenían su blasón, solo 239 de ellos (20%) lo solicitaron y registraron, lo que demuestra el escaso interés que los blasones tuvieron durante el imperio. Se daba la singularidad que así como los blasones portugueses benefician a una familia, por lo que pueden ser heredados por todos los descendientes del armiger que prueben su entronque con éste. Los blasones imperiales solo pueden ser utilizados por el beneficiado y a su fallecimiento retornan al Imperio. Aunque dentro de los Títulos Imperiales hubo 106 de ellos cuya denominación fue el cognomen familiar, deseando así el Emperador premiar a todo un linaje, por lo que excepcionalmente en este caso el blasón si podía ser usado y heredado por los descendientes, aunque sin las coronas de rango o veneras de éste.

Se puede observar las diferentes coronas de rango, según la calidad del título, así de menor a mayor tenemos la de los Baroes,  formada por un círculo de oro, realzado por pedrería de gules y sinople, con tres sartas de perlas, puestas de arriba abajo. Los Viscondes, círculo de oro con pedrería, realzado de cuatro puntas de oro rematadas en una gruesa perla de plata, alternando con cuatro perlas iguales puestas sobre el borde del círculo, aunque al estar de frente solo se ven tres y dos.
Los Condes  ,círculo de oro, realzado de dieciocho puntas de oro rematadas en una gruesa perla de plata, de las que al estar de frente solo se ven nueve puntas. Las coronas van superadas por un yelmo con sus grilletas. Cimado por el burelete del que salen los lambrequines y sobre éste la cimera o cresta


En el caso de los Viscondes con Grandeza , sobre el escudo la corona vizcondal había sido substituida por su superior la condal, reposando directamente sobre el escudo. Mientras que los Baroes con Grandeza  lleva bandos coronas, sobre el escudo la baronal y sobre el burelete del yelmo la condal. Nadie podía asumir un nuevo blasón que no fuera autorizado por el Emperador, se castigaba como delito de estelionato (hurto) el uso de un blasón perteneciente a otro armiger 

Manuel Luís Osório (Conceição do Arroio, Río Grande del Sur, 10 de mayo de 1808 – Río de Janeiro, 4 de octubre de 1879) fue un militar brasileño, héroe de su país en la Guerra de la Triple Alianza.



Los  Marqueses llevaban por corona un círculo de oro, engastado de piedras preciosas, realzado de cuatro florones de oro, intercalados por doce perlas de plata, puestas en forma de trébol, sobre pequeñas puntas de oro, delos que al estar de frente solo se ven tres florones y dos tréboles de perlas. Llevaban acoladas las grandes cruces que tenían y sus costados se estableció un original sistema para incorporar las veneras de las diversas órdenes que pudiera haber recibido el armiger 

Luís Alves de Lima e Silva, el Duque de Caxias (Porto da Estrela, Estado de Río de Janeiro, 25 de agosto de 1803 - Desengano, íd., 7 de mayo de 1880) fue un militar y estadista del Imperio del Brasil, tres veces presidente del Consejo de Ministros y comandante del Ejército de Brasil durante la Guerra de la Triple Alianza.

En el caso de los Duques  su corona de rango estaba  formada por un círculo de oro, engastado de piedras preciosas, realzado de ocho florones de oro, semejantes a las hojas de apio, realzados de una perla. Aunque al estar puesta de frente solo se ven cinco. Al timbre un yelmo de plata, perfilado y labrado de oro, con la visera abierta dejando ver el forro de gules, sumado de corona ducal. Pendiente un manto de terciopelo de sinople forrado de plata, acompañado de los collares, grandes cruces y veneras de las ordenes imperiales que hubiera recibido. Tenían el privilegio de poder blasonar con sus armas las fachadas de sus casas, como sucedió en el Imperio Napoleónico, mientras que a los demás títulos les estaba vedado hacerlo.

Pedro I

Los blasones imperiales eran diseñados por el Escrivanho de Brasoes , de acuerdo con las normas heráldicas imperiales. La terminología heráldica empleada es en idioma portugués, traduciendo la utilizada por la heráldica tradicional. Es importante la influencia inglesa, manifestada por la utilización frecuente de las crestas, inspiradas en algún animal, real o fantástico y resaltada de una figura tomada delas de su armería. Al blasón se le denomina cota de armas  o brasâo  y se compone del escudo  (campo), sumado del elmo (yelmo), virol   (torsura), coronei   (corona) y del timbre  (cimera). Se adorna con los  paquifes  (lambrequines), completándose con un listel con el lema familiar.

Pedro II


Se destaca por la variedad de esmaltes: 2 Metais  (metales): ouro, prata;  y 9 Cores (colores):  preto, vermelho, azul,verde, purpura, vinho, escarlata, marron, laranja . Así como dos Peles  (forros):  Arminhos  y Veiros. 
En lo referente a las Partições do escudo  (cuarteles): Partido, Cortado, Fendido, Talhado, Terciado, Franchado y Esquartelado;  y las Peças  (piezas):  faixa, pala, banda, sautor, crux, chefe, flancos y cantao. Aunque también son frecuentes las bordaduras, como  bricas  para diferenciar los escudos de hijos segundos y como alianza de familias. Los leones, lises y crecientes europeos han sido substituidos por ramos de café o de tabaco, cañas de azúcar…., como elementos propios de su heráldica tomando ejemplo del escudo imperial, así como con instrumentos agrícolas, emblemas de las profesiones liberales o símbolos masónicos. Son frecuentes los escudos acuartelados, en los que se combinaban las armas de sus antepasados, aun que se daba la circunstancia que muchos de estos titulados, al carecer de ascendencia noble, se procuraron estudios genealógicos que les hacían descender de las antiguas familias nobles, a las que solo les unía la homonimia, y adoptaron sus blasones para incorporarlos en un cuartelado a sus nuevos escudos.

Pedro II

Escudo  forrado de un campo verde, ubicandose en el centro una esfera dorada sobreimpuesta en una Cruz de la Orden de Cristo. Esta esfera esta rodeada por un círculo azul, que dentro de su interior hay 26 estrellas de plata, representando a las 25 provincias imperiales y a la capital del país (que es un principado). El borde del escudo es de oro.
Al escudo simple se le agregan una corona, que se ubica en la parte superior del escudo simple, y dos plantas de cafe y tabaco, que se ponen en los costados del escudo, para que así se constituya el denominado Escudo Imperial del Brasil.

Cuando el Escudo Imperial es colocado sobre el Manto Imperial, es conocido como Gran Escudo Imperial y es usado en el Pabellón Imperial. Su descripción es la siguiente: Forro de armiñón con reves de sinople y cordones de oro. En la cima del manto esta la corona del emperador brasileña, que tiene el forro interior de color verde; este cambio también sucede con la corona del escudo imperial.



 


Nobleza brasileña.




A principios del siglo XIX se produjo un gran accidente histórico que marcó una época decisiva, de considerable transformación en la vida social y política de la nobleza territorial de Brasil.
El período de bucólica tranquilidad que estaba viviendo la aristocracia local cesó por un inesperado efecto de las grandes guerras y revoluciones que sacudían a Europa desde hacía ya veinte años: la llegada de Don Juan, príncipe regente de Portugal, rodeado de toda una corte. El regente usaba el título de Príncipe de Brasil concedido por el rey Juan IV.

El patriciado rural inicia entonces un movimiento generalizado hacia Río de Janeiro, donde se halla la cabeza del nuevo reino. En ese flamante “Versailles tropical” se enfrentan, entonces, los nobles de la tierra, opulentos en ingenios y haciendas, con su histórico desdén por los mercaderes enriquecidos; los comerciantes, conscientes de su fuerza y riqueza, susceptibilizados por ese desdén ofensivo y los hidalgos lusitanos emigrados, con la arrogancia de sus linajes sobre los hombros y la actitud.
La elevación de Brasil en 1815 al estatus de reino, como Reino Unido de Portugal, Brasil y las Algarves, llevó a la creación de los primeros títulos nobiliarios brasileños. Con la independencia de Brasil del reino de Portugal en 1822, el Imperio de Brasil estableció su propia nobleza, que estaba constituida por los títulos de Duque, Marqués, Conde, Vizconde y Barón y por órdenes honoríficas, condecoraciones y medallas. Entre 1831 y 1840 hubo nominaciones a los títulos y honores de acuerdo al Derecho de Regencia, una corrección constitucional aprobada durante el Período Provisional de Regencia.

Este Imperio que nace en 1822 es democrático no sólo en el rótulo. Tanto es así que al organizar su nobleza, no la hizo hereditaria, condición de perpetuidad. Se tenía la idea de que los títulos de los antepasados no debían de ningún modo beneficiar a sus respectivos descendientes. Así, la Constitución imperial de 1824 no reconocía los privilegios de nacimiento, sólo se premiaría méritos individuales.
Al ser un mero premio, el título de nobleza no podía conferir jurisdicción específica sobre ninguna parte del territorio nacional y menos aún sobre las tierras de las cuales el agraciado fuese propietario. Esto reflejaba la influencia del individualismo y del liberalismo que sopló a todo lo largo del siglo XIX tanto en Europa como en América.
Los títulos nobiliarios eran un signo de poder político entre la élite. Algunos de aquellos nobles eran directos descendientes de la aristocracia portuguesa e incluso de la alta nobleza, especialmente las familias que arribaron en las primeras centurias de la colonización a Bahía, Sergipe, Pernambuco, Río de Janeiro y São Paulo.


Nobleza brasileña en 1869

* Duques 1
* Marqueses 11
* Condes 11
* Vizcondes 36
* Barones 180

Total 239

Entre la nobleza titulada del Imperio se encuentran casos en los que padre e hijo recibían el mismo título; o a veces el título tenía una denominación diferente, aunque se refiriera al mismo toponímico o apellido. Eso no significaba, sin embargo, que éste fuera hereditario, sino que había sido conferido con carácter personal a padre e hijo como recompensa a los méritos individuales de cada uno.

Ejemplo de ello es el Vizconde de Rio Branco, Primer Ministro del Imperio en 1871 y su hijo, el célebre Barón de Rio Branco, diplomático de consumado valor que se destacó por la elaboración de los tratados que establecieron las fronteras brasileñas. El Barón de Rio Branco actuó como Ministro de Asuntos Exteriores del régimen republicano durante la primera década del siglo XX pero antes aún de que cayera la monarquía, el emperador le concedió el título de Barón “do Rio Branco”, sin duda por complacer a su padre.

Cuando el título estaba relacionado con un determinado lugar –Vizconde de Ouro Preto, Marqués de Paranaguá-, los descendientes de un cierto número de titulados del Imperio adoptaron, en lugar de su apellido, el nombre del lugar con el que el título estaba relacionado (de Ouro Preto, de Paranaguá) sin usar el título propiamente dicho. Este procedimiento, que tal vez no fuera estrictamente legal, tampoco suponía que el título fuese hereditario.

La repercusión de estos títulos en la “nobleza de la tierra” fue casi nula. Cuando a un noble de la tierra se le confería un título de nobleza del Imperio, tan vacío de contenido histórico, tenía un alcance poco mayor que el de una mera condecoración. Podía realzar al agraciado dentro de su clase, pero este efecto era mucho menos fuerte que los derivados de la concesión del título de Señor de la tierra por los Reyes de Portugal. Esto ocurrió en mayor medida con los emperadores Pedro I y Pedro II, quienes no se limitaron a conferir títulos nobiliarios a los señores de la tierra, sino a personas de cualquier nivel social, siempre que los considerasen merecedores de dicha distinción por los servicios prestados al país.

Con la proclamación de la república de Brasil, en 1889, la nobleza brasileña se extinguió. También fue prohibido, bajo pena de acusación de alta traición y la suspensión de los derechos políticos, aceptar títulos nobiliarios y condecoraciones extranjeras sin el propio permiso del Estado. Particularmente, los nobles de gran distinción, por respeto y tradición, fueron autorizados a usar sus títulos durante el régimen republicano: un bien conocido ejemplo es el antes dicho Barón de Río Branco.

Nobles destacados

Domitila de Castro do Canto e Melo, Marquesa de Santos
José Maria da Silva Paranhos Júnior, Barón de Rio Branco
Luís Alves de Lima e Silva, Duque de Caxias
Manuel Luís Osório, Marqués de Erval
Manuel Marques de Sousa, Conde de Porto Alegre
Honório Hermeto Carneiro Leão, Marqués de Paraná
João Lustosa da Cunha Paranaguá, Barón de Paranaguá
Afonso Celso de Assis Figueiredo, Vizconde de Ouro Preto











Gonçalo de Faro Rollemberg
Escudo de Armas del Barón de Japaratuba


Gonçalo Accioli de Faro Rollemberg, ( 1819 - Sergipe , 6 de octubre de 1879 ) fue un agricultor brasileño, uno de los principales productores de caña de azúcar de Sergipe a mediados del siglo XIX. 
Recibió las ordenes de la Orden Imperial de Cristo y  la Orden Imperial de la Rosa .

Barón de Japaratuba: Título conferido por decreto imperial el 14 de marzo de , 1860 , aprobado por João de Almeida Pereira Filho .













Propietarios de grandes haciendas dedicadas al cultivo del café en el Valle del Paraíba, Estado de Río de Janeiro en el Brasil de finales del siglo XVIII y principios del XIX. El cultivo del café dio lugar durante el siglo XIX a la aparición de una nueva clase social que junto con los comerciantes apoyaba al gobierno Imperial y dominaba la política. Los Barones del Café Fluminense eran gente que provenía de familias mas bien humildes, y que base de mucho trabajo y ambición consiguieron unas fortunas inmensas; tras muchos años de sacrificios consideraban alcanzada su meta al poder construir el palacete con grandes jardines, avenida de palmeras imperiales, capellán y mayordomo. Sus fincas tenían un tamaño medio de 120 “alqueires”, es decir unos 48.000 m2. 
Los grandes propietarios tenían fincas de 250 a 600 “alqueires” y los mayores propietarios de latifundios poseían dos o más “sesmarias” que tenía cada una alrededor de una legua cuadrada, es decir 4.356 hectáreas. 
En el ámbito del café aparecieron nuevas ciudades, muchas fortunas y bastantes títulos nobiliarios concedidos por los  Emperadores del Brasil. 




Heráldica cívica.



Escudo de la ciudad de São Paulo


Blasón: Escudo portugués, de gules, con un brazo derecho armado, empuñando la bandera de la Cruz de la Orden de Cristo usada por los navegantes portugueses simbolizando la fe cristiana.
Timbre: Una corona de cinco torres visibles (siendo 8 en total), símbolo de la capital del estado.
Tenante: Tallos de café, el principal factor de la economía paulista en la época
Lema : "NON DVCOR DVCO"
“No soy conducido, conduzco”



El Brasil adopta el mismo sistema heráldica cívica  que el Portugal.

Corona mural portuguesa para pueblos

Corona mural de pueblo en Portugal y Brasil:



Toda de plata, con cuatro torres, tres de ellas visibles.

Corona de villa en Portugal y Brasil:


Corona mural portuguesa para villas.

Toda de plata, con seis torres, cuatro de ellas vistas.

Corona mural de ciudad en Portugal y Brasil:

Corona mural portuguesa para ciudades.

Toda de plata, con ocho torres, cinco de ellas visibles.

Corona mural de capital en Portugal y Brasil:


Corona mural portuguesa de capital.

Es como la corona de ciudad, pero de oro.

La diferencia entre las coronas murales utilizadas en Portugal y Brasil difieren en cuanto al nivel de mazonado y tamaño de las torres pero la descripción de las coronas es la misma. No va mal recordar aquello de que la heráldica también es un arte. Diferentes diseños para la misma descripción. Un diseño es válido si concuerda con su descripción textual.

 


Heráldica actual.

Al no existir ya ninguna autoridad que regulara el uso de blasones, se desarrolló una caótica heráldica, muchas veces sin tener en cuenta las reglas del diseño heráldico. En la actualidad los escudos se dibujan verticales, normalmente sin yelmo o corona alguna, ni lambrequines que han sido substituidos por el burelete y la cresta al modo portugués. Se abusa del color al natural y no siempre se respeta la norma que impide superponer esmaltes

Instituciones 

Existen varias instituciones que tratan de estudiar y organizar su heráldica, como la Sociedade Brasileira de Heráldica e Medalhistica, fundada en 1959 y reconocida oficialmente por el gobierno en 1965. Sin carácter lucrativo, entre sus objetivos está asesorar a los particulares y a las instituciones militares y municipales para reconstituir sus escudos adecuándolos a las normas de la heráldica. Así como la Academia Militar Terrestre do Brasil, en Rio Grande do Sul, divulgadora de la heráldica brasileña mediante su boletín informativo: OTUIUTI. Ambas instituciones han sido organizadoras de cursos universitarios sobre Heráldica.
Hoy en día el diseño de los escudos familiares brasileños ha vuelto a adoptar el modelo heráldico portugués vigente en la actualidad, con su característico virol  (burelete) y timbre (cresta) sobre la parte superior del escudo, como lo demuestran los nuevos escudos de linaje realizados.

PRÍNCIPE DE BRASIL:

Escudo del príncipe de Brasil

Bandera marítima.



Príncipe de Brasil fue el título oficial del heredero de la Corona de Portugal entre 1645 y 1808. Antes de su creación, el heredero del trono portugués tenía título simplemente de príncipe heredero. El principado fue creado por el rey Juan IV de Portugal a favor de su primogénito el príncipe Teodosio.

Desde el reinado de Juan IV hasta 1743 el título estaba reservado a los herederos varones. El título femenino de la heredera al trono portugués era el de princesa de Beira. La situación cambió en 1734 a consecuencia del nacimiento de la princesa María Francisca, nieta de Juan V de Portugal. El rey reorganiza el sistema de títulos. A partir de entonces, el principado de Brasil pasó a ser atribuido al heredero a la corona, independientemente de su sexo. El título del príncipe de Beira se destinó al heredero del príncipe de Brasil, es decir, segunda línea de sucesión, también independientemente del sexo.

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