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Lema

Libro de Proverbios, 8 20, de la Biblia. "Yo camino por la senda de la justicia, por los senderos de la equidad."

viernes, 24 de marzo de 2017

412.-La biblioteca privada de don Pablo Neruda.-a


Pablo Neruda.

Pablo Neruda

(Seudónimo de Neftalí Ricardo Reyes Basoalto; Parral, Chile, 1904 - Santiago de Chile, 1973) Poeta chileno, premio Nobel de Literatura en 1971 y una de las máximas figuras de la lírica hispanoamericana del siglo XX. A la juventud de Pablo Neruda pertenece el que es acaso el libro más leído de la historia de la poesía: de Veinte poemas de amor y una canción desesperada (1924), escrito a los veinte años, se habían editado dos millones de ejemplares a la muerte de su autor.
Del amor apasionado y cálidamente humano de los Veinte poemas, con resabios modernistas pero plenamente original en sus brillantes imágenes, pasaría Neruda a expresar con la fuerza de un surrealismo personal el sinsentido del hombre y del cosmos en Residencia en la tierra (1933-1935), para construir una nueva fe desde el compromiso político en la épica del Canto general (1950) e inclinarse finalmente por la sencillez temática y expresiva de las Odas elementales (1954-1957). Siempre receptivo a las innovaciones estéticas, su copiosísima producción, que incluye multitud de libros además de los citados, reflejó las sucesivas tendencias en el devenir de la lírica en lengua española y ejerció una fuerte influencia en poetas de todo signo.

Biografía

Nacido el 12 de julio de 1904 en Parral, en la región chilena de Maule, la madre del poeta murió sólo un mes más tarde de que naciera él, momento en que su padre, un empleado ferroviario, se instaló en Temuco, donde el joven Pablo Neruda cursó sus primeros estudios y conoció a Gabriela Mistral. Comenzó muy pronto a escribir poesía, y en 1921 publicó La canción de la fiesta, su primer poema, con el seudónimo de Pablo Neruda (en homenaje al poeta checo Jan Neruda), nombre que mantuvo a partir de entonces y que legalizaría en 1946.

También en Temuco comenzó a trabajar en un periódico, hasta que a los dieciséis años se trasladó a Santiago para cursar estudios de profesor de francés. Allí se incorporó como redactor a la revista Claridad, en la que aparecieron poemas suyos. Tras publicar algunos libros de poesía, en 1924 alcanzó fama internacional con Veinte poemas de amor y una canción desesperada, obra que, junto con Tentativa del hombre infinito, distingue la primera etapa de su producción poética, señalada por la transición del modernismo a formas vanguardistas influidas por el creacionismo de Vicente Huidobro.

Los problemas económicos indujeron a Pablo Neruda a emprender, en 1926, la carrera consular que lo llevó a residir en Birmania, Ceilán, Java, Singapur y, entre 1934 y 1938, en España, donde se relacionó con Federico García Lorca, Rafael Alberti, Vicente Aleixandre, Gerardo Diego, Miguel Hernández y otros componentes de la llamada Generación del 27, y fundó la revista Caballo Verde para la Poesía. Desde su primer manifiesto tomó partido por una «poesía sin pureza» y próxima a la realidad inmediata, en consonancia con su toma de conciencia social. En tal sentido, Neruda apoyó a los republicanos al estallar la Guerra Civil española (preludio de la Segunda Guerra Mundial) y escribió España en el corazón (1937).

Previamente, sin embargo, sus poemas habían experimentado una transición hacia formas herméticas y hacia un tono más sombrío al reflejar el paso del tiempo, el caos y la muerte en la realidad cotidiana, temas dominantes en otro de sus libros imprescindibles, Residencia en la tierra, publicado en dos partes en 1933 y 1935 y que constituye el eje de su segunda etapa. Imágenes originalísimas y audaces de raigambre surrealista expresan en esta obra una visión profundamente desolada del ser humano, extraviado en un mundo caótico e incomprensible.

De regreso en Chile, en 1939 Neruda ingresó en el Partido Comunista y su obra experimentó un giro hacia la militancia política. Esta tercera etapa, que tuvo su preludio en España en el corazón (1937), culminaría con la exaltación de los mitos americanos de su Canto general (1950). En 1945 fue el primer poeta en ser galardonado con el Premio Nacional de Literatura de Chile. Al mismo tiempo, desde su escaño de senador, Pablo Neruda utilizó su oratoria para denunciar los abusos y las desigualdades del sistema. Tal actitud provocó la persecución gubernamental y su posterior exilio en Argentina.

 
De allí pasó a México, y más tarde viajó por la URSS, China y los países de la Europa del Este. Tras este viaje, durante el cual Neruda escribió poemas laudatorios y propagandísticos y recibió el Premio Lenin de la Paz, volvió a Chile. A partir de entonces, la poesía de Pablo Neruda inició una nueva etapa en la que la simplicidad formal se correspondió con una gran intensidad lírica y un tono general de serenidad; el mismo título de una obra central de este periodo, Odas elementales (1954-1957), caracteriza los versos de aquellos años. En 1956 se separó de su segunda esposa, Delia del Carril, para unirse a Matilde Urrutia, que acompañaría al poeta hasta el final de sus días.

Su prestigio internacional fue reconocido en 1971, año en que se le concedió el premio Nobel de Literatura. El año anterior Pablo Neruda había renunciado a la candidatura presidencial en favor de Salvador Allende, quien lo nombró poco después embajador en París. Dos años más tarde, ya gravemente enfermo, regresó a Chile. Falleció en Santiago el 23 de septiembre de 1973, profundamente afectado por el golpe de estado del general Augusto Pinochet, que doce días antes había derrocado a Salvador Allende. De publicación póstuma es la autobiografía Confieso que he vivido.



Pablo Picasso y Pablo Neruda.

Pablo Neruda bibliófilo y lector: El amor por la vida y el amor por los libros.

Darío Oses
Atenea 489 I Sem. 2004: 51-62
Este trabajo examina algunos problemas derivados de la relación de Neruda con los libros y la cultura literaria. Expone las posiciones antilibrescas que el poeta enuncia en distintos textos, e intenta un esbozo de conciliación de estas posiciones con el amor por los libros que Neruda no sólo declaró sino también ejerció en sus afanes de coleccionista y en sus lecturas. Asimismo, revisa algunas de sus ideas sobre la poesía y los deberes del poeta.


Neruda no sólo fue desde joven un gran lector1, sino además un fino bibliófilo, conocedor de obras valiosas y ediciones raras. Sin embargo, más de una vez, en sus escritos, colocó al libro en conflicto con la vida, y se declaró partidario de esta última. En 1954 decía:
"Mi generación fue antilibresca y antiliteraria por reacción contra la exquisitez decadente del momento". 
Y agregaba:

 "Eramos enemigos jurados del vampirismo, de la nocturnidad, del alcaloide espiritual. Fuimos hijos naturales de la vida"2.

En su "Oda al libro" proclama:

Libro, cuando te cierro
abro la vida...
o

Libro, déjame libre.
Y en "Oda a la alegría"
Hoy, alegría,
encontrada en la calle,
lejos de todo libro acompáñame...

Y en el poema "Tomás Lago":

Otras gentes se acostaron entre las páginas durmiendo
como insectos elzevirianos, entre ellos
se han disputado ciertos libros recién impresos
como en el foot-ball, dándose goles de sabiduría.
Nosotros cantamos entonces a la primavera,
junto a los ríos que arrastran piedras de los Andes,
y estábamos trenzados con nuestras mujeres sorbiendo
más de un panal, devorando hasta el azufre del mundo...3

Hay otros pasajes, en cambio, en que el poeta exalta al libro, al que considera esencial tanto para la lenta y persistente sedimentación del conocimiento, como para la continuidad de la creación literaria. En su "Oda a la tipografía" alude a esta virtud del libro de desplegar el conocimiento formado a lo largo del tiempo, cuando habla de las letras

extendiendo
el tesoro acumulado,
esparciendo de pronto
la lentitud de la sabiduría
sobre la mesa
como una baraja,
todo el humus
secreto
de los siglos...

En Memorial de Isla Negra escribe:

Los libros tejieron, cavaron,
deslizaron su serpentina
y poco a poco, detrás
de las cosas, de los trabajos,
surgió como un olor amargo
con la claridad de la sal
el árbol del conocimiento.

Y en Confieso que he vivido:

Me place el libro, la densa materia del trabajo poético, el bosque de la literatura...

Así, sobre este "humus secreto de los siglos" crecen "el árbol del conocimiento", por una parte, y "el bosque de la literatura", por otra. El libro aparece como el resultado final de una serie de procesos:
 "la unidad del conocimiento continúa la naturaleza, la inteligencia revela las relaciones más remotas o más simples entre las cosas, y entonces unidad y relación, naturaleza y hombre se traducen en libros"4.

Esta doble visión del libro como letra que seca la vida, por una parte, y por otra como objeto integrador del conocimiento y la creación, aporta algunas claves para determinar las preferencias de lectura de Neruda, las que pueden contrastarse con el examen de sus bibliotecas 5. En éstas se despliegan las dos virtudes señaladas del libro. El laborioso proceso de formación del conocimiento podría encontrarse en los antiguos libros de historia natural, de exploraciones y viajes, mientras que los clásicos de la literatura universal darían cuenta de la construcción de "la densa materia" artística, literaria, poética. Hay que hacer notar que al poeta no sólo le importa el contenido, sino la conjunción de éste con el libro mismo, como objeto material, exponente de un determinado momento de su propia historia y del desarrollo del arte tipográfico.

Otro problema deriva de la propuesta nerudiana de una poesía antilibresca, antiintelectual, y de una poesía "sin pureza", como él mismo la llamó. A pesar de esto, buena parte de la poesía de Neruda tiene fuentes literarias. Así por ejemplo, Enrico Mario Santí ha rastreado las fuentes bibliográficas de Canto general, y Hernán Loyola, al examinar el puente que salva "el abismo" entre "Serenata" y "Galope muerto", indica algunas lecturas: 

"Los cuadernos de Malte Laurids Brigge (en versión francesa) de Rilke y la novela Mon frére Ives, de Pierre Loti; con probabilidad algo de Schopenhauer y de Proust".

El mismo Neruda no sólo hizo poemas a escritores y poetas, sino que entabló diálogos intertextuales principalmente con Whitman, Quevedo, Shakespeare y Melville6. Selena Millares ha examinado la herencia de la simbología de Rubén Darío en la poesía amorosa de Neruda7. Y el mismo poeta declaró:
 "... no hay Rubén Darío sin Góngora, ni Apollinaire sin Rimbaud, ni Baudelaire sin Lamartine, ni Pablo Neruda sin todos ellos juntos"8.
 En un seminario organizado con motivo de sus 60 años, al referirse a su propio aprendizaje del oficio, habla de "la expresión hecha camino, encontrado a través, precisamente, de muchas influencias y de muchos aportes"9. 
Apollinaire
Whitman
Góngora
Darío
Baudelaire
Quevedo
Sin embargo Neruda propuso, con persistente insistencia, una poesía antilibresca, y dedicó varias diatribas contra los poetas atados a los corsés literarios. Asimismo proclamó que no aprendió de los libros cómo hacer poesía, y que tampoco pretendía dejar escritas formas de enseñar a escribirla. Aún así, a lo largo de su obra puede rastrearse un ideario poético. Es interesante observar cómo Neruda va construyendo este ideario a partir de las experiencias de su vida y su trabajo poético. De modo que no sólo declara una posición antilibresca, sino que el mismo hecho de proceder de esta manera se convierte en otra de las manifestaciones de su antiintelectualismo: en lugar de elaborar un manifiesto, o de adherir a alguno ya hecho, Neruda escribe poesía, y de ese trabajo va derivando su reflexión acerca de la poesía y los deberes del poeta.

En octubre de 1935 proponía ya una poesía explícitamente antilibresca. En el prólogo del primer número de Caballo Verde para la Poesía, titulado "Sobre una poesía sin pureza", señala la conveniencia de detenerse a mirar los objetos en descanso: las ruedas, los sacos de carbón, los barriles, los canastos, los mangos de las herramientas. 
"De ellos se desprende el contacto del hombre y de la tierra como una lección para el torturado poeta lírico".

En los prólogos siguientes desarrolla esta imagen del poeta solitario, solemnemente separado de los otros hombres, y se pregunta, si no habrá llegado ya "la hora de envilecernos", es decir, de hacer una poesía terrenal, que mire "cómo se sostiene el hombre a puro diente, a puras uñas, a puros intereses".

En lugar de la vida, lo "artístico" –como sinónimo, entendemos, de lo libresco"– se apodera de este "poeta lírico".

Contra la "elevación del poeta", Neruda propone la terrenalización o el "envilecimiento" de la poesía; contra el aislamiento del poeta su asimilación a la vida cotidiana, y el trabajo de la poesía hecho con los mismos materiales que se usan en los oficios comunes, y el mimetismo de la poesía con la naturaleza, para tener la misma fuerza que ésta.

Concluye Neruda que "en la casa de la poesía no permanece nada sino lo que fue escrito con sangre para ser escuchado por la sangre", y con esto no sólo propone una forma de escribir poesía sino también de leerla. Su lectura, es decir esta "escucha por la sangre", seleccionaría o aceptaría sólo aquellos textos "escritos con sangre".

En marzo de 1939, en un discurso que leyó en Montevideo, Neruda reiteraba su condición de poeta de la materia: 
"He querido romper con mi pequeña y desordenada poesía el cerco de misterio que rodea al cristal, a la madera y a la piedra...".
 Treinta años después, al hablar de su arte poética, sigue proclamando que ésta parte de la materia:
 "Como poeta carpintero / busco primero la madera / áspera o lisa, predispuesta..."10. 
En 1947, en su Viaje por las costas del mundo, se autodefine como "poeta natural". Si en los prólogos de Caballo Verde trazó el perfil del "poeta lírico", en sucesivos textos posteriores va marcando su propia diferencia de "poeta natural" y "material".

Entretanto, sigue completando el perfil de este otro poeta, que él mismo no es. En Canto general, junto con los tiranos, los sátrapas, los oligarcas, los explotadores, los siúticos, los abogados del dólar, y otros cuantos tipos despreciables, aparecen "Los poetas celestes":

Qué hicisteis vosotros, gidistas
intelectualistas, rilkistas,
misterizantes, falsos brujos
existenciales, amapolas
surrealistas encendidas
en una tumba, europeizados
cadáveres de la moda,
pálidas lombrices del queso
capitalista...11 

En este mismo libro hay otras interpelaciones al poeta libresco:

Poeta, buscas en tu libro
los antiguos dolores griegos,
los orbes encadenados
por las antiguas maldiciones,
corren tus párpados torcidos
por los tormentos inventados,
y no ves en tu propia puerta
los océanos que golpean
el oscuro pecho del pueblo...12

En el poema "El hombre invisible", con el que introduce el primer libro de las odas, Neruda se muestra más benevolente aunque no menos crítico con "el poeta", al que antes ha fustigado. Advierte que adora toda la poesía escrita, pero sigue sonriendo ante el egocentrismo de "los viejos poetas":

él es tan grande
que no cabe en sí mismo,
se enreda y desenreda,
se declara maldito,
lleva con gran dificultad la cruz
de las tinieblas,
piensa que es diferente a todo el mundo,
todos los días come pan
pero no ha visto nunca a un panadero (...)
y así mi pobre hermano se hace oscuro...

En su discurso "A la paz por la poesía", de 1953 13, al hablar de su experiencia de escribir Canto general ya decía:

El problema mayor en esos años en la poesía, y naturalmente en mi poesía, ha sido el de la oscuridad y la claridad.
 
Más adelante:

Nosotros escribimos para gentes sencillas. Escribimos para gentes modestas, que muchas veces no saben leer. Sin embargo, sobre la tierra, antes de la escritura y de la imprenta existió la poesía. Por eso sabemos que la poesía es como el pan, y debe compartirse por todos, los letrados y los campesinos, por toda nuestra vasta, increíble, extraordinaria familia de pueblos.

Hay, entonces, una poesía anterior a la escritura y a la imprenta. Anterior, por lo tanto, al libro y también a la figura del autor. Poesía para todos, porque está hecha por todos. Una de las aspiraciones de Neruda será la de convertirse en la voz de este colectivo humano pretérito y presente: 
"Yo vengo a hablar por vuestra boca muerta", "Yo estoy aquí para contar la historia".

Más adelante relata:

... fui trabajando en el terreno de la crónica o memorial, que en un principio me pareció pedregoso e inhospitalario. Pero pronto me encontré que esa crónica poética había sido hecha por todos... (el destacado es nuestro).

En sus cuatro libros de odas, Neruda trabajará este canto comunitario, que requiere de un sujeto cantor que renuncie a vivir consigo mismo y para sí mismo, como el egocéntrico poeta lírico tradicional; un poeta que se haga invisible, que deje que su ego se esfume, para cantar, vivir y ser hombre con los otros hombres, buscando, además, una legibilidad popular, una claridad amplia.

En "A la paz por la poesía" Neruda agregaba:

Nuestras plantas, nuestras flores deben por primera vez ser contadas y cantadas. Nuestros volcanes y nuestros ríos se quedaron en los secos espacios de los textos. Que su fuego y su fertilidad sean entregados al mundo por nuestros poetas. Somos los cronistas de un nacimiento retardado...

La poesía auténtica aparece, así, como un bien y una creación colectivos, y tiene la misma vida que el paisaje natural. Si este paisaje fue secado por los textos, los poetas deben devolverles su "fuego y fertilidad". La poesía debe diferenciarse, por lo tanto, de los textos y los libros que resecan y apagan.

Esta poesía, "escrita con la sangre", debe entonces vivificar la historia y la naturaleza.

En Confieso que he vivido, el poeta escribe:

Me place el libro (...) pero no las etiquetas de las escuelas. Quiero libros sin escuelas y sin clasificar, como la vida.

Para Neruda habría, entonces, en términos muy generales, al menos dos tipos de textos y dos tipos de lecturas: aquéllas directas, sencillas, transparentes, legibles, naturales y cercanas a la vida –éstas se encontrarían en el área de la luz–, y las otras, las oscuras, las que requieren de la mediación de aparatos analíticos; lecturas dirigidas por escuelas, libros encasillados por las clasificaciones.

La poesía, capaz de reproducir "el fuego y la fertilidad" de la naturaleza, merece una lectura afín con esa potencia reproductora: "en la casa de la poesía no permanece nada sino lo que fue escrito con sangre para ser escuchado por la sangre".

Libros sagrados y sobados, libros
devorados, devoradores,
secretos,
en las faltriqueras:
Nietzsche, con olor a membrillos,
y subrepticio y subterráneo,
Gorki caminaba conmigo.

En estos primeros versos del poema "Los libros", de Memorial de Isla Negra, aparece esta serie de dobles condiciones del libro: sagrado y profano; devorado y devorador; secreto, pero en las faltriqueras, donde se llevan las cosas de uso corriente; el oscuro Nietzsche devuelto a la corriente cotidiana por su proximidad con el membrillo, y finalmente Gorki, por un lado "subrepticio y subterráneo", pero caminando al lado del poeta.

En el discurso del Premio Nobel, en diciembre de 1971, reaparecen ideas expuestas en "A la paz por la poesía", de 1953. El poeta vuelve a usar las metáforas del pan y de la luz en relación con la poesía.

Dice:

Yo no aprendí en los libros ninguna receta para la composición de un poema; y no dejaré impreso a mi vez ni siquiera un consejo, modo o estilo para que los nuevos poetas reciban de mí alguna gota de supuesta sabiduría 14.

Neruda había relatado antes, en ese mismo discurso, el viaje a caballo que hace a través de la Cordillera de los Andes, para salir clandestinamente del país, a principios de 1949. Allí conoció la elemental fraternidad entre los hombres, y experiencias como ésa –más que tratados o elaboraciones librescas– fueron las que le enseñaron lo que es la poesía.

"En aquella larga jornada encontré las dosis necesarias a la formación del poema" –dice Neruda–. La poesía aparece aquí como un gran ejercicio integrador de la realidad y los sueños, del hombre y la naturaleza, de las intimidades individuales con las colectivas. El flujo entre las dimensiones personales y colectivas termina por confundirse en esta epifanía. Neruda dice:

... no sé, después de tantos años, si aquellas lecciones que recibí al cruzar un río vertiginoso, al bailar alrededor del cráneo de una vaca, al bañar mi piel en el agua purificadora de las más altas regiones, digo que no sé si aquello salía de mí mismo para comunicarse después con muchos otros seres, o era el mensaje que los demás hombres me enviaban, como exigencia o emplazamiento.

De todo esto Neruda concluye: "el poeta debe aprender de los demás hombres", y luego retoma la metáfora del panadero: "el mejor poeta es el hombre que nos entrega el pan de cada día: el panadero más próximo..."

En el primer discurso de Estocolmo, el que pronuncia Neruda a nombre de todos los laureados de ese año, vuelve al tema del continente oscuro que busca la luz, y al de la pertenencia del poeta a la "multitud humana" que lo hace sentirse rodeado de una "presencia invisible" y la necesidad de que la poesía se incorpore "al trabajo común de cada día y de todos los hombres"15.

La poesía –dotada de un valor instrumental para la comunicación entre los hombres– pasa a formar parte de este caudal de la vida diaria, y el poeta es, por una parte un trabajador, como tantos otros, y es también parte de una continuidad que va más allá de él. En el discurso en que agradece el Nobel a título personal, dice:

Cada uno de mis versos quiso instalarse como un objeto palpable; cada uno de mis poemas pretendió ser un instrumento útil de trabajo: cada uno de mis cantos aspiró a servir en el espacio como signos de reunión, donde se cruzaron los caminos, o como fragmentos de piedra o de madera en que alguien, otros, los que vendrán, pudieran depositar los nuevos signos (destacado nuestro).

El poeta reunió una doble herencia literaria universal: la de sus libros como objetos materiales, y la de sus lecturas, y la traspasa "a los nuevos poetas de América", como dice en su poema "Testamento", de Canto general, donde los libros que él deja son el telar para hilar "las significaciones del mañana".

De modo que en esta "expresión hecha camino" de que hablaba Neruda en 1964 no sólo están los aportes que recibe, sino también los "nuevos signos". El camino continúa más allá del mismo Neruda quien, al regresar a Chile en 1972, dice:
"Porque la vida, la lucha, la poesía, continuarán viviendo cuando yo sea sólo un pequeño recuerdo".

Confiamos en haber esbozado una propuesta acerca de cómo podrían resolverse las tensiones entre las posiciones antilibrescas que Neruda enuncia, declara y ejerce tanto en su propio trabajo poético, como en su vida, con la también declarada admiración por los libros y por diversos autores de la literatura universal. Una posibilidad de conciliación de estos dos amores: a los libros y a la vida, que el mismo poeta percibe en algunos momentos como incompatibles.

Por último, es interesante observar que al revisar las ideas sobre la poesía y los deberes del poeta que Neruda expone en diversos escritos, entre 1935 y 1972, se comprueba cierta continuidad que contrasta con los cambios y rupturas que la poesía misma de Neruda experimenta en el mismo período.

NOTAS

1A este respecto, Hernán Loyola apunta: "... Neruda lee mucho en ese tiempo, con ávida y abierta inquietud (no es raro que por las noches devore una o dos novelas, según escribe a Albertina)..." Al decir "en ese tiempo", Loyola se refiere a los años 1925-1926. Ver Loyola, Hernán, "Las dos Residencias", en Neruda, Pablo, Residencia en la tierra, edición de Hernán Loyola, Ed. Cátedra, Madrid, 1987.

2Neruda, Pablo, "El rector ha tenido palabras magníficas". Discurso de Pablo Neruda al donar su biblioteca personal a la Universidad de Chile, el 20 de junio de 1954. En Obras completas de Pablo Neruda. Edición de Hernán Loyola. T. IV. Nerudiana dispersa I, 1915-1964. Ed. Galaxia Gutenberg Círculo de Lectores. Barcelona, 2001.

3Neruda, Pablo, "Tomás Lago", en Canto general de Chile, Canto general, edición de Enrico Mario Santí. Ed. Cátedra, Madrid, 1990.

4Neruda, Pablo, "El rector ha tenido palabras magníficas".

5Se conservan dos bibliotecas formadas por Neruda. La primera es la que el poeta donó en 1953 a la Universidad de Chile. La segunda fue formada con los libros que el poeta tenía, en el momento de su muerte, en sus casas de Santiago, Valparaíso y principalmente en Isla Negra.

6Hay poemas de Neruda a poetas y escritores como: Federico García Lorca, Rafael Alberti, Miguel Hernández, Juan Larrea, Ramón Gómez la Serna, Juan de Tassis Conde de Villamediana, Alonso de Ercilla y Zúñiga, Jorge Manrique, Francisco Quevedo, Rubén Darío, Antonio Castro Alves, José Martí, Carlos Prestes, Miguel Otero Silva, José González Carbalho, César Vallejo, Oliverio Girondo, Gabriel García Márquez, Ilya Ehremburg, Alejandro Pushkin, Eugenio Evtuchenko, Jules Laforgue, Isidore Ducasse, Jean A. Rimbaud, Louis Aragon, Paul Eluard, Víctor Hugo, William Shakespeare, Nazin Hickmet, Walt Whitman, Howard Fast, y a los chilenos: Joaquín Cifuentes Sepúlveda, Alberto Rojas Giménez, Homero Arce, Angel Cruchaga Santa María, Nicanor Parra, Tomás Lago, Rubén Azócar, Juvencio Valle y Diego Muñoz.

7Millares, Selena, "El concepto de lo erótico en Darío y Neruda. Estudio de una simbología común", en Anales de Literatura Hispanoamericana N°17. Universidad Complutense de Madrid, 1988.

8Neruda, Pablo, "Mariano Latorre, Pedro Prado y mi propia sombra", Obras completas.

9Emir Rodríguez Monegal apunta: "Como todo gran poeta... Neruda se apoya en la poesía ajena. Si Darío, Sabat Ercasty, Huidobro, la Mistral, Tagore o Whitman marcan sus primeros versos, otros nombres y otros poemas seguirán influyéndolo. Como Shakespeare, como Moliere, como Goethe, como Hugo, Neruda se alimenta de la poesía de su tiempo con la misma naturalidad con que también aprovecha la poesía del fabuloso pasado". En Rodríguez Monegal, Emir, Neruda, el viajero inmóvil. Monteávila Editores, Caracas, 1977.

10Neruda, Pablo, Fin de mundo, en Obras completas, Tomo III, pp. 438-39.

11Neruda, Pablo, "Los poetas celestes", Canto general, V. "La arena traicionada", II. "Las oligarquías".

12Neruda, Pablo, "Prestes del Brasil (1949)", Canto general, IV, Los libertadores.

13Neruda, Pablo, "A la paz por la poesía". Discurso leído en el Teatro Caupolicán, el 26 de junio de 1953, ante la Asamblea Plena del Congreso Continental de la Cultura, en Obras completas.

14Tal vez lo más cercano a un consejo sea su propia experiencia en la composición de un poema, que se encuentra en "Artes poéticas" I y II, en Fin de mundo. Aquí Neruda, entre otras cosas, retoma la metáfora del poeta panadero.

15Neruda, Pablo, "La presencia invisible". Discurso para agradecer el Premio Nobel en nombre de todos los laureados del año 1971, en Neruda, Pablo, La poesía no habrá cantado en vano. Discursos de Neruda con ocasión del Premio Nobel de Literatura. Libros del Ciudadano. Lom Ediciones, Santiago, 2001.

 
BIBLIOGRAFIA

Loyola, Hernán. 1987. "Las dos Residencias", en Neruda, Pablo, Residencia en la Tierra, edición de Hernán Loyola. Madrid: Ed. Cátedra.     
Millares, Selena. 1988. "El concepto de lo erótico en Darío y Neruda. Estudio de una simbología común", en Anales de literatura hispanoamericana N° 17. Universidad Complutense de Madrid.       
Neruda, Pablo. 1990. Canto general. Edición de Enrico Mario Santí. Madrid: Ed. Cátedra, Letras Hispánicas.   
—————. 2001. "El rector ha tenido palabras magníficas". Discurso de Pablo Neruda al donar su biblioteca personal a la Universidad de Chile, el 20 de junio de 1954. En Obras completas de Pablo Neruda. Edición de Hernán Loyola. T. IV. Nerudiana dispersa I, 1915-1964. Barcelona: Ed. Galaxia Gutenberg Círculo de Lectores. 
——————. 2001. "La Presencia invisible". Discurso para agradecer el Premio Nobel en nombre de todos los laureados del año 1971, en Neruda, Pablo, La poesía no habrá cantado en vano. Discursos de Neruda con ocasión del Premio Nobel de Literatura. Santiago: Libros del Ciudadano. Lom Ediciones,       
——————. 2001. "A la paz por la poesía". Discurso leído en el Teatro Caupolicán, el 26 de junio de 1953, ante la Asamblea Plena del Congreso Continental de la Cultura, en Obras completas. Barcelona: Ed. Galaxia Gutenberg Círculo de Lectores. 887 pp.       
——————-. 2001. "Mariano Latorre, Pedro Prado y mi propia sombra", en Obras completas. Barcelona: Ed. Galaxia Gutemberg Círculo de Lectores.       
Rodríguez Monegal, Emir. 1977. Neruda, el viajero inmóvil. Caracas: Monteávila Editores.       
Sicard, Alain. 1981. El pensamiento poético de Pablo Neruda. Versión en español de Pilar Ruiz Va. Madrid: Ed. Gredos, Biblioteca Románica Hispánica.       
Recibido: 12.04.2004. Aprobado: 21.06.2004.




Biblioteca.
Pablo Neruda (1904-1973), Socio N°80 de la Sociedad de Bibliófilos Chilenos, poseía un gusto exquisito por sus libros y poseía ediciones de gran valor bibliófilo.


biblioteca que Neruda donó a la Universidad de Chile, cuenta con libros raros, tal vez únicos, con ediciones autógrafas y manuscritos que pertenecen al patrimonio de la cultura universal. Pero además estas piezas tienen el valor inapreciable de haber formado la biblioteca privada de uno de los más grandes poetas de la lengua castellana. Sus libros hablan de la cultura, de los gustos literarios, las aficiones, intereses y hasta de las pasiones de bibliófilo de Neruda.

El 20 de junio de 1954, la Universidad de Chile recibía la biblioteca y las caracolas que el poeta Pablo Neruda reunió en sus peregrinaciones por el mundo.
En enero de ese mismo año, el rector Juan Gómez Millas comunicaba a Pablo Neruda que el Consejo Universitario, en sesión del 30 de diciembre de 1953, había tomado conocimiento de la donación.
"El Consejo -agregaba el Rector- prestó toda su aprobación a estas iniciativas y me confió el honroso encargo de expresar a usted su más vivo reconocimiento por lo que calificó como un aporte de excepcional calidad e importancia para los estudios literarios que se hacen en la Universidad de Chile, y que sólo la cultura de usted y su amor por ella pudo dar tan acabada forma".
Asimismo, el Consejo autorizó al Rector para invertir las sumas que se necesitaren para la mantención y cuidado de la biblioteca, y para instalarla dignamente.
El día 20 de junio, ya señalado, en la casa del poeta, ubicada en Avenida Lynch 164, Los Guindos, se hizo entrega material de la donación en un hermoso acto académico.
Inicialmente libros y caracolas permanecieron en aquella casa, ya que la intención era constituir allí un centro para el estudio de la poesía, dirigido por el mismo Neruda. Posteriormente, en marzo de 1955 y con el acuerdo del poeta, la donación pasó a incorporarse a la Biblioteca Central, como una colección especial. Allí se habilitó un piso entero del torreón suroriente de la casa central de la Universidad para la instalación definitiva de la donación. El local fue alhajado por el arquitecto Fernando de la Cruz y se abrió a los usuarios en abril de 1956.

Descripción de la biblioteca y sus anexos.


La biblioteca comprende cerca de 3.500 obras. La Universidad contrató, como conservador de la colección, a un representante de Neruda, el erudito Jorge Sanhueza, quien junto al personal de la Biblioteca procedió a la clasificación y catalogación de los libros con técnica bibliotecaria.
La colección está organizada en dos secciones fundamentales: los libros que pertenecieron al poeta y la "Serie Nerudiana", compuesta por las ediciones de sus obras en distintos idiomas, y por estudios acerca de la misma. Como había poco material en esta última sección, la Universidad fue adquiriendo estas ediciones, con la ayuda y consejos del poeta.
Mucho más tarde, en el año 1991, el Banco del Estado de Chile adquirió una valiosa biblioteca nerudiana, reunida por un coleccionista particular, para depositarla en la Universidad de Chile, en una sala anexa a la que ocupa la biblioteca del poeta. Esta colección, que recibió el nombre de Banco del Estado. Comprende obras originales y primeras ediciones de Neruda; otras ediciones del poeta; obras completas y antologías; traducciones; obras dispersas y ediciones musicales; revistas con crónicas acerca de Neruda y su obra, y publicaciones hechas en su honor; obras de bibliografía nerudiana; libros sobre Neruda y su obra, y manuscritos y documentos.

Secciones de la Biblioteca de Neruda.


Por otra parte, el bibliófilo José Zamudio propuso una clasificación, diseñada especialmente para la biblioteca del poeta.
Siendo Neruda ante todo un escritor - anotaba Zamudio - el material literario es, indudablemente el principal, no sólo por la cantidad sino también por el valor de las obras mismas.
En segundo lugar -proseguía- está la sección de obras sobre ciencias naturales y, dentro de éstas, las que representan las aficiones coleccionistas de Neruda, que fueron los libros sobre los pájaros, peces, conchas y plantas.
Seguían otros temas como la geografía, libros de viaje, de historia y artes entre los cuales también se encuentra material valioso.
Como lo señala Zamudio, la sección literaria es la más extensa, especialmente por el material relacionado con las letras de España, Hispanoamérica, Francia, Inglaterra y los Estados Unidos.

Algunos libros de especial valor.


Se encuentran, en esta biblioteca, por ejemplo, los Triunfos y Canciones de Petrarca, incunable impreso en Italia en 1484, es decir 8 años antes del descubrimiento de América.
Hay también ediciones príncipe de Quevedo, Góngora, Calderón, Lope, Cervantes, San Juan de la Cruz, el Conde de Villamediana, Santa Teresa de Jesús, Garcilaso, Boscán, y muchos otros clásicos. También hay libros autografiados, con dedicatorias a Neruda de otros grandes poetas que fueron sus amigos: García Lorca, Miguel Hernández, Rafael Alberti, pertenecientes a la fecunda corriente literaria que florece durante la República Española.
Rica también es la serie de literatura hispanoamericana, especialmente en lírica. Se encuentran, por ejemplo, varias ediciones antiguas de La Araucana y otras obras de nuestros escritores coloniales: Alonso Ovalle, Lacunza, Molina, el Inca Garcilaso de la Vega, Rosales y Olivares. También están los trabajos literarios que abrieron el camino de la Independencia.
En materia de poesía americana, la colección de Neruda cuenta con primeras ediciones del célebre Azul, de Rubén Darío, publicado en Valparaíso, en 1888. Se conservan además, interesantes ediciones de nuestros poetas, Guillermo Matta, Guillermo Blest Gana y Vicente Huidobro, entre otros, y los borradores de los Sonetos de la Muerte, de Gabriela Mistral.
En la serie Nerudiana se encuentra uno de los pocos ejemplares que lograron salvarse de la primera edición de "España en el Corazón".
 El mismo poeta cuenta en "Confieso que he vivido" que su colega Manuel Altolaguirre instaló una improvisada imprenta en pleno frente de Este, en un viejo monasterio cerca de Gerona.

 Allí se imprimió este libro. - "Los soldados del frente aprendieron a parar los tipos de imprenta - recuerda Neruda. - Pero entonces faltó el papel. Encontraron un viejo molino y allí decidieron fabricarlo. Extraña mezcla la que se elaboró, entre las bombas que caían en medio de la batalla. De todo le echaban al molino, desde una bandera del enemigo hasta la túnica ensangrentada de un soldado moro. A pesar de los insólitos materiales y de la total inexperiencia de los fabricantes, el papel quedó muy hermoso".

La derrota militar de las fuerzas republicanas sobrevino poco después que el libro terminó de ser impreso y encuadernado. Los sobrevivientes del ejército del este, entre ello Altolaguirre marcharon a exiliarse en Francia. En este viaje las columnas fueron bombardeadas varias veces y con ella los libros que viajaban en las mochilas y los sacos de los soldados. - "Más allá de la frontera trataron brutalmente a los españoles que llegaban al exilio - anota Neruda. - En una hoguera fueron inmolados los últimos ejemplares de aquel libro ardiente que nació y murió en plena batalla".

Procedencia de los libros.


En su discurso del día de la donación, Neruda contaba: 
"Recogí estos libros en todas partes. Han viajado tanto como yo pero muchos tienen cuatro o cinco siglos más que mis actuales cincuenta años. Algunos me los regalaron en China otros los compré en México. En París encontré centenares. De la Unión Soviética traigo algunos de los más valiosos. Todos ellos forman parte de mi vida, de mi geografía personal".

En efecto, de China trajo obras de varios autores importantes, algunas en su alfabeto original y otras transliteradas. Entre estas últimas están las del gran poeta Chu-Yuan, y las de Li-Siao y Han Yu, además de hermosos álbumes de pintura.
De su estada en México, entre 1940 y 1943, en que ejerció como cónsul general de Chile y participó activamente en la vida intelectual de aquel país, Neruda trajo también libros valiosos, como las Lusiadas, de Camoens, impreso en Madrid en 1639, y que recibió en obsequio del poeta José Vasconcelos, y el Atlas Histórique, de M.C. y M. Gueudeville, editado en Amsterdam en 1713, en 7 tomos de gran formato.
En el discurso ya referido, Neruda relata:
 "Una noche en París me festejaban mis amigos. Llegó el gran poeta de Francia, Paul Eluard, al festejo trayendo un puñado de tesoros. Era una edición clandestina de Víctor Hugo, perseguido en su tiempo por un pequeño tirano. Me trajo otras cosas, tal vez lo más preciado de todo lo que tengo". 
Se refería Neruda a las dos cartas en que Isabelle Rimbaud, desde el Hospital de Marsella, cuenta a su madre la agonía de su hermano Arthur. Esas dos cartas originales, fueron publicadas, con algunas variantes por Isabelle, en su libro Réliques y reproducidas con errores en el Apéndice, apartado IV, de las obras completas de Rimbaud publicadas por la Bibliotheque de la Pleiade.
También trajo de Francia un ejemplar de Une saison en enfer, de Rimbaud, en la edición de 1873, hecha por la Alliance Typographique, de Bruselas, por orden del mismo autor quien nunca pagó el costo de la impresión. Esta tirada se había dado por perdida hasta que en 1914 un abogado y bibliófilo belga, localizó unos pocos volúmenes. El que se conserva en la Biblioteca Central debe ser el único que existe en América.

Hay otras valiosas piezas de literatura francesa en la biblioteca de Neruda, como las pruebas de imprenta de la primera edición de Los trabajadores del mar, de Víctor Hugo, corregidas a mano por el autor, y libros y manuscritos de Lautremont, Verlaine, Petrus Borel, Leconte de L'isle, Marcel Proust y Gustavo Flaubert.
Por último, de la Unión Soviética trajo Neruda algunos libros únicos tal vez en América, como las magníficas ediciones procedentes de todo el mundo, de libros de historia natural.
Neruda fue un apasionado bibliófilo.
 "Me interné -recordaba en sus Reflexiones desde la Isla Negra- en la selva de las librerías, por los vericuetos suburbiales de las de segunda mano o por las naves catedralicias de las grandiosas librerías de Francia e Inglaterra. Las manos me salían polvorientas, pero de cuando en cuando obtuve algún tesoro o, por lo menos, la alegría de presumirlo".
"Mi biblioteca -apunta el poeta- pasó a ser considerable. Los antiguos libros de poesía relampagueaban en ella y mi inclinación a la historia natural la llenaron de grandiosos libros de botánica, iluminados a todo color, de pájaros, de insectos, de peces. Encontré por el mundo milagrosos libros de viaje, Quijotes increíbles, impresos por Ibarra, infolios de Dante con la maravillosa tipografía bodoniana".



Fundación Pablo Neruda.




Cada vez que viajaba a Francia, solía visitar los bouquinistes, junto al río Sena, en París.


Pablo Neruda fue un ávido lector y un excelente bibliófilo. Compró una gran cantidad de libros y le regalaron muchos más. Al momento de su muerte, sus libros estaban esparcidos por sus tres casas, Santiago, Valparaíso y principalmente Isla Negra. Estos libros forman ahora la colección personal de la Biblioteca de la Fundación Pablo Neruda. Se agregó un apartado que incluye diferentes ediciones y traducciones de la obra de Neruda, así como los principales estudios biográficos y literarios del poeta.
La Universidad de Chile aún conserva la primera biblioteca de Neruda, que el poeta donó a esta universidad en 1954.
La Biblioteca y Archivos de Neruda, propiedad de la Fundación, se ubican en un predio contiguo a la Casa Museo La Chascona.
Su colección personal, considerando que muchos de sus libros son antiguos, raros, únicos o valiosos, está reservada solo para el uso de investigadores calificados. Quienes deseen acceder a él deben solicitarlo por escrito al director de la Biblioteca.
La sección especializada está a disposición del público y se puede consultar en la sala de lectura.
El archivo del documento se almacena en una bóveda y se ha replicado mediante escaneo o microfilmación para facilitar su uso. El material que ahora se conserva en la Biblioteca y Archivos, está en cifras aproximadas:

Colección personal de Pablo Neruda: 5.000 volúmenes
Sección especializada: 6.500 volúmenes
Archivo fotográfico: 5,000 elementos
Recortes de prensa: 1550 artículos
Archivo de correspondencia: 5,000 artículos
Material audiovisual: 100 ítems
Colección de manuscritos: 5,000 artículos
Sociedad de bibliófilos de CHILE


Pablo Neruda, miembro de la Sociedad de Bibliófilos Chilenos -en la cual participó desde sus inicios- fue un bibliófilo en toda la extensión de la palabra. En su biblioteca personal, distribuida en tres casas (Santiago, Valparaíso e Isla Negra) atesoró más de 11.500 libros, además de cartas, manuscritos y documentos de gran valor histórico y cultural, que actualmente se conservan tanto en la Fundación Pablo Neruda, como en la Universidad de Chile, su Alma Mater, donde estudió Pedagogía en Francés y a la cual donó parte de sus colecciones en 1954. Fue socio de número 80 en la Sociedad de Bibliófilos Chilenos.

Su amor por los libros comenzó tempranamente. Tal vez el clima frío y lluvioso del sur de Chile contribuyó a desarrollar su pasión por la lectura y despertó su vocación poética. Desde muy joven, fue un ávido lector que, de manera natural, derivó al coleccionismo, siempre a la búsqueda de obras literarias antiguas, escasas o valiosas, interés que se vio facilitado más tarde por sus numerosos viajes y estadías en diferentes países. Poco a poco, Neruda fue enriqueciendo su biblioteca con especial cuidado y dedicación; era exquisito en los detalles de edición, tipo de papel y costuras.
Un aspecto poco difundido de Neruda, es el contenido de su biblioteca, en la cual encontramos un ejemplar de La Araucana, de 1632 (cabe señalar que la primera edición fue publicada en Madrid en 1569), obra de gran valor cultural.
Petrarca, Francesco (1304-1374), Ad illustrissimum Mutine ducem diuum Borsium Estensem Bernardi glicini medicine ac philosophie discipuli in triumphorum LL P Fran. Petrarce expositio incipit, Piero Veronese, Venezia, 1484, 503 páginas.
Colección Neruda. Archivo Central Andrés Bello, Universidad de Chile.


Otro libro muy interesante de su colección, es Trionfi, de Petrarca, edición de 1484 (1° ed. original: entre 1351 y 1374. Editio prínceps: Venecia, Vindelino da Spira, 1470). Esta valiosa obra, publicada en el año 1484, es un bellísimo incunable. 

¿Qué significa la denominación “libro incunable”?
“La palabra incunable proviene del latín incunabulae y significa ‘en la cuna’

Se utiliza para designar a todos los libros impresos en Europa occidental desde que el orfebre Johannes Gensfleisch -más conocido como Johannes Zum Gutemberg (1400-1468)- inventa la imprenta con tipos móviles en Maguncia el año 1440, inspirado en las prensas utilizadas para exprimir uvas en el proceso de elaboración del vino. 
La denominación ‘incunable’ rige conceptualmente hasta 1501, fecha en que esta tecnología se masificó. Para entonces, en cientos de ciudades europeas había prensas dedicadas a reproducir textos.” (*)

Marco Anneo Lucano, Pharsalia, Aldo Manuzio, Venecia, 1502, 280 páginas.
Colección Neruda. Archivo Central Andrés Bello, Universidad de Chile.



Continuando este recorrido por la biblioteca de Neruda, encontramos un libro particularmente interesante: Pharsalia, publicado en la Serenissima Repubblica di Venezia, en 1502 (siglo XVI), por la imprenta del humanista e impresor Aldus Manutius (1449-1515), quien fuera reconocido como el más grande tipógrafo de su tiempo. Gracias a su trabajo de edición, se recuperaron valiosas obras de la antigüedad clásica. Por otra parte, realizó diversos aportes que siguen vigentes hasta nuestros días, tales como la puntuación, la invención del punto y coma, de los caracteres cursivos, la numeración de las páginas y el formato en octavo. El hecho que Neruda haya sido propietario de este libro, nos indica que era un refinado bibliófilo, que conocía la historia del libro desde sus inicios y que apreciaba tanto la influencia de Aldo Manuzio en la cultura occidental, como el valor histórico de sus ediciones.

Dante Alighieri, La divina commedia, Firenze: G.C. Sansoni, 1915.
Colección Neruda. Archivo Central Andrés Bello, Universidad de Chile.



Pharsalia (también conocida como Bellum civile), es un poema inacabado, escrito por el célebre poeta romano Marco Anneo Lucano (39-65 D.C.), que consta de 10 cantos acerca de la guerra civil que se llevó a cabo entre Julio César y Pompeyo. En esta obra, escrita en latín, Lucano retomó la antigua tradición romana de la epopeya histórica, prescindiendo de los elementos mitológicos. Cabe destacar que es considerada un clásico en el canon de la literatura antigua.
Neruda poseía también otros libros antiguos y valiosos de la península itálica. Dado el alto valor literario y cultural que apreciaba en La Divina Comedia de Dante Alighieri, tenía una pequeña colección con diversos ejemplares. El más antiguo, data de 1529.
Esta obra del “sommo poeta”, fue publicada en el año 1915, en la ciudad de Florencia, por G. C. Sansoni Editore. Contine antecedentes biográficos de Dante Alighieri (c.1265-1321) y anotaciones página a página. Se trata de uno de los libros que pertenece a la colección donada por Pablo Neruda a la Universidad de Chile en 1954 y cuyo conjunto fue declarado Monumento Histórico Nacional en el año 2009.

Víctor Hugo, Les travailleurs de la mer [maquette], Librairie Internationale A. Lacroix, Verboeckhoven et C. Editeurs, Paris, 1866, 2 vólumenes.
Colección Neruda. Archivo Central Andrés Bello, Universidad de Chile.



Obras francesas

Como sabemos, Neruda hablaba francés. Además, conocía las grandes obras literarias francesas. Es por esto que adquirió la Enciclopedia de Diderot y D’Alembert, de 1751. También era propietario de las pruebas de imprenta de Les travailleurs de la mer (Los trabajadores del mar), 1866, con correcciones en los bordes, escritas de puño y letra por su autor, el poeta, novelista y dramaturgo Víctor Hugo (1802-1885), considerado uno de los mayores exponentes literarios europeos del siglo XIX.
También advertimos otra obra única en Chile: Nouveau langage des fleurs. “El texto, sin autor preciso, tiene tres objetivos: identificar conceptualmente el lenguaje existente de manera implícita en cada una de las flores ordenadas por tipos y nomenclaturas precisas; interpretar el valor simbólico de las mismas; y ejemplificar el uso literario, novelesco y poético que las flores han tenido, considerando el trabajo de múltiples escritores europeos, entre los que se encuentra el eminente Honoré de Balzac. Al final del libro encontramos poesías y narraciones al respecto.” (*)

Nouveau langage des fleurs avec leur valeur symbolique et leur emploi pour l’expression des pensées, Librairie de L. Hachette et Cie, Paris, 1866, 174 páginas más 11 láminas. 
Colección Neruda. Archivo Andrés Bello, Universidad de Chile.



Otros libros de su colección

En lo que respecta a Latinoamérica, también coleccionaba primeras ediciones de grandes autores. Tal es el caso de un libro del gran intelectual mexicano Octavio Paz (1914-1998), quien posteriormente obtuvo el Premio Cervantes en 1981 y el Premio Nobel de Literatura en 1990.

Sus libros como objetos de colección

Neruda era un bibliófilo, no solamente para conformar su colección de libros y biblioteca, sino también al publicar sus propios libros. En efecto, en sus ediciones, prefería los tirajes cortos, como Los Versos del Capitán (Napoli, 1952), publicado en tan solo 44 ejemplares. Ciertamente, es uno de los libros altamente valorados por los coleccionistas de su obra.
Los versos del capitán, publicado en Nápoles, 1852, en solo 44 ejemplares adquiridos previamente por suscripción. Entre otros propietarios, encontramos a Luchino Visconti (director de cine), Elsa Morante (escritora, casada con el escritor Alberto Moravia), Giulio Einaudi (intelectual y editor), Jorge Amado (uno de los más destacados escritores de Brasil) y Giorgio Napolitano (Diputado, Senador y Presidente de la República de Italia). (**)
Además, varios de sus libros unen literatura y pintura, al presentar poemas con obras de Mario Toral de Chile y Guayasamín de Ecuador. En definitiva, como todo bibliófilo refinado, atesoraba los libros tanto por el valor de las ideas transmitidas, como por la forma. En este sentido, consideraba al libro como un objeto de arte en sí mismo.
En 1960, publicó Toros con 15 grabados de Pablo Picasso, en un trabajo conjunto que coronó la amistad entre ambos artistas, basada en la admiración mutua y compromiso por la paz mundial (recordemos que eran los tiempos de la guerra fría). El trabajo de este libro, demoró alrededor de dos años y fue elaborado cuidadosamente por los mejores tipógrafos y grabadores franceses, con materiales de la mejor calidad. Finalmente, se presentó en la Galerie Bellechasse, en París, con una edición de solamente 500 ejemplares, más otros 20 fuera de comercio. Evidentemente, se trata de otro libro de Neruda muy codiciado por los coleccionistas de su obra.
Uno de los aspectos interesantes de este libro, así como de su obra completa, es el hecho que se ha convertido en objeto de colección por parte de bibliófilos de todo el mundo. En otras palabras, Pablo Neruda era un coleccionista cuyos libros son actualmente objeto de colección. Un bibliófilo respetado y altamente cotizado en el ámbito de los bibliófilos.
Octavio Paz, Entre la piedra y la flor, Editorial Nueva Voz, México, 1941, 15 páginas.
Colección Neruda. Archivo Central Andrés Bello, Universidad de Chile.


Finalmente, podemos afirmar que, al estudiar historia de la literatura, advertimos que su evolución se va dando a través de un hilo conductor, que es el palimsesto, término que proviene del griego palin (otra vez) y psaein (grabar), que se aplicaba a los manuscritos cuya escritura era borrada para escribir otros textos en la misma superficie, quedando siempre restos de la escritura anterior. De esta manera, Pablo Neruda leyó a los clásicos, acogió la tradición y aportó su parte. A su vez, Neruda ha sido fuente de inspiración de poetas posteriores.
En la actualidad, forma parte del canon literario y es leído por nuevos poetas que reciben su influencia, con esa maestría expresiva del universo interior que alcanzan los grandes poetas y escritores. Por ello, las experiencias de sus viajes, las amistades que cultivó en el mundo intelectual de la época, la forma en la cual procesaba sus lecturas e integraba su influencia, la dedicación con la cual buscaba, coleccionaba y atesoraba sus libros, todo ello sumado a su cultura, sensibilidad, conocimiento de las claves del lenguaje poético, visión de mundo y capacidad creativa, contribuyeron a ser considerado un destacado bibliófilo y uno de los poetas más grandes en lengua española, Premio Nobel de Literatura en 1971.
K



Los "otros" libros del legado hasta ahora oculto
de Pablo Neruda

El poeta coleccionó textos, manuscritos, cartas, fotografías que ya se pueden ver en La Chascona.
por María Paz Mateluna

..... El poeta Pablo Neruda fue un gran bibliófilo, es decir, un empedernido amante de los libros. Los invaluables ejemplares que reunió a lo largo de su vida, en los más recónditos lugares del mundo, las ediciones y traducciones de su obra, además de material epistolar, audiovisual, fotográfico, recortes de periódicos y manuscritos forma parte de su biblioteca que desde ahora abre sus puertas al público en un edificio especialmente construido a un costado de La Chascona.
..... En una ceremonia coloquial, encabezada por el presidente de la Fundación Neruda, Juan Agustin Figueroa, los escritores Sara Vial, Darío Oses y Jorge Edwards relataron sabrosas historias en relación a la biblioteca que el premio Nobel comenzó a formar en 1954, después de haber donado la anterior a la Universidad de Chile. Entre sus más de once mil ejemplares se encuentran, por ejemplo, las obras completas de Andrés Bello, Barros Arana y Vicuña Mackenna, o ediciones de Rousseau, Paul Verlaine, Guy de Maupassant y Lord Byron.

..... "Para mí Neruda y los libros son la misma cosa", afirmó la escritora y amiga íntima del poeta, Sara Vial, mientras que para Darío Oses "esta colección es un instrumento del dialogo poético entre las generaciones, una biblioteca breve, pero a la vez infinita""Este es un esfuerzo de muchos, pero en especial de Matilde", agregó Juan Agustín Figueroa haciendo alusión a la mujer que comenzó la recolección y protegió los libros.

 Al coloquio asistieron también el escritor y biógrafo de Neruda, Volodia Teitelboim y la viuda del ex presidente Salvador Allende, Hortensia Bucci.
..... Y es que, como alguna vez expresó el poeta, "dejo mis libros recogidos en rincones del mundo" para que ahora al fin la gente los pueda recorrer.


en La Hora
viernes 23 de agosto de 2002


Itsukushima Shrine.



Leasehold.


  

Leasehold, el sistema “feudal” por el que millones de personas en Inglaterra no son propietarias del terreno en el que están sus casas.

Norberto Paredes
BBC News Mundo
10 julio 2023
Gente viendo como una grúa levanta una piscina de acrílico transparente que se colocará entre dos bloques de apartamentos en Embassy Gardens, junto a la nueva Embajada de EE.UU. en el suroeste de Londres, el 28 de septiembre de 2020.


Las principales preocupaciones al comprar una casa en la mayoría de los países del mundo son reunir el dinero suficiente y conseguir el hogar ideal, pero en Inglaterra y Gales existe una adicional: ¿es una propiedad en freehold o leasehold?
El dueño de una vivienda freehold es su propietario absoluto, incluso del terreno donde está construida, como pasa en otras naciones.
Por otro lado, quien compra una vivienda en Inglaterra y Gales bajo el sistema de leasehold, adquiere el bien por un periodo determinado de tiempo, varias décadas al menos, pero no se convierte en dueño del terreno donde está la misma.
Aunque el dueño del lease tiene el derecho de vender el leasehold, generalmente debe pedirle permiso al propietario del terreno para llevar a cabo cualquier trabajo de remodelación, además de pagarle anualmente un alquiler de la tierra, que se conoce como ground rent.
Puede ser que esta renta sea simbólica: un "grano de pimienta", una metáfora utilizada en la ley inglesa referirse a un pago en efectivo muy pequeño.
Pero como no existen reglas para calcular el monto, es decir el dueño de la tierra puede establecer el que desee, en algunos casos puede volverse tan cara que los leaseholder terminan vendiendo su hogar porque no pueden seguir pagándolo.
Se calcula que un 20% de las propiedades en Inglaterra están bajo el sistema de leasehold, la mayoría de ellas son apartamentos.

400 libras esterlinas anuales (unos 510 US$) se considera un ground rent típico.

Un sistema medieval.

"Básicamente si eres propietario de un freehold eres dueño de lo que está abajo del suelo y todo lo que está arriba en el aire, mientras que el leasehold fue creado para que dos personas o más puedan ser dueñas de propiedades diferentes una encima de la otra", le dice a BBC Mundo el abogado Saul Gerrand, experto en valoración de inmuebles y extensiones de contratos de leasehold.

La práctica tiene su origen en la Edad Media.

"Es un sistema feudal y medieval. En sus orígenes, había un conde propietario de las tierras y las alquilaba a alguien, generalmente un agricultor o granjero, que vivía allí y pagaba una renta con parte de lo que producía en dichas tierras o mediante algún servicio", explica Gerrand.
El régimen se mantuvo así durante siglos, hasta que en el el siglo XIX se inició una discusión sobre las injusticias que creaba.
A partir de la década de 1920 se introdujeron varias leyes para limitar las rentas que los propietarios de la tierra podían cobrar y restringir su derecho a desalojar a los arrendatarios.
Muchos de esos propietarios empezaron a vender sus casas y apartamentos por un periodo de tiempo determinado (típicamente entre 99 y 125 años) sin perder la propiedad de su tierra.
Este fue el comienzo del sistema de leasehold que existe en la actualidad.
Los leaseholds se vendieron originalmente sobre la base de que al final, cuando expirara la venta del arrendamiento, la propiedad de la tierra y la casa volverían al propietario original.
Sin embargo, a partir de la década de 1960 hubo cambios en la ley, después de que a inquilinos ancianos de larga data -que tenían poco conocimiento del proceso legal-, los amenazaran con desalojarlos de sus casas cuando sus contratos de arrendamiento vencieron.

¿Cómo funciona?

En la actualidad, cuando se vende por primera vez una propiedad en leasehold se otorga un contrato por un período de tiempo fijo, generalmente entre 99 y 125 años, pero a veces puede ser de hasta 999 años.
Las titulares del leasehold pueden extender el contrato por 90 años adicionales, pero es un proceso complejo que además puede resultar bastantre costoso.
Si no lo extienden, la propiedad vuelve a manos del propietario del terreno.
Sin embargo, la negociación de la extensión no se hace cuando el contrato expira. Mucho antes, cuando se acerca a los 80 años, si un leaseholder quiere vender su lease los bancos no otorgan hipotecas a los posibles compradores y el costo de la posible extensión se hace más alto.
Por lo tanto, mientras menos años le quedan a un lease, menos valor tiene la vivienda en el mercado.

"Larga lista de problemas"

Karolina Zoltaniecka, cofundadora de Commonhold Now, una organización que lucha por acabar con el leasehold, afirma que este sistema"tiene muchísimas fallas".

"Ha creado desajustes sistemáticos de poder que no benefician a los compradores. Es algo que no tiene cabida en una sociedad moderna", asegura.

"Rentas feudales excesivas, altísimas tarifas de mantenimiento, mal manejo de edificios que muchas veces ponen en riesgo la seguridad de los propietarios, propiedades que se deprecian dramáticamente porque ya se les está acabando el leasehold. La lista de problemas asociados al sistema es muy larga", agrega Zoltaniecka.

Aunque es menos frecuente cuando los propietarios del terreno son municipalidades, muchos leaseholders se quejan de que les cobran en exceso por las reparaciones y el mantenimiento de las áreas comunes de los edificios en los que viven y que deben hacer frente a subidas desproporcionadas del alquiler de la tierra sobre la que se levantan sus casas.
Joe Douglas aún recuerda vívidamente la sensación de felicidad que sintió en 2015 al comprar su apartamento en un edificio nuevo en el norte de Londres.
También se acuerda de cómo esa felicidad se transformó rápidamente en ansiedad y terminó en pesadilla.
Luego de vender todos los apartamentos, la constructora vendió el terreno y el edificio a un fondo de inversiones, con lo cual las condiciones en lo había comprado cambiaron dramáticamente.
Ahora tiene que pagar más de US$5.000 anuales que no estaban presupuestados.
La mayoría de ese dinero (US$2.900) se va en gastos comunes del edificio, como electricidad y limpieza, pero también debe pagar un seguro para cubrir cualquier posible daño que pueda sufrir el edificio que le cuesta casi US$2.300 anuales y un monto menor por el alquiler de la tierra o groud rent.

Joe asegura que muchos terratenientes se aprovechan del sistema para hacer dinero a costa de los propietarios de los apartamentos en leasehold.

"Es muchísimo dinero. En el caso del seguro, los dueños de la tierra me envían la factura sin ningún tipo de transparencia. No me dicen si es una tarifa competitiva ni cuánto dinero ganan en comisión. No me dicen nada", explica.
"Hay otros edificios en la misma zona que pagan menos de la mitad de lo que nosotros pagamos por el mismo tipo de seguro".
"Lo que nadie te dice al comprar una propiedad en contrato de leasehold es que te conviertes en un prisionero de un sistema, que no tienes ningún tipo de derecho ni sabes si quizás estás enriqueciendo a alguien que está sacándole provecho de tu situación", agrega el joven.


Marcha atrás

En los últimos años, grandes constructores de viviendas en Inglaterra han vendido propiedades con contratos de leasehold en los que la renta de la tierra se duplica cada 10 a 25 años.
En junio de 2022, el gobierno británico introdujo una ley que estipula que cualquier persona que compre un hogar con un nuevo contrato de leasehold al que aún le quede una duración mínima de 21 años está exenta de pagar ese alquiler anual de la tierra.
Sin embargo, esto no aplica a viviendas que fueron adquiridas antes de esa fecha.
Durante años, organizaciones como Commonhold Now han alentado a las autoridades a que eliminen el sistema de leasehold.

Incluso el ministro de Vivienda británico, Michael Gove, lo ha criticado en diversas ocasiones, describiéndolo como "injusto y obsoleto".
En enero de 2023 dijo que cumpliría con la promesa de abolirlo, pero a principios de mayo se reveló que los planes del gobierno para reformar el sistema, que serán publicados a finales de este año, no precisarán una fecha para acabar con los leaseholds.

"El gobierno ha dado una vuelta en su decisión de abolirlo", lamenta Karolina Zoltaniecka, de organización Commonhold Now.
"Ahora dicen que van a reducir el número de leaseholds a un mínimo. El ministro de Vivienda siempre ha mostrado su rechazo al sistema, por lo que en Commonhold Now creemos que es una orden que viene del gobierno central, que siente que el sistema no necesita ser abolido completamente".

El experto Saul Gerrand asegura que los planes de abolir el leasehold son "altruistas", pero que no está seguro de que sean realistas.

"La alternativa es crear un sistema de 'commonmhold', en el que todos en un edificio sean propietarios de la tierra. Esto, suena genial, pero en realidad bajo un régimen como este mantener el edificio y tomar decisiones en torno a él puede ser complicado porque cuantos más propietarios hay más difícil es tomar decisiones", añade.

Es lo que ocurre con las juntas de administración en cualquier edificio freehold.

"A veces simplemente necesitas a alguien que se pare y diga: 'Yo soy el propietario y esta es mi decisión'".

Pese a sus rarezas, el sistema de leasehold puede funcionar como una manera alternativa, ya que los precios suelen ser más baratos y el dueño de la tierra es también responsable de la mantención estructural del edificio y las zonas comunes.
Es un sistema complejo. De ahí que en Inglaterra y Gales quizás sea más importante que en otros lugares contar con asesoría de expertos a la hora de adquirir una propiedad.




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