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Libro de Proverbios, 8 20, de la Biblia. "Yo camino por la senda de la justicia, por los senderos de la equidad."

viernes, 2 de marzo de 2012

61.-Doctor Zhivago y Borís Pasternak.-a

Luis Alberto Bustamante Robin; Jose Guillermo Gonzalez Cornejo; Jennifer Angelica Ponce Ponce; Francia Carolina Vera Valdes;  Carolina Ivonne Reyes Candia; Mario Alberto  Correa Manríquez; Enrique Alejandro Valenzuela Erazo; Gardo Francisco Valencia Avaria; Alvaro Gonzalo  Andaur Medina; Carla Veronica Barrientos Melendez;  Luis Alberto Cortes Aguilera; Ricardo Adolfo  Price Toro;  Julio César  Gil Saladrina; Ivette Renee Mourguet Besoain; Marcelo Andres Oyarse Reyes; Franco Gonzalez Fortunatti; Patricio Ernesto Hernández Jara;  Demetrio Protopsaltis Palma;  Katherine Alejandra Del Carmen  Lafoy Guzmán

Doctor Zhivago.


Primera edición en italiano 

Doctor Zhivago (ruso: Доктор Живаго, Dóktor Zhivago) es una novela de Borís Pasternak, publicada en 1957. Al año siguiente, su autor habría recibido el Premio Nobel de Literatura; sin embargo, lo rechazó.

La palabra zhivago tiene la misma raíz que la palabra rusa que significa "vida" (жизнь), precisamente uno de los temas más importantes del libro.
Más profundamente, la novela muestra el sufrimiento de un hombre cuando la vida que siempre ha conocido es transformada por fuerzas que están más allá de su control.
El libro fue adaptado al cine en 1965, en una película dirigida por David Lean. También ha sido adaptado varias veces para televisión.

Argumento.

La novela toma el nombre de su protagonista, Yuri Andréyevich Zhivago, un joven médico y poeta, huérfano de padre y madre. Comienza con la muerte de su madre María Nikoláyevna y describiendo la niñez y adolescencia de Yuri Zhivago y Larisa Fiódorovna (Lara) en la ciudad de Moscú, en dónde Yuri estudiará medicina,trabajará como médico y contraerá matrimonio con Antonina Aleksándrovna (Tonia) con quien tiene un hijo y de cuyo lado debe apartarse tras ser asignado a trabajar como médico militar en el frente durante la Primera Guerra Mundial.
Tras trabajar en diferentes sitios durante la campaña militar, es enviado a Meliuzéyev, un antiguo hotel convertido en hospital, donde coincide con la enfermera Larisa Antípova, de quien se enamora. Larisa, casada con Pável Pávlovich Antípov (Pasha), se había alistado como enfermera para encontrar a su marido que se había alistado como voluntario y desaparecido.
 Tras dos años buscándolo, vuelve para hacerse cargo de su hija. Yuri vuelve con Tonia y sus hijos pero con la Revolución rusa y la guerra hay escasez de alimentos y madera para sobrevivir, por lo que posteriormente viajan al campo con la intención de vivir de lo que produzcan con la ayuda de unos antiguos conocidos de la familia de Tonia. En uno de los viajes del doctor a la ciudad cercana de Yuriatin reconoce a Lara y entabla una relación con ella. Cuando estaba decidido a confesarle a su esposa el amor por Larisa, Yuri es detenido por una patrulla de partisanos. 
Trabaja para ellos un tiempo como médico hasta que se escapa y vuelve. Como su familia ha regresado a Moscú pero él no puede, debido a que es un proscrito, acude a Lara con la que continúa su relación. Temiendo que los vayan a apresar, se van al campo hasta que se calmen los ánimos. Para que Lara esté a salvo, Yuri la engaña haciéndola creer que va a aceptar la oferta del abogado Komarovski de ir al Extremo Oriente de Rusia con ellos. 
Sin embargo, Yuri se queda en la finca donde recibe la visita del que fue el marido de Lara, Pável Antípov-Strélnikov. A continuación, Yuri decide volver a Moscú en busca de su familia.



Cuando por fin puede volver a Moscú, se encuentra con la sorpresa de que su familia se ha exiliado a Francia. Desde París, Tonia (su esposa) busca la forma de reencontrarse con su marido. Mientras tanto, Yuri empieza a convivir con Marina Markélovna con la que tiene varios hijos. Finalmente, Yuri muere a causa de una crisis cardíaca en medio de un calor sofocante de un tranvía, en el Moscú del año 1929.
Los acontecimientos se desarrollan con el telón de fondo del frente de batalla de la Primera Guerra Mundial, luego transcurre por la Revolución rusa de 1917, y la posterior Guerra civil de 1918-1920. Gran parte de la trama es absorbida por el idealismo y misticismo del doctor y poeta Zhivago, que en su mente a veces entremezcla fantasía y realidad.
El último capítulo de la novela lo constituyen veinticinco bellísimos poemas cuya autoría Pasternak atribuye al protagonista de la novela. Con una extraordinaria fidelidad y brillantez, Vicente Gaos vertiría al español una selección de estos poemas en 1959

Escritura y publicación.

Aunque la novela contiene pasajes que fueron esbozados en las décadas de 1910 y 1920, el escritor empezó a redactar la versión definitiva en 1945. Pasternak no completó la escritura de Doctor Zhivago hasta diciembre de 1955, incorporando a la historia del protagonista diversas vivencias correspondientes a la Primera Guerra Mundial, la Revolución bolchevique y la Guerra Civil Rusa.
 En abril de 1954 la revista Znamya había publicado diez poemas de la novela en que estaba trabajando Pasternak. A principios de 1956 el escritor envió el manuscrito a las revistas Novy mir y Znamya, el almanaque Literatúrnaya Moskvá y luego a la editorial Goslitizdat.
Deseando ver publicada su obra, Pasternak entrega en mayo de 1956 (en su dacha de Peredélkino) un ejemplar del manuscrito de la novela al corresponsal italiano de Radio Moscú y miembro del Partido Comunista Italiano (PCI) Sergio d'Angelo, a petición del editor Giangiacomo Feltrinelli, miembro asimismo del PCI. 
En septiembre de 1956 Novy mir y en octubre Literatúrnaya Moskvá rechazan la novela. Pasternak pide a Feltrinelli que se abstenga de publicar la novela mientras él no cuente con una respuesta definitiva de Goslitizdat.
 La editorial soviética presionaba a Pasternak para que éste exigiera a Feltrinelli la devolución de su copia del manuscrito, con el fin de poder introducir ciertas "correcciones" en el texto.

El 23 de noviembre de 1957, Feltrinelli publicó en Milán la traducción de la novela al italiano temiendo que se le adelantara la edición en francés que estaba preparando Éditions Gallimard. Al año siguiente, la novela apareció en ruso e inglés y a continuación fue traducida a un total de dieciocho lenguas diferentes. El éxito internacional de esta novela fue en gran medida la razón de que su autor obtuviese el Premio Nobel de Literatura de 1958, el cual fue forzado a rechazar. La novela no pudo ser publicada en la patria del escritor en su idioma natal hasta 1988, al calor de la perestroika
Curiosamente, la misma revista, Novy mir, que la había rechazado hacía más de 30 años publicó la novela, bajo una suscripción millonaria, en sus entregas de enero-abril de 1988.

Censura política.

La revista Novy mir, donde el autor envió la obra a publicar, la rechazó debido a que el doctor Zhivago estaba más interesado por el bienestar de los individuos que por el de la sociedad (tópico soviético), y los censores interpretaron que en determinados pasajes subyacían puntos de vista antibolcheviques, en tanto Zhivago expresa su escepticismo ante la promesa del régimen soviético de construir «un hombre nuevo», tras las atrocidades cometidas por ambos bandos que el protagonista observa a lo largo de la Guerra Civil Rusa.

El entonces Primer Secretario del Partido Comunista de la Unión Soviética, Nikita Jrushchov, ordenó un ataque feroz al autor sin haber leído la obra. Pravda describió la novela como un «trabajo comercial de baja calidad reaccionario»
El autor fue expulsado de la Unión de Escritores Soviéticos quienes tampoco la habían leído, con excepción de los redactores de las revistas citadas y algunos amigos del poeta que él reunía en su casa para leerles la novela en primicia. Para empeorar las cosas (desde la perspectiva de Jrushchov), en 1958 Pasternak fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura, que rechazó, debido a una gran presión política. Feltrinelli fue expulsado del PCI.

Tras su caída del poder en octubre de 1964, Jrushchov obtuvo una copia de la novela y la leyó (antes había leído sólo fragmentos escogidos sesgadamente por sus asesores) señalando que: «No deberíamos haberla prohibido. Tendría que haberla leído. No hay nada antisoviético en ella».Posteriormente, declaró en sus memorias que estuvo a punto de permitir su publicación, y después lamentó no haberlo hecho.



Citas del Doctor Zhivago.

Doctor Zhivago (1957), novela.

Pero yo te quiero. ¡Si pudieras sólo imaginar cómo te amo! Amo todo lo que hay en ti de particular, lo positivo y lo que no lo es, todos los aspectos comunes de tu persona, tan queridos en su extraordinaria combinación, tu rostro ennoblecido por una luz interior, un rostro que, sin esto, acaso no resultara bello, tu talento y tu inteligencia, que parecen haber ocupado el puesto de toda la voluntad que te falta. Todo lo tuyo es querido para mí y no conozco hombre mejor que tú.


Fuente: Editorial Noguer SA, Barcelona-Madrid 1966 (ed.19), pág. 488.
Notas: Extracto de la carta de despedida de Tonia al Doctor

Todo el mal reside en el hecho de que yo te quiero y tú no me quieres. Me esfuerzo por encontrar el significado de esta condena, de interpretarla y justificarla.
Fuente: Editorial Noguer SA, Barcelona-Madrid 1966 (ed.19), pág. 488.
Notas: Extracto de la carta de despedida de Tonia al Doctor

No amar es casi un homicidio y no tendría fuerzas para inferir tal golpe a nadie.
Fuente: Editorial Noguer SA, Barcelona-Madrid 1966 (ed.19), pág. 488.
Notas: Extracto de la carta de despedida de Tonia al Doctor

No volveremos a vernos nunca, nunca más. Ahora acabo de escribir estas palabras, pero ¿te das cuenta de su significado? ¿Comprendes, comprendes? Me dan prisa y es como si me dijeran que han venido para conducirme al patíbulo.
Fuente: Editorial Noguer SA, Barcelona-Madrid 1966 (ed.19), pág. 489
Notas: Extracto de la carta de despedida de Tonia al Doctor

Lloraré mis lágrimas en algo que sea digno de ti, algo que quede, celebrando tu recuerdo en una composición que sea toda ternura, tan triste que oprima el corazón.
Fuente: Editorial Noguer SA, Barcelona-Madrid 1966 (ed.19)
Notas: Cuando el Dr. piensa en Lara y en que no volverá a verla

Explícame qué cosa es el pecado, / la muerte y el infierno, azufre y llama, / cuando bajo los ojos de la gente / en mi angustia, no me he unido / a ti como el retoño se une al tronco.
Fuente: Editorial Noguer SA, Barcelona-Madrid 1966 (ed.19)
Notas: Poemas al final del libro (Magdalena)

 



Borís Pasternak.

Borís Pasternak (nacido en Moscú el 10 de febrero de 1890 y fallecido el 30 de mayo de 1960) fue un poeta y novelista ruso. Es conocido por el libro El Doctor Zhivago sobre los primeros años de la Rusia Soviética que publicó en 1957. En el año 1958 recibió el Premio Nóbel de Literatura.


(Moscú, 1890-Perediélkino, 1960) Escritor ruso. Hijo del pintor ruso L. O. Pasternak, estudió leyes y filosofía e historia en la Universidad de Moscú. Su obra poética y su narrativa han ejercido una notable influencia en los escritores de su país, a pesar de la censura a la que fueron sometidas por el régimen soviético. Tras unos primeros ejercicios poéticos de inspiración futurista publicó su primer poemario, Un gemelo en las nubes (1914), pero se hizo célebre con Mi hermana la vida (1922), libro de poesía eminentemente lírica, donde el poeta se siente como fundido con la naturaleza y la vida.
Tras escribir numerosos poemas épicos, de inspiración social (El teniente Schmidt y El año 1905, 1927), volvió a publicar una nueva colección de poesías líricas caracterizadas por su intimismo: El segundo nacimiento (1931). En desacuerdo con la poesía oficial, a partir de 1935 publicó muy pocos poemas, exceptuando Los trenes matutinos (1943) y La inmensidad de la tierra (1945).
Es autor, además, de la autobiografía El salvoconducto (1931), de la novela El doctor Zhivago (1957), prohibida en su país y publicada en Italia, y de traducciones de escritores extranjeros, especialmente de Shakespeare (1953). Al publicar El doctor Zhivago en Italia Pasternak fue objeto de duras críticas, que se intensificaron al ser galardonado con el premio Nobel de literatura en 1958, al que tuvo que renunciar. Ese mismo año fue expulsado de la Unión de escritores de la URSS; fue rehabilitado póstumamente en 1987.



 
Cultura gente.
10.04.2020

En su juventud, Boris Pasternak soñaba con convertirse en músico profesional. Más tarde renunciaría a esta idea, al no creerse suficientemente talentoso. Poco después empezó a interesarse seriamente por la filosofía. Sin embargo, su talento natural se reveló en la escritura, por lo que recibió el Premio Nobel de Literatura en 1958. Sin embargo, el reconocimiento internacional se convertiría en una dura persecución en su país.

Elegir una carrera profesional.

Boris Pasternak nació en Moscú en 1890, hijo del pintor Leonid Pasternak y de la pianista Rosa Kaufman. El futuro escritor creció rodeado de arte. Su familia recibía a menudo a invitados famosos, entre ellos el escritor León Tolstoi, los pintores Isaak Levitan y Vasily Polenov, y los compositores Sergei Rachmaninov y Alexander Scriabin. Inspirado por Scriabin, el joven Boris se dedicó a la música y la estudió muy seriamente durante seis años. Después de graduarse con honores de su escuela primaria, Pasternak decidió prepararse para matricularse en el Conservatorio de Moscú.
Pasternak tardó mucho tiempo en determinar su futura carrera profesional. Ingresó en el departamento de derecho de la Universidad Estatal de Moscú, pero poco después se trasladó al departamento de filosofía.
El futuro escritor pasó el verano de 1912 en Marburg, estudiando con el filósofo neokantiano Hermann Cohen, quien creía que su alumno haría una brillante carrera como filósofo. Sin embargo, Pasternak decidió regresar a Rusia y se graduó en la universidad con un diploma de primer grado que nunca se molestó en coleccionar. El diploma todavía se conserva en los archivos de la universidad.

Los primeros pasos artísticos.

Ese mismo año, Pasternak hizo sus primeros intentos de escribir poesía. Se inspiró en su viaje a Venecia y en el rechazo de su novia, Ida Wissotzkaya, a quien le había propuesto matrimonio.
Pasternak entró gradualmente en los círculos literarios de Moscú y se involucró particularmente en un club de poesía de simbolistas, organizado por la editorial Musaget. En 1913 publicó su primer poema y a finales de ese mismo año logró publicar una colección de poesía completa titulada 'Gemelo en las nubes'. A esta colección le seguiría un segundo volumen, 'Over the Barriers', varios años después.
La amistad con Vladimir Mayakovsky tuvo una poderosa influencia en la obra artística y la personalidad de Boris Pasternak. La pareja se conoció por primera vez en 1914 en una tertulia literaria, y la amistad inmediatamente dejó una gran impresión en Pasternak. Mayakovsky, la estrella en ascenso del movimiento futurista, seguro de sí mismo e ingenioso, simplemente lo asombró. El poeta adoraba las primeras piezas líricas de Mayakovsky y, aunque Pasternak estaba lejos de ser un futurista en sus años más maduros, sus primeras obras contienen rastros de futurismo que pueden atribuirse en gran medida a la influencia de Mayakovsky. 
El interés era mutuo. En la década de 1920, Pasternak participó en la asociación de futuristas LEF de Mayakovsky, pero los dos poetas se distanciaron gradualmente. Esto se debió en parte al incesante deseo de fama de Mayakovsky, un deseo que el propio Pasternak no compartía. Hacia el final de su vida, Pasternak incluso escribiría el poema "Es feo ser famoso". Las diferentes opiniones políticas también jugaron un papel importante en sus desacuerdos mutuos.
Una parte un tanto curiosa del pasado de Pasternak tiene que ver con su relación con Sergei Esenin. A este último le molestaban las obras de Boris Pasternak y eventualmente provocaría un enfrentamiento abierto entre los dos poetas. La pelea tuvo lugar en la redacción de la revista Krasnaya Nov', pero aún se desconoce el motivo del conflicto. El escritor Valentin Katayev más tarde hizo un relato humorístico de la pelea, dándole a Pasternak el sobrenombre de “mulato” y llamando a Esenin el “hijo del rey”:

 “… el mulato, con su gentil ineptitud, intentó golpear al hijo del rey en el pómulo con su puño, cosa que no hizo repetidamente”.
La década de 1920 fue un período lleno de acontecimientos en la vida de Boris Pasternak. Sus padres emigraron a Alemania, se casó con la artista Eugenia Lourie, tuvo un hijo y publicó una variedad de nuevas colecciones de poesía, novelas en verso y poemas. Hacia finales de la década, Pasternak publicó sus notas autobiográficas, tituladas 'Salvoconducto', en las que relataba su juventud, su primer amor y su viaje a Europa.

Dominio soviético: reconocimiento y desgracia

A principios de la década de 1930, las obras de Boris Pasternak todavía eran reconocidas por el gobierno soviético. Sus colecciones de poesía se reimprimieron anualmente y, a menudo, participó en actividades del Sindicato de Escritores. En 1934, Pasternak incluso habló en el primer Congreso de la Unión, donde Nikolai Bujarin, editor en jefe del periódico Izvestia, sugirió que Pasternak fuera nombrado el mejor poeta soviético.
Estos tiempos trajeron serios cambios en la vida personal del escritor. Su matrimonio con Eugenia Lourie llegó a su fin y el poeta se casó más tarde con la autora de memorias Zinaida Neuhaus, con quien tendría un hijo en 1938. Pasternak y su nueva esposa visitaron Georgia por primera vez. Quedó asombrado por el país y las impresiones de este viaje le llevarían a la creación de una serie de poemas titulados 'Olas'.
En 1935, el poeta se unió a sus colegas en un viaje al extranjero para representar a la Unión de Escritores en el Congreso Antifascista de París. Pasternak, que padecía insomnio desde hacía varios meses, sufrió una crisis nerviosa. Los investigadores de la vida de Pasternak atribuyen la ruptura a sus desacuerdos personales con su segunda esposa, Zinaida Neuhaus.
En 1936, Pasternak publicó dos poemas que describen a Stalin con gran admiración. Sin embargo, estos trabajos contribuyeron poco a mejorar su creciente relación con las autoridades soviéticas. El Kremlin no pudo perdonar sus intentos de defender a los familiares de Anna Ajmátova. Además, Pasternak fue acusado de estar separado de la realidad y de poseer una visión del mundo que no se adaptaba a la época actual. El gobierno esperaba que Pasternak escribiera poemas que glorificaran al régimen soviético. Como resultado, Pasternak se encontró alejado de la literatura oficial.
Para mantener a su familia, Pasternak comenzó a contratar traducciones. En particular, tradujo obras de Shakespeare, Goethe, Schiller, Verlaine y Rilke. El poeta trató sus traducciones como obras independientes y siempre trató de transmitir con precisión el mensaje del texto original, preservando el ritmo y la amplitud originales. Hasta el día de hoy, las traducciones de Pasternak todavía se consideran tan valiosas como los originales.

El doctor Zhivago y el premio Nobel.

Pasternak completó su traducción de Hamlet de Shakespeare en 1945 y pasaría los siguientes 10 años de su vida escribiendo su novela épica, Doctor Zhivago. El personaje principal de la novela se basó originalmente en Zinaida Neuhaus. Sin embargo, el escritor encontraría en la traductora Olga Ivinskaya una nueva musa y su trabajo en la novela empezó a avanzar mucho más rápido.
La novela se creó en secciones, que Pasternak leería a sus amigos al finalizar cada una. A Ivinskaya también se le encomendó la tarea de repartir copias impresas del manuscrito a todos los conocidos del escritor, ya que sus opiniones sobre la obra eran extremadamente importantes para él.
Tan pronto como se imprimieron los primeros capítulos de Doctor Zhivago, Olga Ivinskaya fue arrestada y brutalmente torturada por la policía. Exigieron saber de qué trataría la novela y cuán oposicionista sería. Como resultado, Olga Ivinskaya fue condenada y pasó cuatro años en prisión.
El escritor terminó su novela en 1955, pero las editoriales de la Unión Soviética se mostraron reacias a imprimirla. El editor Giangiacomo Feltrinelli se ofreció a publicar Doctor Zhivago en Italia y Pasternak estuvo de acuerdo. Después de eso, la novela fue rápidamente traducida a diferentes idiomas. Las autoridades soviéticas intentaron repetidamente confiscar el manuscrito y prohibir la novela, pero, sin embargo, se hizo cada vez más popular.

La campaña contra Pasternak y su rehabilitación póstuma.

A pesar del reconocimiento internacional, el gobierno soviético estaba firmemente convencido de que Pasternak había recibido el Premio Nobel sólo porque su novela era considerada "antisoviética". El Comité Central del Partido Comunista de la URSS incluso emitió un decreto calificando al Doctor Zhivago de obra difamatoria. El periódico Pravda incluso llamó a Pasternak “una hierba literaria” (su apellido ruso puede traducirse como 'chirivía'). Pasternak fue expulsado del Sindicato de Escritores y se celebraron múltiples reuniones en todo el país para condenar la obra del escritor “traidor”. Pasternak, incapaz de soportar tal campaña de desprestigio, escribió una carta al Comité Nobel y rechazó el premio.
Sin embargo, esta acción cambió poco en casa. Los colegas de Pasternak, con pocas excepciones, exigieron su expulsión del país. Sólo el llamamiento personal del primer ministro indio, Jawaharlal Nehru, a Nikita Khrushchev pudo salvar a Pasternak, junto con una carta redactada por la KGB que el escritor se vio obligado a firmar. Afirmó que nunca tuvo la intención de dañar a su país y a su gente, y que no había previsto que el Doctor Zhivago fuera percibido como una obra contra la Revolución de Octubre y el régimen soviético.
Pasternak murió varios años después. En 1987 fue rehabilitado y reincorporado al Sindicato de Escritores. Un año después, la revista Novy Mir publicó Doctor Zhivago. Su negativa al Premio Nobel fue anulada y en 1989 su hijo mayor recibió el diploma y la medalla de oro.

Irina Sheykhetova


Biblioteca Personal.

Tengo un libro en mi colección privada .- 





La literatura  soviética.

Escudo de la Unión Soviética.


La Unión Soviética (en ruso: Советский Союз, Sovietski Soyuz), de nombre completo Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS; en ruso: Союз Советских Социалистических Республик, pronunciaciónⓘ, Soyuz Soviétskij Sotsialistícheskij Respúblik; abreviado como СССР, SSSR), fue un Estado federal conformado por varias repúblicas socialistas que existió en Europa y Asia, desde el 30 de diciembre de 1922 hasta el 25 de diciembre de 1991.

Luego de la Revolución de febrero de 1917, la cual puso fin al Imperio ruso, se asentó el Gobierno provisional ruso, que luego fue derrocado por la Revolución de Octubre del mismo año, estableciéndose el Gobierno de los bolcheviques llamado Sovnarkom. A continuación, se desencadenó la guerra civil rusa que fue ganada por el nuevo régimen soviético. El 30 de diciembre de 1922 fue creada la Unión Soviética con la fusión de Rusia, Transcaucasia, Ucrania y Bielorrusia.

Tras el deceso del primer líder soviético, Vladímir Lenin, en 1924, Iósif Stalin acabó ganando la lucha por el poder y dirigió el país a través de una industrialización a gran escala, con una economía centralizada y una extrema represión política. En junio de 1941, durante la Segunda Guerra Mundial, la Alemania nazi junto a sus aliados invadió la Unión Soviética, un país con el que había firmado un pacto de no agresión llamado luego Pacto Ribbentrop-Mólotov. Al cabo de cuatro años de una guerra brutal, la Unión Soviética emergió victoriosa como una de las dos superpotencias del mundo, junto a los Estados Unidos.

La Unión Soviética y sus Estados aliados de Europa Oriental, denominados bloque del Este, estuvieron involucrados en la Guerra Fría, que fue una prolongada lucha ideológica y política mundial contra los Estados Unidos y sus aliados del Bloque Occidental; finalmente la Unión Soviética cedió ante los problemas económicos y los disturbios políticos internos y externos.
 Durante este período, la Unión Soviética llegó a ser el modelo de referencia para futuros Estados socialistas. Desde 1945 hasta 1991, la Unión Soviética y los Estados Unidos dominaron la agenda global de la política económica, asuntos exteriores, operaciones militares, intercambio cultural, progresos científicos incluyendo la iniciación de la exploración espacial, y deportes (incluidos los Juegos Olímpicos). 
A finales de la década de 1980, el último mandatario soviético, Mijaíl Gorbachov, trató de reformar el Estado con sus políticas de la perestroika y glásnost, pero la Unión Soviética se derrumbó y fue disuelta formalmente el 25 de diciembre de 1991 tras el fallido intento de golpe de Estado de agosto. Luego de esto, la Federación de Rusia asumió sus derechos y obligaciones.
Los límites geográficos de la Unión Soviética variaron con el tiempo, pero tras sus últimas anexiones territoriales, incluyendo la ocupación de las repúblicas bálticas (Lituania, Letonia y Estonia) y la del este de Polonia, Besarabia y algunos otros territorios durante la Segunda Guerra Mundial, desde 1945 hasta la disolución, los límites correspondieron aproximadamente a aquellos de la extinta Rusia imperial, con las exclusiones notables de Polonia, la mayor parte de Finlandia y Alaska; abarcando así algo más de la séptima parte de la superficie emergida de la Tierra.

Idiomas y literaturas soviéticas.

Rasul Gamzátovich Gamzátov (Tsada, RASS de Daguestán, 8 de septiembre de 1923-Moscú, 3 de noviembre de 2003) fue un escritor, poeta y político avar.):

"Las 109 lenguas de la URSS son su mayor riqueza cultural"
Una delegación de escritores soviéticos visita España.

Rosa Maria Pereda
02 feb 1980 

Una delegación de escritores de la URSS visita estos días España en un programa de acercamiento de la Unión de Escritores soviética a las organizaciones del gremio en este país. Constituyen la delegación Rasuf Gamzatov, poeta, procedente de Daguestán, uno de los estados de la Unión con raíz mayoritariamente musulmana, y especialista en estos temas; Mijail Alexeev, ruso, novelista, y Pavel Grushko, poeta, dramaturgo y traductor de poesía española al ruso, de origen judío, y que sirvió de intérprete en la entrevista que los tres concedieron a EL PAÍS, y en la que dieron, entre todos, una visión panorámica de la actividad literaria en la URSS.

Rasul Ganizatov, considerado como uno de los más importantes poetas de la URSS, y representante a un tiempo de una pequeña comunidad lingüística de raíz musulmana, el pueblo avar de la república de Daguestán, una comunidad de 200.000 hombres, empezó diciendo que «en literatura no se puede hablar estrictamente de problemas de minorías; todos tenemos un único problema en literatura, que es lingüístico: la creación poética en cualquier lengua». «En la URSS se hablan y escriben 109 lenguas distintas, y no hay ninguna que no tenga sus publicaciones y sus escritores. Por eso los problemas nacionales de nuestra literatura son en realidad internacionales...» «Tenemos la suerte de contar en un solo gran país con escritores de tan distintas nacionalidades, que, a lo mejor, da un poco de pena escribir en ruso.» Rasul Ganizatov considera que un país multinacional tiene una infinidad de posibilidades culturales mayores que otro de cultura única. 
«En la URSS, a cada nación le gusta considerarse una estrella, pero saber que todas tienen un ciclo común. Lo que es distinto de intentar hacer con todas una sola luna... Soy decididamente partidario de la autonomía. La autonomía en mi caso me permite ser quien soy, desde la cultura de mi pequeño pueblo, y, bueno, puedo estar aquí con usted hablando, lo que sería imposible sin la URSS.» «Nosotros», dice, «le estamos muy agradecidos a Lenin porque nos trajo, además de telas para los trajes y zapatos, los tipos de las máquinas impresoras ... »

"El problema Jomeini"

Respecto a los pueblos de base musulmana, de los que Daguestán es uno -aunque conviven nueve pueblos distintos y nueve distintas lenguas-, «ahora son ricos, tienen un nivel de vida mucho más alto que el de los países islámicos, y cuentan todos con sus teatros, sus casas de cultura, sus artistas y sus publicaciones». «No crea: nosotros estamos mucho más por Lenin que por Jomeini. Jomeini dice ahora que cuantas más privaciones, mejor.»
«Yo no creo», añade, «que a los ciudadanos del Daguestán, por creyentes que sean, les apetezca rebajar su nivel de vida y de participación cultural. Los comunistas dicen: puedes rezar hasta que te rompas la frente, pero las oraciones no dan pan. Nosotros no tenemos el problema Jomeini. Y no lo tenemos porque el nivel de desarrollo de nuestras repúblicas musulmanas es mucho más alto.»

Por su parte, Mijail Alexeev, autor, entre otras, de la novela Moscú, de la que lleva vendidos 450.000 ejemplares, se refirió especialmente a la narrativa, y más en concreto a la generación de la guerra, a la que él mismo pertenece. 

«Los novelistas», dijo, «plantean, antes que otras cosas, problemas morales. La comprensión del mundo no se reduce a los problemas de un país, sino a los de todos. Las riquezas materiales no son el fin del hombre ni lo que puede garantizar la felicidad en absoluto, y aunque, por supuesto, no estoy en la pobreza, los hombres de este tiempo empiezan a entender que muchas veces la mucha riqueza produce hastío y vacío. Lo que el hombre debe crear es la construcción de un carácter humano. Es característico de algunos hombres de nuestro tiempo el hastío, la indiferencia. Y esta indiferencia del alma es la que deben curar los escritores.»



La literatura rusa de la época soviética.
Escudo de la República Socialista Federativa Soviética de Rusia





revista soviética. 


1917-1941

Tras la Revolución de Octubre la literatura rusa entró en cierta desconexión con Occidente, por lo cual se conoce muy poco, a excepción de algunos autores.

Tras octubre de 1917 la mayor parte de los escritores de la Edad de Plata Rusa no aprobó el nuevo régimen bolchevique y abandonó el país, la mayoría para siempre. Estos escritores dieron comienzo a la literatura rusa del exilio.
Quienes por el contrario optaron por quedarse en Rusia para compartir el destino del país y sus compatriotas llegaron al apogeo de su libertad creativa; pero pasó poco tiempo para que sus convicciones y esperanzas en el futuro del país entrarán en colisión con la realidad de la vida ordinaria y muchos fueron ejecutados o asesinados lentamente por la terrible falta de casi todo que hubo durante la Guerra Civil Rusa, no pudiendo publicar nada o sufriendo intimidación para ser condenados a un silencio total. Los escritores que no apoyan la revolución de forma incondicional son eliminados, arrinconados, emigrados, marginados o ninguneados.

Al mismo tiempo, el primer período de la nueva época soviética se caracterizó por la gran proliferación de diversas corrientes estéticas, voces poéticas y experimentos literarios. En este tiempo coexistieron numerosos grupos literarios que discutieron, rivalizaron y cambiaron sus miembros, generalmente, en un corto tiempo. Dentro también de las Vanguardias históricas, surgió el Imaginismo ruso, fundado por Vadim Shershenévich (1893-1942), que reivindicaba la primacía de la imagen o metáfora sobre el símbolo y el retorno a la poesía tradicional; fue cultivado por Borís Pasternak (cuya poesía destaca por encima de su prosa), Serguéi Yesenin, Riúrik Ívnev (1891-1981) y Anatoli Mariengof).
Los imaginistas probaban nuevas metáforas inesperadas, creyendo que la sorpresa de las imágenes era el objetivo final del arte metafórico. Los talentos de Yesenin y Borís Pasternak llegaron a su cumbre. 

La corriente poética prerrevolucionaria del acmeísmo continuó todavía. Anna Ajmátova aún escribió poemas, aunque sus publicaciones fueron escasas y más tarde cesaron. Siguió el Futurismo ruso y el Cubofuturismo (Hylaea o “Guiléia”) (Vladímir Mayakovski, Velimir Jlébnikov, Borís Pasternak, Víktor Shklovski, Alekséi Kruchiónyj (1886-1968)) florecieron hasta cierto tiempo. Aparecieron nuevos grupos como OBERIU (Nikolái Zabolotski, Daniíl Jarms) y los dadaístas “nichevoki”. 

Por primera vez en la historia de humanidad los escritores pudieron tomar parte en la creación de un mundo completamente nuevo, y ellos aprovecharon la oportunidad. Por ejemplo, Velimir Jlébnikov creó la poesía záum (en ruso, за́умь; en:zaum) o poesía transmental (magia, encantamiento a la manera de los hechiceros asiáticos). Hay que notar la figura titánica del poeta y dramaturgo Vladímir Mayakovski, quien puso su talento al servicio de la Revolución. Marina Tsvetáyeva en mucho continuó la tradición de Ajmátova y sus poemas fueron la última manifestación de la Edad de Plata. 
La poesía de unos genios como Mayakovski, Yesenin, Ajmátova, Pasternak, Tsvetáyeva rebasa los límites de grupos o corrientes literarias.

Fuera de estos grupos existieron también los famosos "Hermanos de Serapión” (Vsévolod Ivánov, Mijaíl Slonimski (1897-1972), Mijaíl Zóschenko, Veniamín Kaverin, Konstantín Fedin, Nikolái Tíjonov), “Pereval” (encabezado por el crítico literario Aleksandr Voronski e incluyendo poeta Eduard Bagritski, escritores Mijaíl Prishvin y Andréi Platónov y muchos otros), y asociaciones de escritores proletarios pro-communistas - Proletkult, la Asociación de Escritores Proletarios de Rusia o RAPP (por ejemplo, Dmitri Fúrmanov, Aleksandr Fadéyev y muchos otros), LEF (Vladímir Mayakovski, Ósip Brik, Nikolái Aséiev, Alekséi Kruchiónyj, por algún tiempo Borís Pasternak y algunos otros).

Esos grupos difieren de los anteriores en lo siguiente:

Los hermanos de Serapión.
.
De izquierda a derecha: K. Fedin , M. Slonimsky , N. Tikhonov , E. Polonskaya , M. Zoshchenko , N. Nikitin , I. Gruzdev , V. Kaverin


Los “Hermanos de Serapión” y “Pereval” abogaban por unos valores humanos en el arte universales y comunes a todas las naciones, mientras que otros grupos como la RAPP y el LEF defendían la existencia de un criterio de clase social en literatura.
El objetivo del grupo LEF (Frente de Izquierdas del Arte) y su homónima revista, como se especificó en uno de los primeros números, fue "revisar la ideología y la práctica del llamado arte de izquierda, y abandonar el individualismo para incrementar el valor del arte para el desarrollo el comunismo."
Miembros de Proletkult y de RAPP pensaban que literatura y arte tuvieron un carácter clasista, y, consiguientemente, las obras de arte creadas por artistas no proletarios debían ser abandonadas y olvidadas, porque eran ajenas a la nueva sociedad y la "gente nueva".



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ya Lvovich Selvinsky ( ruso : Илья Сельвинский , 24 de octubre de 1899 - 22 de marzo de 1968) fue un poeta, dramaturgo, autor de memorias y ensayista soviético nacido en Simferopol , Crimea 


El constructivismo (1923-1930) (Iliá Selvinski (1899-1968); Vladímir Lugovskói (1901-1957)) cantó la transición del Estado capitalista al socialista y el triunfo del proletariado y fue la primera estética lírica propia de la proletkult"cultura proletaria"; esta pretendía crear un arte esencialmente proletario y que exaltara el trabajo colectivo; los poetas cantan a la Revolución, a las máquinas y a los obreros. Los miembros de “Pereval”, al contrario, proclamaron que la función principal de arte era el conocimiento del mundo, el mérito principal de una obra literaria no es el contenido clasista, sino la calidad artística; proclamaban la continuidad del arte desde los tiempos antiguos hasta la época presente.

Desde 1925 se enfrentan dos bandos literarios: los agrupados en la Asociación de Escritores Proletarios de Rusia, conocida por la abreviatura de RAPP y sostenida por el Estado, y los que éstos llaman popútchiki o compañeros de ruta, escritores que asistieron y acompañaron la revolución. Los ráppovtsy luchan contra el grupo de los "Hermanos de Serapión", contra los constructivistas y contra las diversas escuelas de vanguardia, incluido el grupo LEF, reclamando una literatura menos formalista y más vulgar y asequible a las masas en fondo y forma. Algo así como las escuelas del sándalo y la berza en la literatura del Socialrealismo del año 1955 en España.
En 1932, con todo, todas las asociaciones artísticas fueron prohibidas​ y, en 1934, los escritores recibieron la "proposición" de incorporarse en la Unión de Escritores Soviéticos, y la administración burocrática en el mundo literario comenzó. En los treinta Rusia fue aislada del mundo entero por un telón de acero, y comenzó el exterminio físico de los escritores y artistas desagradables para el régimen, sin que fuera posible ninguna otra emigraсión.

A partir de ese momento en la literatura rusa se instaura el llamado realismo socialista. Los principales representantes de la corriente son Máximo Gorki, Mijaíl Shólojov, Alekséi Nikoláyevich Tolstói y Konstantín Fedin. También aparece el normativismo (utopía social, lo social es superior a lo personal, un hombre ideal en circunstancias ideales, la realidad debe ser desdeñada y destruida para el porvenir hermoso, etc.) cuyo máximo representante fue Aleksandr Fadéyev, además del modernismo o postrealismo (que busca el sentido de la vida humana en el horror existencial del mundo, esa oposición del hombre y caos siendo trágica, pero revelando la esencia del hombre y su precio) que tiene sus máximos exponentes en Yevgueni Zamiatin, Yuri Olesha, Borís Pilniák o Andréi Platónov. Ellos continuaron las tradiciones del modernismo de la Edad de Plata y afirmaron el derecho del hombre a la vida privada. En 1932 el término nuevo "realismo socialista" apareció, fusionando los ideas del realismo nuevo y normativismo.
No obstante, entre los escritores en prosa más destacados de la época (los años 20-30) pueden ser nombrados los siguientes: el escritor y publicista Iliá Erenburg, el prosista Máximo Gorki, Borís Pilniak, Mark Aguéyev, Mijaíl Bulgákov, Olga Forsh, Alekséi Nikoláyevich Tolstói, Konstantín Fedin, Andréi Platónov, Borís Lavreniov, Yuri Olesha, Valentín Katáev, Veniamín Kaverin, Pável Bazhov, Borís Sherguín, Gleb Alekséyev, satiristas y humoristas Mijaíl Zóschenko, Ilf y Petrov, escritores que en esencia describieron los actos del Ejército Rojo en la Guerra civil rusa Isaak Bábel, Dmitri Fúrmanov, Aleksandr Fadéyev, Nikolái Ostrovski, Aleksandr Serafimóvich, escritores de la ciencia-ficción y ficción social Aleksandr Beliáyev, Yevgueni Zamiatin, Vladímir Óbruchev, Aleksandr Chayánov, el trágico y romántico Aleksandr Grin.

Aparecieron escritores quienes describieron la vida rústica y la naturaleza de Rusia, por ejemplo Mijaíl Prishvin, Yevgueni Charushin. Algunos escritores se pusieron a la literatura infantil y juvenil – y ahora las obras de Kornéi Chukovski, Arkadi Gaidar, Lev Kassil, Andréi Serguéyevich Nekrásov, "Los tres gordinflones" de Yuri Olesha y "Blanquece la vela solitaria" de Valentín Katáev, poemas de Samuíl Marshak, Serguéi Mijalkov son entre los libros infantiles más predilectos. La novela histórica fue desarrollada por Vasili Yan, Alekséi Nóvikov-Pribói, Serguéi Serguéyev-Tsenski, Anatoli Stepánov, Yuri Tyniánov, Viacheslav Shishkov, María Márich. 
Esos escritores exploraban las relaciones entre la historia y la persona, analizando el papel de la persona en la historia. Los más conocidos dramaturgos del período son Nikolái Pogodin, Vsévolod Vishnevski.
En los treinta aparecieron los primeros poemas de Aleksandr Tvardovski y Mijaíl Isakovski.

 y hasta el fallecimiento de Stalin el Estado intervino frecuentemente en la creación literaria.



1941-1953
Alexey Alexandrovich Surkov (  13 de octubre de 1899 - 14 de junio de 1983) fue un poeta , editor , crítico literario y figura destacada de la nomenklatura soviética rusa , jefe de la Unión Soviética de Escritores en 1953-1959. conocido por su papel en la persecución de Boris Pasternak
Алексе́й Алекса́ндрович Сурко́в ;


En 1941 comenzó la Gran Guerra Patria. Aparecieron nuevos talentos, como por ejemplo Alekséi Surkov, Konstantín Símonov, Emmanuíl Kazakévich, Iósif Utkin, Borís Polevói y Vera Panova, que escribieron sobre la tragedia de la guerra y sobre las hazañas y esfuerzos de los soldados soviéticos en su lucha a muerte contra el fascismo; Vera Inber y Olga Bergolts, que sobrevivieron al Sitio de Leningrado y describieron los 900 días heroicos y trágicos; Pável Antokolski, Aleksandr Tvardovski, Mijaíl Isakovski, Andréi Platónov, Borís Pasternak, Mijaíl Shólojov, Anna Ajmátova e Iliá Erenburg emprendieron la defensa de la Unión Soviética contra la inhumanidad de fascismo. Muchos escritores perecieron en los frentes de la guerra o murieron de hambre y frío.

Durante la época, la mayor parte de los escritores emigrados abrazaron temporalmente la causa de la URSS, dadas las difíciles circunstancias que atravesaba el país.
En este período volvió a la literatura rusa el hombre corriente como personaje literario: héroes modestos y de carácter contradictorio.

Las mejores obras del periodo son “Vasili Tiorkin”, de Aleksandr Tvardovski; “El Don apacible”, de Mijaíl Shólojov; “El hijo del regimiento”, de Valentín Katáev; “La Guardia Joven”, de Aleksandr Fadéyev; “Invasión” y “El coche de oro”, de Leonid Leónov; “La estrella”, de Emmanuíl Kazakévich; el poema “Meridiano de Púlkovo”, de Vera Inber; “El relato de un verdadero hombre”, de Borís Polevói; el drama “La gente rusa” y los libros de poemas “Contigo y sin ti” y “Guerra”, de Konstantín Símonov; el poema “Hijo”, de Pável Antokolski, “Zoya”, de Margarita Aliguer; la pieza de teatro “Dragón”, de Yevgueni Shvarts; y la novela histórica “Rusia joven”, de Yuri Guerman.

Después de la guerra las autoridades ejercieron una dura represión,



 
La literatura del "deshielo" (1953-1968)

El período comienza con el fallecimiento de Iósif Stalin y se termina con el fin de la Primavera de Praga. Este período se caracteriza por la renuncia gradual del "realismo socialista" como un método de literatura, el proceso literario diverso y saturado, y el retorno a los valores humanos perpetuos.
La célebre novela “Doctor Zhivago” de Borís Pasternak, cuya publicación en la URSS fue prohibida hasta 1988, fue publicada por vez primera en Milán en 1957 en su versión en lengua italiana. Los poetas prohibidos de La Edad de Plata Rusa y de los años veinte, incluyendo a Yesenin, Zamiatin y Nabókov, recobraron gradualmente a sus lectores.

En poesía, podemos hablar de nuevas corrientes y grupos:

La llamada poesía de los estadios, cuyas representantes son Yevgueni Yevtushenko, Andréi Voznesenski, Robert Rozhdéstvenski y Bela Ajmadúlina. Estos poetas buscan la vida y la poesía que llaman de conciencia, delicadeza, firmeza del alma, energía, y la verdad de la vida. Su poesía fue social, dirigida principalmente a los jóvenes de los años sesenta, que anhelaban cambios profundos.
Los «poetas con guitarra» (como Bulat Okudzhava o Yuli Kim), que cantaban la «romanza de las ciudades», proclamaban humanitarismo, delicadeza, atención a la vida cotidiana con su comedias y tragedias privadas, y los "bardos con mochilas" (Yuri Kukin, Yevgueni Kliachkin, Aleksandr Gorodnitski, Yuri Vízbor entre otros) instaron a la vida independiente, a llevar a la práctica valores románticos como la fuga de las ciudades confortables a la vida en el seno de la naturaleza, donde un hombre es más libre que en la ciudad y prueba su fuerza y capacidad de permanecer vivo y determina sus recursos interiores.
Esas corrientes también abogaban por valores románticos como la amistad, el socorro mutuo, la responsabilidad personal e individual de cada hombre viviendo para el mal del mundo, abogaban por el carácter ardiente, maximalismo moral, renunciando a todo compromiso moral, tanto en la vida social como en la privada.
Los poetas bajos representados, en primer lugar, por Nikolái Rubtsov con su interés por la vida en la aldea, las raíces morales e históricas de la nación, la tradición, la naturaleza y la filosofía popular.
La neovanguardia o neofuturismo (Vladímir Kazakov, Víktor Sosnora, Guennadi Aiguí entre otros) y el Grupo de Lianózovo (neo-OBERIU) (Oleg Grigóriev, Ígor Jolin, Vsévolod Nekrásov) quienes trazaron los caminos hacia el conceptualismo.

En prosa, podemos destacar nuevos rumbos del desarrollo:

Algunas novelas épicas notables fueron escritas a finales del realismo socialista – “Los vivos y los muertos” (Zhivýe i miórtvye), la trilogía de Konstantín Símonov (durante los años sesenta se publicaron las primeras dos partes), “El destino de un hombre” (Sudbá cheloveka) de Mijaíl Shólojov, “Vida y destino” (Zhizn y sudbá) de Vasili Grossman.

Surgió una nueva tendencia hacia la representación de la Gran Guerra Patria – la supuesta "prosa lírica del frente" o "prosa de soldados". Los principales representantes de esta tendencia son Yuri Bóndarev, Grigori Baklánov, Víktor Astáfiev. Plantearon la cuestión del precio de una sola vida humana durante la guerra entre los montones de víctimas y pérdidas, se dirigieron a los valores humanos y estudiaron los entresijos del decaimiento moral de un hombre por las condiciones inhumanas de la guerra.

Prosa de la aldea“Hermanos y hermanas” (Bratia y siostry) de Fiódor Abrámov, las primeros colecciones de cuentos de Vasili Shukshín y las primeras novelas de Piotr Proskurin.
Neosentimentalismo o realismo clásico (su máximo exponente es Yuri Kazakov) que tenía como fin la representación minuciosa de los movimientos del alma, psicología intensa.
Movismo (mauvism) de Valentín Katáev.
Postrealismo – “Un día en la vida de Iván Denísovich”, “El primer círculo”, “El pabellón del cáncer” de Aleksandr Solzhenitsyn o los primeros libros de Varlam Shalámov.

Realismo fantástico, cuyos representantes son Andréi Siniavski (Abram Terts) y Yuli Daniel (Nikolái Arzhak).

La ciencia ficción rusa alcanza un nuevo nivel en los años sesenta con las novelas casi proagandísticas de Iván Yefrémov y los primeros libros de Arkadi y Borís Strugatski.

En la literatura propagandística, destacan los libros de Valentín Katáev de los años sesenta y “La Fortaleza de Brest” (Bréstskaia krépost) de Serguéi Smirnov.
En cuanto a la literatura infantil y juvenil está representada por las obras de Ágnia Bartó, Vitali Gúbarev, Nikolái Nósov, Lev Davýdychev, Borís Zajoder, Anatoli Rybakov, Valeri Medvédev o Yevgueni Veltístov.
En dramaturgia, sus mayores exponentes del período son Aleksandr Vampílov, Yevgueni Shvarts, Víktor Rózov, Alekséi Arbúzov.

Literatura rusa fuera de R.F.S.S. de Rusia.

Podemos mencionar asimismo obras de escritores pertenecientes a otras culturas nacionales, pero que también escribían en ruso como son el gran escritor en ruso y en kirguís Chingiz Aitmátov y el bielorruso Vasil Bykau. Sus obras se convirtieron en parte orgánica de la literatura rusa.




La literatura de los años 70 (1968 - mediados de los 80)

El período convencionalmente comienza con el final de la Primavera de Praga y el “aprieto de las tuercas” que siguió, y concluye a mediados de los ochenta con los síntomas de agravación de la crisis del estado soviético y de la ideología soviética.

En poesía puede hablarse de las siguientes nuevas corrientes y grupos:

Neoacmeísmo, cuyos principales representantes son Arseni Tarkovski, Semión Lipkin, y Bela Ajmadúlina, quien continúa la tradición filosófica, compleja y refinada de la Edad de Plata.
 Estos autores proclamaron vínculos personales universales con todo en el mundo, probaban imágenes de la cultura y su papel en la formación y ‘mantenimiento’ una personalidad humana.

Los poetas con ‘guitarras’– Vladímir Vysotski, Aleksandr Gálich, Yuli Kim. Estos poetas utilizaron a menudo lo grotesco como medio para criticar la vida contemporánea, aunque a veces su poesía está marcada por un lirismo trágico sin precedentes, así como por el psicologismo y la identificación total con los héroes de sus versos (soldados de la Gran Guerra Patria, artistas, gamberros (Vysotski)). 
Estos poetas fueron la conciencia del país durante los años setenta. Gálich fue obligado a emigrar y Vysotski falleció prematuramente.

• La corriente de los `poetas bajos’ fue continuada, en primer lugar, por Yuri Kuznetsov, quien en su obra exploró la tragedia del medio rural tradicional ruso, su vida y sus valores, y su destrucción gradual. Su poesía está marcada por un lirismo melancólico y por la búsqueda de Dios en la vida cotidiana.

Neovanguardía – neofuturismo (Vladímir Kazakov, Víctor Sosnora, Guennadi Aiguí) y Grupo de Lianózovo (neo-OBERIU) (Oleg Grigóriev, Ígor Jolin, Vsévolod Nekrásov), que abrieron un camino hacia el conceptualismo, continuando su búsqueda creativa.

• Primeros versos de poetas de rock ruso (principios de los años 80) – ‘jóvenes enfadados’, que luchaban por su derecho a ser diferentes, tener sus opiniones, su estética y su estilo que eran distintos del punto de vista oficial.

Puede mencionarse asimismo a Ígor Guberman, un distinguido poeta, que también utilizó la sátira en su poesía. Sus mordaces cuartetas satíricas hicieron de él persona non grata en la URSS y tuvo que emigrar a Israel.

Puede mencionarse también la corriente poética denominada neorromanticismo, practicada por cantautores y poetas como Bulat Okudzhava, Yuri Vízbor, Yevgueni Bachurin, Aleksandr Dolski, Yunna Mórits, etc. Su poesía era una poesía ‘baja’, intelectual, a veces triste e irónica, inteligente, muy lírica. En su mayor parte se manifestó en forma de canciones, que son conocidas y valoradas hasta ahora.

Yevgueni Yevtushenko y Andréi Voznesenski continuaron escribiendo, pero su poesía tuvo menor resonancia que en la década de 1960.

En prosa, debe destacarse la evolución o desintegración gradual del realismo socialista y el retorno al realismo crítico.

• Entonces una nueva corriente en prosa apareció, la llamada ‘epopeya popular’ (Anatoli Ivanóv con su “La llamada perpetua”, Piotr Proskurin, Fiódor Abrámov). 
Estas obras estudiaban las vidas de algunas generaciones de familias rusas, en el fondo familias campesinas y sus destinos en la Rusia ‘encabritada’ por la Revolución y martirizada en la Gran Guerra Patria y en la vida cotidiana moderna. 
Esos escritores examinaban el nervio moral y los valores espirituales que permitieron a la gente sobrevivir y vencer en la guerra, pero ellos no idealizan la gente.
 Esos escritores fueron los primeros en ver que la vida saciada lleva sus propios peligros – ‘insuficiencia cardíaca’, búsqueda de provecho, olvido de valores eternos, sordera moral. 
Afín a la corriente es la ‘prosa de la aldea’ cuyos principales representantes son Vasili Belov, Valentín Rasputin, Víktor Astáfiev, Vasili Shukshín, con sus héroes intensamente buscando ‘algo más’, el sentido de la vida, la justificación de su existencia.

• La Prosa de guerra está representada por las obras de Borís Vasíliev, Vitali Zakrutkin, Víktor Astáfiev, Yuri Bóndarev y Viacheslav Kondrátiev. Los escritores intentaban descubrir qué hizo que la gente continuase siendo humana en medio de la carnicería sangrienta de la guerra, rindiendo homenaje a las gentes sencillas que no se permitieron convertirse en inhumanas.

• Puede mencionarse asimismo el desarrollo subsiguiente del movismo (mauvism) representado por las más avanzadas y más maduras obras de Valentín Katáev. Mauvism es una mezcla interesante con partes cuasi-documentales, visiones, ensueños con el movimiento libre a través del tiempo en todas las direcciones.

Es difícil etiquetar a los prosistas de la época como partidarios de una corriente literaria concreta. No obstante, pueden destacarse escritores notables como Vladímir Voinóvich, Fazil Iskander y Vasili Aksiónov, quienes prefirieron el género satírico para sus estudios del absurdo de los mitos totalitarios, el avanzado Yuri Trífonov y Gavriíl Troepolski quien en su Bim blanco, oreja negra revelaba y estudiaba la sordera moral y la depreciación de valores en la vida cotidiana, Vladímir Tendriakov y Yuri Dombrovski con su valiente revelación de la injusticia del régimen soviético con métodos casi realistas pero usando parábolas, el postrealismo místico de Vladímir Orlov y Anatoli Kim. 

Archipiélago Gulag es una obra del escritor ruso Aleksandr Solzhenitsyn que denuncia el sistema de represión política en la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. El extenso texto, compuesto por piezas autónomas, fue redactado entre 1958 y 1968, partiendo de la propia experiencia del autor y la de más de dos centenares de testimonios orales de aquellos compañeros de campos de concentración, prisión, trabajo y «reeducación» (Gulag) que depositaron en él la historia de sus vidas.



El tema de "Archipiélago Gulag" está estudiado más profundamentete por Aleksandr Solzhenitsyn y Varlam Shalámov. La prosa histórica del período está representada por las novelas de Valentín Píkul, Dmitri Balashov, Alekséi Yúgov quienes estudiaron el progreso histórico de Rusia.
Apareció una nueva corriente literaria en prosa, la supuesta prosa pedagógica. Son novelas y cuentos que examinan la psicología de los adolescentes, cómo se hacen mayores y ¡los problemas de su socialización y de su contacto personal y trato con los adultos. 
Esas obras también plantean una cuestión de la responsabilidad de los adultos para el fiasco y la falta de valores espirituales de los adolescentes. Esta corriente es representada por las obras de Albert Lijánov, Simón Solovéichik, Borís Vasíliev, and Vladímir Zheléznikov.

Se puede decir que el periodo estimuló el postmodernismo ruso literario, y los escritores postmodernistas más notables del periodo son Venedikt Yeroféyev, Sasha Sokolov y Andréi Bítov.
Es el tiempo de florecimiento de ciencia ficción social y filosófica, con obras maduras de Arkadi y Borís Strugatski, Olga Lariónova, Kir Bulychóv, Séver Gansovski, y la ciencia ficción espacial de Serguéi Snégov. Esas obras se elevan sobre la lectura de pasatiempo, analizando la naturaleza humana extemporánea, planteando cuestiones filosóficas y examinando diferentes modelos sociales.
En cuanto a la literatura infantil y juvenil, está representeada por las obras de Vladislav Krapivin, Kir Bulychóv y Eduard Uspenski, el autor de Cheburashka.
Los mejores dramaturgos de la época fueron Aleksandr Vampílov, Grigori Gorin, Aleksandr Gelman, Edvard Radzinski, Gueorgui Polonski, Aleksandr Volodin y Mijaíl Shatrov.

Literatura rusa fuera de R.F.S.S. de Rusia.

La literatura en ruso del período creada por escritores pertenecientes a otras culturas nacionales está representada por las obras maduras del kirguís Chingiz Aitmátov y de escritores bielorrusos.  - Vasil Bykau, lo mismo que por la nueva prosa documental de Alés Adamóvich y la prosa de guerra confesional y de multitud de voces de Svetlana Aleksiévich, galardonada con el Premio Nobel de Literatura en 2015. Sus obras no solo se convirtieron en un tesoro de la literatura en ruso sino que influyeron fuertemente sobre la literatura rusa.



 
Unión de Escritores Soviéticos.

La Unión de Escritores Soviéticos o Unión de Escritores de la URSS (en ruso: Союз писателей СССР) fue una organización de escritores profesionales de la Unión Soviética fundada en 1934 por iniciativa del Comité Central del Partido Comunista.
El objetivo de la asociación era organizar la literatura y asegurar la participación del pueblo en este campo, además de su supervisión por parte del organismos del estado y el partido. Para los escritores profesionales, la calidad de miembro de la unión llegó a ser prácticamente obligatoria y la exclusión de la Unión significaba, virtualmente, la prohibición de publicar, como en el caso de Borís Pasternak. 
A pesar de esto, en la historia de la Unión de Escritores se dieron casos de renuncia voluntaria. Así Vasili Aksiónov, Semión Lipkin e Inna Lisniánskaya dejaron la Unión de Escritores en diciembre de 1979 en solidaridad por la exclusión de Víktor Yeroféiev y Yevgueni Popov.
Tras la disolución de la URSS, la Unión se dividió en organizaciones separadas para cada uno de los estados postsoviéticos. La sección rusa pasó a llamarse Unión de Escritores de Rusia.
Presidentes de la Unión de Escritores Soviéticos: 

Máximo Gorki (1934-1936)
Vladímir Stavski (1936-1938)
Aleksandr Fadéyev (1938-1944)
Nikolái Tíjonov (1944-1946)
Aleksandr Fadéyev (1946-1954)
Nikolái Surkov (1954-1959)
Konstantín Fedin (1959-1977)
Gueorgui Márkov (1977-1986)
Vladímir Kárpov (1986-1991)




Logotipo de la Casa Editorial "Progreso"



La Editorial Progreso (en ruso: Издательство Прогресс) fue fundada en 1931, bajo el nombre Editorial de los Trabajadores Extranjeros en la URSS, en 1939 cambió su nombre a Ediciones en Lenguas Extranjeras y, luego de una reorganización que tuvo lugar en 1963, cambió su nombre por el de Editorial Progreso. Antes de la disolución de la Unión Soviética, publicó libros soviéticos traducidos al español, inglés, francés, árabe y otros idiomas extranjeros. Entre ellos figuran obras de las doctrina marxista-leninista y biográficos, libros sobre el trabajo, la economía, la agricultura y las ciencias sociales. Editaban El Manifiesto Comunista y El Capital, entre muchas otras obras.
En 1991, el gobierno ruso cortó la financiación de la editorial, por lo tanto la dirección se vio obligada a discontinuar y cerrar su división de ediciones políticas distribuidas a nivel internacional en 51 idiomas, así las futuras ediciones serían superventas soviéticos y occidentales de gran demanda, la distribución se restringiría únicamente al territorio de Rusia, como consecuencia de esto aproximadamente la mitad de los empleados de la editorial fueron despedidos.​ Sin embargo, gracias a la reforma la editorial consiguió sobrevivir por poco a sus grandes dificultades financieras.

Publicaciones

Una característica particular de esta editorial era que en todos sus libros el jefe editor pedía al lector su opinión o sugerencias, esta petición se encontraba al final de la obra de la siguiente manera:
AL LECTOR
La Editorial le quedará muy reconocida si le comunica usted su opinión acerca de la traducción del libro que le ofrecemos, así como de su presentación e impresión. Le agradeceremos también cualquier otra sugerencia.
Nuestra dirección: Editorial Progreso, Bulevar Zúbovski, número 21, Moscú, URSS.

En otras ediciones más recientes la dirección es la calle Úlitsa Usachiova, número 29. Resulta comprensible esta característica si se tiene cuenta que los contenidos, puestos a disposición de los lectores, eran textos curiosos y muy difíciles de encontrar en otros lugares.
Los volúmenes producidos por la editorial tienen una encuadernación muy bien cosida, con una cubierta sólida; la presentación era bastante simple y sencilla, aunque no necesariamente si se compara con la de otros ejemplares del momento. A pesar de la calidad de los materiales y su contenido, los ejemplares eran considerablemente baratos.

PUBLICACIÓN EN ESPAÑOL LA CHANCA, 1967 - Autor JUAN GOYTISOLO - 126 páginas Prólogo M.DEIEV Presentación A.YERASOV - El precio fue de 20 kopecs. Tiraje de 10250 ejemplares.


Poesía soviética rusa.




Poesía soviética rusa (en ruso, Rússkai︠a︡ soviétskai︠a︡ poézii︠a︡) es una antología bilingüe de treinta destacados poetas soviéticos, recopilados y traducidos por el poeta chileno Nicanor Parra. Se publicó inicialmente en 1965, en la Editorial Progreso de Moscú. En 1971 se reeditó en Santiago de Chile, en la editorial Nueva Universidad de la Universidad Católica de Chile, bajo el nombre de Poesía rusa contemporánea.
Dos años después de la primera edición de este libro, Parra publicó su poemario Canciones rusas (1967).

Estructura y contenido

Los poemas del libro vienen acompañados de una biografía de cada uno de sus autores. Para la reedición chilena de 1971, los textos de estas biografías fueron revisados por Fernando Vial Correa y Cristián Santa María Santa Cruz.
Esta antología contiene los siguientes 74 poemas, escritos entre 1908 y 1964 y pertenecientes a 30 poetas soviéticos:

AutorPoemas (fechas en que fueron escritos)
1Alexandr Blok
  • Cuando tu rostro, desde un sencillo marco (1908)
  • Día de otoño (1909)
  • Yo que en un tiempo fui orgulloso y altivo (11 de julio de 1910)
  • Qué penoso resulta andar entre la gente (10 de mayo de 1910)
  • Danza de muerte (1912)

2Vladímir Mayakovski
  • ¿Y ustedes... se atreverían? (1913)
  • ¡Atención! (1914)
  • Orden al Ejército del Arte (1918)
  • Carta al camarada Kostrov, desde París, acerca de la esencia del amor (1928)

3Demián Bedny
  • Epílogo del poema «La calle mayor» (1922)
  • Nadie sabía (22 de abril de 1927)

4Serguéi Esenin
  • Confesión de un golfo (1920)
  • Uno tras otro comenzamos a irnos (1924)
  • Yo sé que allá no florecen los bosques (1924)
  • Las flores me dicen adiós (1925)

5Nikolái Aséiev
  • Entremés lírico (1924)
  • Todavía la gente se aferra al dinero (1956)
  • Canción a García Lorca (1958)

6Nikolái Tíjonov
  • El fuego, la cuerda, la bala y el hacha (1921)
  • Balada de los clavos (1919-1922)

7Borís Pasternak
  • ¡Ah, si hubiera sabido (1931)
  • Trenes madrugadores (1941)
  • Hay que desconfiar de la fama (1956-1960)

8Anna Ajmátova
  • Apreté las manos bajo el oscuro velo (1911)
  • Hay en la intimidad de los seres humanos una (1915)
  • Sé muy bien que en algún lugar hay una vida sencilla (1915)
  • Yo no necesito para nada las huestes de la oda (1940)
  • Muchas son seguramente las cosas (1942)

9Marina Tsvetáeva
  • Un rico se enamoró de una pobre (1918)
  • A la vida (1924)
  • Conato de celos (1924)

10Mijaíl Svetlov
  • Granada (1926)
  • El italiano (1943)
11Pável Antokolski
  • Hijo (1944)
12Ilyá Selvinski
  • A la patria (1947)
13Eduard Bagritski
  • La última noche (1932)
14Vladímir Lugovskói
  • Moscú (1958)
15Mijaíl Isakovski
  • Los enemigos incendiaron su casa (1945)
  • Vuelan las aves de paso (1948)
16Alexéi Surkov
  • Héroe (1928)
  • Arde el fuego en la pequeña estufa (1941)
  • Para despertar todas las fuerzas humanas (1949)
17Alexandr Tvardovski
  • Dos líneas (1943)
  • En aquellos días lejos de la patria (1951)
 Nikolái Zabolotski
  • Creí que de nuevo mi alma (1936)
  • Cada vez que a lo lejos se apaga la luz del día (1948)
  • La niña fea (1955)
  • Sobre la belleza de los rostros (1955)

Leonid Martínov
  • Primacía (1956)
  • La huella (1957)
  • El séptimo sentido (1957)
  • Entre casas viejas (1958)

Yaroslav Smeliakov
  • Lida es una buena muchacha (1941)
  • Dulces beldades de Rusia (1945)
  • Si caigo enfermo (1945)

Konstantín Símonov
  • Es como si me mirase al revés en los prismáticos (1941)
  • Espérame y volveré (1941)


Margarita Aliguer
  • A un caminante (1939)
  • La gente no me perdona los errores (1946)
  • Dos (1956)


Semión Gudzenko
  • Yo fui de infantería en campo abierto (1946)
  • En el club de la guarnición de Transcarpatia (1946)

Alexandr Mézhirov
  • ¡Herradura de la suerte! ¡Herradura! (1956)
  • La edad (1961)


Borís Slutski
  • Físicos y líricos (1959)
  • El lector responde por el poeta (1960)
  • El hombre (1961)


Evgueni Vinokúrov
  • Diversidad (1964)

Evgueni Evtushenko
  • Las canciones de la Revolución (1954)
  • Cuando tu rostro apareció en el horizonte (1960)
  • En el mundo no hay seres anodinos (1962)

Róbert Rozhdéstvenski
  • ¡Estatua! (1961)


Andréi Voznesenski
  • París-Striptease (1963)


Bela Ajmadúlina
  • Los fulgores de la tormenta rasgan de nuevo la oscuridad (1962)




Parra y los rusos..

Nicanor Parra había pisado tierra soviética por primera vez en 1958, en medio de una gira que lo llevó a presentarse por distintas ciudades europeas; una de ellas, Moscú. De ese primer viaje no hay mayores registros, pero de su regreso, a mediados de 1963, sí: varias amistades, varios proyectos, un libro de poemas —Canciones rusas—, una antología de poesía rusa contemporánea, y una suma de experiencias que lo remecerían en muchos sentidos.
Estuvo cerca de seis meses en la Unión Soviética, invitado por la Sociedad de Escritores a través de la poeta rusa Margarita Aliguer, amiga de Nicanor, quien gestionó el viaje. Seis meses recorriendo distintas ciudades, descubriendo un mundo de palabras ininteligibles, de días nevados, de gestos rotundos.
En ese entonces, Nicanor Parra ya era Nicanor Parra. Aún no había ganado el Premio Nacional de Literatura, pero ya había publicado Poemas y antipoemas, ya había pasado temporadas en Inglaterra y Estados Unidos, ya había sido padre, ya se había convertido en una figura de contrapeso para Neruda y un referente ineludible para las nuevas generaciones de poetas chilenos. Tiene, por aquellos días soviéticos, casi 50 años. Y eso —la edad, la vida, los libros, la realidad que lo impacta, que lo tuerce— inevitablemente le pasa la cuenta.
Pero no desaprovecha el viaje. Escribe, escribe los poemas que un par de años después publicará con el título Canciones rusas, recita en Moscú y en Leningrado, y lee, lee con devoción a Mayakovski, conoce a Anna Ajmátova —la visita en su casa, ella postrada en su cama lo recibe—, y luego se encierra 40 días en la Casa del Escritor en Yalta, Crimea, donde trabaja en el proyecto de una antología de poesía soviética rusa que le ha encargado la Sociedad de Escritores Soviéticos. 
Le han pedido que haga una antología de poetas contemporáneos y los traduzca. Parra no habla ni escribe con soltura en ruso, pero se entusiasma con el proyecto y sobre la base de una primera versión literal al castellano preparada por José Vento —y con la ayuda de dos asesores lingüísticos— traduce y afina los versos de treinta poetas rusos contemporáneos, con el fin de dar a conocer su trabajo en nuestro idioma.

El libro se publica en 1965, en la Editorial Progreso de Moscú.

Ahí están los poemas traducidos al español de algunos poetas imprescindibles de Rusia, como Mayakovski, Serguéi Esenin, Anna Ajmátova y Marina Tsvietáieva, junto a nombres de poetas que hoy, a los lectores hispanoamericanos, les pueden resultar casi completamente desconocidos, nombres que podrían ser heterónimos de Parra, en un juego borgeano que tendría todo el sentido del mundo. Pero no: son poetas reales. Al menos hacia ese lugar lleva la segunda edición que se hizo de esta antología y que se publicó en Chile, en 1972, en Ediciones Nueva Universidad, de la Vicerrectoría de Comunicaciones de la Universidad Católica, la misma editorial que ese mismo año publicaría los Artefactos de Parra.
La idea de la reedición de Poesía rusa contemporánea era que esta vez sí la antología circulara por Hispanoamérica para mostrar el trabajo de aquellos desconocidos poetas soviéticos. En esta edición, además, junto a los poemas se agregó una pequeña biografía de cada uno de los autores y, al lado de esas breves reseñas biográficas, la fotografía correspondiente. Ahí están esos jóvenes poetas rusos, ahí están sus versos traducidos al castellano en una versión parriana, como si fueran poemas de él, así como muchos años después El rey Lear sería una obra indudablemente parriana.
De hecho, esa segunda edición de la antología dice: Poesía rusa contemporánea, y arriba del título el nombre de Nicanor Parra. No se lo señala como antologador ni como traductor, sino que está ahí, como autor.

No es casualidad, de hecho, que la antología sea parte del primer tomo de las Obras completas & algo + (Galaxia Gutenberg), de Parra.

"En opinión de los pobres,
Somos ricos:
En nuestro país todos los sueños se cumplen,
Y —en general— uno recibe lo que necesita,
Pues nos han sido dadas las llaves de la abundancia.

En opinión de los ricos
Somos pobres,
Pero nuestras desdichas son cosas del pasado;
No comprenden que es una vida sin pobreza
La que hemos creado gloriosamente.

Nosotros
No somos ricos ni pobres:
¿A qué pegar etiquetas del pasado remoto
en nuestras solapas".

El poema le pertenece a un tal Leonid Martínov, pero suena como si fuera de Nicanor Parra.
En esos 40 días que pasó trabajando en Yalta, Parra afinó también los poemas que compondrían Canciones rusas, un libro que publicó en 1967 y que sería recibido de forma poco elocuente. Poemas que recordaban en parte a los antipoemas, pero que en realidad planteaban una intimidad distinta, una mirada leve, una voz más pausada quizás. Canciones rusas funciona, de una u otra forma, como un diario de viaje, el registro de aquellos días soviéticos de Parra: ahí está la distancia, la extranjería, aquella sensación de soledad que recorre cada uno de sus versos:

"En resumidas cuentas
Sólo nos va quedando el mañana:
Yo levanto mi copa
Por ese día que no llega nunca
Pero que es lo único
De lo que realmente disponemos".

Con esos versos, Parra cierra el poema que abre Canciones rusas, titulado 'Último brindis', y con estos empieza el poema que le sigue —'Regreso'—:

"La partida tenía que ser triste
Como toda partida verdadera:
Álamos, sauces, cordillera, todo
Parecía decirme no te vayas
Y sin embargo el regreso es más triste…".

Esos versos los había recitado Nicanor Parra un año antes en la habitación de un hotel de Nueva York, la habitación donde dormía el crítico uruguayo Emir Rodríguez Monegal, en los días en que se realizó el Congreso del Pen Club. Ahí estaba invitado Nicanor Parra, y también Mario Vargas Llosa, quien lo oirá recitar atentamente, mientras beben en esa habitación a ya altas horas de la noche.
"Para Vargas Llosa, que lo conocía poco, esta lectura es una sorpresa", iba a escribir tiempo después Rodríguez Monegal en un artículo que le dedicó a Parra en un Mundo Nuevo, la revista de la cual era director.
De esa temporada en la Unión Soviética, además de estos libros y algunas amistades, no habrían mayores registros. Pero sí un recuerdo, que los hombres a cargo de la edición de las obras completas de Parra —Niall Binns, Ignacio Echevarría y Adán Méndez— lograrían rescatar.
Hablando sobre ese último viaje, Parra les dijo: "Recuerdo una vez en la que, pasando por la Plaza Roja con Margarita Aliguer, vi un tumulto; pregunté a mi acompañante a qué se debía y me respondió: 'Es que hoy se ha puesto a la venta el nuevo libro de Evgueni Evtushenko'. Ante cosas así yo tomaba nota y me decía que algo había que hacer, que algo se debía aprender de todo eso".

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