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Libro de Proverbios, 8 20, de la Biblia. "Yo camino por la senda de la justicia, por los senderos de la equidad."

viernes, 2 de diciembre de 2016

345.-Real Academia y el futuro del español; Premio Nobel, y los idiomas.-a

Luis Alberto Bustamante Robin; Jose Guillermo Gonzalez Cornejo; Jennifer Angelica Ponce Ponce; Francia Carolina Vera Valdes;  Carolina Ivonne Reyes Candia; Mario Alberto  Correa Manríquez; Enrique Alejandro Valenzuela Erazo; Gardo Francisco Valencia Avaria; Alvaro Gonzalo  Andaur Medina; Carla Veronica Barrientos Melendez;  Luis Alberto Cortes Aguilera; Ricardo Adolfo  Price Toro;  Julio César  Gil Saladrina; Ivette Renee Mourguet Besoain; Marcelo Andres Oyarse Reyes; Franco Gonzalez Fortunatti; Patricio Ernesto Hernández Jara;  Demetrio Protopsaltis Palma; Katherine Alejandra Del Carmen  Lafoy Guzmán;



Darío Villanueva


  


El director de la Real Academia Española, Darío Villanueva, rechaza una visión policial de la institución con respecto a la pureza del castellano. La reciente aceptación del imperativo “iros”, además del más correcto “idos”, es un exponente de esta posición, que él explica aquí. “No somos puristas”, asegura. Pero se indigna con el excesivo entreguismo que mostramos hacia el inglés.
La RAE “limpia, fija y da esplendor”, según se estableció en su fundación. ¿Sigue vigente el contenido de este lema?

Sigue vigente. Pero, si no fuera porque el lema es patrimonio histórico, añadiríamos el concepto de unidad:
“Limpia, fija, da esplendor y mantiene la unidad de la lengua española”.
“Nuestra función es registrar la evolución del idioma; adoptar posturas escleróticas sería reaccionario”

¿Se refiere al uso del castellano en los diferentes países de habla hispana?

Sí, con una dispersión geográfica enorme que, en el siglo XIX, cuando empezaron procesos de independencia de las repúblicas americanas, hizo que los augures más catastrofistas opinaran que con el español iba a ocurrir lo mismo que con el latín: el idioma se fragmentaría y de él nacerían varias lenguas distintas. Eso no ocurrió, en gran medida porque la propia Real Academia promovió en el siglo XVIII la creación de las academias americanas. 
La primera, que fue la de Colombia, llegó en 1871. Ahora es más fácil mantener la unidad que antes. Porque la comunicación es mucho más directa y accesible. La circulación de los hablantes de las distintas partes del mundo hispánico pero también de los productos culturales que generan cada uno de estos países es enormemente a fluida. Día a día comprobamos a través de la televisión, la radio, la música o el cine cómo podemos entendernos todos gracias a la existencia de un lenguaje común.

A veces olvidamos que los españoles somos sólo el 8% de los hispano hablantes, ¿no?

Si, por supuesto. La Real Academia siempre recuerda este hecho, que tiene consecuencias importantes. Por ejemplo, la de que el español no es una lengua monocéntrica, con un centro y unas periferias, sino policéntrica, es decir, con múltiples focos situados todos a un mismo nivel, con la aportación cultural y social de cada uno de ellos pero sin que ninguno se pueda declarar hegemónico sobre los demás.
Sin duda, no es así. Y nosotros insistimos mucho en esta idea. Con todo, de vez en cuando tenemos algún problema al respecto. Por ejemplo, cuando apareció la última edición del diccionario, en octubre del año 2014, hubo un cierto escándalo, una cierta ventolera, porque hubo quien se mostró sorprendido y hasta indignado por la inclusión de la palabra amigovio.

Está aceptada, ¿verdad?

Sí. Pero algunos se llevaban las manos a la cabeza y preguntaban: ‘¿Cómo es posible que la Real Academia meta esa palabra que en España no conoce casi nadie?’ La respuesta fue muy sencilla. Esa palabra es conocida por 300 millones de hispanohablantes para referirse a esa situación sentimental y amorosa de una pareja donde los componentes son algo más que amigos pero no han formalizado la relación como noviazgo. Curiosamente, en el español de España se utiliza una perífrasis, que es “amigo con derecho a roce”. E incluso hay otra denominación, que es muy grosera y nosotros por supuesto nunca incluiríamos en el diccionario.

“Hubo quien se mostró sorprendido y hasta indignado por la inclusión de la palabra ‘amigovio’”

¿A saber?

No debo decirlo.

¿Se refiere a follamigo?

Lo ha dicho usted (sonríe)

O sea, que no nos habíamos enterado de que amigovio es común en otras zonas hispanohablantes.

Claro. Ocurre con mucha frecuencia. Sigue pesando la idea de que el diccionario de la lengua española es un diccionario de españoles, y eso es absurdo. Además, la elaboración del diccionario viene del consenso de las 23 academias la lengua española que existen en este momento. Y nosotros marcamos geográficamente las expresiones que pertenecen sólo un país; por ejemplo, mileurista, que por cierto fue creada por una joven que la escribió en una carta al director de un periódico, hace ya bastantes años. Pues bien, esa palabra lleva la marca de “España” porque sólo se utiliza aquí.

“Sigue pesando la idea de que el diccionario de la lengua española es un diccionario de españoles, y eso es absurdo”


Por cierto, ¿español o castellano?

Son dos términos absolutamente sinónimos. Es decir, remiten a un mismo referente. Aunque tienen connotaciones distintas: castellano apunta más hacia los orígenes del idioma, mientras que español mira más hacia la evolución posterior de aquel romance castellano que se convirtió en una lengua extendida en la península ibérica, salvo Portugal, y que luego fue así denominada en América..

¿La Real Academia es sólo notario? ¿No legisla?

Cuando se fundó en el verano de 1713, los ocho académicos fundadores se plantearon algunas cuestiones fundamentales. Por ejemplo, elaborar los estatutos y determinar una denominación. También se planteó el lema. Finalmente, triunfó el que sigue vigente y antes comentábamos. Pero por las actas de las reuniones sabemos que se discutió mucho la posibilidad de adoptar otro, que era: “Aprueba y reprueba”. Si ese lema a hubiera triunfado, la academia habría enarbolado desde el principio la bandera de enjuiciamiento sistemático de los modos de hablar, aprobándolos o reprobándolos. Sin embargo, optó por el ‘Limpia, fija y da esplendor’, que significa trabajar sobre la lengua a partir de lo que es ella misma por voluntad de los hablantes. De modo que nosotros, siempre en contacto con las otras 22 academias de la lengua española, fundamentalmente registramos la evolución del idioma. Porque los idiomas están continuamente creciendo, desarrollándose y modificándose. Adoptar una postura esclerótica sería muy reaccionario. Y sería contradictorio con la esencia de aquello sobre lo que trabajamos, que es la lengua. Ahora bien: la gramática y ortografía son códigos de referencia obligada. Cuando la academia fija la ortografía es para que, a través del sistema educativo, se enseñen sus reglas. Y lo mismo con la gramática. Es decir, que hay una prescripción, siempre a partir de lo que se habla y cómo se habla.

“Español y castellano son dos términos absolutamente sinónimos”
Vamos, que no son leyes inamovibles…

No, porque en la lengua está evolucionando continuamente.

Y esto lo acaban de demostrar ustedes al aceptar el “iros” y ya no sólo el “idos”: una decisión muy polémica.

Lo que la Academia acordó hace unas cuantas sesiones no fue desterrar la forma “idos” sino admitir la evidencia de que, de manera mayoritaria, no sólo los hablantes sino los escritores, que son autoridad de la lengua, utilizan la forma “iros”. Y se ha creado una polémica, sí. Pero quiero subrayar que la Academia puede equivocarse pero nunca actúa de manera caprichosa o precipitada. Lo explico. Nosotros decimos “marchaos” y no “marchados” porque ya en los imperativos de otros verbos la de final desapareció. Lo que ocurre con el caso de “idos” es que, si desapareciera esa de cómo ocurre en el caso de “marchaos” quedaría un “íos” que de hecho es una fórmula antigua pero que no se impuso porque no tenía consistencia fónica. Se produjo el fenómeno lingüístico denominado rotacismo, que es la transformación de una consonante en otra rótica, la erre. Y no hay motivo de escándalo.
 Ya se había explicado en el Diccionario Panhispánico de Dudas del 2005 y en la Nueva Gramática Española del 2009: la forma mayoritariamente usada es “iros”, lo que representa la modificación de paradigma de un verbo que por otra parte es totalmente irregular. Por supuesto, la Academia no ha sacrificado la forma paradigmática (“idos”). Los escritores integrados en la institución han sido los grandes defensores de reconocimiento de esa otra forma mayoritariamente utilizada. Además, en nuestra documentación tenemos testimonios de su uso por parte de Almudena Grandes, Álvaro Pombo, Rafael Sánchez Ferlosio, Carmen Martín Gaite y muchos más que en los diálogos de sus personajes ya utilizan el “iros” en vez del “idos”.

“Lo que la Academia acordó hace unas cuantas sesiones no fue desterrar la forma ‘idos’”
Esto se aprobó por mayoría y en un debate animado, ¿verdad?

Sí. Además, el asunto ya se había debatido antes. Ya digo que la Academia no peca de precipitación sino más bien de lo contrario: de una cierta pachorra en la toma de decisiones. Porque procuramos ser prudentes. La lengua está continuamente en evolución, pero eso muchas veces significa que algo que parece imparable en un momento determinado, al poco tiempo se desvanece. Ocurre con lo que yo llamo palabras globo: aquellas que suben muy rápidamente pero luego se van desinflando y llegan a desaparecer.

¿Por ejemplo?

Hace años, se usaba mucho la palabra “pagafantas”. Incluso hubo una película que se titulaba así. Era un término de la jerga juvenil para referirse a los chicos que, para congraciarse con las chicas, las invitaban. Bueno, pues hoy en día ningún joven sabe lo que significa pagafantas; ha desaparecido.

¿Se pidió la introducción de esa palabra?

Verá. Nosotros tenemos una base de datos a la que llamamos Corpus del Español del Siglo XXI (Corpes XXI) que consiste en que, cada año, introducimos en la memoria de nuestros ordenadores 25 millones de formas del castellano; realizaciones del español tomadas en un 70% de fuentes americanas, filipinas y ecuatoguineanas, y en el 30% de fuentes españolas; fuentes orales y escritas. Manejamos testimonios extraídos de la radio, de la televisión y de la música.

“Tenemos ocho equipos constituidos por lingüistas de diferentes universidades más uno en la academia argentina de letras

¿Cuánta gente trabaja en eso?

Tenemos ocho equipos constituidos por lingüistas de diferentes universidades más uno en la academia argentina de letras. Como le digo, son 25 millones de formas cada año. Y en este momento tenemos casi 300 millones de realizaciones léxicas solo del siglo XXI. Porque también tenemos una base de datos del siglo XX, qué es lo que llamamos el CREA: Corpus de Referencia del Español Actual.

Volviendo al pagafantas, ¿Alguien les solicitó introducirlo en el diccionario?

No. Para eso estamos los académicos y los equipos del centro de nuestro Instituto de Lexicografía: un total de 75 personas trabajando en la entidad aparte de los 46 académicos. Es en nuestras reuniones de los jueves donde tratamos estos temas. No a base de ocurrencias, sino a partir de los testimonios que nos llegan. Además, después de los preliminares de cada sesión, el director dice: “Papeletas”. Entonces cada académico puede presentar una papeleta con una palabra que quiere que se estudie. Puede ser un neologismo, una modificación de definición, una acepción nueva e incluso la petición de que se suprima de un término. En el caso de pagafantas, simplemente llegó un momento en que percibimos que dejaba de emplearse.

“Cada académico puede presentar una papeleta con una palabra que quiere que se estudie”

¿Qué le parece que en Twitter, donde se dicen innumerables barbaridades, se hayan cachondeen de algunas de sus decisiones?

Estamos acostumbrados. Tenemos que encajar siempre dos tipos de críticas, contradictorias entre sí: las de quienes se oponen a la aceptación de las novedades de la lengua hablada y las de aquellos que nos acusan de ser poco avanzados, poco progresistas; lentos y hasta sordos ante los avances de la lengua. Estamos habituados a soportar esas contradicciones que se neutralizan unas a otras. Es como el juego de siete y media: para unos, nos pasamos y para otros, no llegamos.

¿Cree que Twitter y WhatsApp, como antes los sms, empobrecen el lenguaje?

No, por una razón muy sencilla. La incorporación de nuevas tecnologías de la comunicación siempre ha establecido no sólo no los circuitos para que las personas se comuniquen sino también códigos específicos y licencias particulares para cada uno de estos sistemas. Se entiende muy bien con un ejemplo: en el siglo XIX, avanzada ya la segunda mitad, el telégrafo fue una auténtica revolución en las comunicaciones. Y los telegramas se escribían con un código lingüístico que no era el correcto: se prescindía de los nexos, los artículos, los adjetivos; los verbos se ponían en infinitivo… ¿Por qué? Pues porque los telegramas se cobraban por palabras. Había que ahorrar dinero y también tiempo. Mucho antes, en la Edad Media, los manuscritos se llenaban de abreviaturas. Si uno va al Códice Calixtino o a cualquier libro de horas del Medievo, que se copiaban a mano, se encuentra numerosísimas abreviaturas. Los monjes tenían que ahorrar tiempo y espacio porque el soporte de era muy caro; el papiro o el pergamino costaban mucho. Algo parecido ocurre ahora con Twitter, WhatsApp o los sms. Eso no tiene porqué destruir la coherencia del idioma. En las sociedades avanzadas de hoy existe un sistema educativo generalizado, universal y obligatorio; un sistema donde una de las principales cosas que se enseñan son las lenguas propias de los escolares y sus intríngulis; se enseña a escribir correctamente y a enriquecer el léxico. Es decir, que a mí eso no me preocupa nada porque ya ha ocurrido antes.

“La incorporación de nuevas tecnologías siempre ha establecido códigos específicos y licencias particulares”
¿Y la robótica?

En cuestión de lenguaje, los robots se expresan a través de los traductores automáticos, que se están perfeccionando considerablemente aunque no dejan de tener dificultades para determinado tipo de expresiones. El robot lingüístico está preparado para atender un número limitado de combinaciones. Un hablante normal tiene una competencia mucho mayor. Por eso, a veces los robots traducen mal algunas expresiones que, dichas por una persona, tienen perfecto sentido. Pero quienes trabajan en inteligencia artificial y en robótica lingüística están buscando un perfeccionamiento de estos sistemas de traducción.

¿Y hasta qué punto las limitaciones en la enseñanza de las humanidades empobrecen el habla?

Lo empobrece mucho, sin duda alguna. Porque, aparte de la enseñanza de la lengua, es decir de la ortografía y gramática y el vocabulario, los estudios humanísticos ayudan extraordinariamente a perfeccionar el uso del idioma. Son esenciales, primero, para entender lo que los demás nos dicen, pero también para entender las leyes que se nos aplican y los mensajes que aquellos que nos gobiernan nos lanzan. Y, por supuesto, para responder lo mejor posible a cada una de esas instancias. Una persona que no maneja de manera óptima la lengua o las lenguas de su comunidad es una persona inerme; alguien que carece de armas imprescindibles para desenvolverse en la sociedad. Así que el estudio de las humanidades tiene un componente práctico enorme porque ayuda al desarrollo del espíritu crítico; de la capacidad de discusión necesaria para defenderse como lo hacen las personas de una sociedad civilizada, que no es a base de gritos ni de golpes sino de conversaciones, réplicas y contrarréplicas.

“En cuestión de lenguaje, los robots se expresan a través de los traductores automáticos”
Nos va en ello la libertad y la capacidad de evitar el sometimiento…

Ya lo estamos viendo. El ciudadano debe disponer de una dotación de estrategias suficiente para descodificar mensajes que son mentiras. Ahora se habla mucho de la posverdad. Pues bien, una formación humanística y lingüística ayuda a descubrir lo que es una posverdad, es decir una mentira que se lanza desde una instancia de prestigio. Cuando el presidente de los Estados Unidos escribe un tuit, él, como emisor de ese mensaje, tiene una autoridad previa importante. Pero está comprobado que un alto porcentaje de sus tuits son falsos. Ante eso, el lector y administrado necesita tener anticuerpos para poder desmontar esa posverdad. 
Y eso se consigue a través de un manejo suficientemente hábil del lenguaje, tanto en el sentido de la expresión como de la comprensión. Y a través del espíritu crítico que aporta la formación humanística. Estudiar Filosofía o Literatura no es perder el tiempo. Permite organizar bien nuestro pensamiento para luego aplicarlo a nuestra vida cotidiana, a nuestra vida común.

¿Cuál es su diagnóstico del estado de la lengua española?

En este momento, la lengua goza de una expansión notable en el mundo. Es la segunda con mayor número de hablantes nativos, por encima del inglés. La tercera lengua en Internet. La segunda en las transacciones económicas, y también la segunda más estudiada por personas que no la tienen como lengua nativa. Son cifras de pujanza, de crecimiento. Hay un territorio donde esto se manifiesta de manera singular, que son los Estados Unidos. Allí, la minoría mayoritaria es la hispana. 
Son 55 millones de personas. De modo que, aunque no todo ese contingente use el español, ya ha superado a España como segundo país hispanohablante del mundo; el primero es México, con unos 115 millones de habitantes. El crecimiento demográfico de población hispanohablante es un dato positivo. Además, la nuestra es una lengua que conserva una unidad muy notable.

“El ciudadano debe disponerse de estrategias suficientes para descodificar mensajes que son mentiras”
¿Más que el inglés?

Mucho más, claro. Decía Churchill que a Gran Bretaña y Estados Unidos los unía el océano y los separaba la lengua. Eso no puede decirse respecto a nosotros y los argentinos, uruguayos, colombianos, hondureños… Lo comprobamos cada día. En los noticiarios de televisión o la radio aparece un líder político, un deportista, un cantante o un científico de cualquiera de estos países y lo que dice se entiende prácticamente al cien por cien en el resto de la comunidad hispanohablante. Puede haber alguna palabra diferente pero por el contexto la interpretamos.

¿El castellano ha ganado en respeto en Norteamérica?

Mucho, y es importante. La consideración social del español ha mejorado extraordinariamente en los últimos quinquenios en Estados Unidos. Está dejando de ser la lengua de los espaldas mojadas, de los emigrantes que han cruzado el río Bravo a nado y son gente con poca formación cultural, pobre y desclasada. Ahora, esa minoría tiene influencia económica y política, y posee un importante patrimonio cultural. En este momento, una canción cantada por un puertorriqueño en español ha batido todos los récords de reproducciones en Youtube. Puede parecer anecdótico, pero es interesante. 
Y contrasta mucho con lo que ha hecho España al acudir por dos años consecutivos al festival de Eurovisión una canción en inglés, algo que considero absurdo. Por cierto, la última vez, este mismo año, España quedó la última, mientras que la ganadora fue una canción portuguesa interpretada en portugués.

“Decía Churchill que a Gran Bretaña y Estados Unidos los unía el océano y los separaba la lengua
Le veo algo cabreado con esto.

Claro, claro. Hay que decir las cosas como son y poner las contradicciones en evidencia.

Tampoco es que ‘Despacito’ sea para estar especialmente orgulloso del idioma.

Hablo del hecho sociológico. No entro en otras consideraciones. También podría citar ‘Cien años de soledad’, que es un best-seller mundial y una novela como la copa de un pino. Y se puede señalar que en Estados Unidos existe una cadena de televisión en español, Univisión, que compite en índices de audiencia con las cadenas en inglés. O los Grammy latinos…

“Me preocupa el inglés como a los fundadores de la Academia les preocupaba en 1713 la presión del francés”
Pero el castellano también tiene sus problemas, por ejemplo en relación con el inglés.

Sí, y me preocupa. Lo mismo que a los fundadores de la Academia les preocupaba en 1713 la presión del francés, ahora es igual o peor con el inglés. Y ojo, los académicos no somos puristas. No rechazamos la incorporación de palabras procedentes de otros idiomas. En el siglo XIX, el ferrocarril significó un gran avance tecnológico. Sus constructores eran ingleses y, con el aparato, trajeron las palabras. Pero estas ya se han integrado totalmente en el español. Cuando decimos vagón o raíl no sentimos que sean palabras foráneas. Así que no es que nosotros tengamos una postura de cerrazón ante la incorporación de anglicismos. 
Lo que es muy difícil de comprender es el papanatismo de la utilización innecesaria e inconsecuente de términos ingleses. Cada vez que voy por la calle y veo que un servicio de manicura se anuncia con la palabra Nails pienso: ‘Es absurdo’. Igual que cuando un organismo me envía una invitación que empieza con un ‘Save the date’. Eso yo no lo entiendo. Y tampoco que en el Ayuntamiento de Madrid se exhiba un cartel que dice: “Wellcome refugees”.

Pero en este último caso parece más justificado al estar dirigido a extranjeros.

¿A quiénes? ¿A los sirios? ¿Su lengua es el inglés?

“Los académicos no somos puristas. No rechazamos la incorporación de palabras procedentes de otros idiomas”

No me ha mencionado ‘selfie’.

Bueno, ésa la hemos estudiado varias veces y la tenemos un poco en cuarentena. Porque se está utilizando autofoto como sinónimo y vamos a ver. Si acaba imponiéndose ‘selfie’, no habrá ningún problema. Es fácil de adaptar a la prosodia del español. Lo que no tiene ningún sentido es, y le pongo otro ejemplo, es que se utilicen palabras como ‘tablet’. La raíz es latina y sin embargo esa forma viene del inglés. ¿Por qué no utilizar “tableta”? Además, entre los hispanohablantes que utilizan ‘tablet’, unos lo hacen en masculino y otros en femenino: la ‘tablet’ o el ‘tablet’. Y el plural, con una consonante antes de la ese, es totalmente contrario a la prosodia del español.

Al menos hasta hace poco, la Academia estaba en crisis. ¿La ha superado?

Estamos luchando para superar no una sino cuatro crisis simultáneas que están afectando a la economía de la Real Academia. La primera es la de los recortes. En el mejor momento, el estado español aportaba a la institución el 50% del presupuesto. Pues bien, en estos años dicha aportación ha disminuido en 60%.

“(La palabra ‘selfie’) la hemos estudiado varias veces y la tenemos un poco en cuarentena”
Hasta quedar en…

Si en el presupuesto de hace ocho años, que era de siete millones de euros, esa aportación era de tres millones y medio, ahora es de 1,7 millones. La segunda crisis es la de los productos bibliográficos de la institución. Las ventas del diccionario han bajado también un 60%. También les ha pasado a ingleses, franceses, alemanes e italianos con sus principales diccionarios. La tercera crisis concierne a la Fundación Pro Real Academia, fundada en 1992 y presidida por el Rey. El rendimiento del capital de esta fundación, que es significativo, era lo que hasta hace poco permitía atender las necesidades de la entidad. Pero ya sabemos lo que está pasando con la rentabilidad del dinero: en renta fija es mínima, y la variable es demasiado volátil y arriesgada. La cuarta y última crisis es la de los patrocinios. No tenemos ley de mecenazgo y, aunque siempre tuvimos patrocinadores, su número se está reduciendo y los que continúan son objeto de muchísimas peticiones. Así que el panorama es difícil. Hemos reducido gastos y, de forma no agresiva, ajustado la plantilla.
 Pero necesitamos gente para hacer lo que hacemos. Hemos buscado nuevas fuentes de financiación. Hemos creado RAE Gestión, que esté empezando a comercializar productos lingüísticos que vienen de la factoría que es la academia.

¿Productos lingüísticos?

Por ejemplo, nuestro diccionario en línea, que en el mes de marzo atendió 82 millones de consultas y, a lo largo del años pasado, 800 millones, se ofrece de manera gratuita gracias a un patrocinio de La Caixa. Pero también hemos comercializado una aplicación de ese diccionario que permite consultarlo sin estar conectado a Internet.

“Las ventas del diccionario han bajado un 60%”
¿Cuánto cuesta?

Nueve euros y 99 céntimos. Ah, y no es algo que no hagan otros. Oxford, por ejemplo, también lo hace.

La próxima edición del diccionario será digital. ¿Cuándo estará a punto?

Aún no podemos fijar una fecha. Va a ser una verdadera refundación del diccionario. Los académicos actuales nos hallamos en una encrucijada comparable a la de los fundadores en 1713. Ellos tenían que crear un diccionario de la nada. Nosotros, no, pero sí que tenemos que construir el primer diccionario digital, desde su propia concepción, de la lengua española. Tenemos estructura y la tecnología para hacerlo. Todo será consensuado entre las 23 academias. Ahora ya estamos empezando a producir las entradas. Pero llevará tiempo. Por eso quiero resaltar es que, dado el buen funcionamiento del diccionario en línea, a partir de ahora hemos decidido hacer una incorporación de novedades cada año, empezando en diciembre próximo. Así que habrá una actualización anual del diccionario, a la espera de la aparición del nuevo.

“(La próxima edición) va a ser una verdadera refundación del diccionario”
O sea que el próximo tardará varios años en salir.

A ver, la edición vigésimo segunda se publicó en el 2001 y la siguiente en el 2014. Y la tarea era más sencilla. Pero espero que el número 24 lo terminemos antes de 13 años.

El concepto cambia por completo, ¿verdad?

Del todo. En primer lugar, en una edición digital pura no hay límites como los de un diccionario libro. Y la lengua no cabe en un libro. El actual contiene 93.000 lemas y 200.000 acepciones. A veces nos critican porque falta alguna palabra. Como si nosotros la repudiáramos o condenáramos. No es así; lo que ocurre es que hay que optar por las de uso más extendido. Y si no hay sitio para las de uso más restringido, las tenemos que dejar fuera. Eso desaparece con el soporte digital, que es infinito. Pero luego está el hecho de que en este nuevo formato cabe una cantidad extraordinaria de información adicional: no sólo sinónimos, antónimos, familias o campos semánticos, sino testimonios literarios que avalan el significado de las palabras, así como enlaces a otros diccionarios, como los científicos, para quienes quieran encontrar definiciones más técnicas de los términos de su campo.

“Antes de llegar a la dirección, las principales discusiones tenían que ver con el sexismo del lenguaje”
Algunos plenos y comisiones de la RAE deben de ser muy animados. Habrá peleas.

Sí, claro, peleas dialécticas.

Seguro que recuerda momentos memorables.

Antes de llegar a la dirección –entré hace diez años-, las principales discusiones tenían que ver con el sexismo del lenguaje.

“Varias instituciones y organismos han empezado a editar guías para un lenguaje no sexista”
¿Y no sigue ocurriendo?

Sí. Varias instituciones y organismos han empezado a editar guías para un lenguaje no sexista. Y esto, que responde a una preocupación, muchas veces se ha desenfocado. Nosotros estamos atendiendo continuamente a la evolución de las cosas. Recuerdo un debate muy completo del que salió un documento sobre este tema, fruto de una ponencia del académico Ignacio Bosque. El pleno aprobó su informe y ahí está, colgado en la web. Es la posición oficial de la RAE. Todo empezó cuando una ministra (Bibiana Aído) dijo aquello de “miembro y miembra”.

Luego vino lo de “sexo débil”.

Sí. Esa expresión está documentada en textos de, por ejemplo, Emilia Pardo Bazán, Gertrudis Gómez de Avellaneda o Victoria Ocampo. Es decir, no la ha inventado la Academia, que no promueve su utilización sino que la considera despectiva y discriminatoria, y así va a marcarla en la próxima actualización del diccionario en diciembre. Pero lo que no podemos hacer es censurar el diccionario.

“La Academia considera la expresión ‘sexo débil’ despectiva y discriminatoria”
Pero en esto hay un pecado original: de 46 académicos, sólo 8 son mujeres: menos del 20%.

Bueno, pero hay que recordar que, de esas ocho, seis han entrado en los últimos cinco años. Y de las últimas cuatro vacantes cubiertas, dos fueron para académicos y dos para académicas, por cierto relacionadas con Catalunya (la lingüista Paz Battaner, de la Universitat de Barcelona y la poeta barcelonesa Clara Janés). Así que estamos avanzando.

La relación de la RAE con el Institut d’Estudis Catalans parece excepcional, según se puso de manifiesto en mayo. ¿Pueden servir los puentes culturales para ayudar a resolver los conflictos políticos?

Yo creo que sí. Porque se trata de que haya territorios al margen de la confrontación política más dura e incluso más agria. Algunos de esos terrenos son los de las lenguas, las literaturas y las expresiones artísticas en general. Los músicos y los pintores trabajan con lenguajes universales que no hay que traducir, y los literatos no. Pero en el caso de las dos instituciones que cita existe respeto profundo y recíproco entre ambas y las lenguas que representan. También compartimos el convencimiento de que nos podemos ayudar mucho porque nuestros procedimientos de trabajo y problemas técnicos son los mismos, independientemente de que se apliquen al catalán o al castellano


  

Cultura.


Director de la Real Academia Española compara a Rubén Darío con Miguel de Cervantes
18 de enero 2016

Darío Villanueva Prieto fue secretario de la Real Academia Española desde diciembre del 2009, y es el trigésimo director de la Docta Corporación Matritense desde diciembre del 2014. Este miércoles vendrá por primera vez a Costa Rica.

Managua

El director de la Real Academia Española, Francisco Darío Villanueva, afirmó que la obra del poeta nicaragüense Rubén Darío fue absolutamente trascendental para la literatura mundial y que ello lo ubica en la estela de la máxima figura del idioma castellano, Miguel de Cervantes.
Rubén Darío, cuyo nombre era Félix Rubén García Sarmiento, nació en 1867 en el poblado rural conocido como Metapa, hoy Ciudad Darío, en el norte de Nicaragua; y falleció en 1916, en León.
Fue considerado el padre del modernismo y puesto como el gran innovador de la poesía en castellano del siglo XX, lideró muchos movimientos literarios en Argentina, Chile, España y Nicaragua

"Creo que Rubén Darío está en la estela de Miguel de Cervantes, en cuanto a ser un escritor absolutamente trascendental para la historia de nuestra literatura", dijo Villanueva quien se encuentra en el país para participar de las actividades que se realizan por el 149 aniversario del natalicio de Darío el 18 de enero y los 100 años de su fallecimiento, el 6 de febrero.

El director de la academia española de la lengua se declaró un "admirador profundo" del autor de Azul, después de recibir el doctorado Honoris Causa en Humanidades de parte de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, en provincia de León, donde se desarrollan diversas actividades en honor al Príncipe de las letras castellanas, como se conoce a Rubén Darío.

Villanueva contó que en España también se realizarán homenajes para rendir tributo al bardo con la publicación de artículos y ensayos sobre el vate así como la disertación de académicos de la academia en programas televisivos.

"También estamos preparando una edición de obras selectas en conjunto con diferentes academias de lengua española y también están programados varios congresos universitarios", explicó.

El autor de Prosas profanas, escrito en 1896, también fue periodista y diplomático nicaragüense, y escribió artículos periodísticos sobre España, Francia e Italia, y tuvo contacto cercano con grandes poetas españoles como Juan Ramón Jiménez y Antonio Machado.

Azul, calificada como una de sus más grandes obras, fue una recopilación de poemas y prosas, escrita por Rubén Darío durante su estadía en Valparaíso, Chile, entre 1886 y 1888.


  

Francisco Darío Villanueva Prieto (Villalba, 5 de junio de 1950) es un teórico y crítico literario español. Es profesor de la Facultad de Filología de la Universidad de Santiago de Compostela, en donde es catedrático de Teoría de la literatura y Literatura comparada. Fue rector de la Universidad de Santiago de Compostela (1994-2002), y director de la Real Academia Española (2014-2018). Es miembro del jurado del Premio Princesa de Asturias de las Letras desde 2015.

Trayectoria

Hijo de asturiano y gallega, su infancia transcurrió en Luarca (Asturias), donde su padre ejercía como juez.3​ Sus estudios de bachillerato se desarrollaron en Lugo, adonde se había traslado su familia, que desde 1970 fijó definitivamente su residencia en La Coruña.
Está casado con María Ermitas Penas Varela, profesora de literatura española en la Universidad de Santiago de Compostela. El matrimonio tiene una hija, Beatriz (1978), licenciada en Derecho y máster en Cooperación y Acción solidaria de la Unión Europea, y un hijo, José Francisco (1984), licenciado en Dirección y Administración de Empresas.

Universidad de Santiago de Compostela (1978-2002)

Fue secretario y posteriormente decano de la Facultad de Filología de la Universidad de Santiago de Compostela (1978-1990). En junio de 1994 se produjo su elección como rector de esta y en mayo de 1998 su reelección para un segundo y último mandato de cuatro años.
Fue profesor visitante de la Escuela española de Middlebury College en Vermont (1987); de la Universidad de Colorado en Boulder (1988 y 1993), a cuyo claustro pertenece desde 1989 en calidad de catedrático adjunto; y de la Universidad de Borgoña (Dijon) (1989-1991).

Real Academia Española (2007)

En 2007 fue nombrado académico de la Real Academia Española, ocupando el sillón de la letra D. Su discurso de ingreso, leído el 8 de junio de 2008, versó sobre "El Quijote antes del cinema". En diciembre de 2009 fue nombrado secretario de dicha institución; y el 11 de diciembre de 2014 fue elegido por votación de los académicos (28 contra 5), tras la renuncia de José Manuel Blecua, trigésimo director de la Real Academia Española. Tomó posesión de su cargo el 8 de enero de 2015. Ocupó el cargo hasta 2018, siendo sustituido el 10 de enero de 2019 por el jurista Santiago Muñoz Machado.

Otras asociaciones

Es miembro diversas asociaciones, entre las que destacan:

  • Asociación Internacional de Hispanistas.
  • Sociedad Española de Literatura General y Comparada, de la que es presidente.
  • Asociación Española de Teoría de la Literatura (ASETEL), que presidió entre 1996 y 2001.
  • Sociedad Española de Semiótica
  • Twentieth Century Spanish Association of America.
  • Presidente del Patronato de la Universidad Nebrija.

Obras

Ha escrito durante más de cuarenta años en publicaciones generalistas y especializadas, destacando su labor como crítico literario del suplemento El Cultural del diario El Mundo. Entre sus monografías, destacan:

El Jarama de Sánchez Ferlosio. Su estructura y significado, 1973, Universidad de Santiago de Compostela, 167 páginas. Segunda edición corregida y revisada, Edition Reichenberger/Universidad de Santiago de Compostela, Kassel/Santiago de Compostela, 1994, 252 páginas.
Estructura y tiempo reducido en la novela, Editorial Bello, Valencia, 1977, 356 páginas. Segunda edición revisada, Editorial Anthropos, Barcelona, 1994, 447 páginas.
El comentario de textos narrativos: La novela, Ediciones Júcar/Ediciones Aceña, Madrid/Valladolid, 1989, 206 págs.; 2.ª. ed. rev. Ediciones Júcar, Gijón, 1992, 212 págs.; 3.ª. ed. 1995, 212 págs.; reeditado como El comentario del texto narrativo: cuento y novela, Marenostrum, 2006, 190 págs.
El polen de ideas. Teoría, Crítica, Historia y Literatura comparada, Promociones y Publicaciones Universitarias, Barcelona, 1991, 406 páginas.
Teorías del realismo literario, Instituto de España/Espasa-Calpe, Madrid, 1992, 231 páginas. Traducción inglesa de Mihai I. Spariosu y Santiago García-Castañón, Theories of Literary Realism, State University of New York Press, Albany, 1997, 190 páginas. Segunda edición española, corregida y aumentada, Biblioteca Nueva, Madrid, 2004, 253 páginas.
La poética de la lectura en Quevedo, Universidad de Mánchester, 1995, vi + 46 páginas. Segunda edición, corregida y aumentada, Siruela, Madrid, 2007, 141 páginas.
Retórica de la lectura y la comunicación periodísticas, La Voz de Galicia, La Coruña, 1995, 51 páginas.
Discurso do Rectorado (1994-2002), Consello Social da Universidade de Santiago de Compostela, 2003, 438 páginas.
Valle-Inclán, novelista del modernismo, Tirant lo Blanch, Valencia, 2005, 198 páginas.
Da palabra no tempo. Estudos e ensaios de literatura, Esapiral Maior/Auliga Ensaio, La Coruña, 2007, 319 páginas.
Imágenes de la ciudad. Poesía y cine, de Whitman a Lorca, Ensayos Literarios de la Cátedra Miguel Delibes, Universidad de Valladolid, 2008, 286 páginas. Segunda edición corregida, 2009.
El Quijote antes del cinema. Discurso leído el 8 de junio de 2008 en su recepción pública por el Excmo. Sr. D. Darío Villanueva y contestación del Excmo. Sr. D. Pere Gimferrer, Real Academia Española, Madrid, 2008, 181 páginas.
Las fábulas mentirosas. Lectura, realidad, ficción, Universidad Autónoma de Aguascalientes, 2008, 211 páginas.
Después de la Galaxia Gutenberg y de la Galaxia McLuhan / After the Gutenberg Galaxy and the McLuhan Galaxy, edición bilingüe con traducción inglesa de Robert Dewey, Society of Spanish and Spanish-American Studies, Filadelfia, 2008, 133 páginas.
Mario Vargas Llosa: La novela como literatura / Mario Vargas Llosa: The novel as literature, Edición Bilingüe, Bilingual Edition, con traducción inglesa de Hope Doyle D'Ambrosio, Society of Spanish and Spanish-American Studies, Temple University, Filadelfia, / Adler Enterprises LLC, Cincinnati, 2011, 210 páginas.
Imágenes de la ciudad. Poesía y cine, de Whitman a Lorca (Cátedra), Poesía y cine, de Whitman a Lorca, Ensayos Literarios de la Cátedra Miguel Delibes, Universidad de Valladolid, 2008, 286 páginas.
Las fábulas mentirosas. Lectura, realidad, ficción, Universidad Autónoma de Aguascalientes, 2008, 211 páginas.
Después de la Galaxia Gutenberg y de la Galaxia McLuhan / After the Gutenberg Galaxy and the McLuhan Galaxy, edición bilingüe con traducción inglesa de Robert Dewey, Society of Spanish and Spanish-American Studies, Philadelphia, 2008, 133 páginas.
Imágenes de la ciudad: poesía y cine, de Whitman a Lorca, Madrid, Cátedra, 2015, 253 páginas.
Darío Villanueva

Información personal
Nombre de nacimientoFrancisco Darío Villanueva Prieto
Nacimiento5 de junio de 1950 
Vilalba, Galicia, España
NacionalidadEspañola
Familia
CónyugeMª Ermitas Penas Varela
Hijos2
Educación
Educado en
  • Universidad de Santiago de Compostela
  • Universidad Autónoma de Madrid 
Información profesional
OcupaciónCrítico literario, catedrático, escritor y teórico literario 
ÁreaFilología 
Años activo1973–presente
Cargos ocupados
  • Presidente de Fundéu
  • Rector de la Universidad de Santiago de Compostela (1994-2002)
  • Director de Real Academia Española (2014-2018) 
Miembro de
  • Real Academia Española
  • Academia Ecuatoguineana de la Lengua Española
  • Accademia della Crusca 
Distinciones
  • Medalla Castelao
  • Orden Nacional al Mérito 

Las siguientes tablas recogen todos los miembros de número de la Real Academia Española desde su fundación en 1713 de acuerdo a su adscripción en las correspondientes plazas. Las plazas de académico de número se denominan «sillas», que tradicionalmente se han distribuido de acuerdo a letras del alfabeto latino de uso para el castellano, tanto mayúsculas como minúsculas (excepción hecha de las plazas de las secciones especiales o regionales).

Silla D

1713-1743: Andrés González Barcia, académico fundador
1743-1753: Fray Antonio Ventura de Prado
1754-1781: Fernando Magallón
1781-1797: Enrique Ramos
1797-1844: Martín Fernández de Navarrete y Jiménez de Tejada
1847-1858: Manuel López Cepero
1859-1871: Pedro Felipe Monlau y Roca
1880-1899: Emilio Castelar y Ripoll
1900-1923: Jacinto Octavio Picón Bouchet
1924-1931: José Francos Rodríguez
1931-1949: Niceto Alcalá-Zamora y Torres
1951-1966: Melchor Fernández Almagro
1967-2006: Alonso Zamora Vicente
2008-act.: Darío Villanueva Prieto. Director de la RAE (2015-2018)


Itsukushima Shrine.


Galardones del Nobel de Literatura por idioma.

El Premio Nobel de Literatura (en sueco, Nobelpriset i litteratur) es entregado cada año por la Academia Sueca a «escritores que sobresalen por sus contribuciones en el campo de la literatura». 

Cada año, la Academia Sueca envía las candidaturas al Premio Nobel de Literatura. Los miembros de la Academia, así como de diferentes academias y sociedades literarias, junto con profesores de literatura e idiomas, los laureados con el Nobel de Literatura, y los presidentes de organizaciones de escritores están autorizados a proponer un candidato. No están permitidas las autonominaciones.
​Finalmente, en octubre, los miembros de la Academia Sueca votan y el candidato que recibe más de la mitad de los votos totales es designado como el nuevo Nobel de Literatura.​Cada ganador recibe una medalla, un diploma y un premio económico cuyo importe ha variado a lo largo de los años.
El galardón es presentado en Estocolmo, Suecia, en una celebración anual que se realiza cada 10 de diciembre, fecha del aniversario del fallecimiento de Nobel.

Número de galardonados.

Inglés         29
Alemán     15
Francés         15
Español     11

Sueco         7
Ruso         6
Italiano     6

Polaco     5

Noruego     3
Danés         3

Chino         2
Japonés     2                                  
Griego         2

Finés         1
Árabe         1
Bengalí     1
Checo         1
Hebreo     1
Húngaro     1

Islandés     1
Provenzal 1
Portugués 1
Serbocroata 1
Turco         1
Yidis         1

Samuel Beckett y K. A. Gjellerup escribieron obras en dos lenguas y, por tanto, están contados dos veces.



El alfabeto latino.



  

El alfabeto latino, abecedario latino, alfabeto romano o abecedario romano (en latín tardío: Abecedarium Latinum) es el sistema de escritura alfabético más usado del mundo hoy en día.

El alfabeto latino se utiliza oficial en los continentes Americano, Oceanía; mayoría de lo países de Europa,  el África subsahariana, y varios países de Asia.

Actualmente, la expresión alfabeto latino se utiliza para cualquier derivación directa del alfabeto usado por los romanos. Estas variaciones pueden perder letras —como el italiano— o añadir letras —como es el caso del español— con respecto al alfabeto romano clásico. Muchas letras, por otro lado, han cambiado a lo largo de los siglos, como las minúsculas, forma desarrollada en la Edad Media que los romanos no habrían reconocido.

Expansión del alfabeto latino

El alfabeto latino se expandió desde Italia, con la lengua latina, a las tierras alrededor del mar Mediterráneo con la expansión del imperio romano. La parte este del imperio romano, incluyendo Grecia, Asia Menor, Levante y Egipto, continuó usando la lengua griega como lingua franca, pero el latín era ampliamente hablado en la parte oeste del imperio y, del latín, se desarrollaron las lenguas romances occidentales incluyendo el español, francés, catalán, gallego, portugués e italiano, que continuaron usando y adaptando el alfabeto latino. 
Con la expansión del cristianismo, el alfabeto latino se extendió a los pueblos del norte de Europa que hablaban lenguas germánicas, desplazando sus anteriores alfabetos rúnicos, como también a las lenguas bálticas, como el lituano y el letón, y muchas lenguas no indoeuropeas como las fino-ugrias, más notablemente el húngaro, el finés y el estonio. 
Durante la Edad Media, el alfabeto latino se empezó a usar entre los hablantes de las lenguas eslavas occidentales, incluidos los ancestros de los polacos, checos, croatas, eslovenos y eslovacos modernos, a medida que adoptaban el catolicismo; los hablantes de las lenguas eslavas orientales, generalmente, adoptaron el cristianismo ortodoxo y el alfabeto cirílico.
Hasta 1492, el alfabeto latino estaba limitado a las lenguas habladas en Europa occidental, norte y central. Los Eslavos Cristianos Ortodoxos del este y sur de Europa, mayormente, usaban el alfabeto cirílico y el alfabeto griego se seguía usando entre los hablantes griegos alrededor del Mediterráneo oriental. El alfabeto árabe se extendió ampliamente entre el Islam, entre naciones árabes y no árabes, como los iranios, indonesios, malayos y los turcos. La mayor parte del resto de Asia usaba una variedad de alfabeto brahmi (devanagari) o escritura china.

A lo largo de los últimos 500 años, el alfabeto latino se ha expandido por todo el mundo. Llegó a América, Australia y a partes de Asia, África y el Pacífico bajo las colonias europeas, de mano de las lenguas española, portuguesa, inglesa, francesa y neerlandesa. En el siglo xvii, los rumanos adoptaron el alfabeto latino; aunque el rumano es una lengua romance, los rumanos eran predominantemente cristianos ortodoxos y, hasta el siglo xix la Iglesia usaba el alfabeto cirílico. 
Vietnam, bajo dominio francés, adoptó el alfabeto latino para escribir el idioma vietnamita, que había usado los caracteres chinos con anterioridad. El alfabeto latino se usa también en muchas lenguas austronesias, incluyendo tagalo y otros idiomas de Filipinas, el malayo oficial y el indonesio, que reemplazó a los anteriores alfabetos árabe y brahmi. Otro idioma que adaptó la alfabetización latina fue el rapa nui.
Este mapa muestra los países en los cuales se usa el Alfabeto Latino como oficial (verde oscuro). El verde claro indica los países donde el alfabeto latino se usa como co-oficial junto a otro(s) alfabeto(s).

En 1928, como parte de la reforma de Mustafa Kemal Atatürk, Turquía adoptó el alfabeto latino para el turco, reemplazando el alfabeto árabe. La mayoría de los hablantes de las lenguas túrquicas de la antigua Unión Soviética, incluidos los tártaros, los bashkirios, azeríes, los kazajos, los kirguís, etc. usaron el alfabeto túrquico uniforme en los años 1930. En los años 1940 todos esos alfabetos fueron reemplazados por el cirílico. Tras el colapso de la Unión Soviética en 1991, muchas de las recientemente independientes repúblicas de habla túrquica, adoptaron nuevamente el alfabeto latino, reemplazando al cirílico. Azerbaiyán, Uzbekistán y Turkmenistán han adoptado el alfabeto latino para las lenguas azerí, uzbeka y turcomana, respectivamente. Hay proyectos similares en Kazajistán. En los años 1970, la República Popular China desarrolló una transliteración oficial del chino mandarín al alfabeto latino, llamado pinyin, aunque todavía predomina el uso de caracteres chinos..
Las lenguas eslavas occidentales y la mayoría de las del sur, usan el alfabeto latino en vez del cirílico, como reflejo de la religión dominante entre esa gente. Entre ellos, el polaco, usa una variedad de diacríticos y dígrafos para representar valores fonéticos especiales, como también la l con barra (ł) para un sonido similar a la u en posición inicial de diptongo ([w] en AFI, similar a la w inglesa). En checo usa diacríticos como el háček. En croata, esloveno y en la versión latina del serbio también se usan háčeks y acentos agudos como en ć y barras como en đ.
Las lenguas de los eslavos orientales de la Iglesia ortodoxa, generalmente usan cirílico. En serbio se usan los dos. En los Balcanes no utilizan el alfabeto latino solamente Grecia y Bulgaria, aunque las minorías turcas de ambos países lo utilizan oficialmente para su lengua turca.
Recientemente las autoridades secesionistas de etnia albanesa de Kosovo han propuesto el uso exclusivo del alfabeto latino en perjuicio del cirílico, para cancelar todo vestigio de la dominación serbia en la región, de mayoría albanesa. Actualmente en Kazajistán, ha decidido que su lengua nacional se escriba en el alfabeto latino, igual que la mayoría de los idiomas túrquicos como parte de la estrategia de desarrollo estatal, abandonando el cirílico.​




El alfabeto árabe.


  






El alfabeto árabe., ​ es la escritura usada en diversas lenguas del mundo, como el árabe, el persa y el urdu. Es el segundo alfabeto más extendido a nivel mundial, solo por detrás del alfabeto latino.
El alifato tiene características similares al alfabeto hebreo, en este sentido es un abyad. Esto se refiere al hecho de que las vocales cortas no se transcriben en la mayoría de libros y publicaciones, sino que han de deducirse del contexto. Esta situación se ve aliviada con el hecho de que las lenguas semíticas ponen la mayor parte de su significado en consonantes y vocales largas, que sí son transcritas. 
Tiene 28 letras básicas, con algunas variantes y diversos signos auxiliares.



La escritura árabe actual data del siglo iv y recibe el nombre de nasji para diferenciarla de la primitiva escritura más redondeada llamada cúfica, de Kufa. Es una escritura ligada y cursiva, más que una sucesión de caracteres individuales. Además de otras consecuencias, esto implica que la forma de la letra está influida por la posición que ocupa en la palabra. Se escribe de derecha a izquierda; no tiene mayúsculas y no se permite la división de la palabra a final de renglón; en cambio, es posible alargar los trazos de unión entre letras tanto como se quiera, a fin de que el texto quede alineado. Las consonantes dobles se indican con un tashdid, (un símbolo parecido a la 'w') sobre la letra en cuestión.
Además del idioma árabe, hay varias lenguas que usan este mismo alfabeto, entre las cuales se incluyen el urdu y el persa; el turco se escribía  hasta las reformas de Kemal Atatürk en la década de 1920. 
Cada una de las lenguas que usan este alfabeto tiene su propia versión, normalmente con letras adicionales.

Árabe: es el más importante y extendido, oficial en 24 países. No obstante, hay una diferenciación importante entre el árabe clásico o culto, y las distintas formas del árabe dialectal o popular que es la evolución propia del idioma.
Persa: oficial en 3 países.
Urdu: oficial en 1 país.
Pastún: oficial en 1 país.
Kurdo: oficial en 1 país.
Uigur: oficial en una región autónoma, Xinjiang en China.




El alfabeto cirílico.


  




El alfabeto cirílico es un sistema de escritura utilizado en varias lenguas de Eurasia y se utiliza como escritura nacional en varios países de habla eslava, túrquica, mongólica, urálica e iránica de Europa del Sudeste, Europa Oriental, el Cáucaso, Asia Central, Asia del Norte y Asia Oriental.
Está basado en el alfabeto griego, con caracteres del alfabeto glagolítico y con sonidos exclusivamente eslavos. El glagolítico fue inventado por los santos Cirilo y Metodio, misioneros del Imperio bizantino en el siglo ix, quienes lo implementaron para traducir la Biblia en el contexto cultural de los pueblos eslavos.
 Esta Biblia estaba redactada en antiguo eslavo eclesiástico (basado en un dialecto eslavo aprendido en Tesalónica, Grecia). Este idioma fue usado para la cristianización de la Rus de Kiev entre los siglos ix y xii. En el siglo xiv surgió el eslavo eclesiástico, usado hoy en día en el culto por la Iglesia ortodoxa rusa y otras iglesias ortodoxas eslavas.
En el siglo IX d. C., el zar búlgaro Simeón I el Grande, siguiendo la trayectoria cultural y política de su padre Boris I, encargó la elaboración de una nueva escritura, el alfabeto cirílico arcaico, en la Escuela literaria de Preslav, en el Primer Imperio búlgaro, que sustituiría a la escritura glagolítica, elaborada anteriormente por los santos Cirilo y Metodio y los mismos discípulos que crearon la nueva escritura eslava en Bulgaria. El uso de la escritura cirílica en Bulgaria se hizo oficial en 893. La nueva escritura se convirtió en la base de los alfabetos utilizados en varias lenguas, especialmente las de origen eslavo ortodoxo, y las lenguas no eslavas con influencia del búlgaro. 


A veces, el alfabeto cirílico ha sido objeto de polémica a causa de su fuerte asociación con los idiomas ruso o el serbio. Después de la desintegración de la Unión Soviética en 1991, algunas de las antiguas repúblicas dejaron de usar el alfabeto cirílico para pasar al latino. Actualmente es alfabeto oficial en  (Rusia, Ucrania, Bielorrusia, Bulgaria, Kirguistán, Tayikistán, Abjasia, y Osetia sur) 



  

No hay alfabeto soberano.

Al modificarse el alfabeto, el paisaje lingüístico se vuelve familiar de forma repentina para los hablantes de otras lenguas con ese mismo alfabeto, que de pronto pueden leer, aunque no las entiendan, palabras en su mismo código

Lola Pons Rodríguez
07 mar 2022

Escribo desde un país que tiene un himno sin letra pero que usa la eñe como símbolo identitario informal. Pese a ello, digo con convicción que el alfabeto es lo menos propio de una lengua. Lo son los sonidos, los modos de edificar la frase, pero no las letras. Estas son tan advenedizas y sobrevenidas como una chaqueta cambiante que varía a soberanía nuestra. Esta lengua que ahora escribo usando el alfabeto latino podría escribirse con otro alfabeto y sonaría más o menos igual; de hecho, es un juego común para quienes aprenden griego, árabe o alguna lengua eslava escribir su nombre y apellidos españoles en alfabeto helénico, en las letras del alifato o en alfabeto cirílico. Y cuando hacen eso, siguen escribiendo en español, aun con otro alfabeto.

Por estas razones, la modificación del alfabeto tradicional de un idioma no solo es posible sino que ha sucedido en numerosas ocasiones. Muchas lenguas han variado su sistema gráfico de manera intencional y por una decisión tomada deliberadamente desde arriba. Si les deslizo ejemplos de lenguas del este, adivinarán hacia dónde me dirijo. La lengua de Kazajistán hoy se escribe con este mismo alfabeto latino que nosotros usamos, pero en el siglo XX se escribió primero con alfabeto árabe, luego con alfabeto latino y después en cirílico. En 2017 el kazajo inició un proceso para volver a ser escrita solo en alfabeto latino y se prevé que el cambio, en todas sus dimensiones (escolar, administrativa, libresca), habrá terminado en 2025.

¿Cambia esto en algo la lengua?

 Aparentemente no. La realidad es que sí. Al modificarse el alfabeto, el paisaje lingüístico se vuelve familiar de forma repentina para los hablantes de otras lenguas con ese mismo alfabeto, que de pronto pueden leer, aunque no las entiendan, palabras en su mismo código.

Tener un alfabeto latino te hace más afín, aunque sea visualmente, al occidente europeo mientras que el cirílico consuena con los territorios al este. No siempre fue así. Fueron los soviéticos quienes en una primera etapa impulsaron el abrazo al alfabeto latino para tratar de extender el comunismo por el mundo y, de paso, dar escritura a lenguas de la URSS que no se escribían. Casi medio centenar de lenguas de la URSS pasaron a escribirse por primera vez en alfabeto latino en el siglo XX. Estas campañas de latinización terminaron frenándose en los años 30, cuando se dio la vuelta a la iniciativa para promover el uso del cirílico en las lenguas de la URSS. El telón era de acero y también de letras.

Una parte de la historia propia que muchos países del este han tratado de construir desde su separación de la Unión Soviética ha sido la del abandono del cirílico. Encajado en la frontera sur de Ucrania está otro país, Moldavia, que podría ser el siguiente objetivo de expansión bélica rusa. La lengua de Moldavia (la llamemos moldavo o rumano) transitó del alfabeto cirílico al latino tras la caída de la URSS en 1989. Por si acaso, además de cambiar el alfabeto, Moldavia ha solicitado formalmente hace cuatro días ingresar en la Unión Europea. Por vía simbólica y diplomática están tratando de defender su soberanía, están llamando a este lado del telón que denominamos Europa y que tiene en la latinidad de su alfabeto una identidad histórica incuestionable.


Ortografía

¿Por qué la J fue la última letra en incorporarse al alfabeto latino moderno?
Comenzó como una versión alargada de la 'i'

Nastasja Vásquez
26/02/2024


El abecedario en español, como lo conocemos hoy, cuenta con 27 letras. Sin embargo, esto no siempre fue así, ya que a lo largo de los siglos este ha estado sometido a constante cambio. Por ejemplo, hasta no hace mucho, los dígrafos 'ch' y 'll' se consideraron convencionalmente letras, pero no fue sino hasta el Xº Congreso de la Asociación de Academias de la Lengua Española, celebrado en Madrid en 1994, que se acordó reordenar esos dígrafos en el lugar que se le asigna en el alfabeto universal latino. De esta manera, el alfabeto español paso a constar de 27 letras.
La historia de los alfabetos se remonta muy atrás, en el Antiguo Egipto. Alrededor del 3000 a.C. surge el primer alfabeto y, en la actualidad, la mayoría de los alfabetos actuales del mundo descienden de esta raíz, como lo hacen el griego y el latino.


El alfabeto latino que utilizamos actualmente desciende, más cercano en el tiempo, del alfabeto etrusco, que a su vez desciende del alfabeto griego arcaico. El alfabeto latino tiene la particularidad de que a lo largo del tiempo ha añadiendo letras para poder representar más fielmente las lenguas que lo usan y la fonética de las lenguas romances.

Inicialmente, el alfabeto latino arcaico constaba de veinte letras: A, B, C, D, E, F, H, I, K, L, M, N, O, P, Q, R, S, T, V, X. Después del siglo III d.C. se incorporaron tres letras más: G, Y, y Z. Pero, frente al que tenemos en la actualidad, seguían faltando tres letras, una de ellas la 'J'.

En este alfabeto, la letra 'J' no era considerada como una independiente. Era una variante caligráfica de la 'I'. Era usada en la numeración romana al final de un número, es decir, por ejemplo, 'XXIIJ' en vez de 'XXIII'. Luego, en latín y en las lenguas romances, durante la Edad Media, era usada para representar los sonidos /i/, /iː/ y /j/.
La 'J' comenzó a tener un uso distintivo en el alto alemán medio, pero no fue sino hasta el siglo XVI cuando esta se empezó a considerar como una letra independiente. El gramático Gian Giorgio Trissino fue fundamental en esta distinción. Fue él el que primero distinguió la 'I' y la 'J' como distintas letras con distintos sonidos, en su Epístola de Trissino sobre las letras nuevamente agregadas en la lengua italiana de 1524.
A pesar de que Trissino fue pionero en esta distinción, la incorporación de esta letra no se hizo sino mucho después. La 'J' fue la última letra en incorporarse al alfabeto latino, y esto se logró también con el apoyo del humanista francés Pierre de la Ramée, que al igual que Trissino, reconoció la diferencia en el valor fonético.
El nombre que se le adjudicó «jota» proviene de latín Iōta, que a su vez es el nombre de la letra griega de la que procede.
La letra 'J', sin embargo, tiene historias distintas en cada lengua derivada del latín, ya que su pronunciación es distinta a la del español en idiomas como el portugués, el francés o el catalán.
La 'J' también compitió con algunas otras letras, como es el caso de la G y la X. Todavía se ven algunos arcaísmos donde se usa la 'X' en lugar de la 'J'. Por ejemplo, algunas ediciones del Quijote están escritas como «Don Quixote». También se ve en palabras como México, Oaxaca o Ximena.

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