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viernes, 7 de diciembre de 2018

521.-Libros de William Shakespeare VIII a

Luis Alberto Bustamante Robin; Jose Guillermo Gonzalez Cornejo; Jennifer Angelica Ponce Ponce; Francia Carolina Vera Valdes;  Carolina Ivonne Reyes Candia; Mario Alberto  Correa Manríquez; Enrique Alejandro Valenzuela Erazo; Gardo Francisco Valencia Avaria; Alvaro Gonzalo  Andaur Medina; Carla Veronica Barrientos Melendez;  Luis Alberto Cortes Aguilera; Ricardo Adolfo  Price Toro;  Julio César  Gil Saladrina; Ivette Renee Mourguet Besoain; Marcelo Andres Oyarse Reyes; Franco Gonzalez Fortunatti; Patricio Ernesto Hernández Jara;  Demetrio Protopsaltis Palma; Katherine Alejandra del Carmen  Lafoy Guzmán

  



(Stratford on Avon, Reino Unido, 1564 - id., 1616) Dramaturgo y poeta inglés. Solamente con sus versos hubiera ya pasado a la historia de la literatura; por su genio teatral, y especialmente por el impresionante retrato de la condición humana en sus grandes tragedias, Shakespeare es considerado el mejor dramaturgo de todos los tiempos.

Tercero de los ocho hijos de John Shakespeare, un acaudalado comerciante y político local, y Mary Arden, cuya familia había sufrido persecuciones religiosas derivadas de su confesión católica, poco o nada se sabe de la niñez y adolescencia de William Shakespeare. Parece probable que estudiara en la Grammar School de su localidad natal, si bien se desconoce cuántos años y en qué circunstancias. Según un coetáneo suyo, William Shakespeare aprendió «poco latín y menos griego», y en todo caso parece también probable que abandonara la escuela a temprana edad debido a las dificultades por las que atravesaba su padre, ya fueran éstas económicas o derivadas de su carrera política.
Sea como fuere, siempre se ha considerado a Shakespeare como una persona culta, pero no en exceso, y ello ha posibilitado el nacimiento de teorías según las cuales habría sido tan sólo el hombre de paja de alguien deseoso de permanecer en el anonimato literario. A ello ha contribuido también el hecho de que no se disponga en absoluto de escritos o cartas personales del autor, quien parece que sólo escribió, aparte de su producción poética, obras para la escena.
La andadura de Shakespeare como dramaturgo empezó tras su traslado a Londres, donde rápidamente adquirió fama y popularidad en su trabajo para la compañía Chaberlain's Men, más tarde conocida como King's Men, propietaria de dos teatros, The Globe y Blackfriars. También representó, con éxito, en la corte. Sus inicios fueron, sin embargo, humildes, y según las fuentes trabajó en los más variados oficios, si bien parece razonable suponer que estuvo desde el principio relacionado con el teatro, puesto que antes de consagrarse como autor se le conocía ya como actor.
Su estancia en la capital británica se fecha, aproximadamente, entre 1590 y 1613, año este último en que dejó de escribir y se retiró a su localidad natal, donde adquirió una casa conocida como New Place, mientras invertía en bienes inmuebles de Londres la fortuna que había conseguido amasar.

La obra de Shakespeare

La publicación, en 1593, de su poema Venus y Adonis, muy bien acogido en los ambientes literarios londinenses, fue uno de sus primeros éxitos. De su producción poética posterior cabe destacar La violación de Lucrecia (1594) y los Sonetos (1609), de temática amorosa y que por sí solos lo situarían entre los grandes de la poesía anglosajona.
Con todo, fue su actividad como dramaturgo lo que dio fama a Shakespeare en la época. Su obra, en total catorce comedias, diez tragedias y diez dramas históricos, es un exquisito compendio de los sentimientos, el dolor y las ambiciones del alma humana. Tras unas primeras tentativas, en las que se transparenta la influencia de Marlowe, antes de 1600 aparecieron la mayoría de sus «comedias alegres» y algunos de sus dramas basados en la historia de Inglaterra. Destaca sobre todo la fantasía y el sentido poético de las comedias de este período, como en Sueño de una noche de verano; el prodigioso dominio del autor en la versificación le permitía distinguir a los personajes por el modo de hablar, amén de dotar a su lenguaje de una naturalidad casi coloquial.
A partir de 1600, Shakespeare publica las grandes tragedias y las llamadas «comedias oscuras». Los grandes temas son tratados en las obras de este período con los acentos más ambiciosos, y sin embargo lo trágico surge siempre del detalle realista o del penetrante tratamiento psicológico del personaje, que induce al espectador a identificarse con él: así, Hamlet refleja la incapacidad de actuar ante el dilema moral entre venganza y perdón; Otelo, la crueldad gratuita de los celos; y Macbeth, la cruel tentación del poder.
En sus últimas obras, a partir de 1608, cambia de registro y entra en el género de la tragicomedia, a menudo con un final feliz en el que se entrevé la posibilidad de la reconciliación, como sucede en Pericles; esta nueva orientación culmina en su última pieza, La tempestad, con cuyo estreno en 1611 puso fin a su trayectoria. Quizá cansado y enfermo, dos años después se retiró a su casa de Stratford, donde fallecería 23 de abril de 1616 del antiguo calendario juliano, usado en aquel tiempo en Inglaterra. Otro gran genio de la historia de la literatura universal, Miguel de Cervantes, falleció en la misma fecha del actual calendario gregoriano, ya adoptado por entonces en España.
Shakespeare publicó en vida tan sólo dieciséis de las obras que se le atribuyen; por ello, algunas de ellas posiblemente se hubieran perdido de no publicarse (pocos años después de la muerte del poeta) el Folio, volumen recopilatorio que serviría de base para todas las ediciones posteriores.

  

First Folio.
Portada del First Folio con retrato de William Shakespeare grabado por Martin Droeshout. A causa de su escaso parecido con el Retrato Chandos se ha llegado a cuestionar la autenticidad de éste último, debido a la poca documentación existente sobre el aspecto real del dramaturgo.

First Folio es el nombre atribuido por los eruditos modernos a la primera publicación de la colección de treinta y seis obras teatrales de William Shakespeare, cuyo nombre original es Mr William Shakespeare's Comedies, Histories and Tragedies. Incluye todas las obras comúnmente aceptadas como auténticas, con la excepción de Pericles, príncipe de Tiro, Los dos nobles caballeros, y dos obras hoy perdidas, Cardenio, inspirada en el personaje cervantino, y Trabajos de amor ganados, considerada secuela de Trabajos de amor perdidos. No contiene ninguno de sus poemas. La obra fue recopilada y editada por John Heminges y Henry Condell, amigos del bardo, en 1623, siete años después de su muerte.
Se estima que se imprimieron unos 800 ejemplares. Actualmente, tras los últimos hallazgos de ejemplares en Francia (2014), y Gran Bretaña (2016), se conservan 234 Considerado un sobresaliente símbolo de la cultura en lengua inglesa, las subastas más recientes fijaron su precio en torno a 3 millones y medio de libras esterlinas.

Historia

En 1623, siete años después de la muerte de William Shakespeare, se publicó el Primer Folio, una recopilación de la mayoría de las obras teatrales que el Bardo de Stratford escribió durante su vida. El Primer Folio fue en gran medida la herramienta que haría a Shakespeare inmortal. El libro se convirtió en la referencia para reediciones posteriores de algunas de la piezas teatrales más famosas de la literatura occidental. Durante siglos editores, escritores, directores teatrales y cinematográficos acudirían a la versión de 1623 a la hora de reinterpretar o publicar cualquiera de los escritos del autor inglés. Paradójicamente, el genio nunca estuvo involucrado en la creación del Primer Folio, y aún más curioso es lo poco que se sabe acerca de aquellos que colaboraron con el autor o que recopilaron sus obras. Sobre aquellos que interpretaron a Hamlet y Romeo y Julieta por vez primera.
El libro se convirtió en la referencia para reediciones posteriores de algunas de la piezas teatrales más famosas de la literatura occidental. Como bien dijo el poeta y dramaturgo Ben Jonson en su dedicatoria del Primer Folio, Shakespeare no era "de una edad, sino para la eternidad". Aunque atemporal, es importante conocer el contexto en el que escribió para poder apreciar en su totalidad hasta qué punto expandió los horizontes del teatro inglés. Shakespeare vivió en la época gloriosa del drama isabelino. 
El reinado de Isabel I vio algunos de los hechos fundacionales de la Inglaterra moderna, entre ellos la malhadada expedición de la Gran Armada en 1588, que dio lugar a una producción inusitada de panfletos, coplas y pequeñas obras teatrales. Las continuas diatribas religiosas entre católicos, anglicanos, y puritanos alimentaban el cada vez mayor negocio de la publicación, y las paranoides conspiraciones de jesuitas "españolizados" y calvinistas revolucionarios tuvieron como inesperada consecuencia el avance de la palabra escrita como vehículo principal de polémica. A finales del siglo XVI, Inglaterra en general, y Londres en particular, eran un hervidero de versos, murmullos, y sermones.
De hecho, el teatro isabelino estaba en plena efervescencia desde hacía varios años. Cuando Shakespeare empezó sus primeros proyectos en 1594, Christopher Marlowe, el autor de El Doctor Fausto y uno de los escritores más influyentes de su época, acababa de morir. Autores como Thomas Kyd y Thomas Nashe gozaban de grandes audiencias, y el sistema de compañías teatrales se encontraba en pleno esplendor. Entre estas se encontraba Lord Strange's Men (Los Hombres de Lord Strange), la compañía que dirigía y pertenecía a Ferdinando Stanley, Lord Strange. Lord Strange era el primogénito de la Casa de Derby, y un reconocido mecenas. Entre sus protegidos se encontraban el propio Christopher Marlowe, Edmund Spenser y Robert Greene, y su compañía contaba con algunos de los más reputados actores del momento, entre ellos Richard Burbage, el actor más conocido de la época, y también un joven de las Midlands llamado William Shakespeare. 
Lord Strange's Men actuó entre 1570 y 1580, incorporando actores y escritores en sus filas. Entre 1590 y 1594, la compañía mantuvo una alianza con otro grupo contemporáneo llamado Lord Admiral's Men. En esta fecha, la compañía Lord Strange's Men empezó a llevar a cabo representaciones en un local conocido simplemente como "El Teatro" en Shoreditch, actualmente Londres.

Lord Strange's Men disfrutaron del éxito hasta la misteriosa muerte de Ferdinando en 1594, un año después de haberse convertido en Earl of Derby, adquiriendo derechos al trono de Inglaterra. Víctima del ambiente conspiratorio de la época, Ferdinando Stanley era tenido por simpatizante de los jesuitas. Su muerte fue súbita y en circunstancias que apuntan al envenenamiento. La compañía pronto se desintegró, pero el núcleo de aquellos actores se mantuvo unido, consiguiendo el patronazgo de Henry Carey, el chambelán de la corte, y creando un nuevo grupo teatral llamado Los Hombres del Lord Chambelán, dirigido por, entre otros, William Shakespeare. 
Los hombres del Chambelán William Shakespeare ya había estrenado algunas de sus obras como la trilogía de Enrique VI durante su etapa en Lord Strange's Men, aunque su afiliación a la troupe no está confirmada. Los Hombres del Chambelán, sin embargo, sería la compañía con la que representase sus éxitos más célebres, y con la que ganase fama inmortal. La compañía estaba formada por los antiguos actores de Lord Strange. A pesar de disfrutar del patronazgo nominal del Lord Chambelán, el grupo estaba organizado en torno a ocho "accionistas" principales entre los que se encontraba, desde el principio, William Shakespeare.
Algunos de los accionistas de la compañía no eran más que protegidos de la corte cuyo interés en la empresa fue fugaz, como William Kempe, un actor cómico que supuestamente vendió su participación al actor William Sly, o George Bryan, quién se retiró en 1598 entregando su puesto a Robert Armin, el actor que interpretaba los papeles de bufón o idiota obras como El Rey Lear. Otros de los accionistas se mantuvieron fieles y participaron activamente en el éxito de Shakespeare: personas como Augustine Phillips, uno de los socios del Globe, Henry Condell o John Heminges, quienes en 1623 editarían el Primer Folio. Varios historiadores sostienen que la estructura fundamental de Los Hombres del Lord Chambelán, basada en ocho accionistas principales, se mantuvo a través de cesiones y ventas a nuevos participantes, aunque esta teoría no ha podido ser confirmada por falta de pruebas documentales.
 Uno de los accionistas más importantes fue Richard Burbage, hijo de James Burbage, propietario de algunos de los teatros más representativos del Londres isabelino, y el actor más aclamado del momento. Burbage mantuvo su participación en la compañía hasta su muerte en 1619 y fue en gran medida responsable del éxito de Shakespeare. Burbage había interpretado papeles protagonistas en algunas de las obras de Marlowe, y fue el primer hombre en encarnar a personajes tan famosos como Hamlet, Otelo o el Rey Lear.
Su carisma y profesionalidad parecen haber impregnado a los personajes de Shakespeare con un aura propia que en gran medida ayudó al éxito de sus obras. Es de destacar que fue uno de los primeros actores ingleses en dominar papeles de más de ochocientas líneas, lo que supuso una gran ventaja a la hora de interpretar los discursos y soliloquios que pueblan los escritos de Shakespeare. La compañía actuó en diferentes teatros del noreste de Londres entre 1594 y 1599, el período en el que obras como Romeo y Julieta, El Sueño de una Noche de Verano y Ricardo III vieron la luz. No obstante, en 1599 Los Hombres del Lord Chambelán decidieron mudarse al barrio de Southwark, al sur del Támesis, tras un aumento del precio del alquiler por parte del propietario del Teatro de Shoreditch. 
La construcción del Globe, uno de los primeros teatros en propiedad de una compañía de actores, no habría podido llevarse a cabo sin la ayuda de los Burbage, quienes pusieron gran parte del capital, de modo que ese mismo año el teatro comenzó a poner en escena obras importantes, siendo inaugurado, probablemente, con la recién escrita Julio César.Jacobo I, patrón y mecenas del bardo El 24 de marzo de 1603 murió la reina Isabel I, una soberana que ya en su tiempo vivió rodeada de leyendas. 
El nuevo rey, Jacobo I, sería el fundador de una dinastía que sufriría el apogeo de la intolerancia religiosa en las islas británicas y en Europa. Su ascenso al trono estuvo marcado por la polémica debido a su origen escocés y a su prodigalidad: su primer acto oficial fue el nombramiento de pares escoceses ocupando posiciones y títulos que los ingleses tomaban como propios. La generosidad del rey se entendió desde el principio como un intento de apoderarse de las instituciones más valiosas del reino.
 Sin embargo la prodigalidad de Jacobo I también se extendió a las artes, incluyendo el teatro. El 19 de mayo de 1603 concedió una patente real a la compañía de Shakespeare como troupe autorizada y se nombró a sí mismo como su mecenas y patrón. A partir de entonces, la compañía cambió su nombre por el de Los Hombres del Rey (The King's Men).

La compañía continuó estrenando las obras de madurez de Shakespeare, como Macbeth, La Tempestad o Timón de Atenas. Para entonces el autor estaba en el cénit de su fama, y el Globe había demostrado ser una empresa rentable. Shakespeare y los accionistas del grupo fueron de los primeros actores en amasar una fortuna modesta con los ingresos de su profesión, de forma que a su muerte en 1616 el Bardo de Stratford pudo dejar a sus descendientes una herencia considerable, incluyendo tres casas y tierras en propiedad. Aunque la compañía jugó un papel muy importante en vida de Shakespeare, la actuación fundamental para la posteridad de sus compañeros se produjo una vez muerto el genio.
 En 1623 vio la luz el Primer Folio, una recopilación de treinta y dos de sus obras. La importancia de tal documento es difícil de igualar, ya que incluye sutiles instrucciones para los actores, tanto en puntuación como en pronunciación. Esto supone literalmente una ventana a cómo fueron interpretados los escritos de Shakespeare por vez primera, especialmente si tenemos en cuenta que sus editores, John Heminges y Henry Condell, habían sido actores en la compañía desde el principio y habían interpretado a varios de los personajes. 
Este valiosísimo documento preservó la memoria de Shakespeare para las generaciones futuras, evitando la propagación de falsos Quijotes y sentando un canon estilístico marcado por los propios contemporáneos que vivieron y escenificaron las obras recogidas. El trabajo de John Heminges y Henry Condell fue tan decisivo como el esfuerzo pecuniario y las dotes interpretativas de Richard Burbage y los actores que formaron parte de la empresa shakespeariana: sin el trabajo de cada uno de ellos es probable que el Poeta Laureado de Inglaterra hubiese sido una estrella más en el firmamento, en lugar de convertirse en el "hombre para la eternidad" que es hoy.


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3.-Dramas Históricos
4.-Tragedias
5.-Comedias.


Itsukushima Shrine.

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